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La consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al

dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana tuvo
su antecedente en la invasión de Francia a España en 1808 y se extendió desde el Grito de Dolores,
el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del ejercito trigarante a la Ciudad de México, el 27
de septiembre de 1821.

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Por qué muchos catalanes quieren independizarse


de España?
Cerca del 80% de los catalanes no están de acuerdo con su actual sistema de
autogobierno. La decisión de separase está basada en aspectos económicos,
políticos y culturales.

Los partidarios de la independencia dicen que Cataluña, que tiene su propia


lengua y cultura, es una "nación" y que como tal se les debe permitir tener su
propio Estado. Asimismo, sostienen que son una de las regiones más ricas de
España, con un PIB de 250 mil millones de dólares, y que le están transfiriendo
un exceso de recaudación fiscal a las comunidades más pobres.

¿Por qué el Tribunal Constitucional considera que


el referéndum catalán es inconstitucional?
El Tribunal Constitucional español suspendió la votación amparándose en dos
puntos. Uno de ellos dice que la nación española "es indivisible" y por el otro lado,
hay una ley que establece que el único que tiene "potestad" para convocar el
referéndum es el Estado Central. Estas consultas solo pueden ser proclamadas
por el Rey, a propuesta del presidente del gobierno y con previa autorización del
legislativo.

Por esta razón, el parlamento catalán aprobó una ley para gestionar la
transición de una Cataluña autonómica a una independiente al margen
de las leyes españolas. Sin embargo, el Tribunal Constitucional
suspendió esta ley.
uego de muchísimos años de malos gobiernos, corrupción, desigualdad
social y abusos por parte de los políticos y las clases gobernantes, una
nueva tendencia se está apoderando de México, el deseo de muchos
estados de separarse del país para ser una nación independiente.

En redes sociales están llamándolo ‘México del Norte’, y es que todos los
estados de la parte norte del país quieren unirse para crear una nación
independiente ya que además de no estar conformes con lo que ocurre
en el país, aseguran tener lo necesario.



VER MÁS: Este candidato a la presidencia de México propone pena de


muerte a políticos corruptos
Las Baja Californias, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila,
Sinaloa y Chihuahua son los estados que conformarían esta nueva
nación, e incluso en redes sociales ya existe un perfil de Facebook que
apoya que se separen de México, ¿tú qué opinas?.



Por qué Texas se separó de México? Desde la época colonial, los territorios del
norte de la Nueva España se encontraban despoblados y la comunicación con
los colonos que habitaban esta zona era, prácticamente, nula. Posteriormente,
tras la independencia de México, el gobierno, localizado en la Ciudad de México,
no mantenía ningún control sobre estos territorios; por lo que, con el paso del
tiempo, adquirieron una identidad propia, influida fuertemente por la cultura
estadounidense. Guerra de Independencia de Texas Así, el 2 de octubre de
1835, aproximadamente 14 años tras la finalización de la guerra de
independencia mexicana, dio inicio la guerra por la independencia de Texas, que
en ese momento se encontraba anexada al estado mexicano de Coahuila.
Rebeldes texanos se levantaron en armas y proclamaron su independencia;
siendo su principal caudillo el general Samuel Houston. Durante dicha guerra, la
milicia texana fue apoyada por el gobierno estadounidense, facilitándole el libre
tránsito por su territorio, así como armamento y hombres. La guerra concluyó
con la batalla de San Jacinto, en territorio texano, en la que los rebeldes
triunfaron frente al ejército mexicano y capturaron al presidente que lo
comandaba: Antonio López de Santa Anna; al que obligaron a firmas el Tratado
de Velasco, documento mediante el cual se reconocía la independencia y
soberanía de la República de Texas. Por su parte, el gobierno federal nunca
reconoció la validez de dicho tratado por el que Texas se separó de México;
argumentando que al haber sido firmado por un presidente preso, perdía
cualquier valor legal. Posteriormente, entre los años de 1842 y 1844, México
intentaría recuperar el territorio de Texas, lo que fracasaría rotundamente.
Finalmente, en el año de 1845, la República de Texas se anexaría a los Estados
Unidos, dado el crecimiento que esta nación había experimentado en las
décadas anteriores; así como por la afinidad cultural de ambas partes.

Fuente: ¿Por qué Texas se separó de México?


http://www.mexicomipais.com/porque-texas-se-separo-de-mexico
a mayoría de los mexicanos desconoce de qué país se independizó
México, señala la encuesta más reciente de Parametría, que agrega que al
comparar los datos registrados en la capital del país y a nivel nacional se
puede observar que en el Distrito Federal hay mayor conocimiento
sobre esa etapa en la historia del país.

Otro dato que destaca es que que 25% de los entrevistados mencionó
erróneamente a personajes de otras etapas de la historia como
personas que estuvieron involucradas en la batalla de la
Independencia.

Al ser cuestionados sobre de qué país se independizó México, únicamente


32% respondió que fue de España, mientras que 51% desconoce de qué
país fue y 13% consideró erróneamente que la emancipación fue
de Estados Unidos.

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Por lo que usted sabe, ¿De qué país se independizó México? | Create infographics

“Un dato importante es que este año se registró el porcentaje más


bajo de ciudadanos que indican correctamente el país del cual se
independizó México. Cuando preguntamos sobre el tema por primera vez
en 2009, 46% señaló correctamente que nos emancipamos de España. Para
abril de 2010, ese porcentaje creció a 53%, no obstante cinco años después
descendió 21%”, destaca Parametría. El héroe nacional más
identificado con el movimiento de independencia es Miguel
Hidalgo y Costilla, quien es conocido por 26% de los encuestados. José
María Morelos y Pavón es el segundo personaje más recordado con 14% de
las menciones, mientras que Josefa Ortiz de Domínguez ocupa el tercer
puesto con 9%. Entre los personajes menos conocidos que fueron
mencionados por algunos de los entrevistados se encuentran: Ignacio
Allende, con 5% de las menciones; Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero,
con 2%, mientras que Ignacio Aldama y Guadalupe Victoria fueron
mencionados por 1% de los encuestados.
¿Me podría mencionar algunos héroes de la independencia de México? | Create infographics

Cuando se les preguntó si consideran que México estaría mejor o peor si en


la actualidad siguiera dependiendo de España, uno de cada tres
entrevistados consideró que estaríamos peor de seguir siendo
colonia española, mientras que 25% dijo que estaríamos mejor.
“Al comparar los resultados con 2009, vemos que aunque sigue siendo
mayor el porcentaje de mexicanos que cree que estamos mejor siendo
independientes. Ese número se ha reducido en seis años al pasar de
44% a 33%, además se han incrementado aquellos que
mencionaron desconocer qué pasaría si todavía siguiéramos
dependiendo de España, al transitar de 19% a 24%”, indica Parametría.
En su opinión, ¿México estaría mejor o peor si todavía siguiera dependiendo de España? | Create infographics

Este año se cumple el 205 Aniversario de la Independencia de


México, movimiento que inició en 1810 y concluyó once años después en
1821. Nuestro país fue colonia española desde 1521 cuando el ejército, al
mando de Hernán Cortés, conquistó la ciudad de México-Tenochtitlan.

Nota Metodológica:

PARAMETRÍA: Encuesta Nacional en vivienda. Representatividad:


Nacional. Número de entrevistas: 800 cuestionarios hechos a personas de
18 años en adelante con credencial para votar que residan en el lugar de
interés al momento de la entrevista. Fecha de levantamiento: del 22 al 26
de agosto de 2015. Tasa de Rechazo: 38 %. Nivel de confianza estadística:
95 %. Margen de error: (+/-) 3.5 %. Diseño, muestreo, operativo de campo
y análisis: Parametría SA de CV. Método de muestreo: Aleatorio
sistemático con probabilidad proporcional al tamaño. Unidad de muestreo:
Las secciones electorales reportadas por el INE.

LOS RECURSOS NATURALES Y LA POBLACIÓN


La selva precede al hombre;
el desierto le sigue.
Paris, Mayo 1968

Los recursos naturales constituyen un tema de debate constante en la escena


político-económica contemporánea. Las formas de apropiación, explotación,
comercialización y destino final de tales recursos afectan profundamente las
relaciones internacionales, determinan flujos financieros de envergadura y son
causa de conflicto entre Estados soberanos y corporaciones transnacionales. Pero
su importancia va aún más lejos. Podría decirse que la dotación de recursos y las
modalidades adoptadas para su apropiación y explotación contribuyen a definir
patrones específicos de desarrollo en países centrales y periféricos, así como su
forma de inserción en el sistema mundial, en un proceso acumulativo que
refuerza un sistema de división internacional del trabajo.

Las formas de explotación y utilización de los recursos no sólo afectan


profundamente el funcionamiento del sistema socioeconómico mundial, sino que
impactan y alteran los sistemas naturales, hasta el extremo de amenazar sus
límites últimos y las posibilidades de sobrevivencia en la tierra. Esta nueva visión
del problema y la conciencia creciente acerca de su globalidad han centrado el
debate mundial en torno a la finitud de los recursos y el freno eventual que tal
finitud podría constituir para el desarrollo. Es decir, se ha centrado la atención en
la existencia y disponibilidad de los recursos, más que en las formas de
explotación y en su uso y que están estrechamente ligados al estilo actual de
desarrollo. Este énfasis en las limitaciones físicas por sobre las prioridades
socioeconómicas de ciertos grupos sociales ha fortalecido la opinión de que la
escasez relativa de los recursos naturales constituye el tope al desarrollo de la
humanidad, pasando este a ser un aspecto clave, alrededor del cual se elaboran
los argumentos en pro y en contra del crecimiento cero. Quizá la otra cara de la
polémica --básicamente centrada en los aspectos socioeconómicos-- está dada
por las discusiones en torno a la necesidad de buscar una relación más equitativa
que las actuales formas de intercambio, entre las cuales los recursos naturales
ocupan un lugar de extrema importancia.

Algunos hechos, consecuencia del sistema internacional de relaciones vigente


han contribuido a enardecer el debate sobre los recursos naturales. Entre ellos
cabe mencionar las crisis de petróleo en 1973 y 1978, que atrajeron la atención
pública y centró la polémica mundial tanto en la utilización como en la
disponibilidad de los recursos energéticos y en las formas de gestión de los
mismos.
Otro elemento fundamental en esta polémica es el factor población. El
crecimiento de la población, y la presión que supone sobre la producción de
alimentos y recursos naturales en general, constituye uno de los aspectos más
visibles de la relación medio ambiente-desarrollo. Como en cualquier ecosistema
natural, el aumento de la población que lo habita significa una presión creciente
sobre el mismo. En el caso de la población humana tal presión es mayor todavía,
pues no se trata sólo de un aumento numérico, sino asociado además a la
creación y diversificación de nuevas necesidades. Este aspecto cualitativo se
traduce en exigencias sobre los recursos, que en términos cuantitativos son un
múltiplo del crecimiento de la población. Nuevamente en este caso, la relación
población-recursos ha sido vista más en su dimensión cuantitativa que en los
aspectos cualitativos que la acompañan y que, en términos de recursos, son
muchas veces más onerosos que el mero crecimiento de la población.

Los recursos naturales han sido objeto de preocupación a lo largo de la historia


del pensamiento económico. Entre diversos paradigmas científicos, su
consideración ha ido reflejando las ideologías imperantes en cada situación
histórica particular.

La necesidad de una adecuada situación de recursos naturales en términos


globales, capaz de sustentar un proceso de desarrollo, fue ampliamente
examinada por los clásicos, en especial por Malthus, Ricardo y Mill. Según estos
autores, la eventual escasez de los recursos naturales llevaría a la larga a un
estado estacionario. Dicha preocupación reaparece en los llamados
neomalthusianos, y más recientemente en los trabajos patrocinados por el Club
de Roma sobre los límites del crecimiento y en las expresiones vertidas por
diversos autores, posiciones éstas muy controvertidas que mantienen vigente y
vivo el debate.

Una segunda preocupación de los economistas tiene un carácter más limitado y


se enfoca al examen de la forma de utilización de recursos naturales concretos
para la producción de los bienes y servicios que demanda el mercado. En este
caso el interés por los recursos naturales está enmarcado en el enfoque tradicional
de la evaluación de proyectos: los recursos naturales son considerados como un
acervo de capital, y desde este punto de vista lo importante es definir cómo deben
ser explotados, ya sea con el fin de maximizar las utilidades del productor
privado o los ingresos del país productor y su crecimiento económico. En tal
enfoque se pone el acento en la necesidad de maximizar los retornos de la
inversión, las utilidades y el aporte al producto nacional.
CONTROVERSIA SOBRE RECURSOS NATURALES-POBLACIÓN
CONTROVERSIA SOBRE RECURSOS NATURALES-POBLACIÓN

To start on a wrong path leads


to wrong destinations.
Mazisi-Kunene

La preocupación por la escasez de los recursos naturales fue planteada por vez
primera en forma sistemática en 1798 por Malthus. Su proposición básica se
refiere a la relación población-recursos alimenticios, y señala que mientras la
población crece en proporción geométrica, la producción alimenticia lo hace en
proporción aritmética. Malthus concrenta su análisis fundamentalmente en el
recurso tierra, que considera como finito. En este contexto la escasez del factor
tierra se hace extensiva al resto de los recursos, que pasan a estimarse como
limitados frente a una población siempre creciente. El supuesto básico es que los
recursos constituyen una existencia finita, siendo este hecho el que define el
concepto de escasez.

David Ricardo comparte en gran medida la preocupación malthusiana por el


incremento de la población, pero extiende sus análisis a todos los recursos y no
particularmente al recurso tierra. Sin embargo, su enfoque del problema no
descansa en el hecho de que los recursos sean finitos, sino en la comprobación
empírica de que los recursos varían en calidad y en ubicación. Ello determina un
uso diferencial en función de sus respectivas calidades y ubicaciones, que se
traduce en rendimientos económicos decrecientes, al requerir su explotación
mayores cantidades de capital y trabajo. Los problemas de escasez relativa se
traducen así en precios y costos crecientes que se manifiestan desde el momento
mismo en que el recurso de menor calidad y/o más desfavorablemente ubicado se
incorpora al proceso productivo. Es decir, la escasez de recursos, desde de la
perspectiva malthusiana, se da en términos absolutos: recursos homogéneos y en
cantidades finitas. En cambio, en Ricardo el supuesto de calidad diferencial
implica un concepto distinto de escasez, definido por los rendimientos
decrecientes que empiezan a manifestarse una vez que el recurso de mejor
calidad y más favorablemente ubicado ha sido utilizado por completo. Esta
situación no necesariamente coincide con el límite absoluto de los recursos
naturales.

John Stuart Mill clarificó y sistematizó el pensamiento de Malthus y Ricardo.


Subrayó el enfoque de éste último al asignar a su concepto de escasez --
determinado por la cantidad limitada en términos de calidad y productividad--
más importancia que a la noción de escasez definida en términos absolutos.
Destacó lo que califica como la ley más importante de la economía política: el
«efecto de escasez», que define cómo el incremento del costo de capital y trabajo
por unidad de producción, debidos a la incorporación al proceso productivo de
recursos naturales de calidades inferiores o localizados desfavorablemente.

Un segundo elemento importante aportado por Mill es lo que denomina el


progreso de la civilización, fenómeno que contrarrestaría la tendencia a los
rendimientos decrecientes. Este principio antagónico se refiere al progreso de las
técnicas agrícolas en los conocimientos sobre agricultura y ganadería; la
incorporación de nuevos productos alimenticios, y la reducción de desechos en
las actividades del agro. Dicho efecto contrastante sería más factible en el sector
minero que en el agrícola. El concepto de progreso en los términos empleados
por Mill constituye una incipiente tentativa de incorporar el cambio tecnológico
como un elemento fundamental para evitar la escasez.

Los planteamientos sobre la escasez de los recursos naturales fueron


reactualizados por los movimientos conservacionistas que se desarrollaron
fundamentalmente en Estados Unidos a fines del siglo XIX y comienzos del XX.
La preocupación se circunscribe a un problema nacional, en el cual el efecto de
escasez de Ricardo y Mill es destacado por sobre el concepto del límite absoluto
de los recursos preconizado por Malthus. Un aspecto importante esbozado por los
conservacionistas es el de la interdependencia de los recursos naturales y el de
los aspectos asociados a su deterioro o pérdida como consecuencia de la
utilización de otros recursos o de su empleo en un uso alternativo. Ejemplo de
esto sería el uso de terrenos agrícolas para carreteras o zonas urbanas.

La idea de límites absolutos o de escasez de los recursos naturales como un


obstáculo al crecimiento ha sido replanteada en los informes preparados por el
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), bajo los auspicios del Club de
Roma, conocidos como World III, o, más comúnmente, en el libro de
Meadows.1 Los conceptos malthusianos de límites absolutos de los recursos y
crecimiento exponencial de la población son desarrollados y enriquecidos con la
consideración de los problemas de la contaminación y del deterioro del medio
ambiente natural en general.

Dentro del modelo elaborado por Meadows y sus colegas para el Club de Roma,
el tema de los recursos naturales se examina detalladamente a través de dos
submodelos: uno para los recursos naturales «no renovables» y otro para el sector
agrícola. El supuesto básico es que los recursos minerales son limitados y que --
dado el ritmo de utilización actual-- sólo puede garantizarse un suministro de 250
años. A ello se añaden los costos de capital para ubicar y desarrollar nuevos
recursos, que aumentan rápidamente a medida que se aproximan al límite.
Los supuestos anteriores son apoyados con un tercero, referente al desarrollo
tecnológico. éste sería incapaz de contrarrestar los efectos de costos crecientes en
la explotación de los recursos naturales de origen minero. En relación con el
sector agrícola, responsable de la producción alimentaria para una población que
crece exponencialmente, el modelo de Meadows postula también una serie de
supuestos: la tierra agrícola arable es limitada y son crecientes los costos de
incorporar nuevas tierras al sistema productivo. Ello se asocia al hecho de que los
rendimientos de la actividad agrícola son claramente decrecientes. Los problemas
anteriores se acentúan por la pérdida de los terrenos agrícolas, causada por un
proceso centenario de erosión, a la utilización de los suelos agrícolas para otros
fines (carreteras, construcciones habitacionales y/o industriales, etc.) y a la
pérdida de fertilidad por la contaminación.

Las teorías de que la sociedad llegaría a un estado estacionario, y eventualmente


al colapso definitivo como consecuencia de la escasez de recursos naturales, vis à
vis del crecimiento exponencial de la población, fueron y aún son rechazadas por
muchos. Marx atacó violentamente las tesis malthusianas, argumentando que si la
sociedad se dirigía hacia un estado estacionario o de crisis del sistema, se debía a
razones socioeconómicas y en ningún caso a razones de límites físicos absolutos,
rendimientos decrecientes y crecimiento explosivo de la población. En su
opinión, más que un científico, Malthus era el representante de una determinada
clase social, y sus argumentos estaban orientados a justificar ciertas medidas
económicas y sociales. Decía al respecto:

The people were right here in sensing instictively that they were
confronted not with a man of science but with bought advocate, a pleader
of behalf of their enemies, a shameless sycophant of the ruler class.2

En lo referente a la población, Marx rechaza la «ley biológica natural», que


llevaría a un exceso de población.

...Dicho exceso poblacional es aparente y creado por el sistema


capitalista. De hecho, el sistema capitalista «necesita de la
superpoblación». Hasta el propio Malthus reconoce como una necesidad
de la industria moderna, la necesidad de la superpoblación, que él con su
horizonte limitado, concibe como un exceso absoluto de población obrera
y no como un remanente relativo.3

El exceso de mano de obra en el sistema capitalista es una exigencia sine qua


non para su funcionamiento:
...a la producción capitalista no le basta la cantidad de trabajo disponible
que le suministra el crecimiento natural de la población. Necesita, para
poder desenvolverse desembarazadamente, un ejército industrial de
reserva, libre de esta barrera natural.4

En función de las fluctuaciones de este ejército industrial de reserva se regula el


movimiento general de los salarios. Además de la existencia de una parte de la
población obrera condenada al desempleo, crea una situación de oferta de trabajo
superior a la demanda de mano de obra, con lo cual se contribuye a la formación
del ejército industrial de reserva y se incrementa la creación de riqueza en
beneficio del capitalista. Por lo tanto,

...al producir la acumulación de capital, la población obrera produce


también, en proporciones cada vez mayores, los medios para su propio
exceso relativo. Es esta una ley de población peculiar de régimen
capitalista, pues en realidad todo régimen histórico concreto de
producción tiene sus leyes de población propias.5

El planteamiento marxista establece claramente que la población no debe ser


considerada como variable externa ni como un parámetro. Más bien constituye
una variable interna, cuya trayectoria y dinámica está condicionada por las
formas de producción.

Marx rechaza también el planteamiento ricardiano de los rendimientos


decrecientes, con el argumento de que su autor ignoraba la función de la
innovación y el desarrollo tecnológico como las fuerzas fundamentales del
sistema capitalista. El planteamiento malthusiano-ricardiano se encuentra en
contradicción con la historia.

No cabe duda que, a medida que progresa la civilización, se ponen en


cultivo tierras cada vez de peor calidad. Pero tampoco cabe duda de que
estas tierras de peor calidad son aún relativamente nuevas en
comparación con las tierras buenas anteriores, gracias a los progresos de
la ciencia... Desde 1815 el precio del trigo ha bajado de 90 a 50 chelines y
aún más, de un modo irregular pero constante. La renta ha ido
constantemente en aumento. Así ha ocurrido en Inglaterra y
también, mutatis mutandis, en todos los países del continente... Lo
fundamental en todo esto está en acomodar la ley de la renta a los
procesos de fertilidad en la agricultura, único modo de explicar, de una
parte, los hechos históricos y eliminar, de otra parte la teoría malthusiana
del empeoramiento no sólo de brazos, sino también de la tierra.6

Marx reconoce la existencia de distintos tipos de fertilidad de los suelos, pero


subraya el hecho de que la fertilidad de la tierra aumenta generalmente en forma
paralela al desarrollo de la sociedad. Once años más tarde --y también
dirigiéndose a Engels7-- afirma que la premisa ricardiana de «un deterioro
constante de la agricultura parece los más ridículo y arbitrario».

La argumentación posterior en contra de los planteamientos neomalthusianos y


de las tesis ricardianas reforzaría la importancia del desarrollo científico
tecnológico como una fuerza que se opone a los rendimientos decrecientes. La
sustitución y el reciclaje, posibilitados por la tecnología, permiten evitar la
escasez y el colapso definitivo, y explican además la tendencia a la baja de los
precios de productos agrícolas y mineros.

El desarrollo científico-tecnológico contribuye no sólo a explicar el aumento en


la producción agrícola y minera, sino también el aumento de las posibilidades de
sustitución, al descubrir nuevas fuentes de materias primas y lograr nuevos
productos para satisfacer las mismas necesidades. De este modo permite, por un
lado, el desplazamiento y la sustitución hacia aquellos productos de costos
menores o con tendencias decrecientes, y por otro, explica una tendencia a la
reducción de costos y al aumento de la rentabilidad en la explotación de los
recursos tradicionales.

El conocido trabajo de Barnett y Morse señala que en el periodo 1870-1957 los


costos unitarios en el sector agrícola experimentaron tendencias decrecientes,
sobre todo a partir de 1919:

The period 1870-1919 was characterized by a middle declining unit cost of


agricultural products. During the period 1919-1957, agriculture
experienced a more sharply declining unit cost. During 1870-1919 units of
cost in terms of labour and capital declined by a compound rate of 0.4 per
cent by year. But comparable unit cost during 1919-57 declined by 1.4
percent by year.8

En lo que toca a los recursos de origen mineral, en el mismo estudio se resume la


situación y se afirma que, desde 1880, los costos por unidad de producción neta,
medidos en trabajo, o trabajo y capital, ha declinado rápida y persistentemente.
Hacia el final del periodo (1960), el costo del trabajo y capital por unidad de
producción sólo era un quinto del registrado en 1889. La caída es aún mayor para
el costo de trabajo tomado aisladamente. De nuevo el incremento de
productividad es más rápido en la segunda parte del periodo que en la primera.
De 1889 a 1919 se estima que el costo unitario en capital y trabajo de la
producción de minerales declinó a una tasa del 1.2% anual; de 1919 a 1947 la
tasa descendió en 3.2% anual.9

Lo anterior revela que el mayor ritmo de reducción en los costos de explotación


se presenta, paradójicamente, en un periodo en que el consumo de minerales
supera todos los niveles precedentes en la historia de la humanidad.

El debate sobre la relación entre recursos y población se polariza en dos


posiciones extremas: la del estado estacionario o la del expansionismo continuo.

Las teorías del estado estacionario no son nuevas. Los clásicos no sólo lo
concebían, sino que también lo preveían y en algunos casos lo consideraban
como una solución o un estado ideal digno de alcanzarse. Tanto Adam Smith
como David Ricardo veían claros límites al proceso de crecimiento sostenible.
Según la visión clásica tradicional, tal crecimiento es posible en la medida en que
exista una tasa de ganancia positiva, aspecto que asigna a los capitalistas un papel
decisivo en el proceso, pues lo mismo los terratenientes que los trabajadores
tienden a consumir la totalidad de sus ingresos.

Son los capitalistas los que ahorran una parte de sus ingresos, parte que
finalmente se transforma en un fondo de inversiones mediante el cual se expande
el proceso productivo a través de la contratación de más mano de obra, más
equipos y mayor empleo de los recursos naturales. Pero las ganancias del capital
se ven afectadas por el crecimiento de la población y por la calidad y cantidad
disponible de recursos naturales.

El proceso expansionista, al aumentar la demanda de mano de obra, tiende a


hacer subir la tasa de salarios, con lo cual sube el ingreso de los trabajadores.
Mejoran así sus condiciones de vida, y con ello se produce una baja en la tasa de
mortalidad, de la que, al cabo de cierto tiempo, tiende a reducir los niveles de
salarios reales.

Por otro lado, la mayor población estimula la incorporación de tierras de inferior


calidad para producir los alimentos necesarios. La presión sobre la tierra se
traduce en una mayor renta para la tierra de mejor calidad. Es así como el
terrateniente tiende a absorber un porcentaje creciente del valor producido, lo
cual quiere decir que la parte a distribuir entre capitalistas y trabajadores,
ganancias y salarios, es cada vez menor. Si declinan tanto la tasa de ganancia
como la de salarios, se dan dos efectos negativos sobre el proceso de crecimiento.
En la medida en que la primera se acerca a cero, el proceso de acumulación
tiende a reducirse, y con ella el crecimiento, llegando eventualmente a cero,
cuando la tasa de ganancia llega, asimismo, a cero.

Por otro lado, la tasa de salarios tiende a bajar, llegando a sus niveles naturales o
de subsistencia. Cuando las tierras fértiles se han agotado paulatinamente, y los
costos para hacer producir la tierra más pobre sólo alcanzan para cubrir los
salarios naturales, no hay ya más estímulos para el capitalista, pues sus ganancias
son cero y no hay incentivos ni posibilidades para su acumulación.

Este fenómeno puede ser retardado y contrarrestado en cierta medida mientras


existan recursos naturales abundantes y de buena calidad, lo cual permitiría un
proceso de acumulación de capital tan rápido que posibilitaría elevadas tasas de
salarios.

El progreso técnico, que aplaza la incorporación de tierras de menor calidad, o


permite su explotación a costos decrecientes, es la segunda forma que considera
Ricardo para retardar la llegada del estado estacionario. Finalmente, un tercer
factor que lo aleja es el comercio internacional, que permite la especialización de
los países industrializados en la producción de manufacturas y la de los países en
vías de desarrollo ricos y con abundantes tierras, en la producción alimentaria y
de materias primas. Por ello, Ricardo consideraba el estado estacionario como
algo muy lejano.

Malthus pone el acento sobre el aspecto de la demanda efectiva y centra su


análisis en los efectos del aumento de producción y población resultantes de los
estímulos y de los deseos. Por lo tanto, su análisis se basa en las razones que
estimulan el consumo y en una ley del crecimiento de la población asociada a la
concepción de un mundo finito y de recursos limitados. Afirma que la riqueza
produce deseos, pero que también los deseos producen riqueza. Ahora bien, los
deseos y el consumo conspicuo de los ricos puede traducirse en cierta demanda
que, a la larga, crea empleo, mientras que el consumo de los pobres y sus deseos
sólo se traducen en consumo de alimentos y crecimiento de la población. Por el
contrario, en las clases altas, el consumo conspicuo se asocia con una política
prudente en términos de expansión de la familia.

El razonamiento de Malthus es diferente en el caso de capitalistas y terratenientes


que en el de los trabajadores. Así, por un lado, la ley natural de la población le
permite pronosticar un estado inevitable de miseria para la

nmensa extensión geográfica, ya que se trata de uno de los países más grandes del mundo.
Gran territorio conlleva necesariamente gran diversidad, no sólo en cuanto a paisajes o clima,
sino también en lo referente a costumbres, puntos de vista, historia propia y en definitiva,
maneras diferentes de entender la vida.

Quizás sea esta, más que ninguna otra parte del mundo, donde más gente de procedencias y
raíces distintas convivieron jamás en un mismo espacio. De hecho, la historia de Estados
Unidos es también la historia de sus orígenes mestizos, primero sueño dorado de cuantos
europeos de distintas nacionalidades se aventuraron a cruzar el charco –cada cual con sus
razones y su bagaje a la espalda- y más tarde punto de encuentro de infinidad de minorías de
una y otra parte del mundo, por no hablar de los habitantes nativos de lo que hoy es este
enorme país y antes fuera una tierra inhóspita y desconocida que albergó civilizaciones
milenarias.

Estados Unidos lleva más de un siglo recibiendo inmigración de todas partes del mundo.

En fin, como íbamos diciendo, en Estados Unidos el contraste es la norma, cosa que reviste
a la sociedad norteamericana de una enorme complejidad. Y como no puede ser de otra
manera, gran complejidad social implica en este caso grandes problemas sociales en los
que evidentemente entran en juego muchos más factores que no tienen que ver con la
multiculturalidad propia del país. Aunque sin duda, ésta contribuye en cierta manera.

Los problemas sociales en Estados Unidos son una realidad latente de la que se habla
más o menos según vayan las cosas. Como en cualquier otro lugar, pues nadie está libre de
pecado, pero quizás en el caso norteamericano el conflicto social tenga una especial
proyección al exterior, a veces magnificada, a causa de la evidente importancia que el país
tiene a nivel internacional. Sea como fuere, dicho tipo de conflictos determinan y condicionan
la vida y las relaciones sociales en la primera potencia mundial.
Uno de los más importantes es el problema atávico de la discriminación social, aunque a lo
largo de la historia se han hecho increíbles avances en este sentido. Sin embargo aún hoy es
frecuente la discriminación hacia minorías étnicas importantes, como la de origen
afroamericano o el creciente número de personas de origen latinoamericano, especialmente
en los estados sureños en que son más numerosas. Además, después del pánico colectivo
que ocasionaron los atentados de 11-S, también los ciudadanos originarios de países árabes
experimentaron un creciente rechazo entre la población norteamericana.

Por citar un ejemplo, aún en nuestros días, ser negro en Estados Unidos supone tener tres
veces menos posibilidades de encontrar trabajo y estadísticamente más del doble de
acabar en la cárcel o de ser juzgado más severamente por los mismos delitos, a pesar de
constituir esta minoría sólo el 12% de la población. De hecho, hasta un 60% de su población
carcelaria se compone de minorías étnicas. Tienen mucho que ver en este sentido
las importantes desigualdades sociales que aún hoy existen. Tanto afroamericanos como
latinos tienen menores posibilidades económicas e incluso muchos de ellos carecen de seguro
médico.

Barack Obama, el primer presidente mestizo de la historia, llevaba la universalización de la


sanidad como medida estrella de su programa, pero la gravedad de la crisis económica y la
fuerte oposición de los republicanos han dificultado en gran medida la realización del proyecto
hasta prácticamente dejarlo en suspenso temporal y a la espera de que el actual presidente
revalide la confianza de su electorado en las próximas elecciones.

Una cosa está cambiando en los últimos años y es la propia percepción que los ciudadanos
tienen del conflicto social. La tradicional confrontación entre blancos y negros se ha visto
desplazada de la primera a la tercera posición como principal asunto social para dejar paso a
la confrontación entre blancos y todo el conjunto de minorías étnicas del país. Así lo desvela
un estudiollevado a cabo en 2009, en que se sondea la opinión acerca de los principales
grupos en conflicto. En segundo lugar queda la confrontación entre pobres y ricos y por
último la oposición entre jóvenes y viejos, es decir, el conflicto generacional.
Mapa que muestra la enorme diversidad étnica existente en los Estados Unidos.

Una más que clara mayoría (55%) de las 1.815 personas de más de 16 años (mayoría de
edad para votar en EE.UU) que participaron en el estudio coincidió en calificar de ‘fuerte o
muy fuerte’ el conflicto entre nativos y no nativos en Estados Unidos. Por supuesto cada grupo
étnico tiene su propia percepción del problema; así, hasta casi un 70% de los hispanos y un
61% de los afroamericanos perciben la fractura social de esta manera, frente al 53% de los
blancos, a quienes no les afecta la discriminación.

Pero no sólo se dan casos de discriminación por motivos étnicos o culturales;


también persiste la desigualdad entre sexos, a pesar de haber sido este un país pionero en
la lucha feminista por los derechos de las mujeres. Todavía hoy muchas de ellas cobran
menos que sus colegas masculinos por el mismo trabajo, o bien sufren acoso sexual, maltrato
o violaciones sin que las autoridades competentes muestren una preocupación suficiente.

También el colectivo homosexual es aún objeto de discriminación. Aunque se está avanzando


en el tema y el debate está abierto, aún hay 20 estados que mantienen leyes ‘contra la
sodomía’ o los prohíben constitucionalmente. En estos estados, desvelar su condición de
homosexual puede costarle su empleo a un trabajador, legalmente. Sin embargo ya son seis
los estados que reconocen de pleno derecho el matrimonio de dos personas del mismo sexo.
La prueba más fehaciente de que el debate está abierto es el caso de California, donde se
reconocieron hace unos años, para más tarde volverlos a vetar. Aún así, todavía se dan
demasiados casos de agresiones contra gays, lesbianas y transexuales,
desafortunadamente.

Finalmente, nos queda citar otros dos temas que polarizan completamente a la sociedad
norteamericana. Son, cómo no, la pena de muerte y la libre tenencia de armas. Con respecto
al primero poco se puede decir ya que añada información al debate, salvo lo mismo de
siempre; que la pena de muerte no deja de ser un asesinato cruel, frío y premeditado
orquestado por el estado. Eso no cambiará jamás, por grave que sea el delito cometido o por
más que la mayoría de la sociedad se muestre partidaria de esta pena. Además, también en
este aspecto existe el factor de la discriminación que la convierte en más injusta aún si
cabe. De hecho, más de la mitad de los presos en el corredor de la muerte son negros.
Además, se ha ejecutado a personas sobre las que existían serias dudas sobre su
culpabilidad y en algunos casos se han demostrado inocentes después de muertos. Por no
hablar de los menores de edad o los discapacitados psíquicos ejecutados.

Unidad de Huntsville, Texas, el estado que aplica la pena de muerte con más frecuencia. En esta prisión
se encuentra la cámara de ejecución del estado.

En cuanto a la tenencia libre de armas, su sentido es la máxima de que ‘el pueblo no debe
temer a los gobernantes; los gobernantes deben tener miedo del pueblo’. Una concepción, tan
válida o más como su antagonista, que preconiza el monopolio de la violencia por parte del
estado. En cualquier caso, la tenencia libre de armas no es tanto el problema como la falta de
un mejor conocimiento y educación con respecto a ellas. De hecho, existen bastantes países
que tienen casi la misma ratio de armas por habitante, Canadá, Finlandia o Suiza. El caso
suizo es paradigmático, pues todos los varones entre los 20 y los 40 pertenecen al ejército y
deben guardar su fusil y su uniforme en casa. No obstante, el único uso ilegal que un suizo
hace de su arma reglamentaria consiste en suicidarse.

En definitiva, al final todo está en la mentalidad, por eso es tan necesaria una educación
adecuada. Y eso vale para este asunto y casi para cualquier otro. Es por eso que resulta tan
necesaria para garantizar la paz social y la justicia en un país tan complejo para el que se
pronostica que en 2042 la mayoría de su sociedad será originaria de otros lugares del mundo.
Estados Unidos tiene pues el reto de abandonar cualquier intento de vuelta al pasado,
para convertirse de verdad en una tierra de integración que haga verdadero honor a uno
de sus lemas nacionales: ‘E pluribus, unum’. Pues eso; de muchos, uno

Nacionalismo mexicano
El nacionalismo mexicano es el movimiento social, político e ideológico que conformó desde
el siglo XIX lo que se considera identidad nacional de México.1 El nacionalismo mexicano nace
del patriotismo criollo del virreinato de la Nueva España, alimentado de una corriente anti-
españolista y pro-indigenista.
La palabra abstracta mexihcatl, que deriva del idioma náhuatl y que hacía referencia
únicamente al pueblo azteca y a su expansión de su antiguo imperio, dio gentilicioa una nueva
nación a partir del nombre de la ciudad capital de los mexicas; el nombre debería
ser meshico (como se lee en español). Hoy en día, es un enfoque ultra-nacionalista que
comparten muchos mestizos, algunos indígenas y algunos criollos dentro del territorio
de México, enalteciendo al último emperador mexicano previo a la Conquista, Cuauhtémoc.2
El concepto de nación y de identidad nacional no necesariamente es compartido o entendido
igualmente por toda la población, pues al tratarse de una nación joven, la conciencia nacional
no existía en la mayoría de los habitantes. En la fecha de la independencia de México, solo el
40% de la población mexicana hablaba castellano,3 el gobierno centralizado también generó
disputas y se gestaron movimientos separatistas o regionalistas que debilitaron a la joven
nación; muchos indígenas, los yucatecos penisulares, los jaliscienses y
los norteños mantuvieron y mantienen una identidad particular (incluso en nuestros
días)[cita requerida] y muchas veces manifestaron sentimientos anti-centralistas, y algunos
pugnaban por una unión pro Iberoamérica, pero preservando en gran medida usos y
costumbres que actualmente siguen prevaleciendo a la sombra incluso de las leyes.[cita requerida]
Sin embargo, el nacionalismo mexicano es considerado como uno de los nacionalismos más
fuertes[cita requerida], incluso chauvinista, que a pesar de las grandes diferencias ideológicas,
raciales, lingüísticas, económicas y políticas que coexisten y conviven en el México actual, la
federación del país se ha mantenido unida en un concepto propio de identidad nacional que
está matizada por el federalismo, la lengua española y la igualdad de derechos (negando la
esclavitud y todo título nobiliario); existen otros elementos identitarios que no son
mencionados en la constitución política del país que comparte la población mexicana, como la
imagen guadalupana de gran sincretismo religioso entre lo cristiano y las creencias
prehispánicas unidas en Tonantzin, la madre tierra, que originó peregrinaciones al cerro
del Tepeyac mil años antes de la llegada de los españoles, y además el culto a la patria a
través de la imagen de los héroes nacionales.

Índice
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 1Orígenes
 2La construcción de la historia nacional
 3Arte y cultura dentro del nacionalismo
 4El nacionalismo revolucionario mexicano
 5El nacionalismo reaccionario mexicano
 6Actualidad
 7Referencias
 8Textos acerca de lo mexicano
 9Véase también

Orígenes[editar]

Entrada del Ejército Trigarantea la Ciudad de México.

Tortura de Cuauhtémoc. Pintura oscurantista del Siglo XIX.

La segunda mitad del siglo XVIII fue escenario de un movimiento de reivindicación patriótica
por parte de los criollos en Nueva España.4 Este fenómeno es una respuesta al dominio
peninsular en la vida del virreinato, tanto en el campo económico, como en el político, el social
y el cultural. Los protagonistas de este movimiento eran miembros del pequeño grupo de
personas que tenía acceso a la educación. En la sociedad novohispana esto era posible sólo a
través de los establecimientos eclesiásticos, pues la Iglesia era la única institución que
prestaba este servicio. Por lo tanto, este grupo estaba integrado notablemente por religiosos.
El nacionalismo criollo de Nueva España ensalzó al virreinato frente a las afirmaciones de los
peninsulares por las que se pretendía justificar el dominio español en las tierras americanas.
La pugna ideológica entre España y América no era nueva, tiene su origen en
la Conquista misma.[cita requerida] Lo diferencia a aquellos primeros contactos de los hechos que
tuvieron lugar durante el siglo XVIII es que son los criollos los que toman la defensa de la
tierra de la que son nativos. Al hacerlo, reivindican un pasado del que se proclaman herederos
por el hecho de compartir el espacio, aunque la civilización mesoamericana no es antecedente
directo de la sociedad novohispana del XVIII ni son indígenas los que defienden con orgullo su
historia y su territorio ancestral, sino oportunistas como sucedió en la mayoría de las naciones
iberoamericanas.
Varios de los representantes del nacionalismo criollo novohispano eran miembros de
la Compañía de Jesús. En el siglo XVIII esta congregación desempeñaba una importante labor
en la evangelización de los indígenas del norte del virreinato.5 A la par de esta obra,
produjeron un conjunto de documentos que dan cuenta de pueblos que hoy se encuentran
extintos. La importancia de la Compañía en la vida de Nueva España radicaba en su gran
actividad a favor de la cultura, tanto a través de la educación como en la producción y difusión
del conocimiento.6Esta actividad le permitió establecer una red de relaciones que involucró a
la Compañía en otras esferas, especialmente con miembros de la élite agrícola, comercial y
minera.7 La expulsión de los jesuitas y las reformas borbónicas crearon las condiciones para
que se diera el movimiento independentista en contra de España. Sin las misiones, el norte
del Virreinato de la Nueva España quedó desprotegido. México habría de perder más de la
mitad de su territorio durante la Intervención estadounidense en México.
Algunos de los jesuitas desterrados habían sido figuras centrales de ese movimiento
intelectual que reivindicó a Nueva España frente a su metrópoli y que llegó, incluso, a
proponer la necesidad de emancipar a la colonia. Uno de ellos fue Francisco Xavier Clavijero,
que tuvo que publicar su Historia antigua de México en Italia y en el idioma de ese país. En
esa obra Clavijero emprende una amplia defensa de América frente a Europa, comenzando
por las cuestiones naturales8 y concluyendo con la reafirmación de todos los americanos a
través de la reivindicación del pasado indígena.9 En este movimiento, Clavijero como otros
criollos novohispanos rechaza que sus declaraciones estén influidas por otra "pasión o interés
[…] que el amor a la verdad y el celo por la humanidad" y asume decididamente la defensa de
los indígenas, con los que no tiene lazos con-sanguíneos "ni podemos esperar de su miseria
ninguna recompensa".10 La aparición de la Historia antigua de Méxicopuso a los intelectuales
de Nueva España ante un pasado tan glorioso como el de la Antigüedad europea que
favoreció el arraigo del sentimiento patriótico y también las reivindicaciones de igualdad de
derechos entre españoles peninsulares y españoles americanos.11

La construcción de la historia nacional[editar]

Los conflictos armados.

El liberalismo pretendió liberar al país de la influencia de la Iglesia Católica y combatió


duramente a la intervención francesa, al grado en que la historia oficial considera a Benito
Juárez un símbolo de la independencia nacional. Sin embargo, los que defendieron al Imperio
de Maximiliano también consideraban su lucha una defensa de la nacionalidad frente a la
influencia de los Estados Unidos de América en México.
Los avances en la arqueología durante el Porfiriato exaltan la expresión artística de las
culturas precolombinas y la primera valoración de la cultura indígena después de la
independencia de México. Pintores, escultores, escritores y fotógrafos retrataron las primeras
imágenes de lo indígena. El material histórico, arqueológico y artístico fue pieza clave de la
educación mexicana durante el siglo XX.
Después del movimiento revolucionario, surgen los ideólogos que buscaban infundir valores
en la niñez mexicana de amor a la patria e ideales de progreso y prosperidad.
Tradicionalmente, México se ha definido como nación mestiza o, como lo dijo José
Vasconcelos Calderón (1925), el crisol de todas las razas tanto cultural como étnicamente,12 y
la exaltación del mestizaje de los mexicanos fue parte fundamental del colectivo imaginario de
pertenencia a una nación entre las masas y la población urbana antes de la primera mitad
del siglo XX.13

Arte y cultura dentro del nacionalismo[editar]


La identidad de los alteños gire en torno al catolicismo y la hispanidad, el folclore expresa el
porte del charro, su jornada de trabajo y el apego a la tierra a través de generaciones, la
diversión gira en torno a la charrería y la crianza de ganado; y sobre todo su religiosidad
expresada a través de los cantos cristianos y la devoción mariana (Virgen de San Juan de los
Lagos). Los alteños han sido objeto de estudio desde hace muchos años, su vida rural forjó la
identidad del folclore nacional, la lejanía con la Ciudad de México evitó el mestizaje de razas al
casar a sus hijos con otros criollos para poder heredar la vastas extensiones de tierra,
el movimiento revolucionario, el movimiento cristero y la migración hacia los Estados Unidos
marcó la pauta de una unidad cultural e ideológica de los mexicanos.
La modernización de la sociedad mexicana tuvo un desenvolvimiento rápido a través del arte y
los medios masivos de comunicación como el cartel, la radio, la televisión e inicialmente el
cine. Las primeras películas mexicanas estaban basadas en retratos de la vida rural de
México, los calendarios tenían imágenes paisajistas (Popocatepetl e Iztaccihuatl) con
reminiscencias indígenas de la civilización azteca o de los pueblos vernáculos.
La Escuela de Jalisco fue una propuesta de esos movimientos socio-políticos que demandaba
el país, Luis Barragán logró conjuntar la forma del espacio con formas de la arquitectura rural
vernácula de México y países del Mediterráneo (España-Marruecos), integrando un colorido
impresionante que maneja la luz y la sombra en distintas tonalidades abriendo una mirada al
minimalismo internacional.
La arquitectura mexicana es un fenómeno cultural que nace de la ideología de gobiernos
revolucionarios del siglo XX la cual fue dando forma a la imagen de identidad por su colorido y
abigarramiento de elementos ornamentales heredados de culturas ancestrales, de formas
clásicas, monumentales; y posteriormente la incorporación del modernismo y las tendencias
vanguardistas de corte internacional. Dentro de la arquitectura del estado por la fuerte
incidencia del presidencialismo mexicano, sobresalen arquitectos como Teodoro González de
León, Agustín Hernández Navarro, Abraham Zabludovsky Kraveski, Mario Pani, entre otros.
Como expresión del arte y nacionalismo se amalgamó el muralismo mexicano durante la
primera mitad del siglo XX, decorando grandes espacios en edificios públicos con escenas de
libertad, igualdad, crítica social y con temática indigenista. Los muralistas tenían siempre una
clara noción de la función de su arte en la sociedad y este valor impresionó a todos los
pintores del mundo. Los murales señalaron la reaparición del arte mexicano en el mundo
artístico y definió de nuevo el papel del arte en la sociedad. El muralismo fue representado
principalmente por David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, y José Clemente Orozco

El nacionalismo revolucionario mexicano[editar]


Artículo principal: Partido de la Revolución Mexicana
Los partidos políticos han jugado un papel preponderante en el nacionalismo
mexicano; Lázaro Cárdenas del Río, el creador del Partido de la Revolución Mexicana
en 1938, como medida para desarticular las ideas del Maximato eliminó la estructura basada
en partidos regionales y estatales del antiguo Partido Nacional Revolucionario creado por
Calles y la substituyó con una de carácter corporativo o corporativista en la que se esperaba
que los intereses de los ciudadanos fueran representados y transmitidos por los así llamados
"sectores".14
Los sectores del PRM fueron cuatro: obrero, campesino, popular y militar, que, a su vez,
aglutinaban distintas organizaciones que fueron fusionándose al partido. La figura de Lázaro
Cárdenas muestra al presidencialismo como una imagen paternalista y protectora de toda la
nación, forma de gobierno que fueron adoptando los presidentes sucesivos. Ávila Camacho y
el entonces recién nominado candidato presidencial Miguel Alemán Valdés impulsaron su
transformación en Partido Revolucionario Institucional que pasó de un partido de
revolucionarios a una institución que retomó los colores de la bandera nacional con mucho
mayor fuerza que en sus inicios.
Existen desacuerdos de otros partidos políticos por la manipulación generada de los colores
de la bandera nacional dentro del eslogan oficial de Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En su discurso oficial el priismo es pensado como un movimiento patriótico de izquierda más
que uno identitario o nacionalista.15

El nacionalismo reaccionario mexicano[editar]


Existe también una vertiente anti-liberal y anti-revolucionaria del nacionalismo mexicano, que
recoge el pensamiento de la reacción mexicana y alcanzó su mayor auge durante la Guerra
Cristera y en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Este nacionalismo reivindica al
Imperio frente a la república juarista y defiende la tradición católica y mestiza.
Entre las organizaciones promotoras de este nacionalismo estaban principalmente la Union
Nacional Sinarquista,16 organización de inspiración católica e integrista. También surgió en
esa época Acción Revolucionaria Mexicanista, grupo de choque que defendía la Revolución
Mexicana en su corriente villista, a la vez que denunciaba la influencia del Comunismo.
Un común denominador de los movimientos ultranacionalistas de esa época era su rechazo
hacia la política socializante del gobierno priista, su repudio a la presencia de extranjeros y
una marcada influencia del Fascismo y el Nazismo. De estos, solo la Sinarquismo tuvo
capacidad de conformar un verdadero movimiento de masas.
Este nacionalismo tiene como sus principales figuras intelectuales y culturales a Rubén
Salazar Mallén que promovió el Fascismo luego de abandonar el Marxismo; el pintor y
artista Dr. Atl, al mismo fundador del sistema educativo mexicano José Vasconcelos y al
periodista revisionista Salvador Borrego que ha escrito innumerables libros acerca de
la Segunda Guerra Mundial y el Tercer Reich.

Actualidad[editar]
Nuevos íconos de la identidad nacional.

El discurso político ha tenido un éxito relativo en el ejercicio de los valores nacionalistas de


México, pues para entender este nacionalismo inducido a la población (principalmente
mestiza) se le conoce como cultura de masas. En ella se busca penetrar en las ideas y
conductas cotidianas de la gente. El fútbol es una muestra de nacionalismo inducido que
enajena y apasiona tanto a la afición como a quienes no tienen una presencia de dicho
deporte. La izquierda mexicana ha denunciado que los medios de comunicación siguen siendo
el principal instrumento de educación para mantener el control de las masas.
Los nuevos iconos de la cultura comercial mexicana son fetiches que aluden a los colores de
la bandera nacional como sucede en otros países, retoman algunas prendas de trajes
regionales como sombreros, penachos, jorongos, rebozos y banderas.
Existe un severa contradicción en ciertas tendencias del nacionalismo mexicano, pues los
mexicanos discriminan por igual a los españoles y a los amerindios;[cita requerida] ambas etnias
conforman mayoritariamente la consanguinidad de la gente de este país. Se tiene la imagen
de tres Méxicos diferentes, principalmente, que comparten el mismo territorio; por un lado, los
mestizos bajo una identidad unificada por símbolos; por otro lado, los descendientes directos
de españoles (los llamados antiguamente criollos) y los descendientes de otros inmigrantes
europeos posteriormente a la independencia (generalmente la elite del país), y el de los
indígenas, que son el grupo más desfavorecido económicamente pero con una sobresaliente
presencia cultural. Por otro lado, existe una cuarta imagen generalmente ignorada y
rechazada por varios mexicanos, la cual es la presencia afromexicana, la cual ha influido
culturalmente en estados como Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Tabasco y que, a pesar de
haber contribuido étnicamente a menor escala y que se ha mestizado hasta cierto punto, es
notoria en las costas del sur del país.[cita requerida]
Hoy en día, existen agrupaciones que se autoproclaman nacionalistas. Estos grupos cuentan
con cierta presencia en la juventud y operan mayormente en la red de Internet. Destaca por su
discurso radical el Frente Nacionalista de México, que fomenta de manera abierta el culto a los
defensores del Imperio de Maximiliano, reivindica el pasado azteca y se declara
abiertamente nacionalsocialista.17 En cuanto a la Unión Nacional Sinarquista, esta
organización actualmente se encuentra dividida en facciones que sobrevivieron hasta nuestros
días, pero que ya no tienen el alcance masivo ni el talante ultracatólico de antaño.[cita requerida]
A inicios del 2013, el Partido Nacional Social (Parnaso), confluencia de fuerzas nacionalistas y
progresistas, solicitó su registro como partido político nacional, pero no tuvo éxito.18 En 2014,
decidió unirse a Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), un partido político
recientemente fundado por Andrés Manuel López Obrador, también de ideología
nacionalista.[cita requerida]

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