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Prologo
Esta antología aborda varios tipos de cuentos latino
americanos desde los más antiguos hasta los más
nuevos.
Un cuento (del latín, compŭtus, cuenta) es una
narración breve creada por uno o varios autores, 2
basada en hechos reales o ficticios, cuya trama es
protagonizada por un grupo reducido de personajes y
con un argumento relativamente sencillo.
El cuento de terror (también conocido como cuento de
horror o cuento de miedo, y en ciertos países de
Sudamérica, cuento de suspenso), considerado en
sentido estricto, es toda aquella composición literaria
breve, generalmente de corte fantástico, cuyo principal
objetivo parece ser provocar el escalofrío, la inquietud
o el desasosiego en el lector, definición que no excluye
en el autor otras pretensiones artísticas y literarias.
La ciencia ficción es un género cuyos contenidos se
encuentran basados en supuestos logros científicos o
técnicos que podrían lograrse en el futuro. Este
sustento científico hace que la ciencia ficción se
diferencie del género fantástico, donde las situaciones
y los personajes son fruto de la imaginación.
El cuento fantástico es la narración de la realidad que
mezcla elementos reales e irreales, extraños e
inexplicables, con la intención de crear incertidumbre
en el lector mediante la intercalación entre una La
fábula es una composición literaria breve,
generalmente en prosa o en verso, en la que los
personajes principales son animales o cosas 3

inanimadas que presentan características humanas.


La fábula tiene "una intención didáctica de carácter
ético y universal" que siempre aparece en la parte final
de esta misma, proporciona una enseñanza o
aprendizaje, que puede ser útil o moral y es conocida
generalmente como moraleja. En el Diccionario de uso
del español de María Moliner de Helena Beristáin se
indica que “se trata de un género didáctico mediante el
cual suele hacerse crítica de las costumbres y de los
vicios locales o nacionales, pero también de las
características universales de la naturaleza humana en
general”.explicación natural y una sobrenatural.
Introducción
Esta antología tiene como principal sus 5 temas
 Terror
 Policiacos
 Fantásticos
 Fabuloso
 Fabulas 4

Y colocando a los autores de todo tipo como grades famosos


Como María Luisa Bombay, Jorge Luis Borges, Gabriel
García Marques entre otros y también autores no tan
reconocidos
Terror

Advertencias
Ismael Lopez, veía los signos, cada que salia de su casa, rumbo al trabajo, como si entre
ellos, le quisieran decir algo, no lograba descifrarlos, pero sabia que no era casualidad, en
el cielo, nubes que formaban signos de interrogación, en los prados cosechas que formaban
otros cuantos signos que no sabia que eran, pronto lo sabría, eran Advertencias.
Era como si algo o alguien le avisara que algo malo estaba por ocurrir, pero se preguntaba
constantemente, por que a el, un tipo solitario que no tenia ni perro que le ladrara, y que
pasaba penurias con lo mas básico en el hogar.
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No era un héroe, ni siquiera era religioso, pasaba por la vida, sin ser notado por nadie, hasta
que estas advertencias llegaron, sabia que algo malo sucedería, ya que al principio, hasta
risa le sacaba las constantes situaciones, pero ya eran muchas para ser casualidad.
Ahí fue cuando al llegar a su casa, vio dentro de ella a una persona alta, quiso hablar a la
policía, pero la curiosidad, le gano y entro a la vivienda, solo para darse cuenta que no era
una sola persona, que eran varios, y ni siquiera eran personas, eran ángeles.

Pero de que se trata todo esto, que hacen en mi casa? Pregunto Ismael a todos los que se
encontraban en su hogar, todos en ese momento tenían gabardinas, y el mas alto de ellos,
se la quito, ahí fue en donde se dio cuenta que era un ángel.
Queremos que nos ayudes, el apocalipsis pronto llegara y tu que eres neutral en lo religioso,
queremos que seas parte de nuestro séquito, no somos partidarios ni de satanás ni de dios,
queremos que la poblacion se nos una y tu seras nuestra voz.
Ismael, no podía creer lo que sus ojos veían, sabia que no era un sueño y que ahora todas
esas señales tenían una razón, se habían estado comunicando por meses, pero nunca
relaciono, ¿pero que podría hacer Ismael, por estos entes, tomaría partido por ellos, o se
volvería religioso y pondría su fe en dios?

El ángel le dijo, se leer el pensamiento y te puedo decir, que lo único que harías por nosotros
seria crear una religión, para que nos veneren solo a nosotros, como lo hacen a dios,
nosotros te recompensaremos con un lugar privilegiado, en nuestro mundo, y seras el rey
de esta ciudad, así como llegamos contigo, hemos llegado a varias otras ciudades, y todos
dudaron por un tiempo, pero aceptaron al final, dime ¿que decides tu?
Decido, que seré fiel al único dios.- Respondió Ismael, entonces la cara del ángel angelical,
se volvió demoníaca, y saco un sable con el que quiso matar a Ismael, pero dios lo protegió,
expulsando de ese lugar a todos los ángeles rebeldes, y protegiendo a su fiel seguidor, fue
entonces que Ismael cayo de la cama, había tenido un mal sueño o una pesadilla, y su vida
como la conocía, siguió, lo único que desde ese día, se volvió religioso y su fe proclamo,
salio rumbo a su trabajo, mirando hacia el suelo, claramente vio la sombra de las alas de
un ángel aleteando cerca, pero al voltear al cielo, nada fuera de lo normal observo.
De nuevo dios lo había defendido, sin que Ismael lo notara, ya que ahora era un hijo de
dios.
La niña en la escalera
Hace algunos años, en una linda casa en medio del campo vivía una familia de tres hijos
y su madre, la cual se unió al poco tiempo con un hombre, convirtiéndolo en padrastro de
los pequeños, pero; este tipo era muy violento, maltrataba a los niños sin razón, les
quitaba sus alimentos, les negaba el agua, hasta los golpeaba solo por gusto.
Aunque trataba muy mal a los tres niños, parecía tener un odio mayor por la hija de 10
años, a quien golpeaba de forma más salvaje, llegó un día hasta el punto de arrojarla por
las escaleras… y la pequeña murió al momento. 6
Para no enfrentar el castigo por lo ocurrido, el resto de la familia huyó a alguna ciudad que
se desconoce.

La casa pasó a manos de otra familia, que duró poco tiempo en ella, pues escuchaban a
menudo la voz de la pequeña pidiendo ayuda.
Las siguientes personas que habitaron esa casa, se quedaron el tiempo suficiente para
escucharla llorar y gritar en medio de la noche, hablando cuando la gente estaba de
espaldas y al voltear no veían nada… también golpeaba en ocasiones la puerta para pedir
un poco de agua, pero; lo más inquietante de su presencia, era cuando se paraba en la
escalera… pues no se sabe si estaba cuidando a los demás para que no cayeran, o a
propósito aparecía para tirarlos como lo hicieron con ella y corrieran su misma suerte.
Siguen sin conocerse sus intenciones, pues hasta el momento el hecho de verla, para
muchas familias ha sido suficiente… y la casa ahora permanece abandonada porque esa
niña estará ahí por siempre.
Las Gemelas
Una feliz familia vivía en un rumbo muy cercano a una transitada carretera, debido a esto
la joven madre las acompañaba diariamente al colegio y caminaban las tres tomadas de
la mano, teniendo especial cuidado al toparse con la mencionada carretera, las pequeñas
hasta el momento no tenían permiso de cruzar solas.
Uno de tantos días la madre recibió en su celular una llamada urgente del trabajo la cual
tuvo que atender, le exigían su presencia de inmediato, por lo cual se vio en la necesidad
de dejar que las gemelas continuaran el camino solas.
Con mucho pesar despidió a las niñas, dando indicaciones para no se soltarse de la mano 7
y tener mucho cuidado al cruzar. Las dos pequeñas siguieron las instrucciones de su
madre, miraron a ambos lados de la carretera, y al ver que estaba libre cruzaron.
Apenas se giraba la madre para cambiar de rumbo, cuando se escuchó un golpe muy
fuerte a sus espaldas, volteó de inmediato para ver con terror que sus hijas estaban
debajo de un camión, fueron atropelladas perdiendo la vida en al instante.
El pesar duró mucho tiempo, pero transcurridos cuatros años, la madre dio a luz de nuevo
gemelas, estas era muy parecidas a sus fallecidas hermanas, lo cual le hacía tener
presente aquel fatal accidente. Esta vez tenía una terrible obsesión por su cuidado y no
les permitía estar cerca de ningún peligro, en especial aquella temida carretera.
Pero no podía estar detrás de ellas las 24 horas, y un día, se vieron muy cercanas al
peligroso lugar, decididas a cruzar vieron hacia los dos lados, no había ningún auto, con
un paso en el asfalto, fueron tomadas del hombro bruscamente por su madre, quien
lloraba desconsoladamente, diciendo –No crucen- a lo cual recibió una respuesta
inesperada de las dos pequeñas: -No pensábamos cruzar, ya nos atropellaron una vez,
no volverá a suceder…-
Al sonar el timbre
Hoy en día es muy común que los niños vivan con uno de sus padres, pues las tasas de
divorcios se han duplicado durante las últimas décadas. Esta leyenda de terror inicia en
una noche de abril cuando Fernanda veía un juego de fútbol al lado de su padre.
Interrumpimos esta transmisión para informarles que de acuerdo con la redacción de este
canal hace unas horas se escapó un enfermo del hospital psiquiátrico. Les
recomendamos no salir de sus casas, ya que este individuo es extremadamente
peligroso. Si tienen alguna información sobre su paradero, por favor comuníquese a esta
estación”.
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– Papá, tengo mucho miedo. Te pido que por favor esta noche no salgas a trabajar.
– Hija, no puedo hacer eso, soy velador. Además en este mes ya he faltado dos veces
puesto tú te enfermaste la semana pasada. Si lo vuelvo hacer, es probable que me corran
y entonces tendrás que vivir con tu madre hasta que vuelva a encontrar otro trabajo.
– No papito no quiero irme con mamá. Comprendo lo que me dices, pero por favor ten
mucho cuidado.
– Sí Fer, no te preocupes, cerraré la puerta incluso con la cadena. Sólo debes
prometerme una cosa… ¡Pase lo que pase, no te acerques a la puerta aunque oigas
sonar el timbre! ¿Me lo prometes?
– Claro papi. ¿Pero qué pasa si hay un incendio?
– Ya lo sabes, hay un duplicado de las llaves encima del refrigerador, pero únicamente
debes usarlo en caso de que ocurriera algún siniestro.
La niña de 11 años le dio un beso de despedida a su papá y se dirigió a su habitación a
seguir viendo la televisión. Una vez más puso el canal de noticias, en donde se enteró
que el desquiciado del manicomio continuaba suelto.
“Nos informan que el maniático que se fugó esta tarde se le vio cerca de la calle de los
Robles”.
El pavor invadió hasta lo más profundo del ser de Fernanda, ya que sabía que esa calle
se encontraba a unas cuantas cuadras de su domicilio. Apagó el televisor y las luces para
intentar dormir, pero no podía ni siquiera cerrar los ojos, pues inmediatamente pensaba
en situaciones horribles en las que aquel maniático entraría a su casa y la asesinaría.
Cerca de las 10 de la mañana el sonido del timbre la despertó. Transitó por el pasillo que
conducía a la alcoba de su padre y vio que éste no había llegado a su hogar. Llegó hasta
la puerta y con voz temerosa preguntó:
– ¿Quién es?
A esta pregunta alguien con voz sombría y tétrica le respondió:
– Soy yo hija abre pronto.
La niña no hizo caso y volvió a su cuarto hasta que poco después escuchó las sirenas de
varias patrullas que aparcaban a las afueras de su domicilio.
Una vez más se aproximó a la puerta y alcanzó a escuchar a uno de los gendarmes que
decía:
– Métanlo en la camioneta y llévenlo de vuelta al hospital psiquiátrico. Trae una sábana
para tapar el cuerpo, no quiero que los fotógrafos vean cómo terminó este pobre hombre.
Fernanda fue a la cocina, jaló un banco y se subió en él para alcanzar el duplicado de las
llaves que estaban sobre la nevera.
Abrió la puerta y lo único que pudo ver fueron un par de camillas. En una de ellas se
encontraba un hombre amarrado gritando incoherencias. Por otro lado, en la camilla más
próxima reposaba el cuerpo sin vida de un hombre. Supo que era su padre, pues 9
reconoció la esclava de oro que colgaba de aquel brazo lleno de sangre.
En la tormenta
Así era el tío Gerardo, cada que nos juntamos en el rancho de la familia, se ponía a platicar
de todas las anécdotas que tenia y que nos compartía a todos los sobrinos, pero ese día
no contó las andanzas si no un cuento de terror en la tormenta, de unos años atrás, y de
la que solo se supo, habían desaparecido muchas personas.
El cuento de terror en la tormenta, empezó en el estado de Tabasco, y según cuenta el
tío, de esos temporales empezaron a salir los cuerpos de los panteones, por las
inundaciones, algo que a los difuntos molesto y de ahí la anécdota.
El pueblo de tapijulapa, Tabasco, se encuentra a solo unos cuantos kilómetros de la capital,
siempre se escucharon rumores que en el panteón principal, los muertos salían de sus
tumbas, pero con el temporal todo cambio, ahora se veían rondar por los caminos, lo que a 10
la comunidad del pueblo asusto, ya no eran historias o mitos, las personas los veían vagar
por los caminos, como si deambularan en busca de algo.

Después de las tormentas, y de todos los cuerpos que se llevaron las aguas, empezaron a
desaparecer personas que trabajaban en los campos, como si se los tragara la tierra, sin
explicación alguna, desaparecían para no volver a verlos jamas.
Muchas personas se reunieron con el párroco de la iglesia del pueblo, para pedir por eterno
descanso de los desaparecidos y de los muertos que empezaron a verse por la
región, lo que hizo que todo se calmara.
No se sabe a ciencia cierta, si la desaparición de las personas, tenga relación con lo que la
gente vio de los muertos del panteón, pero ninguno se volvió a ver jamas, quedando todo
como una historia de terror o un mito urbano mas.
Policiaco
Arsénico sacerdotal

En la comisaría principal de la pequeña ciudad de Torreroca, a la detective Piñango le


llegó la noticia de una muerte que había conmocionado a gran parte de la ciudad. El
obispo de la Basílica Mayor de la ciudad había muerto en extrañas circunstancias.

El padre Henry era muy querido por la comunidad. Los miembros de ésta destacaban sus 11
constantes labores altruistas en pro de la población, además de su capacidad para
integrar las distintas creencias del pueblo.

La detective Piñango recibió el informe de la autopsia, que indicó que el padre Henry
había muerto súbitamente, pero que no había indicios de asesinato. Este informe lo firmó
la forense Montejo, reconocida profesional de gran prestigio en Torreroca.

Sin embargo, Piñango desconfiaba.

―¿Qué crees tú, González? ―preguntaba la detective a su compañero de labores.

―En efecto detective, hay algo que suena raro.

Piñango y González acordaron entonces trasladarse hasta la casa parroquial, donde


residía el sacerdote. Aunque no tenían una orden judicial para entrar, los policías se
entrometieron en el hogar.

―¿Qué son todas estas figuras, Piñango? ―preguntó González, incrédulo de lo que veía.

―Sin lugar a dudas, son imágenes budistas. Buda está en todas partes ― contestó.

―¿Pero el padre Henry no era católico? ―cuestionó González.

―Eso tenía entendido.


A la detective Piñango le pareció sumamente sospechosa la presencia de un pequeño
frasco al lado de la cama del párroco. En el envoltorio decía que eran unas gotas de
sándalo.

Piñango se llevó el frasco para analizarlo en la comisaría. Los resultados fueron


inconfundibles: lo que contenía el frasco era arsénico, ¿pero quién podría haber
asesinado al padre Henry? Todas las dudas recayeron en la comunidad budista de
Torreroca.

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Piñango y González se acercaron a la tienda de productos budistas que se encuentra
diagonal a la plaza Mayor.

Cuando entraron, la dependienta se metió en la parte trasera a buscar algo, pero no


regresó. Piñango se dio cuenta y salió a la calle, donde comenzó una persecución

―¡Detente! ¡No tienes escapatoria! ―gritó. En cuestión de minutos logró capturar a la


encargada.

La mujer que atendía la tienda budista respondía al nombre de Clara Luisa Hernández.
Rápidamente, después de su detención, confesó su crimen.

Resulta que Clara Luisa, mujer casada, mantenía una relación sentimental con el padre
Henry. Éste le comunicó que ya no quería seguir con la misma y ella decidió asesinarlo.
Paredes invisibles

Los oficiales Roberto Andrade e Ignacio Miranda se dirigieron a una pequeña casa
ubicada en un barrio de clase media alta de la ciudad.

Fueron destinados a investigar dentro de ella, porque se encontraban investigando sobre


un fraude fiscal enorme, producto de la corrupción que habían perpetrado unos miembros
del ayuntamiento.
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A eso de las seis de la tarde, los policías llegaron a la casa. Traían consigo una orden
judicial que les permitía entrar seas cuales fueran las circunstancias.

Para comenzar, Andrade y Miranda tocaron la puerta. Nadie contestó. Volvieron a tocar y
escucharon unos pasos. Una linda viejecita les abrió la puerta.

Los policías, amablemente, le explicaron la situación y las razones por las cuales tenían
una orden de cateo para entrar a la casa.

La señora entendió la situación aunque les explicó que ella no tenía ninguna relación con
las personas investigadas y que no las conocía. De cualquier manera los oficiales debían
entrar, algo que la señora aceptó.

Posteriormente, los dos policías comenzaron a registrar la casa. La anciana les indicaba
que no iban a encontrar nada, pues ella era la única que vivía en esa casa desde que
enviudó. Sin embargo, en ningún momento interrumpió la labor policial.

―Parece que no vamos a encontrar nada, Ignacio ―le dijo Roberto Andrade.

―No se ve ningún indicio de dinero escondido, tal y como las investigaciones indicaban.
Creo que esto es un fiasco ―le contestó.

Finalmente, los oficiales salieron al gran patio trasero de la casa, que a la vez era un
jardín con muchos árboles.
― ¿Recuerdas que el señor Vallenilla, uno de los investigados en la trama, es amante de
los bonsáis? ―le preguntó Miranda a Andrade.

―Ciertamente. Es verdad.

Miranda hizo ese comentario mientras señalaba una parte del jardín lleno de bonsáis, de
todo tipo. Los bonsáis estaban dispuestos por filas. Cada una de ellas tenía bonsáis de un
tipo.
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En una había pequeños árboles de naranja, en el otro había pequeños árboles de limón y
así consecutivamente. Una de las filas que más destacaban era la de árboles tipo bonsáis
que parecían auténticamente japoneses. De hecho, había varias de estas filas.

― ¿Excavamos? ―preguntó Andrade.

―Por supuesto ―contestó Miranda.

Aunque no tenían herramientas para excavar en la tierra, los policías comenzaron a


hurgar por los lugares donde estaban sembrados los bonsáis con la mano.

―Creo que estoy tocando algo firme ―dijo con efusividad Miranda.

― ¡Muy bien!

En efecto había sido así. Les llevó un par de horas lograr desenterrar toda una gran caja
que estaba sellada por los cuatro costados.

―Ahora el reto es abrirla ―afirmó Andrade.

Aunque fue bastante complicado, gracias a un martillo que los policías consiguieron,
lograron romper uno de los costados de la caja.
Con mucha paciencia, fueron deshaciéndose de gran parte de una de la superficie de la
caja para poder abrirla. En poco tiempo ya habían podido abrirla.

― ¡Bien hecho! ―entonaron al unísono. Dentro de la caja había miles de billetes


envueltos en ligas, de varias denominaciones. Se pudo constatar que dentro de la casa
estaba escondido dinero.

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Los oficiales cargaron la caja hasta el interior de la casa y se percataron que no había
rastros de la anciana que les había abierto la puerta. No le dieron importancia a este
hecho y se dispusieron a salir.

Cuando intentaron hacerlo, pasó algo inverosímil, que sin duda Andrade y Miranda nunca
hubiesen esperado.

― ¡Hay una pared invisible! ―exclamó Miranda.

Los oficiales de policía pudieron abrir la puerta de la casa sin inconvenientes y podían ver
el exterior de la casa. Sin embargo, ¡no podían salir!

― ¡No entiendo qué está pasando! ―gritó Andrade.

De pronto, la dulce viejita apareció con una mirada maquiavélica., apuntándoles con un
arma.

― ¡No podrán salir! Esta casa está protegida con un sistema que activa un campo
electromagnético que bloquea todas sus entradas.

Rápidamente, Andrade se dispuso a sacar su arma, cuando se percató que no estaba.


Miranda hizo lo mismo.

― ¡Sois tan tontos que os habéis quitado las armas cuando estaban desenterrando la
caja! ―gritó la vieja.
Los policías estaban impactados. No sabían qué hacer. Eran conscientes de que la vieja
los había tomado por rehenes.

― ¡Dejad la caja y huid, si queréis vivir!

Los dos policías se miraron de una forma cómplice y soltaron la caja. De inmediato,
arrancaron a correr fuera de la casa.

16
―No podemos contar nada de esto en comisaría ―dijo Andrade.

―Por supuesto que no ―sentenció Miranda


La manzana asesina

Érase una vez, un pequeño pueblo llamado San Pedro de los Vinos. En él, la comisaría de
su pequeño cuerpo de policía se encontraba de luto, pues recientemente había fallecido el
comisario jefe, Ernesto Perales.

Aunque era un hombre mayor, su muerte sorprendió a muchos, lo que hizo que el dolor se
embargara mucho más. Pero la oficial de policía Alicia Contreras no se creía el cuento de 17
que había muerto durmiendo en su hogar, tranquilamente.

―Yo no me creo esa versión ―decía Alicia a sus compañeros.

―Era un hombre mayor. Tiene a su familia, le debemos respeto a su memoria y su


descanso Alicia ―le replicó Daniela, una de las compañeras.

Sin embargo, otra oficial, Carmen Rangel, escuchaba con cierto interés las teorías de su
compañera Alicia. A ella, tampoco le parecía muy correcto el relato de la muerte del
comisario Perales. Ambas se dispusieron a hablar con la forense encargada, que no tuvo
problema en, antes de que el cuerpo fuese enterado, hacerle una autopsia.

Cuando esta autopsia fue realizada, se llevaron una gran sorpresa. Aunque el comisario
Perales era un ávido consumidor de manzanas, la sorpresa fue que en su estómago tenía
manzanas, pero envenenadas con cianuro, ¿pero quién era la Blancanieves de esta
historia?

― ¿Pero quién lo ha matado? ―preguntó Carmen, exaltada.

―Yo creo saberlo.

Recientemente, Daniela había tenido un hijo. Ella nunca dijo quién era el padre, ni tampoco
fue un tema de importancia.
Algunos de los compañeros, habían afirmado que su hijo tenía un gran parecido al comisario
Perales, algo que habían tomado como una cortesía.

―¡Has sido tú quien le ha matado! ―le gritó Alicia a Daniela. Esta última, sacó su arma y
sin mediar tintas le disparó, sin conseguir matarla. Los demás compañeros le dispararon a
Daniela, que después de ser detenida y llevada al hospital, confesó su crimen pasional.

18
Fantástico
El Espejo manchado
En la casa de mi tía Lila hay un espejo manchado.

Cuando le pregunté: -¿Lila porque ese espejo está manchado? Lila me dijo que porque
era muy antiguo.

-¿Y porqué no lo cambiás por un espejo nuevo? Le pregunté. -Porque ese espejo 19
pertenecía a mis padres, a mis abuelos y a mis tatarabuelos. Tiene mucha historia. No
podría deshacerme de él.

Comencé a mirarlo más detenidamente.

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-No te mires mucho en ese espejo. Dijo Lila.- Tu abuelo nos tenía prohibido mirarlo.
-¿Porque? Pregunté con curiosidad. -No conozco el porqué pero tu abuelo nos dijo que
por culpa del espejo nunca pudo montar un caballo. Y a el le encantaban los caballos.

Decidí no hacerle caso y continuar investigando.

La superficie del espejo, o sea la parte vidriada estaba en buen estado. Pero del fondo del
mismo parecían aflorar manchas de color plateado como si fueran flores. Estaba rodeado
por un marco de madera que parecía más antiguo que el espejo mismo. Me miré. Hice
muecas. Saqué la lengua.

El espejo parecía devolver una imagen deformada. Volví a mirarme. Yo no parecía tener
diez años, sino más de dieciséis. Parecía mucho más alto. Mi cara era más delgada, mi
cabello estaba más largo y hasta vestía de otra manera.

Tenía un arito en la oreja. Dije: -Hola y el sonido que me devolvió era grave y profundo.
No era mi voz actual.
Recordé inmediatamente la charla que tuve con Chacho hacía unos días, cuando
nuestros padres no nos dieron permiso para ir solos al cine. Los dos nos dijimos:- Cómo
nos gustaría ser grandes para poder ir solos al cine.

¿Sería este un espejo mágico? Le conté a Chacho, y a él, que le gustaba todo lo que
estaba rodeado de misterio, me pidió ir a verlo.
20

Los dos nos paramos como dos estúpidos, acercando nuestras narices contra el vidrio,
mientras observábamos las manchas con detenimiento hasta opacarlo con nuestro
aliento.

Al alejarnos el espejo nos devolvió una imagen nuevamente deformada. Yo estaba igual
que ayer, pero vestido diferente y Chacho era más alto que yo. Tenía el cabello teñido con
un mechón verde sobre la frente y usaba una campera negra de jean. Nos reímos
mientras observábamos nuestro aspecto desaliñado.

-¡Hablá! Le dije a Chacho.

Chacho preguntó: -¿Cuantos años tengo? El espejo devolvió la misma pregunta con una
voz áspera y ronca. Chacho se quedó mudo del asombro.

De pronto apareció Lila y nos mandó cada uno para su casa.: -¡Basta de perder el tiempo
con ese espejo. Tengo que salir y ya es hora de que preparen las tareas para el colegio!.

Al otro día estuvimos todo el día pensando en el espejo. Sin lugar a dudas tenía
propiedades mágicas.

La duda de Chacho era conocer la edad que teníamos en la imagen representada y


quería volver a la casa de mi tía a toda costa. Lila trabajaba todos los días y yo iba de
visita una vez por semana.
A la semana siguiente ya Chacho había ideado algo. Lila se extraño de vernos otra vez a
los dos. Nos apuramos a tomar la leche y nos sentamos juntos frente al espejo. Hicimos el
mismo ritual de acercar nuestras narices para luego alejarnos a cierta distancia.

Esta vez estábamos vestidos con otra ropa. Chacho dijo: ¨tengo diez…años¨ y el espejo
devolvió -Tengo diecisiete años- . Nos miramos asombrados y contentos. Habíamos
logrado conocer la edad representada en el espejo.

Mientras caminábamos por la vereda nos preguntábamos que nos gustaría hacer cuando 21
tuviéramos esa edad. Chacho era fanático de los aviones, y tirarse en paracaídas era su
sueño. Yo pensaba que a esa edad tal vez mi papá me prestaría el auto y no bien llegó
del trabajo le pregunté: -¿Papá cuando yo tenga diecisiete años , vos me vas a prestar el
auto? Mi papá me dijo que si. -Si sacás el registro a esa edad, te lo presto. Pero ahora
falta mucho para eso.-!Mirá la pregunta que me hacés!

Las clases terminaron, Nos fuimos de vacaciones y pasamos el verano despreocupados,


disfrutando de la arena y del mar. Nos reencontramos nuevamente en el colegio y
enseguida planificamos una visita a la casa de Lila.

-¡Otra vez los dos! ¿Vienen a verme a mí o al espejo? Preguntó.

Los dos corrimos hacia el espejo manchado e iniciamos nuestro ritual.

Al alejarnos el espejo devolvió una imagen que nos heló la sangre. Chacho estaba en una
cama de hospital. Con una venda manchada de sangre en la cabeza y los ojos cerrados.
Le salían cables y tubos en todas direcciones. Un aparato le sostenía una pierna en lo
alto. Parecía un accidentado. Yo lloraba a su lado.

Salimos corriendo cada uno para su casa pensando en qué podría haber pasado mientras
hacíamos mil conjeturas. Recién pudimos volver en dos semanas. No nos importaba el
biscochuelo que Lila había preparado ni la leche chocolatada. Solo queríamos mirar el
espejo.

Esta vez no pudimos vernos juntos.


-¿Qué habría sucedido?

Decidimos enfrentarlo de a uno por vez. Primero se enfrentó Chacho.

Chacho tenía los ojos abiertos pero parecía perdido. Seguía en la cama de hospital, pero
sin tantos cables. Por lo visto había mejorado.
22

Luego yo. Mi imagen era triste, con los ojos vidriosos y enrojecidos. Estaba vestido con
saco y corbata como si hubiera perdido los beneficios de la adolescencia para asumir
responsabilidades de la adultez.

Me levanté, confundido y nos fuimos maquinando mil historias posibles.

Pensamos que ese espejo en lugar de ser mágico era maldito. ¿Qué sentido tenía querer
saber cómo seriamos a los diecisiete años?. Nada nos aseguraba que ese espejo nos
reflejara el futuro real. Todas esas imágenes podrían ser engañosas. Pero por las dudas
le hice prometer a Chacho que jamás se tiraría de un paracaídas.
El Triángulo
Todavía me pregunto como fui a parar adentro de este lugar. Lo recorro nerviosa. Tiene
límites invisibles que no puedo traspasar. Al llegar a un punto recibo una descarga
eléctrica que me hace retroceder de un salto.

Pienso fríamente. Necesito conocer esos límites. Acerco con cuidado el pié hasta que
comienzo a recibir un leve cosquilleo y marco en la tierra ese punto. Así uno tras otro
consigo formar una recta de unos veinte metros. Cuando quiero retroceder otra descarga
me sacude con violencia. Hay un ángulo. Es un ángulo que marca el comienzo de otra 23
recta. Tengo que moverme con cuidado. Cada sacudida me debilita y necesito de todas
mis fuerzas si quiero salir de esta encrucijada.

Ya lo sé. Estoy dentro de un triángulo rectángulo. Un triángulo maldito.

¿Estaré perdida para siempre? ¿Podrá acudir alguien a rescatarme?

Lo veo difícil. Simplemente porque nadie puede verlo ni verme.

Un triángulo es una figura indeformable. Esos ángulos inamovibles, sostienen la figura


con una rigidez indestructible.

Caer en un triángulo maldito es lo peor que le puede pasar a una persona. Si por lo
menos tuviera una escalera podría cotejar la altura y saltarlo. Lo intento, percibiendo el
cosquilleo sobre una pared invisible que se eleva sobre mi persona.

Estoy entregada. No hay nada que pueda hacer.

Ya es de noche. Me recuesto boca arriba sobre el pasto. Las estrellas brillan con toda su
intensidad. Venus, Marte, el cinturón de Orión, las Pléyades se desplazan a su ritmo. La
luna se asoma naranja sobre el horizonte y asciende lentamente iluminando tenuamente
el paisaje.

Agotada me quedé dormida.


Por la mañana volví a chequear los límites del triángulo. Seguía acorralada en el mismo
lugar y me pregunté si no habría nada que pudiera hacer? Si tengo que esperar la muerte
mejor que sea rápido. No quiero morir en agonía.

Lo tengo decidido. Voy a tomar distancia y con las pocas fuerzas que me quedan
atravesaré corriendo el muro y si una descarga me mata, que me mate de una vez por
todas.

24

Me paro de espaldas a una de las rectas. Inspiro, expiro, inspiro, expiro, hasta llenar mis
pulmones de aire y allá voy a la carrera dando saltos.

El impacto fue demoledor, Tengo el pelo y las pestañas chamuscadas, me duele cada
centímetro de mi cuerpo. Estoy debilitada y mal herida pero afuera.
Un Alma en Pena
Camino por los espaciosos corredores con alfombra roja de terciopelo, preguntándome:
¿Que hago aquí?
Gente mirándome indiscretamente y niños corriendo por todos lados vestidos de blanco,
los hombres con pantaloncillo y camiseta, y nosotras las mujeres con vestidos sin manga
que llegan hasta abajo de las rodillas.

25
Me hacen sentarme en medio del Gran salón y todos me miran con caras serias y a la
vez,sonrientes.
Una voz resuena en la sala:
-¿Sabes que lugar es este Maya?
-No lo se, ni siquiera se porque estoy aquí
-¿Recuerdas tu muerte?
-¿Mi muerte? ¡Pero si yo no estoy mu..!
Recuerdo todo en un instante, mi amor imposible tratando de alcanzarme, no lo logra, por
eso es imposible, la ira y el odio, dos en uno, acabaron con mi vida, mi padre con su
navaja dorada que mi madre le regalo en su sexto aniversario de bodas, que serviría para
la "cocina", pero ¿que fue lo que paso? Lo uso contra mi, eso fue lo que paso,recuerdo
todo, ahora si se donde estoy, ¿como pude ignorarlo? Estoy en el Reino de los cielos,
lejos, muy lejos de toda preocupación y tristeza, pero lejos también del amor de mi vida,
cosa que me entristece, pero, algún día volveremos a vernos, podre besarlo y sentir sus
labios rozar los míos, su calor que me protege, y sus ojos que me encantan. No se con
certeza porque mi padre me asesino, el no me dejaba tener novio pero hubiera sido mas
fácil decir: "Nos mudamos ahora mismo, no quiero que ese chico este en tu vida". Pero
no, todo con violencia y sangre, y recuerdo también, que antes de cerrar mis ojos y morir,
a Miguel a mi lado, apoyando mi cabeza en su regazo, para estar junto a mi, hasta el fin.
Recuerdo haber oído las sirenas de la ambulancia que llego demasiado tarde para
salvarme, yo estaba muerta. Mi padre se puso furioso ese día y empezó a golpearme, me
insulto y me dijo que no podía tener novio, yo le dije que también tenia derecho a
enamorarme, pero el solo me miro con rabia y se abalanzo clavándome su navaja en el
corazón. Lo vi llorar junto a mi,cuando Miguel llego. Ahora yo seria un ángel, un ángel
joven y rebelde, por dios, solo tengo 16 años, lo único que hice fue enamorarme de un
hombre y eso es completamente normal y hermoso en la vida de los seres humanos,
simplemente no es justo. Yo solo quería ser feliz, quería casarme con Miguel y tener tres
hijos, quería ser una gran doctora y tener una casa en medio del bosque. Tuve sueños,
tengo sueños, y no podrán cumplirse, jamas. Empiezo a llorar y le reclamo a Dios:
-¿¡Por que a mi!? ¿Por que? ¡Tenia sueños!
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Y Dios, suavemente me contesta:


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- Ellos también tenían sueños- y apunta a unos niños a mi derecha que no deben de tener
mas de cinco años - Veras, las vida no la tenemos comprada, hay que disfrutarla y tu lo
hiciste, fuiste feliz y eso es lo que importa, sentiste amor por ese joven y el por ti. Y
aunque el destino haya separado sus caminos, aun puedes ser feliz Maya, en el Cielo,
aquí conmigo y con todos los que están destinados a gozarlo.

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