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tI Los no.nbresquechua
de V íracocha,supuesto
"Díos Creador"
de los eaangeliTadores
i Pierre Duviols
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por 1os motivos siguientes, relacionados con la formacióq -o de'
formación- teológica de su éPoca'
La misionologfa europea del XVI -y también la del
XVII- contenfa ló que podriamos llamar ahora une sección an-
iropologica, es decir una- descripción y apreciación del nivel cul'
trlül / tuiigio"o de los pueblos americanos por evangelizal ' Los
criteriás er¿in cxactamcnte los mismos que los que "los Padres
la lglesia" habfan aplicado en otros tiempos a los no-cristianos 'le
ael irie¡o Mundo, de tal nanera que se llegó a co¡Nidera¡ a 1o8
no-cristianos amcricanos de l8 misma manera que San Agustln'
en la Ciudeci cle Dios cc¡nsidcraba a los Paganos -o gentiles- de¡
mundo post-romano.
Un punto esencial de la vieja tesis agustiniana, ampliamen-
te clifunAido en América por los dominicos y los jesuitas, era e¡
siguiente: Todos los pueblos que habÍan alcanzado cierto- nivel
inielectual tenian que llegar forzozanenfe a coucebir la idea de
la existencia de un ser supremo, más inteligente y poderoso que
los seres cread.os y que éste, necesariamente, eta el autor, el crea-
do¡ de todo lo existente en el mundo ' A este ser supremo, al crea-
dor, lo llamaban también Primera Causa o Primer Móvil Estas
eran, en realidad, viejas ideas de la filosofía griega, explotadas
después, a partir de San Agustín, durante sigloi por la apologé-
tica cristiana.
¿Por qué tenían tanto interés los misioneros en utilizar aque'
lla tesis? Es que 1) La afirmación de la existencia de un diog
creaoor, forzozamente único, universal y todopoderoso, constitufa
un excelente argumento para luchar contla el politeismo, es decir
en el caso del Pefll, contra las numerosas hüacds andinas. 2) Esta
tesis era la mejor justificación de su empresa: si los indios del
Penl por medio de la sola lógica humana habían descubierto la
necesidad de una Prime¡a Causa del universo, es que habían he'
cho ya la nitad de1 camino (gracias a la Providencia) hacia el
conocimiento del uerdadero Dios, por supuesto ¡lnico, universal
y todopoderoso. Y a ellos les tocaba, también providencialmente,
la honrosa tarea de aportar a aquellos espíritus inquietos la
reuelación de aquel Dios creador.
Para mostrar que los pueblos paganos tenfan que llegar por
la sola "razó¡r natural" a la necesaria idea de un dios creador, la
apologética cristiana del XVI y del XVII utilizó varios ejemplor
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o anécdotas heredados de la filosofla griega, particularmente de
Ios estóicos (Cf.: Cicerón, De nahrro d.eorum). Estas anécdotas
fueron adaptadas a ¡a realidad americana y explotadas por los
perúi F. de Avilá y H.
lutorjs d_esermones para indios (en el
de Avendaño). UDa de ellas, que llamaré ,,el ejemplo del Sol',
conoció un éxito prodigioso en la literatura evangelizadora: un
amauta, o un Inca, habría pensado un buen dla que el Sol no
podfa ser el dios supremo, ya que eslaba obligado á seguir siem-
p_re el mismo camino y a parar por las noches. Tenía que haber
alguieo, pues, rrás poderoso que é1. Se coligen fácilmente las
ventajas que podlan sacar los curas de indios con esa conseja:
persuadirlos que los hombres más prestigiosos de su pueblo
_I)-
hablan encontrado ellos mismos el rastró del dios creador v am-
marlos así a imitarlos; 2) demostrar la vanidad del culto sólar, y
má3 todavla, la del culto de las hzaccs e ldolos.
Este preámbulo era indispensable pára explicar el siguiente
texto de Molina (1943: 19) en el que salta a la vista la falsifica-
ción (desde luego inconsciente) de la figura del Viracocha indíge_
na. Se trata, casualmente, de la célebre anécdota q,re se a"aba
de mencionar: "Este [Pachacuti Inca yupsnquil iue cle tanto
entendimiento, que se puso a considerar, viendo el respeto y reve-
rencia que habían teuido sus antepasados al Sol, pues le adoraban
Dios,-y- que no tenfa reposo ni descanso ninguno, y que todo6
.por
ros dtas daba vuelta6 al mundo, dijo y trató con los de su conseic
que no e¡a posible ser el Sol el Dios Creador de todas las cosas.
Porque, lo fuera, no fuera parte de un pequeño nublado que
-si
l.dela-ntel del asl se le ponfa, estorbarle ei iesplandor que no
alumbrase y que si él fue¡a el Hacedor de todai las co"a-s, qrr"
algin dÍa descansara y de uu lugar alumbrara a todo el áunclo
y mandara lo que él quisiera y que así que no era posible sino
que- naDla otro que Io mandase y rigiese, el cual era el pecha-
yachachic, que quiere decir Hacedor',.
Este Pachayachachic, o Viracocha pacháyachachic, como lo
llama también, es mencionado a menudo por Molina, a 1o largo de
su relación, con el nombre de ,,El Hacedor". Asl clesigna la
gran tríada del Cusco: "El Hacedor, el Sol y el Trueno,t Esta
traducción ("El Hacedo¡') es iotal¡rente abusiva e inexacta. co-
mo veremos luego.
El jesuita José de Acosta comete un error parecido, o todavfa
más grave, si puede ser. Llega a considerar -por los prejuiclos
itu
apologéticos ya expuestos- que Pachacamac no constitufa una
div¡ni¿a¿ nrliótto,rn sino que era solamente un epíteto de Vira-
cocha, igual que pachaaocllochic: "Primeramente, aunque las ti-
nieblás áe la inf;delidad tienen oscurecido el entendimiento de
aquellas naciones, en lnuchas cosas-no deja la luz de la razon
algún tanto de obra¡: cn ellos y asl tomunmente sienten y confic-
s"r, ,rtr seflot y hacedor de todo, al cual los del Perú
llamaban",rp.e-o
Viracocha, y le ponfan nombre de gran excelencia,
como Pachayachachic, que es criador del cielo y tierra, y UsaPu'
que es admirable" (H.N.M.I., V, I).
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decir "criador del mundo"; y Ia misma signi{ieaciÓn tiene el de
Viracochayachachic .
Estas observaciones eran indispensables para desPejar el te-
lreno documental y poder examinar correctamente algunos de los
elementos del problema de Viracocha. Empezaré plimdro, lógi-
camente, por el de los nombres de Viracocha, los cuales dieron
pretexto, como se acaba de ver a tan fantásticas interpretaciones,
que todavla tienen una desastrosa inlluencia en nuestra visió!
etnobistórica de la religión incaica.
II
s) Pach.oyachachic
6?
tener querencia en slgrln lugar, estar babitualo a alguna cosa" '
En cuanto al frecuentativo lachachiy, lo encontramos defiDido eD
el más antiguo diccionnBrio conocido, el Lexicón (1560) de D. de
Santo Tomás (Reed. Lima, 1951): '?achachi¿i: disciplinar o en-
selar" y tarnbién su participio presente sustantivado '\achachic:
aya que enseña a otro, docto que enseúa". Y lo más interesante
es que González Holgln, a su vez, registra estos sentidos, autén-
ticamente vernaculares, precisándolos: después de dar la inter-
pretación cristianizante que hemos visto, añade: "Yachachachillí:
1) enseñsr, instruir, acostumbrar y amansar y preparar; 2) ap¡e+
lar o aparejar algo o lenerlo a punto; 3) preparar y aparejar a
otro o para hazer algo". Y también: "Yachachik: el maestro".
De todo, lo cual podemos extraer el concepto básico triple de
1) saber (a Ia vez sabidurfa y ciencia); 2) transmisión e imposición
del saber; 3) disposición, arreglo perfecto (de lo que se ha conce-
bido gracias al saber). En otras palabras, el yachachic es el que
sabe mucho, concibe y realiza su proyecto, de tal manera que las
cosas estén bien ordenadas. Por lo cual propongo la equivalen-
cia siguiente a pachaAachachic: "El maestro que sabe concebir y
organiza bien el mundo".
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Cuniraya Viracocha, como eD el dios de los Cbinchaycocha, Tu-
mayricapac (="El astuto Capac'), etc.
b) ?üri
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Por ahora propongo, pars traducir Tecsi Viracocha Pacha-
yachachic, algo como "Viracocha, Padre de la gente' maestro que
ha sabido y sabe ordenar el mundo".
c) Utapu
dl Caylla
00
En la "declaración" del principio de Ia primera oración que
acabamos de citar, Molina "traduce"; "Oh, Hacedor que estás e¡r
los fines del mundo..." (1943: 38) y en la "declaración de la
oración tercera que empieza por Cailta uiracochan, ticsi viraco-
chan.,,", traduce por "Hacedor que estáis en el cabo del mundo,
hacedor que está(i)s en los fines del mundo...". Es decir que
da a caylla el sentido de fin, cabo, extremidad.
Todos los diccionarios antiguos apuntan el sentido más co-
múrr de coyl¿a: cerca. Sin embargo, el vocabulario de 1586 re-
gÍstra tambiéu el sentido de "extremidad o remate de algo". No
se repite eu Holguín, pero elcontramos en su léxico esta intere-
sante explesión; Doctrínacta caglla manta Uachanii "sé la doc-
trina de cabo .a cabo", lo que confirma que esta palabra, lo
mismo que fecsi, puede expresar la idea de una de dos extrem¡-
dades, y en ciertos casos podrfa aludir a todo el "espacio" coritc-
nido entre las dos extremidades.
Po¡ 10 tanto, es difícil, en este caso, proponer.una traducciór¡,
fuera de un contexto más rico, el cual nos hace falta. No tene.
mos suficientes motivos para rechazar la traducción de Molina.
Quizás, solamente, a partir de lo que sabemos de otras socieda-
des análogas sobre lae cuales tenemos más documentación, se
podría orientar la interpretación de manera algo diferente, Pien-
Eo en uI¡ poema en el cual Tecayehuatzin, señor de Texcoco 11a-
ma a la divinidad "Tloque-Nahuaque", lo que Miguel León
Portilla traduce exactamente por nDueño del cerca y del junto',
(Cantares mexicanos, ms. B.N. México, fol. 12 v.). En nuestro
caso podrfamos proponer como eqüivalente del caglla uiracocha:
"Viracocha, señor del cerca y/o del extremo". ¿Quién sabe?
e) Tocapo actut¡n
6l
fue lndustrioso y inventor de ropas y labores pulid¡s, a i¡ue lla'
man en su lengua Viracocha tocapo" (Sarniento, ¡tisú. ¡nd., ch.25).
Aquella lunción artesanal debfa quedal unida a la divinidad y
no solamente en la zona del Cusco sino también en zonas aleia-
das, a consecuenciade las conquistas' Lo Jabemos Po¡ el docu-
mento de Huarochir¡ que oigue atribuyendo tal función a Vira'
cocha, a su Viracocha importado, unido con otro numen original
-según parece- Cuniraya. Leemosen DiosesA HombTesde Hnn'
¡ochirl, sl final del primer capltulo, que los teiedores invocaban
a Viracocha cuando empezabanuna labor delicada.
Acarupo va unlda a tocapo. Encontramos la solución en Gon-
zález Hoiguln: Acrtopo4 ttocapuV: "es cosa muy galana' o cual-
quier Bala, o buen vestldo, que estos los eran del Inca". También
sL puede relacionar con Acnanacuut: "Las ceremonias,palabras,
iDstrument@ y bestidos para sacrificar"'
Asl que este epfteto doble no parece ofrecer dificultailes'
El Tocapó Acnupo Viracocha es la divinidad resplandeciente,con
su "vestido de luces", su vistoso traje ceremonial, el que podrla
usar también solaEente el Inca para presencia¡ los más imPor-
tantes sacrificios.
l) Hualpoy hwna
LE.oración II, de Molina, eEpieza asf: "Viracochdn dpoco'
chalr ticsi riTacocha,lr hud.tpa! hlr'anÚ. uiracochan" '" Aquf en-
contreuos la interesante iali hualpa (wallpa) que también ha
dado lugar e falsificscióD semántica de -parte '! los misioneros,
los cualés quisieron recuperarla para su vocabulario pmfesional'
Encontramoi en el diccionario de FlolguÍn esta definición, eviden-
temente tard{a y abusiva: HusllPar.i: "formar dios, y bazer, o
criar". El vocabulario de 1586 xegistraba el sentido indlgena:
Euallpani: "formar, ailornar, hazer de nuevo alguna cosa"' Hol-
gufn añade: Huallpanmi Íuna: "hazer el hombre algo de manos
áe nuevo" y Huallpañk: "el que haze bien algo de manos", mien-
tras que ei vocabulario de 1586 daba el mismo verbo Huallparíni,
hudllpariami: "adornarse, engálanarse de bestidos o armas pare
la guerra" y Huallparísca: "persona ataviada assí" Recordaréque
Alb'ornoz (tnst¡rcc¡ón, 21-22) aconsejaba la destrucción de los
gualparius "que son unos géneros de bestidos y Plumerfas y ata-
dijos de piernas muy galanos con condras de la mar. " Porque'
e; biéndolos, bien a la memoria los ritos Pasados"'
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Podrfamos decir, pues que esta rafz contiene la idea de crea-
ción fabril artlslica, orientada más bien hacia la elaboración, tan
importante en aquella sociedad, Ce los teiidos. Y podrfamos pen-
ssr que-se trata aquí de ot¡a forma de celebrar el vestido del dios,
sino se encontrase la expresión cnompleta e¡ el diccionario de
HolguÍn: .[Iucllpag huana, o niTt.a,rlilrd:"el dlligente lravajador
fervoroso y animoso y como un fuego". Esta traducción viene e
confirmar la función artesanal, tradicionalmente at¡ibuida a la
divinidad.
Co¡ocemos otros nombres aplicados a Viracocha (eutre ellos
AW cocha, ya citado) que no te[emos tiempo de @mentar aquf.
Pier¡e DUVIOIS
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