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Revista del Seminario de Géneros Literarios

La virtud de la ceguera un cuento de Alejandra Cárdenas

Inmersa en la masa de la juventud una crónica de Mariana Róo

Número 1 - Segundo Semestre 2015


ÍNDICE

Presentación
Cuento Ensayo
La virtud de la ceguera Alejandra
Cárdenas Parúguez
3 Curiosidad, provocación y otras
formas de leer bien Silvia Téliz
29 Zaguán, palabra mozárabe, ha sido desplazada por términos como atrio, vestíbu-
Martínez
lo o el anglicismo hall. Es un espacio cerrado, situado tras la puerta principal de
Cuento
Patata podrida Melissa Juárez Mora 7 Ensayo
La invención de Morel, una historia
como cualquiera Sarahí Martínez
31 una casa; un sitio de paso que sirve también para recibir visitas, un umbral de
entrada. Igualmente, esta revista semestral abre sus puertas a los visitantes del
Seminario de Géneros Literarios y les da la bienvenida al universo de las letras.
Cuento Minificción
La casita azul y el hombre que vive
siempre Ana Muñoz Morales
14 Biografía de un aborto Andrea
González Sáenz
33 Hay un precedente histórico en la literatura mexicana. Entre 1975 y 1977
se editó en el Distrito Federal una revista literaria titulada El Zaguán; ini-
Cuento Minificción ciativa de un grupo de jóvenes escritores para generar vínculos entre au-
Mi amor, candelabro Mariana Róo
Rubí
17 El perro que quería ver en colores
Alejandra Cárdenas Parúguez
34 tores noveles y consolidados. Se editaron siete números en los cuales
destacaban las colaboraciones, entre otros, de Ramón Xirau, José Emilio Pa-
Crónica Minificción checo, Jaime Sabines y, el único Nobel de Literatura mexicano, Octavio Paz.
Gente hermosa Dahamar Ruiz de
Esparza
21 La invención de los sentimientos
Sarahí Martínez
34
Dicho poeta vivió su infancia y adolescencia en Mixcoac, donde actualmente
Crónica
se ubica la Universidad Panamericana, la cual le rinde homenaje con una
Shot, shot, shot: inmersa en la
masa de la juventud Mariana Róo 25 placa en el Jardín Central: “En Mixcoac, pueblo de labios quemados, solo la
Rubí higuera señalaba los cambios del año. La higuera, seis meses vestida de un
sonoro vestido verde y los otros seis carbonizada ruina del sol de verano”.

Jardines y zaguanes aún sobresalen en la arquitectura de esta colonia y de


nuestra universidad. En un esfuerzo por reconocer la importancia de es-
tos espacios, las portadas de la revista lucirán en cada número un zaguán.
Diseño basado en la plantilla: “RED Borders LLC”, usada bajo licencia Creative Commons. Sean pues bienvenidos, lectores y colaboradores, a esta antesala literaria.
Zaguán Literario es una publicación digital de carácter semestral, elaborada a partir de los trabajos de los
alumnos del Seminario de Géneros Literarios, que es parte del plan de estudios de la carrera de Comuni-
cación de la Universidad Panamericana. Esta publicación es un proyecto de difusión cultural sin fines de
lucro.

Todos los textos son propiedad de sus respectivos autores. Las fotografias utilizadas están bajo licencia Santiago Uría & Edgar Rodríguez
Creative Commons y fueron tomadas de la página www.pixabay.com; excepto la foto de portada, propie- Profesores del Seminario de Géneros Literarios
dad de los editores, y la segunda ilustración de la página treinta y cuatro, propiedad de Sarahí Martínez.
La portada muestra la entrada principal de la universidad por Agusto Rodin.

Editores responsables: Santiago Uría, Edgar Rodríguez y José Luis López


ALEJANDRA conseguirlo, los ortopedistas más prestigiosos recomiendan usar un, y solo un par,
La virtud de la CÁRDENAS PARÚGUEZ de zapatos de tacón.
CUENTO

CUENTO
ceguera Tobías sentía un amor muy especial por sus zapatillas. Hacía 10 años, 3 meses y
14 días que las compró en aquel iluminado aparador de la calle del centro. Eran
perfectas: tacón de gatito, delgadas, menudas y con una ligera curva en el borde
La mañana del 29 de oc- muerte entre su especie. del talón; más negras que la soledad. Tres mil setecientos cincuenta y cuatro días
tubre, el día más aburrido Hay que recalcar un había usado el calzado especial, tres mil setecientos cincuenta y cuatro días había
del año, Tobías perdió el hecho de gran enver- Nació el 3 de marzo de 1996, en guardado cuidadosamente el calzado especial (y los otros 98 zapatos comunes) en
zapato izquierdo de su vi- gadura: el décimo tercer Cuautla, Morelos. Estudia Comu- la zapatera de madera que había usado su padre y el padre de su padre antes que él.
gesimoquinta pata. Y cla- par de zapatos es decisivo nicación en la Universidad Pana- Pero esa insulsa mañana de otoño algo muy raro había sucedido, porque el zapato
ro, tener cincuenta pares para la existencia de un mericana. Busca especializarse del que dependía su vida, o al menos la mitad de ella, había desaparecido.
de zapatos no es tarea ciempiés. Por cuestiones en producción televisiva y cine- Es bien sabido (y de no ser así habrá que leer acerca del reino animal más a menu-
fácil, ni siquiera para un de gravedad y fenómenos matográfica, al igual que guionis- do, siendo el Atlas Básico de Biología, editorial Parramón un buen comienzo) que
ciempiés. Se requiere físicos propios de la natu- mo. Sus principales influencias algunas escolopendras carecen del sentido de la vista, son ciegas, no ven un burro
en primer lugar de un raleza, estos artrópodos para el cuento La virtud de la ce- a tres pasos. Para fortuna de nuestro querido invertebrado, llevaba años perfec-
cuidadoso método de or- necesitan un ángulo de guera y la minificción El perro que cionando y agudizando el sentido del oído, lo cual le permitía tener una vida casi
ganización, porque han aproximadamente tres quería ver en colores fueron Augus- normal.
de saber que a los ciem- grados de inclinación con to Monterroso, Jorge Luis Borges y A pesar de tener un par de ojos inútiles, sabía cuándo cruzar la calle porque podía
piés les molesta mucho el respecto a la tierra para Julio Cortázar. Uno de sus autores escuchar el clic del cambio de luces en el semáforo; conseguía el mejor pan porque
desorden, tanto que el ba- alterar su colocación pos- favoritos es Charles Bukowski. podía escuchar la alarma del horno; era el primero en levantarse porque podía
rullo y los desbarajustes tural y evitar romperse escuchar las plantas crujir con los primeros rayos del sol. Esta prodigiosa habi-
son la principal causa de a la mitad y morir. Para lidad era producto de una casualidad. Sin pretenderlo, había entrenado el oído

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gracias a un obsequio que su tía abuela vinieron a la mente dos sospechosos: ciones jamás serían escuchadas. Quizás en un arranque de desesperación la mantis
le había hecho mucho tiempo atrás. Se el caballito del diablo azul y la mantis había hurtado su zapatilla.
CUENTO

CUENTO
trataba de una colección de discos de religiosa. Un momento, ¿ruido? ¿taconeo? ¡Pero claro! Tobías sabía perfectamente cómo
música clásica de la época del roman- El caballito del diablo azul era un in- encontraría su zapato de tacón. Sus habilidades auditivas le permitirían reconocer
ticismo ruso. Tobías había memoriza- secto que no le inspiraba confianza por el inconfundible sonido que hacía su zapatilla al chocar contra el suelo. Correría
do un total de 455 melodías. Entre sus el simple hecho de ser azul. Y aunque hasta ella y atraparía al ladrón.
compositores favoritos figuraban Piotr no sabía cómo se veía el azul, ni lo que Respiró muy hondo tres veces y se concentró en los sonidos del mundo exterior.
Ilich Chaikovski y, aunque parezca un se sentía en las pupilas ver ningún co- Al principio fue difícil porque el exterior es un lugar muy ruidoso. Poco a poco el
poco contradictorio, el grupo de Los lor, sabía (por habladurías) que el cie- bullicio se fue haciendo cada vez más nítido y pudo distinguir una que otra suela
Cinco liderado por Mili Balákriev. Así, lo y el mar eran azules y que había un arrastrándose perezosamente a su destino, el lloriqueo de una lombriz antes de
entre armonía occidental y folklorismo punto en el horizonte en que ambos ser devorada por un polluelo recién nacido, hasta pudo distinguir al caballito del
ruso, cada una de las se confundían creando diablo azul suspirando por un amor mal correspondido y a la mantis religiosa en-
membranas del oído un efecto de inmen- cendiendo una veladora, pero de su zapatilla no había rastro alguno. Un sonido
del ciempiés se había sidad, y esas cosas tan captó la atención del ciempiés: “Ring, ring”. Era agudo, alarmante. Lo escuchaba
educado. Pero ya nada inconmensurables lo repetidamente y cada vez más cerca de él: “¡Ring, ring! ¡Ring, ring! ¡RING, RING!”
de esto importaba hacían sentir diminuto Tobías se puso en 50 patas y apagó el despertador. Había sido un mal sueño. Se
porque le hacía falta y lo asustaban. El azul acercó a la zapatera de madera y descubrió que el zapato izquierdo de su vigesimo-
una zapatilla y sin ella daba miedo y cualquier quinta pata había desaparecido…
no podría vivir. bicharraco que portara
Ante tal tragedia y ese color no era de fiar.
después de unos minutos de reflexión Por otro lado, la mantis religiosa pasa-
Tobías exclamó en voz alta: “¡Pero ba los días recluida en su pequeña casa.
qué tontería!” Por supuesto que los Entre rezos y plegarias la mantis era
ciempiés no pueden hablar y mucho una fanática, tenía un pequeño altar
menos exclamar nada en voz alta. Sin hermosamente adornado con flores y
embargo, son unos animalitos de pen- velas que perfumaban el santuario de
samientos muy complejos y profundos. adoración. Una de las muchas creen-
Analizando las distintas posibilidades, cias que Tobías encontraba absurdas
Tobías llegó a la conclusión de que al- era que la mantis estaba convencida
guien se había llevado su vigesimoquin- de que los tacones hacían demasiado
ta zapatilla izquierda, ¿pero, quién? Le ruido y que con tanto alboroto sus ora-

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respondió: “Bueno, así es la política. y esos hombres incómodos, era como
Patata podrida Dependes de tu candidato y no siem- visitar un bello hotel donde sabía que
CUENTO

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MELISSA JUÁREZ
MORA pre hay elecciones”. Así son las cosas. me atenderían como reina. Todo olía
I
Ese tipo de respuestas nunca satisface a fresco y limpio, las sábanas en las
a un niño. camas eran suaves y todo estaba siem-
Jessy se puso roja y alzó las cejas. Un jo- pre impecable. Cualquier habitación
ven que no era de mi familia —Joseph, estaba decorada con esculturas de por-
quien al parecer acompañaba a mi tía celana (sobretodo hadas, animales de
En la oscuridad, mi luz de bengala iluminaba. Jessica y Le— nos miró divertido y mencionó jardín y abuelitas con sus nietos) que
Trágicamente nació 30 años yo hacíamos círculos y figuras, mientras nuestra abuelita con tono altivo: “Pronto serán… —se no debíamos tocar —pero siempre ter-
tarde (se perdió a Margaret llevaba a la mesa el pavo. Los cubiertos de plata relucían, acomodó el cabello y sonrió vanidosa- minaba rompiendo una u otra, y aun-
Mead, la revolución sexual, sin una mancha, ningún rayón. El mantel era blanco y mente— ¿Cuándo las casan, cuñados?”. que mi abuelita entrara en paroxismo,
Woodstock y la vida sin redes brillante, sin arruga alguna que trajera caos a la fina cena Mamá de inmediato volteó la mirada yo sabía que me seguía amando, y que
sociales ni celulares) y estudia de la familia. Los manteles individuales tenían un marco y sentí un enojo discreto, escondido. siempre cocinaría las enchiladas que
Comunicación en la UP, aun- de motivos navideños; nochebuenas, cascabeles y moños Reprimido. Todos los hombres rieron tanto me gustaban.
que en unos años también color oro. Todas las mujeres sonreían de oreja a oreja en y yo les dije que no quería casarme, y Lo que más valoraba de la casa (además
será psicóloga. Sus ídolos la cocina. Sus platillos competían para ser el más delicioso no podían obligarme porque estaba de mi amada familia) era el cuarto de
son Baudelaire, Mick Jagger o el más elaborado. Quizá el mejor presentado. Mientras, protegida por mis derechos del niño, abajo, con libreros repletos de títulos
y Otto Dix; pero tiene gustos los hombres bebían cubas y discutían temas que, a mis 10 y así sería hasta los 12 o 13 años en los tanto clásicos como curiosidades que
culposos como Kesha y Galat- años, no entendía. Hablaban, por ejemplo, sobre el nuevo que la ciencia me declararía como una las damas compraron para aprender a
zia. Sueña conquistar a cierto gobierno de Calderón y la explicación que daba mi padre pubescente. Fabián ‘el gordo’ soltó una cocinar, la colección de discos de ace-
hippie y cambiar el mundo, sobre su proyecto para el SAT —¿qué rayos era eso? —. risotada. “Tú siempre hablando raro”. tato de mi abuelo ‘Tata’ —Yma Sumac,
aunque sabe que una de esas Mi abuelo ponía discos de Blues y pop de los 50, suaves y De nuevo, todos se rieron. Nancy Sinatra, James Brown… y una
voluntades es un imposible. tranquilos. Me fui, cansada de esos adultos que aberración de mi padre, un disco de
Ya está cambiando al mundo. Mi prima y yo asomábamos la cabeza tras el sillón prin- parlotean y nunca saben escuchar, que break dance con el que alguna vez en
cipal, mientras mi tío Fabián presumía que en las próxi- nos meten en situaciones incómodas los 80 bailó girando sobre su cabeza—,
mas elecciones su jefe ganaría, y por lo tanto obtendría un e innecesarias por razones que “cuan- los números de Reader’s Digest a los
trabajo permanente con él. Se jactaba de ser un brillante do crezcas entenderás”. Yo sólo sabía que estaban suscritos desde hacía dé-
político con un futuro prometedor; cuando mi prima dijo: que la comida de mi abuelita ‘Coca’ cadas y muñecas que le habían dejado.
“Pero casi nunca tienes trabajo.” Mi tío, avergonzado, y mi tía Le era un placer delicioso, Mi prima estaba conmigo, aunque al
inigualable. Visitar esa casa, con todo bajar ahí la ignoraba. La sección de

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prepararlo. El vestido que tanto le llevó Ya en casa, corrimos a la cocina. To-
escoger no fue apreciado. Rita era siem- dos comían y platicaban, y creímos es-
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pre la más halagada. Mientras, yo leía a tar en el momento adecuado para dar
oscuras en el asiento de atrás; esta vez las buenas noticias: ¡nuestro hechizo
ni siquiera me regañaron por lastimar había funcionado! “¡Mi tía y su novio se
mis ojos ni me pidieron que apagase besaron en el cine!” gritó Jess emocio-
mi luz. Saqué el itacate que me dio nada. Yo esperaba explicar cómo los
Coquita, y en menos de media hora habíamos hechizado, pero en realidad
me comí lo que debía haber raciona- la noticia fue recibida con hostilidad.
do al menos para un par de días. Miré Primero los miraron a ellos y luego a
por la ventana y noté una construcción nosotras. Creo que todavía no era su
privada junto al lago. Era enorme y novio.
Gajes del oficio y esas historias de Héroes entre nosotros, eran más interesantes
bonita. Parecía una basílica medieval,
que los chistes verdes de Pepito que Jessica contaba. Claro que a veces entre tan-
con muros de piedra volcánica. Si todo II
to loco debíamos unir fuerzas. Odiaba las fiestas sin ella, los grandes platicaban
salía bien, esa sería mi nueva escue-
conmigo y yo no quería explicarles nada de mí. Sacaba algún libro —aquellos días
la. Pronto mis ojos se cansaron, con
devoraba la editorial Selector Infantil— y esperaba que entendieran mi sutil señal
mucho dolor dejé caer a Kafka y caí
de profundo interés por su discurso.
dormida.
Al fin y al cabo, yo no era de esas niñas alegres y lindas. Me apenaban mis car-
Unas semanas después debía que-
cajadas de Tribilín, me sentía tosca junto a mi prima. Ella era muy bonita, como
darme con mi abuelita. Mi prima se Era sábado por la mañana, y la familia
su madre, la tía Rita. Alta, güera y delicada; hija de un transportista importante
unió a la fiesta. Por la tarde, el hombre miraba la novela. Estaba sentada en el
del norte. Jessy era delgada y de cabello claro, era femenina, y el que no pensara
de la fiesta invitó a Le a salir. Tata su- piso, esta vez Jessy no estaba.
hacía la vida muy sencilla para ella. Yo… yo me recuerdo ancha y ‘llenita’, como mi
girió que los acompañáramos, y con la De la cocina salieron gritos, al parecer
abuelita le decía a la familia en susurros. Mi piel… oscura, y mi nariz era prominen-
promesa de dulces y palomitas accedí. del ahora novio de Le:
te. Mis lentes y mi manera aparentemente extraña y educada de hablar, al parecer
Antes de irnos, Jessy me llevó a la fuen- “¡ESTÁ ASQUEROSA ESTA SAL-
me volvían un ente extraño que no merecía ser tomado en serio. Ni hablar de mi
te del jardín. Vi el fondo de la fuente, SA¡”
sangre. Mamá venía de una delegación pobre, una familia “vulgar” y “violenta”.
y en ella Jessy había arrojado pétalos, Acto seguido, algo de cristal azotó el
Mi otra abuela, sin embargo, me parecía tan linda como la paterna. Mis tíos eran
ramitas, monedas y un dije. “¿Para qué piso. Uno. Dos. Tres golpes. Tres y un
ciertamente irreverentes y algo agresivos en su hablar, pero nunca me trataron mal.
es todo esto?” pregunté. Sonrió con gemido. Todos permanecieron en si-
Sólo sé que esa noche nos fuimos temprano. Mamá estaba muy enojada, y creí
dulzura, señaló a Le y al tal Joseph y lencio, su indiferencia me hizo mucho
escucharla llorar. Su platillo no recibió mucha atención, y la vi muy esmerada al
susurró: “Es un hechizo de amor”. ruido.

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Cuando acabaron los comerciales, alguna crisis existencial por la que pu- Ni siquiera me dolía. Yo no conocía a ese señor. Nunca estaba. Pero al parecer
miré la actuación artística que puede diese estar pasando en esos segundos. mamá sí, y le era muy importante. Las lágrimas de mamá fueron lo detestable, lo
CUENTO

CUENTO
ofrecer una estrella Televisa. Sentía “¡Ay Itzel¡ ¡Siempre tan chistosa!” dijo doloroso.
una fijación por sus gestos exagerados mi abuela, y todos carcajearon.
y el deprimente guion, me pregunta- IV
ba cómo los demás podían comprarse III
una historia tan cínicamente montada,
sintética. Una fórmula. Enfoqué mi
atención a María Rigoberta, maltrata-
da por el feo y pobre novio que no la Esa navidad sería la última en casa de Coquita. Me despediría del librero y los
merece. Me divertía su timbre y me Lancé al suelo mi suéter de uniforme, acetatos. El padre de Jessy, ‘el gordo’, llegó con otra mujer y dos nuevos niños. El
levanté, me paré frente a la tele e imi- era enorme y picaba. Mamá no res- hombre que hace un par de años vino con mi tía Le, era ahora su esposo. Jessy y yo
té sus gestos y ademanes. Estaba lista pondió mi saludo. Grité una, dos, tres crecimos mucho. A mis 14 años había logrado adelgazar y para sorpresa mía pare-
para hablar como ella con el primero veces. Sólo escuché algo parecido a un cía más femenina. Tal vez por eso Joseph no dejaba de mirarnos. Cargaba a Jessy
que se me cruzara, cuando mi tía salió aullido de dolor. Subí y mamá estaba y la abrazaba demasiado. Intentó acercarse así conmigo, pero me sentía incómoda.
silenciosamente de la cocina, miré al en mi cuarto. Decidí irme sola a leer las revistas de mi abuela, como siempre.
vacío, puse una mano sobre mi frente, “Tu papá se fue”. Probablemente ya no vería tanto a mi prima, sus padres también estaban separa-
incliné mi espalda hacia atrás, y grité: Corrí al cuarto de mis padres y abrí el dos. Con todo y eso no me sentía sola. Pronto entraría a otra escuela, y al privarme
“¡NO NECESITAS DE NINGÚN clóset. Las corbatas de padre no esta- de tanta tentación —la comida de mi abuelita—, no sería tan difícil bajar de peso.
HOMBRE PARA SER FELIZ! Eres ban. Busqué en cada cajón. Nada de Llevaba varias semanas comiendo sólo una manzana al día, y no quería que mi
independiente, haz tu vida”. él quedaba. —¿Cuándo?, ¿Por qué?, esfuerzo no significase nada. Puse en el tocadiscos a Donna Summer, esperando
No recibí el aplauso que esperaba, en ¿Dónde rayos estuve estos años, que silenciar las voces de mi familia, criticando a cualquier mujer que no viviese para
cambio miraban a Le, y ella me miraba todo esto es tan ajeno a mí?— Diablos. servirle a su esposo e hijos. La puerta se entreabrió. Era Jessy. Por primera vez la vi
a mí. No sé si su mirada era de sorpre- La puerta, dejé la puerta abierta. Corrí vulnerable, lastimada.
sa, desnudez incómoda, o si reflejaba a cerrarla y regresé con mamá. Quité mi bolsa de la silla, para que se sentara. Vio mi revista, con Obama en la
portada. “¿Qué te pasa?” pregunté. Se acercó y me dijo todo lo que los adultos
callaban. Su madre dejó a mi tío, su alcoholismo era intolerable. Rita, sin embargo,
había encontrado el amor en uno de sus compañeros de trabajo; o al menos eso es
lo que ella había escuchado en las pláticas entre Rita y sus amigas.
Tristemente, la nueva mujer de mi tío compartía el nombre con mi prima. Era
muy bella, y tan femenina como Rita. Pero había algo en ella que no me agradaba.

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Quizá que Rita era de las pocas mujeres que hablaban cosas interesantes, más allá
de lo doméstico. La Jessica intrusa —toda una lamia— llegó contándonos sobre su
La casita azul y el hombre que
CUENTO

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nueva bolsa y las faltas morales que sus vecinas cometían. Sensatos y sinceros co-
mentarios por parte de alguien que trajo una nueva prima a la familia, una niña con vive siempre
la sangre de mi tío, y otro chico con un padre misterioso y desconocido.
Ana Muñoz Morales
Salimos al patio y encendimos nuestras luces de bengala. Observábamos la luz
mientras mujeres mecánicas limpiaban las copas. Escuché a Le decir: “Olimpia ¡Otra noche estrellada! Parecía que las estrellas anaranjadas iban a meterse saltan-
—mi madre— salió de vacaciones mientras las niñas estaban con su papá. Probable- do por la ventana de la habitación. Eran como aquellas estrellas del cuento de la
mente algún hombre le pagó el viaje”. Algo incómoda, me propuse expresar en la abuela. Solo que olvidó decirme que hacían mucho ruido, como si fueran truenos.
cena que mamá había salido con sus amigas. El mantel era blanco y estaba almi- Cerré la ventana despacio para evitar que las dos maderas se tocaran e hicieran el
donado. Los mismos manteles finos estaban en cada uno de nuestros lugares, con menor ruido. Me quedé viendo las estrellas anaranjadas del cuento de la abuela,
sus respectivos cubiertos de plata. Abuelita llevó el pavo a la mesa. ¿Por qué tanto por una ranura que era más ancha que las demás.
ahínco en tener una vajilla resplandeciente cuando su libertad estaba opacada? To-
das las mujeres sonreían de oreja a oreja en la cocina, sus platillos competían para
ser el más delicioso, o el más elaborado, quizá el mejor presentado. Pero ahora esas
sonrisas no me parecían hogareñas y cálidas. Me parecían macabras.
Mientras, los hombres bebían cubas y discutían temas que a mis 14 años ya en-
tendía. Hablaban, por ejemplo, sobre cómo Joseph trabajaba con el Sr. Alberto
Baillères (pero omitían claro que ni siquiera trataba con él, pues un tercero daba
las órdenes del economista) y Fabián callaba a mi abuelo porque estaba seguro de
que su cotidiano discurso político nos interesaba más que las anécdotas del abuelo
‘Tata’.
En la cocina, miré a las mujeres de mi familia. ¿Qué tanto pueden despreciarse?
Me acerqué a Coca, la más sensata.
“¿Está llorando abuelita?”
“Esperaba esto de Olimpia, no de Rita”
Sentí la sangre subir a mi rostro. “Me alegra que ninguna sometiera su voluntad a
la de un hombre. Un hombre o cualquier otra persona”.
Ella me miró ofendida. Yo miré el estante, y vi una patata podrida.
“Abuela, ¿eres libre?”

13 14
Cada día me preguntaba cuándo iba Cuando era hora de pelea, el baño era mi escondite. Solo escuchaba gritos de dolor
a volver a ver a la abuela, a mamá y a y de odio. Mi intriga acerca del “gran día”, por alguna razón, me hacía pensar en la
CUENTO

CUENTO
papá; a volver a mi casa azul. Los hom- promesa de la que me habló papá ese día. La cual tampoco dejaba de ser extraña.
bres de negro cada vez me ponían más Recuerdo que la abuela me habló de un hombre que vivió hace muchos años no
nervioso. Papá me dijo que estaríamos lejos de aquí, y que hacía muchas cosas buenas. Pero me dijo que aún andaba por
pronto juntos, con mamá y la abue- aquí y que si me preguntaban si lo conocía, dijera que sí, y que nunca, por nada
la, en un gran abrazo en donde todo del mundo, negara conocerlo. Yo solo me preguntaba cómo se podía vivir tanto
sería hermoso. El lugar donde todo mento con juegos que yo no conocía. tiempo. Yo quería encontrármelo.
es hermoso solo puede ser nuestra Correr mucho, levantar costales con Los hombres de negro parecían estar más agitados que de costumbre. Sus ojillos
casita azul. Después de decirme esto, piedras que pesaban más que los sa- negros, que era lo único visible de ellos, parecían brillar con preocupación; sobre
papá, entre lágrimas, me dijo que no cos de arroz que cultivaba papá. Lan- todo cuando era noche de estrellas anaranjadas. Les oía decir “ya vienen, se los
me olvidara de la promesa, pasara lo zar piedras, duro y lejos. Pero el juego van a llevar”. El “gran día” comenzaría con el alba. Miraba por la ranura grande.
que pasara. Me pregunto por qué papá más raro era el del silencio. No podía Ya no había estrellas ruidosas, pero sí una gran luna llena. Todos dormían, yo no
lloraba tanto, tal vez iba a extrañarme hablar con ninguno de los otros niños. podía dejar de pensar en “el gran día” y en la promesa. De pronto, a lo lejos, en
mucho. Entonces, los hombres de ne- Los hombres de negro, que al parecer una llanura lejana, pude ver la silueta de lo que parecía ser una caravana, y distin-
gro lo acompañaron hacia adentro de solo saben gritar, no dejan de hablar del guí una figura, dos. Un hombre le daba de comer a un niño no mayor que yo. Los
la casa, y a mí me subieron al auto para “gran día”. Nos teníamos que preparar hombres de negro no sabían nada del cariño, ni de las palabras dulces como las de
llevarme al campamento. Un campa- para el “gran día” (me pregunto de qué papá y mamá. La figura me hizo pensar en el hombre del que me habló la abuela.
fiesta se trataba). Conforme pasaban El hombre bueno que vivía siempre. No lo dudé, me había vuelto muy veloz. Tenía
los días, los juegos iban volviéndose que llegar a la caravana donde había hombres buenos y no había peleas. Mientras
más difíciles, pero cuando oí que los las piedras me raspaban los pies, me di cuenta de que el lugar hermoso que dijo
hombres de negro le dijeron a unos papá, donde nos reuniríamos en un gran abrazo, no era nuestra casita azul.
niños que tenían que pelear para ver
qué tan fuertes eran, comencé a tem- ANA MUÑOZ MORALES
blar. Me acordé de la abuela, de lo que Nació el 14 de diciembre de 1995, estudia Comunicación en la Universidad Paname-

estaba bien y de lo que estaba mal. Pe- ricana. Entre sus hobbies se encuentra la pintura, la lectura, la natación y pasar tiempo

lear estaba mal. No me gustaban las con sus amigos. Sus intereses son la filosofía y las relaciones internacionales. Tierra de

peleas, nunca en mi vida iba a pelear. hombres y El Principito han influido para escribir este cuento, que además está inspi-

El “gran día” se acercaba, y cada vez rado en la toma de control de Qeragosh, la ciudad cristiana más grande de Irak, por

nos iban prestando más sables y palos. parte del Estado Islámico en agosto de 2014.

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Victoria, la chica ideal. A ella le molesta
saber que Rodrigo hace tal cosa. Siem-
Mi amor, candelabro
CUENTO

CUENTO
pre dice que no le importa lo que los
demás piensen y prefiere caerle bien a
Mariana Róo Rubí quien la conozca tal y como es, aunque
eso signifique tener pocos amigos. “No
Durante la historia de la humanidad se arreglarse para la noche. Su novio, Ro- les gusto yo, les agrada quien inventas
ha cuestionado qué es el ser humano. drigo, la había invitado a una fiesta. que soy” le decía a Rodrigo. Él sonreía y
Usamos el pronombre “qué” en lugar de Rodrigo tiene 21 años, es alto y muy le contestaba que en verdad era la chica
“quién”. Para Sócrates es el ser que al- fuerte. Siempre ha estado rodeado por ideal.
berga el alma, para Platón un conjunto montones de amigos, tiene el don de Por fin anocheció. Cuando Victoria
de naturalezas distintas, para Aristóte- caerle bien a la gente. Siempre tiene dos llegó a casa de Rodrigo para la fiesta,
les un animal político. También, el ser o tres compañeros que quieren pare- aun había muy pocas personas. Afor-
humano es objeto. Bajo esclavitud los cerse a él, y las personas que lo cono- tunadamente ya las conocía y se sentía
humanos son mercancía. Un bebé tiene cen suelen buscar su amistad. Es muy cómoda con ellas. Pensó que sería una
el tamaño adecuado para ser una pelo- agradable, gracioso y divertido, además gran noche. Platicaron un buen rato
ta, resulta divertido lanzarlos y cachar- es muy amable, a diferencia de algunos y con el tiempo más y más gente em-
los, siempre y cuando no hayan comido muchachos de su edad. Victoria es muy pezó a llegar. Victoria platicaba con dos estaba la chica ideal. Bailó con amigos
recientemente. Uno puede cosificar a distinta, siempre ha sido muy selecti- amigas mientras veía a Rodrigo tomar de Rodrigo y se reía de sus bromas aun-
un ser humano cuando se usa al indi- va respecto a quiénes son sus amigos. shots con sus amigos, platicar con ellos que no le parecieran del todo graciosas.
viduo como medio y no como fin. El Es muy introvertida, pero tiene un hu- y reírse con todas las personas del lugar A ratos le lanzaba miradas a Rodrigo y
ser humano es un pedazo de carne. mor negro implacable y suele ser muy menos con ella. él le sonreía. Veía a la chica ideal y no
Victoria se bañó por segunda vez en sarcástica, aunque en ocasiones las per- Victoria no quería desperdiciar el tiem- estaba a su lado.
el día. Mientras se lavaba el cabello sonas toman como literal todo lo que po previamente invertido en maqui- Con unos cuantos tragos de más, por
tarareaba una canción que recordaba de dice, ya que su personalidad es difícil llarse, por lo que ya llevaba tiempo fin Rodrigo se acercó a Victoria para
su infancia. Al terminar, salió de la re- de descifrar. alardeando para hacerse notar; se aco- estar un rato con ella. La tomó de la
gadera y se puso una bata y toalla en la Rodrigo realmente quiere a Victo- modaba efusivamente el cabello, se reía cintura y se acercaba a sus amigos res-
cabeza. Se vio en el espejo, examinó sus ria, siempre habla bien de ella con sus estruendosamente y veía con ojos mis- tregándoles que era su novia. “Qué fig-
ojos verdes, sus labios rosados y pensó amigos e incluso aumenta sus cualidades teriosos a todo aquel mortal que pasara urilla has tenido la suerte de encontrar”,
que era guapa. Después comenzó a para que absolutamente todos amen a frente a ella. Que todos notaran que ahí “Dónde consigo una así” eran algunos

17 18
de los comentarios que hacían los demás. Victoria
estaba en el éxtasis de la atención. Después, tuvo MARIANA
CUENTO

CUENTO
ganas de besar a Rodrigo, que todos vieran cómo RÓO RUBÍ

besaba a su novio, que mientras lo hacía desearan


ser Rodrigo. Entonces, se besaron, y Rodrigo ape-
nas podía mantenerse en pie. Luego examinó a
la chica parada frente a él, vio sus ojos verdes, sus
labios rosados, su cuerpo delgado y notó cómo ese
Estudia Comunicación en la UP
vestido trazaba su delicada figura. Con su mano
y también está interesada en Fi-
rozó su cintura, lentamente subió hasta sentir
losofía. Le gusta Fade into you de
su espalda descubierta y la besó otra vez. Mien-
Mazzy Star y las tormentas, espe-
tras se besaban intempestivamente, fuertemente,
cialmente antes de dormir. Disfruta
desesperadamente, en sus manos dejó de sentir la
del silencio y de comer helado de
cálida piel de Victoria, y por sus dedos comenzó
limón en cono sin importar cuál
a correr un aire gélido, la suavidad fue remplaza-
sea el clima. Lloró un poco cuando
da por una solidez metálica y en su boca tuvo la
murió García Márquez y duerme
sensación de besar una fría perfección. Y es que
junto a una postal de Hemingway
ya no era Victoria quien estaba entre sus brazos,
que tiene en su buró.
sino un hermoso candelabro. Qué figurilla.
.

19 20
fluida pero cual manada, la entrada se do pegar a propósito. La desesperación
Gente hermosa sobresatura de chilangos, foráneos y empieza a invadirte, de repente un niño
turistas queriendo ingresar al palacio te pisotea y su madre no le dice nada.
Dahamar Ruiz de Esparza de Bellas Artes. Las taquillas se llenan, Terminas el recorrido y tristemente no
a pesar de que la exposición es gratuita, pudiste disfrutarlo como se debía, solo
Es domingo, empiezan las vacaciones, la mayoría decide escapar de la locura de todos querían un boleto para obtener puedes pensar “si toda esta gente se hu-
la ciudad y los que se quedan se las tienen que ingeniar. La gente se empieza a fotografías del trabajo del francés Car- biera ido a algún cine o plaza, yo hu-
acumular, poco a poco, llegan en el metro, otras caminando por esas bellas calles tier-Bresson. Algunos por curiosidad, biera apreciado más el trabajo de este
antiguas. Para eso de las once había personas por todos lados con sus diferentes otros por obligación y otros por pasión. fotógrafo, pero no”.
estilos: góticos, rockeros, emos; familias, niños en bicicletas y jóvenes en patine- Los policías no tienen el control de la Para las dos y media el hambre te em-
CRÓNICA

CRÓNICA
tas, a pesar de que estaba prohibido utilizar cualquiera de estos en el parque de muchedumbre que entra y sale, las salas pieza a atacar, caminas y encuentras
la Alameda, pero bueno esto es México y aquí todos hacen lo que quieren. Tam- saturadas, con trabajo puedes quitar a la un local de comida corrida; cuarenta y
bién podemos observar otros personajes que invaden el Centro, los vagabundos viejita de enfrente, que lleva media hora cinco pesos y comes más que bien. Las
y los niños que venden mazapanes con sus caritas de súplica. tratando de ‘entender’ lo que quiere señoras que te atienden de mala gana,
El frío calaba, pero no fue un impedimento. Para eso de la una, de manera expresar el autor o al señor que parece parece que lo hacen a fuerza como si
guía de turistas, que sabe todo y a la vez fueran las esclavas de alguien. Quieres
nada. El calor se siente cada vez más salir, pero el hambre es tanta que de-
fuerte, los más educados piden permiso cides aguantar lo que sea. Sales, lo úni-
para poder pasar, otros simplemente te co que quieres hacer es llegar a tu casa y
empujan. El camino se hace eterno, te conseguir un desempance.
detienes a ver una fotografía emotiva de Tomas el metro, lo más rápido. La mu-
África, cuando escuchas a la típica mu- jer que te vende los boletos está mal en-
jer revestida de joyas diciendo “pobres carada, toma el dinero y lo demás te lo
niños, ojalá y alguien les ayudara, qué avienta. Ya da igual, solo quieres salir
tristeza”, solo puedes hacer un gesto de de ahí. Adentro del metro no te va me-
desaprobación. jor, todos con caras de odio. Te pasas
Continúas con el recorrido, tratando de de estación, lo bueno es que solo cruzas
estirarte para ver algo de la exposición, el puente y tomas tu camino de nuevo.
sin querer le pegas a un señor de edad Afuera del metro hay miles de puestos,
avanzada y él te voltea a ver con una mi- tacos, ropa y mil chucherías más, se te
rada asesina, como si le hubieras queri- acerca una señora, se ve muy humilde,

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con trenzas y un vestido típico, ofreciendo unas muñecas de trapo; tú casi, casi Es hora de sacar los audífonos, el camino se hace
huyes. Llegas a una zona donde parece no haber vendedores ambulantes, ves DAHAMAR RUIZ DE eterno y tu vejiga sigue ahí diciendo “no me ol-
ESPARZA
el cielo y no lo puedes creer, está apunto de llover, no llevas paraguas. Es hora vides”, empieza tu canción favorita y valiéndote
de correr, empujas viejitas, señores trajeados y de repente ¡zaz!, niño al piso, su comienzas a cantar, solo buscas distracción y para
madre te ve con cara de odio y empieza a gritar “¡fíjese! ¡mucha prisa!”, y pues sí, ser sinceros, no volverás a ver a ninguna de esas
tienes prisa, te regala una “mentada de madre” y tú sigues en la carrera contra la bellas personas que se encuentran en el transporte.
lluvia. Pasa tan lento el tiempo cuando te diviertes.
Tomas el camión y para tu mala suerte, tu vejiga decide que es un buen momento Al fin llegas a tu destino, corres y atraviesas el
para ir al baño; con el tráfico que hay llegarás en una hora o más. Te empiezas Nacida en 1994. Mujer con miles parque, te llenas de lodo los pies, tus zapatos fa-
a distraer para no pensar en el dolor que te están provocando todos los líquidos de sueños y aspiraciones. Cono- voritos están arruinados, llegas a tu casa, corres al
CRÓNICA

CRÓNICA
cer el mundo y ayudar a los demás, baño, te encierras y decides que estarás mejor si
encontrar su propósito en la vida y nunca vuelves a salir.
jamás dejar de reír. Compartir la fe-

licidad con el planeta, pero sin dejar

de ser realista.

que bebiste. Estás muy concentrado viendo los colores de las casas, opacos por
el clima, cuando escuchas “¡JAJAJAJA, no manches wey, está pendejo!”, volteas
para conocer la cara de la fina dama que dijo eso y bueno no te sorprende, ella y
sus tres amigos siguen gritando, molestando a dos niños que van en secundaria
y a una señora de edad avanzada. Decides ignorarlos, cuando otra vez escuchas
una voz, entre gritando y arrastrando las palabras, logras entender “Señores pa-
sajeros, no vengo con el afán de molestarlos, acabo de salir del reclusorio…”, claro
eso me tranquiliza, “bien podría sacar una pistola y asaltarlos, pero mi vida está
cambiando, si me pudieran apoyar con lo que sea su voluntad” y por supuesto, le
das, lo que sea pero le das.

23 24
Estoy frente al espejo y tengo la boca de mi zona de confort me desanima.
Shot, shot, shot: inmersa en la masa abierta, claro, me estoy poniendo rímel. Llego a la casa donde es la fiesta, desde
Dicen que es regla básica de mujer. A antes que abra la puerta del coche ya se
de la juventud quién demonios se le ocurrió esto de escucha la música a todo volumen. Me
maquillarse, y cómo es que siempre ter- encamino hacia la puerta, antes de en-
Mariana Róo Rubí mino por caer en el juego ruin de las trar me acomodo el pelo una vez más y
máscaras. La publicidad, la sociedad, la me veo en el reflejo del celular. Suspiro,
inseguridad... No me sé maquillar, no Ya estoy lista para entrar.
“Las fiestas a veces son un carnaval macabro: divertidas, pero
me gusta hacerlo. Pienso que mis ojos Hay mucha gente y a veces me resul-
a la vez pueden llegar a dar algo de miedo. Un desfile de más-
se ven bonitos después de que me pon- ta difícil distinguir a los individuos, es
caras, alcohol y desconcierto”
CRÓNICA

CRÓNICA
go el delineador, pero el proceso me como entrar a ser parte de una gran
parece tiempo encaminado meramente masa. Hay personas que bailan, otras
a lo superficial. ¿Tiempo perdido? No que se besan, otras que ríen, otras que
lo sé, se me ven bonitos ojos. hablan, otras que parecen no ser, otras
Como de costumbre, se me hizo tar- que intentan ser. Vaya conflicto en el
de. En México te citan para una fiesta que se encontraría Hamlet si hubiera
a cierta hora con la expectativa de que vivido en esta época.
los invitados empiecen a llegar, por lo Al ver a mi alrededor me vienen a la
menos, 30 minutos después. Pero yo mente obras de Kirchner; las cuales
ya voy con más de una hora de retraso. suelen tener colores brillantes y en oca-
No es que tenga prisa por llegar, al con- siones muestran escenas casuales, pero
trario. En realidad voy, más que nada, tienen algo más, un cierto aire que in-
por puro compromiso. Nunca he sido dica que en el ambiente hay algo hasta
muy aficionada a las fiestas. Quizá el cierto punto degenerado. Colores vi-
problema son las personas; hasta donde brantes, ojos vacíos.
sé, yo soy una persona. En ocasiones soy Las fiestas a veces son un carnaval ma-
muy exagerada, la mayoría de las veces cabro: divertidas, pero a la vez pueden
termino pasándola muy bien, pero nor- llegar a dar algo de miedo. Un desfile
malmente me parece una especie de de máscaras, alcohol y desconcier-
odisea posmoderna y el ajetreo de salir to. Todos tienen un muy buen rato,

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disfrutan del momento. Shot, shot, Sigo con mi camino, abriéndome paso
shot, risas estrepitosas. Alcanzo a ver entre la multitud. El espacio vital no
a un amigo a lo lejos, Diego; se la pasa existe. Saludo a conocidos que me en-
tan bien que solo derramará un par de cuentro mientras espero ver a alguno
lágrimas después de que la ofuscación de mis amigos. Las fiestas son algo cu-
y éxtasis del momento hayan desapare- rioso; Vale, a quien apenas conozco,
cido, cuando se encuentre solo, rodea- me saluda con tal afecto que damos
do de aquellos pensamientos que tan la impresión de ser amigas desde hace
efusivamente intentó olvidar toda la años. Después, por fin encuentro a
noche. El alboroto y la música se apa- una de mis mejores amigas, Fer, quien
CRÓNICA

CRÓNICA
gan, pero al parecer el bullicio sigue en me saluda como si nos acabaran de
su mente; está solo, sin saber qué. Y presentar y no tuviera interés en cono-
cómo le duele la cabeza. Mejor dormir. cerme. No me ofendo, tenemos los su-
Soñará con torres de botellas de cerve- ficientes años de amistad como para
za vacías y sus amigos festejándole lo no sorprenderme de sus actitudes, in- Me pregunto cuántas personas aquí estarán con quien realmente tienen ganas de
sensacional que es en las fiestas, lo bue- cluso he llegado a aceptarlas. Además estar. Desde el sillón donde estoy sentada puedo ver la zona en la que hay más
na onda que es este güey, y a eso le lla- veo que está con un nuevo ‘amigo’, y sé gente bailando, o por lo menos un intento de baile. Una de mis amigas quiere ir.
mará ‘sueño de felicidad’. Pero todavía que le encanta la atención. Nunca he sido buena para bailar, pero qué más da; además, aunque usualmente me
le faltan unas cuantas horas y algunos Finalmente encuentro amigos con los molestan las multitudes, en estas ocasiones son una oportunidad para desaparecer.
shots para llegar a eso. que quiero estar. Tomo una cerveza. Nos adentramos en la gran masa y es divertido hasta que me siento verdaderamente
acorralada. El problema es que los derechos individuales se pierden en medio de
la multitud, y en cambio, hay derecho a lo que sea. Cómo me gusta cuando un des-
conocido embarra su ser contra mi persona. Suficiente tiempo de estar en la masa
para mí. No lo tolero, me siento como un pedazo de carne de res.
La música está tan fuerte que no alcanzo a escuchar nada de la conversación en la
que estoy, aunque no me importa mucho, sé que platicamos de todo y nada. Me
tomo una cerveza. A mi alrededor también sucede todo y nada. Todos en la fiesta
estamos detrás de máscaras. Somos una masa, un pensamiento colectivo vacío. En
la próxima fiesta me voy a tomar cuatro shots desde que llegue.

27 28
explorador que nos fuerce a hurgar sin do al amor literario de nuestra vida, en-
Curiosidad, descanso, hasta encontrar entre la male- tonces solamente queda buscar bien.

provocación y otras SILVIA TÉLIZ


MARTÍNEZ
za de textos banales –como las lecturas
de secundaria y las Cincuenta sombras
Mi antigua maestra sabía bien todo esto
y por eso nunca nos obligó a leer ni a
formas de leer bien de no sé qué– aquel tan anhelado texto escribir. Su estrategia era, más bien,
que nos obligue a leer de pie. Cuando invitarnos a preguntar, a ser curiosos.
encontremos ese tesoro literario, en- Poco a poco le perdimos el miedo a las
“Ella sabía que un verdadero artista tonces leeremos solo porque sí, solo por letras y comenzamos a andar sin cuida-
crea sus obras por necesidad, no por el placer de hacerlo. do. Ahora, nos gusta pensar que somos
capricho” Laura Sofía Rivero lo describe a la lectores amantes y eróticos, y así nos
perfección: los verdaderos lectores son gustaría permanecer.
Mi antigua maestra de Como bien lo dice José Nació en la Ciudad de México el 15 amantes, son eróticos, “[…] quedan
literatura comprendía Vasconcelos: “Escribe de febrero de 1996. Actualmente, prendidos de provocaciones” (Escritura
por qué no escribíamos el que no puede obrar estudia Comunicación en la Univer- de la provocación). Porque la literatura
bien: en primer lugar, o el que no se satisface sidad Panamericana e Historia en es eso, una provocación –o al menos así
no estábamos acostum- con la obra” (Libros que la Universidad Nacional Autónoma debería ser. Si aún no hemos encontra-
brados a hacerlo; en se- leo sentado y libros que de México. Su interés por la litera-

gundo, no escribíamos leo de pie). En otras pa- tura surgió durante su niñez, gra-
ENSAYO

ENSAYO
porque no lo necesitába- labras, el inconforme es- cias a la influencia de sus padres,

mos. Ella sabía que un cribe. El mexicano pro- y creció durante su adolescencia,

verdadero artista crea medio vive inconforme gracias a la inspiración de los profe-

sus obras por necesidad, –por su gobierno, por la sores con quienes tuvo el privilegio

no por capricho. Solía economía, por mil moti- de trabajar. Este pequeño ensayo

decirnos que sólo es vos–, pero el mexicano está dedicado a ellos.

posible hacer arte bajo promedio no es un buen


circunstancias catastrófi- escritor, ni tampoco un
cas; hasta entonces, no- buen lector. Entonces,
sotros habíamos vivido ¿dónde está la falla?
muy felizmente… tal vez Nos falta curiosidad, nos
demasiado. falta esa ‘cosquillita’ de

29 30
SARAHÍ MARTÍNEZ La invención de el amor toma parte del desarrollo. La cuestión romántica inicia como cualquiera,
con un amor no correspondido. El personaje principal se enamora de una extraña,
Morel, una historia
HERNÁNDEZ
quien llega con otras personas a la isla donde este se esconde, pero ella parece no

como cualquiera notarlo, escucharlo o percibir su presencia. Sucede lo mismo con los demás per-
sonajes.
La estructura de la novela genera conclusiones lógicas sobre porqué el protagonista
Adolfo Bioy Casares se consolida como escri-
anónimo vive esta situación, pues no parece tener nada anormal. El giro ocurre
tor con su obra La invención de Morel. Este
cuando el elemento futurista entra en el romance, y el lector se da cuenta de que
Siempre le ha gustado la literatu- éxito tiene elementos que lo hacen distinguirse
el prófugo está enamorado de un holograma, dándole la vuelta al típico “amor
ra moderna, novelas realistas y de de entre las novelas del mundo literario. Lo ex-
prohibido”.
misterio. Le agrada leer novela traño es su sobresalir basado en componentes
Adolfo Bioy Casares no sólo utiliza el trillado tema del amor para complemen-
histórica y de ficción. Es admirado- comunes y clichés. El talento del autor les da
tar su historia, también recurre al tema común de la inmortalidad. Como es una
ra de las artes, en especial del cine. un giro sutil de 180º, es casi invisible la forma
inquietud natural del hombre, muchos autores han tocado el problema en sus es-
Actualmente estudia la carrera de de hacerlos diferentes.
critos. La diferencia entre esas historias comunes y La invención de Morel, radica
Comunicación en la Universidad Casares no utiliza una estrategia narrativa com-
en la visión futurista, pues cambia el romance empapándolo de un sentido de mo-
Panamericana. Vive sola desde los plicada, nos cuenta los eventos de forma lineal,
dernidad y hasta de cierta ‘magia’.
19 años. Ha trabajado en fotografía no usa anacronías ni tiempos complejos. Pero
Hay tantas historias de amor como existen narraciones sobre la inmortalidad.
y desea incursionar en el mundo del aun así mantiene la atención del lector en todo
Pocos autores destacan a la hora de escribir novelas sobre estos temas. Adolfo
ENSAYO

ENSAYO
cine y el guionismo. momento. Lleva la historia a flujo por medio
Bioy Cassares es una excepción, su historia está contada con ese sentido metafóri-
de un elemento físico.
co aplicable a la vida real (independientemente de
Podría llegar a parecer complicado cuando en realidad el texto es sencillo; el
su temática), acompañada de elementos físicos que
mencionado elemento físico es un pequeño librito, y resulta ser el sustento de
crean un desarrollo de la trama fluido y original. Es
la diégesis. Casares nos cuenta a través de una diario anónimo la historia de un
por eso que esta obra está tan bien lograda y resulta
prófugo (dueño del diario) quien vive con miedo de ser atrapado, mientras busca
interesante a los ojos del lector, pese a la aparente
su supervivencia en una isla deshabitada. Como está narrada en primera persona
utilización de temas comunes.
y describe todas las dificultades sufridas por el personaje, atrapa al lector por la
empatía generada. El autor logra también que la confusión sufrida por el fugitivo,
la experimente quien lee el libro de una forma paralela. Se entera de los hechos
mientras lee las páginas del diario del fugitivo.
BIOY CASARES, Adolfo (2012) La invención de Morel,
El libro en cuestión incluye un tema cliché, pero la historia se complica cuando
Madrid, Alianza

31 32
Biografía de un aborto El perro que quería ver en colores
Alejandra Cárdenas
Nuestra historia se desarrolla en un mundo de simples ideas, donde los conceptos
esperan pacientemente su turno para ser algo. La ilusión del concepto siguiente en A este perro le habían dicho toda su vida que era
la lista por la oportunidad que habrá de lograr grandes cosas es inmensa. Pues le imposible que pudiera ver más de dos colores:
han prometido calor, sonrisas, aventuras -caídas también, por supuesto- pero es- blanco y negro, o negro y blanco si así lo prefieren.
pecialmente un mundo lleno de posibilidades. Toda su existencia ha visto avanzar “Es mentira” pensaba. El cielo es azul, las man-
la larga fila y se da cuenta que, como cada quién tiene potencias distintas, segu- zanas rojas, las naranjas naranjas (¡cuánta gracia le
ramente tendrá un camino distinto. Esto le intriga muchísimo, desearía saber ya causaba esto!) y el pasto verde.
cómo será todo, le gustaría empezar preparado. “Entonces, ¿de qué color eres tú?” siempre le preguntaban. Eso no lo sabía, nunca
Le llaman por fin a aparecer y lleno de emoción se planta. Ha llegado el momento, había escuchado a un humano mencionarlo. Hasta ahí se dio cuenta que solo era
el espacio y el tiempo. Todo lo que sólo en su imaginación vivía, está por hacerse un perro queriendo ver en colores.
realidad: el afecto tan esperado, la compañía tan necesitada y el derecho tan debi-
do. No sabe exactamente qué sucederá con su tan pequeño ser, pero está dispuesto El invento de los sentimientos
a sobrellevar lo que sea necesario para ser alguien. Sarahí Martínez
Pero… ¿qué es lo que siente? De esto no le habían contado nunca, no recuerda
Dicen que hace mucho existió un ani-
haber escuchado del frío que siente en estos momentos. Aunque no comprende
mal muy inestable, que cambiaba en
muchas cosas, sabe que algo no está bien y no es normal lo que sucede. De pronto,
cuestión de segundos a algo que pare-
el frío se convierte en un dolor abrasador, poco a poco las esperanzas de su ser se
cía otro animal. A veces se ponía rojo
hacen polvo. Ahora todo es oscuro y cualquier posibilidad que existía del bien se
grana, su voz se hacía grave, hablaba
ha esfumado.
en tono elevado y su ceño se fruncía.
En ocasiones su piel lucía azul cual cielo, y lágrimas
ANDREA GONZÁLEZ SÁENZ se asomaban por sus grandes ojos, al tiempo que iba
cabizbajo. Otros días lucía una gran gama de verdes con una
Veinteañera originaria del Norte de México y alegre turista de esta ciudad. Estudio

MINIFICCIÓN
MINIFICCIÓN

línea blanca y curva en su rostro. Ocasionalmente se tor-


Comunicación y quiero dedicarme a escribir guiones. Mi libro favorito es El Esbirro
naba morado y se sentía raro, pensaba un poco menos en el
y puedo pasar días enteros escuchando música Indie Rock. Creo que el mundo sería
mundo, y más en otro animal. Con tanto cambio, el camaleón se sentía perdido,
mejor si todos volteáramos a ver al de al lado.
creía que había descubierto un monstruo cuando en realidad había descubierto las
emociones.

33 34
Agosto 2015
México, D. F.

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