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DERECHO MERCANTIL
Objetivo General
El alumno obtendrá una formación jurídica integral en el campo del
Derecho Mercantil, proveyéndole de los elementos jurídicos necesarios
para su ejercicio profesional empresarial, incentivando en el alumno
una conciencia crítica con poder de decisión, planificador, organizador,
capaz de tomar iniciativas en el campo empresarial, con una sólida
formación jurídica.
NOTA PRELIMINAR
A los estudiantes que por primera vez hojean esta antología, quiero hacerles notar,
que por el carácter elemental de la obra, no esta dirigida precisamente a los
estudiantes de la carrera de derecho, sino más bien a los estudiosos de otras áreas
del conocimiento, que desean o necesitan tener una visión general de los conceptos
más importantes de nuestro derecho positivo.
En esta antología he tratado de corregir y actualizar aquellos temas que debido a los
cambios en la Ley exigidos por la dinámica del desarrollo de nuestro Estado, o bien
por innovación en la doctrina, han sufrido algunas modificaciones; reiterando mi
intención y, empeño de llevar el conocimiento de esta ciencia fundamental a mis
estudiantes especialmente a los de la _______________ de la escuela___________
. Y, seguir haciéndolo, para tratar siempre una adecuación de la obra con nuestra
legislación.
ACTIVIDADES DE APENDIZAJE
Docente: Independiente:
Asistencia 10%
Investigaciones 20%
Participación 10%
Entrega de tareas, ejercicios, etc. 20%
Examen 40%
INDICE DE MATERIAS
TÍTULO PRIMERO
GENERALIDADES
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO II
CAPÍTULO IV
LOS ACTOS DE COMERCIO
21. Necesidad de su determinación - 22. Noción de los actos de comercio
- 23. Enumeración legal de los actos de comercio - 24. Análisis de los
actos de comercio de acuerdo con su enumeración legal.- 25. Fracciones I
a III y XXII del artículo 75.- 26. Fracciones IV. XVIII, XIX y XX del artículo
75.-27. Fracciones V a XI, XIV y XVI del artículo 75 - 28. Fracciones XII y XIII
del artículo 75.- 29. Fracción XV del artículo 75 - 30. Fracciones XVII, XXI y
XXII del artículo 75.- 31. Fracción XXIV del artículo 75.- 32. Clasificación
doctrinal de los actos de comercio - 33. Nuestra clasificación de los actos
de comercio.
CAPITULO V
LOS COMERCIANTES., PERSONAS FÍSICAS
CAPITULO VI
AGENTES AUXILIARES DEL COMERCIANTE
La representación jurídica-46 Los auxiliares del comercio 47
Los corredores -48 Los comisionistas -49 Los factores -50 Los
dependientes -51 Otros auxiliares del comerciante -52
CAPITULO VII
LAS OBLIGACIONES DE LOS COMERCIANTES
Generalidades y enumeración -53 La publicidad de la calidad mercantil
-54 El Registro de Comercio -55 La contabilidad mercantil-56 La
correspondencia mercantil -57 Otras obligaciones del comerciante -58
CAPITULO VIII
Los COMERCIANTES, PERSONAS JURÍDICAS
El comerciante como persona jurídica-59 Sociedades Civiles y sociedades
mercantiles-60 El contrato de sociedad -61Especies y clasificación de las
sociedades-62 Personalidad jurídica de las sociedades-63
CAPITULO IX
EL CONTRATO DE SOCIEDADES MERCANTILES
Elementos del contrato de Sociedad -64 La voluntad de las partes -65
El objeto, materia de contrato-66 El fin del contrato de Sociedad -67 La
forma del contrato de Sociedad -68 Requisitos del contrato de Sociedad
-69
CAPITULO X
EL CONTRATO DE SOCIEDAD MERCANTIL (REQUISITOS SECUNDARIOS DEL CONTRATO).
CONTINUACIÓN
El sistema de administración-70 El sistema de distribución de utilidades
-71 La integración de los fondos de reserva y previsión-72 Causas de
disolución de la sociedad -73 El sistema de liquidación 74
CAPITULO XI
LAS COSAS MERCANTILES
Generalidades – 75 Concepto de la mercancía -76
El fondo de comercio -77 Las patentes -78 Las marcas, nombres y avisos
comerciales – 79 Los buques – 80 El dinero – 81
CAPITULO XII
Los TÍTULOS DE CRÉDITO
Generalidades – 82 Concepto – 83 Caracteres – 84 Especies – 85
Títulos nominativos – 86 Su transmisión - 87 Título al portador - 88
Su transmisión – 89 Pago de los Títulos - 90
INDICE DE MATERIAS
TÍTULO PRIMERO
GENERALIDADES
CAPÍTULO I
EL COMERCIO Y EL DERECHO MERCANTIL
CAPÍTULO II
DEFINICIÓN, ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS
DEL DERECHO MERCANTIL
7- Definición del Derecho Mercantil - 8. Origen y características - 9.
Criterio subjetivo y criterio objetivo - 10. Clasificación.- II. El problema de la
sustantividad.
CAPÍTULO III
FUENTES DEL DERECHO MERCANTIL
Para una síntesis histórica de la Legislación Mercantil Patrio, consúltese el artículo del Lic. Jorge
Barrera i Revisa Jus Núm. 152. Abril-junio 1957. pp. 255 a 26K.
CAPÍTULO II
8. ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS
10. Clasificación
En general puede decirse y complejidad de los hechos que a
constituyen la conducta humana son una dificultad casi insuperable en la
Clasificación a tinada del Derecho como un conjunto o sistema de normas
obligatorias de conducta porque esos hechos, en su realidad, presentan
aspectos múltiples que corresponden a múltiples cualidades, que
necesariamente hacen de cualquier: clasificación de ellos por sus aspectos
predominantes, una mera abstracción, las más de las veces fuera de la
realidad, y así, desgraciadamente, se agrupan como pertenecientes a una
misma rama del Derecho, por su semejanza y puntos de contacto, hechos
jurídicos de características diversas, y a la inversa: encontramos dispersos
grupos con características comunes. Concretando la cuestión a
. DERECHO MERCANTIL
CAPÍTULO III
FUENTES DEL DERECHO MERCANTIL
12. DEFINICIÓN
Llamamos fuentes del Derecho Mercantil a todo aquello de que éste se
origina en su aspecto objetivo de norma o regla obligatoria de conducta,
y constituye, por n tanto, el modo o forma especial como se desarrolla y
desenvuelve esa rama del Derecho.
13. JERARQUIZACIÓN
Como las fuentes del Derecho Mercantil, del mismo modo que las del
Derecho general, son varias, existe el problema de saber cuáles se aplican
preferentemente en caso de contradicción entre ellas. Llamamos
jerarquización el orden definido en deben aplicarse unas fuentes respecto
de otras, es decir, la escala de preferencia en que deben ser aplicadas. La
Ley misma fija esa graduación.
DERECHO MERCANTIL
DERECHO MERCANTIL
20. DOCTRINA
La doctrina no es más que el conjunto de opiniones de los autores y
tratadistas del Derecho, quienes fundados en los principios lógicos que se
desprenden de todo el conjunto de la legislación positiva, constituyen los
principios generales del Derecho, como principal contenido de esa
doctrina. Es conveniente citar las siguientes obras escritas para nuestro
medio mexicano:
• El Sala Mexicano, del doctor Juan Sala, que originalmente se llama La
Ilustración al Derecho Real de España, editada en México, de los años
de 1845 a 1849, por don Mariano Galván Rivera.
• La Curia Filípica Mexicana, de autor desconocido, que es una
refundición de la famosa obra española de Juan de Hevia Bolaños,
Curia Filípica, y que editó en México don Mariano Galván Rivera, en el
año de 1850.
• El Novísimo Sala Mexicano, editado en México en 1870, con notas del
licenciado J. M. de Lacunza, corregido por los licenciados Manuel
Dublán y Luis Méndez.
• Derecho Mercantil Mexicano, de don Jacinto Pallares, del cual sólo
se publicó el Tomo I.
CAPÍTULO IV
LOS ACTOS DE COMERCIO
DERECHO MERCANTIL
DERECHO MERCANTIL
DERECHO MERCANTIL
Los establecimientos de ventas en pública almoneda no vienen a ser,
en último término, más que agencias de negocios, que operan en esta
actividad especial, pero la ley mexicana, sin ninguna razón, las considera
en un rubro aparte de las agencias de negocios.
DERECHO MERCANTIL
doctrina francesa explica por la teoría de lo accesorio, que extiende y
atribuye naturaleza mercantil a todas las operaciones que realizan los
comerciantes en cuanto tiendan a secundar y facilitar su comercio. Esta
teoría de lo accesorio tiene su fundamento en la presunción (que admite
prueba en contrario), de que el comerciante ha de consagrar al comercio
la mayor parte de su actividad, y por tanto, la mayor parte de los actos
que ejecuta constituyen directamente su comercio, o se refieren a él. En
efecto, como lo veremos en el párrafo 34 al hablar de las personas
mercantiles, éstas son los sujetos de las relaciones jurídicas mercantiles, de
que se ocupa el Derecho Mercantil. Estas relaciones jurídicas deben su
carácter mercantil, ya sea a que su objeto es una cosa mercantil por su
naturaleza (actos de comercio objetivos) y quienes intervienen en la
relación son entonces sujetos mercantiles ocasionales, o bien, lo deben a
que los sujetos que en dicha relación intervienen (actos de comercio
subjetivos), son comerciantes, esto es, sujetos mercantiles propiamente
tales, aunque el objeto de aquélla no sea mercantil, pero siempre quino
sea de naturaleza esencialmente civil, como el matrimonio, el
reconocimiento de hijo, el testamento, etc. Por ejemplo: Juan,
comerciante, compra para revender mercancía en abundancia que no
cabe en sus almacenes y se ve precisado a depositar la sobrante, en los
locales de Pedro. Juan realiza un acto de comercio, Pedro un acto civil.
Ahora bien, si Pedro es comerciante, esto basta para que ese depósito sea
también mercantil por lo que a él se refiere.
ACTOS DE COMERCIO
de una plaza a otra, entre toda clase de personas; los vales u otros
títulos a la orden o al portador, y todos los contratos relativos al comercio
marítimo y a la navegación y exterior.
Actos de comercio relacionados con la actividad mercantil
Las operaciones de comisión mercantil (consideradas individualmente); las
operaciones de mediación en negocios mercantiles; las obligaciones de
los comerciantes, >sr que se pruebe que se derivan de una causa extraña
al comercio; las obligaciones entre comerciantes y banqueros, si no son
de naturaleza esencialmente civil y los contratos y obligaciones de los
empleados de los comerciantes en lo que concierne comercio del
negociante que los tiene a su servicio.
CAPITULO V
LOS COMERCIANTES, PERSONAS FISICAS
DERERCHO MERCANTIL
Hecho) y la obligación o sea el vínculo jurídico que se entre los sujetos y
que no es sino la relación misma. Este vínculo se manifiesta por un
derecho subjetivo, que pertenece a uno de los sujetos (sujeto activo) y por
un deber jurídico, que corresponde al otro (sujeto pasivo).
En esta parte del curso nos ocuparemos de los sujetos de las relaciones
juridico-mcrcantiles; es decir, de las personas que intervienen en dichas
Relaciones conforme a nuestra ley no sólo los comerciantes, es decir, las
personas o jurídicas que practican habitual o profesionalmente actos de
comercio son sujetos de derecho mercantil, sino también quienes
practican actos aislados de comercio. Por ejemplo, cae bajo el dominio de
la Ley mercantil de una persona, que, sin ser comerciante, suscribe una
letra de o un pagaré para cumplir una obligación civil, virtud de lo anterior
son sujetos de nuestra legislación comercial quienes ejercen
profesionalmente el comercio sino quienes en momento ejecutan actos
aislados de naturaleza mercantil. A fin de facilitar el estudio de las
personas en derecho mercantil, las agruparemos en dos categorías, según
lo dispone la ley; los comerciantes, físicas; es decir, los individuos
propiamente dichos y los comerciantes personas jurídicas, o sean las
sociedades mercantiles.
36. CONDICIONES EXIGIDAS POR LA LEY PARA EJERCER EL COMERCIO. —El artículo
3O de nuestro Código de Comercio establece que: "se reputan en derecho
comerciantes":
I. Las personas que teniendo capacidad legal para ejercer el comercio,
hacen de él su ocupación ordinaria;
II. Las sociedades constituidas con arreglo a las leyes mercantiles;
III. Las sociedades extranjeras o las agencias y sucursales de estas,
que dentro del territorio nacional ejerzan actos de comercio.
La fracción I del artículo anterior se refiere a las personas físicas,
declarándolas comerciantes cuando reúnen las condiciones que a conti-
nuación señalamos: a) Capacidad legal para el ejercicio del comercio; b)
Ejercicio efectivo de los actos que constituyen esta actividad, y c)
Ocupación ordinaria, que tenga esos actos por objeto. Nos ocuparemos
en primer término del estudio de la capacidad.
37. CAPACIDAD. —Conviene tener presente algunas nociones sobre este
tema. En primer lugar recordemos que la capacidad es de dos especies:
jurídica y de actuar. La primera es la aptitud que tiene el individuo para ser
sujeto de derechos; corresponde a todo hombre por el hecho de serlo sin
tomar en cuenta su sexo, edad o nacionalidad. La segunda, o sea la
capacidad de actuar, es la aptitud del individuo para realizar actos
jurídicos, ejercer derechos y contraer obligaciones. A ella habremos de
referirnos en esta parte del curso.
Nuestro Código de Comercio dispone que: "toda persona que según
las leyes comunes es hábil para contratar y obligarse, y a quienes las mis-
mas leyes no prohíben expresamente la profesión del comercio, tiene ca-
pacidad legal para ejercerlo". En otras palabras, la persona a quien el
derecho común no prohíbe el ejercicio de la profesión de comerciante
Ia ley dice que: "El marido podrá oponerse a que la mujer se a las
actividades a que se refiere el artículo anterior, siempre que a :>das !as
necesidades del hogar y funde la oposición en causas grave y justificadas”
(art. 170 del C. Civil). "Si la mujer insiste en ejercer el comercio no obstante
la oposición de su marido, el juez respectivo lo procedente" (art. 171 del C.
Civil).
Como se desprende del contenido de los artículos transcritos la mujer
casada tiene, de acuerdo con el derecho común, plena capacidad para el
del comercio, y siendo mayor de dieciocho años no necesita del ato de su
marido para dedicarse a dicha actividad. En con- los artículos 8', 99, 10 y 11
del código de comercio, que exige las autorización del marido para que la
mujer casada y mayor de dieciocho años pueda dedicarse al comercio,
han perdido su validez jurídica. Esto a que la legislación civil en vigor,
merced a las innovaciones que Madejo en materia de capacidad, devolvió
a la mujer el pleno goce de sus derechos civiles, dejando sin efecto las
disposiciones de la legislación mercantil, que en este aspecto es
anacrónica y fuera de la realidad.
No obstante los derechos de que goza la mujer en materia comercial, es
están condicionados al cumplimiento de sus obligaciones en la dirección y
cuidado del hogar. Por eso la ley faculta al marido para oponerse a que su
mujer se dedique al ejercicio de actividades mercantiles si con ello lesiona
la misión fundamental a que debe consagrarse. Resumiendo lo dicho
hasta aquí, podemos afirmar que, dentro de nuestro sistema legal, la
mujer casada mayor de dieciocho años, no necesita del consentimiento
de su marido para ejercer el comercio. En cuanto a las mujeres solteras
menores de la edad señalada quedan sujetas al régimen de minoría de
edad, ya estudiado. í: la mujer es menor de edad; pero mayor de
dieciocho años y viuda, se le considera para el ejercicio del comercio
como habiendo llegado a su mayor edad.
I. Los corredores;
II. Los quebrados que 110 hayan sido rehabilitados;
III. Los que por sentencia ejecutoriada hayan sido condenados por
delitos contra la propiedad, incluyendo en éstos la falsedad, el peculado,
el cohecho y la concusión.
Los corredores no pueden comerciar por cuenta propia ni ser comi-
sionistas, les está vedado, en consecuencia, el ejercicio del comercio.
Los quebrados en tanto no estén rehabilitados tienen prohibida la ad-
ministración de su patrimonio y el ejercicio de actividades mercantiles.
I-Os sentenciados por la comisión de alguno de los delitos
enumerados por la fracción III del art. 12 del código de comercio, tienen
prohibición de ejercer el comercio en tanto estén cumpliendo la pena a
que hayan sido condenados.
Sin embargo de lo anterior, los individuos que se encuentren en alguna
de las circunstancias descritas podrán ejercer determinados actos aislados
de comercio: pero no ejercerlo corno una profesión. Por ejemplo, un
quebrado no rehabilitado o un reo de alguno de los delitos previstos por
el artículo 12 del Código de Comercio pueden evidentemente constituir,
pongamos por caso, depósitos bancarios en cuenta de ahorro; o un
corredor, puede girar letras de cambio para el cumplimiento de una
obligación de carácter civil o abrir una cuenta corriente en un Banco.
CAPITULO VI
AGENTES AUXILIARES DEL COMERCIANTE
45. Los FACTORES. —Los factores son _ auxiliares del comerciante que
dependen de éste de una manera directa e inmediata.
La ley mercantil establece que: "se reputan factores los que tienen '.a
dirección de alguna empresa o establecimiento fabril o comercial, o están
autorizados para contratar respecto a todos los negocios concernientes a
dichos establecimientos o empresas, por cuenta v en nombre de los
proletarios de los mismos" (art. 309 del C. de Com.).
Al iniciar el estudio de los factores como auxiliares del comerciante
trataremos de establecer, en primer término, cuál es la naturaleza jurídica
de la relación que liga a dichas personas con sus principales. Si exa-
minamos qué actividades realizan los factores, y por cuenta y a nombre
de quién actúa encontramos que aquéllos son, en realidad, empleados de
su principal y que éste los autoriza para dirigir su empresa o para contra-
tar respecto a todos los negocios de la misma.
Consecuencia de lo anterior es, que el factor no actúa con indepen-
dencia económica ni con autonomía respecto del principal, entre ambos
se establece una relación de naturaleza laboral, que cae dentro de las
disposiciones de las leyes sobre trabajo. En otras palabras, el factor es un
trabajador y su principal un patrón, y el vínculo que se establece entre
ambos cuando el factor conviene en servir al principal es un contrato de
trabajo.
Complementaremos lo anterior recordando que: "trabajador es toda
persona que presta a otra un servicio material, intelectual o de ambos
géneros en virtud de un contrato de trabajo" (art. 3' de la Ley Federal del
Trabajo), y contrato individual de trabajo es "aquel por virtud del cual una
persona se obliga a prestar a otra, bajo su dirección y dependencia, un
servicio personal mediante una retribución convenida" (art. 17 de la Ley
Federal del Trabajo). "Los elementos esenciales del contraío de trabajo
son: Que el que presta el servicio esté bajo la dirección y dependencia del
que lo recibe y que éste lo retribuya convenientemente; debiendo
entenderse por dirección la de carácter técnico o la de mero detalle y por
dependencia la de orden económico" (Jurisprudencia de la Corte).
Como se ve por lo antes dicho el factor cae dentro de los supuestos
señalados, ya que por una parte depende económicamente de su
principal y, por otra, se halla bajo su dirección. Para mayor claridad
citaremos algunos ejemplos: los gerentes de instituciones de crédito
(Bancos), los gerentes o directores de empresas industriales, los gerentes
o administradores de establecimientos mercantiles, etc., son factores;
dependen de su principal. sea éste una persona física o una sociedad
mercantil, como ocurre ron las instituciones de crédito o las grandes
empresas industriales.
LOS FACTORES
El factor se distingue del comisionista en que éste no se halla bajo la
dirección inmediata ni bajo la dependencia económica del comitente, re-
cibe instrucciones de este último, pero económicamente no existe
dependencia, lo que sabemos no ocurre con el factor.
Respecto del dependiente el factor se distingue en cuanto a su cate-
goría y facultades. El factor tiene una amplitud de poder de la que carece
el dependiente. Aquél tiene autorización para contratar respecto de todos
los negocios concernientes a una empresa, o estar al frente de ella
dirigiéndole; el dependiente, en cambio, sólo tiene facultades restringidas
y concretas. Por otra parte, el factor tiene una estabilidad de la que carece
el dependiente, puesto que la representación que se le otorga no
concluye por muerte o incapacidad del poderdante pues los poderes que
se le otorgan no concluyen mientras no le fueren expresamente
revocados. Resumiendo, el factor se distingue del dependiente por dos
características esenciales: su estabilidad y sus facultades.
Para ser factor se requiere tener la capacidad necesaria para obligarse,
y poder o autorización por escrito de su patrón (art. 310 del Código de
Comercio).
Lo típico de los factores es la facultad que les permite negociar y
contratar en representación de sus patrones, debiendo expresarse así en
los documentos que con tal carácter suscriben, pueden, asimismo, con-
tratar en nombre propio (art. 31 del C. de Com.).
Prohibiciones a los factores. Les está prohibido competir con sus pa-
trones en negocios de la misma naturaleza del que administran. "Sólo
autorizados por sus principales, dice la ley, y en los términos en que lo
fueren pueden los factores traficar o interesarse en negociaciones del
mismo género de las que hicieron en nombre de sus principales" (art. 312
del Código de Comercio).
Obligaciones de los factores con relación a sus principales. Los factores
al actuar obligan a sus principales. Esto dispone la ley cuando establece
que en todos los contratos celebrados por aquéllos, con tal carácter,
quedan obligados los principales y sus bienes. Sólo que contraten a
nombre propio, quedan obligados directamente (art. 313 del C. de Com.).
Cuando el factor contrata en nombre propio; pero por cuenta del
principal la otra parte contratante podrá dirigir su acción contra el fac-
tor o el principal (art. 314 del C. de Com.). Siempre que celebren un
contrato relativo al negocio de su principal, el contrato debe reputarse
hecho por cuenta de éste, aun cuando el factor no lo haya expresado
así o se haya extralimitado en sus funciones (art. 315 del C. de Com.).
Asimismo, obligan al principal los contratos de su factor, aun siendo
ajeno al giro de que esté encargado, siempre que haya actuado por
orden del principal o éste haya aprobado la actuación del factor (art.
316 del Código de Comercio).
Los poderes concedidos a un factor se entienden subsistentes en tanto
3;- le han sido revocados o haya sido enajenado el establecimiento del
cu-e estaba encargado (art. 319 del C. de Com.).
Los actos y contratos ejecutados por el factor serán válidos respecto de
su principal, mientras no llegue a noticia del factor la revocación del poder
o la enajenación del establecimiento o empresa de que estaba encerrado.
Esta enajenación o revocación no perjudica a los terceros mientras no ;-e
haya inscrito en el Registro de Comercio (art. 320 del Código de
Comercio).
Finalmente, establece la ley que si el principal, interesa a su factor en
algunas operaciones de su negocio, con respecto a ellas y con relación ii
principal, el factor se considera como asociado. Sin embargo, no tendrá
carácter si el principal sólo le interesa en las utilidades del negocio,
reputándose sueldo dicho interés (ait. 318 del C. de Com.). Tal ocurre, por
ejemplo, con los directores y gerentes de los Bancos, a quienes los socios
o dueños del negocio interesan en el mismo mediante un porcentaje
sobre las utilidades que anualmente se obtienen.
CAPITULO VII
LAS OBLIGACIONES DE LOS COMERCIANTES
EL REGISTRO DE COMERCIO
Los títulos de propiedades industriales; /) Las fianzas de los corredores
(artículo 21 del C. de Com.).
Hasta aquí hemos señalado cuáles son los datos que debe contener la
matrícula de los comerciantes personas físicas. A continuación nos ocu-
paremos de la matrícula de las sociedades.
Previene la ley que el registro de las personas jurídicas (sociedades) es
obligatorio. La vida legal de éstas no existe mientras no se cumpla con el
requisito de su inscripción, y sólo dando cumplimiento a esta norma las
sociedades nacen a la vida del derecho, adquiriendo su personalidad
jurídica.
En el registro de las sociedades debe anotarse: a) Las escrituras de
constitución de las mismas; b) El acta de la asamblea constitutiva y do-
cumentos anexos, tratándose de sociedades anónimas; c) Los poderes
generales, nombramientos y renovación de los mismos, si las hubiere,
conferidos a los mandatarios de la sociedad (administradores y gerentes);
d) El aumento o disminución del capital social; e) Las emisiones de
acciones, cédulas y obligaciones, de toda especie de sociedades, así como
las especificaciones de los títulos materia de la emisión, la cantidad total
de la emisión, y de los bienes y derechos que se afecten a su pago (art. 21
del C. de Com.).
Hasta aquí los actos que de acuerdo con la ley ameritan su inscripción
en el Registro de Comercio, a continuación nos ocuparemos del
funcionamiento y organización de dicha institución.
Organización y procedimiento. Sabemos ya que el registro de
comercio se lleva en las oficinas encargadas del registro público de la
propiedad en las cabeceras del partido o distrito judicial de domicilio del
comerciante. Agregáremos, que el registro se lleva por orden cronológico
de presentación de documentos. Cuando un acto o contrato debe
inscribirse en el Registro de la Propiedad esta inscripción es bastante para
que surta los efectos correspondientes de derecho mercantil, basta para
ello una simple toma de razón en el Registro de Comercio (arts. 18, 20 y
22 del Código de Comercio).
Para hacer una inscripción el registrador debe tener presente el do-
cumento respectivo, escritura pública o documento privado, y tratándose
de documentos provenientes del extranjero, éstos deben estar
previamente protocolizados. Los documentos inscritos producen efectos
legales desde la fecha de su inscripción, sin que puedan invalidarlos otros
anteriores o posteriores. Los registradores no podrán rehusar en ningún
caso y por ningún motivo, la inscripción de los documentos mercantiles
que se les presenten (arts. 25, 29 y 31 del C. de Com.).
Haciendo un resumen de lo dicho diremos, que el Registro mercancías
X- REGISTRO DE COMERCIO
LA CONTABILIDAD MERCANTIL
LA CONTABILIDAD MERCANTIL
LA CORRESPONDENCIA MERCANTIL
CAPITULO VIII
LOS COMERCIANTES, PERSONAS JURIDICAS
El comerciante como persona jurídica. — 54. Sociedades Civiles y
sociedades mercantiles. —55. El contrato de sociedad. — 56. Especies y
clasificación de las sociedades. — 57. Personalidad jurídica de las so-
ciedades.-58
CAPITULO X
EL CONTRATO DE SOCIEDAD MERCANTIL (REQUISITOS SECUNDARIOS
DEL CONTRATO). CONTINUACION
El sistema de Administración. — 65. El sistema de distribución de
utilidades. — 66. La integración de los fondos de Reserva y Previsión. —
67. Las causas de disolución. — 68. El sistema de liquidación- 69
CAPITULO XI
LAS COSAS MERCANTILES
Generalidades. — 70. Concepto de la mercancía. — 71. El fondo de
comercio. —72. Las patentes. — 73. Las marcas, nombres y avisos comer-
ciales. — 74. Los buques. — 75. El dinero.
LAS PATENTES
una patente anterior y toda nueva forma de productos industriales' y
nuevos dibujos usados con fines de ornamentación industrial, etc. (art. 4-
de la Ley de la Prop. Indust.).
Según lo anterior las patentes son de tres clases: patentes de invención,
las que tienen por objeto proteger inventos; patentes de mejoras, las que
amparan invenciones amparadas por una patente anterior y patentes de
modelo o dibujo industrial, las que amparan toda nueva forma de un
producto industrial o todo nuevo dibujo usado con fines de ornamenta-
ción industrial.
El propietario de una patente tiene el derecho exclusivo de explotarla y
de perseguir ante los tribunales a los que atacaren su derecho.
Solicitud y expedición de las patentes.—Las patentes se obtienen me-
diante solicitud escrita ante la Secretaría de Industria y Comercio y el
cumplimiento de los requisitos legales consiguientes.
El derecho que confiere una patente se concede sobre, la base de la
declaración del peticionario de que el es el verdadero inventor o cesio-
nario legítimo de ésta.
Las patentes suponen la novedad de la invención a que corresponden,
mientras no se pruebe lo contrario.
La ley fija el procedimiento a que debe ajustarse la solicitud y trámite
de las patentes de invención. Si la solicitud y procedimiento estuvieren
ajustadas a derecho, se notificarán al interesado que en un término de dos
meses debe presentar los "clisés" requeridos para la publicación. Se
comunicará también al interesado que en un término de dos meses debe
presentar, para ser depositados en el museo público, que pertenece a la
Secretaria de Industria y Comercio, un ejemplar o modelo de su invento.
Los títulos que amparan las patentes se expiden en nombre del Pre-
sidente efe la República y son firmados por el Secretario de Industria y
Comercio (art. 34 de la Ley de la Propiedad Industrial).
Los títulos dc'oen contener los siguientes requisitos: a) El número y la
clase de la patente; b) El nombre de la persona o personas a quienes se
concede; c) El nombre del inventor o inventores; d) El plazo de vigencia; e)
La invención a que corresponda; /) La fecha legal de la patente, la de
prioridad en su ca~o, y la de expedición del título (art. 35 de la Ley).
Plazos. Los plazos de las patentes comienzan a contarse a partir de la
fecha y hora de la presentación de la solicitud relativa, en la Secretaría de
Industria y Comercio.
Explotación de. Las patentes. La falta de explotación de una patente no
acarrea la pérdida de los derechos que confiere; pero si no se explota
LAS PATENTES
durante los plazos que fija la ley, o si pasados tres años, a contar de su
expedición no se explota industrialmente, o se explota impropia o insu-
ficientemente, o se suspende la explotación por más de seis meses
consecutivos, se producen los siguientes efectos: a) Se reducen los plazos
de su concesión, y b) Se concede a terceras personas licencia para hacer
dicha explotación (arts. 53 y 55 de la Ley).
Transmisión y explotación. Los derechos que confiere una patente
pueden transmitirse o enajenarse en todo o en parte, por los medios y
con las formalidades establecidas por la legislación civil. Las patentes de
invención pueden ser expropiadas por el Ejecutivo Federal, por causa de
utilidad pública, haciendo que el invento respectivo caiga al dominio
público.
Examen extraordinario de novedad. El examen extraordinario de no-
vedad que tiene por objeto determinar si una invención constituye real-
mente una nowdad; si está patentada en México o si sólo es parcialmente
novedosa, puede ser hecho de oficio por la Secretaría de Industria y
Comercio, a petición de cualquier persona o por mandato judicial (ar-
tículos 75 y 76 de la Ley).
Invasión de los derechos conferidos por una patente. Hay invasión de
los derechos que confiere una patente cuando sin derecho y sin con-
sentimiento del legítimo propietario una persona la usa o explota indus-
trial o comercialmente. En estos casos la persona afectada en sus
derechos puede solicitar de la Secretaría de Industria y Comercio la
declaración de invasión de sus derechos.
La resolución administrativa que declare la invasión de los derechos
que confiere una patente, se formulará desde un punto de vista exclu-
sivamente técnico. Dicha resolución se comunica a todos los interesados,
dándole la publicidad que señala la ley.
Nulidad y caducidad. La ley establece que las patentes son "nulas en
los siguientes casos:
a) Cuando amparan algo que de acuerdo con la propia ley no es
patcntablc;
b) Cuando .se hayan expedido contradiciendo el ordenamiento que ¡as
rige;
c) Cuando la invención que amparen no tenga novedad, y
d) Cuando por error, inadvertencia u otro motivo semejante se hubiesen
expedido para amparar dos o más invenciones que, de acuerdo con la
ley, deban ser objeto de patentes independientes (artículo 93 de la
Ley).
Las patentes caducan y, en consecuencia, las invenciones que amparan
caen dentro del dominio público en los siguientes casos:
LAS PATENTES
LAS PATENTES
Hay extinción en el caso de que la explotación de la marca se suspenda
por más de cinco años consecutivos (art. 204 de la Ley).
Los avisos comerciales. El aviso comercial, como su nombre lo indica,
tiene por objeto anunciar al público un comercio, una negociación o
determinados productos. Quien haga uso de avisos que tengan señalada
originalidad, que los distinga fácilmente de los de su especie, puede
registrarlos, obteniendo en esta forma el derecho exclusivo de usarlos y
de impedir que otras personas hagan uso de avisos iguales o semejantes
(articulo 209 de la Ley).
Los efectos del registro de un aviso comercial duran diez años. El pro-
cedimiento para obtener el derecho al registro se rige, en lo que es apli-
cable, por las reglas establecidas con relación a las marcas y se tramita
ante la Secretaría de Industria y Comercio.
Los nombres comerciales. El nombre del comerciante en su actividad
mercantil se denomina: nombre comercial y no debe confundirse con su
nombre civil, que forma parte de los atributos de su personalidad y que
hemos estudiado en la tercera parte de este libro (Derecho Civil.—Lección
I.—Teoría de las Personas).
El nombre comercial tiene por objeto distinguir a la empresa o ne-
gociación de otros similares. Tampoco debe confundirse con la razón
social o denominación de las sociedades mercantiles, que ya han
quedado estudiadas anteriormente. Por ejemplo, el comerciante Mario
Moredia puede poseer un establecimiento mercantil denominado "La
Moderna", o la Sociedad en Nombre Colectivo "Rodríguez, López y Cía.",
una empresa que tenga como denominación comercial "La Fortaleza".
La ley establece que es propiedad de toda persona física o jurídica,
productora o comerciante, el derecho al uso exclusivo del propio nombre.
Cuando alguna persona haga uso indebido de un nombre comercial,
que no le pertenezca, el legítimo propietario del nombre podrá -presentar
querella contra el infractor. Para que se puedan imponer las penas res-
pectivas, será requisito indispensable que se pruebe que hubo dolo por
parte del acusado; pero si el dueño del nombre comercial lo hace publi-
car, en el órgano periodístico que señala la ley ("Gaceta de La Propiedad
Industrial"), comprobando previamente su uso, estará exento de tal re-
quisito y la presunción legal será que el reo obró con dolo (art. 216 de la
Ley).
La publicación de un nombre comercial en la "Gaceta de la Propiedad
Industrial" se obtiene mediante la solicitud respectiva, que debe llenar los
requisitos que exige la ley.
La publicación solicitada no se hace sino después de un examen con el
que se compruebe que no existe en vigor, aplicado a un establecimiento
430 I.OS BUQUES
los artículos del Libro Tercero del Código de Comercio y las demás dis-
posiciones legales en lo que se oponen a este nuevo ordenamiento.
En el Título Tercero de la mencionada ley se reglamentan los contratos
relativos al arrendamiento de las naves, el flotamiento, el transporte
marítimo, de cosas y de personas, el seguro marítimo y las modalidades
marítimas de la compra-venta.
76. EL DINERO. —Económicamente el dinero desempeña una triple
función: sirve de medio para facilitar los cambios; es medida de valores y
sirve para formar reservas de valores, atesorando poder de cambio para
satisfacer necesidades futuras.
Jurídicamente la moneda es un instrumento de pago o, en otras pa-
labras, medio legal de extinguir obligaciones.
En este capítulo nos interesa únicamente establecer si la moneda es
una cosa mercantil por naturaleza o simplemente medio de pago;
creemos que la moneda no es cosa mercantil por su propia naturaleza, en
virtud de que tanto sirve para transacciones comerciales como civiles, y en
caso de que fuera en si una cosa mercantil imprimiría este carácter a
cualquier tipo de transacción, lo que no ocurre así, como se ve claramente
en las compraventas, que lo mismo son mercantiles que civiles.
La moneda es un bien mueble y fungible por naturaleza. Gracias a este
carácter se convierte en el instrumento de cambio por excelencia.
La ley monetaria en vigor establece que la unidad monetaria de nues-
tro país es el "peso" y que las únicas monedas circulantes serán:
a) Los billetes del Banco de México, S. A., con las denominaciones que
fijan sus. Estatutos;
b) Las monedas de plata de uno, cinco y diez pesos, con los diá-
metros, leyes, pesos, cuños y demás características que señalan los
decretos relativos; *
c) Las monedas de cuproníquel de cincuenta y veinticinco centavos,
con el diámetro, composición de liga metálica, pesos, cuños y demás ca-
racterísticas que señale el decreto relativo;
d) Las monedas de latón de veinte, diez, cinco y un centavos, con los
diámetros, composición de ligas metálicas, pesos, cuños y demás ca-
racterísticas que señale el decreto relativo;
e) Las monedas conmemorativas de acontecimientos de importancia
nacional en plata con los valores de cada pieza y el total de la emisión,
diámetros, leyes, pesos, cuños y demás características que señalan los
decretos relativos (art. 2° de la Ley Monetaria).
e) Las monedas conmemorativas de acontecimientos de importancia
nacional en plata con los valores de cada pieza y el total de la emisión,
EL DINERO
diámetros, leyes, pesos, cuños y demás características que señalan los
decretos relativos (art. 2' de la Ley Monetaria).
Los billetes del Banco de México tendrán poder liberatorio ilimitado.
Esto quiere decir, que toda deuda cualquiera que sea su monto puede
pagarse entregando billetes de los emitidos por el Banco de México (ar-
tículo 49 de la Ley Monetaria).
Las monedas de cinco pesos tienen poder liberatorio limitado a qui-
nientos pesos en un mismo pago; las de un peso, cincuenta centavos y
veinte centavos tendrán poder liberatorio limitado a cicn pesos en un
mismo pago; las de cincuenta centavos tienen poder liberatorio limitado a
cincuenta pesos en un mismo pago; las monedas de latón tienen poder
liberatorio limitado en un mismo pago, como sigue: a veinte pesos las de
veinte centavos; a diez pesos las de diez centavos; a cinco pesos las de
cinco centavos, y a un peso las de un centavo; las monedas conmemora-
tivas a que antes hicimos mención tienen poder liberatorio limitado al
valor total de cien piezas en un mismo pago (art. 59 de la Ley Monetaria).
CAPITULO XII
LOS TITULOS DE CREDITO
Generalidades. —77. Concepto. —78. Caracteres. —79. Especies. — 80.
Títulos Nominativos. —81. Su Transmisión. —82. Títulos al Portador. —83.
Su Transmisión. — 84. Pago de los Títulos.-85
77. GENERALIDADES. —Por crédito se entiende en derecho, la relación
que se establece entre dos personas, en virtud de la cual el acreedor
puede .exigir a su deudor el pago de una prestación.
El Título de Crédito es un documento en el que, como su nombre lo
indica, se hace constar la citada relación (El crédito). En consecuencia, el
titular de un título de crédito es, asimismo, titular de los derechos que en
éste se consignan.
La prestación contenida en el titulo no es sino una promesa escrita de
pago, que el deudor hace a su acreedor. Ahora bien, la prestación materia
de la promesa, tiene un valor patrimonial y este valor puede ser objeto de
transmisión a favor de un tercero. Por ejemplo, Luis debe a Pedro, cinco
mil pesos, los cuales le garantiza con una letra de cambio a treinta días. Si
Pedro tiene necesidad urgente de cubrir a Enrique (Tercero) una deuda
por la misma cantidad, puede, asimismo, ^ederle la letra que le expidió
Luis. Enrique, a su vez, puede hacerla circular a través de una nueva
cesión, y así sucesivamente. Mas para que estas cesiones sean
prácticamente posibles es necesario que estén reglamentadas en forma
especial por una ley que permita la circulación rápida y segura del título
de crédito.
La práctica comercial que tiene por objeto hacer que los valores eco-
nómicos se desplacen con rapidez, evitando formalidades innecesarias y
dando a su circulación un máximo de simplicidad y seguridad, dio origen
a los títulos de crédito, que son documentos que responden a dicha fina-
lidad. Mediante ellos se alcanza el objetivo de hacer que la riqueza circule
de un patrimonio a otro con un mínimo de trabas y un máximo de se-
guridades.
CONCEPTO. CARACTERES
CARACTERES
ralidad el documento tiene vida autónoma, es decir propia, no impor-
tando el acto que le dio origen. Así, por ejemplo, si celebramos un con-
trato de arrendamiento y pagamos las rentas expidiendo pagarés, éstos
tendrán vida autónoma distinta a la operación que les dio origen.
El derecho contenido en el título, se autonomiza, por decirlo así, de la
primitiva relación jurídica que lo originó para adquirir vida propia ajena a
aquélla.
Lo dicho hasta aquí significa que una vez que se han llenado los re-
quisitos de literalidad que la ley señala se produce el fenómeno de incor-
poración del derecho al documento. Esta idea de la incorporación ha sido
tenazmente combatida por muchos mercantilistas aduciendo que un
derecho es un atributo propio de la persona y que no puede, por lo mis-
mo, residir en un pedazo de papel; pero es muy útil, sin embargo, para
dar una idea clara de cómo 1a literalidad del título lo convierte en un
documento autónomo.
c) Circulación de los títulos. Al iniciar este capítulo dijimos que los
títulos de crédito son documentos que tienen como finalidad facilitar la
circulación de la riqueza. En su exposición de motivos la ley establece que
"propende", en primer término, a asegurar las mayores posibilidades de
circulación, para los títulos y, en segundo termino, a obtener mediante
esos títulos la máxima movilización de riqueza compatible con un régimen
de sólida seguridad".
"A fomentar la circulación de los títulos de crédito tiende, sobre todo,
la concepción de éstos como instrumentos autónomos del acto o
contrato que les dé origen, es decir, con vida propia y, por tanto,
capacitados para garantizar al tenedor de buena fe, independizando el
ejercicio de su derecho de los defectos o contingencias de la relación
fundamental que dio nacimiento a tales títulos" (Exposición de motivos de
la ley).
Finahiente, la ley que comentamos, dispone en su artículo 69 que "las
disposiciones relativas a la circulación de los títulos no son aplicables a los
boletos, contraseñas, fichas u otros documentos que no estén destinados
a circular y sirvan exclusivamente para identificar a quien tiene derecho a
exigir la prestación que en ellos se consigna."
d) Necesarios para el ejercicio del derecho en ellos consignado. Los
títulos de crédito son documentos necesarios para ejercer los derechos li-
terales y autónomos en ellos consignados. El tenedor del título tiene la
obligación de exhibirlo para ejercitar la obligación que en él se consigna.
Cuando sea pagado, debe restituirlo. Si es pagado sólo parcialmente o en
lo accesorio, debe hacerse mención del pago en el título. En los casos de
robo o extravío deben seguir los procedimientos que señala 'a ley (artículo
17 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito).
ESPECIES. TÍTULOS NOMINATIVOS