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Para Manuel Atanasia Fuentes este lugar fue uno de los mejores edificios que tenía Lima, por su
172 construcción, elegancia y conservación 122. El diseño de los cementerios del siglo XIX se
caracterizó por la concepción de crear una ciudad para los muertos. Tenía calles, edificios -
cuarteles-, departamentos, jardines, etc. Aunque en la realidad fue un espacio para el "uso de los
vivos y sus rituales fúnebres" Por otro lado, la construcción de edificios especiales para los entierros
como alternativa a sepultar en los templos significaba que la Iglesia se sometía a las medidas
estatales 126. No obstante, en muchos lugares, incluido Madrid, estos dispositivos no fueron
llevadas a cabo con rapidez, porque la población no estaba totalmente convencida de la necesidad
de este cambio en las costumbres funerarias. Luego de la ceremonia de inauguración del
Cementerio General, una Real Cédula del 20 de agosto de 1807 inhabilitó a todos los osarios-
cementerios ubicados en las iglesias, especialmente el de San Francisco. ¿Cuáles fueron los
argumentos que se expusieron para exiliar a los muertos de las ciudades? El primer factor que se
tomó en cuenta que el "de la infectación del aire por los cuerpos enterrados en los templos". Se
argumentaba que los malos olores provenientes de los cuerpos en putrefacción infectaban el aire y
ponían en peligro la salud de los feligreses. El segundo argumento señalado fue, según Jean Pierre
Clement, de carácter histórico-religioso. Se recurrió a la explicación de que los cristianos primitivos
se enterraban en las afueras de las ciudades, pero que desde la Edad Media poco a poco se fue
incrementando el entierro dentro de las Iglesias. La tercera razón fue de tipo moral, pues se
consideraba "indecente ensuciar los recintos sagrados con cuerpos en putrefacción" 127. Este
argumento está vinculado al cuarto factor: lo costoso que se había convertido para la ciudad
mantener en buen estado las Iglesias. Por eso la guía del Cementerio indicaba lo siguiente : "La
idea de este edificio, su bella situación, solidez y buen gusto de su ornato; la celeridad de su
erección, . . . las precauciones y decoro con que sirve á su intento, con notable economía del público
... hacen singular su establecimiento ... y acreditan que todo lo ha dirigido la Divina Providencia para
conservar el aseo de sus templos, en cuya refacción y adorno ha consumido esta ciudad más de un
millón de pesos en los últimos dos años. 128 " ¿Qué significaba devenir en costoso para la ciudad?
Más allá de un aspecto meramente económico, la permanencia de los entierros dentro de la ciudad
tenían un costo social muy alto, porque los templos y los hospitales se habían convertido en lugares
lúgubres y potencialmente peligrosos. Se sostenía que la salud de los vivos estaba comprometida
por "las emanaciones pestilentes que provenían de la multitud de cadáveres amontonados en los
sótanos de las lglesias"El ingreso al Cementerio era a través de una amplia calle de cipreses que
iba hasta el atrio de la capilla. La capilla, a su vez, era del estilo de templo antiguo -neoclásico- con
columnas jónicas de mármol blanco; la cúpula estaba revestida con cornisa y tenía ocho ventanas
adornadas. En torno a ella se ubicaban los lugares destinados a los entierros privilegiados :
La sección dedicada para los nichos tenía el doble de las dimensiones reservadas a las sepulturas
ya descritas. Se dividía en tres calles y contenía más de mil nichos en 16 divisiones. También se
había previsto nichos para los niños : era el área denominada "Angelorio" ubicada al centro del
Cementerio. Su construcción, dicho sea de paso, había merecido muy buenas críticas : " ... Esta es
una de las piezas más armoniosas, cuya vista enriquece todo el edificio : su formación consiste en 4
frentes de á 48 nichos pequeños, en 4 órdenes y 4 rejas que cierran sus esquinas ... " 132 . Esta
construcción fue vista, desde sus inicios, como una contribución de la administración colonial al
mantenimiento de las iglesias a la vez que, decían, restituía el decoro a la ciudad y a los propios
muertos, pues estos podían gozar de sepulturas. Por todo eso no fueron extrañas observaciones
como éstas: Entre los arreglos al edificio estaban la llegada de mármol para el pavimento del
Panteón, vidrios pintados para las ventanas de la capilla y dos estatuas, "de la Fé y la Religión", en
la entrada. Conforme pasaban de los años, el Cementerio General se fue ampliando y
refaccionando.