Professional Documents
Culture Documents
Sucre - Bolivia
2008
Dedicatoria
A mis tres adorados hijos José Manuel, Janeth Laura y Thais Celeste, quienes en
cada momento de mi vida fueron y son la razón de mi lucha constante para
construir un futuro mejor...
A Dios, por permitirme gozar de buena salud, darme fe y fortaleza y de esa manera
cultivar mis conocimientos en el campo del Derecho.
A todo el personal del CEPI, quienes nos han brindado su valiosa colaboración y
orientación durante el desarrollo de este proceso de enseñanza y aprendizaje.
Al Lic. Farid Antezana Vedia, a la Lic. Mara Esperanza Quiroga Lema, A la Lic.
Carla Prado Cardona, al Dr. Hugo Plaza Cuenca, a la Lic. Narda Gonzales, Leticia
Abastoflor, quienes tan gentilmente me han motivado y me prestaron su orientación
oportuna, durante el desarrollo del curso, en la fase de elaboración y defensa de la
tesis.
I. Introducción……………………………………..………………………………………n. i
II. Antecedentes…………………………………………………………....……………......... ii
V. Campo de acción………………………………………………………………………..… vi
VI. Objetivo……………………………………………………………………………..…….. vi
Capítulo I.
Nociones generales
Capítulo II
2.2.1. Normativa internacional que fija los derechos Humanos de la Mujer……..…..… .27
.
2.2.2. Los Derechos Humanos de la Mujer en la legislación boliviana….………….…....30
Capitulo III.
Características de la propuesta………………………………………………………………………………… 48
3.1 penalización de la agresión familiar:
Un fin destinado a evitar la impunidad
De los agresores…………………………………………………………………….……………… .48
Conclusiones…………………………………………………………………………………………… 56
Recomendaciones……………………………………………..………………………………………...…. 60
Exposición de motivos…………………………………………………………………………..…. …. 61
Referencias ………………………………….…………….………………….……....… 78
Resumen
¿De qué manera el actual sistema normativo establecido por la Ley 1674, inviabiliza la adecuada
protección judicial de las Víctimas de Violencia en la Familia o Doméstica?
Esa deficiencia normativa como no podía ser de otra manera, ha dado lugar a que la
violencia doméstica se convierte en una práctica cas común especialmente en zonas rurales,
donde la información sobre la existencia de una regulación destinada a evitar la violencia
intrafamiliar es casi nula.
II Antecedentes
Uno de los principales propósitos del legislador al proyectar la Ley 1764, indudablemente era
erradicar palatinamente la violencia intrafamiliar. En ese orden, el año 1995, al entrar en
vigencia dicho marco normativo, se constituyó en un valioso avance legislativo y por ello la
finalidad específica del Estado boliviano estaba dirigida a erradicar ese mal.
No fue la vía más requerida por las victimas y tampoco fue la vía adecuada para frenar
y/o castigar adecuadamente a los agresores, toda vez que la propia normativa había establecido
un mecanismo antes que sancionador, uno de carácter conciliador, y a partir de ese
encausamiento procedimental las acciones ejercitadas por los victimadores no han sido
valoradas en su verdadera dimensión.
Así estructurado el campo donde debe concentrarse la protección legal, es indudable que se
trata de una medida de defensa social, donde la víctima y el agresor concurren como sujetos activos
de una acción donde una, ha violentado los derechos fundamentales de la otra parte, bajo esa óptica
jurídica, los poderes públicos no pueden estar ajenos a la acción ilegal del victimador.
Al respecto, el profesor Ferreira, hace resaltar que la violencia intrafamiliar, “constituye uno
de los ataques más flagrantes a derechos fundamentales como la libertad, igualdad, vida, la
seguridad y la no discriminación” (FERREIRA, 1988, pág. 278).
En ese contexto, a juicio del autor de referencia, el Estado a través del Poder Judicial, tiene
la obligación de adoptar medidas de acción positiva para hacer real y efectiva esos derechos,
removiendo los obstáculos que impiden o dificultan su plenitud.
De hecho la Ley, para que tenga efecto positivo en su propósito de tutelar derechos, debe
abarcar de manera idónea aspectos relacionados con la sensibilización e intervención en el ámbito
educativo, social y de atención posterior a las víctimas. Todo este bagaje de preceptos
asistencialistas, resultan inútiles si no se les otorga además de un adecuado procedimiento.
En el sistema legal boliviano, se confronta un fenómeno complejo, debido
fundamentalmente a que la Ley No. 1674, no ha previsto abarcar un procedimiento específico,
capaz de judicializar todos los actos que lindan con la Violencia Intrafamiliar en un sistema más
eficiente.
Con referencia a establecer un mecanismo legal apropiado capaz de facilitar la tutela de los
derechos de las víctimas en el caso de Violencia Intrafamiliar, el profesor Moreno, haciendo
referencia a la legislación española ha emitido el siguiente criterio:
“La ley introduce normas de naturaleza penal, mediante las que incluye dentro de los tipos
agravantes de lesiones uno específico que incremente la sacón penal cuando la lesión produzca
contra quien sea o hay sido la esposa del autor, o mujer que este o haya estado ligada a él por una
análoga relación de afectividad, aun sin convivencia. También se castigarán como delito las
coacciones leves y las amenazas leves de cualquier clase cometidas contra las mujeres
mencionadas con anterioridad.
La Ley para la prevención y erradicación de la violencia intrafamiliar ha de ser una ley que
recoja medidas procesales que permitan procedimientos ágiles y sumarios en el campo penal,
brindando protección a las mujeres e hijos, asico como medidas cautelares con carácter de
urgencia”. (MORENO, 1986. Pág. 280).
De esa manera en el sistema jurídico nacional, aún se mantiene en forma opcional la vía que
puede ser utilizada para tutelar a la víctima de una agresión intrafamiliar, cuando en la moderna
legislación comparada ese trato jurídico está regulado por un procedimiento especializado.
Esos son los fundamentos que justifican la necesidad de establecer un mecanismo legal
apropiado, y después de haber descrito la situación problémica y los antecedentes que hicieron a la
identificación del siguiente Problema Científico; destinado a brindar una tutela real y efectiva a las
víctimas de la Violencia en la Familia o Doméstica para evitar la reincidencia y la impunidad de los
agresores o actores, tipificando esos actos, como el “delito de violencia doméstica”.
I. Objeto de estudio
Proponer un régimen legal específico a efecto de brindar una protección real y efectiva a las
víctimas de Violencia Intrafamiliar o Doméstica, para garantizar un procedimiento oportuno a
las víctimas y evitar la impunidad de los agresores.
III. Objetivo
Establecer un régimen legal específico, proponiendo como figura penal el delito de violencia
doméstica, con una estructura especializada a cargo de los Juzgados de Violencia Intrafamiliar
y Domestica, con un procedimiento breve y sumario, a efecto de brindar una protección real y
efectiva a las víctimas de Violencia Intrafamiliar o Doméstica, dentro o fuera del domicilio del
hogar, entre personas que tengan o hayan tenido conforme a la ley familiar, relación por
matrimonio, unión de hecho o concubinato, para evitar la impunidad de los agresores.
El objetivo, se ha cumplido con la propuesta del proyecto de ley, que contiene cinco capítulos.
Un primer capítulo, de las disposiciones generales. El capitulo dos; con artículos referidos a las
medidas asistenciales, el capítulo tres normas sustantivas, el capitulo cuatro de la jurisdicción y
competencia, el capitulo quinto del procedimiento y las disposiciones finales.
- Demostrar que el actual sistema legal no tutela en forma efectiva los derechos de las
víctimas de agresiones intrafamiliares.
- Este objetivo, también se ha cumplido, porque existe un alto porcentaje de los hechos
denunciados que no son resueltos y son abandonados porque las audiencias son señaladas de
acuerdo al espacio existente en el Juzgado y en más de las veces son programadas para dos o
más semanas después.
- Que el actual sistema normativo establecido en la Ley No. 1764 de 15 de diciembre de 1995,
Contra la Violencia en la Familia o Doméstica, inviabiliza la adecuada protección judicial de las
víctimas de Violencia Familiar o Doméstica.
- Más allá de que dicha normativa, sea un referente al que las víctimas hayan recurrido para la
defensa y protección de sus derechos afectados, el aparato de la administración de justicia se ha
convertido en un obstáculo para los fines establecidos, debido al excesivo movimiento judicial,
la falta de recursos humanos, creación de más juzgados y la reincidencia de la comisión de los
actos de violencia familiar o doméstica, ocasionando el abandono de las causas.
- Establecer una adecuada norma legal, eficiente y eficaz para proteger a las víctimas de violencia
intrafamiliar y evitar la reincidencia y la impunidad de los agresores y justificar la
implementación del delito de violencia doméstica, con sus específicas connotaciones para su
establecimiento.
VI. Métodos
Tomando como base el paradigma socio-crítico, se ha utilizado un grupo de métodos dentro de los
que se citan los siguientes:
Permitió seleccionar el material necesario para establecer las bases de la propuesta, asimismo, ha
permitido justificar que la lucha por la defensa de los derechos humanos de la mujer ha sido
incesante, hasta lograr que en algunos Estados del continente, ya se ha legislado al respecto y se
ha tipificado la violencia intrafamiliar como delito. Asimismo, la jurisprudencia internacional de
España y del Estado Federal de México. El que ha sido utilizado especialmente para configurar el
capítulo primero, referente al marco teórico, el marco conceptual y contextual y la propuesta en el
capítulo tercero.
Los métodos deductivo e inductivo, han permitido obtener los conocimientos de la normativa
internacional respecto a los derechos de las personas y particularmente de las mujeres, para luego
conducir al conocimiento a nivel continental, nacional para centrar el mismo en lo que representa
la Provincia Quillacollo. Cuyo resultado, ha permitido llegar a la conclusión de que la
problemática relacionada con la insuficiencia de la normativa que regula la violencia familiar, no
permite impartir justicia en varios casos que se presenta, en el quehacer diario del ejercicio de la
administración de justicia.
El método sistémico: Por medio del cual, se ha establecido en el derecho comparado que ya existe
en la normativa de otros países latinoamericanos, una regulación especial respecto al delito de
violencia intrafamiliar o doméstica y ha permitido establecer, cual las semejanzas y diferencias de
otros procedimientos en las leyes contra la violencia familiar y domestica de otros países, que
permitió también identificar las relaciones sobre los diferentes componentes de la Ley 1764 Contra
la Violencia Familiar y Doméstica. El método comparativo, ha permito establecer que a nivel del
continente, en los países donde se tiene arraigado el machismo, existe un gran avance en las
legislaciones respecto al tema.
- Entrevistas directas a un universo de 100 mujeres de los distritos tres y cinco del Municipio de
Quillacollo, del Departamento de Cochabamba.
- La muestra es de diez jueces encuestados, quienes manifestaron que puede ser una propuesta
viable, pero por el tipo de sociedad machista imperante en Bolivia, los centros de reclusión o
penitenciarias colapsarían, debido a que en el actual sistema penal ya existen muchos
cuestionamientos, referidos al incumplimiento de los plazos procesales previstos en el Código
de Procedimiento Penal y la población recluida cada vez reclama más espacio para vivir.
- Entrevistas verbales a veinte mujeres, que son víctimas de violencia física, sexual y psicológica,
que tiene trámites de violencia domestica y familiar en el Juzgado de Instrucción de Familia de
Quillacollo, de las cuales doce de ellas, han manifestado que no han encontrado justicia y que su
agresor se convierte más violento y agresivo, burlándose del sistema jurídico.
Entrevistas verbales a cien mujeres de los distritos tres y cinco del Municipio de Quillacollo,
en los cuales de cada diez de ellas tres confirmaron haber sufrido violencia física y psicológica y en
el otro distrito, el 25% de ellas confirmaron haber sido víctimas de violencia intrafamiliar. Aspecto,
que denota que esas víctimas de violencia familiar, aun prefieren guardar silencio respecto al tema.
Capítulo I
Nociones generales
Uno de los aspectos cruciales que hoy confronta la sociedad, tiene que ver con la individualización
real de una víctima de la llamada Violencia Familiar o Doméstica, en el entendido de que una
efectiva protección a esas personas, no pasa solo por contar con una marco normativo específico,
pues además, es preciso que tales reglas normativas sean efectivas en cuanto a su propósito
esencial cual es brindar una adecuada protección a las víctimas de agresiones intrafamiliares.
Víctimas han existido siempre, pero eran invisibles porque se las consideraba el precio
obligado de la marcha de la historia –esta afirmación corresponde al profesor Reyes Matos – según
este doctrinario, ahora esas víctimas, se han hecho visibles y eso significa que denuncian su destino
como una injusticia que pide justicia.
Lo señalado por el autor antes citado no es una simple versión retórica, es el resultado de un
hecho real que vive la sociedad. Dicho de otra manera, la violencia doméstica constituye un
fenómeno social de alcance mundial, que está marcado por dos dimensiones que se reflejan a través
del daño personal y el daño causado a la sociedad.
No se puede descartar en este análisis la violencia de género, la misma que se caracteriza por
actos de discriminación y desigualdad a las que son sometidas las personas del género femenino.
Esta consecuencia nace como efecto del papel social atribuido a la mujer a lo largo de la historia –
dice María José Benítez-
Visto de esa manera esta otra forma de violencia, constituye un hecho social distinto a la
violencia doméstica, toda vez que un análisis específico de la violencia de género no permite la
incorporación de un estudio relacionado con la agresión conyugal, en cuyo seno se originan la
mayoría de los actos relacionados con la violencia intrafamiliar.
1
BACA, E. et. al. “Las Víctimas de la Violencia”, Edit. TRIACASTELA, Madrid – España 2003, Pág. 75
De este análisis se desprende que un estudio relacionado con la víctima de la violencia
doméstica obliga a la realización de un análisis más preciso del campo donde se originan las
agresiones y de esa manera poder individualizar las condiciones objetivas del hecho.
Al respecto Emile Durkheim, hace resaltar que la violencia intrafamiliar abarca un área muy
amplia del abuso, incluyendo el abuso conyugal y aquel que pone en peligro la seguridad o
integridad de un menor, en ese orden según la autora de referencia, cualquier acto amenazador o
violento, aún si el acusado no pretendía dañar o poner en peligro la seguridad de la víctima, puede
ser motivo de enjuiciamiento.
Una descripción más precisa de los actos calificados como abuso intrafamiliar, permite
señalar que puede presentarse en forma de amenazas, intimidación, acoso, daño físico, abuso
sexual, daño moral y psicológico, abuso social y a menores. Así se tiene que, cada una de esos
hechos, se manifiestan de la siguiente manera:
Violencia Física: caracterizado por ser una acción premeditada no accidental capaz de provocar
daño físico, enfermedad o riesgo de padecerla.
Violencia Psíquica y Moral: que se expresa a través de acciones y conductas asumidas por el
agresor y que están dirigidas a alterar factores emotivos, afectivos, tales como insultos, amenazas,
humillaciones y aislamiento.
Violencia Sexual: donde el agresor utilizando la fuerza, el abuso de poder o autoridad intenta violar
la libertad sexual de las persona y en su caso consumarla.
Violencia Económica: acto agresivo que se manifiesta a través de actos ligados con la desigualdad
en el acceso a los recursos económicos que deben ser compartidos; desigualdad en el disfrute del
derecho a la propiedad o a la educación y a un puesto de trabajo.
Explotación Laboral: La explotación laboral y mendicidad, son situaciones a las que es sometido
mediante abuso de poder, fuerza o violencia un miembro de una determinada familia, aún sin
considerar edad, sexo, formación o que se consideren humillantes o antisociales.
Ese mal social de tanto arraigo en la sociedad boliviana está situado en sectores sociales de
mucha vulnerabilidad tales como familias de escasos recursos y poca cultura, así como los menores
y mujeres.
Esa realidad exige proponer la implementación de medidas legales más eficaces, de tal
forma que su aplicación no solo facilite una adecuada protección a las víctimas, pues además debe
tender a que la violencia familiar disminuya.
Aun cuando el sistema ha previsto el apoyo social, psicológico y legal para la víctima, sin
embargo tales iniciativas, no garantizan la reparación del daño causado, eso está demostrado por los
resultados develados estadísticamente y de esos resultados se desprende que la normativa no es
justa, de hecho la víctima está completamente desprotegida, eso está constatado a nivel incluso de la
judicatura que a falta de normas precisas el juzgador se siente impotente para impartir una decisión
justa y de acuerdo al daño causado.
Esa frágil protección que se brinda a la víctima de una agresión familiar, se ha convertido en
un recurso pernicioso para los agresores que ante la venia del sistema legal no tiene ningún
problema de incurrir en reiteradas infracciones legales y de esa manera la víctima se convierte en
blanco fácil del agresor y de la propia normativa.
Hacer referencia a la víctima de una agresión familiar, no tiene una finalidad solo doctrinal: para el
presente trabajo además es de mucha importancia identificar el contexto social y jurídico que ocupa
un sujeto de esa naturaleza.
La víctima, más allá de las diferentes definiciones que sobre ella se han sistematizado, es la
persona que sufre una determinada agresión, de hecho no debe ser considerada como tal solo
aquella que ha sido perjudicada por un acto criminal, también deben considerarse como víctimas
los 40.000 niños que mueren a diario en el mundo – esta reflexión fue realizada por James Grant,
director de U.N.I.C.E.F -.
De esa manera queda también individualizado el rasgo de las víctimas sociales, que sin lugar
a dudas se diferencian de una víctima de un hecho criminoso, sin embargo el daño que sufren las
llamadas víctimas sociales, puede superar en algunos casos al que llega a sufrir un sujeto
perjudicado por un acto delincuencial.
Aun cuando suele decirse que la comisión de un delito afecta a toda la comunidad, sin
embargo dentro esa misma comunidad, quien es víctima de una agresión intrafamiliar sufre más que
el resto debido a que se la revictimiza con la aplicación de un sistema legal complicado e ineficaz a
la hora de hacer justicia.
Esa situación emerge a raíz de que en el sistema legal se han establecido reglas para el trato
jurídico de aquellos casos relacionados con la agresión doméstica, contraponiendo de manera
inequívoca los derechos de la víctima con las del agresor.
Si bien el actual sistema establece una marco legal enteramente asistencial a favor de la
víctima, sin embargo no ofrece una garantía real respecto a la tutela que debe brindar al bien
jurídico que se protege a través de la Ley 1674: eso está reflejado por la gran cantidad de casos que
no arribaron a una solución razonable y la víctima siempre ha llevado la peor parte.
En éste último sentido es fácil advertir que: lo que en realidad falla, es el sistema legal
existente, donde a partir de la implementación de un régimen normativo mixto que determina el uso
de la vía penal solo con carácter opcional, se ha desnaturalizado el espíritu de la Ley que según está
descrito en esa misma normativa, fue creada como una estrategia nacional para la “erradicación en
Bolivia de la violencia en la familia”.
1.2.1 Victimización Primaria.
A propósito de esta particularidad el Profesor Bustos, hace resaltar que los pesares de la
víctima, según se ha repetido hasta la saciedad, no acaban cuando acude a una Comisaría a
denunciar. “En este sentido suele, distinguirse entre lo que la doctrina denomina victimización
primaria y victimización secundaria.”2 En ese contexto según el citado autor:
La elocuencia de ese punto de vista expuesto por el autor de referencia, permite comprender
que la víctima de una agresión intrafamiliar al margen de haber sufrido un daño moral o físico, debe
además soportar las contingencias que le depara el medio social y toda esa realidad sociológica ha
venido en llamarse doctrinalmente como la victimización primaria.
Cuando la víctima de un delito se dirige a la policía debe ser tratada de tal forma que no
sufra ningún daño psíquico adicional. Precisamente eso está legal y doctrinalmente recomendado.
Ahora bien, mientras que en determinados ámbitos de delitos la situación de la víctima está
muy estudiada y la sociedad y el propio estado están enormemente sensibilizados hacia su situación,
sin embargo en la Ley de Violencia Familiar no se le ha otorgado la debida atención principalmente
en todo lo relacionado a su protección jurídica. Esta realidad que se vive también en el contexto
internacional ha sido puesta de manifiesto por María José Benítez mediante el siguiente comentario:
2
BUSTOS, Ramírez Juan. “Victimología Presente y Futuro”, Santa Fe, Bogotá, Edit. THEMIS, 1993, Pág. 83.
3
Ibíd. Pág. 85
4
BENITEZ, Jiménez María José. “Análisis de la Política Criminal Española Sobre la Violencia de Género”, Edit. SEPIN,
Madrid 2005, Pág. 142.
Está visto que la sociedad juega un rol significativo en la producción de políticas destinada a
establecer una adecuada defensa social frente a la proliferación de actos que en determinadas
circunstancias se tornan incontrolables, como es el caso de la violencia familiar y es a partir de
experiencias de esa naturaleza que surge la necesidad de implementar normas capaces de ejercitar
una adecuada protección a las víctimas.
De esa manera nace la llamada victimización secundaria, caracterizada porque deriva de las
relaciones de la víctima con el sistema jurídico. Consecuentemente, la victimización secundaria se
considera aún más negativa que la primaria porque es el propio sistema el que victimiza a quién se
dirige a él pidiendo justicia.
Ahora bien, luego de haber descrito esa clasificación doctrinalmente sustentada y que está
relacionada con la llamada victimización primaria y secundaria, es importante puntualizar que tales
tipologías, son clasificaciones desarrolladas por diversos autores para estudiar el rol de la víctima
en el hecho conflictivo que se la tuvo como sujeto pasivo.
Pero tales rasgos, no deben ser entendidos como categorías definitivas, inamovibles y
aplicadas de forma mecánica, ya que cada hecho debe ser analizado en forma individual de acuerdo
a las especiales y particulares características del mismo. Las tipologías sirven a los fines de poder
aglutinar en grandes grupos aquellas características más significativas de las personas
individualizadas como víctimas.
1.3 Ámbito donde debe ser protegida la víctima de violencia familiar o doméstica.
Los datos estadísticos, la doctrina y la práctica de la judicatura, permiten confirmar con absoluta
precisión que el actual sistema legal que regula la violencia familiar en Bolivia, lejos de contribuir a
una racional erradicación de ese mal social, ha causado más confusión, fundamentalmente porque
en la praxis, la solución legal de los casos se torna caótica, debido a que su tratamiento debe pasar
por instancias en las que privilegiando etapas conciliadoras, convierten a la víctima de una agresión
doméstica en un sujeto extremadamente pasivo que debe renunciar tácitamente a la acción de la
justicia en aras de la unidad familiar.
Ante esa realidad es fundamental tomar en cuenta los estudios victimológicos, con la
finalidad de hacer ver que una víctima no solo debe ser tratada en esferas asistencialistas de hecho
una persona que sufre agresiones de tipo moral y físico, necesita que se haga justicia.
En ese orden no puede dejar de mencionarse el punto de vista expuesto por el Profesor
Bustos, quien refiriéndose al tema, afirma que: existen innumerables conductas socialmente
admitidas y jurídicamente permitidas que presuponen la desigualdad entre el hombre y la mujer, la
superioridad de aquél sobre ésta y que, además, comportan o conllevan actuaciones que atentan
incluso contra bienes jurídicos importantes. En ese contexto a juicio del autor de referencia:
Más bien al contrario, los victimizadores actúan cumpliendo las normas del rol social que
desempeñan. En este caso, incluso existen supuestos donde lo que "está bien" es colocar a la
víctima en ese lugar y son las propias instituciones las que colaboran al mantenimiento de esa
injusta -desde un punto de vista material-. En este sentido, es plenamente válida aquella observación
según la cual "lo injusto no es siempre lo ilegal"5.
Así configurada la idea de la victimización, importa precisar que ese tipo de acto ofensivo,
no sólo pueden sufrir las mujeres: en general, los miembros de los grupos marginados social y
económicamente suelen ser objeto de ya sea de conductas individuales directamente victimizantes,
o de acciones de evidente injusticia marcadas por actos de sometimiento o de supresión de derechos
como consecuencia de la permisibilidad de la sociedad con determinadas conductas atentatorias
contra los más básicos derechos humanos.
En ese sentido existe una clara distinción entre la victimización no derivada del delito que
está generalmente fundamentada en una situación, que emerge de la propia victimización social,
materializada por el abuso, la prepotencia económica y social frente a grupos marginados o
especialmente débiles.
En ese camino tortuoso donde la premisa es intentar establecer con claridad los derechos de
las víctimas, ni siquiera el género femenino está adecuadamente protegido, eso se advierte de ciertas
conductas en las que el agresor que ha desplegado una acción antijurídica y ha consumado el acto
comisivo, en consecuencia hacerse merecedor del reproche penal, sin embargo el sistema no
facilita a la víctima para que pueda encaminar un adecuado procedimiento destinado a lograr una
solución justa frente al daño sufrido.
5
BUSTOS, Ramírez Juan. Ob. Cit. Pág. 118.
Son escasos los padres o maridos autores de tales hechos que son condenados por la
comisión de delitos perpetrados en el seno familiar, decía el Profesor Oñativa, deficiencia que a
juicio del autor citado se debe entre otras razones a la indefensión de su víctima y a unas
legislaciones muy conservadoras. Por tanto según el autor de referencia: una de las formas más
comunes de victimización social es la que sufre la mujer desde tiempo inmemorial formando parte
estructural de la mayoría de las culturas.
Toda una gama de rituales, costumbres, símbolos, palabras, nos demuestran a qué grado de
victimización se llegó en las distintas culturas –señala el autor de referencia – por tanto según el
doctrinario anteriormente citado: “En este sentido parece que se ha llegado a un consenso
generalizado sobre que la Política Criminal oficial tiene por misión no solamente ni principalmente
infligir al delincuente una sanción apropiada para restablecer el orden jurídico violado, sino también
y ante todo, lograr que la víctima se beneficie de la seguridad ofrecida por las disposiciones sociales
y estatales; hoy, llegar a ser víctima no se considera un incidente individual sino un problema de
política social, un problema de derechos fundamentales”.6
Es innegable que las políticas de sensibilización de la sociedad en los últimos años ha ido
en aumento y la necesidad de una adecuada protección de personas que han sufrido con especial
intensidad los efectos de la violencia doméstica está llegando a ser comprendida en su verdadera
dimensión, más aún si el escenario real de esas prácticas está en el seno familiar.
Lo precedentemente expuesto permite admitir que están dadas las políticas destinadas
considerar la necesidad de encontrar el camino correcto en cuanto al tratamiento jurídico de las
víctimas de la violencia doméstica, es decir, existen importantes avances respecto de la víctima, en
ese contexto, es posible lograr una mejor y adecuada consideración de sus intereses.
Así analizada esta problemática es posible asegurar que en el contexto jurídico boliviano
existe una asignatura pendiente en el abordaje del conflicto, donde no es exagerado insistir en la
necesidad de ampliar los derechos y garantías de las víctimas de agresión familiar.
Una revisión imparcial de la historia y la doctrina permite conocer no solo el curso que ha recorrido
la normativa que se ha ido sistematizando en procura de establecer reglas capaces de brindar una
adecuada protección a las víctimas, en ese orden, además de esos esfuerzos legislativos se ha
implementado una verdadera doctrina científica: la Victimología.
6
VILLARRUEL, F – OÑATIVA, X. “De Víctima del Delito a Víctima del Proceso Penal, Edic. DEPALMA, Buenos Aires,
2004, Pág. 76.
valioso en el campo de la identificación de los derechos fundamentales de las víctimas y la
necesidad de asegurar sus derechos de una manera más justa.
Esos conceptos hoy superados, definen a la víctima como sujeto pasivo del hecho comisivo,
que sufre los efectos de un acto antijurídico, en consecuencia desparece esa visión paralela que se
tenía entre víctima y agresor.
“1.- La Psicología Social que crea los marcos teóricos adecuados para el desarrollo de la ciencia
Victimológica.
2.- El interés por la víctima que se despierta en EEUU a partir del asesinato de Kitty Genovese,
atacada en la puerta de su casa por un individuo, que tardó treinta minutos en consumar el asesinato,
sin que ningún vecino la ayudara o llamara a la policía.
3.- El fuerte movimiento feminista de estos años que exige una mayor atención contra la violencia
dirigida específicamente contra la mujer y que dirige fuertes críticas al enfoque etiológico de la
Victimología.
Ahora bien, considerando el tema objeto de este enfoque doctrinal, es necesario resaltar que
el objetivo de los estudios victimológicos es, generalmente, la víctima del delito. En este sentido, tal
y como ha sido doctrinalmente sintetizada, la Ciencia Victimológica debería tratar no sólo con
víctimas del delito, sino con todo tipo de víctimas al igual que la medicina se ocupa de las distintas
enfermedades.
7
VILLARRUEL, F – OÑATIVA, X, Ob. Cit, Pág. 160
8
Ibid. Pág. 165.
Comprendida de esa manera la Victimología, constituye un valioso factor que junto a la
Política Criminal sirve como impulsor en la sistematización de métodos de cobertura a favor de la
víctima incluso en aquellos casos de agresiones no jurídicas, pero que deberían serlo.
Por las características de la problemática que se investiga, es fundamental realizar una disquisición
de este estudio relacionado con la victimología, considerando esencialmente la situación de la mujer
en tanto que víctima de hechos penalmente descritos y otros que no están tipificados como tales
pero que de igual manera atentan sus derechos fundamentales.
En ese orden, de acuerdo a las referencias doctrinales que se tienen es posible describir
algunas clasificaciones que se han realizado respecto a la situación de la mujer considerada víctima
de una agresión sea penal o intrafamiliar. En ese contexto, a continuación se realizará una
descripción de aquellos tipos de víctimas que a juicio del Profesor Manzanera, son los más
estudiados.
Según el referido autor en la mayoría de los casos, las víctimas quedan con secuelas
psicológicas, al margen por supuesto de que tienen que soportar la denominada victimización
secundaria. Están comprendidas en esta clasificación: las Víctimas por marginación social; Madres
maltratadas; Mujeres seniles; Mujeres Trabajadoras.
Al margen de la identificación tipológica que algunos autores han incluido en sus obras, con
la intención de poder enriquecer los distintos estudios victimológicos, sin embargo hablar sobre
víctimas femeninas es siempre un tanto imparcial –señala Hilda Machiori – debido a que la mayoría
de los estudios realizados no siempre constituyen una cabal interpretación de la realidad.
“Se puede afirmar que los estudios victimológicos, tal como se plantean desde la mayor
parte de la doctrina, sobre víctimas femeninas son infecundos y parciales, puesto que solo tienen
9
VILLARRUEL, F – OÑATIVA, X. Ob. Cit. Pág. 181.
por objeto las víctimas del delito, mientras que las mujeres, como hemos destacado, son víctimas de
muchas conductas agresivas que no se consideran delito. Y cuando la conductas sí se considera
delito, la inutilidad de las instituciones penales es tan absoluta, que quizá lo mejor es no acudir a
ellas, con lo cual, al no ser denunciados los hechos, no entramos en el circuito de lo penal y la
víctima quedará también al margen de los estudios oficiales. Finalmente, desearía recalcar la idea de
que cuando la mujer es víctima de un delito contra la libertad sexual, o en el seno del ámbito
familiar y, en general, en atentados contra su dignidad como persona y como mujer, las
instituciones penales fracasan de forma estrepitosa y se muestran incapaces, primero, para resolver
el conflicto social que late en el fondo y, segundo, para dar satisfacción a la víctima y castigo al
agresor.
Este mismo déficit confronta en la actualidad el sistema legal boliviano debido a que la
normativa contenido en la Ley 1674, deja a la víctima de una agresión familiar librada a los
resultados de un trámite administrativo, instancia que minimiza en grado sumo la acción antijurídica
del agresor.
10
MACHIORI, Hilda. “Criminología: la Victima del Delito”, Edit. PORRUA, México, 1998, Pág. 56.
Capítulo II
De esa manera el sistema legal implementado con miras a enfrentar la violencia doméstica
en Bolivia, ingresa al ámbito de los Derechos Humanos declarado a favor de la mujer.
Es esencial ingresar a este tipo de estudio, porque a partir de la constatación teórica de esta
realidad se podrá justificar en grado sumo la necesidad de establecer un marco legal apropiado para
el sistema legal boliviano a fin de tutelar en forma efectiva a quienes resultaren víctimas de
agresiones intrafamiliares.
En ese orden no es exagerado señalar que el género femenino, está en el grupo de sujetos de
mayor vulnerabilidad, precisamente en virtud de esa variable, la Lic. Navarro, considera que a nivel
de las organizaciones de mujeres, se está trabajando en procura de combatir la violencia de género.
A tal efecto, esas iniciativas tienen como principal norte influir en los distintos países, a fin
de que tales iniciativas destinadas a erradicar la violencia de género estén convenientemente
respaldadas principalmente con disposiciones normativas idóneas.
Con relación a esa exigencia Ana Badilla, indica lo siguiente: “En estos días, se está
escribiendo mucho sobre la violencia. Sin embargo tengo la sensación que se está hablando poco
sobre las mujeres”11, pues a juicio de esta doctrinaria, mientras los gobiernos de los distintos países
se desgastan en falsos debates, las mujeres siguen sufriendo la violencia de género, sin que los
poderes públicos hayan puesto todos los recursos a su alcance para poner fin a esa situación.
En suma tal y como señala el Profesor Máximo Pacheco, las legislaciones nacionales de los
distintos países, tienen el compromiso de aunar esfuerzos legislativos en procura de sistematizar un
marco legal apropiado al momento, es decir producir:
“Una Ley Integral contra la Violencia de Género basada en la pertenencia al sexo femenino
que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si
se producen en la vida pública como en la vida privada. Por lo tanto, establece tanto las penas a los
agresores como la protección y el apoyo a las víctimas en el marco de esta violencia”12.
Pero no solo eso, los distintos estudios y enfoques sociológicos que se han ido
sistematizando respecto a la temática de la mujer y su grado de vulnerabilidad frente a la violencia
que bajo distintas formas se materializa en el contexto social, permiten conocer en forma precisa ese
lado dramático que aqueja a las personas del género femenino.
Dentro este tipo de enfoque analítico, existen opiniones como las de Virginia Arango, que
orienta una forma diferente de poner fin a la agresión de género y sugiere acabar con la desigualdad
que existe entre un hombre y una mujer: en ese orden -asegura la autora de referencia – que más
allá del debate jurídico sobre la necesidad de instituir reglas apropiadas, “es necesario construir un
debate social que rechace esta situación en todas sus manifestaciones”13
La vulnerabilidad como hecho social, constituye una situación de riesgo derivada de las
condiciones sociales y económicas, donde la mujer por su condición de género casi siempre se
convierte en el soporte material de una familia, no solo porque es la procreadora de los
descendientes, sino también porque a su cargo está la preservación de su entorno.
11
BADILLA, Ana Elena. “La Discriminación de Género en la Legislación Centroamericana”, Publ. Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, 1996, Pág. 66.
12
PACHECO, Gómez Máximo. Los Derechos Humanos de las Mujeres”, Edit. Jurídica de Chile, Santiago de Chile
1982. Pág. 67.
13
ARANGO, Durling Virginia. Derechos Humanos de la Mujer, Edic. PANAMA S.A., Panamá 1994, Pág. 44
En ese orden, no es casual que una gran parte de los mecanismos legales de corte
internacional, están dirigidas a la defensa de los derechos humanos de esas personas. Sin embargo,
es importante tomar en cuenta que la vulnerabilidad de esas personas también puede estar influida
por causas que se generan al interior de la sociedad, es decir causas exógenas como las
mencionadas anteriormente y están identificadas como factores socioeconómicos y de orden
jurídico y es lo que en doctrina se la denomina como vulnerabilidad típica.
La vulnerabilidad, también puede estar expresada en factores de orden biológico y ese grupo
de personas están clasificadas por sus capacidades biológicas diferentes como efecto ya sea, de la
edad, el sexo, las minusvalías físicas, sensoriales o intelectuales.
Este enfoque analítico permite concluir indicando que el sistema jurídico boliviano, debe
propender a una protección efectiva de la mujer en tanto que sujeto vulnerable, pues tal y como
señala el profesor Gómez Pacheco, es preciso instituir figuras jurídicas destinadas a proteger a
personas vulnerables de la sociedad, “logrando una eficaz defensa de los derechos e intereses de
estas personas mediante un acceso rápido y efectivo a la justicia”.14
14
PACHECO, Gómez Máximo. Ob Cit., Pág. 73.
labor, está orientada a promover la integración de la perspectiva de género en todo el ámbito de la
Organización de Estados Americanos. A propósito de este fenómeno socio jurídico, la autora citada
ha expresado lo siguiente:
La preocupación por instituir mecanismos legales con miras a una adecuada protección de la mujer,
tiene importantes precedentes en el contexto internacional debido fundamentalmente a que
organismos como las Naciones Unidas por ejemplo, se preocuparon por sistematizar reglas capaces
de orientar la implantación de normas jurídicas apropiadas destinadas a asegurar una tutela efectiva
a las víctimas de agresiones.
Pero al margen de las iniciativas legislativas, lo destacable también tiene que ver con la
creación de organismos jurídicos de promoción y protección de los derechos humanos de la mujer.
15
ARANGO, Durling Virginia. Ob. Cit. Pág 52.
De igual manera, adquiere también trascendencia el Comité para la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer (CEDAW), instancia que fue creada en el año 1982, como un
organismo de vigilancia de la Convención Sobre la Eliminación de Todas las formas de
discriminación contra la mujer, teniendo a su cargo examinar el cumplimiento de las disposiciones
de la Convención, por parte de los países que la han ratificado, así como los informes presentados
por los Estados partes. Está integrada por 23 miembros/as, todos expertos/as en sus campos y se
eligen por períodos de 4 años, en intervalos escalonados.
En ese contexto, el sistema legal boliviano, aun cuando de manera lenta, también se alineó a
ese fenómeno reivindicativo del género femenino, a tal efecto, fue estructurando reglas destinadas
no solo a proteger los derechos fundamentales de la mujer, pues de manera expresa el Estado
Boliviano, también ha reivindicado en alguna medida los derechos humanos del género femenino.
De esa manera el sistema jurídico boliviano ingresa al ámbito protectivo de los Derechos
Humanos de la Mujer y a partir de ese hecho normativo nace el derecho de toda persona del sexo
femenino para que se encaminen políticas destinadas a garantizar una adecuada protección legal de
sus derechos.
De hecho según lo reglado por la Convención, nada de lo dispuesto en tal evento podrá ser
interpretado como restricción o limitación a la legislación interna de los Estados Parte que prevea
iguales o mayores protecciones y garantías de los derechos de la mujer y salvaguardas adecuadas
para prevenir y erradicar la violencia contra la mujer.
Estos son los fundamentos que justifican la necesidad de establecer reglas más eficaces
destinadas a proteger a las mujeres potenciales víctimas de agresiones intrafamiliares.
Otro hito sin precedentes en el proceso de integración del sistema normativo internacional
está marcado por la brillante intervención de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), cuyas
iniciativas a nivel de este hemisferio contribuyeron de manera nítida en el reconocimiento de los
Derechos Humanos del Género Femenino.
Un resumen de esos acuerdos internacionales que ha sido expuesto por Doris Tejerino, en su
obra “Los Derechos Humanos de las Mujeres”. Por la trascendencia de ese aporte teórico doctrinal
para el presente trabajo, se recapitulará en forma sintética.
Para asegurar que la perspectiva de género sea integrada en los programas y las políticas de
la Organización, la Comisión Interamericana de Mujeres, logró el desarrollo de un proyecto de
capacitación para funcionarios de la Secretaría General de la OEA. Asimismo, la CIM se ha
ocupado de la inserción de la perspectiva de género en el área de la paz y la seguridad.
De esta manera la cobertura doctrinal y normativa de los Derechos Humanos de las Mujeres
a nivel mundial es plena y cualquier iniciativa destinada a mejorar la protección de sus derechos no
solo implica compatibilizar estrategias legislativas con todos esos enunciados, sino que además, es
hacer justicia.
La dificultad que entraña la lucha contra la violencia de género hace necesaria la adopción de
medidas no sólo penales o procesales, sino también preventivas, asistenciales, sociales, sanitarias,
laborales, económicas publicitarias y, sobre todo, educativas para conseguir su erradicación, así
como un medio ágil para activarlas de forma rápida y que eviten la reiteración de la violencia
mientras se juzga al culpable -este punto de vista ha sido emitido por Virginia Arango- quien
además considera que:
17
ARANGO, Durling Virginia. Ob. Cit. Pág 83.
La conjunción de todas esas valoraciones que por cierto no constituyen apreciaciones
subjetivas, contrariamente tienen su origen precisamente en la realidad social que en este momento
se enfrenta cuando la violencia familiar, de género, intrafamiliar o como quiera llamarse está
cundiendo en forma peligrosa en el contexto boliviano, sin que sea posible evitar su fácil
propagación ni siquiera con las actuales medidas legales con las que se cuenta en el sistema jurídico
nacional.
Ese razonamiento, más los grandes esfuerzos que a nivel doctrinal han realizado distintos
doctrinarios justifican la necesidad de erradicar la violencia que a decir de la socióloga Alberdi, la
raíz profunda de la violencia de género obedece a la falta de superación de una cultura machista que
no acepta el cambio social protagonizado por la mujer y le niega su independencia y dignidad
personal.
A todo lo fundamentado es esencial agregar algunos conceptos que sobre esta temática ha
vertido la profesora Rocío Molina, quien de manera categórica, sostiene que la violencia ejercida
sobre la mujer se convierte en un instrumento para mantener la desigualdad y las relaciones de
poder del hombre sobre la mujer. En ese contexto de análisis, según la autora de referencia es
preciso que gobernantes y gobernados entiendan que:
“Para que la igualdad entre hombres y mujeres sea real y no sólo formal, es necesario que
los poderes públicos por ley corrijan el modelo de sociedad que sitúa a las mujeres en posición de
inferioridad, a través de medidas legales que abarquen todos los aspectos del problema para
conseguir una igualdad real y no sólo programática entre hombres y mujeres. Solamente regulando
con rango de Ley Orgánica y de manera integral todos los aspectos que intervienen en la violencia y
la atención a sus víctimas se podrá erradicar aquélla de manera definitiva, por eso es importante la
inclusión entre los preceptos legales inherentes a esta materia la violencia psíquica dentro del tipo
de delito de violencia doméstica, la referencia a la habitualidad y la inclusión de la pena accesoria
de alejamiento de la víctima y sus familiares en los delitos y faltas relacionados con la violencia
familiar”.18
El presente trabajo, está orientado a demostrar que la incorporación en el Código Penal de los actos
emergentes de la violencia familiar, constituye una manera óptima de proteger a la persona más
vulnerable que según las estadísticas no es otra que la mujer.
Para lograr los objetivos diseñados para el presente trabajo y que la propuesta sea realizable,
el Proyecto de Ley contará con un conjunto de medidas cuya finalidad será conseguir esta vez, la
protección integral de la víctima, al mismo tiempo que erradicar la violencia doméstica y sobre
todo vigorizar la parte preventiva y la sanción del agresor.
18
MOLINA, Gonzales Pumariego Rocío. “La Proteción Jurídica de la Mujer”, España, 2004, Pág. 55.
Conforme a todo el sustento teórico que como fundamento se ha contextualizado a lo largo
del presente trabajo de investigación, el mecanismo sancionador estará diseñado esencialmente para
castigar a quienes sean o hayan sido cónyuges, o de quienes están o hayan estado ligados a ellas por
relaciones similares de afectividad aún sin convivencia: en consecuencia, se advierte con marcada
nitidez que el bien jurídico a protegerse es la integridad moral y personal de la mujer frente a los
actos abusivos de su pareja.
El sujeto activo de las conductas punibles como delito de violencia familiar, solo puede ser
un hombre que es, o haya sido su pareja dentro el seno familiar, ya sea por una relación
matrimonial, o por relaciones similares de afectividad, aún sin convivencia. En suma, la condición
objetiva de punibilidad es que exista ese estado de relación matrimonial y/o afectiva análoga al
matrimonio “unión libre o de hecho”.
El sujeto pasivo de la violencia familiar es una mujer que esté ligada a su agresor por el tipo
de relaciones señaladas en el párrafo anterior y las que pueden subsistir aún sin convivencia.
Asimismo, dada las características de ese tipo de agresiones que se dan en la realidad social
boliviana, también se incorporan como sujetos pasivos de este tipo de acto antijurídico a personas
especialmente vulnerables que vivan con el autor.
2.4.1. Descripción Territorial y Socio Demográfica del Área Espacial donde se ha situado la
Investigación.
En ese contexto, es esencial hacer énfasis en que la tarea de prevención a los potenciales
agresores también se puede dar a través de normas punitivas, es decir que no debe descartase
ninguna propuesta que esté orientada a ese fin, pues es fundamental, considerar todos los elementos
disponibles que facilitarán la implementación de medidas vinculadas con ésa finalidad, como:
políticas, estrategias legislativas, programas, instituciones y personal especializado y, por otra, el
emprendimiento de una serie de acciones basadas en el conocimiento de las condiciones, factores y
características de la sociedad.
Poder transmitir las causas y efectos de la Violencia Intrafamiliar, ha sido una de las tareas más
complicadas en esta investigación de campo, sin embargo una definición didáctica de lo que debe
entenderse por tal, ha permitido comprender que la violencia constituye toda acción u omisión que
atenta contra la integridad de uno o más miembros de la familia y que lastima su autoestima y
dignidad.
Al interior de las familias afectadas por la Violencia Intrafamiliar se ha podido detectar que
se trata de personas que son incapaces de reproducir adecuadamente los valores éticos y morales
que la sociedad demanda, causando no solo un daño inmediato a las personas afectadas en su
mayoría mujeres y menores, sino que además condiciona respuestas agresivas e imposibilita la
interacción.
En la Provincia Quillacollo, la violencia Intrafamiliar dejo de ser una situación difícil, para
convertirse en grave fenómeno social, en donde las mujeres y menores son las principales víctimas.
A continuación se incluyen los resultados del trabajo de campo realizado en los distritos tres y cinco
que son los más poblados.
Distrito tres: con una población aproximada de 43.986 personas de sexo femenino de las cuales se
ha tomado una muestra representativa compuesta por 100 mujeres, quienes al ser entrevistadas
verbalmente, de cada diez mujeres tres confirmaron haber sufrido violencia intrafamiliar.
Distrito cinco: con una población aproximada de 28.374 personas de sexo femenino donde la
muestra representativa, también estuvo compuesta de 100 mujeres, quienes al ser entrevistadas
verbalmente, el 25 por ciento de ellas confirmaron haber sido víctimas de violencia intrafamiliar.
figura 1. Resultado de la entrevista a 100 mujeres del distrito tres de la provincia de Quillacollo
3er
trim.
0% B = 30%
0%
A = 70%
Nota: La pregunta formulada a las entrevistadas fue la siguiente: ¿En la actualidad ha sido víctima
de agresiones intrafamiliares?
De acuerdo a la muestra seleccionada, las mujeres entrevistadas se caracterizan por tener una
edad entre 35 a 40 años de edad y tienen una familia constituida.
Figura 2.resultado de la entrevista a 100 mujeres del distrito cinco de la provincia Quillacollo
Nota: La pregunta formulada a las entrevistadas fue la siguiente: ¿En la actualidad ha sido víctima de agresiones
intrafamiliares?
De acuerdo a la muestra seleccionada, las mujeres entrevistadas se caracterizan por tener una
edad entre 35 a 40 años de edad y tienen una familia constituida.
Los signos de violencia intrafamiliar, siempre tienen los mismos signos, es decir, la
humillación sicológica y moral y el daño corporal, casi siempre están presentes en tales actos, es
decir que el agresor de manera premeditada consuma su acto agresivo a través de esas acciones. A
propósito de esta particularidad, el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades ha configurado el
siguiente punto de vista respecto a esta problemática:
Según la fuente que se comenta: pese a que la mujer boliviana logró un fuerte
reconocimiento en la Constitución Política del Estado, la violencia está enraizada en la sociedad
boliviana de hecho, siete de cada diez mujeres son víctimas de violencia doméstica, pues según el
informe estadístico del señalado Vice Ministerio, solo durante el primer semestre de 2009 se
registraron 8.857 denuncias de violencia doméstica, de las cuales 1.929 corresponden a mujeres que
están en plena edad de reproducción, es decir de 25 a 29 años.
Muchas mujeres prefieren guardar silencio y no hablar sobre lo que pasa en sus hogares o
directamente no aceptar su situación de sumisión, el verdadero peligro es que estos gritos, golpes se
hagan continuos y terminen con la vida de la mujer. El 2007, se registraron 70 casos de asesinatos
violentos y el panorama se ensombrece aún más, porque el 2009, el número de casos subió a 98. El
2010 es aún más alarmante, 117 mujeres fueron asesinadas entre enero y octubre de 2010, de las
cuales 72 fueron mujeres víctimas de feminicidio, donde el 51,38 % han muerto en manos de sus
parejas.
Características de la propuesta
Ante ese panorama inequívocamente dañosa para la mujer víctima de agresiones familiares,
corresponde al Estado asumir con propiedad el postulado insertado en la Ley 1674, cuando de
manera categórica establece que debe erradicarse la violencia familiar o doméstica, principalmente
si la realidad sociológica y jurídica de casos de violencia intrafamiliar refleja que la Ley sancionada
a este fin no ha cumplido esos propósitos, contrariamente ha permitido se agrave la situación de la
víctima como efecto de la inoperancia de la normativa pertinente.
Las buenas leyes son importantes –decía el profesor Ralph- pero esas leyes si no se las pone
en funcionamiento, no solo que el Estado peca de injusto sino que además constituye un auténtico
atentado a los Derecho Humanos de las Mujeres.
México, país donde los índices de agresión familiar son los más elevados con relación a países
sudamericanos, ha ingresado a una paulatina sistematización de reglas destinadas a proteger a la
mujer víctima de agresiones intrafamiliares en el ámbito penal, ese ejemplo indudablemente es
sumamente alentador para el sistema legal boliviano que debería tomar como ejemplo esa iniciativa
legislativa.
Con el fin de conocer en detalle la referida normativa, a continuación se incluye una síntesis
de ese sistema legal aplicado en algunos estados de México. A modo de preámbulo, los legisladores
han contextualizado el siguiente recuento histórico: Legislar sobre el tema de violencia en el ámbito
de la familia en nuestro país ha sido el resultado de no menos de 20 años de trabajo de atención a
las mujeres maltratadas y del activismo de las mujeres en materia de derechos humanos y justicia.
En la década de los años 80 del siglo XX, a nivel nacional, se legisló por primera vez en el
campo de la salud en lo que concierne a la prestación de los servicios de asistencia social a las
personas menores de edad objeto de maltrato, y esto fue a través de la Ley del Sistema Nacional de
Asistencia Social y las leyes estatales correspondientes.
Todos esos bienes jurídicos tutelados están insertos en los artículos 46-86-143-199-200-236-
239-301-306 y 304, del Código Penal del Estado de Vera Cruz, lo más significativo de ese marco
legal es que regula aspectos relacionados con los siguientes hechos:
2. Únicamente se reconocieron como elementos de los delitos antes citados, las acciones que
causaren daño físico o psicológico a las víctimas, (no se incluyeron las omisiones).
4. Se estableció que cuando la víctima fuese mayor de edad se requería la presentación de querella
ante el Ministerio Público.
5. Tratándose del delito de equiparable a la violencia familiar, en todos los casos, se debe aplicar la
persecución oficiosa, sin que sea necesario que el texto de la Ley lo señale por no prever
expresamente como requisito la presentación de querella.
6. En el caso del delito de violencia familiar, las sanciones establecidas fueron: de 1 a 4 años de
prisión, pérdida de los derechos hereditarios que el inculpado pudiese tener sobre la persona
agredida; la sujeción a tratamiento integral dirigido a la rehabilitación médica-psicológica y pago de
este tipo de tratamiento hasta la recuperación integral de la víctima como reparación del daño.
8. Se establecieron una serie de medidas de seguridad para la protección de las víctimas del delito.
9. Fue reconocida la extensión del concepto de familia a aquellas que lo son de hecho, creadas por
la complejidad de la sociedad y al margen de regulación y por lo tanto de la protección legal en el
delito equiparable a la violencia familiar.
10. En el delito de equiparable a la violencia familiar fueron reconocidos como sujetos quienes
hayan sido cónyuges, concubinas o concubinarios o sean personas unidas fuera del matrimonio o
parientes por consanguinidad hasta el cuarto grado, o personas sujetas a la custodia, guarda,
protección, educación, instrucción o cuidado, cuando el agresor y el agredido conviven en la misma
casa de éste o aquél.
11. En los delitos antes citados las y los legisladores reconocieron el hecho de que algunas personas
toman ventaja sobre otras con base en vínculos de poder que implican, por otra parte, sumisión,
respeto y sentimiento de consideración, elementos que tienen verificativo en toda relación familiar.
12. Adicionalmente en otros delitos se estableció como agravante el hecho de que intervenga como
sujeto activo un familiar; por ejemplo, en los casos de corrupción de menores, violación, lesiones,
así como golpes y violencia grave.
13. Se establecieron a detalle las medidas cautelares en materia de violencia familiar, especificando
que éstas podrían decretarse antes de un juicio o durante el mismo.
14. Se determinó que todas las medidas cautelares serían decretadas por un Juez quien establecería
el equilibrio más adecuado entre oportunidad y seguridad jurídica, sin olvidar la protección física y
psicológica de la víctima así como de su vida.
“Las citadas reformas al Código Penal para el Estado de Nuevo León son de las de mayor
trascendencia en la vida de las personas y de las familias. Primero, porque el gobierno y la sociedad
reconocieron la existencia de la violencia al interior de las familias; segundo, por el reconocimiento
y protección del derecho universal de todos y todas a vivir libres de violencia, y tercero, por legislar
estableciendo que la violencia en las familias es un acto ilegal, y en consecuencia un delito a
denunciar por parte de las víctimas, y a investigar, perseguir y sancionar por parte de las autoridades
competentes.”19
A partir de este hecho legislativo y doctrinario se puede afirmar con total solvencia que la
propuesta formulada en base a este trabajo de investigación es completamente viable en la
legislación boliviana, quedando de esta manera demostrado su grado de factibilidad, exigencia
formal que es necesaria en toda investigación.
19
CORREA, Henao Nestor Raúl.”La Acción de la Tutela y los Medios Judiciales Ordinarios de Defensa de los Derechos”.
UNAM, México 2002, Pág. 145.
3.3 Características del marco jurídico propuesto.
La normativa destinada a proteger a las víctimas de violencia familiar, contará con una parte
preventiva y otra enteramente sancionadora, esta fórmula legislativa tiene la finalidad de asegurar
de la manera efectiva los derechos de las personas agredidas y se pueda individualizar en forma
concreta a objeto de que se imponga el castigo correspondiente.
Autor de actos ligados con la violencia familiar: es la persona que realiza actos de maltrato
físico, verbal, psicoemocional, sexual en contra de personas con las que tenga o haya tenido algún
vínculo familiar.
En suma, las disposiciones legales contenidas en los artículos pertinentes, regulan en forma
expresa el delito de violencia familiar. En ese orden el tipo legal describe como un acto antijurídico
a las acciones que causaren daño físico o psicológico a las víctimas.
Las sanción punitiva fijada para este tipo penal es indeterminada y está sancionado con una
pena privativa de libertad de uno a cuatro años, pérdida de los derechos hereditarios que el
inculpado pudiese tener sobre la persona agredida.
Se establecieron una serie de medidas de seguridad para la protección de las víctimas del
delito. Entre los sujetos pasivos en este tipo de actos delictivos fueron considerados quienes hayan
sido cónyuges, concubinas o concubinarios o sean personas unidas fuera del matrimonio o parientes
por consanguinidad hasta el cuarto grado, o personas sujetas a la custodia, guarda, protección,
educación, instrucción o cuidado, cuando el agresor y el agredido conviven en la misma casa de éste
o aquél.
En la configuración de los hechos delictivos en esta clase de actos, se ha logrado reconocer
el hecho de que algunas personas toman ventaja sobre otras basados en vínculos de poder que
implican, por otra parte, la sumisión, respeto y sentimientos de consideración, elementos que tienen
verificativo en toda relación familiar.
Conclusiones
A la culminación del presente trabajo de investigación y luego de haber alcanzado los objetivos
propuestos, se remiten las siguientes conclusiones.
Segunda.- La Violencia Familiar, que está legalmente reglada ha dado nacimiento a un sistema
regulador de ciertas conductas, que por su naturaleza fueron descritos como agresiones
intrafamiliares. Para la aplicación idónea de la normativa, se crearon reglas e instituciones
específicas tanto en el campo judicial cuanto en el administrativo y policial.
Tercera.- A partir de todo ese esfuerzo legislativo e institucional, surge de manera visible una
problemática relacionada con la insuficiencia de la normativa que regula la violencia Familiar, que
no permite impartir justicia en aquellos casos que se fueron presentado y mucho menos se
experimentó una paulatina disminución de las agresiones intrafamiliares que es el principal
propósito de la norma, contrariamente su incremento es mayor, sin que exista la posibilidad de
atenuar esa carga social.
Por medio del método sistémico, se ha establecido que en el derecho comparado ya existe
en la normativa de otros países latinoamericanos, una regulación especial respecto al delito de
violencia intrafamiliar o doméstica y ha permitido establecer, las semejanzas y diferencias de otros
procedimientos en las leyes contra la violencia familiar y domestica de otros países. El método
comparativo, ha permito establecer que a nivel del continente, en los países donde se tiene
arraigado el machismo, existe un gran avance en las legislaciones respecto al tema.
Séptima.- Dentro ese marco analítico, se ha encarado un acucioso estudio relacionado con la
Violencia Intrafamiliar como hecho social, que tiene a sus máximos exponentes en cuanto a su
difusión y proposición normativa a Organismos Internacionales que brindaron un valioso aporte en
cuanto a la humanización de las reglas que tienen que ver con la defensa de género.
Novena.- Los aportes doctrinarios y la propia legislación comparada, permiten constatar con total
certeza que en las agresiones intrafamiliares, está claramente individualizado la acción antijurídica
del agresor, se conoce en forma precisa la naturaleza del acto, existe un autor y una víctima, en
suma la agresión intrafamiliar para ser considerado como un acto antijurídico, solo requiere que esté
descrito en un tipo penal, ya que reúne todas las condiciones señaladas por Ley para ser considerada
como delito.
Décima .- Precisamente, en base a una adecuada selección de la doctrina y los fundamentos
normativos insertados en el presente trabajo de investigación, se ha logrado justificar la necesidad
de penalizar los actos emergentes de la Violencia Familiar: a tal efecto, se ha propuesto un Proyecto
de Ley, donde se configuran disposiciones generales, así como toda la normativa atinente a la
problemática, instituyendo disposiciones legales destinadas a establecer tipos legales concretos y su
respectivo procedimiento: En base a este tipo de aporte investigativo, se pretende optimizar la
administración de justicia en caso de una agresión intrafamiliar, donde a partir de la identificación
del acto comisivo, se logrará brindar una adecuada y segura protección de los Derechos Humanos
de la Mujer y de todo el entorno del seno familiar, principales víctimas en este tipo de hechos.
Recomendaciones
Por todos los fundamentos expuestos a lo largo del presente trabajo de investigación y demostrado
que ha sido la factibilidad de la propuesta que persigue la penalización de la Violencia Familiar, se
hace las siguientes recomendaciones:
Exposición de motivos
La Ley Contra la Violencia en la Familia, pasa a ser el primer intento legislativo que se pone en
práctica en el sistema jurídico boliviano: a partir de esa experiencia normativa, se pone al
descubierto la extrema vulnerabilidad de la mujer dentro o fuera del seno familiar frente a su
agresor, que estadísticamente comprobado no es otro que su pareja, con quien casi siempre lleva
una vida marital o de concubinato.
A partir de la aplicación de esa normativa, se ha podido detectar con absoluta certeza que la
violencia familiar no es un problema que afecta al ámbito privado. De hecho, se trata de un
problema de enorme connotación social y de orden público, donde el colectivo, de manera pasiva
acepta la actividad agresora del hombre en contra de una mujer, los hijos y parientes consanguíneos
hasta el cuarto grado y afines hasta el segundo grado. Agresiones que afectan derechos
fundamentales de las personas sin que sea posible encontrar una manera idónea de frenar esa
anomia social.
Pero esta problemática que se halla enraizada en la sociedad boliviana, tiene su
trascendencia internacional, por ello la Organización de Naciones Unidas en la IV Conferencia
Mundial de 1995 reconoció, que la violencia contra las mujeres, viola y menoscaba el disfrute de
los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Pero no solo eso, pues además según ese mismo Organismo Internacional, existe incluso
una definición técnica del síndrome de la mujer maltratada que consiste en las agresiones sufridas
por ella, como consecuencia de los condicionantes socioculturales que actúan sobre el género
masculino y femenino, situándola en una posición de subordinación al hombre y manifestadas en
los tres ámbitos básicos de relación de la persona: maltrato en el seno de las relaciones de pareja,
agresión sexual en la vida social y acoso en el medio laboral.
Esta realidad que se ha hecho más visible en el sistema legal boliviano como efecto de la
vigencia de la Ley No. 1674 Contra la Violencia Familiar o Doméstica, ha dejado al descubierto
que el sistema legal implementado no ha cumplido su objetivo cual era la erradicación de la
violencia familiar en Bolivia, toda vez que la integridad física, psicológica, moral y sexual de la
mujer y/o los miembros de una familia, están prácticamente desprotegidos y a merced de su
agresor, constituyendo una doble estigmatización y victimización inoperante, en muchos casos
debido al modelo y sistema de administrar justicia y el alto índice de impunidad que registran los
hechos de violencia doméstica.
Por todas esas razones, es necesario contar con una Ley para la prevención y erradicación de
la violencia sobre la mujer, Ley que debe recoger, normas procesales que permitan procedimientos
ágiles y sumarios, es decir sistematizar medidas de protección a las mujeres y a sus hijos e hijas, e
implantar severas medidas cautelares capaces de responder a la necesidad de garantizar una
adecuada protección familiar.
Asimismo, cabe hacer resaltar que las medidas jurídicas a ser implementadas, estarán
orientadas a garantizar un tratamiento adecuado y eficaz de la situación jurídica, familiar y social
de las víctimas de violencia sobre la mujer en las relaciones intrafamiliares, a tal efecto se debe
tender a experimentar una especialización en el ámbito penal, creando los Juzgados de Violencia
Familiar. Con ello se asegura la mediación garantista del debido proceso penal en la intervención de
los derechos fundamentales del presunto agresor, sin que con ello se reduzcan en lo más mínimo las
posibilidades legales que esta Ley dispone para la mayor, más inmediata y eficaz protección de la
víctima, así como los recursos para evitar reiteraciones en la agresión o la escalada en la violencia.
La norma penal a ser implementada, tiene la finalidad de sancionar tanto la violencia física
cuanto la psicológica a un cónyuge, ex cónyuge, a la persona con la que el agresor mantenga o haya
mantenido una relación análoga de convivencia, o sus descendientes o ascendientes.
Esta iniciativa tiene su origen en el propósito socio jurídico de responder ante el irrefrenable
crecimiento de la violencia física y emocional contra las mujeres en la sociedad boliviana. La
iniciativa planteada además de ese hecho fáctico está sustentada por una legislación comparada, de
países que ya promovieron la penalización de los hechos emergentes de la violencia intrafamiliar.
Proyecto de ley
Capítulo primero
Disposiciones Generales
Artículo 1(Objeto).- Esta ley tiene por objeto establecer normas, sustantivas y adjetivas de carácter
penal, destinadas a tipificar los actos antijurídicos emergentes de las agresiones intrafamiliares en el
sistema legal boliviano, para proteger la vida, la integridad física y psicológica y la libertad sexual
de todo ser humano, cuyas son de orden público e interés social.
Artículo 2 (Bienes Protegidos).- I. La familia es el núcleo que sustenta a la sociedad, por lo que es
de fundamental importancia evitar el maltrato producido entre familiares, puesto que éste provoca
daños irreversibles en la seguridad y bienestar de sus integrantes.
II. Toda persona tiene derecho a la vida, a su integridad moral, psíquica y física; son derechos
fundamentales reconocidos en el artículo 15 y el parágrafo I y II de la Constitución Política del
Estado Plurinacional de Bolivia. Por otro lado, el artículo 5 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos señala que nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles inhumanos
o degradantes.
III. Los integrantes de la familia tienen derecho a que los demás miembros les respeten en su
integridad física y psíquica con el objeto de contribuir a su sano desarrollo para su plena
incorporación y participación en el núcleo social
IV. Bien jurídico protegido por la totalidad de los delitos de violencia doméstica es también la
salud física o psíquica de las personas.
Artículo 3. (Violencia Familiar) I. La violencia familiar, es cualquier situación de maltrato, físico,
psicológico, sexual o patrimonial. La persona que realiza el acto violento, se encuentra en una
relación de poder, control o superioridad, sobre la persona que lo recibe, dentro la relación familiar
o afectiva, entre “quien comete la violencia y quien la recibe”, aun cuando se produzca fuera del
seno familiar.
II. Los actos de violencia familiar, involucran agresiones físicas o psicológicas que se producen
entre cónyuges, ex cónyuges, convivientes, ex convivientes, ascendientes, descendientes, parientes
colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, quienes habitan en el
mismo lugar, siempre que no medien relaciones contractuales o laborales y quienes hayan
procreado hijos en común, independientemente que convivan o no, al momento de producirse la
violencia.
III. Para que exista violencia intrafamiliar o doméstica, tiene que mediar una relación familiar o
afectiva. Así todo maltrato que provenga de un familiar o de su pareja, es agresión doméstica,
cualquiera sea el lugar donde se da y la forma en que se manifieste.
IV. Ocasiona un daño psicológico, los actos que afecten a la autoestima del sujeto, como en el caso
de las sevicias, las amenazas.
Artículo 4(Sujeto activo).- Para todo efecto emergente de la aplicación de esta Ley, es sujeto
activo, los cónyuges, ex cónyuges, convivientes, ex convivientes, los parientes de cada conviviente,
los colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, en las uniones de
hecho, como sujetos activos de la violencia familiar; que mediante actos que denoten propósitos de
agresividad y violencia realizare actos dirigidos a inferir maltrato físico, verbal, psicoemocional,
psicológico y sexual en contra de personas con las que tenga o haya tenido algún vínculo familiar
Articulo 5.(Sujetos pasivos).- Son las persona que sufren el maltrato físico en cualquiera de sus
formas: físico, verbal, psicoemocional, psicológico y sexual: agresión que puede ser dentro o fuera
del domicilio familiar por una persona que tenga parentesco o lo haya tenido conforme a la Ley
familiar; por matrimonio, unión de hecho o mantenga una relación de pareja similar a la del
concubinato.
Artículo 6.(Acto comisivo).- I. Es toda acción ejercitada por el agresor y que denote la
intencionalidad de dañar, ya sea utilizando alguna parte del cuerpo y con ventaja de su fuerza o
mediante el uso de objeto o arma dirigida a inferir daño físico.
II. Constituye violencia familiar toda acción u omisión, directa o indirecta, que por cualquier medio
menoscabe, limitando ilegítimamente el libre ejercicio o goce de los derechos humanos de una
persona, causada por otra con la cual tenga o haya tenido una relación de noviazgo o con la cual
tenga o haya tenido una relación afectiva basada en la cohabitación y originada por parentesco, por
matrimonio o por unión de hecho.
Capítulo II
Tales medidas estarán exentas de prejuicios de género, raza, condición económica, religión,
orientación sexual, origen, cultura, ideología, idioma, estado civil, grado de instrucción,
discapacidad, nacionalidad o de cualquier otro tipo de factores que dificulten la aplicación de una
justicia eficaz y eficiente a favor de la víctima.
II. El agresor por determinación judicial y considerando la tipología del hecho y el daño causado,
será sometido a un específico tratamiento basado en modelos psicoterapéuticos reeducativos
tendientes a disminuir y, de ser posible, de erradicar las conductas de violencia que hayan sido
empleadas y evaluadas con anterioridad a su aplicación. Se podrá hacer extensiva la atención en
instituciones públicas a quienes cuenten con ejecutoria relacionada con actos de violencia familiar.
a. Citación del agente involucrado en una conducta de agresión familiar a efecto de que se le
apliquen medidas asistenciales destinadas a erradicar la violencia
Artículo 9.- (Violencia doméstica) El que ejercitare acciones y omisiones reiteradas y graves que
causaren daño a la integridad física o psicológica de la víctima, comete el delito de violencia
familiar, sea éste el cónyuge, el conviviente, pariente consanguíneo en línea directa, ascendiente o
descendiente sin límite de grado, parientes colaterales consanguíneo hasta el cuarto grado,
adoptante o adoptado o afín hasta el segundo grado, que habitando o no en el domicilio de la
persona agredida.
La acción u omisión que cause daño físico o psicológico así como la violencia sexual es un
delito y causare a otro una lesión que menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental.
II. El que causa daños en el cuerpo y la salud por violencia familiar será reprimido con una pena de
5 a 10 años de cárcel y, si la víctima muere, las penas se elevarán de 6 a 15 años.
III. El que cause a otro daño en el cuerpo o en la salud que requiera entre 10 y 30 días de asistencia
o impedimento, según prescripción médica, y cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y
el agente pudo prever este resultado, será condenado a pena privativa de libertad no menor de 3 ni
mayor de 6 años, y la suspensión de la patria potestad.
Artículo 11 (Plagio) El que sometiere a potra persona y ejercite actos destinados a mantener a una
persona en servidumbre o en otra condición en la cual la víctima, aún sin servir al agente, se
encuentre sometida a él, será sancionado pena privativa de libertad de uno a tres años.
Se entiende por servidumbre, cuando una persona es obligada a realizar actos contra su
voluntad, prestar servicios de atención personal sin una remuneración económica, el aislamiento de
sus familiares y de sus amigos, y otras personas, no es tratada como una persona adulta cuando lo
es; impedirle la salida de un ambiente de maltrato, cuando se impide su derecho a la privacidad, su
derecho a expresar sus propios pensamientos y sentimientos y su derecho a desarrollar sus
habilidades y talento personal.
Jurisdicción y competencia
b. Disponer el retiro del agresor de la residencia común y la entrega inmediata de sus efectos
personales en presencia del fiscal u otra autoridad administrativa, acto que debe estar
debidamente registrado en un acta.
c. Prohibir, restringir o limitar la presencia del agresor y toda clase de visitas por su parte
(cualquier otra forma de acoso para la víctima, entre otras), en el domicilio o residencia, lugares
de trabajo, estudio u otros que frecuente la víctima.
f. Cuando corresponda legalmente (a criterio del juzgado ello es necesario para su subsistencia).
III. Las medidas adoptadas tendrán el alcance y la duración que el Juez disponga, sin perjuicio de
la sustanciación de la pretensión, de su modificación o cese.
IV. Cuando la resolución judicial -que pone fin al proceso de violencia familiar- señale que el
agresor debe recibir tratamiento y éste no cumpla con ello, la víctima podrá solicitar variar la
medida y el juez deberá ordenar el retiro temporal del agresor del domicilio y/o el impedimento
temporal de visitas. La rehabilitación que reciba el agresor deberá ser acreditada con certificado del
médico tratante.
Capítulo V
Procedimiento
Artículo 16 (Denuncia) La víctima de agresión familiar que sufriere lesiones, maltrato físico,
psíquico o sexual, denunciará al agresor en forma verbal o escrita ante el Juez Público de Violencia
Intrafamiliar o Doméstica y en el ámbito Público y solicitar tutela real y efectiva.
Artículo 17. (Denuncia en caso de menor víctima, ancianos o discapacitados) En caso de que la
víctima sea un menor o persona incapaz, ancianos o discapacitados, los hechos comisivos serán
denunciados por cualquier persona o el Ministerio Público.
II. La citación al denunciado podrá efectuarse a cualquier hora, día y en el lugar donde pudiere ser
habido. Si el denunciado no comparece, sin causas justificadas, habiendo sido citado legalmente, el
Juez ordenará su comparecencia con ayuda de la fuera pública.
III. Si la denuncia es por la comisión del delito de violencia doméstica y las agravantes previstas
en el Art. 10 de la presente Ley, el Juez ordenará la detención preventiva del denunciado en un
recinto penitenciario.
II. Una vez adoptadas las medidas de protección en favor de la víctima que el juez considere
atinentes, establecidas en el artículo 15 de la presente ley, de oficio ordenará realizar un
diagnóstico de situación entre los sujetos involucrados. El mismo será elaborado en forma
interdisciplinaria y tendrá como objeto determinar los daños físicos o psíquicos sufridos por la
víctima, evaluar la situación de peligro o riesgo y el entorno social.
Artículo 24 (Pruebas) Las pruebas admisibles, serán todas aquellas legalmente obtenidas y
puedan conducir al conocimiento de los hechos denunciados.
Artículo 26 (Medidas Adicionales) En todos los casos el principio orientador será prevenir la
victimización secundaria, prohibiéndose la confrontación o comparecimiento conjunto de la
víctima y el agresor, en el caso de los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años.
Disponiéndose la reserva absoluta del trámite y el expediente solo podrá ser exhibido u otorgarse
certificaciones y testimonios a solicitud de parte legitimada.
En el caso de la víctima adulta que requiera dicha confrontación y se certifique que está en
condiciones de realizarla, ésta se podrá llevar a cabo. El Tribunal dispondrá la forma y los medios
técnicos para recibir la declaración, haciendo aplicación de los principios de inmediación,
concentración y contradicción.
Si la sentencia es condenatoria, fijará con precisión las sanciones que correspondan, la forma
y el lugar de su cumplimiento, debe fijar con precisión la fecha en que la condena finaliza, se
establecerá la forma y el plazo para pagar los gastos y condenaciones adoptadas en el curso del
proceso. Asimismo, se ordenará la remisión de copias al Juez de Ejecución Penal, al Ministerio
Público y al Registro Judicial de Antecedentes Penales (REJAP).
Disposiciones finales.
Primera: Los titulares de las instituciones públicas deberán tomar las medidas para garantizar que
los profesionales y operadores de justicia encargados de la atención y del proceso de denuncia,
investigación y sanción de los casos de violencia familiar no tengan antecedentes policiales por
violencia familiar.
Segunda: Los profesionales de salud, así como los psicólogos, educadores, profesores, tutores y
demás personal de centros educativos que, en el ejercicio de sus actividades tomen conocimiento
de algún tipo de acto de violencia familiar contra niños, niñas y adolescentes, deberán
denunciarlos ante la autoridad correspondiente.
Fdo....,....,....(Ministros de cartera)
Por tanto, la promulgo para que se tenga y cumpla como Ley del Estado Plurinacional de Bolivia.
Palacio de Gobierno de la ciudad de La Paz, a los………días del mes de ………del dos mil once
años.
1. FERREIRA, Delgado Francisco. “Teoría General del Delito”. Edit. TEMIS, Bogotá-Colombia
1988. Pág. 278
1. BACA, E. Et. Al. “Las Víctimas de la Violencia”. Edit. TRIACASTELA, Madrid- España
2003, Pág. 75
2. BUSTOS, Ramírez Juan. “Victimología Presente y Futuro”. Edit. THEMES, Santa Fe Bogotá,
1993. Pág. 83
3. Ibíd. Pág. 85
4. BENITEZ, Jiménez Mará José. “Análisis de la Política Criminal Española Sobre la Violencia
de Género”. Edit. SEPIN, Madrid-España 2005, Pág. 142.
6. VILLARRUEL,F-OÑATIVA, X. “De Víctima del Delito a Víctima del Proceso Penal”. Edit.
DEPALMA, Buenos Aires Argentina, 2004. Pág. 76.
10. MACHIORI, Hilda. “Criminología: La Víctima del Delito”. Edit. PORRUA, México, 1998.
Pág. 56.
12. PACHECO, Gómez Máximo. “Los Derechos Humanos de las Mujeres”. Edit. Jurídica de
Chile. Santiago de Chile 1982. Pág. 67.
13. ARANGO, Durling Virginia. “Derechos Humanos de la Mujer”. Edit. PANAMA S.A. Panamá
1994. Pág. 44
16. GUMUCIO, Hinojosa Walter. “Legislación Familiar y Otras Leyes por Analogía”. Edit.
GRAFIX IMPRESORES, Cochabamba- Bolivia 2005. Pág. 325.
19. CORREA, Henao Néstor Raúl. “La Acción de la Tutela y los Medios Judiciales Ordinarios de
Defensa de los Derechos”. Edit. UNAM México 2002. Pág. 145.
Referencias
BADILLA, Ana Elena. “La discriminación de Género en la legislación Centro Americana”, Public.
Instituto Inter Americano de Derechos 1996.
BOTERO, Aristizabal Luis. “Acción Popular y Nulidad de Actos Administrativos”, S/e, Bogotá
2004.
BANG, Lizbeth. “Servicios de Salud para Víctimas de Violencia”, Foro Mundial de la Salud,
Ginebra 1991.
BOVINO, Alberto. “Delitos Sexuales y Feminismo Legal”, Edic. Universidad Palermo, Buenos
Aires 1997.
BUSTOS, RAMIREZ Juán. “Victimología: Presente y Futuro”, Santa Fé – Bogotá, Edit. THEMIS
1993.
CORREA, Henao Nestor Raúl. “La Acción de la Tutela y los Medios Judiciales Ordinarios de
Defensa de los Derechos”, Edic. UNAM, México 2002.
CORZON, Juan Carlos. “ABC del Nuevo Procedimiento Penal”, Edic. “CIMA”, La Paz – Bolivia,
2001.
DURKHEIM, Emile. “Las Reglas del Método Sociológico”, Edic. MORATA, Buenos Aires 1982.
GUMUCIO, Hinojosa Walter. “Legislación Familiar y Otras Leyes por Analogía”, Edic. GRAFIX,
Cochabamba – Bolivia 2005.
HASSEMER, Winfried. “El destino de los Derechos del Ciudadano en el Derecho Penal Eficaz”,
Edic. Universidad Compostela 1994.
MIGUEL, Harb Benjamin. “Código Penal Boliviano con las Reformas y Leyes Conexas”, Edit.
“JUVENTUD”, La Paz – Bolivia 2001.
MOLINA, Gonzales Pumariego Rocío “La Protección Jurídica de la Mujer Trabajadora”, Madrid,
2004, S/E.
PACHECO, Gómez Máximo. “Los Derechos Humanos”, Edit. Jurídica Chile. Santiago de Chile
1982.
TEJERINO, Doris. “Los Derechos Humanos de las Mujeres”, Edit. Centro de Capacitación Social,
Panamá 1993.
CENTRO DE NOTICIAS OPS/OMS BOLIVIA. Nueve de cada diez mujeres sufren de violencia en
Bolivia. Periódico Jornada. La Paz – Bolivia. 28 de noviembre de 2005.
CENTRO DE NOTICIAS OPS/OMS BOLIVIA. La violencia contra los niños puede y debe
prevenirse, dice la Organización Mundial de la Salud. Oficina de Información Pública OMS.
Ginebra – Suecia 16 de octubre de 2006.
CENTRO DE NOTICIAS OPS/OMS BOLIVIA. “La familia es el lugar que genera más violencia
contra los niños”. Periódico La Razón. La Paz – Bolivia 12 de octubre de 2006.
DOCUMENTO SÍNTESIS. JULIO DE 2003 ¿Cómo lograr el cumplimiento efectivo de las leyes?
Implicaciones Presupuestarias de las Políticas sobre Violencia Doméstica en América Latina y el
Caribe
Anexo 1
- Yo tengo el derecho de requerir y esperar una correcta atención por parte de la policía y los
sistemas de atención que necesite
Fuente: "Understanding Wife Assault", de D.Sinclair y ha sido tomada del libro "Battered wives
and powerless loss: what can counsellors do? de Patricia G.Ball y Elizabeth Wyman.