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Alfredo Molano: en la piel del conflicto

Alfredo Molano es un escritor, periodista y sociólogo colombiano, nacido en Bogotá en

1944. Él ha dedicado su carrera a los estudios culturales debido a la preocupación que le

suscitaba al querer saber el origen y desarrollo de ciertos fenómenos sociales colombianos, en

especial por aquellos que surgen em ciertas minorías sociales, como la campesina. Las obras

de Molano hacen énfasis en aspectos como la educación y la violencia. Actualmente es

columnista del periódico espectador y cronista taurino.

En los artículos escritos por Molano para el Espectador, se expone una fuerte crítica hacía

el gobierno y sus fuerzas armadas, enfatizando en la violencia, la corrupción y el consumismo

en Colombia.

Por ejemplo, en artículos como: De sustitución, ni pío, ¿Y ahora qué? O Delito de hambre,

él argumenta que el obstáculo más grande para lograr la paz no era la dejación de armas

como se creía sino más bien la corrupción del estado.

Los exguerrilleros, excombatientes aceptaron la erradicación voluntaria de cultivos ilícitos

a cambio de programas de sustitución con el fin de acabar el conflicto agrario. Pero estas son

las horas de que el gobierno no ha movido ni un dedo para abrir dichos programas.

Entonces el problema de que el conflicto agrario siga en pie no es porque los

excombatientes se aferren a la economía del narcotráfico, sino porque el gobierno no ejerce

para que dichas soluciones al conflicto sean efectuadas, y por obvias razones, los

excombatientes no van a dejar el narcotráfico mientras no tengan algo rentable con que

sustituir el cultivo de coca.


Se pensaría tal vez, que el estado, si quisiera iniciar el programa de sustitución, diseñaría

un mecanismo para que todos aquellos que viven de los cultivos ilegales, produjeran

alimentos con destino a hospitales públicos, cárceles y hogares de bienestar familiar. Pero

desafortunadamente lo que impide este mecanismo son las mismísimas licitaciones. Estas

licitaciones son arregladas por los políticos, con el fin de que a aquellos a quienes son

otorgadas las licitaciones después paguen un tributo electoral para financiar sus campañas,

prácticamente es un tráfico de dinero público cuyo uso no es que debería ser.

Además de no cumplir con sus programas de sustitución de cultivos, el gobierno muestra

cifras de contratos firmados, pero no de contratos exitosos, familias comprometidas con la

sustitución de cultivos ilícitos, pero no el fruto de esto. Todo con el infame propósito de que

Estados Unidos no descertifique al país.

No le basta al gobierno hacer artimañas políticas, sino que también se las dan de muy

justos presentando un proyecto de ley que consiste en rebajar las penas por los cultivos

ilícitos, siempre y cuando los campesinos se acojan a los dichosos programas de sustitución,

Estas penas varían entre los seis a doce años por chagra. Se propuso esta ley con el fin de

estimular la sustitución de cultivos ilícitos por cultivos ilegales.

Pero haciendo cuentas de cuánto ganaría un campesino promedio por cada chagra de coca

producida, da un salario mensual de 500.000 (quinientos mil) pesos, mucho menos del salario

mínimo legal y sin prestaciones. Entonces prácticamente un cultivador tendría que pagar seis

o más años de cárcel por el valor de sólo 500.000 pesos, que comprado con lo que se robó el

exfiscal contra la corrupción no sería ni una milésima parte.

Por otro lado, Molano denuncia la violencia en Colombia en artículos como: Muertos

Cantados, ¿"Control de multitudes" o destrucción de movimientos sociales? Donde crítica

como las fuerzas armadas y la policía fueron los encargados de alimentar la violencia
utilizando sus "instrumentos" represivos al "controlar" las manifestaciones que ocurrían por

esos años, provocando fuertes enfrentamientos entre los manifestantes y estos mismos,

causando en la mayoría de casos la muerte de los manifestantes.

Después de que Santos firmará el acuerdo de la Habana, se suponía que la represión por

parte de las fuerzas armadas y de la policía ya no tendría porqué seguir, pero aún así se

siguen evidenciando casos en los que la policía se ve involucrada en asesinatos de líderes

sociales o integrantes de movimientos sociales. Y qué decir del Esmad, una unidad de la

policía nacional creada por el Plan Colombia, alimentada por la doctrina del "enemigo

interno".

Tal parece que el "control de multitudes" pasa de mano en mano, entre las fuerzas

armadas, la policía y el Esmad, pero ya sea uno u otro quién esté a cargo, hace un uso

desproporcionada de la fuerza contra los civiles.

Molano en sí quiere exhibir los más grandes problemas que obstruyen la verdadera paz en

Colombia, que a pesar de que el Papa Francisco se haya tomado la molestia de venir e

intervenir en el proceso de paz, ayudando a la reconciliación, el perdón entre los más

afectados, a dejar la guerra y el odio, no se ha logrado. Porque el estado es un montón de

gente entre hombre y mujeres que sólo buscan satisfacer sus intereses propios, mientras miles

de personas tienen que vivir con la intriga preguntándose qué será de ellos, esperando que el

gobierno cumpla con lo prometido, sobreviviendo por ahora con los 640.000 (seiscientos

cuarenta mil) pesos que se les da, mientras tengan que enfrentarse frente a frente con el

consumismo que arrasa a la gran parte de la sociedad colombiana y que nunca han vivido.

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