Professional Documents
Culture Documents
¡Waaa! El amor romántico, tan hermoso y embriagador, tan dulce y toxico, En ocasiones
poesía y en ocasiones tristezas, desgarrador y rompe-corazones, y a menudo, todo eso al
mismo tiempo. Pero... ¿Por qué elegimos sufrir todo ese torbellino emocional? ¿Da el amor
sentido a nuestra vida? ¿O se trata de una vía de escape de nuestra soledad y sufrimiento?
¿Es el amor un disfraz del deseo sexual? ¿O un truco biológico para hacernos procrear? ¿Es
todo lo que necesitamos? ¡De hecho! ¿Lo necesitamos? Entonces; ¿Qué es el amor? ¿Existe
un medio que nos potencialice a saber más acerca del amor? ¿Seremos realmente felices
cuando lo encontremos?....
Si el amor romántico tiene un propósito, ¿Cómo podríamos explicarlo?
A lo largo de la historia humana, una ciencia no se ha limitado por sí misma para alcanzar
una posible comprensión de la totalidad, a partir de los primeros principios que ordenan su
conjunto. Se usan estos principios entonces para alcanzar una posible comprensión del todo
que resultan en la concepción de nuestra realidad. Entendemos como totalidad una sola
unidad del todo y ordenada, en la cual, sí hubiese algo más, entonces ya no sería una
totalidad. A estos mismos, se les otorgó origen divino desde mucho antes del primer concilio
ecuménico universal, decían a favor del argumento; que los que no han gustado del néctar y
la ambrosia son mortales, Si, en efecto, los inmortales los toman por placer, pero el néctar y
la ambrosía no son en absoluto causas del ser, y si los toman en vista del ser, ¿Cómo han de
ser eternos, si necesitan alimento? Dentro de la misma historia, algunos de los filósofos más
respetados han propuesto teorías fascinantes a cerca del amor.
Los griegos tenían más de una manera para definir al amor, una de ellas era a través de la
diosa afrodita quien regia la pasión en las relaciones sexuales, y un dios, con un poco más
de alcance; Eros, que como su nombre lo deriva, dota de erotismo cualquier actividad
humana. Eros, es esa sensación que atraviesa nuestros cuerpos cuando descubrimos a la
persona que estábamos buscando, en términos de la cotidianidad, eros es lo más parecido a
nuestro estado de enamoramiento apasionado, es esa sensación que modifica nuestra
percepción sobre todas las cosas. Todo se nos vuelve más dulce, más bueno, más interesante,
más profundo. Eros es estar flechado, y no es solo una metáfora, el dios eros en la mitología
romana era el dios cupido, el dios niño, con su arco, y su flecha. Por eso con el
enamoramiento la sensación es de una sublime plenitud, alcanzar ese estado de plenitud a
través del otro es completarse a uno mismo, y cuando nos enamoramos apasionadamente,
nos sentimos plenos, pero… ¿es esto posible? Cuando nos sentimos plenos, ¿después qué?
¿Es esta una forma de amor que puede perdurar? Sobre todo, porque cuando amamos no
queremos que termine, y se nos olvida que nada es para siempre. Se trata de un deseo que no
se sosiega, Epicuro afirmaba que la felicidad se alcanza en la medida en que nada nos
perturbe; ser feliz es alcanzar un estado de imperturbabilidad absoluta, claro que lo que más
nos perturba, es lo que más nos causa dependencia, ¿No se vuelve así el amor un estado de
perturbación permanente? El problema de eros; es que ama en función de un otro, pensamos
en el otro con la cuestión del; me, a medida de lo que nos llena, de lo que nos gusta, de lo
que nos expande. ¿No se vuelve así, una relación con uno mismo? La tragedia del amor de
eros es que cuando llega a un punto de expansión máximo; siempre se derrumba. El amor de
eros se convierte en tedio, en aburrimiento, se aburguesa. Entonces el problema también tiene
que ver con el otro, si es que queda un otro, el otro también ama a partir de una falta, la
sensación de estar completos se disipa incesantemente y el otro no encaja y no hay vínculo
posible. Es que si pensamos al amor como algo que conseguimos, algo que incorporamos,
algo de lo que nos apropiamos, el amor como una propiedad siempre fracasa. El amor duele
porque lo concebimos pleno, y sin embargo nunca cierra. ¿Será entonces que existe una
manera diferente de pensar al amor? si el amor por ley universal, es libre, ¿no es acaso esta
una pista? ¿Podría ser una retirada? ¿Una deconstrucción? pero, ¿Podemos ir en contra de
nosotros mismos? ¿Podemos apagar la llama del apego, la aversión y la ignorancia?
¿Podemos nosotros mismos escapar de nuestros mundos solitarios y disfrutar de la alegría de
la vida? ¡Pero qué bueno sería repensarnos a nosotros mismos! Mirar, detenidamente como
poder evitar ser un reflejo atrapado en un espejo y hacer a un lado todo lo que nos hace
“creer” que estamos libres y despiertos. Los filósofos suponen una dicotomía entre lo real y
lo aparente como una separación nítida e incuestionable. Pero, ¿Podemos o no podemos saber
si somos prisioneros de un espejo? es que todo se reduce a la cuestión del saber, ¿cómo
saberlo? ¿Y…, Porque suponer como cierta la separación tan tajante entre lo real y lo
aparente? ¿Y qué pasaría si un prisionero se levanta un día y mira diferente? ¿Por qué no
sentirse extraño, deprimido, no generaría esto una sensación de extrañamiento? Un
acontecimiento que resquebraja y desborda la percepción, la puesta entre paréntesis de todo
funcionamiento, todo puede ser de otra manera, una en la que solo así podamos siquiera
seguirle el rastro a todo aquello que se nos escapa, algo parecido a lo que los antiguos
llamaban; amor como ágape, un amor que no cosifica, un amor del que no se apropia, con el
que no se gana, se da, se pierde, se entrega. Un amor en el que la normalidad no determina
de manera inauténtica nuestro existir, y en el que nuestra autonomía no es limitada por el
dispositivo del engaño en la cotidianidad. Es que en la confusión entre lo real y lo aparente
siempre terminamos participando poco de la experiencia, y como bien afirmaba Polo; la
experiencia hizo el arte, y la inexperiencia el azar, Hay que entender que pensar en términos
de lo que podemos ser o no ser; es permanecer atrapados en una lógica binaria. Conocer más
a ese deseo que no se sosiega y que hace presente al amor imposible, en donde todos los otros
amores menores fracasan. ¡Pero entonces! ¿Qué es el amor?.... tal vez el destello incesante
de toda esa universalidad que apasiona a nuestro ser.