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MODALIDAD MIXTA
ANTOLOGÍA
Cuatrimestre: 1
Marzo 2014
1
ÍNDICE
Introducción 3
Contenido temático:
Objetivo particular
Temas 6
Actividades de aprendizaje
Criterios y procedimientos de evaluación
ANTOLOGÍA 12
Referencias Bibliográficas 83
2
INTRODUCCIÓN
Dentro del proceso de la teoría pedagógica, no puede faltar el contexto del campo
de un pedagogo, el cual se ha de definir siempre en función de la necesidad, de tal
modo que nuestra primera acción consiste en detectar necesidades, y en función
de las mismas se desarrollará nuestra labor educativa, orientada siempre a la
transformación positiva de la persona con el fin de que esta pueda adquirir las
destrezas, para hacer frente a sus necesidades.
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Uno de los puntos fundamentales para saber actualmente que estado guarda
nuestra labor educativa, es precisamente conocer los antecedentes de nuestra
educación, por lo tanto, mencionaremos los inicios de la escuela tradicional,
posteriormente señalaremos los cambios a la escuela nueva y también será
necesario incurrir en los papeles del educador, el papel del educando, el papel de
la escuela y, especificar cuáles son los planes y programas educativos y para qué
sirven.
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OBJETIVO GENERAL
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CONTENIDO TEMÁTICO
Objetivo particular: Definir cada uno de los conceptos mediante la investigación de acuerdo con las actividades propuestas por el docente.
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TEMA 2: CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN No. Horas___________
Objetivo particular: Conocer plenamente el concepto de Ciencias de la Educación y su relación con las demás Ciencias en el Campo
Educativo, mediante la socialización de lecturas, de acuerdo con el plan de trabajo.
7
TEMA 3: CAMPOS DE ACCIÓN DEL PEDAGOGO No. Horas___________
Objetivo particular: Conocer los campos de acción del pedagogo a través de las investigaciones realizadas de acuerdo con las funciones que
se dan dentro del campo educativo.
8
TEMA 4: ANTECEDENTES DE LA EDUCACIÓN No. Horas___________
Objetivo particular: Conocer los antecedentes de la educción mediante la investigación de acuerdo a las indicaciones del plan curricular.
4.7 El método
9
TEMA 5: JUAN AMOS COMENIO Y LA RENOVACIÓN PEDAGÓGICA No. Horas___________
Objetivo particular: Interpretar la filosofía de Juan Amos Comenio y la renovación pedagógica, mediante las investigaciones realizadas de acuerdo con las
indicaciones del docente.
Objetivo particular: Interpretar y Socializar las investigaciones de Rousseau y el Naturalismo, mediante la utilización de los materiales que se propondrán en
la clase de acuerdo a las indicaciones del docente.
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TEMA 7: LA EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA DE DEWEY No. Horas___________
Objetivo particular: Formular ejes para el análisis de casos: situaciones, relatos, biografías y relacionar la concepción que John Dewey tiene
para el modelo educativo actual, de acuerdo a las indicaciones del docente.
Objetivo particular: Elaborar guías de lectura mediante los materiales que se utilicen para el análisis de textos, de acuerdo al programa
escolar.
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ANTOLOGÍA
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TEMA 1
Conceptualización de la educación
SUBTEMAS:
13
Frabboni, Franco (2006). Introducción a la Pedagogía General. México: Siglo XXI.
Picado, G., Flor M. (2006). Didáctica General: una perspectiva integradora. San José,
C. R.: EUNED.
Picado (2006) nos dice que: la Pedagogía analiza la acción educativa, identificada
como un hecho humano donde se dan múltiples relaciones y situaciones dentro de un
determinado contexto.
Frabboni (2006), menciona que: la Pedagogía puede ser interpretada como ciencia de
confín siempre que el concepto de confín sea entendido no como barrera rígida que
delimita y separa sino por el contrario, como área de común instrucción, en la cual
construir y compartir conocimiento “entre” saberes diferentes que, desde puntos de
vista diferentes (y con aparatos teóricos metodológicos diferentes), observan
reflexionan y proyectan en torno de comunes objetos de investigación.
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Hevia (s. f.) hace referencia sobre el concepto de la pedagogía como:
García, C. Joaquín y García del D., Ángel (1996). Teoría de la Educación. España,
Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca.
Educación: Es dar al cuerpo y al alma toda la belleza y toda la perfección de que son
susceptibles. (Platón. Leyes. L.VII).
Educación: Formación metódica del hombre joven para hacerle adquirir la mayor
perfección de que pueda alcanzar cada individuo en su naturaleza y cualidades (F. H.
Ch. Schwarz (1946): Pedagogía o tratado completo de la Educación y la Enseñanza.
Madrid).
En rigor, respecto a lo que la educación sea, esas definiciones nos indican dos cosas
mucho más elementales: que la educación es o consiste en un sistema de acciones; y
que ese sistema de acciones pretende modificar o hacer posibles valores de
comportamiento (internalización de normas) y comportamientos de valor (calidades
comportamentales). Implícitamente se da a entender la existencia de dos procesos:
uno constitución del ser humano en su naturaleza y estructura (desarrollo evolutivo) y
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otro de equipamiento y perfeccionamiento que se propone en cada comunidad
cultural, que se busca en grupos primarios en los que el niño nace y crece, en el que
se decide intervenir por razones personales o sociales y que metódicamente se
intenta; el segundo complementario del primero, aunque no se indica tan necesario
como él.
16
1) Tendencia tradicional
2) Tendencias actuales.
17
Nassif, Rama y Tedesco (1984). ”El sistema educativo en América Latina”, Argentina,
Bs. As.: Kapelusz.
Es toda la actividad educativa organizada, sistemática, impartida fuera del marco del
sistema formal, para suministrar determinados tipos de aprendizaje a subgrupos
concretos de la población, tanto adultos como niños.
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TEMA 2
Ciencias de la Educación
SUBTEMAS:
19
Avanzini, Guy (1994). «Contribution à une épistémologie de sciences de 1’éducation»,
en: Colloque, 25 ans de sciences de l’éducation: Bordeaux 1967-1992,
Université de Bordeaux II.
2 Ciencias de la Educación
Las ciencias de la educación vacilan entre una centración sobre el estudio del infante,
de la escuela y una voluntad de efectuar investigaciones que corresponden a la
totalidad del fenómeno educativo; fluctúan entre diversos referenciales filosóficos y los
modelos pedagógicos que ellos inspiran». En todo, estas vacilaciones nos conducen a
interpretar la juventud de su objeto, la especificidad de su lugar y la trascendencia
lograda en el seno de la sociedad francesa. (p. 75).
Nos recuerda Avanzini que ellas hesitan entre dos definiciones: «son el
reagrupamiento institucional más o menos sereno de profesores provenientes de
diversas disciplinas madres –psicología, sociología, historia, filosofía– en la que cada
una mantendría su respectiva independencia; son el proceso de constitución de un
saber interdisciplinario original, debido, precisamente a su confrontación y al cruce de
sus respectivas metodologías. Estos dos referentes instalan la pluralidad y el sentido
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abierto de las investigaciones. Mientras la sociología se detiene a ver las condiciones
sociales de la educación, los problemas del fracaso y del logro escolar y la cohesión
social, la economía se dedicará a observar los insumos financieros que la demanda
educativa imponía en su conjunto; así mismo, la psicología se detendrá a estudiar
juiciosamente los aprendizajes en la institución escolar y propondrá teorías que
explican las relaciones entre saberes, medios y fines.
La filosofía, por su parte, abordará las cuestiones de finalidad, los valores que ella
impulsa y los medios para alcanzarlos. Cada una de las ciencias que integran la
disciplina impulsa su desarrollo y genera vínculos con la pedagogía o la didáctica. Las
ciencias de la educación hesitan entre dos objetivos, «la búsqueda de la credibilidad
científica y la eficacia práctica. Este carácter implica que ellas deben, en
permanencia, esforzarse por demostrar la viabilidad de su proyecto y el lugar que
ocupan en el centro de la institución universitaria. Finalmente, «ellas fluctúan entre la
convicción de enunciar preceptos científicos que se le imponen al práctico y dos
modos de elaboración: alinearse al modelo clásico, es decir experimentalista y que
desembocaría en la estipulación de leyes, especialmente de orden didáctico; el
segundo subrayaría la complejidad de la situaciones educativas lo cual conduce a su
finalidad: explicar o comprender.
En términos generales, podemos decir que las Ciencias Sociales son todas aquellas
que desde diversos puntos de vista estudian los fenómenos derivados de la acción del
hombre como ser social y en su relación con el medio donde vive. Sin embargo no
existe en la actualidad un criterio unánime de lo que se considera como Ciencias
Sociales. En la literatura científica este concepto se ha presentado de forma ambigua,
utilizándose el término Ciencias Sociales de forma confusa y equívoca. La falta de
consenso entre escuelas, tendencias y autores ha llevado a crear incluso problemas
de carácter semántico, refiriéndose a ellas indistintamente con las denominaciones de
Ciencias Humanas, Ciencias del Hombre, Ciencias Culturales, además de la de
Ciencias Sociales; hablándose también de Ciencia Social (González Hernández,
1980).
En opinión de Benejam (1993: 342), “Ciencias Sociales son todas las que
estudian las actividades del ser humano en sociedad tanto en el pasado como en el
presente, y las relaciones e interacciones con el medio y el territorio donde se han
desarrollado o desarrollan en la actualidad”. Desde esta consideración, las Ciencias
Sociales se presentan como un conjunto de disciplinas que comparten, a nivel
genérico, un mismo objeto de estudio y una metodología de análisis semejante, pero
que se diferencian, a nivel específico, por el marco teórico y conceptual característico
de cada una, de donde cabe concluir que el área de Ciencias Sociales adolece de una
fundamentación epistemológica global (Asklepios Cronos, 1991). Desde este punto de
vista, las Ciencias Sociales representan un conjunto de tradiciones intelectuales que
se fueron configurando y especializando académicamente, en relación con formas de
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pensamiento general o filosófico, en contacto con otros campos de conocimiento
específicos y con el propio devenir de las sociedades.
Las Ciencias Sociales ofrecen las “diferentes perspectivas que son necesarias
para obtener una imagen completa de la conducta humana y de las sociedades
humanas” (Browne y colabs., cit. en Gross y otros, 1983: 85).
El proceso educativo puede desarrollarse de una manera artesanal, casi que intuitiva,
como lo han desarrollado todos los pueblos, en el transcurso de su historia. En este
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sentido existe un saber implícito no tematizado en la práctica educativa de todos los
pueblos, que forma parte de su acervo cultural y que llamaría: ”saber educar”. En la
medida en que este saber se tematiza y se vuelve explícito, aparece la pedagogía.
Hay pedagogía cuando se reflexiona sobre la educación, cuando el “saber educar”
implícito se convierte en un “saber sobre la educación” (sobre sus “¿cómos, su por
qués, sus hacia dónde?”). El desarrollo moderno de la pedagogía como ciencia o
mejor, del saber pedagógico como saber científico significa adicionalmente la
sistematización de este saber de sus métodos y procedimientos, y la delimitación de
su objetivo, en una palabra, su configuración como disciplina teórico-práctica. Por
tanto, la pedagogía como ciencia prospectiva de la educación, está condicionada por
la visión amplia o estrecha (mencionada antes) que se tenga de educación y, a su
vez, por la noción que se tenga del hombre, como ser que crece en sociedad. De ahí
que algunos limitan el concepto de pedagogía al arte de conducir a los jóvenes en su
crecimiento (físico, mental, emocional, etc.), mientras otros hablan ya de una
pedagogía general que incluye, además de la pedagogía orientada a los niños y
jóvenes, la pedagogía universitaria y de adultos (andragogía); también se habla de la
pedagogía liberadora, de la justicia, o de la pedagogía alemana, etc.
Para mí “ciencia” no es algo que se defina a partir de categorías a priori (como están
tentados a hacerlo con frecuencia algunos epistemólogos). Por eso, más que definir el
concepto de “ciencia”, me refiero a un proceso histórico, mediante el cual un área del
saber social se sistematiza y organiza, se especializa, construye progresivamente su
objeto y su metodología hasta ser, finalmente, canonizado por la sociedad como
“saber científico”.
La pedagogía es una teoría práctica cuya función es orientar las prácticas educativas.
Las teorías prácticas son ciencias aplicadas.
23
TEMA 3
SUBTEMAS:
24
Marquéz, G. Pere. (2000). Los docentes: funciones, roles, competencias necesarias,
formación Departamento de Pedagogía Aplicada, Facultad de Educación,
UAB. Recuperado de internet:
http://www.uaa.mx/direcciones/dgdp/defaa/descargas/docentes_funciones.pdf
. 27 de Marzo de 2014.
A diferencia de lo que ocurría hace 100 años, en la sociedad actual resulta bastante
fácil para las personas acceder en cada momento a la información que requieren
(siempre que dispongan de las infraestructuras necesarias y tengan las adecuadas
competencias digitales; en este caso: estrategias para la búsqueda, valoración y
selección de información). No obstante, y también a diferencia de lo que ocurría
antes, ahora la sociedad está sometida a vertiginosos cambios que plantean
continuamente nuevas problemáticas, exigiendo a las personas múltiples
competencias procedimentales (iniciativa, creatividad, uso de herramientas TIC,
estrategias de resolución de problemas, trabajo en equipo...) para crear el
conocimiento preciso que les permita afrontarlas con éxito.
Por ello, hoy en día el papel de los formadores no es tanto "enseñar" (explicar-
examinar) unos conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre
accesibles, como ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera
autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y personal
mediante actividades críticas y aplicativas que, aprovechando la inmensa información
disponible y las potentes herramientas TIC, tengan en cuenta sus características
(formación centrada en el alumno) y les exijan un procesamiento activo e
interdisciplinario de la información para que construyan su propio conocimiento y no
se limiten a realizar una simple recepción pasiva-memorización de la información (ver
http://dewey.uab.es/pmarques/actodid.htm).
Por otra parte, la diversidad de los estudiantes y de las situaciones educativas que
pueden darse, aconseja que los formadores aprovechen los múltiples recursos
disponibles (que son muchos, especialmente si se utiliza el ciberespacio) para
personalizar la acción docente, y trabajen en colaboración con otros colegas
manteniendo una actitud investigadora en las aulas, compartiendo recursos (por
ejemplo a través de las webs docentes), observando y reflexionando sobre la propia
acción didáctica y buscando progresivamente mejoras en las actuaciones acordes con
las circunstancias (investigación-acción).
En este marco, las principales funciones que debemos realizar los docentes hoy en
día son las siguientes:
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1.- Preparar las clases. Organizar y gestionar situaciones mediadas de aprendizaje
con estrategias didácticas que consideren la realización de actividades de aprendizaje
(individuales y cooperativas) de gran potencial didáctico y que consideren las
características de los estudiantes.
- Planificar cursos
- Diagnosticar las necesidades de formación del colectivo de los estudiantes a los que
se dirige la formación, teniendo en cuenta sus características y las exigencias legales
y sociales.
En algunos casos puede ser conveniente prever distintos niveles en el logro de los
objetivos.
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2.- Buscar y preparar materiales para los alumnos, aprovechar todos los
lenguajes.
- Motivar al alumnado
- Despertar el interés de los estudiantes (el deseo de aprender) hacia los objetivos y
contenidos de la asignatura (establecer relaciones con sus experiencias vitales, con la
utilidad que obtendrán...). Y mantenerlo.
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- En el caso de estudiantes on-line, resulta especialmente importante proporcionar
apoyo y motivación continuada pero sin agobiar (el riesgo de abandono de los
estudiantes "a distancia" es mayor.
- Impartir las clases gestionando las estrategias previstas y adaptando las actividades
de aprendizaje a las circunstancias del momento (alumnos, contexto...). Resulta
imprescindible tener una buena planificación, pero se debe actuar estratégicamente
- Mantener las disciplina y el orden en clase (normas, horarios...). Las normas pueden
ser tan abiertas como se considere oportuno, pero deben cumplirse.
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- Enseñarles a aprender de manera autónoma, y desarrollar estrategias de
autoaprendizaje permanente
- Asesorar sobre la oportunidad del uso de los medios. Los medios además de actuar
como transmisores de la información, estructuran los esquemas mentales de los
estudiantes y actúan como mediadores entre la realidad y su estructura mental
exigiendo la realización de determinadas operaciones cognitivas y facilitando el
desarrollo de ciertas habilidades.
- Asesorar en el uso de las TIC como medio de comunicación: entre alumnos, con el
profesor, con terceros.... Las intranets ayudarán a reforzar las interrelaciones en la
comunidad educativa de la escuela. No obstante en cada momento y circunstancia
hay que valorar el mejor canal de comunicación: personal, virtual...
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mediante las oportunas orientaciones (explicaciones, materiales y recursos sugeridos,
actividades a realizar...).
- Aprovechar las posibilidades de las TIC para realizar alguna de las actividades de
evaluación y fomentar la autoevaluación por parte de los estudiantes.
- Tutoría
- Utilizar las TIC para facilitar y mejorar la acción tutorial: bases de datos para el
seguimiento de los estudiantes, tutorías telemáticas....
- Actuar como ejemplo para los estudiantes: en la manera de hacer las cosas, en las
actitudes y valores (entusiasmo, responsabilidad en el trabajo...)
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6.- Investigar en el aula con los estudiantes, desarrollo profesional continuado.
- Actitud positiva hacia las TIC, pero desde una perspectiva crítica, valorando más la
tecnología didáctica (dirigida a la resolución de problemas educativos) que la simple
técnica (uso de los aparatos).
- Trabajo cooperativo.
Aprovechando las posibilidades que ofrecen las TIC, los profesores estarán menos
tiempo delante de los alumnos en clase y tendrán una mayor dedicación a tareas
como la preparación de materiales, la tutorización y seguimiento de los estudiantes.
Algunas de estas actividades podrán realizarse fuera de la escuela, en el ámbito
doméstico
31
Avilés, C. Yolanda, A. (s.f.). Perfil del Administrador Educativo. Centro
Interdisciplinario de Investigación y Docencia en Investigación Técnica.
Esto es, la aplicación del proceso administrativo permite prever, planear, organizar,
integrar, dirigir, controlar e innovar cualquier actividad humana con una mayor
precisión y eficiencia.
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8.- Matemático o de ciencia de la administración.
9.- Operacional.
En función de los nuevos contextos puede señalarse también que existirá un marcado
déficit de formación y capacitación en las unidades educativas tradicionales de nivel
medio y de nivel postsecundario de muchos países de la región.
La causa que origina esta situación radica en que ni las instituciones educativas ni las
empresas están preparadas para enfrentar los cambios -muchas veces muy
profundos-, así como para enfrentar el ritmo en que se están planteando dichos
cambios.
Albarrán (1989) menciona que: Será necesario llevar a cabo una planificación
sistemática que pueda aportar a los técnicos la formación imprescindible para actuar
en estos nuevos contextos, y avanzar más y definir/profundizar procesos de
articulación estrecha entre las instituciones educativas y las empresas, a fin de
superar la situación presente y formar a los técnicos dentro del marco de esquemas
conceptuales que se adapten a los nuevos contextos o situaciones futuras.
En tal sentido, Gómez (1989) menciona que: uno de los determinantes más
significativos de dicho proceso -que se acentúa en los países que están
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experimentando modernizaciones y cambios tecnológicos importantes en su
estructura productiva- se relaciona con la incorporación de tecnología moderna en los
procesos productivos. El aprendizaje de competencias específicas, cuyos
fundamentos científicos y tecnológicos no sean explicitados, resulta un simple
adiestramiento, y el puro adiestramiento no configura un aprendizaje real.
Bez (1987) hace referencia que, ya ha sido bastante repetido que ningún sistema
educativo es capaz de agotar el conocimiento elaborado sobre una materia, y los
educandos tampoco serían capaces de aprehender todo aquello que se ha
descubierto mediante la acción científico-investigativa y tecnológica. Sí habrán de
aprender a buscar, a informarse, a reflexionar y a usar sus potencialidades mentales y
creativas.
Dentro de este marco sintético resulta evidente que, en la mayoría de los países
latinoamericanos, existen diferentes grados de desfase entre el desarrollo educativo y
el desarrollo tecnológico. La información que el sistema educativo provee al técnico y
al tecnólogo suele ser deficiente e incompleta. Muchos colegios técnicos se
mantienen en la retaguardia en relación con las innovaciones, y un gran porcentaje de
sus docentes está a la expectativa y bajo un régimen de asombro ante hechos y
situaciones que hace pocos años parecían fantasías.
34
Boza, A. (2003): Roles y funciones de los orientadores de Educación Secundaria de
Huelva. Tesis Doctoral inédita. España: Universidad de Huelva.
Más específicamente, Riart (1996: 29) define las funciones de la orientación como
grandes acciones, propias, especiales y habituales de la orientación, como macro-
actividades que pueden especificarse en otras funciones o actividades más concretas.
Las distingue de las actividades, que serían las múltiples tareas que pueden
desarrollarse dentro de una función. Sanz y Sobrado (1998: 27) definen las funciones
profesionales como "conjunto de actividades laborales dirigidas a conseguir objetivos
similares". Valdivia y Martínez (1998: 142) aclaran que en orientación se viene
entendiendo por función de forma amplia la actividad o ejercicio a llevar a cabo por la
persona o personas encargadas de la orientación para atender a las necesidades
reales de la misma. Según las autoras, "los conceptos de actividad o ejercicio son
igualmente coincidentes con el concepto de competencia; 120 palabras que desde
hace muchos años se viene utilizando en el marco propio de la orientación, como
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queda expresado en las obras de Horston y Housan (1972), Jones y Dayton (1977) o
en el trabajo de Joseph D. Dameron, Berg, Bonk, Eddy, Hipple y otros (1980). En esta
línea, proponer funciones de Orientación equivale a proponer competencias: "El
Orientador debe ser competente en...". Este "ser competente" implica una preparación
tanto a nivel de conocimiento como de destrezas. En este sentido, la competencia
vendría a abarcar estos dos aspectos: un "conocer" y un "ser capaz de hacer". La
palabra competencia no aparece en los textos legislativos, ni en el sentido de eficacia:
"ser competente ", ni en el de actividad: "es competencia de", pero el sentido en
ambos casos es claro, puesto que son funciones que se establecen y que se supone
que la persona debe estar preparada para llevarlas a cabo".
Este análisis entronca con la fundamentación teórica propuesta por Reppeto, Malik y
Ballesteros (2000: 59) en su investigación sobre tareas y formación de los
orientadores en Europa. Entre los modelos metodológicos de formación proponen y
adoptan el modelo basado en competencias (CBTE, Competency Based Teacher
Education), que se centra en la adquisición de habilidades y competencias a través de
programas de enseñanza por objetivos. También señalan cierta confusión
terminológica, en este caso con capacidades o habilidades. Más adelante, citando a
Villar Angulo (1982), señalan como criterios para la valoración de competencias de los
profesores (u orientadores) los de conocimiento, de actuación y de resultado; aunque
finalmente se decantan por los de Jones, Jones y Drier (1982) de conocimiento,
actitudes y destrezas, reformulados como saber, saber hacer y saber ser. Más
recientemente, durante el Seminario Interuniversitario de profesores del área de
Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación (2002), en el seno del debate
sobre las competencias a desarrollar desde la citada área de conocimiento, se definió
el término de competencia como capacidad disponible o evidenciable, señalándose
cuatro dimensiones para las mismas: conocimientos, destrezas, actitudes y
comunicación, añadiendo a las citadas anteriormente de Jones, Jones y Drier (1982)
la de saber estar.
-En relación con la orientación y la acción tutorial se sitúan en el primer puesto las
funciones de organización y coordinación del propio Departamento de Orientación,
seguidas de las referidas a la orientación en general en el centro y el asesoramiento
al Plan de Acción Tutorial del centro. Se trata, pues, de funciones globales respecto
de la orientación y la tutoría. Las funciones que hacen referencia a contenidos más
concretos, como la orientación académica y profesional o las técnicas de estudio y
trabajo intelectual se sitúan en lugares más alejados, siendo éstas las últimas si se
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consideran como objeto de intervención directa por parte del orientador. Destacan
negativamente, en los últimos lugares, las funciones de desarrollo de programas y
técnicas de trabajo intelectual con alumnos. Priman, por tanto, las funciones de
planificación y coordinación, de carácter general, frente a las de las de asesoramiento
e intervención, de carácter más concreto.
-En tercer lugar aparecen las funciones ligadas a la evaluación, siendo la evaluación
psicopedagógica de los alumnos la mejor situada, seguida de evaluación de
necesidades del centro. Le siguen funciones de asesoramiento a profesores sobre
evaluación de alumnos y, finalmente, funciones de intervención propiamente dicha en
los procesos de evaluación y promoción de los alumnos.
37
Educación permanente. Recuperado de internet:
http://www.angelfire.com/zine2/uvm_lce_lama/EP.htm. 09 de Abril de 2014.
La educación permanente debe cubrir necesidades educativas, esta es una labor muy
comprometedora ya que debe responder a la transformación acelerada y a la
globalización mismas que exigen a la educación cambios y requerimientos que la
educación institucionalizada no proporciona es por esto que la educación permanente
juega un papel muy importante ya que los sistemas educativos formales y actuales no
logran cubrir los aprendizajes que las personas necesitan para desarrollarse y
progresar.
38
La conceptualización del principio de la educación permanente es relativamente
reciente y se debe, en gran parte, a los esfuerzos de la UNESCO y de la Comisión de
Cultura y Educación del Consejo de Europa. Es, pues, un fruto de la proyección
internacional de la educación. Su consagración mundial se debió, en buena parte, a la
enorme difusión que tuvo el Informe de la Comisión Internacional para el Desarrollo
de la Educación, que presidió Edgard Faure, publicado bajo el título Aprender a Ser.
En el preámbulo de dicho Informe, Faure sostiene que la Comisión puso todo el
acento en dos nociones fundamentales: la educación permanente y la ciudad
educativa, siendo la educación permanente “la llave de la bóveda de la ciudad
educativa”. Años más tarde, el Informe Delors (“La educación encierra un tesoro”) dirá
que la educación permanente “es la llave para ingresar en el siglo XXI”.
39
Con base en este concepto, Miguel Escotet (1991: 118 ss.) visualiza ocho principios
en la educación permanente:
A su vez, Charles Hummel (1978: 37) de manera clara y concisa, hace la distinción
entre educación permanente, educación de adultos y educación continuada en los
términos siguientes:
40
Conviene, sin embargo, no confundir la educación permanente con la educación
continuada, como sucede con frecuencia, al querer monopolizar el término para sus
propios fines. La educación de adultos no es más que una parte, aunque importante,
de un sistema de educación permanente. En cuanto a la noción de educación
continuada, es también restrictiva en el sentido de que concierne exclusivamente al
aspecto profesional de la educación, mientras que en el concepto de educación
permanente, el término “educación” se toma en su significado más amplio.
41
Chambeaud, Lía; Merlo, Patricia. (s. f.). ¿Docentes Investigadores, Docentes Críticos?
Una mirada desde el Postíbulo de Investigación Educativa. Facultad de Artes
y de Filosofía y letras de la UNT. Recuperado de internet:
http://rapes.unsl.edu.ar/Congresos_realizados/Congresos/IV%20Encuentro%2
0-%20Oct-2004/eje4/30.htm. 10 de Abril de 2014.
42
aparentemente más científicas” para los ámbitos de la investigación académica
universitaria o de los campos disciplinares propios.
43
TEMA 4
Antecedentes de la educación
SUBTEMAS:
44
De Subiría, S. Julián (2006). Los modelos pedagógicos. Hacia una pedagogía
dialogante. Bogotá, D. C. Colombia: Colección Aula Abierta.
4 Antecedentes de la educación
La escuela tradicional concibe al estudiante como una tábula rasa sobre la cual se
transfieren desde el exterior imágenes, normas y conocimientos. Freire la equiparó al
sistema bancario, en el cual el maestro actúa como depositario y el alumno como
quien recibe y debe mantener la información. Este tipo de interpretación de la escuela
tradicional la presenta, injustamente, como cuando en realidad conduce
necesariamente a asignarle a la práctica y al ejercicio, cuando en realidad conduce
necesariamente a asignarle a la práctica y al ejercicio una variable esencial en el
aprendizaje. Freire tenía razón en la escuela tradicional exigía una posición pasiva a
nivel cognitivo, en tanto el estudiante no pensaba, no imaginaba o no creaba por sí
mismo; pero su analogía fue equivocadamente leída como un culto a la pasividad
para garantizar el aprendizaje; lo cual evidentemente no era cierto. Ningún maestro de
escuela tradicional creyó que se podía aprender de manera pasiva y silenciosa, ya
que la práctica y la ejercitación siempre fueron identificadas por sus exponentes como
condiciones de cualquier aprendizaje. De allí las planas, las mil y una sumas, los
listados interminables repitiendo que “yo no volverá a comer en la clase” o “a llegar
tarde…”, etc. Es una escuela que eleva al máximo pedestal la reiteración, el ejercicio
rutinario y la práctica.
La escuela tradicional es mucho más que un método, como a menudo se cree. Es una
manera de comprender al hombre y su propósito educativo, es una forma de entender
los propósitos, los contenidos, la secuencia, la metodología y la evaluación. (p. 87).
45
ausubeliana (Ausubel, 2001)—y de trascendencia —según la profunda
caracterización que realiza Feuerstein de los criterios esenciales y universales y de
todas las mediaciones (Feuerstein, 1993).
46
partidario de la autoeducación, con el fin de conseguir la autonomía y el desarrollo
integral del hombre. Este divulgador de las escuelas tutoriales será quien siente las
bases de un método naturalista e intuitivo basado en un conocimiento sensible de la
realidad.
Por su parte Froebel contribuye a crear las bases de la escuela nueva al reivindicar el
papel del juego en la educación y al crear los kindergarten (jardín de infantes, en
alemán). Su razonamiento es sencillo, claro y sólido: Si el niño es un ser
independiente y no un “adulto en miniatura” y si ésta es la fase esencial de la vida, es
necesario iniciar el proceso educativo lo más pronto posible. Y Froebel fijó su inicio a
los dos años. Aun así, sus propuestas se vieron atenuadas por la persecución política
a la que vio sometido bajo la acusación de divulgar ideas ateas y socialistas entre
niños de dos a seis años.
El escritor ruso Leon Tolstoi puede considerase otro de los precursores de la escuela
nueva por los trabajos adelantados en su pueblo natal Yasnaia Poliana, en los que
privilegió la experimentación y el trato efectivo por parte de los maestros y eliminó las
normas y restricciones adultas.
Sin embargo, quien siente las bases teóricas de la escuela nueva será Herbart, al
postular que “solo se aprende aquello que interesa” y al concluir que en tanto la
infancia sea una fase independiente y particular del desarrollo, la escuela no puede
proponerse la formación para la vida futura, sino que lo deseable es que se constituya
en una forma propia de vida del infante.
Estaba, pues, dadas las condiciones para la aparición de un nuevo enque pedagógico
que respondiera al concepto del hombre preconizado por la Revolución Francesa y
que convirtiera al niño en sujeto y no en objeto de la práctica educativa: la pedagogía
de la acción o el activismo.
Hay que reconocerlo, la escuela activa genera empatía. Y es lógico que produzca
confianza una escuela que reivindica el papel activo del niño, que se enfrenta al
autoritarismo y al verbalismo de la escuela tradicional y que convierte al niño en sujeto
y no en objeto de la práctica educativa: la pedagogía de la acción o el activismo. (p.
107-110)
47
El papel del Maestro. Recuperado de internet:
http://www.tareasya.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=
3639:El-papel-del-
maestro&catid=489:maestrodeexcelenciaactualizateaprendizajeconstructivista
&Itemid=366. 10 de abril de 2014.
¿Debe el maestro esperar a que el niño evolucione espontáneamente y que logre sin
ayuda alguna a descubrir por sí mismo los conocimientos que hasta ahora le impartía
la escuela? Definitivamente, no. Aunque el constructivismo busque un curriculum
educativo en el que la escuela dé cauce a las iniciativas de los niños para elegir los
temas que quieran trabajar, es el maestro quien crea las situaciones en las que los
conocimientos se presenten como necesarios para alcanzar las necesidades
concretas elegidas por los niños por medio de un consejo escolar.
El maestro propone las actividades concretas que llevan al alumno a recorrer las
etapas en la construcción de un conocimiento, contrastando continuamente los
resultados alcanzados por el niño o las soluciones que propone con la realidad y con
los resultados y soluciones logrados por los demás niños (he aquí la dimensión social
y colectiva del constructivismo de Vygotsky).
Para que esto sea posible, es necesario que el maestro esté adecuadamente
capacitado y conozca las etapas evolutivas del conocimiento del niño, con el fin de
que los procesos de aprendizaje vayan de acuerdo con la evolución natural del niño.
Será necesario seguir el ritmo evolutivo del razonamiento infantil que se manifiesta a
través de sus intereses, preguntas, respuestas, hipótesis, etc.
48
Tomando en cuenta estas etapas evolutivas el maestro implementa un método de
aprendizaje que estimule las estrategias intelectuales utilizadas por los niños de
acuerdo a su edad.
El niño tiene derecho a equivocarse, pues sus errores le son también necesarios para
su formación intelectual, son intentos de explicación y sin ellos no sabrá lo qué no hay
qué hacer.
El maestro debe estar muy atento de no permitir que sus alumnos caigan en
dependencias intelectuales, ya sea dependencia de los libros, del maestro mismo o
de sus compañeros, haciéndolos comprender que no sólo aprenden a través de otros,
sino también por sí mismos, observando, experimentando, inventando, aplicando sus
razonamientos a la realidad.
Por ejemplo en matemáticas, el alumno puede crear sus propias maneras de operar,
partiendo de acciones de reunir, separar y repartir, puede hacerlo con objetos primero
y después representándolo gráficamente.
El material y los temas para lograr el aprendizaje deben estar bien organizados.
Los conceptos nuevos deben ser interesantes y significativos para el alumno. Éste
debe entender la necesidad de aprenderlos.
Para que los nuevos conceptos sean significativos deben fincarse en conocimientos y
experiencias previos que los alumnos y alumnas poseen.
49
Prendes, E., María P; Martínez S., Francisco. (2008). La innovación tecnológica en el
sistema escolar y el rol del profesor como elemento clave del cambio.
Universidad de Murcia, España
http://tecnologiaedu.us.es/nweb/htm/pdf/paz1.pdf. 10 de abril de 2014.
Para comprender aún más esta última idea y para conocer más cabalmente el tipo de
alumnos con el cual nos relacionamos, me gustaría citar a Patrick Slattery (1995), que
plantea lo siguiente: "El currículo postmoderno fomenta el caos, la no racionalidad y
zonas de incertidumbre, porque el orden complejo que existe en las salas de clases y
en las personas humanas es el lugar donde el pensamiento crítico, la intuición
reflexiva, la resolución de problemas globales florecerá".
50
Magaña, G. Baruc, M. (2010). El papel de la escuela y el maestro en la educación.
Recuperado de internet: http://baruchasnet.blogspot.mx/2010/02/el-papel-de-
la-escuela-y-el-maestro-en.html. 11 de abril de 2014.
Magaña (2010), menciona que: muchas veces se percibe a la escuela como algo
ajeno a la realidad social, como si fueran esferas aisladas. La cuestión es ¿cómo
hacer de esa esfera en algo sin aislantes? y que se lleve a cabo la praxis educativa en
conjunto con la sociedad. Aquí el gran reto de las instituciones educativas.
La escuela debe evitar generar humanos que solo se adapten y que busquen solo la
satisfacción de sus maestros sin primero cuestionarse o reflexionar si en realidad es
verdad lo que se les instruye.
El Plan de Estudio define la organización del tiempo escolar para el logro de los
objetivos de aprendizaje determinados en las Bases Curriculares, definido para cada
curso y sus respectivas asignaturas.
Los planes y los programas de estudio cumplen una función insustituible como medio
para organizar la enseñanza y para establecer un marco común del trabajo en las
51
escuelas de todo el país. Sin embargo, no se puede esperar que una acción aislada
tenga resultados apreciables, si no está articulada con una política general. El plan y
programa de estudio para la educación en México son los textos donde están
plasmados los propósitos fundamentales de cada nivel educativo, además incluyen de
forma sistemática los detalles del currículo oficial impuesto por la Secretaria de
Educación Pública.
4.7 El método.
52
descubrir una nueva ley que fue la de Gravitación Universal con la que se adelantó
más de 100 años a los hombres de ciencia de su época.
53
TEMA 5
SUBTEMAS:
54
Comenius, J. (2000), Didáctica Magna", Séptima Edición. México, D.F.: Porrúa.
Así es que dice Comenio que se debe reunir en las escuelas a TODA la juventud de
uno y otro sexo, esta idea se basa en una concepción previa de igualdad entre los
seres humanos Señala, por ejemplo, que "no existe razón por la que el sexo femenino
(...) deba ser excluido de los estudios científicos (cap. XVI).
Es claro que la universidad implica, en primer término, una emigración del ámbito
educativo paterno al ámbito de lo magisterial, propiciándose una suerte de alianza o
contrato social a través de la cual los padres delegan la educación de sus hijos a los
maestros. En segundo término, la simultaneidad, requiere como hemos visto un uso
uniforme del tiempo, de modo tal que sea posible algún control sobre el
aprovechamiento del mismo. Las acciones deben ser paralelas en cada nivel para que
el acceso de un nivel a otro sea garantizado por cierto orden.
55
Posteriormente el ser humano desarrolla su imaginación e incrementa sus
conocimientos, aplicándolos a la lectura, escritura, etc., tomando como espacio a la
aldea o también como se puede llamar su medio ambiente personal.
Así mismo el ser humano desarrolla aún más sus sentidos y sus entendimientos en
donde puede ya crear su propio pensamiento en todos los campos de enseñanza
aprendizaje, adoptando como suya un espacio aun mayor que el anterior.
Al llegar a una etapa de su vida el ser humano tiene la necesidad de incrementar aún
más su conocimiento, esta es la última etapa del conocimiento, tomando como
espacio de desarrollo todo lo conocido.
En efecto, por una parte, el microcosmos es “un compendio del universo y comprende
todas las cosas que por doquier se ven ampliamente esparcidas por el universo”. De
lo cual resulta que el hombre lleva en sí, en potencia, el conocimiento del universo
escible, o sea, que es como una lámpara completa de todo a todo que sólo necesita
se encienda para resplandecer. Pero “después de la caída” (el pecado original) la
naturaleza humana requiere un auxilio para desarrollarse en plenitud. Ese auxilio es la
gracia divina, pero Comenio considera que la gracia, en cuanto tal, Dios “está siempre
56
dispuesto a infundírnosla liberalísimamente” de modo tal que no su ausencia sino la
insuficiente educación es la causa de que tantos hombres se malogren (y con
desenvoltura que recuerda a la de los humanistas, Comenio cita aquí a Horacio, a
propósito de la potencia de la cultura).
Para demostrar el primer punto, esto es, que “el hombre sin enseñanza en nada se
convierte sino en un bruto”, Comenio cita algunos casos de “niños salvajes” (singular
fenómeno que aún en nuestros días estudian los antropólogos y es uno de los
principales argumentos a favor de la plasticidad de la naturaleza humana: cf.
Introducción, pp. 8-16).
Que el hombre sea “imagen de Dios” significa, agustinianamente, que en él está como
proyectada la Trinidad. El espíritu humano es memoria o conciencia (esse), intelecto
(nosse) y voluntad (velle). Las finalidades de la educación serán, concomitantemente,
57
devoción, instrucción y virtud y serán inseparables como inseparables son el alma y la
Trinidad divina.
La meta de la educación se halla en el más allá: así como la meta del feto es salir a la
luz rompiendo la bolsa amniótica, así la del hombre es salir a una más esplendorosa
luz, la luz eterna, rompiendo la envoltura del cuerpo. Religión, instrucción y virtud son
el nutrimiento necesario en esta “segunda morada” para acceder a la tercera.
Con estas bases se justifica la célebre máxima de Comenio: “enseñarlo todo a todos”
(que aparece ya en el subtítulo de la Didáctica Magna). No se trata de que todos
adquieran “conocimiento de todas las ciencias y todas las artes (y mucho menos un
conocimiento exacto y profundo), porque esto de por sí no es útil y por la brevedad de
nuestra vida no es posible a ninguno”. “Sin embargo —añade Comenio—, todos
deben conocer el fundamento, la razón y la finalidad de todas las cosas principales,
naturales y artificiales, pues quien viene al mundo viene no sólo para ser espectador,
sino también actor.”
58
los bien dotados pero un algo perezoso, etc. Es más, Comenio confía en una
oportuna organización de la clase en grupos bien articulados para realizar su ideal
didáctico —que tenía un gran valor social—, es decir, “que un sólo maestro baste para
instruir al mismo tiempo hasta cien alumnos”.
Por otra parte, Comenio, al formular su método natural, fundado en una preeminencia
absoluta de la experiencia sensible, aunque no advertía el pasivismo cognoscitivo y
didáctico que, a pesar de todo, se instauraba con ello (pasivismo que con todo era
inferior al de los sistemas verbalistas y mnemónicos), procuró sin embargo evitar otro
peligro con el que tropezará en cambio el empirismo inglés: concebir como datos
primeros del conocimiento ciertas pretendidas sensaciones elementales inconexas.
59
Para demostrar la validez de su criterio llega a encontrar en la enseñanza de la
“escuela del regazo materno” los inicios de no menos de 20 disciplinas diferentes,
incluso las más difíciles y abstrusas. Pero todo esto podría sostenerse incluso a la luz
de la psicología moderna, aunque con muchas correcciones de detalle; el defecto de
Comenio (y de muchísimos de sus sucesores, por lo menos hasta Fröbel, Capponi y
Ardigò) consiste en haber confundido lo global, en sentido psicológico, con lo general
en sentido lógico o filosófico, de donde el grave peligro de hacer del niño un pequeño
metafísico. En efecto: “La llamada metafísica —afirma— empieza justo aquí, porque
en la cabeza de los niños las cosas todas entran primero como conceptos generales y
confusos; los niños, cuando ven, sienten, gustan, tocan una cosa, se dan cuenta de
que es una cosa, pero no juzgan qué cosa es como especie y sólo después, poco a
poco, distinguen lo que es. Así pues, empiezan por distinguir los términos generales:
cosa, nada, existe, no existe, así, diverso, dónde, cuándo, símil, disímil, etc., que son
justamente el fundamento de la ciencia metafísica.”
Didáctica General
En el vientre materno se prepara el cuerpo para ser habitación del alma. En la tierra el
alma se prepara para la vida eterna "Dios creó todo para dárselo al hombre". En ella,
el hombre debe lograr fines secundarios: criatura racional, criatura señor de las
criaturas y criatura a imagen y complacencia de su creador; va a ser conocedor de
todas las cosas, dueño de ellas y de sí mismo y como fin, tendrá la búsqueda de Dios.
Tomemos en cuenta que el hombre, para Comenio, es sabio, bueno, y tiene una
60
inteligencia con la cual él puede percibir el conocimiento de las cosas y de Dios.
Somos un milagro, estamos hechos a su imagen y semejanza. Tenemos un esquema
del universo, estamos dotados de sentido y siempre estamos en busca constante de
aprender para llegar a una perfección y a ser felices. Comenio nos habla de la
honestidad, y la base de ésta es la armonía. También nos dice que la religión es una
forma de vida, basada en una relación esencial de una persona con el universo o con
Dios.
Didáctica especial
"El hombre es la criatura postrera, la más absoluta, la más excelente de todas las
criaturas”. Lo fundamental para el hombre, es conocerse a sí mismo como una
criatura de Dios que está hecho a su imagen y a semejanza; con esto nos da un
panorama absoluto de lo dichoso que somos al encontrarnos en esta vida.
Ahora cabe mencionar "No debemos aprenderlo, sino haberlo aprendido", es decir
que todas las cosas sean siempre bien aprendidas por medio de un hábito y
costumbre que nos lleve a mejorar siempre como persona y como ser humano. Hay
que inculcar buenas costumbres y el arte de formar las mismas, puede expresarse en
reglas diferentes: todas las virtudes deben ser enseñadas, en primer lugar se deben
enseñar las cardinales: prudencia, templanza, fortaleza y justicia. Desde el primer
momento de la infancia se debe dar una buena educación, las virtudes se aprenden
del espíritu y es necesaria la disciplina para prevenir las malas costumbres. La piedad
es un don de Dios y nos viene del cielo, siendo doctor y maestro de ella el Espíritu
Santo.
Organización escolar
Comenzamos con la felicidad y sus fundamentos para poder enseñar a los
adolescentes: se inicia temprano, antes de la corrupción de la inteligencia, se actúa
con la debida preparación de los espíritus, va de lo más fácil a lo más difícil, se
procede despacio con todo, no se obliga al entendimiento a algo que no le convenga,
siempre es por un mismo método. La cultura-latina es y consiste en la educación
general de todos, se educan virtudes como ya había mencionado antes, no solo se
educa a los hijos de los ricos sino a todas las clases sociales. No es necesario que la
escuela esté llena de gritos o golpes, debe necesariamente tener vigilancia y atención
para todos sin ninguna excepción. La disciplina más rigurosa no debe emplearse con
motivo de los estudios sino para la corrección de las costumbres. La academia es el
más elevado conocimiento y de desarrollo para la persona estudiante, sus
procedimientos son fáciles y prácticos, siempre buscan ir al fondo de las cosas, jamás
se quedan con la primera impresión, son sabios y se ilustran en los libros.
61
TEMA 6
Rousseau y el naturalismo
SUBTEMAS:
62
Abbagnano, Nicola, Visalberghi, A. (1992). Pedagogía, Educación – Historia. Historia
de la pedagogía. México: Fondo de Cultura Económica
6 Rousseau y el naturalismo
6.1 Educación natural y educación negativa.
Rousseau tiene el mérito de haber insistido sobre estos puntos. Sin embargo,
esas ideas están en el Emilio como intuiciones genéricas y confusas, mezcladas con
notables deficiencias didácticas y graves errores doctrinales, que han sido causa de
desorientación para algunos sectores de la Pedagogía actual. Señalamos en los dos
siguientes apartados los principales defectos de carácter general, otros más concretos
aparecerán al tratar de la educación moral y religiosa.
63
deseos fueran cohibidos nuestras facultades permanecerían ociosas, resultarían
inútiles. Engendradas en la naturaleza la existencia de las facultades no es arbitraria
sino que, según la teleología natural, ha de responder a una finalidad. Si nuestras
facultades no desearan o no pudieran desear, o vieran obstaculizada su satisfacción,
toda nuestra potencialidad quedaría mutilada y jamás seríamos plenamente felices.
Educación Negativa:
64
ejercitar el arte del tentador, por querer dar a la inocencia el conocimiento del bien y
del mal” (II, 68). “La única lección de moral que conviene a la infancia y la más
importante en cualquier edad es la de no hacer jamás mal a nadie. El mismo precepto
de hacer el bien, si no se subordina a aquél, es peligroso, falso y contradictorio” (II,
75).
65
Esta naturaleza humana está regida por leyes generales racionales, es decir, que
están por encima de todas las circunstancias. Rousseau centraba su pensamiento
filosófico-pedagógico en la idea de que la civilización era el origen de la corrupción del
ser humano, siendo esta la idea que mejor encajó en el desarrollo del pensamiento
educativo de toda su obra, en la medida en que lo condujo a dedicarse a los
problemas afines con la educación.
66
Biglieri, Paula (comp.) (2009). Introducción al pensamiento político moderno. Buenos
Aires, Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM)-Prometeo.
6.3 El Emilio
Emilio o de la educación es una novela pedagógica. Los cinco libros que conforman El
Emilio desarrollan una propuesta educativa que comienza con el nacimiento del niño,
prosigue con su formación en un ámbito de aislamiento y concluye con su adultez,
cuando está racional y sentimentalmente preparado para volver al entorno cultural,
contraer matrimonio, afrontar la paternidad y contribuir al orden social.
Para Rousseau los mejores tutores son los padres, pero como Emilio es huérfano ha
quedado al cuidado de un preceptor, que es el autor del libro. La función de este tutor
es crear alrededor de Emilio -quien proviene de una familia noble y tiene un buen
pasar económico- situaciones estimulantes con el ambiente y con algunas personas
que participan de su estado de reclusión.
Hasta su etapa adolescente, el niño reacciona con espontaneidad ante cada estímulo,
el preceptor lo guía en cada situación y el chico vuelve a reaccionar acorde a las
sugerencias de su tutor. Así Jean Jacques le demuestra al lector como el niño se va
“auto-educando”; es decir, Emilio va escuchando su “yo interior”, que no es otro que el
“yo” que ha “internalizado” a partir del deseo de su tutor.
Entonces, en los dos primeros libros se explica la educación de Emilio hasta los doce
años, período en el cual predomina la función de los sentidos y el niño está autorizado
a “perder tiempo”, lo que en realidad es para Rousseau “ganarlo” al objetivo de
desarrollar experiencias directas en contacto con la naturaleza y las cosas. Se trata
de que el niño aprenda a través de su vivencia y no porque se lo “dicen” los demás,
que “no aprenda ciencia” dirá Rousseau, “que la invente”.
Posteriormente, en el tercer libro, que va desde la edad de los trece a los quince
años, Emilio es introducido en las consideraciones de utilidad, dónde rápidamente y
debido a su innata curiosidad, recuperará ese “tiempo perdido” encontrando la utilidad
de cada cosa. En el cuarto libro, Emilio ya posee quince años y se abre, finalmente, a
la edad de la razón. El pensamiento racional le permite comprender las ideas más
abstractas, hacer juicios de valor y seguir el instinto que le indica su moral, sus
sentimientos y su ética, que ya han sido moldeadas con la inicial educación de sus
sentidos. En el quinto libro, Rousseau trabaja con el Emilio adulto, su enamoramiento
de Sofía y su retorno a la sociedad.
67
burguesas” que imperan entre los hombres de su tiempo y producen la desigualdad
social, desencadenante de las peores cualidades humanas. En la etapa de los
sentidos, Emilio desplegará naturalmente, por propia iniciativa, un conjunto de fuerzas
que actuarán sobre su ambiente y sobre sí mismo.
La relación con otras personas estará mediada por el tutor y estará enfocada a
establecer pactos de convivencia y acuerdos como prácticas que se anticipan al
Contrato Social. La “educación natural” se apoya en la relación activa que existe entre
individuo y ambiente. Su pedagogía se ha denominado naturalista, pero también
negativa porque niega el valor de la educación de los hombres y descansa en la idea
de que el niño puede auto-educarse si se mantienen sus cualidades innatas; es decir,
su libertad, su igualdad y su bondad. Si el hombre se vuelve malo, esa maldad le
viene dada de otra parte. El mal nunca puede provenir de la naturaleza, sino más
bien, de la influencia de otros hombres o de sus leyes injustas.
Rousseau cuestiona los métodos educativos de su tiempo y explica el gran error que
los pedagogos cometen al no reconocer al niño como tal. En El Emilio o de la
educación hay que descubrir el simbolismo de ciertas concepciones; aquel estado de
naturaleza, por ejemplo, apunta más bien a representar una espontaneidad originaria
(perdida) que un salvajismo primitivo. Imaginar el estado de naturaleza o imaginar la
solitaria formación de Emilio no es negar su socialización, sino realizar experimentos
mentales para darse cuenta de que también la socialización deberá satisfacer esos
requisitos individuales para enriquecer en vez de coartar la espontaneidad originaria
del hombre. (Abbagnano y Visalberghi, 1998:391).
El Emilio puede interpretarse como una obra complementaria al Contrato Social. Sin
embargo el eje conductor de su pedagogía descansa en una paradoja: para lograr la
socialización plena del individuo hay que recluirlo o aislarlo de su realidad social.
Rousseau concibe su sociedad como “enferma” y la “cura” consiste en sustraer de ella
al niño para evitar sus influencias.
Emilio debe identificarse con el personaje. Los libros, según Rousseau, distorsionan la
experiencia directa entre el hombre y las cosas, atan a los hombres a la opinión de
otros hombres, guían sus creencias y sus acciones. Sólo Crusoe es el libro permitido
durante la infancia porque simboliza el ejemplo perfecto de un hombre que logra
encontrarse y ser él mismo, tal como deberá ser Emilio.
68
A los ojos de sus críticos eclesiásticos contemporáneos, ese único libro permitido
debiera ser La Biblia. Jean Jacques, sin embargo, ha encontrado en Crusoe una
nueva Biblia.
Emilio primero aprenderá que todos los hombres son iguales, sin distinción de clase,
nación o religión. Sólo cuando sus sentidos estén lo suficientemente solidificados,
Emilio podrá leer libros de historia y comparar su vida con la de otros hombres, su
pensamiento con los de los demás y juzgar las actuaciones de los nobles, los héroes
o los filósofos.
69
TEMA 7
SUBTEMAS:
70
Dewey, J. (2004) Democracia y educación. Madrid: Morata, S.L.
71
dinámica de la persona y ésta niega todo tipo de dualismos (cuerpo y mente;
naturaleza y sociedad).
De los mismos principios que dieron origen al método de proyectos surgió el método
de problemas; con la diferencia que este responde a la enseñanza socializada;
- El método de solución de problemas, por obra del propio Dewey. En tanto que
Kilpatrick se propone actuar concretamente en el campo de la realización efectiva, el
de John Dewey, procura desenvolverse en el campo intelectual.
72
* Cuando el objetivo permite el desarrollo al propio paso del individuo o de grupos.
Como filósofo, Dewey subrayó todo lo práctico, esforzándose en demostrar cómo las
ideas filosóficas pueden actuar en los asuntos de la vida diaria. Su planteamiento
lógico y filosófico era de cambio permanente, adaptándose a las necesidades y a las
circunstancias concretas. El proceso de pensamiento en su filosofía es un medio de
planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que hay y lo que se proyecta.
La verdad es una idea que ha penetrado en la experiencia práctica.
El recién nacido es una animal que tendrá que aprender atribuyendo sentido a sus
experiencias. La experiencia es lo que hace posible una educación que ayude a los
seres humanos a crear significados colectivos, y toda experiencia implica
73
pensamiento; no es sólo verificación sensorial, sino percepción consciente de las
relaciones de reciprocidad entre individuo y entorno. En la continuidad entre
naturaleza y experiencia humana radica la fe democrática de Dewey y sus
recomendaciones educativas.
La inteligencia humana constituye el recurso del que nuestra especie está dotada
para asegurar su supervivencia, de ahí que sea siempre social, y no un atributo
individual. Como su función específica es dirigir nuestros modos de comportamiento,
nunca alcanza una forma definitiva y su desarrollo permanente se cumple en
interacciones sociales que se realizan a través de la comunicación.
Aquí es donde entra en juego la democracia, que Dewey siempre considerará una
forma de vida, y no un régimen de gobierno. La democracia es el nombre de ese
proceso permanente de liberación de la inteligencia. La construcción de la democracia
sólo puede lograrse desde la educación, por tanto, es necesario que los sistemas
educativos sean democráticos. Para que la educación pueda formar demócratas y ser
crítica ante la sociedad, la praxis educadora habrá de fundarse en la razón y los
métodos científicos.
Aunque la vida y la educación no pueden darse una sin la otra, la educación abonada
a la casualidad sólo consigue consolidar las relaciones de clase existentes y
reproducir los intereses sociales dominantes. Por ello esa educación “funcional” debe
ser complementada por otra educación “intencional” en que la competencia educativa
se delega en las escuelas. Estas instituciones serán las únicas capaces de asegurar
los intereses democráticos, es decir, programar procesos experienciales continuados
que posibiliten la formación en el seno de las comunidades sociales.
74
posible a la vez la continuidad de las experiencias de los alumnos y su aportación a la
reconstrucción de la sociedad.
Hacer posible esta preparación para la vida en una comunidad democrática requiere
esbozar un programa educativo que se basará en dos ideas fundamentales:
Estas tres fases, sin embargo, sólo satisfarían las necesidades individuales, pero no
las sociales, y el plan de estudios ha de ser elaborado con el fin de corregir la vida
social. Ello conduce a incluir en primer lugar lo absolutamente necesario; lo
relacionado con las experiencias en las que participan los grupos sociales más
numerosos, dejando los detalles para después. Según Dewey la escuela democrática
requiere la modificación completa de todos los presupuestos estructurales que
codeterminan esa relación de dependencia entre la Administración y los enseñantes y
por tanto entre éstos y los alumnos.
75
Según Dewey, las personas consiguen realizarse utilizando sus talentos peculiares a
fin de contribuir al bienestar de su comunidad, razón por la cual la función principal de
la educación en toda sociedad democrática es ayudar a los niños a desarrollar un
"carácter" –conjunto de hábitos y virtudes que les permita realizarse plenamente de
esta forma. Consideraba que, en su conjunto, las escuelas norteamericanas no
cumplían adecuadamente esta tarea. La mayoría de las escuelas empleaban métodos
muy "individualistas" que requerían que todos los alumnos del aula leyeran los
mismos libros simultáneamente y recitaran las mismas lecciones. En estas
condiciones, se atrofian los impulsos sociales del niño y el maestro no puede
aprovechar el "deseo natural del niño de dar, de hacer, es decir, de servir (Dewey,
1897a, pág. 64).
Dewey reconocía que pedía mucho a los maestros y por ello, al describir su función e
importancia social a finales del decenio de 1890, volvió a recurrir al evangelismo
social, que había abandonado, llamando al maestro "el anunciador del verdadero
reino de Dios" (Dewey, 1897b, pág. 95). Como da a entender en su testamento, la
teoría educativa de Dewey está mucho menos centrada en el niño y más en el
maestro de lo que se suele pensar. Su convicción de que la escuela, tal como la
concibe, inculcará en el niño un carácter democrático se basa menos en la confianza
en las "capacidades espontáneas y primitivas del niño" que en la aptitud de los
maestros para crear en clase un entorno adecuado "para convertirlas en hábitos
sociales, fruto de una comprensión inteligente de su responsabilidad" (Dewey, 1897b,
págs. 94 y 95).
76
fundamentalmente esa sociedad. La escuela constituye una especie de caldo de
cultivo que puede influenciar eficazmente el curso de su evolución. Si los maestros
desempeñaran realmente bien su trabajo, apenas se necesitaría reforma: del aula
podría surgir una comunidad democrática y cooperativa.
La dificultad estriba en que la mayoría de las escuelas no han sido concebidas para
transformar la sociedad, sino para reproducirla. Como decía Dewey, "el sistema
escolar siempre ha estado en función del tipo de organización de la vida social
dominante" (Dewey, 1896b, pág. 285). Así pues, las convicciones acerca de las
escuelas y los maestros que esbozó en su credo pedagógico no apuntaban tanto a lo
que era, sino a lo que podría ser. Para que las escuelas se convirtieran en agentes de
reforma social y no de reproducción social, era preciso reconstruirlas por completo.
Tal era el objetivo más ambicioso de Dewey como reformador educativo: transformar
las escuelas norteamericanas en instrumentos de la democratización radical de la
sociedad americana.
77
TEMA 8
SUBTEMAS:
78
Röhrs, Hermann. (1999). Perspectivas: revista trimestral de educación comparada.
Georg Kerschensteiner. (París, UNESCO: Oficina Internacional de
Educación), vol. XXIII, nos 3-4, 1993, págs. 855-872.
79
los intereses teóricos. En el “discurso en honor de Pestalozzi”, Kerschensteiner lo
expone así: “A pesar de la alta concentración del aprendizaje escolar en los libros, el
90 por ciento de los jóvenes de ambos sexos prefieren con mucho la actividad
práctica al pensamiento y la reflexión inmóviles y abstractos. Dadles talleres y
cocinas, huertos y campos, establos y barcas de pesca, y les veréis dispuestos
siempre a trabajar” (Kerschensteiner, 1912, pág. 106).
Y su lacónica conclusión es: “La escuela del libro ha de transformarse en una escuela
de la actividad”.
Kerschensteiner escribe: “La escuela de la aldea más pobre que pueda concebirse,
administrada con arreglo a los principios de Pestalozzi, puede ser una institución
educativa más valiosa que una escuela de la ciudad, espléndidamente equipada y
dotada y con un cuerpo docente compuesto de graduados universitarios superiores”.
De conformidad con su defensa de la formación específica de los maestros de la
escuela elemental en la naturaleza esencialmente social de la tarea que les espera,
su conclusión con respecto al plan de estudios del personal docente es la siguiente:
“El faro que ha de guiar a la Volksschule no es Kant ni Goethe, sino Pestalozzi”
(Kerschensteiner, 1949, pág. 155).
80
más se preocuparon en mantener el verdadero espíritu de la Volksschule –
Kerschensteiner, Spranger y Fischer– son unánimes, pese a todas sus diferencias
acerca de la formación del personal docente. Y gracias a esto, los tres figuran entre
los fundadores de la educación popular moderna.
Explicar el sentido de escuela del trabajo requiere, como consideración previa, una
aproximación al concepto de trabajo. El referente por excelencia de la noción de
trabajo es el autor muniqués Pestalozzi (1746-1827), pedagogo suizo que abogó por
la educación de las tres h: heart, head, hand (corazón, cabeza, mano). Para
Pestalozzi, la educación de la mano significa tanto la formación profesional como el
desarrollo de trabajos manuales, es decir, el aprendizaje de un oficio concreto y
capacidades prácticas del educando (Soëtard, 1995, p. 50).
Hay trabajo intelectual y trabajo manual, y en ambos casos hay trabajo mecánico y
trabajo reflexivo (…) El trabajo de cabeza o intelectual no lo considera en general el
hombre ordinario como trabajo (Kerschensteiner, s/f., p. 7).
81
con los círculos de la cultura humana, tanto el de las artes como en de las ciencias,
las técnicas, la vida social, entre otros.
Es natural, pues, que Kerschensteiner defienda que la escuela del trabajo es una
exigencia de cualquier centro educativo dado que aspira a conectar la individualidad
con la cultura de la comunidad. A fin de cuentas, la escuela del trabajo es sinónimo de
una educación humana en general, solo que sobre la base de la individualidad y de
las formas de actividad accesibles a esta individualidad (Kerschensteiner, s/f., p. 13).
2. La escuela del trabajo trata de conformar las fuerzas morales del alumno
dirigiéndose a examinar constantemente sus actos de trabajo para ver si éstos
expresan con la mayor plenitud posible lo que el individuo ha sentido, pensado,
experimentado y querido, sin engañarse a sí mismo, ni a los demás.
3. La escuela del trabajo es una comunidad de trabajo en que los alumnos, en tanto
que su desarrollo es suficientemente alto, se perfeccionan, ayudan y apoyan
recíproca y socialmente, a sí mismo y a los fines de la escuela, para que cada
individuo pueda llegar a la plenitud de que es capaz por su naturaleza.
Ahora bien, a la luz de la esencia de la escuela del trabajo se verá cuál es la finalidad
de la educación pública. Para el autor muniqués el fin de Estado es doble: por una
parte, el cuidado y protección exterior e interior, y, por la otra, la paulatina introducción
del reino de la humanidad en la sociedad mediante su propio desarrollo hasta
convertirse en una comunidad moral.
Ésta es una idea del estado de ascendencia kantiano-fichteana que supone que su fin
no sólo estriba en proteger al ciudadano sino además constituir una comunidad moral
por la voluntad general. En atención a este hecho, la escuela pública del Estado ha de
educar a ciudadanos útiles al servicio de esa comunidad moral de seres humanos. De
ahí surge la idea de “ciudadanía útil” que será la finalidad de la educación pública y de
la educación en general.
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