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Programa de psicología
Grupo de investigación: Violencia, Lenguaje y Estudios Culturales
Semillero de investigación Sujeto y psicoanálisis
Relatoría: "La resistencia y las defensas", Tercera clase de Los escritos técnicos de
Freud, Seminario 1 de Jacques Lacan.
“Si algo hace la originalidad del tratamiento analítico es justamente el haber percibido,
desde su origen y de entrada, la relación problemática del sujeto consigo mismo. El
hallazgo propiamente dicho, el descubrimiento, consiste en haber puesto esta relación en
conjunción con el sentido de los síntomas. El rechazo de este sentido es lo que le plantea
al sujeto un problema. Este sentido no debe ser revelado, debe ser asumido por él”
A la luz de lo anterior, el autor cuestiona la idea de que la técnica analítica tenga por
principal objetivo forzar la resistencia del sujeto, caracterizando esta apuesta como un estilo
analítico inquisitorial, pues le subyace la idea de una mala voluntad fundamental del sujeto,
ante lo cual habría que anteponer una actitud vigilante, presta a identificar el hallazgo o la
posición en la que se ha colocado para hacer inoperante cualquier intervención del analista.
Con el fin de ilustrar lo anterior, Lacan retoma un artículo sobre la contratransferencia
publicado en la edición de 1951 del International Journal of Psychoanalysis, señalando el
modo en el que este delimita ciertas coordenadas sobre la técnica que orientan el desarrollo
del análisis exclusivamente en el hic et nunc, el “aquí y ahora” del forcejeo con las
intenciones del sujeto en el transcurso de la sesión. Incluso, si aquel que consulta trae al
análisis un fragmento del pasado, este sólo tiene valor en la interlocución presente, en la
intención que adquiere al interior del tratamiento; así, si el paciente relata sus
encontronazos con el tendero, en realidad lo hace para insultar y molestar a aquel al que
se dirige, al analista. Aunque el autor va a señalar que algo de verdad se aloja en este
planteamiento, hace un llamado a la prudencia, puntualizando que no se puede hacer del
mismo un universal, un axioma que funcionaría para todos los casos.
Por otro lado, Lacan señala que Reich deja de lado el trabajo de duelo que estaba
atravesando su paciente, al que había logrado sobreponerse invirtiendo sus reacciones,
adquiriendo una actitud pseudo-maníaca que se relacionaba con el estado crítico en el que
había llegado a la siguiente sesión; omisión que atestigua el modo en el que las
interpretaciones fundadas en la significación intencional del acto del discurso, en el
momento presente de la sesión, están sometidas a las contingencias que el compromiso
del ego del analista implican. En razón de lo anterior, el autor precisa aquello que quiere
destacar del análisis del caso; no se trata de que el analista, “el único sujeto analizante”,
haya experimentado celos, dado que se estaría en la vía del ideal de la objetividad y se
trataría, más bien, propone Lacan, de no ceder ante los sentimientos, poniéndolos en su
lugar y usándolos adecuadamente en su técnica. Aquello que le parece importante
interrogar corresponde a la determinación técnica que autorizó a Annie Reich a lanzar la
interpretación anteriormente mencionada de entrada y de modo directo, una interpretación
que se juega en la dimensión del yo, de ego a ego, de igual a igual; cuyo fundamento sería
el mecanismo de la proyección, aquella que tiene lugar desde el momento en que se pone
a dos sujetos en el mismo campo, sin considerar la mediación de un tercer término, el
lenguaje.
Ahora bien, considerando que en este trabajo con la palabra, al interior del
dispositivo analítico, tiene lugar la revelación del inconsciente, se formula la siguiente
pregunta, ¿de dónde proviene la resistencia? Lacan menciona que ni en Los estudios sobre
la histeria (1895) ni en La interpretación de los sueños (1899) se encuentra algún indicio
que permita considerar que esta proviene del yo. Sin embargo, en La represión, texto de
1915, se propone que la resistencia es producida del lado de lo consciente, pero regulada
por su distancia respecto de lo originalmente reprimido; es decir, conservando un vínculo
con el contenido del inconsciente. Entonces, interroga el autor, ¿De la interpretación de los
sueños hasta 1915, período considerado intermedio en la obra de Freud, qué es lo que se
considera como originariamente reprimido? Se trata del pasado, un pasado que debe ser
restituido por el sujeto y del que Lacan destaca su ambigüedad y los problemas que esta
suscita en lo ateniente a su definición, naturaleza y función.