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¿Cómo afectan los estereotipos en la adolescencia?

En los últimos años, han surgido modas a través de los mensajes publicitarios y los
prototipos sociales que crean los medios de comunicación.
La mayoría de éstos son de acuerdo a la cultura en que se esté, muchas veces son
independientes de la citación geográfica, llegando a ser diametralmente diferentes en zonas
muy cercanas.
Actualmente la mayoría son mal llamados occidentales, siendo el término correcto “sajones”,
puesto que la estructura anatómica correspondiente a este grupo racial es la que está vigente
y es socialmente aceptable, la que se quiere alcanzar por medio de diversos métodos, desde
una simple dieta hasta la cirugía plástica.
Lo cierto es que dependiendo del impacto que tengan en quienes los perciben son
enfermedades que se instalan en nuestra sociedad y parecen contagiarse como parte de una
cultura absurda y sobre todo obsesiva. Esto no es una moda de escaparate por la que no se
toma mayor importancia, sino que son conductas que conllevan a muchos riesgos para la
salud física y mental.
Si hasta hace poco la gran amenaza ha sido la obsesión por adelgazar para verse como los
artistas favoritos o ídolos, manifestada en escandalosas cifras de enfermos de anorexia,
bulimia, vigorexia y comedores compulsivos; las nuevas modas traen derivadas de estas.
El querer estar en un peso muy debajo de lo normal por tener ropa de tallas muy pequeñas,
ha ocasionado que los adolescentes sustituyan sus comidas por dietas demasiado rigurosas
que terminan en bulimia o anorexia. El sueño de parecerse a los artistas de televisión,
ocasiona, también, trastornos alimenticios.
El deporte, la vida sana, la huida de la obesidad, el cuidado de la comida, son términos que
tienen cada vez mayor peso entre los mensajes publicitarios, incluso informativos, que
invaden nuestra sociedad. En ocasiones, son mensajes lanzados con intención de
promocionar la salud, pero en otras muchas ocasiones, la intención es la de generar un
mercado.
Existen además en nuestra sociedad, otros prototipos en los que se relaciónale físico con el
éxito social. Estos modelos sociales, pueden dar lugar a síndromes concretos en individuos
con determinados rasgos de personalidad.
Los primeros afectados son personas con carácter muy obsesivo, gente que siempre busca
altas perspectivas, se obsesionan por lo que consideran la perfección, y nunca la ven llegar.
Este tipo de personalidad, suele ser, la mas susceptible a seguir este tipo de conductas
sociales, pero, a partir de ellos, se crea una moda que se va contagiando a personas de
carácter mas débil.
Aunque la media de edad de afectados por este tipo de trastornos obsesivos, esta entre los
11 y 22 años, los expertos puntualizan que el mayor riesgo esta en la etapa adolescente.
La infancia y la adolescencia son periodos de formación de la personalidad y por lo tanto,
periodos sensibles al cambio y a las influencias. Es además, el momento en que la
experiencia de los mayores es relegada a un segundo termino.
Los trastornos obsesivos, son trastornos culturales producto de modas que afectan
principalmente a las personalidades obsesivas o más influenciables.
Aunque sus efectos secundarios pueden requerir atención de distintos especialistas. El
principal problema de estos trastornos es psicológico. Un adolescente se encuentra en riesgo
de desarrollar obesidad debido a varios factores como:
 Incremento en las necesidades energéticas.
 Consumo de alimentos ricos en grasas y calorías.
 Disminución de la actividad física.
 Cambios emocionales
 Desarrollo sexual temprano.

Con frecuencia, durante la adolescencia se inicia el sobrepeso y la obesidad; los cuales son
padecimientos de muy serias consecuencias en la salud, no solo en la apariencia física. En la
actualidad, los adolescentes, enfrentan serios problemas respecto a su alimentación,
derivados de la publicidad en la que se presentan prototipos de personas muy delgadas.
Al querer ser como estas, se someten a dietas muy desbalanceadas, y dejan de comer bien
o se provocan vomito y diarrea, causando anorexia o bulimia, estos padecimientos pueden
causar la muerte.
Para prevenir el sobrepeso y la obesidad, es necesario que se identifiquen y seleccionen los
alimentos nutritivos y sobretodo, evitar comer alimentos chatarra.
Es conveniente que se informe que la buena alimentación influye en la maduración orgánica
y funcional de los órganos sexuales, así como en el rendimiento escolar y deportivo.
El equilibrio entre lo que se como y la actividad física que se realiza, determina el peso
Trastornos alimenticios

Muchas veces resulta difícil reconocer y aceptar que ya se ha pasado de un punto en el cual
se está cuidando del cuerpo y de la salud en general a otro en donde ya existe un problema.
En la cultura vigente, siendo promovida la preocupación por la figura y el cuerpo, resaltando
aquí que la mayoría de las características físicas “aceptables” son del grupo racial caucásico,
es minoría el grupo de personas que no se encuentra a régimen y pendientes de su aspecto
físico, llegando incluso a modificar su apariencia mediante cirugía plástica.
Pero hay conductas que marcan la diferencia entre tener un trastorno de alimentación o no
tenerlo. Esto es, en un diagnóstico muy a grandes, se está tratando con un trastorno
alimenticio cuando éste ya ha modificado el estilo de vida del individuo.
Afortunadamente si se logra detener desde el principio el proceso de los trastornos
alimentarios, entonces el trastorno no es tan grave, pues se está aún en una etapa inicial; de
esta manera los efectos psicológicos y emocionales, son pasajeros y los problemas
reversibles a corto plazo. En los casos graves de anorexia, el simplemente hacer un
tratamiento es mucho más complicado que en el caso anterior, ya que se han arraigado las
conductas que normalmente se presentan. 10
Para comenzar, hay que aceptar el problema; posteriormente y en el transcurso del
tratamiento, concentrarse y crear pensamientos nuevos, que no estén centrados en la
comida y en el miedo a subir de peso, pues prevalece un tipo de pensamiento concreto,
obsesivo, disparado por el hambre, que no la registran y solo la observamos en forma de
ideas fijas y repetitivas.
Esto puede explicarse, ya que mientras la enfermedad evoluciona, la pérdida de electrolitos
(y por lo tanto de algunos neurotransmisores) y grasas, las funciones del cerebro se
suspenden poco a poco, al igual que las corporales, lo que provoca que el raciocinio se
vuelva cada vez más elemental.
A mayor ansiedad y angustia por no saber cómo resolver esta situación, mayor riesgo de
aislamiento. El sufrimiento emocional es una de las cosas más personales que el ser humano
no tiene y lo mas difícil de compartir.
En algunas situaciones donde el trastorno se encuentra un estado de encrucijada, ciertas
conductas autodestructivas pueden hacer su aparición. La familia y las personas más
cercanas tienen un rol muy importante en la detección de las conductas.

Dietas

Actualmente la palabra “dieta” es una de las que se están escuchando con más frecuencia,
por lo cual es importante revisar su significado. 4
Dieta, en el sentido etimológico, significa régimen de vida, normas que gobiernan o rigen la
vida.
También tiene que ver con lo que se dice al enfermo para que se restablezca, para que se
sienta mejor, ya sea porque su malestar proviene de otra causa o por el comer o beber
mismo.
La alimentación, es el acto de alimentarse, es un diálogo, con nosotros o con los otros, como
parte de muchos diálogos, individuales, familiares, profesionales, deportivos, etcétera, pero
es un problema cuando se vuelve monólogo, cuando sólo se habla de eso, incluso cuando ya
no se toman en cuenta necesidades físicas, indicadas por el hambre y también por buenos
antojos.
Y el individuo se somete sin querer a temores asociados a la figura, el peso, o la comida.
El poner especial atención en la “conducta alimentaria”, cuando se trabaja en la prevención,
permite la identificación y el trabajo con las conductas de riesgo a problemas de la
alimentación, obesidad, adicciones y otras dificultades de relación.
Cuando interesa más el tratamiento, la organización de la “conducta alimentaria” orienta el
equipo clínico, pues denota la modalidad de relación que combinará y definirá su conducta en
general.
Como toda acción de vida puede ser positiva o negativa, positiva implica que facilita el
desarrollo individual y familiar y negativa cuando lo limita. La “conducta alimentaria” no se
escapa de tener cualidades de este tipo.11 8

Impacto de los requerimientos sociales y estereotipos13

Al sexo femenino siempre se le han exigido muchas cosas a lo largo de la historia, siempre
ha tenido que ajustarse a cánones según la civilización en que ha vivido.
Otro de los ideales de nuestra época es que existe la felicidad total, ser completamente feliz,
con una pareja perfecta, hijas perfectas, perro, jardín y camioneta, conceptos de un ideal
occidental fomentado por los medios de comunicación y la sociedad de consume, lo cual es
ficticio; la noción de crisis se piensa como mala, siendo forma a través de la cual evoluciona
todas las organizaciones humanas.
Hoy se intenta medir la infelicidad contando los kilos, pensar nuestro malestar,
desgraciadamente entonces se busca modificar el peso, pero no necesariamente resolver el
problema, y buscar las causas físicas, emocionales, familiares, que ocasionaron el
desequilibrio y su reflejo inmediato fue el peso.
Acercándose a la necesidad de estar más atentos a los estados emocionales, a las
sensaciones que hay cada día, cada mañana el paciente podría preguntar cosas más
importantes acerca de sí mismo y buscar equilibrar de nuevo peso como una parte de
nuestro ser total. En donde las fluctuaciones extremas de peso serán dañinas.

Etapas de desarrollo en que se dan los “preceptos” alimenticios 9

La “conducta alimenticia” será plataforma a muchos procesos emocionales importantes para


el equilibrio del bebé en un inicio, y en un futuro también para sus padres, en ese proceso en
donde progresivamente, la mujer que parió al niño, se convertirá en la madre del bebé, es un
proceso de apoderamiento conjunto, en donde se irán conociendo y descubriendo
simultáneamente, con el ingreso del padre, sostén de la madre y opción variada para el bebé,
por eso es totalmente cierto que a nadie le enseñaron a ser madre.
La “conducta alimentaria”, también se irá constituyendo como una manera fundamental, para
el manejo de la tensión, en un inicio el bebe lo identifica con el hambre, como inquietud,
molestia o dolor o proviene del interior, por eso se habla que la alimentación es próxima a un
modelo para manejar el estrés, desde momentos tempranos de desarrollo.
También está asociada estrechamente con los mecanismos de control de peso corporal, en
la regulación de la ingesta, cuánto y cuándo se come, el control del depósito y eliminación de
grasa, lo que tiene que ver con el control en la temperatura del cuerpo, con la actividad física
y el ejercicio.
También la conducta alimentaria es un canal de resonancia en nuestra relación social y
cultural, la alimentación nos acerca y permite explorar las mesas de amigos, parientes,
conocidos, vecinos y otras personas cuando se realizan viajes o visitas, lo cual da una idea
de sus costumbres, y de sus antecesores.
Por todo esto, es complejo e interesante el estudio de la “conducta alimentaria” y de los
trastornos alimentarios y de los trastornos asociados a ella, anorexia nerviosa, bulimia
nerviosa, los llamados trastornos de la alimentación no especificados y los trastornos de la
alimentación no especificados y trastornos por atracón (conocido comúnmente por ingesta
compulsiva), la obesidad, desnutrición.
La salud se ha convertido en un interés global, ya no sólo del medico del gobierno como
indicador de desarrollo, si no de las personas, de los jóvenes y de los niños, lo cual es un
paso importante para poder tener conciencia del cuerpo, mente y emociones.
La salud se refiere al estado en el que nuestro cuerpo y mente ejercen sus funciones, pero
actualmente existen muchos mitos que pueden interferir o inclinar a excesos si no los
identificamos y estamos atentos de su existencia.
La salud se ha ido recargando en la idea de un cuerpo idealmente delgado, siendo peligroso,
ya que deja afuera las características implícitas a la constitución física de las personas, la
complexión, y nos acercan a modelos sajones, muy distintos de la complexión del resto de
los grupos raciales.
Otra razón es el alarmante incremento de la obesidad en México y en el mundo, que es
importante tomar en cuenta, pero siempre poner atención a cada persona en particular y no
generalizar. Hay que estar atento de su cuerpo y peso, sin que lo ideal se apodere de su
mente y posteriormente de nuestras acciones. 4
La dieta es uno de los canales principales a través de los cuales se busca acceder a la salud,
se habla de una dieta sana refiriéndose comúnmente a un régimen bajo en calorías escaso
en grasa y carbohidratos, lo cual no es sano. Con el propósito de lograr una figura esbelta
que se traduce en una reserva energética y proteínica.
La influencia de la publicidad es fuerte y toca los ideales que cada persona. 5
Si existe una cierta relatividad en cuanto a estos estereotipos pueden resultar agradables,
pero si se vuelven rígidos, inalcanzables, se llega a las conductas obsesivas, incluso
ritualistas.

Los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia nerviosa, bulimia
nerviosa y trastorno del atracón, pueden tener complicaciones médicas muy serias que
ponen en riesgo la salud física y mental. Los trastornos de la alimentación pueden ser
mortales, en particular la anorexia, ya sea restrictiva o purgativa, y es una de las
enfermedades psiquiátricas más letales que existen. Las complicaciones resultan
básicamente de los estados de debilidad y los frecuentes comportamientos purgativos.
Definitivamente todas aquellas personas que comen muy poco están en riesgo de
complicaciones propias de la inanición o desnutrición. La anorexia es el trastorno de la
conducta alimentaria que presenta los síntomas mas floridos, in embargo las pacientes con
bulimia o trastorno del atracón pueden presentar también estas complicaciones sobre todo en
los periodos de seria restricción, cuando los síntomas de anorexia aparecen en los primeros
años de adolescente, que se encuentra en pleno desarrollo, los efectos sobre crecimiento y
desarrollo sexual pueden ser devastadores, en especial si el proceso se vuelve crónico.
Los signos y síntomas clínicos con los que puede presentar una paciente con un trastorno
de la alimentación ofrecen un abanico muy variado. Puede ser todo o nada. La paciente
anoréxica es más obvia para el clínico, generalmente se observa esquelética, emaciada, con
signos de malnutrición como piel seca, arrugada y fría, cabellos seco, lacio y frágil; uñas
quebradizas y cianóticas, y lanugo sobre todo en la cara, cuello, brazos, espalda, piernas. En
la mucosa oral pueden presentar aftas. Generalmente la cara es pálida o amarillenta,
demacrada, con ojos hundidos, y sin brillo. Es frecuente la presencia de una coloración
amarillenta en la piel, en particular en plantas y palmas, producto del contenido de caroteno
en suero.
Se cree que eso tal vez sea debido a una alteración reversible del metabolismo de la
vitamina A. los signos que el clínico también puede encontrar son hipertensión e hipotermia.
En contraste con la paciente anoréxica, los pacientes bulímicos generalmente se observa
saludable, los hallazgos clínicos dependerán de las conductas compensatorias que esté
realizando como el vómito, abuso de laxantes, diuréticos, píldoras para adelgazar, y otros.
Algunos signos clínicos de vómito incluyen callosidades en dorsos en las manos así como la
pérdida del esmalte dental. Es común que se presente una hinchazón de las glándulas
parótidas.4

Cuesta trabajo pensar que no existe el peso ideal porque cuestiona si es posible llegar a una
“perfección”, y nos enfrenta a lo que se es y se es capaz de ser en realidad. El peso ideal
realmente lo establece el cuerpo, no es que la persona decida y es que resulta de una
alimentación sana junto con un régimen de ejercicio adecuado, de acuerdo a la complexión,
sexo, y edad de la persona. La idea es explicar al amplio rango de peso en el que las
personas de la misma estatura se pueden mantener adecuada y sanamente. Es decir, no
todas las personas con la misma estatura se mantendrán en un mismo peso como resultado
de una alimentación y sana y un régimen de ejercicio suficiente. Ese término se refiere a la
cantidad de grasa determinado genéticamente que defiende el cuerpo. El cuerpo actúa de tal
forma que trata de mantener su peso dentro de un rango y lo va a defender fuertemente
alterando su metabolismo y nivel de hambre si es amenazado. Si hay una ganancia de peso,
intentará aumentar su metabolismo para quemar más calorías e incrementar el hambre para
comer más y recuperarlo. El peso se puede mantener dentro de un rango con límites
superiores e inferiores y los límites varían de una persona a otra.
La distribución de grasa en el cuerpo está determinada genéticamente así como ocurre con
diferentes características como el color de ojos o piel.
A pesar de la existencia de esta teoría, se considera que hay muchas personas obesas o
demasiado delgadas por motivos primordialmente psicológicos, emocionales o racionales,
más que por causas genéticas, ya que no identifican o respetan episodios de hambre y
saciedad.
Es importante recordar que el sobrepeso y la obesidad también obligan a replantear nuestra
salud en referencia con el peso.
Anorexia

Médicamente, esta afección o trastorno alimenticio se conoce como anorexia nerviosa.


Etimológicamente hablando, el vocablo anorexia, de raíz grecolatina, tiene por significado
“falta de apetito”, el cual a su vez se divide en dos vocablos: a o an, prefijo que indica
ausencia, y orexis, hambre o apetito. 14
En la realidad, y según los análisis que se les han practicado a los pacientes, y también a lo
largo del tratamiento, sobre todo en el aspecto psicológico, se ha comprobado que no es el
significado que tiene estrictamente el término sino una pequeña variación de éste, lo que
ocurre con esta patología.
Se ha observado que en lugar de la “ausencia de apetito”, al principio existe una negación de
éste, pero puede llegar a convertirse en una verdadera inexistencia, ya que este bloqueo se
convierte en hábito y llega a ser incluso una respuesta condicionada; puede llegar a
confundirse, en una observación no muy detallada, con falta de hambre, que al principio
puede no ser preocupante, hasta que llegan los signos visibles, de los cuales se hará un
análisis más tarde.
En lo que respecta a la primera etapa, la negación, es donde se encuentran las dietas, el
paso del cual se ha dicho es el inicial, donde comienza a restringirse el alimento,
particularmente de un grupo u otro, en la mayor parte de los casos los carbohidratos; esto
con el conocimiento, ya sea por experiencia (casos como un simple “el pan/las galletas/ el
azúcar/etc. , engordan” o un “después de las fiestas de diciembre/las vacaciones, me
encontré con que había subido un kilo (o más)”) o por conocimiento más detallado acerca del
tema (ya que biológica y químicamente, se ha demostrado que los carbohidratos pueden
transformarse en energía más rápidamente que los lípidos y otros compuestos, que se
almacenan como reservas para situaciones extremas en las que la comida es escasa,
inexistente o simplemente el cuerpo no recibe alimentación). 1
En lo que respecta a las demás etapas, convendría analizar más a fondo los diagnósticos y
tratamientos que se han administrado en los últimos veinte años, ya que los signos que se
presentan varían mucho de paciente a paciente, sobre todo a causa de la herencia genética y
las características corporales que haya tenido antes de padecer anorexia. Esto es, algunas
personas presentan presión sanguínea sorprendentemente baja, otras muchas tienen
periodos enteros sin haber tenido menstruación, la mayoría sufren un agotamiento severo y
en ocasiones pueden incluso llegar a una hipotermia y al coma sin que sea posible hacer
algo por ellos. 7
Son las etapas en que las dietas comienzan primero a reducir poco a poco la cantidad de
alimento que se ingiere durante el día, hasta llegar al extremo en que el organismo no recibe
en absoluto comida. Las cantidades de actividad física se incrementan a medida que avanza
la afección y hasta que el individuo siente los primeros signos de agotamiento (el cual
muchas veces viene acompañado de una depresión de escala variable). 2, 3, 4
Después llega la fase más notoria de todas, justo en la cual ya no es posible soportar más lo
que está ocurriendo, y que es en la que la mayoría pide ayuda, la cual seguramente habría
rechazado antes, y en la que, por mal que suene, aún puede funcionar el tratamiento, si se
aplica a tiempo. 12
Las personas que sufren anorexia se dividen en dos tipos de pacientes, con diferencias de
conducta lo bastante significativas como para determinar el tratamiento que se les dará. Son
los siguientes:

• TIPO RESTRICTIVO: se limitan a negarse ciertas clases de alimentos y están


acostumbrados a intentar nuevas dietas, las cuales se van distribuyendo entre grupos
de gente e incluso pueden llegar a intercambiar consejos para adelgazar más
rápidamente o con menor margen de aumento de peso o rebotes (el llamado yoyo del
peso)

• TIPO COMPULSIVO/PURGATIVO: esta clase de conducta puede clasificarse como


ritualista, pues los pacientes regularmente llegan a romper su dieta, intentando
“arreglar” su “error o debilidad momentánea” con dietas y a veces utilizando productos
y otros métodos, que van desde provocarse el vómito con diversos objetos, conducta
que comparten con gente que sufre bulimia, aunque puede ser que tengan ambas
patologías, hasta usar laxantes y diuréticos.

Cualquiera de estos tipos en que se esté 14, hay una cierta sensibilidad, que en ocasiones es
tal que alcanza dimensiones extremas, acerca de todo lo relacionado con el peso, aunque no
necesariamente con la obesidad.
Esto generalmente lo causa una inestabilidad emocional, que viene acompañada por el
deseo de autocontrol en cuanto a las emociones y reacciones que se tengan, y por lo tanto
de las consecuencias que éstas desencadenen.
Cuando esto se satisface, es decir, se consigue hacer en algún aspecto, se tiene una
sensación errónea de fortaleza y dominio sobre sí mismo; cuando no logra hacerse, en
cambio, hay una percepción de debilidad y una decepción, ya que se cree que hay una
pérdida de control.
Esto no solamente ocurre en la anorexia, puede verse en la vida diaria, observando a
personas de todas las edades y de ambos sexos, aunque tiene una incidencia más alta en
mujeres, ya que como se analizó anteriormente, la exigencia que se tiene sobre ellas es
mayor.
Entonces se pasa a una manía por “equilibrar” la situación, es decir, hacer el intento por
solucionar lo que se juzga son errores; el individuo se ve obligado a mantener el dominio, lo
cual provoca mellas en la autoestima. 12
Por ejemplo, en una persona que tiene anorexia, esto se ve reflejado en su rutina, afecta
prácticamente todo su día:
Hora Actividad

Aproximadament Despertar; un paciente diagnosticado con anorexia no duerme más de


e las 5 AM cinco horas, en la mayoría de los casos. Esto no es por deber, sino auto
impuesto o porque les resulta sencillamente imposible
Minutos después Es considerado ya que se toma en cuenta lo que sucede entre despertar
(entre 5 y 10, y el resto de la rutina, pues es el tiempo en el que se cubren las
aunque el necesidades de evacuación, primordiales en el transcurso del tratamiento
intervalo puede para saber el progreso de los pacientes, y en el diagnóstico para tener
crecer mientras referencias de la gravedad de la patología.
más avanzada A veces este lapso aumenta, pues la energía que se posee es mínima
esté la incluso para sustentar las funciones básicas del cuerpo, lo que provoca
enfermedad) desmayos y dificultades motrices
Inmediatamente Ya que el lugar común, si se posee una báscula, en que está ésta, es el
después baño, no se necesita caminar mucho, lo cual es sumamente conveniente,
para llegar a ella.
Entonces se hace una comprobación del peso, para ver si se aumentó o
disminuyó.
Alrededor de las Después de satisfacer ambos, la necesidad y el hábito, se hace la
5:20 primera actividad en sí del día: hacer ejercicio. El hacer ejercicio no es
solamente en el remoto caso de una fluctuación del peso tan repentina,
ni siquiera si el día anterior hubo una ingestión de alimentos mayor a la
acostumbrada, sino que se convierte en una especie de compulsión,
pues se sabe que se las calorías se “queman” con la actividad, sobre
todo con la actividad más pesada, lo que puede llevar a alguien a hacer
hasta 900 repeticiones de un ejercicio en específico 5, permanecer
haciendo otro por cerca o más de una hora sin ser necesario, y en
general, llegar a extremos inverosímiles con tal de obtener la sensación
de haber eliminado las reservas
Lo antes posible, Ahora, como en toda prueba, hay que ver los resultados: la persona se
ya que no existe pesa, para averiguar cuánto consumió con el ejercicio realizado. Esto es
un horario sólo por la necesidad de comprobar que funciona como supone que lo
definido, dadas hace, ya que los resultados nunca son visibles de inmediato.
las circunstancias Por lo tanto, se debe sólo a que en casi todas las conductas,
psicológicamente, esto provoca un sentimiento de seguridad.
Cerca de las seis Entonces es cuando llega la hora del aseo personal, en el cual se
o siete, observa un especial cuidado, ya que, dejando de lado el sudor y la
dependiendo de sensación de suciedad que éste causa en general, es parte de lo que hay
la rutina que se que ocultar. Para eso, se selecciona la ropa que oculte la forma del
tenga cuerpo, ya que el rechazo que se tiene de él es enorme, y se evita su
vista, ya sea para la persona misma o para las demás
El primer alimento El desayuno a veces se considera como la comida principal del día, ya
del día, entre las que es la primera que se hace después del tiempo más largo, unas ocho
siete y las nueve horas por lo menos, sin ingerir alimentos.
pero sin horario Sólo que para un individuo con esta afección, casi cualquier comida, o
fijo carece de importancia o tiene demasiada. De cualquier manera casi
siempre se retarda o se elimina. Generalmente son porciones pequeñas
de alimentos con bajo contenido calórico, acompañados de bebidas que
tengan las mismas características. A veces incluyen productos para
adelgazar.
De 7:00 AM a Actividades cotidianas. Se efectúan con problemas evidentes, ya que la
4:30 PM, con energía no es suficiente. En ocasiones se tiene frío, incluso en interiores,
variaciones de pues la temperatura corporal no corresponde a la normalidad.
una hora Los colores y el brillo son excesivos, pues la información que se recibe
aproximadamente es modificada, en parte por la presión sanguínea y en parte por la
desnutrición
En la tarde, con Comida. La comida es una de las que más se evita, pues es
variaciones muy relativamente fácil hacerlo. Si esto no es posible, se consume un poco
grandes en las más que en el desayuno pero nunca suficiente siquiera para tener
horas sensación de estar lleno. Se acompaña con una mayor cantidad de
bebidas, generalmente agua o refrescos dietéticos.
6:00 a 8:00 PM Actividad física considerable, independiente de la que se haya hecho en
la mañana.
9:00 Cena. La cena es inexistente, pues si en una persona con una dieta
normal es una ingesta mínima de comida, para la gente con anorexia es
fácil omitirla
10:00 o 10:30 Debería estar a punto de dormir, pero le es difícil, pues entre el
sentimiento aprensivo que tiene y la compulsión que tiene, no hay
sosiego, entonces hay que solucionarlo.
Generalmente es con más actividad física, pero eso sólo hace que se
reactive la circulación y tenga más problemas para conciliar el sueño.
Cerca de las 12 Al fin puede dormir pero con excesiva dificultad
PM o 1 AM

Como se puede notar en la tabla anterior, hay una obsesión por las calorías y por el ejercicio,
notoria. Esto puede llevar a periodos de ayuno prolongados, que van desde “saltarse” una
comida hasta días enteros.
También se lleva un cálculo detallado de las calorías que se ingieren y se usan, periodos de
purga en los que se vomita o se laxa con el objeto de deshacerse de la comida, y muchas
otras formas de adelgazar, como ocultarla para poder tirarla posteriormente. Se han
registrado casos en los que una tortura como sentarse o arrodillarse en tachuelas fue uno de
los medios para conseguir controlar las ansias por comer. 6
Otra parte importante son las excusas, cuando la persona es sorprendida, podría decirse in
fraganti, a lo cual alegan gran cantidad de cosas.
También es sumamente importante tener en cuenta las repercusiones médicas que esto
puede tener, no tan sólo en lo que se refiere al peso, sino otras consecuencias comunes
según el elemento del cual se haya privado al organismo.
Lo primero que se elimina son las actividades voluntarias. La pérdida de energía es visible, a
veces puede parecer que está triste, sin ganas de hacer las actividades que debe hacer, las
que hace por gusto. Son, en el orden en que desaparecen, las que lo hacen antes que todas,
aun cuando pueden presentarse períodos de hiperactividad.
Lo siguiente son las actividades que el cuerpo puede hacer solo, pero que no son necesarias
para supervivencia. En el caso de una mujer, la menstruación. Se nota cómo poco a poco se
van espaciando los ciclos menstruales hasta desaparecer, como en una menopausia fuera
de tiempo, al menos biológicamente hablando.
Esto también hace que el organismo tome los nutrientes de donde puede, sobre todo de los
tejidos que no lo necesitan tanto como otros, llámese piel, huesos… cualquier cosa que no
sea necesaria para la vida, para las funciones básicas.
Es progresivo y puede llegar a ocasionar desde debilidad hasta un coma o la muerte, todo
esto porque el equilibrio que tiene el cuerpo, sobre todo el equilibrio químico, que es el que lo
mantiene vivo y funcionando correctamente, sufre alteraciones que le provocan diversas
enfermedades. Entre los indicadores físicos que pueden ayudar a diagnosticar la anorexia se
encuentran 1:
• Deshidratación: está causada en la mayoría de los casos por la poca ingesta de agua,
aun cuando esto rara vez sucede en un caso de anorexia nerviosa; también puede ser
por el empleo de laxantes y diuréticos, la cantidad de ejercicio que se hace, lo que
ocasiona que haya un sudor profuso, incluso excesivo. Esto desencadena en parte otra
afección visible. La orina es de un tono oscuro, entre amarillo ocre y marrón; los
riñones no funcionan como debería ser, lo que tiene como resultado cálculos e
insuficiencia renal, que contamina la sangre; entonces el corazón falla y el cerebro
también.
• Mareos: pueden ser por deshidratación o por falta de alimento y por lo tanto de
energía. Pueden durar más de lo normal y alteran la percepción de los colores y
sonidos, además del equilibrio.
• Edema: por la falta de agua, los tejidos se inflaman, intentando almacenar la poca que
queda en el cuerpo. Se puede observar en piernas, brazos y el abdomen. Esta es la
famosa “pancita” que tanto menciona una persona con anorexia y que puede esgrimir
como argumento, en dado caso.
• Desnutrición general: es una deficiencia en ciertos nutrientes, sobre todo en vitaminas
liposolubles, aunque pueden llegar a faltar también las solubles en agua. También hay
una falta de proteínas, existe el riesgo de que los minerales también escaseen, como
el hierro, que ocasiona desde anemia hasta un colapso del sistema linfático, fallas
renales, paros cardiacos y la muerte.
• Desequilibrio electrolítico: la falta de sales y otros electrolitos, que constituyen el medio
para que las terminaciones nerviosas funcionen correctamente, al igual que para
controlar los niveles de oxígeno en la sangre. Se pueden alterar debido a mayor o
menor volumen de líquidos con bajo/alto contenido electrolítico, vómito y uso de
productos laxantes o diuréticos. Es posible detectarlo gracias a la presencia de
calambres frecuentes.
• Concentración de otras sustancias: la mayoría de éstas, en cantidades mayores a lo
normal o a lo recomendado, pueden ocasionar diversas reacciones para las que el
organismo humano no está preparado; entre éstas se encuentran las que contienen las
plantas que se usan para infusiones, como la manzanilla, la hierbabuena y la menta,
que concentran, entre otras cosas, compuestos llamados taninos, que ocasionan un
mal funcionamiento en el sistema nervioso y pueden ocasionar la muerte, no sólo en
seres humanos sino en animales que llegan a pesar toneladas, como los elefantes;
existen muy pocos antídotos, y el cuerpo es incapaz de procesar incluso éstos.

De éste tiene el caso de Teri Schiavo, uno de los primeros de eutanasia en EU, ya que los
tés, que eran su único sustento, acumularon tantos taninos que cayó en coma.
Prosiguiendo con los síntomas:

• Hiponatremia: por otro lado, cuando la concentración de algún elemento es muy baja,
como en el caso del sodio y el potasio, primordiales para el funcionamiento de órganos
como el bulbo raquídeo, el cerebelo y otros, responsables de las funciones vitales.
También afecta a los pulmones, que acumulan agua en los alvéolos, causa náuseas, y
de hecho, en situaciones extremas puede llegar al cerebro, que se inflama
(hidrocefalia), causando la muerte.
• Atrofias: las primeras son musculares (en medicina se conoce como catabolia), ya que
el cuerpo toma las proteínas de allí para poder sobrevivir, seguidas por las óseas, por
la falta de vitamina D, que fija el calcio en los huesos, aunque éste también es
absorbido para mantenerlo en otras partes.
• Lanugo: el lanugo es un vello casi imperceptible que todo mamífero posee, sobre todo
en su gestación y hasta después del nacimiento. Se presenta en todo el cuerpo,
aunque predominantemente en los brazos, piernas y espalda; es una protección contra
las bajas temperaturas, ya sean exteriores o a causa de la inanición. Se puede
observar en casos de anorexia avanzada.
• Piel seca: tiene escoriaciones, se escarapela, tiene una coloración gris o azulada, por
la falta de nutrientes y la circulación insuficiente. Es muy delgada e incluso puede
ocasionar envejecimiento prematuro.
• Glándulas inflamadas: según la zona, puede ser por deshidratación, porque comienza
a haber un colapso (en el caso de las glándulas linfáticas) o por el vómito inducido,
esto en el área del cuello.
• Ruptura gástrica: es un adelgazamiento del estómago, al principio, en la mucosa que lo
recubre y lo protege de los ácidos (clorhídrico, encontrado en los jugos digestivos), y
posteriormente del tejido del estómago, lo que ocasiona úlceras, que pueden
perforarse.
• Desgarre del esófago: causado por los espasmos del vómito, que rompen los músculos
que controlan la deglución y el descenso del bolo alimenticio.
• Sangrado gastrointestinal: derrames en el tracto digestivo, que pueden llegar a
reventarse.
• Reflujo estomacal: cuando no es posible digerir la comida, se regurgita junto con
ácidos y enzimas responsables de las reacciones químicas para convertirlos en
sustancias más sencillas; llega al esófago, le ocasiona lesiones como quemaduras
graves, aumenta la posibilidad de desarrollar cáncer en el esófago, pulmones y laringe
(se detecta con la sintomatología similar del esófago de Barret, que es asociada a
inicios de cáncer, aunque es más frecuente darse cuenta cuando se diagnostican
daños en el páncreas).
• Laceraciones en diversas partes del cuerpo: tienen diversas causas, desde
quemaduras hasta golpes, heridas con objetos punzocortantes (esto último para
“olvidar” la sensación de dolor que sobreviene cuando el ácido quema el estómago). La
más evidente son las callosidades en los dedos (signo de Russell).
• Problemas dentales: el esmalte dental sufre una erosión por las enzimas y los ácidos
del jugo gástrico, así como una descalcificación.
• Osteopenia: la masa ósea está por debajo de lo requerido, a causa de una deficiencia
de vitamina D y calcio, lo que puede provocar osteoporosis.
• Osteoporosis: los huesos se adelgazan y el paciente es muy propenso a fracturas. Se
puede evaluar la densidad del hueso para hacer un diagnóstico del deterioro.
• Amenorrea: el ciclo menstrual se detiene debido a que las hormonas están en
desequilibrio.
• Ovarios poliquísticos: el desequilibrio hormonal ocasiona que en los ovarios se formen
quistes que pueden dañar permanentemente el aparato reproductivo femenino.
• Alopecia: pérdida y/o adelgazamiento del cabello.
• Aftas. Lesiones en la boca, a causa de los ácidos y enzimas, así como de los
espasmos que acompañan al vómito.

La anorexia se puede diagnosticar en el ámbito psicológico gracias a diversos indicadores,


los cuales se presentan a continuación:

• Un rechazo ya sea moderado o grande a estar en un peso corporal igual o por encima
del peso normal (no estándar, ya que en estas situaciones los estándares no son
aplicables), considerando la edad, la talla, la complexión y las necesidades calóricas
de cada persona
• Miedo o incluso terror al aumento de peso, aun cuando éste sea mínimo, ya que se
tiene la idea que tal cosa puede conducir a la obesidad. Puede ocurrir incluso en
personas que están muy por debajo de su peso normal.
• Alteraciones de la percepción del peso o de la figura, exagerando la importancia de
ambos en la auto evaluación de uno mismo y en la conducta y las reacciones
emocionales que se tienen a diario
• Ausencia de, como mínimo, tres ciclos menstruales consecutivos (esto se puede
determinar más acertadamente con análisis médicos). Esto se verá con más detalle
posteriormente, junto con los indicadores médicos.
• Conductas extrañas como ocultar la comida en sitios inusuales, jugar con ésta, partirla
en el mismo número de porciones, masticar y escupir, comer solo…
• Cambios en la vestimenta casi por completo, sobre todo uso de ropa holgada.

Hay conductas por demás extrañas, aquellas que no parecen propias de gente en su sano
juicio, pero que son ejecutadas creyendo que son las correctas. Entre algunos casos están:

• Ingesta de pastillas excesiva (llegando a literalmente cientos de ellas).


• Vómito en lugares inverosímiles, como vasos o latas.
• Engañar el hambre masticando desde chicle y hielo hasta lápices y trozos de madera.
• Regalar la comida
• Escupir bocados cuando no se les vigila
• Hacer más ejercicio de lo que es recomendado (al igual que con las píldoras, pueden
ser cientos de repeticiones)

Aunque el tratamiento en sí es sencillo, se necesita de un monitoreo externo para poderlo


llevar a cabo y que sea efectivo, por lo cual en muchas ocasiones los pacientes lo
abandonan. 8, 9, 10 16, 17
El monitoreo se debe hacer fuera de la familia, ya que por lo general los métodos que se
tienen no son los correctos, alcanzando incluso una franca manipulación para conseguir que
la persona se alimente de forma adecuada.
Las etapas por las que se pasa en un tratamiento para una persona que padece de esta
enfermedad (categoría en la que ha entrado recientemente) son:

• Dieta líquida: todo lo que se consuma debe ser de alto contenido calórico; de ser
posible, se incluirán bebidas con cierta cantidad de proteínas antes de pasar a la dieta
blanda. Se permiten bebidas azucaradas, incluso en el caso en que el esmalte esté
dañado, pues eso no se considera como prioridad en un diagnóstico de esta clase,
habiendo de hecho mucho más cuidado y atención en la gravedad del paciente.
• Dieta blanda: la dieta blanda es cualquier alimento que no presente trabajo al masticar
(a partir de aquí comienzan a tomarse en cuenta cualquier función aparte que tenga el
organismo, pues las funciones básicas están casi restablecidas) e igualmente deberá
contener una gran cantidad de calorías, predominantemente carbohidratos, como en
harinas y papillas hechas de granos (por ejemplo, la polenta, hecha de trigo, la sémola,
la avena y otros).

Después y a criterio del médico, se pasa a una dieta que se irá normalizando de manera
gradual, hasta completar el tratamiento.
Como se puede notar, se atraviesa por las mismas fases por las que lo haría un bebé, debido
a que el estómago y el sistema digestivo en general quedan en tan malas condiciones
después de haber sufrido anorexia, que resulta necesario “re-acondicionarlo”, con el objeto
de soportar la comida.
En algunas ocasiones se acompaña con medicamentos contra la depresión y/o para
contrarrestar la ansiedad, los cuales llegan a ser tan fuertes como para impedir el progreso
del paciente.
Estadísticamente se presenta en mujeres con una relación de 20 a 1, con respecto a los
hombres; esto quiere decir que de cada 100 diagnósticos, 95 pertenecen al sexo femenino y
sólo 5 al masculino.
Los tratamientos por regla general no son accesibles, a pesar de ser un problema que ha
tenido repercusiones muy graves en la actualidad, por lo cual son pocas las instituciones que
los dan gratuitos.
Las listas de espera son de aproximadamente 6 meses para conseguir un lugar, lo que causa
que la mayor parte de la gente que padece anorexia no logre hacer el tratamiento; entonces
es posible explicarse las muertes que ha habido.
En las clínicas especiales se han dado reincidencias, en índices aún lo suficientemente
bajos; no obstante, las técnicas que se utilizan pueden no ser las adecuadas, incluso si los
centros que atienden esta problemática dicen ser muy prestigiados y efectivos.

DATOS CURIOSOS 1,5

En algunos websites se comparte información y tips para adelgazar, que pueden ser tan
extremos como para provocar sufrimiento, todo esto intentando evitar las sensaciones de
alarma y de culpa, además de hacer “olvidar” el hambre que se tiene. El más famoso es
AnayMía, en el cual además, se hacen concursos.
Las jóvenes anoréxicas tienen su propia manera de identificarse (aparte de la evidente
delgadez): una pulsera de color rojo

Bulimia
Esta enfermedad tiene en su raíz etimológica un significado grotesco: hambre de buey, para
denotar que quienes la padecen tienen una necesidad atroz de ingerir grandes cantidades de
alimento, como el rumiante con cuatro estómagos a que hace alusión. 2
Los bulímicos pasan por periodos bivalentes: uno en el cual se sobrealimentan vorazmente,
lo que resulta un ensanchamiento temporal de la cavidad estomacal por exceso de comida,
ya que la ingestión precipitada de comida les provoca que también traguen aire al no
masticar ni deglutir con paciencia; un segundo periodo, casi siempre lleno de culpa y
remordimientos, en el cual se prometen y comprometen a no subir de peso.
Este paso entre uno y otro estado mental hace las veces de equilibrio compensatorio; es
decir, “se hacen daño” por comer excesiva y compulsivamente, así que el “remedio” es tomar
medidas drásticas que son castigos y “soluciones” a la vez.
Como mera definición se dice que un bulímico es un sujeto que tiene un peso normal o casi
normal, pero cuyos esfuerzos por mantener cierto control de lo que come y de su cuerpo
fallan constantemente, de tal manera que pasa hambre y ésta se manifiesta además de
modo cíclico en una forma de comer compulsiva. 9
La estadística señala que en su mayoría son mujeres quienes padecen este trastorno, se
tiende a determinar como “ellas” a los enfermos; sin embargo, hay hombres que la padecen
en una proporción de 1 a 10 con respecto a las mujeres. 1
Médicamente, a los periodos de sobrealimentación se les conoce como atracones, y suceden
con regularidad varias veces por semana; así, para que un individuo pueda ser clasificado
como bulímico debe, al menos, pasar por estas crisis, o sea atracarse, al menos dos veces
en siete días, y consecuentemente, crear actitudes compensatorias o equilibradoras, esto a
causa de la culpa por haber comido de más y sin control.
Este término, “sin control”, es real en la bulimia, pues el enfermo pierde la capacidad de límite
lo que respecta a la cuantificación de lo que come, y por otro lado, se vuelve ritualista en la
selección pues prefiere allegarse productos con un alto contenido calórico, además de
atracarse a solas y a escondidas de sus familiares y amigos.
La enfermedad se va agravando en la medida que va aumentando el número de calorías que
se ingieren en un lapso de tiempo predeterminado, por ejemplo 1:

• 2 horas, en las cuales se llegan a consumir entre 2000 y 40000 calorías, combinando a
de explicación una caja de galletas, 2 litros de helado, pastelitos y refrescos con gas.

Parece inverosímil que se pueda ingerir tanta comida chatarra en tan poco tiempo, pero es
total y absolutamente verídico.
Posteriormente sobreviene el sentimiento de culpa, los remordimientos, los insultos auto
infligidos y la decepción del propio enfermo por su comportamiento, diciéndose “no valgo
nada”, “no tengo disciplina”, “soy asqueros@”, “me voy a poner gord@”, “soy un(a) cerd@
asqueros@” y muchos otros por el estilo, lo que a veces es muy probable, por la ingesta
calórica que con frecuencia se tiene, de tal manera que aquí intervienen las ya mencionada
conductas compensatorias, reprobatorias y punitivas. 9
Hay dos tipos de bulimia nerviosa:
• Purgativa, que opera cuando la persona compensa en forma regular un atracón con
vómitos autoinducidos, laxantes, diuréticos o enemas (introducción de líquido por vía
rectal con una sonda o tubo, con el propósito de provocar evacuaciones del intestino
grueso).
• No purgativa, que ocurre cuando la persona compensa el exceso de comida con
ayunos severos o con ejercicio compulsivo y agotador.

Contrariamente a lo que sucede con la anorexia, en la bulimia las personas están


conscientes de que padecen un trastorno de la alimentación; aquí no existe una negación
psicológica de la enfermedad y el aspecto físico de los pacientes bulímicos no es tan notorio,
porque el cambio de peso no es grave y aun puede suceder que no haya alteraciones
significativas y que éste se encuentre dentro del rango de lo normal.
Por tanto, el diagnóstico médico en este caso es mucho más complicado, pues hay personas
que han logrado ocultar su bulimia por diez o quince años, pues a simple vista no es
detectable el sufrimiento o la afección de quienes la padecen, que por lo general son jóvenes
y del sexo femenino.
La bulimia se ha convertido en una epidemia del siglo XXI; a pesar de que su existencia data
de épocas bastante más antiguas considerada como patología, tiene antecedentes que lo
son mucho más, como fue el caso de la civilización romana, con los banquetes que ofrecían:
cantidades ingentes de todos los manjares imaginables (o al menos los existentes en
aquellos lejanos años), que la gente noble consumía (claro, los esclavos y la gente libre no
se daban estos lujos, ya que en su mayoría era extremadamente pobre, de lo cual sale aquel
dicho de “Al pueblo, pan y circo”, el cual surgió debido a que la gente común casi no tenía
sustento y debía en ocasiones acudir al espectáculo para poder obtener alimento), muchas
veces en exceso, para después vomitarla en habitaciones con instalación especial llamadas
vomitorium, los vomitorios.
Incluso con esos antecedentes, la bulimia nunca había tenido en toda su historia niveles
estadísticos tan altos como los que ha estado presentando, en que gran cantidad de
bulímicos echan mano de la conducta compensatoria del ejercicio físico, el cual no se realiza
como actividad sana, sino como una compulsión.
Hoy el aspecto físico vigoroso se ha convertido en una moda, una tendencia cultural
orientada a tener características como brazos firmes, vientre plano y en general músculos
fuertes.
Cabe añadir que gran cantidad de bulímicos recurren, al igual que los enfermos de anorexia,
al uso de anfetaminas.
Los pacientes que adolecen de bulimia pueden presentar diversos trastornos físicos, entre
ellos hay muchos que comparten con las personas afectadas ya por la anorexia 2, 3, 7:
• Hiperglucemia. Exceso de azúcar en la sangre, lo que conduce a diabetes y problemas
renales o hepáticos, además de ser un factor importante para desencadenar mucho
otros problemas más graves.
• Convulsiones por deshidratación, provocada por el vómito autoinducido y las
evacuaciones con excesiva frecuencia ocasionadas por los enemas.
• Desequilibrio electrolítico. El desequilibrio electrolítico lo causan dos factores: la falta,
(tiene mayor incidencia esto con respecto a que pueda sobrar) de sales en el
organismo y la hiperglucemia.
• Pancreatitis, donde las enzimas y los ácidos estomacales, comúnmente conocidos
como jugos gástricos o digestivos llegan al páncreas, gracias a las diversas lesiones
estomacales, por el consumo de laxantes, diuréticos o por el vómito autoinducido, ya
que pueden llegar a ser úlceras por las cuales pasan.
• Acumulación de grasa alrededor del músculo cardiaco
• Alto colesterol
• Deficiencias hormonales
• Arritmias cardiacas, que pueden derivar en verdaderos ataques al corazón
• Quistes ováricos, debidos a las deficiencias hormonales, ya que existe una estrecha
relación entre esta afección en específico y los trastornos alimenticios.

Al hablar de sí mismos, los individuos que sufren de bulimia tienden a hacer comentarios muy
similares a los que haría una persona con anorexia, puesto que los alimentos y el peso con la
preocupación esencial en ambos casos.
Para ellos, el no subir ni cien gramos es vital, y, en el caso de la bulimia, se es muy propenso
a aumentar y disminuir de peso considerablemente por la ingesta calórica excesiva y los
periodos purgativos.
Esta actitud los lleva a un desprecio hacia su propia persona, se avergüenza de “perder el
control” sobre su cuerpo (de hecho ya lo ha perdido, pero no lo sabe, o bien, sabiéndolo, no
lo admite frente a nadie).
La idea que tienen de su entorno, y en general de su vida, es que sería perfecta si no tuviera
nada que ver con comida, todo estaría bien.
Como agregado, tiene que enfrentar a diario las muestras de su incapacidad de autocontrol
en cuanto a sí y a lo que come.
En contrapartida, la persona enferma de anorexia está casi siempre hambrienta, pierde masa
corporal y eso la hace sentir que ha triunfado, le da a su hambre un sentido positivo.
La persona bulímica, al igual que la anoréxica, tiene la necesidad de crear y mantener cierto
sentido de sí misma, aunque las consecuencias riesgos físicos de su enfermedad son
diversas, y las estrategias de ayuda son diferentes a las utilizadas con los pacientes de
anorexia, aunque las terapias de salvación también aborda la necesidad de crear y
desarrollar un yo más fuerte pero no centrado en el control de los alimentos y del propio
cuerpo, cambiando sustancialmente las ideas que el paciente tiene sobre su persona y los
que lo rodean; suprimir una actitud impulsiva, variable, confundida y consentimientos de
culpa.
Igual que como sucede con la farmacodependencia y el alcoholismo (enfermedades a las
que, como ya se mencionó, se asimilan tanto la anorexia como la bulimia), la personalidad
del paciente cambia hasta ser irreconocible y sólo quienes viven muy cerca de éste lo notan.
Curiosamente, los pacientes con anorexia suelen despreciar a los bulímicos, argumentando
que el descontrol que sufren éstos nunca hará presa de ellos.
Por su parte, los bulímicos, que comen sin freno y se priva de alimento en forma alternada,
quien desesperada se purga, vomita o utiliza diuréticos y que está convencida de que si tan
sólo pudiese lograr o recuperar el control total de su apetito y su peso se solucionarían todas
las dificultades de su vida.
En forma simplificada se puede afirmar que la bulimia es la pesadilla de los anoréxicos y la
anorexia el sueño dorado de los bulímicos.
Es por ello que cualquier padecimiento alimenticio es finalmente una etapa distinta de una
misma enfermedad, pero ello no es un consuelo, sino un peligro mayor para quien la tiene.
Es muy importante saber que anorexia y bulimia no se contraponen ni son independientes
como patologías ya que ambas manifiestan alteraciones conductuales y físicas con relación a
un pensamiento controlador sobre su comportamiento.
Como ya se dijo en párrafos anteriores, ambas están englobadas en el mismo grupo que el
alcoholismo y la farmacodependencia; así que como éstos, se trata de un estado en el que el
comportamiento de la persona genera cambios físicos y psicológicos muy difíciles de dejar
atrás.
Comedores compulsivos 1, 15

Se denomina así a este trastorno porque las personas que lo padecen presentan una
tendencia irresistible y patológica hacia la ingesta de alimentos en una cantidad
desproporcionada, es decir, que no tienen control sobre su adicción a la comida.
Este trastorno lo sufren por igual hombres y mujeres, a diferencia de los anteriores que se
han expuesto, incluso en edades tempranas pues su origen no tiene absolutamente nada que
ver con problemas metabólicos, glandulares o de cualquier otro tipo.
Antiguamente, se creía que los “glotones”, aquellos sujetos que comían sin freno, eran
simplemente extraordinarios, con un gran estómago, y aun eran objeto de admiración.
Esto, por ejemplo, puede notarse en las expresiones que se utilizaban antes, como “qué
repuesto estás”, lo cual, a grandes rasgos, quería significar que la persona se veía rubicunda
e incluso pasada de peso.
Hoy se sabe que la tendencia a comer en exceso tiene una causa más profunda, que va más
allá de la simple gula, pues la compulsión por comer se origina como un mecanismo de
defensa o para intentar la superación de un problema o conflicto que pudiese haber
aparecido en la vida cotidiana; estos no necesariamente tienen que ser problemas insolubles
o graves, ya que esta patología de ninguna forma guarda proporción con el tamaño del
conflicto, si éste es de cierta o dudosa solución.
Puede ser un conjunto de circunstancias que dificulten en gran manera la consecución de un
fin, o un disgusto sin mayor complicación, pues, para el caso, el resultado no falla y siempre
es el mismo: quienes se ven envueltos en ese acontecimiento sienten de inmediato el
impulso de comer (lo toman como si fuera una compensación, para “olvidar” lo que hay
alrededor), para tratar de equilibrar casi cualquier emoción (ansiedad, miedo, ira,
desesperación, soledad, etcétera…).
Con los alimentos enmascaran y ocultan no sólo las emociones, sino los sentimientos que
son incapaces de controlar.
Los enfermos de compulsión por comer tienen una gran tendencia a rebasar el límite normal
superior de su peso saludable ideal.
La mayor parte de ellos tienen conciencia de que sus hábitos alimenticios no están dentro del
rango de la normalidad, pues su perfil psicológico es casi completamente carente de solidez
y fortaleza para soportar los cambios en su vida; esto los inclina a caer una y otra vez en el
hábito de comer excesivamente cierta clase de alimentos.
Es un círculo vicioso que no se puede romper sin ayuda de uno o varios profesionales
(médicos generales, nutriólogos, psicólogos), pues los comedores compulsivos una y otra
vez intentan reducir y mantener un peso sano, fracasando una y otra vez en su intento; son
proclives a seguir múltiples dietas: la de la Luna, la de los carbohidratos, la del plátano, la de
la toronja, etc.
También lo son a consumir tés, aguas e ingieren pastillas, jarabes y otros preparados cuya
propaganda promete reducciones drásticas de peso y recuperación de la “figura ideal” sin
esfuerzo alguno; o bien, adquieren cremas y jabones reductores con el propósito de bajar de
peso y estilizar su cuerpo.
Pero su problema es, como ya se dijo, más hondo, y tiene que ver con deficiencias de
carácter psicológico y emocional.
Cabe aquí señalar que su problema se agudiza en la actualidad, cuando las reglas sociales
establecen que la delgadez y la finura de silueta son valores estéticos aceptables, lo que
provoca en los comedores compulsivos un gran sufrimiento al no ser capaces de llenar las
expectativas sociales.
Es lo opuesto a la anorexia, donde quienes la padecen empiezan a dejar de comer y a hacer
ejercicio físico extenuante; los compulsivos no pueden evitar la ingestión de alimentos, y
tampoco tienen tendencia a realizar actividad física de ninguna clase; son más bien
sedentarios y contrariamente a los enfermos de bulimia, los comedores compulsivos no
vomitan lo que han comido, de ahí que su tendencia a subir de peso sea más notoria y
común.
Los especialistas en esta enfermedad han establecido parámetros de diagnóstico; definen
que el término “comer compulsivamente” es cualquier manera de alimentarse que no guarda
relación con el hambre fisiológica ni con el concepto de saciedad (sentimiento de satisfacción
o plenitud).
Esto quiere denotar que cuando las personas ingieren alimentos por motivos que no sean la
sensación de hambre o la necesidad de tener lleno el estómago, se habla de un comer
compulsivo.
Añaden los especialistas que todas las personas pueden caer en la compulsión por la comida
en diferentes momentos o situaciones vivenciales: esto significa que a cualquiera le puede
suceder que en un momento de mucho estrés o de problemas o conflictos que en apariencia
no tienen solución inmediata, sienta ansiedad y le dé por comer sin medida, y ello no significa
que es un comedor compulsivo, porque el hecho es aislado y rara vez vuelve a acaecer.
Es sólo cuando esta ansiedad que desemboca en comidas pantagruélicas llega a convertirse
en un mal hábito primero y posteriormente en un vicio o adicción, ya para esos instantes de
repetición cíclica cuando puede hablarse de un trastorno en la alimentación que inhabilita a
quien lo padece para ser una persona sana y feliz, pues se habla de un estado patológico, de
enfermedad real y destructiva.
Como se señaló en párrafos anteriores, la regla general establece que los comedores
compulsivos en su mayoría se dan cuenta de su padecimiento, no tienen la idea de negación
que acompaña a la anorexia y como resultado cada vez que se come sin límite desarrollan
un sentimiento de culpabilidad y desprecio por sí mismo, lo que va mermando su estado
psicológico a la par que el físico.
Además, a diferencia de los enfermos de bulimia, los comedores compulsivos no desarrollan
conductas compensatorias de su adicción, sólo comen y comen, arrepintiéndose una y otra
vez; planean y se proponen seguir nuevas dietas cada una más novedosa que la anterior,
pero al final no las siguen, así que aconsejarle a un comedor compulsivo que con una buena
dieta va a curarse, estar bien y saludable, puede ser tan devastador como recomendar a una
persona con anorexia que sólo coma y con eso sanará.
No es tan sencillo; ya se señaló que se requieren especialistas para proporcionar ayuda
profesional que los apoye y les indique cómo controlar su compulsión.
Esto solamente si están dispuestos a rehabilitarse, día con día, sin hacer propuestas a largo
plazo. 16
Es importante mencionar que en el caso de comedores compulsivos desde edad temprana,
lo primero es acudir con especialistas en medicina interna pues existe una enfermedad
llamada el síndrome de Willy Prader, en la que el paciente sufre de un trastorno del
hipotálamo y tiene un apetito feroz por falta de un regulador de saciedad. Es una enfermedad
muy poco común y peligrosa.
Vigorexia 6

Esta alteración o desorden de la nutrición no ha sido aún tratada con la debida seriedad por
múltiples razones, sobre todo porque no existe un tratamiento especializado para quienes
padecen por los resultados de su adicción.
En esencia, los adictos a la actividad física, la gente que sufre de vigorexia tienen además
compulsión por consumir alimentos catalogados como saludables y altamente energizantes,
con el propósito de conseguir ciertos parámetros físicos de tipo gimnástico y de alta masa
muscular.
En un principio este padecimiento apareció sólo en individuos del sexo masculino, pero en la
actualidad se ha extendido hasta llegar al punto en que también muchas mujeres la sufren.
Se sabe que en esta época se maneja mucho el concepto de respeto y tolerancia hacia las
diferencias y la diversidad, a las capacidades especiales o las formas de ser de cada
persona, pero, ¿realmente están convencidas las personas de tales diferencias?
Sí y no, porque por una parte la propaganda sobre la autoestima y la valoración personal
dice: sé tú mismo, irrepetible, etc.
Pero del otro se machaca repetitivamente que la apariencia física esbelta, fortalecida y
musculosa sea más aceptable que el “aspecto mullido”, relleno o redondeado.
La tendencia actual del aspecto exterior es perfeccionista: panza de lavadero, glúteos firmes
bíceps y brazos fuertes con notoria musculatura; nada de grasa en exceso, ni ”piel de
naranja”, o celulitis en parte alguna del cuerpo, además de un evidente color bronceado.
Es un prototipo físico que se ha puesto de moda y que es sumamente difícil de conseguir; es
aquí donde aparece el trastorno de la vigorexia.
Los especialistas pioneros en el estudio de este trastorno no tienen aún una patología
clasificatoria del mismo; no se esquematiza por una ausencia de alimentación como en la
anorexia, aunque sí presenta, como ésta, una compulsión por quemar calorías que quedan
depositadas en ciertas regiones del cuerpo en forma de grasa; tampoco hay periodos de
ingesta excesiva de comida, seguidos de conductas compensatorias (provocarse el vómito,
aplicación de enemas, tomar píldoras reductoras o diuréticos), como sucede en la bulimia; no
existe tendencia a darse atracones de comida por situaciones de ansiedad, tal como ocurre
con los comedores compulsivos, que se atracan ante su incapacidad para afrontar las
vicisitudes de la vida diaria.
Ninguno de estos síndromes se presenta en la vigorexia, por lo que es difícil detectarla en
etapas tempranas, es más bien cuando hay consecuencias nocivas en la salud que suena la
alarma, por más notorio que sea el trastorno.
Existe una pregunta acerca de la causa de que la vigorexia se incluya entre los demás
trastornos alimenticios, si los pacientes no están en condiciones de bajo peso, desnutrición u
obesidad; todo lo contrario, su apariencia física causa las más de las veces admiración y
muchas reacciones por el estilo; son esa clase de personas que tienen grandes músculos en
todo el cuerpo, muy marcados, todo fibra y cero grasa.
Un ejemplo muy común son los Mister Universo de los certámenes de fisicoculturismo, como
alguna vez lo fue Arnold Schwarzenegger.
A la mayoría de la gente le llaman la atención, pero esta exagerada apariencia en términos
médicos se reconoce como una patología, llamada dismorfia muscular.
Aquí, las personas tienen una obsesión por el volumen de su masa corporal, padecen, igual
que las personas con anorexia o bulimia, de una distorsión perceptiva y conceptual de la
realidad, como cuando se está en la Casa de los Espejos de las ferias o los parques de
diversiones.
Esos espejos que por sus curvaturas especiales, ya sean éstas cóncavas o convexas,
ofrecen una imagen grotesca del cuerpo humano.
Así es como las personas con trastornos de alimentación se perciben a sí mismas. Por ello
no tiene efecto alguno cualquier comentario que se les haga en el sentido de que no están
como están.
Cuando en la anorexia hay obsesión por la báscula, en vigorexia la hay por la medición
continua del aumento o disminución de la masa muscular o la dureza y fibrosidad de la
misma.
Así lo que en una persona normal puede provocar la búsqueda de medidas sanas, en la
gente con vigorexia se convierte en una obsesión y a veces en el termómetro emocional de
su vida: puede pasarse hasta doce horas metida en un gimnasio, haciendo pesas,
abdominales o lo que sea que se considere bueno para desarrollar la musculatura,
agregando además la rutina de ejercicios (normalmente es muy rígida y absorbente).
La distorsión conceptual surge cuando los enfermos creen con verdadera fe que todos sus
problemas se solucionarán cuando logren la meta fijada; el caso es que nunca la logran
porque siempre está presenta la distorsión perceptiva, que impide que se vean como
realmente son, además de que a su alrededor observan a otros individuos que, como ellos,
compiten por la obtención de un aspecto físico extraordinariamente musculoso, y en las
comparaciones, siempre resultan ser los perdedores.
Así como se ven revistas llenas de mujeres delgadas, prototipo de la nueva belleza, que por
mucho distan de ser los “ideales” a seguir, provocan la existencia de enfermos de anorexia,
así también se pueden descubrir un buen número de publicaciones en cuyas portadas
aparecen hombres y mujeres exageradamente fuerte, en poses que envían mensajes de
fuerza y poder; cuando se hojean esas revistas pueden observarse páginas entera de
anuncios y publicidad de productos, la mayoría de ellos anabólicos (que aceleran la síntesis
molecular) cuyo propósito es optimizar el rendimiento muscular del cuerpo humano. 18
Proteína de suero, creatina, taurina (éste es un energético), ácido linoleico, óxido nítrico,
glutamina y complejos vitamínicos de alta concentración cuyos efectos no son sólo
energetizantes, sino lipotrópicos, es decir, evitan la acumulación de grasa.
Existe además otro tipo de sustancias, que funcionan como anabólicos en el cuerpo humano:
los esteroides, que aunque son dañinos y su uso es ilegal, pues son considerados en el
mismo rango que las drogas.
Se les ha penalizado en relación a las competencias deportivas, sobre todo de nivel
profesional y sobre todo en las competencias olímpicas.
Está demostrado que dañan el metabolismo y deterioran el músculo cardíaco, pero, aún así
son usados con mucha frecuencia ya que son más veloces que las vitaminas naturales.
Fuentes de información

Bibliógraficas

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Editorial Plaza y Janés. México, 2003.
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Fuentes de información

Hemerográficas

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