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Universidad de Oriente

Núcleo de Anzoátegui
Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas
Departamento de Electricidad
Generación

Proyección de la biomasa en la construcción de un


futuro energético sostenible

Bachiller:

Claudia Williams Duverger

C.I.: 27.301.767

Barcelona, noviembre de 2017


En el panorama actual, en cuanto a generación y consumo de energía, se explora
cada vez más la posibilidad de potenciar el uso eficiente de los recursos naturales, tomando
en consideración la importancia de la sostenibilidad, debido a que el ser humano, por su
característica evolución, al pasar del tiempo busca la manera de facilitar sus actividades
cotidianas, encontrándose en continuo desarrollo industrial, implementando tecnologías que
suponen ciertos efectos al ambiente, precisamente por el desarrollo de “actividades
antrópicas”.

Antiguamente, el tema de la energía era prácticamente irrelevante en la opinión


pública, de manera que, apenas nos interesaba saber si la propia energía era un recurso
costoso o no, o si en alguna ocasión podría presentarse una crisis de suministro de ésta, y
mucho menos si la producción y transporte traía alguna consecuencia negativa al ambiente.

Los seres humanos desarrollamos nuestra actividad en el planeta tierra, y como


todo, sus recursos son finitos.

En el marco económico, se deben establecer límites al crecimiento, los cuales tienen


como base la capacidad del planeta tierra de renovar sus propios recursos naturales, así
como su limitada capacidad de admitir emisiones contaminantes.

La regeneración de determinado recurso, sucede a cierto paso, entonces se puede


afirmar, que es inadmisible el explotar dicho recurso, con mayor velocidad de la que le
toma regenerarse.

Por su parte, las instituciones cada vez más, encaran desafíos representados por la
necesidad de plantear estrategias de desarrollo, que simultáneamente incidan en el
crecimiento económico, en especial en el ámbito rural, sin afectar la sostenibilidad del
ambiente.

El crecimiento económico en sí, expresa el solo aumento de los ingresos nacionales,


y por tanto no guarda relación directa con el desarrollo, sin embargo cabe introducir el
concepto de desarrollo sostenible sobre la perspectiva del bienestar económico, que busca
mejorar de la degradación del ambiente y su calidad, desplazando totalmente aspectos
monetarios.

La protección ambiental y el crecimiento económico y la, guardan relación, no se


puede esperar crecimiento económico, sin tomar las medidas necesarias para proteger el
medio ambiente, del mismo modo la protección ambiental a su vez trae desarrollo humano.

El desarrollo sostenible puede proyectarse como una meta, aquel objetivo que
idealiza una sociedad más consciente, racional y el despertar de la ciencia protectora del
ambiente, en la que existe total coexistencia de economía y ecología.
Los graves problemas ambientales enfrentados actualmente, en su mayoría son
ocasionados por el uso de energías que provienen de combustibles fósiles.

A esto se debe añadir, el incremento progresivo de la población con el pasar de los


años, así como los altos costos por concepto de producción energética, lo cual se ha vuelto
un inconveniente.

Como consecuencia de los impactos generados, surge la necesidad de búsqueda de


nuevas alternativas de energía confiables y limpias, que por supuesto, no atenten contra la
salud de los seres vivos, ni agoten los recursos.

En la actualidad se ha perseguido el objetivo de incrementar el uso sostenible de la


materia prima hacia diferentes productos, sin generación de desperdicios.

Afortunadamente, la naturaleza nos brinda diversas fuentes de energía,


consideradas renovables, que cumplen las anteriores características, dentro de ellas cabe
mencionar la biomasa.

Biomasa es cualquier tipo de materia orgánica que haya tenido su origen en un


proceso biológico, de origen vegetal o animal.

Energéticamente hablando, biomasa refiere una fuente de energía renovable, en la


que se emplea materia orgánica formada por la vía biológica; también están incluidos
dentro de la materia prima de esta fuente de energía, la materia orgánica de aguas
residuales, y desechos urbanos. La biomasa es considerada renovable, puesto que su
energía proviene del sol, que en el proceso de fotosíntesis es captada por la vegetación.

La biomasa se utiliza para diferentes fines, pero en su uso moderno, es empleada


para generar electricidad y calor, o producir calor en los hogares.

Dentro de los tipos de biomasa, conviene mencionar la biomasa sólida que es


aquella procedente de la materia orgánica de origen vegetal o animal, por otro lado el
Biogás, que se obtiene por proceso de fermentación de los componentes orgánicos de los
residuos sólidos urbanos depositados en los vertederos o también puede ser producido por
metanización voluntaria.

En el proceso “bioenergético” se obtiene dióxido de carbono y agua, como


productos procedentes de la biomasa, con fines energéticos, denominados biocombustibles.

La contribución de la biomasa, en la que intervienen residuos agrícolas, y urbanos,


al consumo mundial de energía se limita a su utilización tradicional como combustible,
sobre todo en los países menos desarrollados.
Existen factores que establecen el desarrollo económico, como el precio de la
energía y la seguridad del abastecimiento.

Sin embargo, las tecnologías avanzadas de explotación de la biomasa, han ido


aumentando la importancia de su función como fuente sostenible de energía en combustible
o en la producción de electricidad.

En la actualidad la energía que se obtiene a partir de la biomasa, conlleva un


desafío, que es la gestión de su sostenibilidad, se estima que en 30 años, el potencial de
producción se incrementará aproximadamente en un factor de 10, logrando satisfacer las
presentes necesidades mundiales de energía.

Asimismo el acceso a la energía, viene afectado por el crecimiento de la población,


proceso de urbanización y mitigación de la pobreza de una parte de la humanidad.

El propio consumo energético de gran parte de la humanidad que utiliza sólo la


biomasa como fuente de energía, asentúa en gran medida la situación de pobreza extrema,
varias poblaciones derrochan horas del día buscando leña o conduciendo agua a largas
distancias, lo que les resta oportunidad para realizar actividades más productivas o
simplemente oportunidades de educación.

Desde esta perspectiva, el modelo de “desarrollo” y consumo de todos los sectores


de la sociedad, genera contaminación y destrucción, que se traduce en pobreza y ésta a su
vez destruye y contamina, resultando un círculo vicioso.

Entonces, sobre la base del desarrollo y ahorro energético, puedo cuestionarme si


representa la biomasa una fuente de energía con suficiente potencial como para hablar de
contribución significativa hacia un desarrollo sostenible.

No obstante, dentro del marco social, la biomasa, para ciertos sectores, en España
por ejemplo, representa casi la única alternativa para la generación de empleo, al menos en
zonas rurales, lo cual abre el camino a incentivar el desarrollo industrial de éste tipo de
poblados.

El usos de biomasas portadoras de energía y su producción totalmente


descentralizada, puede influir significativamente en el desarrollo, al cambiar los uso de la
tierra, como también representa progreso rural y agrícola de países en desarrollo.

De acuerdo con esto, es necesario promover la inversión en sistemas bioenergéticos,


puesto que éstos tienen un papel influyente en el mejoramiento socioeconómico de países
individuales y del mundo en general.
Para ello deberán diseñarse políticas coherentes y que a su vez exista una
cooperación entre sectores, para acelerar el uso de sistemas energéticos de biomasa, que
ofrezcan aire, agua y atmósfera limpios.

Porque en sí, de eso se trata, la idealización de “desarrollo sostenible” implica lograr


de manera equilibrada, el desarrollo económico, social y la protección del medio ambiente.

Es por esto que la biomasa es considerada como una de las pocas fuentes de energía
natural alternativa para sustituir los combustibles fósiles, en el futuro que nos depara, todo
esto, pese a ser criticada por grupos defensores del ambiente, oponiéndose a la utilización
de biomasa forestal, por las emisiones de carbono que éstas suponen.

Desafortunadamente las energías limpias, no han sido desarrolladas adecuadamente


debido a la falta de apoyo gubernamental y al escaso conocimiento que se tienen de ellas.

Al pasar de los años, se ha incrementado la inquietud por lograr un desarrollo sostenible y


mitigar el cambio climático.

Lo que ha llevado a la comunidad mundial a avanzar con iniciativas internacionales y


regionales, apoyando la inclusión de las fuentes de energías renovables, desde el punto de
vista del desarrollo sostenible, que tienen como principio la conservación de la
biodiversidad, garantizar la sostenibilidad ambiental, incorporando esos principios en
políticas y programas.

La ventaja que presenta la utilización de biomasa, en comparación con otras fuentes


energéticas es que emplea los residuos procedentes de las actividades forestales y agrícolas
como materia prima para la producción de energía eléctrica, otra ventaja para el ambiente
es que reduce el riesgo de incendios, evitando la quema de residuos forestales

Desde el punto de vista económico, su desarrollo es necesario que se realice en las


adyacencias al insumo, puesto que requiere actividades previas a su transformación, es
decir, en primera instancia, hay que recolectarla para posteriormente procesarla,
transportarla y maniobrarla.

Lo anteriormente planteado, involucra un costo adicional a este tipo de generación,


sin embargo, también presenta oportunidades de trabajo, puesto que requiere mano de obra
constante, que permite el desarrollo de las áreas rurales.

En el contexto latinoamericano Argentina cuenta con algunas provincias que tienen


una fuerte actividad forestal, que generan una amplia cantidad de residuos, de manera que
representan un importante potencial biomásico para la generación de energía a partir de
fuentes renovables.
Esto puede considerarse como una solución económica para las industrias que
generan desperdicios para cumplir con cierto porcentaje de consumo de Energía Eléctrica a
partir de Energías renovables.

En consecuencia, la biomasa favorece la disminución del impacto sobre el medio


ambiente, gracias a la reducción de emisiones de gas carbónico CO2, principal causante del
efecto invernadero, que también ocasiona lluvia ácida, sin embargo puede requerir el uso de
pesticidas que representan un peligro para la biodiversidad.

La energía a partir de biomasas, ofrece la posibilidad de recuperar fácilmente las


tierras después de finalizado el cultivo energético para realizar otros cultivos.
Por otro lado la biomasa natural, no es la más adecuada para su aprovechamiento
energético masivo ya que ello podría conllevar la destrucción de los ecosistemas que la
producen, constituyendo estos una reserva de un valor incalculable.

A medida que aumenta la cantidad de habitantes de los pueblos en vías de


desarrollo, mayor es la demanda de energía, y por tanto mayor es la presión que se ejerce
sobre los ecosistemas naturales, llegando en ocasiones a un sobreconsumo, lo que genera
situaciones de desertización

Por las ventajas expuestas anteriormente, son varios los países que optan por
emplear centrales de biomasa, Europa encabeza la lista, con las centrales mas grandes del
mundo, Inglaterra, Polonia y Finlandia.

El aprovechamiento energético del biogás generado a partir de la fermentación de


las basuras entraña beneficios ambientales añadidos ya que, en el caso de los vertederos,
por ejemplo, se impiden que estos gases se escapen de manera incontrolada a la atmósfera

El componente más abundante de los gases generador en la generación por biomasa,


es el metano, que además de ser peligroso por su inflamabilidad es uno de los gases de
efecto invernadero más potentes, lo que hace que deba tenerse muy en cuenta a la hora de
abordar el problema del cambio climático. Generar energía con biogás ayuda, además, a
eliminar los malos olores asociados a esas mismas emisiones.

Por su parte en Venezuela, desde la décadas de los sesenta con el desarrollo de las
centrales azucareras en el país se implementa el uso de los residuos del procesamiento de la
caña de azúcar como combustible para la producción de vapor, empleados para la
producción de energía eléctrica, ya para la primera década del siglo XXI , se empezó la
construcción de al menos cuatro plantas para producir etanol, a base de yuca y caña de
azúcar.
De lo anterior se desprende, que el país está explorando la biomasa como
complemento del sistema energético, lo cual supone la sustitución de combustibles fósiles,
representando una ventaja debida a los intensos estudios en materia ecológica.

El papel de la biomasa en los países desarrollados es actualmente nulo, con sus


ventajas y desventajas la biomasa está siendo ampliamente utilizada en las comunidades
rurales de los países que se encuentran en “vías de desarrollo”, para poder satisfacer sus
necesidades de energía.

La biomasa se ha convertido en una de las energías alternativas más utilizadas en


los últimos años, sin embargo es superada por la energía hidroeléctrica en generación de
electricidad.

Otro aspecto que marca la proyección de este tipo de energía, en cuanto al potencial
en mejora de costes, es la consideración de la biomasa como una fuente renovable de
producción de energía, probada, pero todavía con importante margen de mayor desarrollo,
más que una tecnología madura.

Sin embargo, actualmente no se alcanza todo el potencial bioenergético, con razones


principales, pues esta forma de energía no atrae „económicamente hablando‟, o en
cuestiones de negocios a muchos países y aplicaciones, e igualmente muchas empresas,
propietarios forestales no resultan convencidos del papel que la biomasa como fuente de
energía, jugará en el futuro, por lo que son circunspectos en casos de inversiones a largo
plazo.

Por último, la creciente producción y uso de la biomasa para energía ya está dando
lugar a un aumento en el comercio internacional, y se espera que dicho mercado se expanda
en el futuro.

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