Professional Documents
Culture Documents
FACULTAD DE HUMANIDADES
DOCTORADO EN HISTORIA
TOMO I
AÑO: 2011
1
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
punto de partida que permita avanzar luego en la comprensión de las posiciones que asumió
la CEA desde la asunción de Raúl Alfonsín frente a cuestiones que, según entendían los
Los altos dignatarios de la jerarquía repitieron recurrentemente que la Iglesia estaba más
allá de cualquier opción política y de cualquier expresión partidaria, pero ello no ocultó la
pretensión de convertirse en fuente de inspiración del resto de los actores garantizando así
su presencia social. Podría caerse en la simplificación de pensar que tal protagonismo fue
1
Bourdieu Pierre y Saint- Martin, Monique de, “La Sagrada Familia. El episcopado francés en el campo de
poder”…, op. cit., p.143.
39
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
frente a un débil régimen democrático. Pero lo cierto es que el lugar de privilegio logrado
por los obispos fue consecuencia del devenir histórico de una configuración relacional en la
obispos y una lenta y controlada renovación del núcleo hegemónico de ideas. Estos
Para que el análisis se ajuste a las especificidades del actor eclesiástico, aquí se
principales atributos. Por ello, procesa los cambios en un marco de prolongada continuidad
aunque el contexto siempre incida en su vida interna. Es probable que éste haya sido el
horizonte que guió la creación de las diferentes instancias colegiadas que representan con
vivió la jerarquía desde mediados de los años sesenta cuando grupos dentro de la Iglesia
una renovación de las relaciones internas dentro del campo católico y del rol de la Iglesia
se plegaron, incluso, algunos de los obispos que habían simpatizado con la renovación
40
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
postconciliar. 2 Pero no fue solamente un giro conservador, sino sobre todo –y esto es lo que
se quiere subrayar para comprender la situación a principios de los años ochenta- fue una
radicalidad ni la espectacularidad que caracterizó a otros actores o que hubieran deseado los
fueron descartadas de plano por la jerarquía, sino incorporadas evitando sus aristas más
desafiantes para la autoridad. Así, la Iglesia argentina en parte no se renovó, en parte se fue
acabado. Cuando el país se hundía en el caos que anticipó el golpe de estado de 1976, la
Iglesia había comenzado a vivir los cambios que le permitirían consolidar la posición del
Esto es lo que pone en evidencia este capítulo inicial que describe la estructura
conducción, sintetiza la línea teológica dominante desde finales de los años setenta y,
2
Se entiende por renovación postconciliar un conjunto de propuestas aprobadas por el Concilio Vaticano II
cuya puesta en práctica generó profundas diferencias entre los católicos argentinos. Estas propuestas
auspiciaban una adaptación de la organización y la pastoral de la Iglesia a un “mundo en continua y
acelerada transformación” Touris, Claudia “Ideas, prácticas y disputas en una Iglesia renovada”…, op. cit.,
p.46. El dialogo con el mundo, los cambios litúrgicos destinados a acercar el mensaje Evangélico y la
recuperación de prácticas comunitarias del cristianismo primitivo junto a la revalorización del “ideal de
servicio y humildad” incentivaron un intenso debate, ibíd. Como sostiene Loris Zanatta estas propuestas –y
por ende la idea de renovación postconciliar- fue asumida en nuestro país de maneras muy diferentes. Hubo
casos en que se intentó incorporar el aggiornamento en forma paulatina y en estricto respeto por la jerarquía.
No faltaron quienes lo auspiciaron en un abierto desafío a las normas de la institución, Di Stefano, Roberto y
Zanatta, Loris, Historia de la Iglesia Argentina…, op. cit., pp. 500-501.
41
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Esta definición expresa la aspiración de los obispos a construir un perfil pastoral que
integre a las diversas diócesis y refuerce la imagen de unidad. Con este objetivo, el
3
Agencia Informativa Católica Argentina, Guía Eclesiástica Argentina 1992. Buenos Aires, AICA, 1992, p.
29.
4
Ibíd.
42
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Equipos Episcopales.
integrada por todos los miembros de la CEA y se reúne dos veces al año. En esas reuniones,
por votación, se deciden y aprueban los documentos emitidos por la CEA, se eligen sus
argentino.
Asamblea Plenaria. Está integrada por los miembros de la Comisión Ejecutiva y los
5
Boletín AICA, N° 1340, 26/8/1982, p. 21.
6
Agencia Informativa Católica Argentina, Guía Eclesiástica Argentina 1992…, op. cit., p. 30.
7
Boletín AICA, N° 1340, 26/8/1982, p. 22.
43
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
tuvo a su cargo las relaciones de la CEA con los representantes de los partidos políticos,
los sindicatos y las corporaciones empresarias. A lo largo de los años las Comisiones y
los obispos que la integran conducir la institución, orientar las posiciones del catolicismo
frente a los diversos temas, desarrollar determinadas relaciones con otros actores de poder
44
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
estabilidad de su conducción8
los actores de poder, es legítimo preguntarse entonces cómo incidió en la Iglesia católica.
Las fuentes aún no permiten una comprensión acabada de este problema, lo que se hace
evidente en los vacíos de la producción académica. Sin embargo, algunos datos estadísticos
publicados por la CEA al renovar sus autoridades en 1982,9 permiten inferir que la Iglesia
miembros del Episcopado. La creación de 7 diócesis 1976 y 1983 contrasta con lo ocurrido
durante los siguientes 6 años, cuando sólo se creó la diócesis de Puerto Iguazú en 1986 (ver
Anexo).
entre mayo de 1973 y marzo de 1976 -cantidad bastante significativa si se tiene en cuenta
que durante esos tres años se produjeron dos defunciones y no se crearon nuevas diócesis- y
27 entre 1976 y 1982 – las defunciones fueron 15 y, como vimos, las diócesis creadas 7. Es
8
En este apartado la noción de circulación se utiliza para indicar la renovación del cuerpo de obispos. Ello
supone considerar con reservas la perspectiva paretiana ya que si bien esa circulación implica cambios en las
ideas y en las prácticas de los miembros, estos pueden parecer insustanciales por las características de
permanencia que priman en la institución analizada. Para un análisis de los conceptos elaborados por Vilfredo
Pareto Cf., Carreras, Mercedes, “Elitismo y democracia: de Pareto a Schumpeter” en Revista de Estudios
Políticos, N° 73, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, España, julio-septiembre de 1991,
pp. 243-260.
9
Para una lista completa de los obispos argentinos Cf. Apéndice.
45
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
decir, en 1982 había 21 obispos más que en 1973, que representaban el 22% del cuerpo
episcopal argentino.10
El promedio de edad de los obispos ordenados en esos años era mayor al de quienes
Cuadro N° 1
Composición del episcopado en 1982. Antigüedad en la CEA y media de edad
de ordenación
Años de Media de edad
Antigüedad en la Cantidad de de ordenación
CEA obispos episcopal
40 o más 1 40
30 a 39 3 40
20 a 29 30 46
10 a 19 15 49
9 o menos 42 51
total 91
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Boletín AICA, N° 1340, 26/8/1982, pp. 16-17.
También es posible comprobar que estos obispos debieron esperar más tiempo entre
10
En este punto es necesario recordar que tanto la creación de nuevas diócesis como la ordenación de nuevos
obispos se regía por el acuerdo firmado con la Santa Sede en tiempos de Onganía. Según este Concordato
quedaba sin efecto el sistema del patronato que había permitido a los gobiernos elegir a los candidatos para
las ordenaciones y esa prerrogativa pasaba a depender sólo de la Santa Sede que -por lo menos en el aspecto
formal- estaba obligada únicamente a informar en forma confidencial sus decisiones otorgándole al gobierno
un tiempo para presentar objeciones, Santa Sede, Acuerdo entre la Santa Sede y la República Argentina, 10
de octubre de 1966, disponible en
http://www.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/archivio/documents/rc_seg-st_19661010_santa-sede-rep-
argent_sp.html [último acceso: 14/2/2011]. Para un análisis del sistema de patronato en nuestro país Cf., Di
Stefano, Roberto y Zanatta, Loris, Historia de la Iglesia Argentina…, op. cit., Capítulo II, pp.48-52 y Ayrolo,
Valentina, Funcionarios de Dios y de la república. Clero y política en las experiencias de las autonomías
provinciales. Buenos Aires, Biblos, 2007, Capítulo II, pp. 53-76.
46
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Cuadro N° 2
Media de edad al momento de la ordenación sacerdotal y cantidad de años
transcurridos hasta la ordenación como obispos según antigüedad en el Episcopado -
1982.
Media de años
Media de transcurridos hasta la
Antigüedad en edad de ordenación ordenación como
la CEA sacerdotal obispos
40 años o más 23 17
30 a 39 23 16
20 a a29 26 19
10 a a19 24 24
9 o menos 26 25
Fuente: Ídem Cuadro 1.
años de sacerdocio previos, es probable, entonces, que los obispos ordenados entre 1973 y
contexto favorable al desarrollo de sus carreras, que tal vez se hayan vistos frenadas por los
avatares de la institución siempre condicionados por la inestable vida política del país.
medida para cubrir las diócesis creadas en 1957 (13) y en 1961(11). El segundo fue el ya
señalado, de 1973 a 1982. Entre ambos momentos es posible marcar una sustancial
primera etapa se comprueba que la media era de 19 años y que en 15 casos era menor a los
47
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
42 totales y hubo 8 obispos que permanecieron por más de treinta años como sacerdotes.
Estos datos podrían reforzar la idea de que en esta segunda etapa el desarrollo institucional
consagración episcopal.
antigüedad en el sacerdocio.
que los nuevos obispos ocuparon posiciones relevantes en 1982. Formaron parte de la
Comisión Permanente 12 obispos que habían sido ordenados en la última década sobre un
11
El promedio de edad para alcanzar el sacerdocio había sido idéntico al de los obispos ordenados en el
decenio 1953-1962 (26 años). Subrayamos esto porque Bourdieu y Saint Martín comprobaron que en el caso
francés las diferencias de edad entre generaciones podían ser el resultado de un atraso en el ingreso al
sacerdocio para privilegiar la formación en otras profesiones, Bourdieu Pierre y Saint- Martin, Monique, “La
Sagrada Familia. El episcopado francés en el campo de poder”…, op. cit., pp. 99-100.
48
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Cuadro N° 3
Cargos en la Comisión Permanente de la CEA según antigüedad en el
Episcopado -1982
Porcentaje
Numero de sobre el total de
Antigüedad en obispos en la Comisión miembros de la
la CEA Permanente Comisión Permanente
40 años o más ~ ~
30 a 39 2 7,6
20 a a29 7 26,9
10 a a19 5 19,2
9 o menos 12 46,1
total 26 100
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Boletín AICA N° 1340, 26/8/1982 y Guía
Eclesiástica Argentina 1992, Buenos Aires, AICA, 1992.
obispos ordenados en la última década (Cuadro N° 4). Además, ese grupo de obispos ocupó
52 de los 80 cargos de las comisiones y su predominio fue absoluto en algunas de las más
importantes (Cuadro N° 5). Por ejemplo, los 8 miembros del Equipo para el Apostolado de
Iglesia, habían sido ordenados como obispos recientemente. Lo mismo ocurrió con los 4
miembros del estratégico Equipo de Pastoral Social que por aquellos años, como se verá
oportunamente, era el encargado de mediar entre el gobierno y los diversos actores políticos
y sociales.
49
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Cuadro N° 4:
Distribución de cargos en la presidencia de Comisiones y equipos episcopales
en 1982 según antigüedad en el Episcopado
Número de
obispos que
Antigüedad en la presidían Porcentaje
CEA comisiones sobre el total
40 años o más ~
30 a 39 2 7,6
20 a 29 7 26,9
10 a 19 2 7,6
9 o menos 15 57,6
total 26 100
Fuente: Ídem Cuadro N°3.
Cuadro N° 5
Distribución de cargos en las comisiones y equipos episcopales en 1982 según
antigüedad en el Episcopado
Antigüedad en la Cantidad Porcentaje
CEA de obispos sobre el total
40 años o más ~
30 a 39 2 2,5
20 a 29 18 22,5
10 a 19 8 10
9 o menos 52 65
Total 80 100
Fuente: Ídem Cuadro N°3.
una incorporación significativa de cuadros entre 1973 y 1982 que respondió más a razones
más tiempo para ordenarse que sus pares que lograron acceder al episcopado hasta
principios de los años sesenta. Pronto fueron integrados para ocupar posiciones de
relevancia en las Comisiones. Como se podrá apreciar, buena parte de ellos tuvieron a su
cargo las negociaciones con el gobierno y otros actores de poder durante los años de la
presidencia de Alfonsín.
50
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Ejecutiva adquirió notable importancia si se tiene en cuenta que desde el Concilio Vaticano
años, encontrar los mecanismos para incorporar la renovación conciliar fue tan difícil como
dramática la sensación de que la Iglesia estaba cada vez más atravesada por los conflictos
de la sociedad.
Si bien los desafíos provinieron menos del cuerpo de obispos que de los
ajena a este proceso y en 1969 dio a conocer la llamada Declaración de San Miguel. En
cierta medida reflejó las preocupaciones del sector del episcopado y los intelectuales que
los secundaban, inmersos y en diálogo estrecho con una sociedad activada y movilizada.
Fue, “el documento más progresista emitido por el Episcopado argentino”13 a través del
cual realizó su afirmación más concreta del compromiso con los pobres. El documento
sostuvo:
12
Según ha sostenido Claudia Touris, “Si disciplinar a los laicos parecía una tarea que exigía cada vez
mayores intervenciones por parte de la jerarquía eclesiástica, esto se tornaba más complejo cuando se trataba
de hombres del clero que consideraban que escrutar los ‘signos de los tiempos’ significaba nada menos que
desplazar su nivel de participación del mero compromiso temporal al más definido compromiso político”
Touris, Claudia, “Ideas, prácticas y disputas de una Iglesia renovada”…, op. cit., p. 50.
13
Ghio, José María, La Iglesia católica en la política argentina…, op. cit., p. 200.
51
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
con los sectores más reaccionarios volvieron a amenazar a mediados de los años setenta las
Paralelamente al golpe de estado de 1976, Tortolo -quien había cumplido ya los dos
vinculación entre la Iglesia y las FFAA-, fue sucedido por Raúl Primatesta, quien ocupó la
presidencia del Episcopado entre 1976 y 1982, fue vicepresidente entre 1982 y 1985 17 y
14
CEA, “Documento de San Miguel: declaración del Episcopado Argentino sobre la adaptación a la realidad
actual del país, de las conclusiones de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano” en
Documentos del Episcopado Argentino, 1965-1981. Buenos Aires, Claretiana, 1982, p. 78.
15
Adolfo Tortolo nació en Nueve de Julio, provincia de Buenos Aires en 1911, fue ordenado sacerdote en
1934 y obispo de Paraná en 1956. Trasladado como obispo de Catamarca en 1960 y dos años más tarde fue
nombrado arzobispo de Paraná, Fue nombrado vicario Castrense en 1975 y entre 19790 y 1976 ocupó la
presidencia de la CEA. Datos obtenidos en: Boletín AICA N° 1340, 26/8/1982.
16
Raúl Primatesta nació en Capilla del Señor, provincia de Buenos Aires en 1919, fue ordenado sacerdote en
1942. Elegido obispo auxiliar de La Plata en 1957. En 1961 fue nombrado obispo de San Rafael y fue
promovido a arzobispo de Córdoba en 1965. En 1973 fue creado cardenal por el papa Pablo VI. Ocupo la
presidencia de la CEA entre 1976 y 1982 y entre 1985 y 1990. Datos obtenidos en: Boletín AICA N° 1340,
26/8/1982 y Guía Eclesiástica Argentina 1992, Buenos Aires, AICA, 1992.
17
El presidente en esos años fue Juan Carlos Aramburu. Este nació en Reducción, provincia de Córdoba en
1912, fue ordenado sacerdote en 1934 y obispo en 1946. Fue trasladado como obispo de Tucumán en 1953 y
promovido a Arzobispo de Tucumán en 1957. Fue trasladado a Buenos Aires y nombrado coadjutor con
52
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
en la representación del conjunto de los obispos hacia el exterior del campo católico y
también de su capacidad para hacer posible la convivencia de ópticas diferentes dentro del
constituyó solamente un éxito personal, sino que, aún más importante, puso de manifiesto
la creciente capacidad de los obispos para preservar el orden interno del cuerpo de los
avatares políticos. Primatesta fue la cara más visible de la CEA en el mismo período en el
atravesó el periodo de mayor violencia política del siglo XX coronado por la masacre
asumida desde el Estado,20 enfrentó las consecuencias de la derrota en una guerra con una
potencia externa, el retorno de la democracia y los efectos de una crisis económica casi sin
precedentes. Respondía al perfil eclesial que esa posición demandaba y sólo sobre esas
derecho a sucesión en 1967. Arzobispo de Buenos Aires desde 1975, fue creado cardenal por Pablo VI en
1976. Ocupó la presidencia de la CEA entre 1982 y 1985. Ibíd.
18
Entre 1982 y 1985, la Comisión Ejecutiva estuvo integrada por Aramburu como presidente, Primatesta y
Jorge López como vicepresidentes y Carlos Galán como secretario. Entre 1985 y 1987, la presidencia quedó
en manos de Primatesta y los vicepresidentes fueron Juan José Iriarte y Cándido Rubiolo. En ese mismo
período Carlos Galán retuvo la secretaría hasta que fue remplazado por Rubén Di Monte. Finalmente, entre
1987 y 1990, Primatesta continuó al frente de la CEA acompañado por Antonio Quarracino y Estanislao
Karlic. La secretaría recayó en José María Arancibia, Boletín AICA N° 1340, 26/8/1982; Guía Eclesiástica
Argentina 1992…, op. cit.; Esquivel, Juan Cruz, Detrás de los muros. La Iglesia católica en tiempos de
Alfonsín y Menem (1983 - 1999)…, op. cit., pp. 313-315. Ver Apéndice.
19
Tomando definiciones realizadas por Bourdieu y Saint Martín para referirse a las funciones que asumían
algunos obispos dentro del episcopado francés, podemos sostener que figuras como la de Primatesta eran
vitales para: “mantener juntos a los contrarios, hacer comunicar los inconciliables, y en el mismo movimiento
de rehusar los excesos y los extremos, en una doble negociación que define el lugar neutro -y dominante-
del campo, de mantenerse por encima de la pelea, menos en árbitros que en conciliadores, consagrados por
posición tanto como por disposiciones personales a manejar los antagonismos” Bourdieu, Pierre y Saint
Martín, Monique, “La Sagrada Familia. El Episcopado francés en el campo del poder”…, op. cit., p. 136.
20
En la conceptualización de la represión ilegal como masacre o exterminio planificado seguimos a Hugo
Vezzetti quien utiliza estos conceptos distinguiéndolos de genocidio. Según el autor, mientras “en las
masacres las victimas son elegidas por lo que hacen o piensan (o por lo que se cree que piensan y lo que se
teme que puedan hacer) la lógica del exterminio genocida es que la víctima es elegida solo por lo que es sin
ninguna posibilidad de elegir o actuar para evitar su destino” Vezzetti, Hugo Pasado y presente. Guerra,
dictadura y sociedad en la Argentina. Buenos Aires, Siglo XIX, 2002, p. 159. Los conceptos de masacre o
exterminio permiten “destacar la significación política de la tragedia de los desaparecidos y evitar que la
figura del genocidio la suerte de las victimas quede asimilada a la de un grupo identitario situado al margen de
la lucha política” Ibíd., 163. El subrayado es del autor.
53
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
cordobés fue el elegido para sostener la idealizada imagen de una Iglesia incontaminada por
las luchas políticas que regían a los demás actores de poder. Un obispo como Tortolo,
vinculado con las FFAA a través del vicariato castrense, no hubiera respondido con
diálogos con los gobiernos de turno, intervino en conflictos que no afectaban -o por lo
años ochenta y fue artífice del diálogo entre sindicalistas y empresarios. Fue la figura que
los setenta y respetuoso del formalismo democrático desde principios de los ochenta, apoyó
las medidas más polémicas de la CEA frente al gobierno de Alfonsín pero no llevó la voz
cantante tal como lo hicieron obispos de la talla de Aramburu u Ogñenovich en el caso del
movió con soltura por los despachos gubernamentales. Fue entonces un actor central del
político.
21
Antonio Plaza nació en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, en 1909, fue ordenado sacerdote en 1934.
En 1950 fue ordenado obispo auxiliar de Azul. En 1955 fue promovido a arzobispo de La Plata. Se retiró en
diciembre de 1985 y falleció en agosto de 1987. Datos obtenidos en: Boletín AICA N° 1340, 26/8/1982
54
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
democracia fue acompañado por la renovación del pensamiento episcopal expresada por la
denominada Teología de la Cultura o Teología del Pueblo. Esta línea no logró el apoyo
entusiasta de todos los miembros de la CEA, pero reforzó los consensos entre ellos al
sus principales referentes: Lucio Gera, Gerardo Farrell y Alberto Methol Ferré. Sus ideas
Algunos autores han señalado que estos intelectuales constituyeron el grupo más
principios del Concilio Vaticano II, regresión conservadora mediante. 22 Otros, han insistido
en identificarlos como los principales referentes de la llamada Teología del Pueblo, 23 cuyo
22
Escurra, Ana María, Iglesia y transición democrática…, op cit., p.36.
23
Scannone, Juan Carlos, "Perspectivas eclesiológicas de la 'teología del pueblo’ en la Argentina", en: F.
Chica-S. Panizzolo-H. Wagner (eds.), Ecclesia Tertii Millennii Advenientis. Omaggio al P. Angel Antón,
Casale Monferrato, 1997, pp. 686-704., disponible en
http://www.mercaba.org/FICHAS/Teologia_latina/perspectivas_eclesiologicas.htm [último acceso:
14/2/2011]
24
La Teología de la Liberación, cuyos orígenes se remontan a los años 60’, está íntimamente asociada al
nombre del sacerdote y teólogo peruano Gustavo Gutiérrez. Se ha identificado al encuentro de teólogos
realizado en Petropolis en 1964 como su antecedente más próximo. Allí el jesuita uruguayo “Juan Luis
Segundo disertó sobre los problemas teológicos de América Latina, el sacerdote argentino Lucio Gera trató
acerca de la función del teólogo en América latina y Gustavo Gutiérrez auspició un diálogo salvador con las
élites culturales, los profesionales y los más pobres, con una conclusión reivindicativa acerca de la situación
de extrema pobreza del continente”. AAVV, Teología en América Latina. Volumen III El siglo de las
teologías latinoamericanistas (1899-2001). Madrid, Iberoamericana, 2002, p. 262. Lo que caracterizó a esta
corriente fue que provista “de un discurso operativo bien determinado, se propuso como objetivo principal el
55
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Ahora bien, existen diferencias a la hora de interpretarla como una alternativa en disputa de
esta corriente de pensamiento o, por el contrario, como una de sus tendencias. Así, mientras
Ana María Ezcurra sostiene que la corriente culturalista hizo su aparición en los años
setenta como una reacción frente a la Teología de la Liberación que pretendió incorporar la
renovación conciliar depurada de los aires radicalizados presentes desde finales de los
sesenta,25 Juan Carlos Scannone, la identifica como una vertiente de la misma, de la que se
distinguió por construir una concepción diferente del sujeto pueblo. En este sentido, lo que
determinada por la oposición con los grupos dominantes, la Teología del Pueblo lo
identifica desde una perspectiva histórico-cultural que supone considerarlo como “el sujeto
Vale decir que este rasgo distintivo fue el resultado de una reformulación posterior
sólo alcanzada en forma plena en los documentos episcopales que, en los años ochenta,
Aquí se sostiene que en esa operación fue central el rol jugado por un grupo de
sesenta y principios de los setenta, con posterioridad realizaron una lectura remozada de la
cambio de las estructuras sociales”. Fue desde esta autocomprensión programática que se convirtió más que
una teología en un “vasto movimiento social” que “rechazaba los valores y las disposiciones sociales
existentes”, Ibíd., p. 264.
25
Escurra, Ana María, Iglesia y transición democrática…, op cit., p. 15.
26
Scannone, Juan Carlos, "Perspectivas eclesiológicas de la 'teología del pueblo"…, op. cit.
56
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
misma posible de ser integrada en una nueva “doctrina” institucional en la que pudieron
verse reflejados, aunque sea en parte, la mayoría de los miembros del Episcopado durante
representativos fueron Lucio Gera, Alberto Methol Ferré y Gerardo Farrell. Ellos llevaron a
cabo aquello que Bourdieu y de Saint Martín han entendido como una “restauración del
histórico como herramienta para garantizar un lugar de preeminencia para la Iglesia en las
cuyo centro estaba emplazado lo religioso, y en la proyección del catolicismo hacia una
nueva era de evangelización. De esta forma, el sujeto pueblo, definido por esa cultura,
quedó íntimamente asociado a los valores católicos. Tal como ha sostenido monseñor Juan
Carlos Maccarone, el énfasis de estos autores en el concepto de pueblo los condujo, a través
Universidad Católica Argentina -de la que fue decano entre 1965-1969 y 1979-1985-, como
perito en las reuniones del CELAM, Gera adquirió desde los años sesenta una posición
preocupado por las dicotomías que atravesaban a la sociedad argentina luego del
Gera prescribió el rol que debía desempeñar la Iglesia a través de los conceptos de
ethos cultural y sus expresiones. Estas últimas son la ciencia y la praxis, las estructuras y
actor particular dentro de la sociedad, integrado por las clases o sectores desposeídos. Las
31
Ibíd., p. 163.
32
Gera, Lucio, “Cultura y dependencia a la luz de la reflexión teológica” en Azcuy, Virginia; Galli, Carlos y
Gonzalez, Marcelo (Ed.) Escritos teológicos pastorales de Lucio Gera: Tomo 1, del Preconcilio a la
Conferencia de Puebla (1956-1981). Buenos Aires, Ágape, 2006, p. 605. Publicado originalmente en: Llach,
J., Melea, B., Roa Abastos, A., Dussel, E. y Gera, Lucio, Dependencia cultural y creación de cultura en
América Latina. Buenos Aires, Bonum, 1974, pp. 74-98.
33
Gera, Lucio, “Pueblo, religión del pueblo e Iglesia” en Teología, Nº 27/28, Universidad Católica
Argentina, 1976, p. 105.
58
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
constituye en radical oposición a los sectores dominantes y otra que, dando cuenta de una
del pueblo sirve para incorporar los valores religiosos como instancia superadora de los
conflictos que cruzan a la sociedad. Así, los intelectuales católicos que adscribían a la
un momento de unidad, que habría coincidido con la etapa colonial, coincidencia idílica en
torno a una cultura común articulada por el catolicismo, que fue amenazada por la acción
de las élites y permaneció arraigada en el pueblo como parte, como grupo antagónico de
34
Gera, Lucio, “Cultura y dependencia a la luz de la reflexión teológica”…, op cit, p. 653.
35
Cf., Aboy Carlés, Gerardo, “La democratización beligerante del populismo”, en Debate, Nº12, Panamá,
Asamblea Nacional de Panamá, 2007, p. 47.
59
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
la cultura de sus pueblos (…) Creemos pues que estos pueblos son sustancialmente
cristianos”.36
La unidad primigenia del pueblo, consecuencia del cemento unificador que aporta la
religión, fue amenazada, en una relación de dominación, por los valores culturales de la
ilustración y ello se habría producido cuando las élites perdieron “(…) su inserción y
36
Gera, Lucio, “Pueblo, religión del pueblo e Iglesia”…, op cit, p.122.
37
Ibíd., p. 107.
38
Ibíd., p. 110.
60
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
pueblo”. 39 Descubre así el enfrentamiento entre las élites y el pueblo e incentiva a la Iglesia
En consonancia con esta concepción del pueblo como parte, hasta mediados de los
setenta, Gera incluyó en sus análisis la idea de liberación para hacer frente a la situación de
temporales, económicos, sociales y políticos”.43 Así, la salvación, “no por ser religiosa,
39
Ibíd.
40
Ibíd., p. 111.
41
Gera, Lucio, “Cultura y dependencia a la luz de la reflexión teológica”…, op cit, p. 653.
42
Ibíd., p. 622.
43
Ibíd., 622 y 623
44
Ibíd., p. 623.
61
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
CELAM desde 1969, fue nombrado miembro del equipo teológico pastoral del mismo en
1975 y participó como perito en Puebla, compartió con Gera la preocupación por definir el
una cultura común que suponía “la unidad en la variedad de un vasto complejo humano que
de la época colonial fue acompañada por una crítica de los procesos revolucionarios que,
oligárquica liberal [que] se instauró contra las masas populares y contra la Iglesia, con
Años más tarde, Methol Ferré sintetizó al siglo XIX como el período de articulación
católica emplazada en su centro. Las élites, separadas del pueblo, fueron, según el autor,
45
Methol Ferré, Alberto, “Bajo el signo de Bolívar” Nexo, Año 1, Nº 1, Setiembre de 1983, Montevideo,
Uruguay, p. 4.
46
Methol Ferré, Alberto, “Ante la caída del peronismo” en Nexo, Año 1, Nº 2, marzo de 1984, Montevideo,
Uruguay, p. 12.
62
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
En esta lectura, frente a la fractura que recorría toda la historia de América latina,
El sacerdote Gerardo Farrell también hizo un uso sistemático del análisis histórico
47
Methol Ferré, Alberto y Metalli, Alver, La América Latina del siglo XXI. Edhasa, Buenos Aires, 2006.
Disponible en http://www.metholferre.com/detalle_del_libro.php?id=3 [último acceso: 14/2/2011].
48
Ibid.
63
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
propia tradición”.49 Su trabajo más relevante en esta dirección fue Iglesia y Pueblo en
se trataba “(…) de la historia del Pueblo de Dios y su relación con el pueblo civil en
proveniente de la tradición liberal decimonónica. Farrell coincidió con Gera y Methol Ferré
al señalar que del proceso revolucionario surgió el principal trauma que recorría la historia
surgimiento de lo que llamó las “dos Argentinas”. El autor incorporó la idea de pueblo
como actor antagónico de las elites y sostuvo que la existencia de estas dicotomías se debía
a que entre unitarios y federales, entre porteños y provincianos, no sólo habían existido
49
Farrell, Gerardo, Iglesia y pueblo en Argentina. Historia de 500 años de evangelización. Buenos Aires,
Patria Grande, 1992, p. 15. El libro fue editado por primera vez en 1974, reeditado en 1986 y ampliado en
1992 cuando, coincidiendo con la conmemoración del quinto centenario de la llegada de los españoles a
América, abarcó el periodo colonial haciendo hincapié en la primera evangelización. Si bien este agregado de
períodos en la nueva edición funciona armónicamente, no ocurre lo mismo con la inclusión de algunos de los
lineamientos culturalistas que definimos más arriba. El caso más significativo es el del concepto de cultura,
que en varias ocasiones aparece reemplazando a lo que en anteriores ediciones se llamaba nación o
nacionalidad, sin que ello signifique una modificación en el contenido de las definiciones. Pero, además,
como el concepto de nación no desaparece, sino que está presente en varios tramos, lo que resalta es un uso
indistinto de conceptos que le restan coherencia al relato histórico.
50
Ibíd., p. 8.
64
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Para Farrell esta escisión constituía la clave de todas las luchas políticas. Interpretó
que se había expresado intensamente en el último cuarto del siglo XIX, cuando la
generación del ochenta impuso “(…) un proyecto de país prescindiendo de los valores
proceso, afirmaba, anidó en la fe del pueblo en oposición a las élites y su laicismo que
pretendió
Más tarde, con el yrigoyenismo y el peronismo -continuaba Farrell-, los valores del
Con el peronismo, según Farrell, la historia reconoció a todos sus protagonistas “(…) no
sólo algunos grandes héroes, sino todos y también aquellos soldados de la independencia,
51
Ibíd.
52
Ibíd., p. 91.
53
Ibíd., p. 122.
65
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
luego gauchos de las montoneras, tan parecidos a la chusma radical y a los cabecitas negras
peronistas”.54
y Farrell pasar de la noción de pueblo como parte a una visión unitaria hegemonizada por
En suma, los tres autores coincidieron en una definición del sujeto pueblo
tensionada entre una versión confrontativa, en la que el pueblo aparecía asimilado a los
sectores populares enfrentados a las elites, y una versión abarcativa, cercana a la definición
de nación. Para ellos, los valores religiosos tendieron un puente entre ambas concepciones
lecturas históricas realizadas por estos intelectuales tomaron distancia de las versiones más
aceptación del pluralismo. Ahora bien, en función de la cohesión del cuerpo de obispos,
esta misma fórmula ofreció un factor de acuerdo capaz de integrar tradición y renovación.
Partiendo de esta idea se observa a continuación la influencia que tuvo esta corriente
54
Ibíd., p. 162.
55
Zanatta, Loris, Del Estado liberal a la nación católica…, op. cit. Es necesario aclarar que el alejamiento
con respecto al mito de la nación católica es más claro en el pensamiento de Lucio Gera. En cambio, en el
análisis histórico de Farrell sigue teniendo un peso considerable.
66
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
1981
posicionamientos que este asumió entre finales de los años setenta y principios de los
papal Evangelii nuntiandi de 1974 y resaltaron que el continente estaba atravesando una
situación se llamó a la Iglesia a ocupar un lugar central en tanto orientadora de los cambios
fue
56
Azcuy, Virginia, “Una biografía teológica de Lucio Gera” en Azcuy, Virginia; Galli, Carlos y Gonzalez,
Marcelo (Ed.) Escritos teológicos pastorales de Lucio Gera: Tomo 1, del Preconcilio a la Conferencia de
Puebla (1956-1981). Buenos Aires, Ágape, 2006, p. 39.
67
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
de un núcleo de valores que fue evangelizado desde la llegada de los españoles. 57 A pesar
de que se reconoció que la nueva evangelización debería tener en cuenta los cambios
introducidos por la “civilización urbano industrial” y ofrecer una síntesis que la incluyera y
determinada por los valores asociados al catolicismo que definía la identidad de los países
de la región por sobre sus particularidades. 58 Esa cultura y esos valores habían sido
deformados y agredidos por el liberalismo. Tal vez el principal desafío que se percibía en él
por vía de una injusta e hiriente supremacía y dominación de unos pueblos o sectores
57
III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, La evangelización en el presente y en el futuro
de América Latina. Documento de Puebla. Buenos Aires, Ediciones CEA, 1979, pp. 57 y 58.
58
Ibíd., p. 60 y pp. 67 - 68.
59
Ibíd., p. 157
60
Ibíd.
68
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Así, la “(…) religión popular latinoamericana sufre, desde hace tiempo, por el
necesidad de restituir la unidad. Esto fue resultado de la crítica a las tendencias post-
partir de ello habían tomado una posición militante en el conflicto social de los años setenta
del siglo XX. En Puebla, si bien los obispos reiteraron la opción preferencial por los pobres,
61
Ibíd., p. 159.
62
Ibíd., p. 154.
63
Ibíd., p. 165.
69
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
se instó a no caer en reduccionismos y a desarrollar una pastoral que incluyera a todos los
A través de esta lectura, fueron recuperadas las ideas de una tendencia contestataria
los pobres, en el contexto de los tempranos setenta, había colocado el eje en la dicotomía
pueblo élite y enfatizado en la existencia de una Iglesia abiertamente comprometida con los
dominados y los débiles. En 1979, se evitó referir a las luchas de poder que tenían lugar en
Juan Pablo II alertó contra quienes entendían al Reino de Dios en sentido secularista.
Condenó a quienes creían que “al Reino no se llegaría por la fe y la pertenencia a la Iglesia,
diferenciándola de aquella manipulada, según su óptica, por diversas ideologías. A tono con
ello, el Papa recordó afirmaciones de Juan Pablo I quien sostuvo que era un “error afirmar
64
En una reciente entrevista el mismo Gera aporta ideas que sirven para comprender este proceso: “lo que
pasa es que cuando estaba acá la dictadura militar si hablábamos de liberación o de cuestión social nos
cortaban la cabeza. Entonces yo digo, la manera de hablar acá es hablando de cultura, porque en el fondo la
política es un producto de la cultura y el comportamiento social” citado en Amuchastegui, María Mercedes
“Lucio Gera y la pastoral popular. Una interpretación histórica de sus orígenes” en II Jornadas “Catolicismo
y sociedad de masas en la Argentina del siglo XX”. Buenos Aires, UCA, 7 y 8 de octubre de 2010.
65
Juan Pablo II, “Discurso inaugural de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano” en III
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, 1979, La evangelización en el presente y en el futuro
de América Latina. Documento de Puebla…,op. cit., p. 16.
70
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
Esta afirmación contrastaba con la idea de salvación defendida por Gera en la que
latinoamericano.
reflexionaron sobre el impacto que había tenido este debate en el interior de la Iglesia
El énfasis estuvo puesto en la liberación “de lo que oprime al hombre, pero, sobre
todo, liberación del pecado y del maligno, dentro de la alegría de conocer a Dios y de ser
su costado más tradicional, recuperando la idea de nación afirmada sobre los valores
66
Ibíd.
67
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, La evangelización en el presente y en el futuro de
América Latina. Documento de Puebla…, op. cit., p. 75.
68
Ibíd., p. 142.
71
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
alcanzada por los mensajes del Episcopado. Seguramente, el contexto político colaboró
para que no pasara desapercibido. Por aquellos días, el Gral. Viola gobernaba el país en
medio de una profunda crisis económica, con escaso apoyo social y, prácticamente, sin
respaldo de las FFAA. Viola representaba a un sector dentro del Ejército convencido de la
necesidad de ampliar sus bases de legitimidad auspiciando una tenue apertura política. 69 En
ese contexto, en julio de 1981 se formó la Multipartidaria, que incluyó a la Unión Cívica
compartidas por los partidos que bregaban por el retorno del orden constitucional.
Lucio Gera quedaron plasmados en las referencias al concepto de cultura y su relación con
69
Un análisis de las diferentes líneas internas que convivían dentro del gobierno militar y de los diferentes
proyectos políticos que sustentaba cada una, Cf., Canelo, Paula, El proceso en su laberinto. La interna militar
de Videla a Bignone. Buenos Aires, Prometeo, 2008.
72
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
cultura
ideario liberal decimonónico sino que se propuso una recuperación de algunos valores de la
modernidad que, claro está, el catolicismo debía incorporar en una nueva síntesis
70
CEA, Iglesia y comunidad nacional, Buenos Aires, Claretiana, 1981, p. 20.
71
Ibíd., p. 7.
72
Escurra, Ana María, Iglesia y transición democrática… op cit., p. 20.
73
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
que le atribuía el pensamiento católico más tradicional y que, en cierta medida, estaba
presente en las lecturas elaboradas por los referentes de la teología de la Cultura a través de
reconoció que esa centuria fue una época de grandes desafíos para la Iglesia, se subrayó que
73
CEA, Iglesia y comunidad nacional…, op. cit., p. 8.
74
Ibíd., p. 12.
74
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
ésta logró discernir entre los efectos negativos y los positivos de la modernidad,
Junto al progreso material, los valores democráticos y los ideales de libertad fueron
la principal herencia del liberalismo según la evaluación realizada por los obispos. 75
De todas formas, en el documento los obispos no pasaron por alto los “errores” de la
modernidad
75
Esta imagen de la Iglesia recuperando los valores democráticos pone en evidencia la función del relato en
un contexto caracterizado por los primeros signos de descomposición del régimen militar.
76
CEA, Iglesia y comunidad nacional…, op. cit., p. 41.
75
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
El principal problema que acarreaba la modernidad era que “las características que
reconocemos como propias [de la religiosidad] no han sido traducidas adecuadamente por
los obispos tendieron un puente entre el relato histórico y los objetivos que se plantearon en
excluido lo religioso, por lo tanto la meta de la institución católica no era “sólo ofrecer a los
liberalismo acompañó una reorientación de las opciones políticas de la Iglesia que implicó
fractura entre las élites y el pueblo como clave explicativa de la Historia nacional.
Las diferencias fueron muy marcadas en relación con la idea de liberación asumida
sostenido que era “deber trabajar por la liberación total del hombre e iluminar el proceso de
cambio de las estructuras injustas y opresoras generadas por el pecado” y que “la
77
Ibíd., p. 12.
78
Ibíd., p. 14.
79
Ibíd., p. 160.
76
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
liberación deberá realizarse, pues, en todos los sectores en que hay opresión: el jurídico, el
entre la Iglesia y el Estado que al compromiso particular de la Iglesia con los pobres.
populares como su deber primordial, sino que interpeló al conjunto social y en particular a
1983.
dictadura, sus formas de organizar el poder y sus vínculos con los demás actores políticos,
80
CEA, “Documento de San Miguel: declaración del Episcopado Argentino sobre la adaptación a la realidad
actual del país, de las conclusiones de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano”…, op. cit
p. 80.
77
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
a las instituciones militares con la Iglesia en el contexto de una profunda crisis política y
social. 82 El sustrato ideológico común condujo a que buena parte de la CEA aceptara y
avalara la autoproclamación de los militares como los últimos defensores de una nación
identificación de los militares como los únicos capaces de poner orden en la sociedad y aun
la asunción del segundo presidente de facto, gral. Roberto Viola, a la que se hizo referencia.
En un clima de tenue apertura política y de cierta distensión del celo represor, los obispos
democrática. Los partidos políticos se hicieron eco de esta posición y encontraron en este
documento un recurso para dar legitimidad a sus reclamos, algo que despejó los temores
81
Cf., entre otros, Obregón, Martín, Entre la cruz y la espada. La Iglesia católica durante los primeros años
del “Proceso”…op. cit.; Novaro, Marcos y Palermo, Vicente, La dictadura militar 1976/1983. Buenos Aires
Paidos, 2003; Quiroga Hugo, El tiempo del ‘Proceso’. Conflictos y coincidencias entre políticos y militares
1976-1983. Rosario, Homo Sapiens, 2004.
82
Obregón, Martín, Entre la cruz y la espada. La Iglesia católica durante los primeros años del
“Proceso”…, op. cit.
83
Di Stefano, Roberto y Zanatta, Loris, Historia de la Iglesia argentina…, op. cit., p. 541.
78
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
que proclamó el inicio de la retirada militar. Por un lado, habían desaparecido los peligros
que acechaban la armonía social defendida por la Iglesia y el propio orden interno de la
institución. Por otro, por los altos costos de seguir apoyando al PRN inmerso en una fuerte
crisis económica y política, cumplida la tarea represiva, fueron demasiado altos para la
Si bien el documento episcopal sirvió como respaldo a los partidos políticos que
situara en el elenco opositor al régimen cuando aún existía incertidumbre sobre su futuro.
El 14 de julio de 1981, los partidos reclamaron por una “solución nacional,” dando por
iniciada “la etapa de transición hacia la democracia (...) bajo el lema del Episcopado
rehabilitación, pero no se comprometió con ellos para evitar una modificación de los
equilibrios de poder que hacían inevitable la búsqueda de acuerdos para pautar la transición
84
Multipartidaria, La propuesta de la Multipartidaria. Buenos Aires. El Cid Editor, 1982, pp. 10-11.
85
En un comunicado, los obispos expresaron que apoyaban la búsqueda de unidad anunciada por los
políticos aunque “no se pronuncian ni pueden hacerlo en cuanto a la opción política concreta de la
multipartidaria.”, Clarín, 8/8/81, p. 2.
79
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
relaciones que la CEA mantenía con las FFAA. La derrota aceleró las orientaciones
para ello propició el acuerdo entre los militares y los representantes civiles y se
autorrepresentó como sostén de ese retorno democrático, siempre por encima del conflicto
político. Repitiendo una lógica política recurrente en el accionar de la Iglesia, los obispos se
Iglesia Católica: por primera vez un Papa visitó el territorio nacional. Buscando una
solución al conflicto bélico –que llegó a los dos días de la visita papal con la rendición
argentina- el sumo pontífice orientó el rol a asumido por los obispos en la nueva situación.
En su mensaje, el sostuvo:
86
Clarín, 12/6/82, p. 15.
80
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
El Papa reclamó un rol activo de la Iglesia: “o sea obra, pasos concretos, esfuerzo”
en medio de la crisis política que arrastraba la Argentina y que se profundizaría luego con
el irreversible final de la guerra. Cumplir este rol implicaba, en primer lugar, apaciguar el
interior del mundo católico ya que es “en el corazón de la Iglesia, donde primordialmente el
retirada militar y en cómo se desarrollarían las relaciones entre los militares y los
representantes civiles. En este orden, la Iglesia buscó, a través de su mediación, que los
desavenencias en el interior de las FFAA alarmaron a los obispos, pues veían en esa
eran imprevisibles. La CEA temía que una coyuntura explosiva generara un vacío de poder
que se constituirían en mediadores entre los sectores en conflicto. Los pasos que dio la
87
Ibíd.
88
Clarín, 17/8/82, p. 47.
81
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
equilibrios de poder. En todo momento reiteró que la Iglesia no sería un canal de expresión
política.89
Con posterioridad, las reuniones llevadas a cabo por los obispos cobraron
ministro del interior Llamil Reston para tratar los desafíos que se abrían en el camino de la
inicialmente se mostró reticente, no tardó en comprobar que era necesario contar con el
propuestas, mostró los cambios en los equilibrios de poder entre la Iglesia y las FFAA.
trasmitió la exigencia de los partidos políticos era que el gobierno militar resolviera las
externa, la cuestión Malvinas y los desaparecidos. Las gestiones quedaron truncas dado que
vez el principal éxito de la labor realizada por los obispos fue que la mayoría de los
* * *
previos había logrado un crecimiento institucional para nada despreciable que se expresó en
necesariamente eran más jóvenes. Como se afirmó, quienes accedían a esa posición lo
83
UNMDP, Facultad de Humanidades, Doctorado en Historia Mariano David Fabris
fueron incorporadas a través de una retraducción que limó las aristas más conflictivas de la
éxito de esta corriente -a la que se llamó Teología del Pueblo o Teología de la Cultura- se
tradicionalismo católico en el que abrevaba una parte de los obispos. Los documentos de
evidente de los cambios ocurridos en la relación del Episcopado con las FFAA.
los militares a los cuarteles. El rol mediador asumido por los miembros de la CEA al
84