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pendencia de América Latina y de las celebra- arte latinoamericano, visto por los europeos
ciones de su centenario. Fue el tercer coloquio en un mundo globalizado; un desarrollo que
con un enfoque hacia Latinoamérica realizado aún perdura.
por la Asociación Carl Justi desde que el pri- En consecuencia, tanto el coloquio como
mero tuvo lugar en 2000. el libro que ahora tenemos en nuestras manos
Esta edición asienta al presente el único se estructuraron prudentemente a partir de
coloquio de esta índole realizado con motivo las siguientes cinco ramas de investigación:
del aniversario de la Independencia y constitu- el primer apartado se ocupa de “La imagen
ye ahora el volumen 17 de la serie Ars Iberica et de América Latina en las culturas europeas y
Americana, de la editorial Vervuert-Iberoame- norteamericanas de los siglos xix y xx tem-
ricana, y forma a la vez parte de los Estudios prano”, una imagen que se estableció por las
de Historia del Arte de la Asociación Carl Justi. descripciones de viajes y exploraciones cientí-
Se compone de cinco secciones que contienen ficas escritas por los viajeros que sucedieron a
en suma 27 artículos de autores latinoamerica- Alexander von Humboldt. De acuerdo con el
nos y europeos, mismos que ofrecen sus con- cambio de paradigma mencionado por Klein
tribuciones facultativamente en español (15), para el segundo apartado, “La nueva vista a
alemán (ocho) e inglés (cuatro). Al final del Europa y la emancipación de las institucio-
volumen se presentan resúmenes en inglés de nes de arte en América Latina” fue el enfoque
todos los artículos. determinante. Las dificultades en la creación de
En este coloquio, y aún más en esta publi- símbolos transportadores de identidad en las
cación, se hace patente el deseo mutuo de artes y en la arquitectura señala la tercera sec-
establecer una estrecha cooperación entre las ción con el título “La construcción de tradicio-
instituciones académicas de ambos lados del nes – La producción de historias nacionales”.
Atlántico. El objetivo explícito de la reunión Debido a que la apropiación y aceptación del
fue averiguar en qué modelos se orientó la propio pasado se convirtieron en los grandes
construcción de las identidades nacionales lati- temas de las fiestas del Centenario de 1910,
noamericanas y qué papel desempeñaron las la cuarta parte del libro tomó “Las fiestas del
artes visuales y la arquitectura como puestas en centenario de 1910 – La celebración de la inde-
escena simbólicas de la independencia. Ya que pendencia en América Latina” como ejem-
los modelos nacionales de identificación no plos concretos para la puesta en escena de las
se podían orientar en el pasado virreinal de la independencias latinoamericanas. En el quin-
época colonial, que se había abolido, se busca- to y último apartado se trata la nueva concien-
ron ejemplos en Europa y en el propio pasado cia nacional que envuelve “El papel del arte y
prehispánico, aunque estos patrones de identi- la arquitectura contemporáneos en el esta-
ficación se cuestionaron, se reinterpretaron, se blecimiento de paradigmas nacionales de
celebraron o se rechazaron constantemente con identidad”.
entusiasmo desde el mismo siglo xix. Marta Penhos (Buenos Aires) demuestra
En su conferencia magistral, Bruno Klein en qué medida condicionaron la imagen de
subrayó el cambio de paradigma que se reali- América Latina a las descripciones de viajes en
zó en los años pasados respecto a la aprecia- las culturas europeas y estadounidense de los
ción de la singularidad y de la importancia del siglos xix y xx temprano, mediante la com-
paración de fuentes escritas y gráficas que se guerra mundial. En este contexto, el libro de
originaron durante el viaje del Beagle por el Anita Brenner, Idols behind the Altars, publi-
extremo sur de América. Las representacio- cado por primera vez en 1929 en Nueva York,
nes recogidas durante este viaje ilustran de es una representación ejemplar de las imáge-
manera impresionante el cambio de punto nes divergentes de América producidas en los
de vista sobre la naturaleza del patrón armó- intelectuales estadounidenses y mexicanos,
nico-universal e idealizante de Humboldt debido a sus distintas identidades históricas
hacia el patrón detallado-analítico y racional y religiosas. María de Fátima Costa (Cuiabá,
de Charles Darwin. Eva Grünert (Hambur- mt, Brasil) analiza también, como aportación
go), por su parte, señala en su discurso sobre sobre el ámbito luso americano, las “Pinturas
las representaciones de paisajes venezolanos corporales indígenas registradas por los via-
de Ferdinand Bellermann (1814-1889), de qué jeros” durante los años más importantes del
forma los sucesores de Humboldt se opusie- movimiento independenstista de 1750 y 1850.
ron a la representación científica e intentaron En su artículo sobre “La imagen de la ciudad
crear un ambiente de “goce de la naturaleza” moderna: Buenos Aires en la fotografía alema-
(Naturgenuß ) mediante una disposición exóti- na”, Patricia Méndez (Buenos Aires) logra una
ca en su lenguaje pictórico, donde “una imagen aportación magistral tanto para la historia de la
ideal responde al deseo de soñar del extraño fotografía como para la historia de la ciudad de
que cautiva al observador” y “la imagen cien- Buenos Aires. De igual manera, Miguel Rojas
tífica de América se sustituye por una visión Mix (París) dedica su contribución al tema del
popular”. Pablo Diener (Cuiabá, mt, Brasil), a mestizaje, la mezcla entre los pueblos indíge-
su vez, plantea en su contribución cómo Jean nas americanos, ibéricos y africanos, a los que
Frédéric Waldeck (1766-1875) interpreta en se unen más tarde pobladores de otras raíces,
sus obras el arte prehispánico como un fenó que se manifiesta siempre en nuevos conceptos
meno relacionado íntimamente con la antigüe- iconográficos derivados de sus distintos ámbi-
dad del ámbito mediterráneo. Michael Schatz tos culturales.
(Múnich) analiza en seguida la descripción La segunda sección del libro inicia con
pictográfica de la conquista de México repro- la contribución de Montserrat Galí Boadella
ducida por el pintor alemán Anton Hofmann (Puebla, México), en la cual analiza la cons-
(1863-1938) en su publicación de 1919 que, sir- trucción de “Una nación por la vía del arte”,
viéndose del repertorio gráfico disponible en al partir de un viaje a Europa de dos artis-
la Alemania de entonces, crea una imagen del tas mexicanos: José Manuel Labastida y José
país que se siguió divulgando hasta la segunda Manzo. El propósito de este viaje, que duró de
mitad del siglo xx. 1825 a 1831, fue en primera instancia estudiar
En tanto, Barbara Lange (Tubinga) des- la corriente artística moderna del “neoclasi-
cribe el papel de las culturas precolombinas en cismo” que se había establecido como símbo-
los Estados Unidos de la década de 1920 como lo de la Independencia y la transmisión de
búsqueda de una identidad panamericana este nuevo universo de ideas e imágenes hacia
basada en sus propias raíces como consecuen- México. El segundo propósito era promover el
cia de la más poderosa presencia internacio- reconocimiento cultural de su patria en Euro-
nal de Norteamérica después de la primera pa. Patricia Díaz Cayeros (Ciudad de Méxi-
co) retoma un tema parecido cuando escribe ranz (Sevilla) investiga la influencia del pintor
sobre la “Modernización en tiempos de la des- Juan Manosalvas de la Torre (1837-1906) como
trucción”, que se manifiesta en los cambios en director de la Academia Nacional de Bellas
el programa espacial de la catedral neogalle- Artes de Ecuador entre 1873 y 1875.
ga de Guadalajara durante el siglo xix y que Este capítulo concluye con las observa-
se ejemplifica, entre otros, en la compra de un ciones de Ana Garduño (Ciudad de México)
nuevo altar en Genua o la adquisición de ador- sobre Álvar Carrillo Gil y Lázaro Galdiano y
nos en París. la índole patriótica de sus colecciones de arte.
Jorge Coli (Campinas, sp, Brasil) aborda El enfoque del siguiente capítulo es, a su
las discrepancias entre las corrientes artísti- vez, el más difícil: la perspectiva de Latinoa-
cas modernas en Europa, más bien realistas, y mérica sobre su propio pasado. Después de
la iconografía brasileña al servicio de la crea- que los Estados latinoamericanos conquista-
ción de una identidad nacional. El nuevo ron su independencia tenían que crear identi-
lenguaje pictórico condujo a la suplantación dades nacionales actuales, capaces de remitirse
de la presencia “cotidiana” del “africano” por a tradiciones nacionales; pero después del des-
un supuesto “indígena real” que en realidad encuentro durante un dominio colonial de
era tan sólo un retrato idealizado de un indíge- 300 años, esta identidad se pudo lograr tan
na imaginario. Stephanie Dahn Batista (Curi- sólo a través de construcciones mentales apo-
tiba, pr, Brasil) examina los discursos teóricos yadas en los pasados nacionales y simbologías
sobre arte e identidad en las representaciones que se prestaron para crear elementos de iden-
del cuerpo humano en los marcos de las imá- tificación, mismos que se habían rebuscado o
genes románticas de héroes indígenas, y de las de plano inventado para ponerlos en escena
imágenes típicas de campesinos que muy bien supuestamente como auténticos.
pueden formar parte de la idiosincrasia brasile- Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona
ña. Sonia Gómes Pereira (Río de Janeiro) des- (Medellín, Colombia) describe en qué for-
cribe la aportación de la Academia de Bellas ma la cultura visual en el entonces virreinato
Artes de Río de Janeiro para la formación de de Nueva Granada pudo producir un culto a
una identidad nacional y su instrumentaliza- los héroes (y algunas heroínas) al servirse de los
ción de la imagen idealizada del “buen indíge- nuevos medios iconográficos, como la alego-
na”. Un proceso similar se puede documentar ría, el retrato y la pintura de batallas en sitios
en la pintura de historia del siglo xix en Bra- regionales con el propósito de proyectar un
sil y México, como lo analiza Maraliz de Cas- borrador iconográfico que legitima la repúbli-
tro Vieira Christo (Juiz de Fora, mg, Brasil) en ca. Olga Isabel Acosta Luna (Bogotá, Colom-
su contribución; un tema importante, pero a la bia) pormenoriza esta creación de símbolos
vez delicado para la comprensión de los mitos nacionales nuevos con el ejemplo del inca Ata-
creados durante el movimiento independen- hualpa, convertido en símbolo de la indepen-
tista. María Ocón Fernández (Berlín) enfo- dencia suramericana y cómo el manto de su
ca en el siguiente artículo, cómo la formación mujer llegó como “reliquia” al Museo Nacional
de arquitectos en México y Manila se rigió por de Colombia. Margit Kern (Hamburgo) centra
los patrones de enseñanza en las academias su discurso en un monumento específico y elo-
españolas; mientras que Ángel Justo Esteba- cuente: la escultura del tlaxcalteca “Tlahuico-