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Métrica

(siglos XVI-XVII)
Algunas combinaciones métricas comunes en la
poesía de los siglos XVI y XVII

 Poesía octosilábica

 Poesía endecasilábica

 Estrofas existentes en la tradición italiana antes


del siglo XVI.
 Otras formas endecasilábicas en la poesía
española a partir del siglo XVI.
Poesía octosilábica: Romance
Poema compuesto por un número indeterminado de versos octosilábicos,
de los cuales riman solo los pares (normalmente con rima asonante)
mientras que quedan sueltos (‘sin rima’) los impares.
Que por mayo era por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor;
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor;
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
dele Dios mal galardón.
Anónimo
El romance tiene diversas variedades, aunque todas ellas
conservan el rasgo distintivo de la rima en versos pares.

Las variaciones se pueden producir por:


- Uso de rima consonante en vez de asonante (especialmente en
romances de carácter culto).
- Inserción de estribillo. El romance queda dividido en secuencias del
mismo número de versos, a modo de estrofas. Estas mantienen la forma
de romance; el estribillo se añade de modo que a veces rompe la
alternancia verso suelto - verso rimado (véase ejemplo continuación).
- Uso de versos distintos del octosílabo. Por ejemplo, de menos de 8
sílabas (romancillo), o de 11 sílabas (romance endecasilábico o heroico).
Ejemplo: Romancillo hexasilábico, con estribillo.
Estribillo (en este caso, un pareado con versos con rima consonante entre sí)

La más bella niña En llorar conviertan Dulce madre mía,


de nuestro lugar, mis ojos, de hoy más, ¿quién no llorará,
hoy viuda y sola el sabroso oficio aunque tenga el pecho
y ayer por casar, del dulce mirar, como un pedernal,
viendo que sus ojos pues que no se pueden y no dará voces
a la guerra van, mejor ocupar, viendo marchitar
a su madre dice, yéndose a la guerra los más verdes años
que escucha su mal: quien era mi paz: de mi mocedad?
Dejadme llorar, dejadme llorar, Dejadme llorar,
orillas del mar. orillas del mar. orillas del mar.

Pues me distes, madre, No me pongáis freno Váyanse las noches,


en tan tierna edad ni queráis culpar, pues ido se han
tan corto el placer que lo uno es justo, los ojos que hacían
tan largo el pesar, lo otro por demás. los míos velar;
y me cautivastes Si me queréis bien váyanse y no vean
de quien hoy se va no me hagáis mal; tanta soledad,
y lleva las llaves harto peor fuera después que en mi lecho
de mi libertad, morir y callar: sobra la mitad:
dejadme llorar, dejadme llorar, dejadme llorar,
orillas del mar. orillas del mar. orillas del mar.
Luis de Góngora
Redondilla
Estrofa compuesta por cuatro versos de arte menor (de ocho sílabas o
menos) con rima consonante, según el esquema abba.
Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Sor Juana Inés de la Cruz, [Redondillas], vv. 1-12.
Quintilla
Estrofa compuesta por cinco versos de arte menor (de ocho sílabas o
menos) con rima consonante.
El esquema de rimas varía, pero siguiendo estas condiciones:
- Dos rimas dentro de cada quintilla.
- Ningún verso sin rima.
- No más de dos versos seguidos con igual rima.
- Sin acabar en pareado (dos versos de igual rima).
Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso
con solo Dios se compasa
y a solas su vida pasa
ni envidiado ni envidioso.
Fray Luis de León
Décima espinela o espinela

Estrofa de diez versos octosilábicos con rima consonante, con la


combinación abba accddc.
Aparte de la combinación fija de
Nace el ave, y con sus galas rimas, caracteriza la espinela una
pausa tras el cuarto verso.
que le dan belleza suma, (A veces es más pronunciada que en este
caso, pero también, como aquí, puede
apenas es flor de pluma, producirse por cierta agrupación sintáctica
o ramillete con alas, que deja separado el cuarto verso del
quinto)
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que deja en calma:
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?

Pedro Calderón de la Barca, La vida es sueño (fragmento).


Algunas formas métricas endecasilábicas
 Estrofas existentes en la tradición italiana
antes del siglo XVI:
 Soneto.
 Canción petrarquista (o canción real).
 Madrigal.
 Octava (o también octava rima, octava real).
 Tercetos encadenados (it. terza rima)

 Otras formas endecasilábicas en la poesía


española a partir del siglo XVI:
 Lira (desde Garcilaso de la Vega).
 Silva (desde finales del s. XVI o primeros años del
s. XVII).
Estrofas existentes en la tradición italiana antes del siglo XVI
Soneto
Estrofa de 14 versos endecasilábicos distribuidos en dos cuartetos (a
menudo con esquema de rima ABBA ABBA) y dos tercetos (con disposición
de rimas más variable: CDE CDE, o CDC DCD, etc.). La rima es consonante.
Un soneto me manda hacer Violante, A
que en mi vida me he visto en tanto aprieto; B
catorce versos dicen que es soneto: B
burla burlando van los tres delante. A
Yo pensé que no hallara consonante, A
y estoy a la mitad de otro cuarteto; B
mas si me veo en el primer terceto B
no hay cosa en los cuartetos que me espante. A
Por el primer terceto voy entrando, C
y parece que entré con pie derecho, D
pues fin con este verso le voy dando. C
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho D
que voy los trece versos acabando; C
contad si son catorce, y está hecho. D
Lope de Vega
Canción petrarquista (o canción real)
Poema compuesto por un número indeterminado de estrofas (también
llamadas “estancias”) que combinan versos endecasílabos y
heptasílabos con rima consonante.
El poeta elige libremente la combinación (cómo se distribuyen los versos de cada
medida y el esquema de las rimas), pero debe mantenerla igual en todas las
estrofas.

Con un manso rüido 7a Aquí estuve yo puesto,


d'agua corriente y clara 7b o por mejor decillo,
cerca el Danubio una isla que pudiera 11C preso y forzado y solo en tierra ajena;
ser lugar escogido 7a bien pueden hacer esto
para que descansara 7b en quien puede sufrillo
quien, como estó yo agora, no estuviera: 11C y en quien él a sí mismo se condena.
do siempre primavera 7c Tengo sola una pena,
parece en la verdura 7d si muero desterrado
sembrada de flores; 7e y en tanta desventura:
hacen los ruiseñores 7e que piensen por ventura
renovar el placer de la tristura 11D que juntos tantos males me han llevado,
con sus blandas querellas, 7f y sé yo bien que muero
que nunca, día ni noche, cesan dellas. 11F por solo aquello que morir espero.
[Siguen dos estrofas más en este poema, y acaba:]

Danubio, río divino, 7a


que por fieras naciones 7b
vas con tus claras aguas discurriendo,11C
pues no hay otro camino 7a 7a Aunque en el agua mueras,
por donde mis razones 7b 7b canción, no has de quejarte,
vayan fuera d'aquí sino corriendo 11C 11C que yo he mirado bien lo que te toca;
por tus aguas y siendo 7c 7a menos vida tuvieras
en ellas anegadas, 7d 7b si hubiera de igualarte
si en tierra tan ajena, 7e 11Ccon otras que se m'han muerto en la boca
en la desierta arena, 7e 7d Quién tiene culpa en esto,
d'alguno fueren a la fin halladas, 11D 11D allá lo entenderás de mí muy presto.
entiérrelas siquiera 7f
porque su error s'acabe en tu ribera. 11F Garcilaso de la Vega

Algunas canciones (como esta del ejemplo) pueden llevar al final un remate
llamado envío o commiato (‘despedida’), también de versos de 7 y 11 silabas, más
breve que una estrofa (pero sin extensión fija) y de esquema métrico distinto.
Octava (también: Octava real, octava rima)

Estrofa de ocho versos endecasílabos con rima consonante


según el esquema ABABABCC.

Cerca del Tajo, en soledad amena, A


de verdes sauces hay una espesura B
toda de hiedra revestida y llena, A
que por el tronco va hasta el altura B
y así la teje arriba y encadena A
que’l sol no halla paso a la verdura; B
el agua baña el prado con sonido, C
alegrando la hierba y el oído. C

Garcilaso de la Vega, Égloga III, vv. 57-64.


Madrigal
Composición breve (por lo general, entre 8 y 12 versos) que
combina versos endecasílabos y heptasílabos sin un
esquema predetermninado. La rima es consonante, aunque
puede quedar suelto algún verso.

Ojos claros, serenos,


si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

Gutierre de Cetina
Otras formas endecasilábicas
en la poesía española a partir del siglo XVI

Lira

Estrofa que combina versos endecasílabos y


heptasílabos, según el esquema 7a-11B-7a-7b-11B
(rima consonante):

Si de mi baja lira 7a
tanto pudiese el son que en un momento 11B
aplacase la ira 7a
del animoso viento 7b
y la furia del mar y el movimiento, 11B

Garcilaso de la Vega, Ode ad florem Gnidi (vv. 1-5)


Estrofas (o formas) aliradas

Estrofas breves (no tan amplias como las de la canción


petrarquista) que combinan versos endecasílabos y
heptasílabos (rima consonante).
Son parecidas a la lira, pero no tienen un esquema
predeterminado de número de versos y rimas. El poeta
puede elegirlo a su voluntad, aunque sí debe mantenerlo en
todas las estrofas.
Con paso presuroso 7a
se va huyendo, ¡ay Póstumo!, la vida; 11B
y, por más religioso 7a
que seas, no dilatas la venida 11B
a la vejez, ni un hora 7c
detienes a la muerte domadora. 11C

Fray Luis de León, Traducción de la oda II, 14 de Horacio (vv. 1-6)


Tercetos encadenados (*)
El terceto es una combinación de tres versos endecasílabos. Suele usarse en
series de un número indefinido de versos. Se llaman “encadenados” cuando
en cada estrofa riman el primer y tercer verso, mientras que el segundo
enlaza con la siguiente, rimando con primer y tercer verso
(“encadenándolos”). La rima es consonante.
Al final del poema, para no dejar ningún verso sin rima, suele usarse un
serventesio (estrofa de cuatro versos endecasílabos, con rima alterna: riman
entre sí primero y tercero, y segundo y cuarto). Por tanto, el esquema
general sería: ABA BCB CDC … XYX YZYZ
Montano, cuyo nombre es la primera [final del poema]
estrellada señal por do camina
y el cielo, cuando pides, te conceda
el sol el cerco oblicuo de la esfera,
que nunca de su todo se desmiembre
nombrado así por voluntad divina,
ésta tu parte y siempre serlo pueda.
para mostrar que en ti comienza Apolo
Nuestro Señor en ti su gracia siembre
la luz de su celeste diciplina:
para coger la gloria que promete.
yo soy un hombre desvalido y solo,
De Madrid, a los siete de setiembre,
expuesto al duro hado cual marchita
mil y quinientos y setenta y siete.
hoja al rigor del descortés Eolo;
[…] Francisco de Aldana
(*) También se los denomina por antonomasia “tercetos”, deduciendo del contexto que son encadenados; o con terminología italiana,
terza rima.
Silva
Composición que combina libremente versos endecasílabos y
heptasílabos. La rima es consonante, no sigue ningún patrón fijo e incluso
puede quedar suelto algún verso. Se diferencia del madrigal por ser de
mayor extensión.
Empero si olvidares, estudioso,
con pensamiento ocioso,
El reloj de sol el saber cuánto mueres,
ingrato a tu vivir y morir eres:
¿Ves, Floro, que, prestando la Arismética pues tu vida, si atiendes su doctrina,
números a la docta Geometría, camina al paso que su luz camina.
los pasos de la luz le cuenta al día? No cuentes por sus líneas solamente
¿Ves por aquella línea, bien fijada las horas, sino lógrelas tu mente;
a su meridïano y a su altura, pues en él, recordada,
del sol la velocísima hermosura ves tu muerte en tu vida retratada,
con certeza espïada? cuando tú, que eres sombra,
¿Agradeces curioso pues la santa Verdad ansí te nombra,
el saber cuánto vives, como la sombra suya, peregrino,
y la luz y las horas que recibes? desde un número en otro tu camino
corres, y pasajero,
te aguarda sombra el número postrero.
Francisco de Quevedo

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