La realización del tipo penal debe cumplir con la doble exigencia: la realización del riesgo se verifica objetivamente y el tipo subjetivo que supone que el tutor conoce de los elementos que hacen típica su conducta. Si el sujeto ignora o cree erróneamente que no concurre en su conducta un elemento del tipo queda excluido el dolo. Al faltar el dolo, falta solamente el tipo subjetivo del correspondiente delito de comisión doloso; si no se verifica que el aspecto cognitivo del autor comprendía algún elemento constitutivo del tipo penal, ya no puede afirmarse con suficiente certeza, de que el agente sabía exactamente lo que estaba haciendo, incidiendo en una valoración jurídico-penal singular. En antiguo, la doctrina jurídico-penal clasificaba el error en el Derecho penal, a partir del error de hecho y el error de derecho; el primero recaía sobre las circunstancias fácticas del hecho punible, mientras que el segundo, tenía que ver con el juicio valorativo acerca de la calificación jurídica del acto como tal. Diferencia que se remonta al antiguo Derecho Romano. Dicho lo anterior, el “error de hecho” suponía del desconocimiento de los elementos de la tipicidad y de la antijuridicidad (causas de justificación) y el error de derecho (culpabilidad), el desconocimiento de la materia de prohibición. Así, Labatut Glena, al apuntar que la función del error -término que comprende también la ignorancia- al afectar la relación subjetiva entre el agente y su actuación-, es impedir lo mismo que el caso fortuito, el nacimiento de la culpabilidad, o sea que tanto el uno como el otro constituyen causales de inculpabilidad. A tal efecto, el reconocimiento que la acción típica implicaba una intencionalidad determinada, suponía a su vez que el dolo y la culpa eran elementos, una descripción causal-naturalista: por consiguiente, la clasificación aparecía sin contradicciones, en tanto el error de tipo podía recaer tanto sobre las circunstancias fácticas del tipo como sobre elementos normativos, pero entonces solo referido a los aspectos de la tipicidad. De forma emblemática la Exposición de Motivos del CP de 1991 resaltaba lo siguiente “Las nuevas fórmulas sustitutivas del error y error de prohibición indican contenidos distintos a los aludidos con las denominaciones tradicionales. Mientras que las expresiones lingüísticas antiguas, hoy superadas por el progreso de la doctrina penal, permitían distinguir entre lo factico y lo jurídico, ocurre ahora que el error de tipo está referido a todos los elementos integrantes del mismo, ya sean valorativos, facticos y normativos (circunstancias de hecho, justificantes o exculpantes); quedando el error de prohibición vinculado a responsabilidad por el error) En principio, el dolo del autor debe abarcar todos los elementos comprendidos en el tipo objetivo, sean estos de naturaleza descriptiva o normativa; en este caso el autor ignora algunos o todos los elementos del tipo objetivo, importa una garantía que se deriva esencialmente del principio de culpabilidad, que el autor al momento de realizar la conducta típicamente riesgosa, conozca que la configuración fáctica se adecue plenamente a los alcances normativos del tipo penal –en cuestión-. Pues, si yerra sobre algún elemento constitutivo de la tipicidad penal no se podría decir que ha actuado de forma típica (dolo); cuando el autor ha obrado con error o ignorancia, faltan el conocimiento y por lo tanto también voluntad de realizar el tipo. "La acción dolosa exige el conocimiento de la significación de los elementos típicos normativos”. Ante la situación descrita, nos encontramos frente al «Error de Tipo», el cual se encuentra regulado en el artículo 14° del CP, primer párrafo. El desconocimiento sobre la «antijuridicidad de la conducta», no es comprendido por el dolo del autor, es decir, no es un Error de Tipo sino un «Error de Prohibición», que afecta la conciencia del injusto, por lo tanto es un juicio valorativo que incide en la imputación individual. En resumidas cuentas, el Error de Tipo, supone una institución encaminada, a verificar si el autor era consciente de que la conducta emprendida, se adecuaba a los conceptos privativos de un tipo penal; donde el' desconocimiento de dicha estructuración típica, puede llevar a la impunidad del comportamiento en su defecto, a la imputación por un delito culposo, dependiendo de su naturaleza «vencible» o «invencible», siguiendo en estricto, las reglas contenidas en la codificación penal sustantiva. 8.1. Error sobre un elemento esencial del Tipo La divergencia entre el fin y el evento debido a inhabilidad o a fuerza mayor es, conocida por los penalistas con el antiguo nombre de aberratio, escribe Carnelutti. El error de tipo puede ser «Vencible» o «Invencible el Error Invencible incide sobre un elemento esencial del tipo, su presencia en el conocimiento del autor es imprescindible para que pueda configurarse la realización típica de un delito, en cuento a la incidencia misma del tipo objetivo, no puede haber dolo si el autor se equivoca sobre un elemento condicionante de la tipicidad. La “invencibilidad» del error, excluye el dolo y la culpa, por cuanto el autor, a pesar de haber realizado los esfuerzos necesarios le era imposible salir del error en que se encontraba, en tanto, el «vencible» se presenta cuando el autor no ha tornado la diligencia debida para poder evitar el error, pudiéndolo haber hecho, en consecuencia, el delito será sancionado como culposo, siempre y cuando este se encuentre previsto en la norma penal, de no ser así quedaría impune, toda vez que según los artículos 11° y 12° del CP, su punición este condicionada a su expresa tipificación, por parte del legislador. El «cuidado exigido» o la «diligencia debida», se determinara en función a la capacidad individual de las circunstancias concretas de la acción (capacidades y conocimientos individuales del autor), mas no sobre criterios de corte artificial (hombre medio); ejemplo: A sustrae un maletín a B, en la creencia errónea de que es suyo, elemento normativo "ajeno" no es comprendido cognitivamente por la esfera subjetiva del agente; el que yace (accede carnalmente) sexualmente (acceso carnal) con una mujer, en la creencia errónea de que tenía más de 14 años de edad, etc. El error puede recaer sobre un elemento esencial del curso causal de acontecimiento o sobre un nexo causal no esencial; el error sobre el nexo causal puede dar lugar a las soluciones jurídicas distintas, en cuanto a la coincidencia que puede acontecer entre el plan deseado por el autor y los hecho fácticamente ocurridos. La divergencia entre fin y evento aquí considerada puede ser intrascendente o trascendente para los fines del dolo. Se trata de los llamados casos de extravío o de aberración. A modo de ejemplos: Si A hiere en la cabeza a B, mediante certeros golpes en el cráneo el hecho de que el resultado "muerte" no se produzca forma inmediata no cancela el dolo homicidio y si este resultado no le era virtualmente reconocible, pero si previsible, importa la configuración de un delito preterintencional; en cambio, si A hiere levemente a B, quien muere de forma instantánea por ser hemofílico, no le será imputable subjetivamente dicho resultado, a menos que hubiese conocido de antemano dicha condición; en el caso de que B muera a causa de una negligencia médica o del rayo que cae sobre la ambulancia que se dirigía a la clínica se debe por igual negar el dolo, por el resultado lesivo producido (Interrupción del curso causal; que puede mente excluirse en base a los criterios de imputación objetiva)s in necesidad de acudir a los elementos de la imputación subjetiva). Es la vida misma, que manifiesta, que luego de una acción típica (humana) puede sobrevenir un resultado más grave, que no se corresponde con los planes del autor, que en definitiva no puede concebirse como su obra, al carecer de una relación subjetiva correspondiente con los hechos mismos dan lugar a la modificación del mundo exterior. Todo este abanico de cursos causales, deben ser puestos en consideración para sustraer de la punición, resultados lesivos que no pueden ser imputados ni objetiva ni subjetivamente a la persona del autor. Por lo tanto, bastaría con utilizar los criterios normativos que se desglosan de la teoría de la “Imputación Objetiva” para negar la imputación del resultado más grave que el querido por el autor, es así que se suprimen como anota Stratenwerth, algunas inseguridades que resultan de la falta de límites claros del parámetro de la previsibilidad, así como también del requisito, carente de contenido de la equivalencia “jurídico- ética” del curso real respecto del representado. Conforme lo anotado, la resolución de estos casos vía el error del dolo, han pasado a un segundo plano, en razón de los criterios de mayor seguridad jurídica que proporciona la teoría de la imputación objetiva. 8.2. Error sobre un Elemento Accidental Se presentan 2 variantes: a. Error sobre los elementos del hecho que no modifican la adecuación típica, que no alcanzan a alterar su naturaleza jurídico-penal: A quiere mater a B, pero mata a C; El injusto penal de homicidio o de asesinato no es alterado en sus elementos de composición típica, en tanto el ataque antijurídico se dirigió sobre una persona viva -objeto de protección por parte de ambas figuras delictivas-, a menos que la acción se haya dirigido a causar la muerte de un pariente, en cuanto a le tipificación penal del delito de Parricidio; si la esposa quien envenenó al marido, pero este último se la invita a un compañero de trabajo y, por lo que fallece de forma instantánea. b. Las circunstancias agravantes también forman parte del conocimiento, es decir, del dolo, cuya ausencia puede desencadenar en un Error de Tipo, que puede llegar a excluir su agravación, de ser el caso; si el autor obra desconociendo una circunstancia cuya concurrencia determina la agravante de la pena, esta no podrá proceder; así, cuando el autor, secuestra a una persona, desconociendo su calidad de funcionario público, donde la punición ha de seguir los términos del tipo base del delito de secuestro. A nuestro entender, no resulta político-criminalmente satisfactorio, que no se regulen las incidencias jurídico-penales que deben recaer, cuando el autor desconoce aquellos factores o elementos que hacen de una conducta típica una modalidad atenuada o privilegiada, pues de lege lata solo se ha incidido sobre el desconocimiento de las circunstancias que agravan una conducta, por tales motivos, bastara que la descripción fáctica adecue el hecho a una atenuante para que se resuelva a su favor. Visto con un ejemplo: si el sobrino que quiere heredar a su tío, mata a su, tío, sin conocer que este se encuentra padeciendo de una enfermedad incurable, se daría el tipo atenuado del Homicidio Piadoso pese a que su intención fue a todas luces la conducible al tipo penal del art. 108° o del 107° del CP; la mujer gestante que se somete voluntariamente a un aborto sin conocer que es la única alternativa que tiene para salvar su vida, seria constitutiva del tipo penal del artículo 119° (Aborto terapéutico). Así como se exige el conocimiento de los presupuestos objetivos de causa de justificación, para admitir la concurrencia del precepto permisivo igual forma debería suceder; en el caso de la procedencia de los tipos privilegiados, dicha situación únicamente resulta corregible mediante la aplicación del artículo 26° del CP («Incomunicabilidad de las circunstancias personales cuando participan más de uno, mas no en el caso de un único autor. El error es trascendental entonces, en los siguientes supuestos: 8.3. Error in Personam (Vel in Objecto) Se configura cuando, la acción incide sobre el objeto al que precisamente se orientaba, pero este detenta identidades o características distintas; el autor dirige su ataque hacia un determinado bien, sin embargo, incide sobre otro, que también es objeto de tutela por el tipo penal en cuestión; si son "equivalentes", el autor no sacara ningún provecho de su error y seguirá siendo punible un hecho consumado" Aunque la representación subjetiva del autor sea otra, el riesgo, dolosamente creado y el bien jurídico afectado no pueden individualizarse de modo, distinto. Al respecto señala STRATENWERTH, el desarrollo del suceso se corresponde totalmente con el esperado, el error sobre la identidad de la persona irrelevante, pues en realidad lo único que la ley exige es que se haya querido matar a otro. En estos casos ciertamente hay un homicidio consumado que quería matar a "otro"' y así lo ha hecho; principio básico del error in personan vel objecto. En el caso de delito de injurias, la calificación si puede variar, pues, si vía telefónica a C le atribuye determinados juicios de valor negativos que en verdad dirigen a B, no podría darse el tipo penal en cuestión, en la medida, solo el sujeto pasivo de la acción típica este en posibilidad de valorar el contenido injuriante de las frases que se dirigen en su contra, a menos que sea una forma de difamación. Ejemplo: A quiere matar a B pero por diversas circunstancias mata a C y no a B. Según las descripciones típicas que el legislador ha previsto en la Parte Especial del CP, una valoración democrática no puede incidir en una tutela diversa por parte del Derecho penal, por cuanto la vida humana es la misma en todos los casos, sin interesar el status socio-económico-cultural del sujeto activo de la acción típica, de acuerdo a las reglas de un Estado de Derecho rige entonces el principio de igualdad; sin embargo, en legislaciones comparadas, se advierte aún ciertos privilegios, cuando en el CP Español, se otorga una protección especial a la vida del Rey -ascendientes o descendientes- (art. 485); por lo que si sería relevante el error en el objeto de la acción típica. La situación paradigmática, subsiste aún en nuestro CP, donde aún se revelan criterios moralizantes que inciden en la tipificación de figuras agravadas, concretamente el tipo penal de Parricidio (art. 107° del CP), que importa una mayor pena en relación al homicidio simple, cuando la víctima tiene un vínculo ,de parentesco con el sujeto activo. Entonces, pueden acontecer dos circunstancias: 1.- Que el autor dirija su acción contra B, pensando que es A, quien es su pariente, por lo que al tratarse de un objeto protegido por el artículo 106°, sería un delito de homicidio doloso consumado, y, 2.-Si creyendo mater a su enemigo mata finalmente su padre, seria en principio una tentativa de homicidio doloso en concurso con un parricidio culposo, pero este Ultimo no se encuentra penado, por lo que sería de igual forma un homicidio doloso consumado; pero si en relación a la primera de las hipótesis, el autor yerra el tiro, matando a un no pariente, la resolución será tentativa de parricidio en concurso con, un homicidio culposo. 8.4. Aberratio Ictus (Error en el Golpe) En estos supuestos el autor dirige su acción contra un determinado objeto pero yerra esto es, se produce una desviación del curso causal y alcanza otro objeto, que también es objeto de tutela por el tipo penal en cuestión. La desviación del golpe, no supone la confusión del objeto, sino que solo se yerra sobre la dirección del ataque, a causa de la deficiente realización de la misma, esta recae sobre otro objeto de la misma especie; ejemplo: A quiere mater a B, pero, como consecuencia de su mala puntería mata a C, el lesionado es distinto al que se quería lesionar. ¿Qué consideración merece la aberratio Ictus cuando el resultado causado y buscado posee la misma significación jurídico-penal?, Se apunta a B pero se mata a C. La Doctrina Alemana considera relevante el error y aprecia un concurso de Tentativa de Homicidio Doloso y Homicidio Imprudente el resultado, pese a la igualdad de bienes jurídicos (vida). A este solución contrapone otra que considera irrelevante el error y como error vel in objecto estima la concurrencia de un delito doloso consumado (dolo alternativo cuando el desarrollo causal no era improbable) (Antón Oneca). Como apunta Mir Puig, la última solución depende de considerar al bien jurídico como valor en suma se ha conseguido lesionar ese aunque con objeto material distinto; pero, si se considera a un bien jurídico objeto empírico dotado de ciertas características típicas que lo hacen valioso no será relevante el error sobre las características no típicas como la identidad de la víctima a la que se dirige el ataque, a sabiendas de que la misma refine condiciones típicas; pero si es relevante el error sobre la dirección del ataque al objeto empírico: será relevante que no se alcance el objeto empírico atacado porque, así la agresión dolosa no se habrá dirigido a este Bien Jurídico, siendo coherente, pues, apreciar un concurso entre Homicidio Doloso tentado con Homicidio Imprudente consumado. a. El Resultado puede ser Menos o Atlas Grave Alguien, al verse asaltado por la noche, se defiende con un arma contundente, alcanzando a un tercero, mas no al agresor que intentaba detenerlo, pues recae sobre otra persona. El autor quedaría impune porque la de lesión al agresor se encuentra cubierta por la Legitima Defensa, mientras, que las lesiones producidas al tercero también quedarían impunes por encontrarse en una situación de inculpabilidad: Miedo Insuperable, no pudiéndose a tales efectos aplicar el error de tipo en su extensión regulativa, pues según nuestra posición el error que recae sobre los presupuestos objetivos de una causa de justificación debe ser resuelto según las reglas del error de prohibición. 8.5. Error sobre el Proceso Causal Se quería causar el resultado, pero por otro conducto (dos hipótesis): 1. Que la desviación del proceso causal excluya la posibilidad de Imputación Objetiva por el resultado por ruptura de la necesaria relación de riesgo del mismo con la conducta, por la concurrencia de factores causales imprevisibles para el autor. Ejemplo: se quería matar; pero solo se hiere y el herido se muere a causa de un accidente que sufre, la ambulancia por haberse conducido de forma temeraria. No concurre el tipo objetivo del delito consumado, en tanto, la causación del resultado más grave no se encuentra comprendido por la esfera subjetiva del autor, no está abarcado por la esfera cognitiva del agente. Si cabría la imputación objetiva por el resultado cuando la desviación del curso causal o no, afecta la producción del resultado querido por el autor, son irrelevantes; A dispara contra B, hiriéndole de gravedad, quien a los pocos días muere a causa de la gravedad de la conducta. En este caso el resultado acontecido es consecuencia de la realización del riesgo de la conducta desplegada por el agente. Los ejemplos —descritos-, como se sostuvo en líneas anteriores, pueden ser resueltos sin problemas con los criterios normativos que se desprenden de la teoría de la Imputación Objetiva. 8.6. El Autor se Equivoca sobre el Desarrollo de la Acción, aunque Acierta sobre el Objeto de la Misma. Precisamente es la conducta que llega a lesionar; el hecho se ejecuta en dos actos, cuya importancia estima erróneamente el autor, puesto que cree ya haber logrado el resultado en el primer acto, que en realidad se produce en el segundo, (...) es aquel que se produce cuando una persona cree haber, dado muerte ya a otra y realiza una segunda acción tendente a ocultar el delito resulta que la victima muere como consecuencia de esta segunda acción. Ejemplo: un sujeto le infiere lesiones graves al cuerpo de otra persona quedando ésta en estado inconsciente; luego, el autor creyéndolo muerto, con la finalidad de no ser descubierto lo arroja al mar, acto por el cual realmente muere. O en el caso de que A golpea fuertemente a B, creyendo que ya lo mató planea simular un suicidio, anudándole una cuerda en el cuello y muere a causa del estrangulamiento; o a quien supuestamente haberse matado a consecuencia de varios golpes, se le introduce en la cajuela del automóvil, donde recién muere por asfixia. La imputación objetiva del resultado no exige que el dolo perdure hasta momento de su producción, pero en los supuestos que comentamos, el resultado de muerte se deriva de una segunda acción que no esté ya animada por el dolo del homicidio, el dolo del autor no abarca la segunda acción que lugar al resultado lesivo. Siguiendo el hilo conductor, se aprecia tentativa de homicidio en el primer suceso, mientras que en el segundo, se le responsabiliza por homicidio culposo ya que se produce la muerte sin saberlo y este error sobre la apreciación, los hechos era evitable, si hubiera observado el cuidado debido. En este caso pues, el riesgo realizado que fue el que realmente produjo el resultado no abarcado por el dolo del autor. Sin embargo, como estima STRATENWERTH, si el segundo acto estaba ya planeado de antemano, siendo totalmente indiferente que haya ejecutado el autor mismo o un tercero. En este caso, por ende, el hecho debería ser considerado como consumado pues, el riesgo que da lugar al resultado era conocido como uno probable para producir el resultado. 8.7. Consumación Anticipada Cuando la desviación entre el resultado producido y el pensado por el autor consiste en que el resultado se, produce antes del momento en que el autor planeaba producirlos, pero se encuentra abarcado en la esfera cognoscitiva del agente, en cuanto a su finalidad de alcanzar el resultado lesivo producido por que no sería "esencial"; ejemplo: La enferma A quiere matar al inválido B, poniéndole previamente en un estado de inconsciencia, para lo cual le aplica una inyección con un fuerte somnífero; Z muere a consecuencia de un shock que le :produce el somnífero y antes de que X lo estrangule, como lo tenía planeado. Se sostiene que si el resultado ha sido producido por una acción que, por lo menos, constituye comienzo de la ejecución de la acción típica, se debe apreciar un desvío no esencial del desarrollo causal del suceso; una vez que el autor puso en acción su voluntad de realizar el tipo, la Consumación ocurrida antes de lo previsto, es por regla general, irrelevante para el autor. En consecuencia, será punible a título de homicidio doloso consumado; en este supuesto, el resultado producido es consecuencia del peligro creado por su primera acción y si el conocía que este entrañaba el suficiente peligro para producir la muerte de la víctima, no habrá sustento para negar el dolo como esencia de la cognoscibilidad. La desviación será, en cambio, esencial, si el resultado se deriva de un acto preparatorio, aunque fuera objetivamente previsible, pues no aparecerá entonces como realización de la acción prohibida por la norma (el sujeto podrá incurrir únicamente en responsabilidad por un delito imprudente), pues la realización de la primera acción es constitutiva de un riesgo no permitido que se deriva de la inobservancia del deber de cuidado.