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“Apoyo y Acompañamiento en el Aula por medio de las Líneas de Acción en la

Asesoría”

Autor: Mtra. Rosa María Gutiérrez Bautista

Hasta hace algunos años el asesor técnico-pedagógico existía como una figura, en
la mayoría de los casos eran docentes comisionados con funciones de asesores en
quienes recaía la responsabilidad de llevar a cabo todo tipo de actividad pedagógica
con los profesores y que éstos aplicaron lo aprendido en las escuelas, las acciones
que realizaba hasta ese entonces el Asesor Técnico Pedagógico, muchas de las
veces se centraban en acciones administrativas, de apoyo a la función de
supervisión o directivos. Actualmente la imprecisión en la descripción de la tarea del
ATP obedece a que se trata de una función emergente, que aún no termina de
ubicarse plenamente en el servicio de asesoría y aún faltan ciertas cosas para
reglamentarse.

Para dar respuesta a la demanda de estructura y esclarecimiento de las distintas


funciones de docentes nace en México la tan conocida Reforma Educativa
presentada dentro del marco de los acuerdos y compromisos establecidos en el
Pacto por México, publicada al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación el
10 de septiembre de 2013, dicha reforma busca el mejoramiento constante y el
máximo logro educativo de los estudiantes, además de establecer que será el
Estado quien garantizará los materiales y métodos educativos, la organización
escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de docentes y directivos para el
cumplimiento de tal precepto constitucional en un marco de inclusión y diversidad.
Se eleva a rango constitucional la posibilidad para que los padres de familia puedan
expresar su opinión sobre los planes y programas educativos. Además, se
establecen diversas reformas a los artículos 3 y 73 constitucionales y se adiciona la
Ley General del Servicio Profesional docente misma que establece lo siguiente:
“Artículo 2 se entenderá por Personal Docente con Funciones de Asesoría Técnica
Pedagógica, es el docente que en la Educación Básica y Media Superior cumple
con los requisitos establecidos en la presente Ley y tiene la responsabilidad de
brindar a otros docentes la asesoría señalada y constituirse en un agente de mejora
para las Escuelas a partir de las funciones de naturaleza técnico pedagógica que la
Autoridad Educativa o el Organismo Descentralizado le asigna. Este personal
comprende, en la Educación Media Superior, a quienes con distintas
denominaciones ejercen funciones equivalentes;” (LXII Legislatura de la Cámara de
Diputados del H. Congreso de la Unión, 2015)

Al hablar de asesoría en la actualidad podemos establecer que los pasos hacia una
mejora de la función han sido firmes y sirven de sustento para la naciente figura del
Asesor Técnico Pedagógico. “El pedagogo, como se ha afirmado en numerosos
casos, tiene un gran reto ético en la conducción de los grupos con los que trabaje...
La seducción que, si bien deberá ejercer, dice Carrizales, para no devenir en la
indiferencia, habrá de conducirla por terrenos legales y formativos. Sin embargo,
este dilema moral de saberse deseado, ejercer ese deseo y, al mismo tiempo,
requerir contenerlo, es muchas veces algo que escapa de las manos del docente.”
(Enrique Farfán Mejía)

Todo docente requiere de capacitación continua; ante los estándares de calidad que
se pretenden lograr hoy en día en las escuelas de nuestro país; pues que mejor que
recibirla en el propio centro de trabajo por parte de alguna figura cercana a la
realidad de nuestra escuela, dicha figura seria la cual debiera brindar el Asesor
Técnico Pedagógico, por ello este cargo debe ser desempeñado con mucho
profesionalismo pero sobre todo con objetivos y metas claras de que pretende
lograrse con los docentes en los centros de trabajo.

El trabajo de asesoramiento ha cambiado de dirección puesto que dentro de las


escuelas y aulas la necesidad es cambiante lo cual da pie al nacimiento al nuevo
concepto de acompañamiento colegiado requiriendo para esto nuevas
competencias laborales que permitan a los distintos asesores fijar su atención a las
necesidades reales de los docentes y a la resolución de los problemas áulicos,
fomentando la reflexión, el autodiagnóstico, la creatividad e innovación para la
mejora de los aprendizajes de los alumnos y el alcance de los propósitos educativos.

Es de vital importancia el destacar que la función de asesoramiento no debe dejar


pasar la creación de escenarios en los que los docentes se sientan acompañados,
respaldados mediante la implementación de un liderazgo colegiado con el único fin
de buscar la profesionalización y mejora continua. Cabe destacar que para lograr
una educación de calidad e inclusiva es necesario que el ATP cuente con las
siguientes fortalezas: Disposición para trabajar con las distintas figuras
responsables, capacidad para reconocer no solo los errores sino también los
aciertos, procurar el desarrollo de culturas de participación y estrategias de acuerdo
a las necesidades particulares de cada escuela así como reconocer que el cambio
no se logra de la noche a la mañana sino que este es gradual por lo que será muy
necesaria tener una gran capacidad de comunicación, apertura a escuchar los
distintos puntos de vista con el fin de saber ofrecer los espacios adecuados para
atender las demandas de los distintos agentes educativos.

Ante toda mejora y profesionalización es importante el reconocer que como figura


responsable del trabajo colaborativo con el fin de brindar una calidad de los centros
escolares se deberá procurar evitar caer en las siguientes debilidades: Burocratizar
la labor del ATP anteponiendo lo urgente ante lo realmente importante, confundir el
papel de asesoramiento con la expedición de recetas y consejos que provoquen
problemas de comunicación entre los agentes involucrados, procurar no desviarse
de lo pedagógico, pecar de egocentrismo al sentir que ya se conoce todo y
finalmente cuidar la identidad profesional.

El establecer las funciones de asesoría en la educación básica en México aún se


encuentra en construcción, puesto que el logro de una escuela de calidad debe de
centrarse en lograr que dentro de las practicas docentes se brinde una formación
integral para la vida, mediante la puesta en marcha de creación de ambientes
armónicos para despertar en los alumnos el interés por aprender, buscando
desarrollar en ellos las competencias pertinentes para el desarrollo de su propia
vida. Una escuela de calidad es aquella que cuenta con docentes entregados y
comprometidos en una sola cosa, el logro de aprendizajes significativos en sus
alumnos, que empleen materiales didácticos, eficientes y pertinentes con el fin de
lograr un trabajo entusiasta. Para el logro de lo anterior no significa que el docente
vaya a trabajar solo o aislado pues no basta con tener las mejores ideas, sino que
implica todo un proceso que parecería difícil, pero que al ser acompañado y
realizado con un trabajo colaborativo entre tutor y asesorado el proceso ira
paulatinamente enfocado a la capacitación de lograr la autonomía en su capacidad
de resolución de problemas. Puesto que educarse a sí mismo y a su vez
promoviendo entre los miembros de la comunidad, la escuela y la familia una cultura
de trabajo cooperativo y solidario basado en sus fortalezas para superar las
debilidades.

El ATP existe, se encuentra ahí en las supervisiones escolares y su figura es en


muchos casos una figura de respaldo para los docentes. El acompañamiento es
una modalidad de apoyo que el docente recibe como su nombre lo indica, consiste
en el desarrollo de las tareas normales de su trabajo en presencia del asesor par
que este a su vez le brinde el acompañamiento en la detección de sus necesidades
o dificultades.
Es por ello que los responsables de este asesoramiento, tienen que desarrollar
estrategias, que se relacionen con la formación de las personas para el logro del
desempeño superior o incrementar su aprendizaje en nuevas áreas o tareas.
Dentro de esta modalidad, el acompañamiento se perfila como un elemento que
puede en muchos casos, mejorar la calidad de la educación.

De acuerdo con los razonamientos que se han venido realizando, resulta


imprescindible hablar de innovación y cambio en la labor del Asesor Técnico
Pedagógico para el logro de un impacto en el trabajo docente en los centros
escolares.

No se puede hablar de capacitación continua, de asesoría, acompañamiento,


participación en equipos colaborativos sin una base sólida que respalde dicha
postura. El artículo Tercero habla que todo individuo tiene derecho a recibir
educación, en esos individuos también están incluidos los docentes y como ya se
mencionó anteriormente se ha gastado demasiado en brindar talleres a los que los
docentes no asisten quejándose por la falta de tiempo, que mejor que aprovechar
adecuadamente a los asesores para trabajar directamente en las escuelas. Por
ello, es importante mencionar la labor del Asesor Técnico Pedagógico (ATP), que
es quien logrará hacer una buena gestión de recursos técnicos-pedagógicos, dando
énfasis en aspectos tan relevantes como son la capacitación y apoyo en la
organización de los centros escolares. Con especial énfasis en las cuatro las
dimensiones que debe cubrir la gestión para que esta se de en forma completa:

Administrativa: mediante la cual se replantean, establecen metas y los


procedimientos para llevar a cabo todas las actividades necesarias para cubrir las
metas o propósitos para cubrir las expectativas de los alumnos.
Dimensión Organizacional: es aquella donde se implementan los equipos de
trabajo, se delegan responsabilidades y se aplica el proyecto de trabajo, utilizando
todos los recursos con los que cuenta la escuela, más los que se gestionen ante las
autoridades educativas, o donde sea necesario, para el logro de metas.

Técnico-Pedagógica: establecer actividades para el fortalecimiento profesional de


todos aquellos que integran la comunidad escolar, mediante asesorías de
especialistas en las áreas que se requieran apoyo.

Comunitaria: que las actividades estén hechas para toda la comunidad escolar, que
participen todos en busca de un bien común.

Cuando el asesor cubre estas cuatro dimensiones, podemos decir que ha sido
integrador y que el trabajo podrá producir modificaciones, cambios en la práctica,
que nos lleven a la innovación y por lo tanto a la búsqueda de mejora y de la calidad.
La búsqueda deberá ser entonces de una escuela eficaz, tal y como hace mención
Francisco López, “una escuela es de calidad si es eficaz, si consigue sus objetivos”
y para lograrlo nos marca cuatro pilares fundamentales “liderazgo, personas,
cultura y dominio de la actividad”. Todo esto en su conjunto nos permitirá no solo
hacer una crítica sino proponer soluciones, y en eso radicaría la función de la
asesoría.

Bibliografía

Secretaría de Educación Pública, (SEP), (2006). La asesoría en las escuelas.


Reflexiones para la mejora educativa y la formación continua de los
maestros.

SEP, (2015). El acompañamiento sí importa. Consultado en línea el 08 de


mayo de 2017 desde http://dgei.basica.sep.gob.mx/files/fondo-
editorial/profesionalizacion-docente/pd_00001.pdf

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