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Bases bíblicas de la familia

Se afirma que la familia es el fundamento de la sociedad. Y con total razón. No solamente


fue la primera institución establecida por Dios, lo dice Génesis 1:27-28, “Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo
Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los
peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra”, sino también, la primera a la cual se le establecen mandamientos o parámetros para
su correcto desempeño y función.

Tengamos presente que todo tiene su correcto funcionamiento o uso; ya sea una máquina,
organismo o ser. Y esto es también válido para la familia. En los anteriores versículos
encontramos 10 mandamientos o parámetros para que la familia funcione correctamente, tal
y como Dios la creó.

Pero, primero definamos que es familia. El diccionario dice que familia son todos los
descendientes de un mismo progenitor. Esta definición nos lleva a varias consideraciones:
1. Que todos somos familia al descender de un solo progenitor: Dios.
2. Que podemos encontrar una familia nuclear, la compuesta por padre, madre e hijos,
y,
3. Una familia extendida; la compuesta por abuelos, tíos, sobrinos, primos y cuñados.

Los Diez Mandamientos Familiares.

1. Creación divina: Creemos firmemente en que somos creación de Dios. No hemos


llegado a ser humanos por simple casualidad evolutiva; hemos sido y somos un
propósito divino. Dios nos creo como familia.

2. Imagen divina: Como humanos tenemos la imagen de Dios con nosotros. Esta
imagen la entendemos, no en el aspecto físico (Dios no es ni hombre o mujer; es
espíritu), sino en las cualidades que hacen que los humanos sobresalgan de las
demás criaturas de la creación; esto es las emociones, la razón, y la voluntad.

3. Heterosexualidad: No por casualidad Dios nos hizo en dos géneros sexuales


claramente identificables. La base de la sociedad es la familia y la base de ella es la
relación hombre-mujer. Las pretendidas uniones homosexuales no encajan, en lo
absoluto, en los propósitos divinos para la familia.

4. Complementariedad: Nos hace en dos géneros porque requerimos ciertas


cualidades que se hallan en el otro. La pretensión de fundar familias contando con
solo uno de los dos componentes base, hombre-mujer, es errada. ¿En qué
complementa la mujer al hombre y viceversa?

5. Igualdad: Ambos géneros son creación divina y ambos tienen la imagen de Dios;
es decir, ninguno es superior al otro.
6. Unidad: Tanto de género humano como de familia, por provenir de un mismo y
Único creador.

7. Comunión: La comunión o plena relación en la familia debe entenderse en dos


sentidos:
a. Con Dios; con su Creador. Esta debe ser la primera relación a establecer y
cuidar en la familia. Entre más cerca se halle una familia de Dios más cerca
se hallaran los unos de los otros o viceversa.
b. Entre el hombre y la mujer. Como notará estamos privilegiando la relación
matrimonial como la más importante de la familia y entendemos “Y los
bendijo Dios” como el primer matrimonio y como el establecimiento, por
Dios mismo, de la relación base de la familia.

DIOS

Hombre
Mujer

8. Fidelidad: No sobra resaltar este elemento bíblico en la funcionalidad de la familia.


Al igual que la comunión esta fidelidad es primeramente con Dios y como
consecuencia, con su cónyuge y familia. También, la fidelidad entre los cónyuges la
podemos entender en dos dimensiones: Tanto en mantenerse y cuidarse el uno para
el otro evitando todo adulterio como en la permanencia de la relación hasta que la
muerte los separe. ¡Cuánto ha olvidado el mundo este claro y sencillo principio
bíblico de la familia, y cuán grave ha sido este olvido!.

9. Descendencia: Es interesante notar que este principio hace parte de los dos
primeros mandamientos de Dios para la humanidad, y que la familia es el ambiente
ideal para su cumplimiento. La familia no solamente es la primera institución creada

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por Dios sino que es la primera receptora de su Palabra. Los hijos deben ser
resultado de la plena comunión de un hombre y una mujer bajo la bendición de Dios
y como tal son resultado y no base de ser familia.

10. Mayordomía: Los términos son claros: Fructificad; sojuzgad; señoread. Esto
implica la mayordomía de la creación y esta mayordomía comienza en la familia.
También significa el hacer empresa común en la familia; es decir, que sus miembros
contribuyan coordinada y cooperantemente en el mejoramiento de los ingresos y
gastos de la familia. Hoy día muchas parejas creen que cada uno debe cuidar sus
propios intereses económicos y no se dan cuenta que al descuidar un principio
bíblico las consecuencias son graves.

¿Cómo podemos enseñar y promocionar para su cumplimiento estos mandamientos en el


desarrollo del trabajo de la iglesia?

LA RELACIÓN BÁSICA I
Lección 3

La Biblia, como Palabra de Dios, siempre nos habla claro; somos nosotros los que no
hemos querido escuchar y aplicar lo dicho por la Palabra. Un ejemplo de ello es la creencia
de cual es la relación base de la familia; si preguntamos cuál es muchos dirían que los hijos,
pero, ¿es correcto pensar así? Nos casamos muy ilusionados pero, en el camino, vamos
perdiendo de vista lo importante y caemos en errores que traen dolorosas consecuencias en
nuestras vidas.

Por tal razón, hoy vamos a estudiar cual es la relación que Dios privilegia en la familia, el
porqué y aspectos muy importantes de la misma. Leamos Génesis 2:23-25.

DIOS

Hombre Mujer
Ya habíamos esbozado que la relación base de la familia es la relación esposo-esposa;
¿porqué?
Es a ellos a quienes Dios une de tal manera que los llama una sola carne.
El ser padres es secundario a ser esposos.

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Es prioritario ser buen esposo-esposa para llegar a ser buen padre-madre.
La estabilidad y felicidad de la relación esposo-esposa da como consecuencia hijos
estables y felices y no es al contrario.
Requerimos de la complementariedad para suplir las necesidades emocionales y
síquicas de nuestros hijos.
Otras, ¿cuáles?

En esta relación Dios debe ser el que nos reúna y congregue y es la única tercera persona
permitida y fundamento de la relación esposo-esposa.

TRES DINÁMICAS DE LA RELACIÓN.

Usamos la palabra dinámicas para dejar en claro un aspecto bien fundamental de estos tres
elementos de la relación en pareja; lo que menos son es no cambio o estáticas.

A. Pacto. Este aspecto fundamental en la relación de pareja está implícito en la afirmación


bíblica “dejará”. La palabra pacto está en el AT 235 veces; significa alianza, acuerdo,
compromiso y es una de las palabras con mayor carga teológica.

Se conocían dos tipos de pactos: Entre dos iguales (rey a rey) y entre un superior y un
inferior (Dios-hombre; rey-vasallo). La ceremonia incluía el sacrificio de un animal el cual
se partía en dos, una parte para el sacrificio a Dios y la otra para comer entre los pactantes
como señal del mismo. Antes del sacrificio y de la cocinada del animal los pactantes
pasaban entre las dos partes y decían “que Dios haga con nosotros lo que se hizo con este
cordero (u otro animal) si rompemos este pacto” Por tal razón, los pactos se consideraban
inviolables.

Entre los judíos el pacto involucraba cuatro pasos:


 Intercambio de regalos. Significa la disposición de dar, más que de recibir.
 Intercambio de mantos. Significa una sola cobertura a partir del pacto.
 Intercambio de espadas. Significa una sola defensa y no agresión entre ellos.
 Intercambio de compromisos. Significa un propósito común.

Debemos tener presente que el pacto es permanente y dinámico; el contrato es temporal y


estático.

El pacto tiene, a su vez, dos principios:

1. Legalidad. Ya sea de una autoridad superior o por la sociedad a la cual se pertenece.


Este principio es muy importante para la permanencia y cumplimiento de los
compromisos del pacto.
2. Cobertura. Los cuatro pasos de los judíos tiene presente este principio. Significa
respaldarse y cubrirse los pactantes. Este principio involucra, a su vez, tres aspectos
muy importantes:

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a. Desnudez. El pacto significa una sola cobertura y la no existencia de
secretos o cartas escondidas entre los pactantes. Si los dos se cubren
mutuamente, lo que desnuda al uno desnuda al otro. Este principio del pacto
es una advertencia y freno para la horrible tentación de hablar y denigrar el
uno del otro entre la pareja. Lo que avergüenza y desnuda al uno lo hace con
el otro.
b. Hermosura. El llegar al pacto más para dar que recibir involucra el
hermosearnos el uno al otro en la relación y pacto matrimonial. La Biblia es
clara (Ez 16:6 sig; Ef 5:25-28 y otros pasajes) en este aspecto. El marido
hace y se presenta a sí mismo a su mujer y la mujer hermosea y se presenta a
su marido.
c. Autoridad. El intercambio de espadas entre los judíos implica este concepto
de autoridad mutua y recíproca. No se firma un pacto para agredirse
mutuamente sino para hacer frente unido a los ataques y adversidades de la
vida. A Dios le importa es la relación y no quien tiene la razón.

Al conocer lo anterior entenderemos al matrimonio, más específicamente el pacto, no como


un fin sino como un medio para cumplir y vivir ciertos compromisos que tienen por meta el
amor, comprendiendo la dinámica del mismo.

Propósito del pacto: El establecimiento y desarrollo de:


 Una identidad en la pareja, que se refleja en la autonomía, y
 De un sentido de pertenencia mutuo.

¿Cuáles son las consecuencias para aquellas parejas que emocional y físicamente no
dejan padre y madre?

1. Hay fragilidad o no hay pacto.


2. Presencia o influencia dañina de otras personas entre la pareja; recordemos que la
única persona permitida y necesaria entre la pareja es Dios.
3. No hay pertenencia mutua; se ve al otro más como miembro de una familia que
como parte integral de la unidad de la pareja. En este punto es importante
reflexionar la significancia espiritual de que la mujer lleve el apellido de su esposo;
leamos Malaquías 2:15.
4. Actitudes egoístas, generalmente del cónyuge al cual pertenece la familia en la que
se vive, porque se siente respaldado en sus peticiones.
5. Falta de identidad como pareja; se ven más como prolongación de sus familias.
6. Otras, ¿cuáles?

Ante el gran número de parejas que viven en unión libre, más del 50%, ¿cómo podemos
promover el establecimiento de pactos ante Dios de esas parejas? En la próxima lección
continuamos con las otras dos dinámicas de la relación de pareja, el amor y el sexo.

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LA RELACIÓN BÁSICA II
Lección 4

Es comprobado científicamente que las emociones del enamoramiento son pasajeras; varios
estudios calculan su duración en sólo 9 meses. Si es así, ¿entonces cómo se sostiene y
prolonga las expresiones de amor entre la pareja? En esta lección veremos la segunda
dinámica del matrimonio: el amor.

Continuamos estudiando el pasaje de Génesis 2:23-25 del cual extraemos la expresión “y se


unirá a su mujer”. Es interesante notar que estas expresiones están en imperativo; es decir,
no es una simple sugerencia de Dios; es un mandato. Este mandato implica amar. Pero,
¿qué es el amor?

Definición de amor. Primero digamos qué no es: el amor no es enamoramiento. Un poeta


dijo “el enamoramiento es un sueño, el amor es un despertar” El enamoramiento es
mayormente emoción; el amor es decisión.

Etimológicamente, hay varias palabras en griego que se traducen al español como amor; de
estas hay tres que predominan en la relación de pareja.
 Eros: Expresa un amor inmaduro, de querer estar recibiendo.
 Filos: Es un amor de compartir, entre personas que tienen “química”, una relación
en la cual cada uno pone el 50%.
 Ágape: Es el tipo de amor que Dios da y espera que haya entre la pareja. Es dar todo
sin esperar nada a cambio; es un amor maduro, de entrega, justo y liberador. Ágape
viene de la raíz egó que significa YO y apao que es MORIR; ágape es YO
MUERO.

Recordemos a quién se le demanda, de parte de Dios, la responsabilidad de amar: al


hombre. No significa que la mujer no esté llamada a amar; de por sí lo hace más fácil que el
hombre, pero es a éste a quien se le exige amar. Y no solamente en este pasaje. En Efesios
5:21 sig, el pasaje que trata muy bien sobre la familia la Biblia exhorta al hombre a amar y
ha hacerlo, nada más y nada menos, como Cristo amó a la iglesia y renunció a todo para
darse y presentarse una esposa sin arruga y sin mancha. Esta es la medida del amor que se
espera entre la pareja.

El hombre, como cabeza de la familia, es el llamado a dar ejemplo de entrega sin


condición, amando, y de presentarse a su esposa. Si comprendemos esto nos daremos
cuenta que, mientras haya decisión, nunca se acabará el amor. La excusa de que se acabó el
amor no es válida delante de Dios.

El apóstol Pablo, en 1 de Corintios 13 expresa varias facetas de este amor:

El amor es más que palabras.


El amor es más que religión.

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El amor es más que obras.
El amor es sufrido.
El amor es bueno.
El amor no tiene envidia
El amor no es jactancioso
El amor no se envanece
El amor no hace nada indebido ni deshonra.
El amor no busca lo suyo.
El amor no se irrita.
El amor no guarda rencor.
El amor es verdad.
El amor es para siempre.

El amor se convierte en el centinela de la relación ya que fundamenta y proyecta


pertenencia entre la pareja. Cuando existe la decisión de amar se desea llegar a viejo con el
otro porque lo importante es la relación y no solo lo sexual. Por tal razón, podemos decir
que: EL AMOR NUNCA FALLA.

LA RELACIÓN BÁSICA III


Lección 5

Ahora veremos la tercera dinámica de la relación de pareja: el sexo. Este principio se


deduce de la expresión bíblica “Y serán una sola carne”.

Hablar de sexo, en el ámbito de la iglesia, a veces es complicado por la cantidad de


prejuicios con los cuales llegamos; por eso es importante dejar en claro que:
 La sexualidad es una bendición de Dios, es parte de su creación ya que claramente
nos hizo hombres y mujeres, sexualmente claramente identificables.
 El término sexualidad involucra todos los aspectos que hacen identificables a los
hombres de las mujeres y viceversa.
 Es diferente hablar de sexo o sexualidad y de genitalidad. Ya dijimos que es sexo o
sexualidad; por genitalidad entendemos la parte del sexo que corresponde a los
órganos genitales.
 También creemos que la sexualidad, como bendición de Dios, es para ser
claramente expresada en el ámbito de la intimidad conyugal y que no está
restringida solamente a la reproducción; es parte de la construcción constante de la
unidad de la pareja.
 Por ser el sexo la expresión de nuestro interior el diablo ha desvirtuado su carácter
de bendición y lo ha vuelto una mercancía de las más bajas pasiones. Pero, el
problema entonces, no es el sexo sino el entendimiento y uso que hagamos de esa
expresión de nuestro ser.
 El sexo no hace el matrimonio pero muchos sí se han roto por incomprensiones en
el mismo.

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En 1 Corintios 7:2-5 encontramos bases para la expresión sexual de la pareja:
 Toda expresión sexual sólo es válida dentro del matrimonio.
 Las expresiones sexuales son parte de las obligaciones conyugales las cuales deben
cumplir los dos por igual.
 El cuerpo del esposo es de la esposa y viceversa. Esto reafirma el sentido de
pertenencia que cada uno de tener por el otro.
 Hay igualdad ante los deberes y derechos sexuales. La iniciativa de la relación debe
corresponder a ambos.
 La mutua entrega, en plena desnudes e intimidad, los hace uno contra las
tentaciones satánicas.
 ¿Qué es permitido y que no? Toda genitalidad debe estar enmarcada en respeto
mutuo, libertad y santidad. Se debe rechazar lo que ofenda y lastime la integridad
física, moral y espiritual de alguno de los cónyuges.

También es necesario entender que por sexo se entiende toda caricia, ternura, comprensión,
entrega real y total, diálogo y sinceridad y que el acto en sí, el que involucra la genitalidad,
sólo es una parte del mismo y debe estar precedido por un ambiente de total unión y
desnudes emocional que dura no solo unos minutos u horas antes, sino toda una vivencia
continua de relación.

En la intimidad, como consecuencia de una desnudes emocional como física, se debe llegar
a una camaradería, compañerismo y comunión. Debemos entender que es el encuentro de
dos sujetos y no de dos objetos. En este encuentro se debe procurar cuatro objetivos:
1. Protección.
2. Satisfacción.
3. Respeto.
4. Comprensión.

Y, en la interacción del hombre y de la mujer debe haber total:


1. Entrega.
2. Comunicación.
3. Valoración.

No debemos olvidar que hay ciertas diferencias fisiológicas entre el hombre y la mujer en
la respuesta sexual:
 El hombre se excita más con el ver y la mujer con el oír.
 La velocidad de excitación es más rápida en el hombre pero más perdurable
y constante en la mujer. Es bueno aclarar que ambos tienen los mismos
niveles de excitabilidad.
 El hombre difícilmente, y a mayor edad peor, logra varios orgasmos en un
solo encuentro sexual. La mujer puede lograr varios. Esto hace del orgasmo
solo una parte de la sexualidad y no la meta o propósito de la misma.
 En ambos, no hay límites de edad en la expresión sexual. Recordemos el
caso de Sara y Abraham, Gn 18:11-12.

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Antes de terminar aclaremos un término: Orgasmo. Etimológicamente significa “hervir de
ardor” y fisiológicamente es un breve episodio de liberación energética que se evidencia en
descargas musculares rítmicas a nivel genital, aunque también comprometen el resto del
cuerpo, y que son sumamente placenteras para ambos sexos y producen una sensación de
alivio y relajación.

Hemos procurado ver bases y generalidades de la sexualidad en la pareja. Tal vez queden
muchos interrogantes pero, teniendo en claro lo anterior y buscando la luz de la Palabra de
Dios podremos comprender y vivir una mejor relación de pareja.

¿Cuáles son los mayores problemas en ésta dinámica de la relación de pareja?

ETAPAS EN LA RELACIÓN DE PAREJA


Lección 6

Toda relación humana atraviesa por un proceso; la relación conyugal no es la excepción. El


siguiente esquema intenta describir el desarrollo de la relación de pareja, sus crisis y sus
posibilidades.

Al parecer toda pareja atraviesa por estas etapas, pero en diversa intensidad y con distinta
duración, dependiendo mayormente de la madurez de los cónyuges y su disposición a
crecer.

1. LA ERA ROMÁNTICA O “LUNA DE MIEL”. Es la época del galanteo y se mantiene


hasta cierto tiempo después de la boda.

Características:
 Sueños e ilusiones.
 Idealización del cónyuge y exageración de virtudes.
 Relación simbiótica.
 Serie de promesas que parecen garantizar la obtención de la felicidad. Las promesas
pueden ser tácitas o implícitas y a menudo son irreales e imposibles de cumplir.
 Muchas expectativas no acordadas.

Sentimiento: “Palpo la felicidad a la vuelta de la esquina”

2. VUELTA A LA REALIDAD O “LA RUTINA”. Cuando uno o ambos cónyuges salen a


trabajar para poder comer, pagar el arriendo y cumplir las obligaciones. Con frecuencia el
primer hijo se viene en camino... ¡y sin previo aviso!

Características:
 Se resquebraja la relación simbiótica.
 Se comienzan a acumular los sentimientos de frustración con la esperanza de que
las cosas “vuelvan ser como antes”

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 Hay fantasías de reciprocidad: Si soy lo suficientemente buena/o, mi pareja también
lo será.
 Aparecen las conductas y los juegos de “trata/intenta más”
 Se busca manipular a la pareja con el fin de volver a la etapa anterior.

Sentimiento: “Temo que la felicidad se me escape”

3. LA LUCHA POR EL PODER O “AMARGURA Y AGRESIÓN”. Cuando la persona


deja de pedir o esperar y empieza a demandar que el otro cumpla sus promesas.

Características:
 Hay sentimiento de pánico ante la perspectiva de perder para siempre el sueño de la
felicidad.
 Hay quejas como “he sido defraudada/o; si no fuera por ti...”
 Amenazas silenciosas “Te voy a obligar a cumplir con las promesas que me hiciste”
 Escalada de la conducta manipulativa (dinero, sexo, suegros, etc)
 Peleas continuas “No te aguanto más”
 Se culpa al otro de todo y sale lo peor de cada uno.
 Se busca al amigo, pastor, consejero, al confidente para que convenza a su cónyuge
que... ¡debe cambiar!

Sentimiento: “Si el/ella cambiara... todo saldría mejor”

4. DESILUSIÓN Y SEPARACIÓN O “YA ME CANSÉ”. Cuando uno o ambos deciden


que no vale la pena luchar por alcanzar el sueño de la felicidad (al menos con esta persona)

Características:
 Mucha duda respecto a si continuar o no con la relación.
 Se acomodan a la relación, pero no se acercan.
 Se separan en lo emotivo, sexual, físico, etc, y cada uno se dedica a “algo” para
llenar el vacío y el tiempo: Mamá se dedica a los hijos, negocio, amistades, club,
grupo de mujeres de la iglesia, mientras papá se dedica al trabajo, sindicato,
deportes, los amigos, la iglesia, etc.
 Están listos para una decisión importante:
o CRECER:
 Tomar responsabilidad y compromiso (MADURAR)
 Hacer ajustes
 Renegociar la relación.
o ROMPER LA RELACIÓN:
 Separación o divorcio para encontrar la persona que “ahora si me hará
feliz”
 Inicia otra vez el ciclo: Romance-realidad-lucha por el poder...

Sentimiento: “Estoy dispuesto a crecer” o “Me equivoqué contigo”

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5. TRANSFORMACIÓN O “TOMA DE RESPONSABILIDAD”. Cuando cada uno
acepta su responsabilidad por lo que es y por lo que espera.

Características:
 Disposición a renegociar la relación con bases más sólidas.
 Disposición a comprometerse, aceptarse, respetarse y ayudarse, sin esperar que la
otra persona satisfaga todas sus necesidades.
 Disposición a comprender que el amor es más que sentimiento y emoción.

Sentimiento: “Estoy aprendiendo a amar en forma más madura”

6. ESTABILIDAD Y COMPROMISO O “AHORA SI ME CASO CONTIGO”.


Cuando cada uno siente que puede compartir sin imponerse y sin temer ser impuesto.

Características:
 Se intensifica la intimidad.
 Hay sentimiento de participar en algo común.
 Como pareja se busca nuevos amigos, nuevos pasatiempos y nuevos intereses
mutuos.

Sentimiento: “Estoy creciendo... me estoy realizando”

7. GENERATIVIDAD O “DARSE A LOS DEMÁS”. Cuando la pareja ya no está


absorta por su propia relación y siente que se puede dar a los demás sin menoscabo de su
propia relación de pareja.

Características:
 La copa está llena de madurez y confianza en Dios, se derrama y se puede dar.
 Se trabaja por las nuevas generaciones, por la comunidad, la Iglesia y el Reino de
Dios.

Sentimiento: “No estoy viviendo en vano”

Aprendamos a identificarlas y a crecer cada día en nuestra relación de pareja y en Dios.

MALOS ENTENDIDOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA


Lección 7

El título implica que existen malos entendidos, misterio y quizás aún algo de ignorancia en
la relación entre la pareja. ¿Algunas veces a escuchado, en serio o en broma, que las
mujeres son incomprensibles, o que los hombres no tienen remedio? Dudo que alguien diga
que no. Y, este panorama es propiciado por estrategias de desinformación del mundo,
nuestra carne y Satanás, que establecen falsas expectativas respecto al uno del otro. Esto no
pasaría de ser una anécdota sino fuera por las graves consecuencias que se viven en los

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hogares por estos malos entendidos. Hoy vamos a ver cuatro fuentes de estos generadores
de discordia conyugal.

A. Malos entendidos generados por la sociedad y la cultura. Hoy, la pareja recibe


multitud de mensajes y muchos de ellos confunden y crean discordia en el hogar; entre esos
mensajes podemos considerar varios:
1. Extremos feministas. Aquellos mensajes que tratan de establecer una superioridad
de la mujer sobre el hombre y que la mujer puede hacerlo todo sola. Estos los
vemos en expresiones como “ningún hombre me va a venir a decir lo que debo
hacer...” o “no necesito de ningún hombre para criar mis hijos”
2. Tradicionalismo. Aquellos que pretenden que la mujer sólo esté limitada a la
maternidad y hogar y le impiden toda realización personal, ministerial y
profesional.
3. Denigración del hombre. Actualmente se pretende establecer al hombre como
simple adorno o en su papel reproductor dejando a un lado su papel como cabeza y
sacerdote del hogar.

B. Por diferencias físicas. Por diferencias físicas nos referimos más que todo a dos
aspectos:
1. Ciclos hormonales en la mujer. Los diferentes niveles de estrógenos y otras
hormonas femeninas por las cuales atraviesa la mujer en el trascurso de un mes
influyen poderosamente en sus estados de ánimo. Días antes de la mestruación se
pone hipersensible e irritable, por ejemplo.
2. Estímulo para la incitación sexual. Los hombres se excitan más por lo que ven; la
mujer por lo que oye y por el trato. El hombre es más rápido en su despertar sexual,
la mujer más lenta. El hombre logra, generalmente, un solo orgasmo; la mujer puede
acceder a varios.

C. Por la autoestima. Una autoestima o autoimagen saludable es importante en el


crecimiento de la relación conyugal.
1. El hombre fundamenta su autoestima, generalmente, por lo que hace. El hombre
suele definirse por su oficio, profesión. Una de las frases que más hiere la
autoestima de un hombre es la de “no sirves para nada” y a la mujer “nadie te ama”.
2. La mujer fundamenta su autoimagen en sus relaciones; ella se define por el tipo de
relaciones a su alrededor. Las mujeres casadas se ven a si mismas no como
individuos sino como una extensión de sus esposos o hijos.
3. Debemos tener en cuenta que un hombre y una mujer con una sana autoestima tiene
una mejor percepción del mundo y afrontan mejor las dificultades porque han
creído, no lo que el mundo o sus limitaciones dicen de ellos, sino lo que Dios ha
dicho que son.

D. Por mal uso de las Escrituras.


1. Antes de la caída, la relación entre el hombre y la mujer era equitativa y ordenada.
2. En Génesis 3:16 se nota las consecuencias del pecado. En este versículo se le dice a
la mujer “y tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará sobre ti”. Muchos lo
han tomado como una carta abierta, dada por Dios al hombre, para dominar y

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oprimir a la mujer y no entienden que Dios se lo dice a la mujer, no porque sea su
deseo, sino porque es una consecuencia inevitable del pecado en las relaciones
conyugales; en esta simplemente dominará el más fuerte.
3. Como redimidos e hijos de Dios debemos comprender que somos nuevas criaturas y
que el Señor Jesús ya cargó, en la cruz del calvario, con toda maldición de pecado y
que no estamos condenados a vivirlas.
4. Además, en Efesios 5:21 en adelante se nos exhorta, a los hombres, para que:
a. Ame a su esposa como Cristo ama a la iglesia.
b. Este dispuesto a dar su vida por ella no solo para hacerla salva sino también
para el pleno desarrollo de sus potencialidades como hija y ministra de Dios.
c. Ame a su esposa como a su propio cuerpo.
d. La sostenga así como Cristo a la iglesia.
e. Que la cuide como Cristo a la iglesia.
f. Que deje padre y madre por ella.
g. Que se una a ella como una sola carne.

Si tenemos en cuenta estos malos entendidos o perspectivas de la pareja o de cada uno de


los cónyuges podremos dar mejores respuestas y no caer en la cascarita que representan
estos mal entendidos.

RELACIONES SANAS EN LA FAMILIA I


Lección 8

Siempre debemos tener algo claro: estar unidos no significa que las emociones de las
personas se fundan en una sola ya que vivir una relación es respetar las diferencias. Eso se
logra viviendo como personas diferenciadas.

¿Qué es una persona diferenciada? Es alguien capaz de desarrollar un sentido de si


mismo durante una relación viviendo una separación sin aislamiento.

Lo contrario: Existen dos extremos en una persona no diferenciada o indiferenciada.

A. Por un lado está la persona con una relación altamente “enredada” o fusionada. En estas
personas o grupo de ellas no hay sentido de límites. Todo está controlado por los
reglamentos de la familia o grupo; el individuo no tiene derechos o sentimientos aparte de
aquellos que van de acuerdo con los del grupo entero. El hijo(a) sigue las pisadas del padre
y quizá sean copias exactas de la madre. Por el otro, está la persona totalmente separada de
una verdadera relación; ambos extremos son dañinos a la salud del individuo.

La gente enredada o confundida está tan apegada a sus familias de origen que nunca logran
estar verdaderamente separados o ser personas distintas. El apegamiento emocional en la
familia retiene a las personas atadas a la familia de tal modo que encuentran muy difícil ser
independientes. Es la historia del hijo mayor en Lucas 15 que nunca se fue del hogar. La
persona enredada puede ser caracterizada por modos compulsivos de comunicación, tal

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como el hecho de encontrar necesario hablar por teléfono con sus padres todos los días o ir
a visitarles cada semana.

Siguiendo con la historia del hermano mayor del hijo pródigo, sabemos de él después que
su hermano ha regresado. Sin embargo, podemos deducir por el diálogo lo que pudo haber
ocurrido antes de que el hijo menor se fuera, siendo posible mucha fricción y tensión entre
los dos. No es imposible decir que el hijo mayor estaba alegre cuando el hijo pródigo se
fue. El entonces, tenía a su padre para él solo. Probablemente, él ansiaba la aprobación del
padre; estaba enredado o confundido. El “enredo” envuelve la adhesión sicológica que
mantiene a las familias juntas. Es un tipo de pegamento emocional entre nosotros. Es un
sentido saludable que debe aflojar y dejarnos crecer, dejar crecer, dejar nuestra familia y
comenzar familias y/o nuestras propias vidas. Pero, en algunas familias ese aflojamiento
nunca ocurre; las personas permanecen juntas, así como el hijo mayor y su padre.

En este ejemplo notamos cuatro características de la persona enredada o indiferenciada:

1. Resentimiento.
2. Inseguridad.
3. Triangulación o patrón de comunicación en el cual dos personas conversan y giran
su vida sobre otra tercera sin conversar con esta última.
4. Sentimientos de mártir o “pobre de mi”

Podemos ampliar el concepto de triangulación con un ejemplo. Supongamos que un


adolescente está teniendo problemas con su padre; no se están llevando bien. El joven va
donde su madre y se queja de su padre; la madre lo escucha porque se preocupa por él y
también porque ella tiene algunos de los mismos sentimientos hacia el padre. La valencia
positiva emocional entre la madre y el joven nunca crea una actitud positiva entre el joven y
el padre. De hecho, la relación entre el hijo y la madre es probable que alivie la tensión en
la relación padre-hijo sin requerirles que cambien. Sin querer, la madre perpetúa el
problema llegando a estar triangulizada en el mismo.

B. El contraste de la persona enredada es el individuo o familia que está desconectado o


desenganchado. En esta familia cada miembro vive como si fueran él o ella los únicos que
existen; no existe un lazo emocional y las actividades son meros rituales de formalidad. Al
esposo no le importa el horario de su esposa ni mucho menos la esposa sabe algo sobre el
lugar de trabajo de su esposo. Lo que le agrada a él carece de interés para ella y viceversa.
Generalmente se manejan los problemas y conflictos abandonándolos.

Esta es la posición del hijo pródigo en Lucas 15. El pensó que corriendo de los problemas
(si no los tuviera, ¿para qué irse?) y de la relación con su padre podría resolver cualquier
dificultad que tuviera. Pero, cuando llegó a aquel lejano país, encontró que sus problemas y
dificultades habían aumentado y que, sicológicamente, su padre estaba aún con él. En
medio de sus luchas y problemas, tuvo una conversación imaginaria con su padre. ¡Qué
ironía! El había abandonado el hogar, poniendo mucha distancia entre él y su padre,
solamente para encontrar que su padre estaba allí mismo con él. El hecho de desconectarse
raramente resuelve el problema; generalmente hace que las cosas se pongan peores.

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Hoy día, muchos creen que la separación y divorcio es solución; tratan de desconectarse y
abandonar las relaciones cuando estas se ponen tensas. Esta reacción indiferenciada
también la vemos en el joven que abandona el hogar o se entrega al alcohol y/o las drogas
como escape o distancia entre su familia y él. También, en un menor grado, vemos este
tipo de respuesta en la persona que maneja sus tensiones emocionales aislándose o tomando
la posición de espectador más que participante en las decisiones de la familia o grupo.

Hay tres características de la persona desconectada o desenganchada:


1. “Primero yo, solamente yo” Preocupación más por lo material que por el valor y
vivencia de las relaciones.
2. Distancia física.
3. El problema siempre está con la persona.

La meta para todo individuo debe ser entablar relaciones mientras se mantiene un sentido
propio de identidad y personalidad. En una familia saludable y funcional debe ser la de
guardarse, por un lado, del enredo y comportarse como personas acosadoras y acaparadoras
y por otro de la separación. Esto es, que cada persona de la casa experimente un sentido de
auto identidad sin llegar a estar emocionalmente separado de los otros miembros de la
familia. Este es un individuo DIFERENCIADO, al cual veremos en la próxima lección.

Un joven rebelde, ¿qué es lo más probable? ¿Enredado o despegado?

RELACIONES SANAS EN LA FAMILIA II


Lección 9

Recordemos la definición de una persona diferenciada: Es alguien capaz de desarrollar un


sentido de si mismo durante una relación viviendo una separación sin aislamiento.

El mejor ejemplo de persona diferenciada lo hallamos cuando Jesús, teniendo doce años de
edad, dijo a sus padres “¿No sabéis que en los negocios de mi Padre estoy?” (Lucas 2:41-
49).

Si somos honestos, la mayoría de nosotros encontramos algo de irrespeto en la respuesta de


este jovencito de 12 años. Sin embargo, mientras Jesús reconoce honorablemente las
responsabilidades de un hijo hacia sus padres, él también sabía, a los doce años, que era
una persona separada y distinta; quién había sido enviado por el Padre Celestial a este
mundo con un propósito diferente.

Por lo tanto, la meta de cada padre y madre debiera ser entrenar hijos e hijas que sepan que
mientras hay un apego terrenal y una lealtad entre padres y los hijos, también hay un
“llamado celestial” para cada persona nacida en este mundo. Esto no debiera de ser
confusión o desorden ni tampoco separación o desprendimiento, sino diferenciación para
cada persona.

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Este modelo de diferenciación también es aplicable a las demás relaciones del Señor y no
sólo las de su familia. Comprobamos que lo que se vive en la familia se vive en nuestras
demás relaciones.

Por ejemplo, mientras que Él nunca estuvo separado de la gente, tampoco se enredó
emocionalmente con ellos, incluyendo a sus discípulos y a la gente que ministró. Una y otra
vez hubo intentos de diferentes personas para confundir sus relaciones, como su propia
familia quienes intentaron apartarlo de la multitud (Mt 12:46-50; Mc 3:31-35; Lc 8:19-21)
y cuando María trató de dirigirle en la boda de Caná (Jn 2:1-12).

También, la madre de Jacobo y de Juan trató de enredar las relaciones cuando pidió puestos
de privilegio para sus hijos (Mt 20:20-23).

En todas sus relaciones Jesús siempre demostró preocupación y amor por sus prójimos,
nunca se separó de ellos pero nunca se enredó con personas que lo desviaran de su
propósito celestial. Aún, en la cruz del Calvario, Jesús desplegó este alto grado de
diferenciación, diciendo a su madre en la carne, “Mujer, he ahí tu hijo” y después al
discípulo amado, “he ahí tu madre” (Jn 19:26,27).

Por consiguiente, podemos ver en Jesús el modelo perfecto de uno quién amó
profundamente, que fue capaz de sufrir con los que sufrían, ministrando a sus necesidades
más profundas, muriendo por ellos en sus pecados más grandes. Aún así, el Hijo de Dios se
diferenció de cada uno de ellos, incluyendo a su propia madre, hermanos y discípulos. Ellos
no pudieron influir en sus decisiones ni Él tomó decisiones por ellos, ni tampoco llevaría la
responsabilidad por las decisiones que ellos tomaron.

El no fue un fracaso, aunque uno de los suyos lo traicionó, los once lo abandonaron, su
propia familia lo malentendió y su propio pueblo lo crucificó. El vino a esta tierra para
hacer la voluntad del Padre y para que en su suspiro mortal pudiera exclamar “consumado
es” (Jn 19:30), y, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23:46).

Este es un ejemplo perfecto de autodiferenciación que las parejas y familias cristianas


deben modelar; no podemos seguir el ejemplo de las relaciones familiares de este mundo;
es decir, ni tan apegados, posesivos y necesitados emocionalmente del otro u otros, pero,
tampoco alejados y desconectados emocionalmente de los demás.

Características de la persona diferenciada.


1. Responsabilidad para sí mismo.
2. Libertad para entrar y salir de las relaciones.
3. Respeto por la individualidad.
4. Relaciones de uno a uno (rechazo de la triangulación).
5. Objetividad y conciencia de su llamado celestial.

¿Qué tipo de relaciones estamos viviendo?

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Con la ayuda del Espíritu Santo presenta el tipo de relaciones en tu familia y entorno y
trata, en un ambiente de confianza y mutua edificación, de dialogarlo con los demás
compañeros de clase.

NEGOCIACIÓN EN LA FAMILIA
Lección 10

Por negociación queremos decir el proceso dinámico en el cual se involucran dos partes
deseando obtener, cada uno del otro, algo, con base en aceptar una tercera posición, sin
imponer nada. Como consecuencia, se da un resultado producto de la libre expresión.

¿Porqué se negocia?
1. Para andar y preservar la unidad.
2. Porque necesitamos del otro.
3. Porque confiamos en el otro, producto de las relaciones.
4. Por mantener las relaciones.
5. Para evitar el conflicto.

La negociación debe ser:


1. Libre
2. Responsable.

¿Porqué no negociamos?
1. Por mantener una aparente autoridad.
2. Por defender posiciones.
3. Por crisis de confianza.
4. Por culto a la violencia.

¿Qué no es negociación?
1. La neutralidad.
2. La huida.
3. La disputa como expresión de arrogancia y terquedad.
4. La capitulación.
5. El chisme y agravio.

¿Qué no es negociable?
Los principios y valores cristianos.

Elementos de la negociación.
1. Las personas.
2. El proceso.
3. El problema.

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Cuando no hay negociación hay litigio y disputa en el cual ya no se busca una tercera
alternativa o mejor solución al problema sino la imposición de criterios egoístas sin
importar que vayan en desmedro de la relación y del problema.

Negociación Litigio
Busca restaurar la relación Se busca un culpable
Lo que importa es la reconciliación con vista Se ve como perdedor o ganador.
en los futuros desafíos.
Lo que importa es el presente con vista al Se busca el pasado perdiéndose el
futuro. presente.

Con esta lección terminamos este breve vistazo al vasto mundo de la familia. Tengamos
siempre presente que el más interesado en la bendición y plenitud familiar es su Creador;
confiemos en Él y abramos nuestro corazón a sus preceptos y disposiciones.

También recordemos que tenemos un llamado a ser luz a tanta familia de nuestro entorno
que hoy habitan en la oscuridad del egoísmo, dureza de corazón, violencia, agravios, etc, y
a los cuales podemos y debemos compartir la libertad del evangelio de Cristo. Como hijos
de Abraham estamos a ser y compartir el invaluable regalo de Dios de en nosotros ser
benditas las familias de la tierra.

Dios nos bendiga.

Enoc Reyes B.
Pastor

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