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EXPERIENCIA, CUERPO Y SUBJETIVIDADES: NUEVAS REFLEXIONES LITERATURA ARGENTINA Y BRASILENA DEL PRESENTE MARIO CAMARA, LUCIA TENNINA Gonzalo Aguilar * Raul Antelo « Jordana Blejmar * Mario Camara * Edgardo Dieleke * Luciana Di Leone + Nancy Fernandez * Florencia Garramuno * Gabriel Giorgi + Ana Kiffer + Diana Klinger + Florencia Malbran # Alexandre Nodari Imeiro * Fermin Adrian Rodriguez * Marcos Siscar * Mariano Siskind * Lucia Tennina * Paloma Vidal * Fernando Villarraga Eslava * Jorge Wolff NUESTRAS IMPOSIBILIDADES. LA ARGENTINIDAD DE LA LITERATURA ARGENTINA Y EL COSMOPOLITISMO DE LA LITERATURA BRASILENA. Mariano Siskind Elpunto de partida de este articulo es la observacién de una marcada 1e los mejores textos de | : ra argentina contempordnea son profundamente, exageradamente, mo- ‘amente argentinos, y constituyen su identidad estética a partir iterpelaciGn de la historia y tradicién nacionales. Para decirlo utilizando la escena que construye Althusser en su “Ideologia y apara- leoldgicos del estado”: la tradicién nacional les grita (“hé, vous, las mejores novelas de l contemporanea esté e sgentino, cuya sutura se tutivos de su argentinidad, el sujeto de las novelas brasi teresan, se construye y desintegra en funcio sobre la disolucién dé la posibilidad de una balizacién es el “horizonte absoluto” del mundo contemporaneo Jjame- son 2008: 375), la novela brasilena interrogarfa los cambios estructurales que determinan la experiencia del presente (que, segtin Arjun Appadurai, estarfa determinada por la renegociacién » culturales globales, casticos y discontinuos), mientras la argentina elude se desinteresa de estas nuevas condiciones materiales de su context cherche}" la escena de lainterpelacion ideotdgica que constituye al sujeto: "Nous sugeé rons alors que lidéologiewagite ou wfonct Ist mas 0 menos inmediato de produccién. Esta es la idea alrededor de la cual quiero trabajar en este breve texto. Permftanme proponer una escena imaginaria. Un grupo de amigos (con una sensibilidad comtin a pesar de sus diferencias) discute en una sobremesa sobre los mejores escritores de la literatura argentina con- tempordnea; escritores establecidos, con obra, Estos amigos se propo- jores novelas, las m: es, las que imos diez afios. Se pelean, argumentan y finalmente se p doacuerdoy legan a un grupo de nombres propios que aparece en todas las listas, mas alld de las preferencias personales que quedan afuera por no reunir suficientes adhesiones: Alan Pauls, Sergio Chejfec, Marcelo Co- hen, Martin Kohan, Matilde Sinchez, Gustavo Ferreyra.” En este recorte de lo mas sofisticado de la novela argentina reciente, hay un denomina- dor comin: el foco sobre las determinaciones argentinas de la cultura argentina, De Los planetas de Chejfec (1998) y Das veces junio de Kohan (2000, pero en realidad toda su obra) a Historia del lanto de Pauls, y de Hombres amables y Donde yo no estaba de Cohen (1998 y 2006) a El des- amparo de Ferteyra (1999) y El desperdicio de Sénchez. (2007), por men- cionar s6lo un grupo notable que podria ampliarse, estas novelas cons- historia nacional que bu: yresistente (los afios 70 y la dictadura, pero también los afios 90-y el neo~ (2) Supongamos que este eercicio imaginario que trata se vuelve Neen fun rupo de amigos se autoimpone; conformar este corp la Digamos: mayores de 40, menores de 60. Fstoexcluria lay César Aira aunque creo que su inclusiinsdloreforzaria, gma culcura yl pol lesen relacin a este planteo polémico que estoy articular ‘obra no estd const jo sobre loss Zagora) Sar oa ao naloaler ovals Slo en ag ioe Se al (este una concept atcadamente crops) de hal = ‘hasta ese momento. ¥ otra excepcidn, El comiin olvide Wvia on que nat n homecoming mp0 imp “clmundo propio cn Nevr ork ol mune dela mate eb Wrrspecto de cuinseriptoncn elespacio est elas de Buagquey Noll que aralizo en este ari pone cn realidad unarelaionnegativa cola aon ‘yhome La ncaa a maa Ace 185 liberalismo) en el que estarfan las claves para una narrativa del presente, Lacaracterizacién de esta formacion estética argentina y argentinémana resulta particularmente relevante cuando se trata de pensar uno de los temas propuestos para e io fue presentado), el de co del presente de la literatura argentina, el presente de sus materiales constructivos, de sus preocupaciones y de sus ret6ricas—estos presentes ratura argentina son marcadamente argentinos—. Este grupo de ratura argentina reciente explora las zonas oscuras del press ‘o-cultural en funcién de preguntas sobre un pasado definido por la naturaleza traumatica de una narrativa nacion: Buarque (2003) y diferentes, ‘especialmente toum (que no es una novela, sino un conjunto de relatos), A cidade ilha- da. En este caso el recorte no serfa necesariamente generacional (Buat- que y Noll tienen 63 y 65 afios respectivamente, Carvalho, 49 y Hatoum, 57), ino por el hecho de que se trata de novelas publicadas. afios. No se trata sdlo de tomar nota de que las tramas y os cosmopolita que no afirma un horizonte universal para la agencia esté- tica —como sucedfa en la formulacién moderna de los imaginarios cos- mopolitas—, sino que niega la p iad de la particularidad cultural como rasgo definitorio de la identidad. No se trata ya de un cosmopol ‘mo que se presentaba (pensemos en Victoria Ocampo) como un espa discursivo en el que se podia construir Ja hegemonfa de las representacioné no un cosmopoli- idad de asumir una iden- no, en funcidn de ras- una tendencia generalizada en el caso brasilefio, ni de exagerar el alcan- ce de una tendencia que registro en un grupo de novelas notables. Todo lo contrario. El campo cultural brasilefio estuvo durante todo el siglo XX 186 Manso 0 hegemonizado por la preocupacién particularista de defini su especifi- ferencia y su excepcionalidad en variados contextos, latinoa- iernacionales (internacionales, yno mundiales 0 globales, porque la matriz de estos discursos del excepcionalismo brasilefio tenfan ytienen una fuerte impronta nacional). Lo que estoy proponiendo es que dentio de las relaciones de fuerza del campo cultural brasileno, existe un discurso novelistico que presenta una muy nove mopolita que esté ausente de la narrativa argent estaba, en gran medida, ausente del cam La hipétesis que estoy ensayando de ninguna manera pretende de- fender una oposicién binaria entre literatura argentina y brasilenia, ni al interior de cada una de ellas. No estoy proponiendo que La Literatura sia en su conjunto es cosmopolita, mientras que La Literatura ar- gentina en su totalidad no lo es. Simplemente me interesa destacar que entre las mejores novelas escritas y publicadas en Brasil, se puede regis jpulsos, lineas de fuerza cosmopolitas, que estén ausentes en el caso de Argentina, Esto no significa ni que fodas las novelas que se pul quen en Brasil soporten el predicado cosmopolita, ni que foda la litera~ sbsesivamente sobre significantes de I i -jemplos de textos narrativos not dela temporalidad y especi Resulta indispensable i idad del concepto de satura cosmopolita’ que manejo a lo largo de este ensayo. Creo que Ja critica literaria latinoamericana ha sido imperdonablemente vaga y ha largo yalo ancho dela histor dicién cosmopolita de un texto estarfa definida por, a) los desplazamien- ‘en contra de esa tradleion sgust with what Bra call a romangaer the cosmogonic and ery that found Its “apogee in Honoré de Balzac’s La comeédie humai Saavedra (2007) y ‘buena parte de Ia obra de Sérgio Sant’Anna 187 jentales y transocednicos que marcan la trayectoria biografica >) la heterogeneidad de sus materiales formales y teméticos, 1 cosmopolitismo, entonces, como ideolo- Esté claro que se trata de una ita, La falta de especificidad de premisa segtin la que el cosmopolitismo literario seria una modalidad discursiva articulada a partir de una inierpelacidn cosmopotita, defini- ansiosa, insegura) de las deter turales, post-nacionales, ¢ incluso, como se verd més adelante, la imposi- bilidad de toda inscripci Pero antes de analizar los textos a partir de los que pretendo reforzar ‘mi argumento critico, quisiera hacer una brevisima reseria de la mane- ra en que la bibliografia suele pensar la relacién entre cosmop. y globalizacién, y los significados del cost ‘smo en el contexto de procesos de globalizacién econ6mica, politica y cultural. Voy a st perdonablemente breve y escueto por razones obvias de espaci a referirme apenas a dos formas en las que se ha conceptualizado esta relacidn, La primera versidn es critica del cosmopolitismo, y lo pi te como el brazo cultural de la globalizacién capitalista. En este sentido, el cosmopolitismo seria la siniestra forma en que las relaciones de pro- jjetos como consumidores de mercancfas soy cosmopolita porque como sushi, veo irant y viajo por el mundo: mis consumos culturales son la condi- cién de posibilidad de mi autorepresentacién como sujeto cosmopolita. Esta denuncia del cosmopolitismo como ideologia ala reproduccién capitalista esta basada - ta, y desconace la te en lo que refiere a su esfuerzo teérico por articular y resolver la ten- siGn entre ética y estética, politica y cultura. La segunda versidn de esta relacidn piensa al cosmopolitismo como un discurso normativo capaz. de reencauzar a la globalizacién como proceso hist6rico objetivo, como condicién material del presente, hacia fines més justos. Un ejemplo pa- radigmético de este cosmopolitismo ético serfa la Corte Internacional de Justicia de La Haya como globalizacisn (es decir, como universalizacién) y voy Masiso Ss 188 de lajusticia, De Kant a Habermas y Martha Nasobeum, att pa i sultura, en 5 jopolitismo normativo le asigna ala. m a fdueaeign en particular, eral fundamental de consi ota nuevasen ble al sufrimi jos otros. ‘ibilidad, este sujeto cosmopolita sensi de os ors. i ‘cosmopolitismo correcti cualquier caso, se trataria de un vo an oso: ajetos de derechos universal pole pas cl Jen y tedireccionen el univer- mnstituciones politicas y culturales que regul cionen el univer. ifsino perverso dela globalizacidn, como reverso del universalismm0 vit cu \opolitismo—." tae ego con muchas de elas novels baila, priniplmente ico Bua bién en Berkeley em Bellagio sn Budapeste de Chico Buarque (pero tamt z ellagio fovdede ao ‘Gilberto Noll —y aunque no To voy a analizar aqui, esto es fi o asil, en Bellatin—) Jo que est pa- ago que se podria Ter por fuera de Bes ene ee te indo es algo nuevo, algo diferente. Un cosm sare nn tipo de certeza u optimismo sobre a ete diciones hist6ricas que lamamos globaliza pedotmopolsmo dee r 1a intuici6n y el abrazo i a s consiste en Ia int r El cosmopolitismo de estas novela: ny lab i fales ¢ imaginarias para pensar la subj de nuevas condiciones materiales e imagi epensa sub vida en elcontexto de a lobalizacién sin ave ese reconorienta i firmar la emergencia de : Pen Os “ero decir, un cosmopolitismo que fn, un cosmopolitismo negativo, quiero decir, ; sno ae chos uni ‘tenencias universales, niu ho afirma derechos universales, per universes nan of vencia multicultural universal. Lo que leo en est ! n Ue la posibilidad de cualquier inscripci6n firme del sujeto, ni ie gar (pati, casa, familia o cualquier ora isttucin Higade oo racion de partic enJa universal o Aacion de particularidades culturales), ni en la tenund ern que no puede hacer pl Seta det cosnopolisne no subjetividad emancipada, is yacomo afirmacién de una st aa, leosmapalieme jversalidad del sujeto de de como declaracién de la universal 10 de de del suleto ‘omo la disolucién esas de Ia cultura, sino cosmopolitismo ct ‘© Un cosine ue tijetividad en el contexto de a globalizacién.” Un cosmopolissio a te eos ible restraint on such militarisms, or se cl he tse ae aoe ena Os ieee ea ote ton C Setar enone em date on ry 0 rove el contextopoltico conte at : 2 normative “We: [Nurs namo. La asc teEAD DLA LTERATRA ARGENT 189 es el significante de la imposibilidad de postular un sujeto seguro de su pertenencia a un mundo en el que no se reconoce; un sujeto como el na- rrador de Lorde de Noll, un no-personaje (“tomado por uma sede imensa de nao ser nada’, 104), brasilefio pero sin patria, que se desdibuja, se di- suelve, a medida que sale de Brasil y se interna en una Inglaterra desmar- cada de rasgos ingleses y pintada como un no-lugar, un lugar-otro y tan extranjero como el Brasil al que no representa, y al que es imposible vol- ver. (Una anotacién marginal: en algti Carvalho es la contracara de la Inglaterra de Noll: Mongélia, el libro, se abre con un mapa referencial que ubica al lector, es decit, produce una operacién de teterritorializacién, el protagonista es un diplomitico bra- sileno, un representante del estado, y el libro, especialmente los diarios del periodista perdido en Mongolia, estén hechos de datos referenciales y antropolégicos ficcionalizados, habilmente tejidos en la narrativa de la novela, por ejemplo los encuentros con las tribus ndmades en el desierto de Gobi. Aunque alguna resefta destaca que la novela, en realidad, traba- ja sobre estos materiales para producir una denuncia de esa modalidad epistemolégica que determina la relacién con los otros, yo creo que las, referencias culturales y geogrficas ingresan al texto como reaseguro de una legibilidad media, determinada por modos de circulacién de la no- vela en el mercado). En el caso de Budapeste, la cuestidn de la identidad cosmopolita es absolutamente central. No voy hacer un resumen del argumento de la novela, porque ésta trabaja, justamente, en contra de la trama como es- tructura discernible, transparente, lineal, sintetizable. Me voy a limitar a un par de puntualizaciones organizadas en relacién con mi hipétesis cosmopolita. La novela de Buarque cuenta la historia de un ghostwriter, José Costa, el mejor ghostwriter del mundo, reconocido por sus pares en congresos internacionales, copiado por otros ghostwriters —parad6j mente reconocido porque el éxito del ghostwriter depende de su invis lidad, el borramiento de su identidad detras de sus libros para terceros—. La paradoja se extiende a los clones que contrata su socio, Alvaro, para que lo imiten, donde el concepto de imitacién no puede ser otra cosa que la copia de la fantasmatica ausencia de subjetividad. Costa apenas si vive su propia vida, y tampoco vive plenamente las vidas de aquellos ‘cuerpos que habita de manera contingente: simultanea o sucesivamente, José Costa es Zsoze Kosta que vive en Budapest un apasionado romance con Kriska, su profesora de htingaro, que opera como instancia mediado- raen su transformacién subjetiva. El proceso de adquisicién de la lengua ‘una identi fj, un domictio, un oxigen, un lugar propio al que poder volver, una mba yuna lpia, 90 jundamental en esta anti-bildungsroman en la que este aprendizaje n gradual, es la instancia de me fen una metamorfosis en la que la identidad no se afirma progresivamen- te (como en la tradicién de la novela de aprendizaje o formacién), sino ;nas bien, se disuelve en la deriva que va de José a Zsoze, y de nuevo sé —pero también de José/Zsoze a Kaspar Krabbe—, el empresario Aleman para quien escribe su autobiografia, O gindgrafo” —que, segtin elfinal de la novela deja entrever, podria tratarse del libro que tenemos en nuestras manos, Budapeste, y que pudo haber sido escrito por Costa © por Kosta)" En Budapeste, pero también en Lorde y Berkeley em Bella~ ia escritura da cuenta, no de procesos de formacién (Bildung), sino ‘on; nadie gana un lugar en el mundo, segtin podria enten- dierse la nocidn de formacién, sino que, por el contrario, todos pierden st ¥, todos pierden mundo. aie complfidad formal dela novela de Buarqueesté dada por elhecho es de la lengua, su toma de pos una logica causal, a partir de la que ciertos personajes tienen trayecto lineales en funci6n de un tiempo histérico constante y continuo: Vanda y Alvaro, por ejemplo, son personajes cuyas acciones se suceden en un sin- tagma dramético reducido a una unidad espacial (Rio de Janeiro), ya una temporalidad homogénea. Mientras que, por otro lado, las metamorfosis ‘cosmopolitas de Costa/Kosta, un ghostwriter que no hace pie en ningu- na posicidn de sujeto fija, no responden a ninguna forma de causalidad temporal o espacial. La imposibilidad de explicarla entre las ver- siones del narrador tiene que ver con el hecho de que la identidad de José jsta consigo mismo es indecidl dislocada por la presencia de Zsoze Kosta. En la novel ferencial de una conciencia autorreflexiva, es indecidible, esto es, es, (por ejemplo Sonia Ramalho de Farias) leye- ron esta imposibilidad de la identidad como ratificacion de la condicién. postmoderna de la novela. Yo creo que se trata de un error, o por lo me- hos de una lectura incompleta. Lo que plantea Budapeste es una imp (7) Mis all del deseo de Costa de ser de seridentifcada como el autor de esa formacién en Kaspar Krabbe se da 2 dasvinte fia caete que o lem dara gravada, tava os dedos no tecado, eeu era um honsem Louro e cor-de-osa sete a arpei de Hamburgoeadentreia bata de' nada sabiade esta cidade, anativo, fa ‘na Companhia.” (29 velaabreuna zona: ad e indica que ambos textos, Og: {mismo en un juego de puestas en abismo. (@) Sobre el final la ngrafoy Budapest, se cl bilidad muy especifica,ligada al sistema de desplazamientos globales en tun mapa de lenguas extr la novela. En este sentido, creo que puede hablarse de una imp de un cosmopolitismo de la imposibi cosmopolitismo de la nov jega en la tensién irresuelta entre la C carioca y la K mitteleuropea del nombre de un protagonista que es siem- pre extranjero, pero extranjero de una extranjeria radical que no remite a ‘un status legal, emocional, en tierras extrafias y lejanas (eso tambiéi trata sobre todo, de la extranjeria del cosmopolita cuya pertenencia uni versal se vuelve no-pertenencia y desarraigo. La condicidn extranjera del personaje (0 de los personajes) de la novela es una forma de extranarse hasta volverse otto, ottos, tantos otros hasta ya no ser nadie, nada, o para volver al protagonista de Lorde de Noll que recién llegado a Londres y en pleno inicio del proceso de descomposicion, se definfa a si mismo como alguien “tomado por uma sede imensa de nao ser nada’ (104). nes narrativas, en Argentina y Brasil, estructuradas alrededor de deseos y nticleos traumsticos radicalmente opuestos es ;por {Por qué en Brasil existe esta interrogacién cosmopolita que se pregunta sobre los modos en que la insercidn en el mundo resquebraja a un suje- to brasilefio que supo estar seguro de su pertenencia y su insercién en una cultura nacional? ;Por qué no se puede registrar esta ansiedad en la vratura argentina contempordnea? Se me ocurten dos respuestas po- les. La primera respuesta se desentenderia de explicactones estructura- les, para plantear que cada una de estas configuraciones estéticas res- ponderia a motivaciones individuales cuya l6gica debe buscarse en pro- ura personales, yal interior de campos literarios relativa- mente auténomos respecto esferas sociales en las que los significantes ligados ala globalizacion tendrian un: for. Esta respuesta no me parece convincente porque el fendmeno (en Brasil y en Argenti- na) puede leerse en series, y no solamente en textos aislados, La segun- jue me inclinarfa— plantearia que tanto en el caso br el argentino, estas novelas s le estructuras nntes. Hablo de sfntomas culturales porque no creo que se trate de un determinismo que pien: ‘omo una instancia reflexi- va de procesos sociales que lo preceden; el sintoma, como manifesta- cién singular (en este caso especificamente estética) de una condicién 192 {cularmente insidiosa si se tiene en cuenta que, de la vertiente dariana que tuvo su centro en Buenos Aires (atin luego ‘mudarse a Paris), hasta Borges y Victoria Ocampo—y esta es una percep cidn naturalizada de la cultura argentina, un lugar comin que se sostiene ‘como en el resto de América Latina, y muy especial- La respuesta sintomatica es particularmente insidiosa, decia, porque indicaria que el déficit cosmopolita de este grupo de n velas notables, y en general del grueso del campo literario, apuntaria a a ausencia de un deseo de mundo en el campo cultural, ala ausencia de preguntas y elaboraciones complejas sobre las significaciones de un pre~ fente marcado por procesos y problemas globales. Creo que, en alguna medida, esto es una funcién de la pauperizacién de las (9) Lo que estoy tratando de suger, de manera Tuna mirada cosmopolitaenel eampo novel ‘gobierno to que haba Cobos al pr allzado lps ene sly uo de ese ato. de upon ote conta der un ee es dentllsban entree 28 lio de 2008, las ditimas Ron- nctonal Las Ronda de ares no habla polo 7 de productos agroindustrial clap ae apa incall doo Pa. En 8 aps oe see unameneion. 1a pier ot apael 14 1 same pn de spleen de econ rian el miso espacio senda del peri ee cat consi neo agent. Tele eh So crane consran coms un emaurente oh prin loco Ta agenda de fa ecor Luana ACSA EL 193 pricticas del campo cultural argentino (editoriales, escuela, universidad, periodismo, medios de comunicacién electrénicos), que acompana milares procesos de pauperizacidn de la dimension simbdlica de la es- fora de la politica. Se trata, evidentemente, de una problematica central del presente, ¥ en este sentido, me llam6 la atencién encontrarme con un ensayo de Borges de 1931 que se llama “Nuestras imposibilidades’, y que sale en el cuarto mimero de Sur, en el que Borges repara en lo que podriamos llamar ef déficit de cosmopolitismo estructural de la cultura argentina: “Para el argentino ejemplar, todo lo infrecuente es monstruo- so—y como tal, ridiculo... Eso, para el pueblo, es el extranjero: un sujeto imperdonable, equivocado y bastante irreal’. Mas adelante, vuelve sobre esta idea para decir que este rechazo por lo extraiio y lo extranjero “com- pleta nuestra incuriosidad, efusivamente delatada por todas las revistas ‘grificas de Buenos Aires, tan desconocedoras de los cinco cont ¥ de los siete mares” (132). ¥ termi muchas generaciones que soy argentino; formulo sin alegria estas que- jas” (134). Este texto polémico, menor —en el que Borges comienza a ensayar variaciones sobre la hip6tesis principal de el ensayo cosmopolita de la teratura argentina, “El escritor argentino y la tradicién’ de 1951-1952—, va a contrapelo de la percepcién cosmopolita de la cultura argentina, y creo que abre una puerta para reconsiderarla. La emergencia de dis- ‘cursos y actores cosmopolitas en Argentina, de Borges a Sur y Victoria ‘Ocampo, podrian empezar a pensarse en funcién de su reverso, quiero en funcidn de las condi 8, No-cosmopolita, condiciones que pudieron haber ge- cosmopolitas que buscaban pensar el sentido de atextos universales y no, tnicamen ia nunca fue un momento estructural y estructurante del campo sino que consistié en irrupcfones universalistas en una relacion de fuerzas culturales cuyos limites estaban marcados por los impt nacionales (cuando no nacionalistas), y esa otra forma del particul: ‘mo argentino que es el europeismo. En el caso de las novelas brasilenas, tal vez se podrfa pensar que la const imposibilidad, como la elabor torepresentacién relativamente reciente del estado brasileio como actor global. Quiero decir, la inteligencia de estas novelas, la especificidad de Ta literatura, en este caso, pasa por la problematizacién de una relacion. 194 Nosnso Ss inmediata, faci, entre cosmopolitismo y globalizacién —justamente a que corresponderia a a voluntad de mundo del estado brasilefio, de Fer- io Henrique a Lula—, para en cambio formular un cosmopolitismo terrogativo, negativo; un cosmopolitismo de lidad de afir- ‘mar y de inscribirse en ese mundo con algtin tipo de certeza, de firmeza, Un cosmopolitismo, o mejor, una interrogaci6n de naturaleza cosmopo- lita que vuelve visibles los aspectos disolventes (mas que los instituyen- tes) del presente. \tempordneo tiene que ser vasto entramado de discur- orpus textual argentino en especificada, porque el campo literario es sos heterogéneos, y todos ellos literarios. Jos que detecto una autoreflexividad particu I deseo de interro- legiada las zonas traumaticas de la nacién y sus ima~ icas y procesos histdricos es novelistico, Es en le sus mutaciones historias, sigue siendo una iteraria para representar con donde la literatura arge ia pasion por sus determinacio- eficacia lo real nna da rienda suelta a su argentinidad, nes argentinas. Y sin embargo existe una imaginacién cosmopolita fuera de la novela argentina. La er61 la escritura de viaje, es el espacio textual en el que la literatura escrita en Argentina se constituye a partir de preguntas cosmopolitas. La cronica de viaje —casi tuna lengua muerta hoy, que muy pocos escriben y otros pocos leen— es un espacio prolifico para la articulacién de ansiedades e incomodidades que exceden los limites (Ja prisién) de lo nacional. De La cancion de las le Sanchez, (1999), en el que la autobiografia se escribe je por un mundo ajeno que es condici6n de posil ‘a Un banco a la sombra de Maria jboliza més alld y al margen de nnales. Moreno viaja por, 0 lee sobre, parques v ‘cementerios del mundo y presenta a una narradora que escribe créni- ‘cas inseguras, intimas (tan personales que bo mite entre su refe- rencialidad y su potencia ficcional), ¥ cosmopolitas en la manera en que entretejen esa intimidad en funcién de recorridos por un mundo de lu- gares extranos y excepcionales (extrafhados y excepeionalizados), como Ta visita ala plaza/mercado Djemé el F'né de Marrakesh, donde la figu- racion de lo extrafio no pasa por el cliché del exotismo musulman, sino por lo abyecto: una nena con algtin tipo de retraso mental que la sigue insistentemente. [Nersrusnonnunaces. La a taena ces YE. 195 Y sin embargo, ninguna crénica de viaje articula inquietudes cosmo- politas como un libro reciente de Martin Caparrés, Una luna (200 ‘cuenta un viaje de 28 dfas (un ciclo lunar, a pesar de que el libro temporal que es central en la propuesta yy América: “Yo viajo por cuenta de la ONU. ‘ho dias —en la proxima huna— tengo que pasar ‘cuenta las historias de vida de los refugiados y des- plazados a los que entrevista (es decir, el texto que tuvo que entregar la agencia de refugiados de las naciones unidas, UNHER: United High Commissioner for Refugees), y asf, entre la escritura de sus migra- icas, y el relato de las jones de produccién de esa escritura, Una luna ofrece una inusual puesta en abismo tragico-cosmo- definitivo, igar que ya me voy a otro" (165) as fo puede ser abor- cuya desterritorializac mientos (la migraci6n), por la autorepresentacién de una subj reticente a la fijeza de las inscri rales (su. unhomeliness por la naturaleza cosmopolita de la vee el soporte material para el que produce mapas pol nes de un mundo marcado por la desigualdad ("De Monrovia a Amsterdam: no sé si otro trayecto actual podria ser mas extremo’, 60), y pone el mundo entre comillas (62) libro excepcional, argentina es que no se hace preguni preguntas de Caparrds son cosmop. - Manus S80 africana —no sobre los vinculos de Africa con Argentina o América La- tina, sino que interroga la sma del cosmopolitismo liberal africana, es decir, en relacién con el \icia universal: sPor qué suponemos que alguien —un sueco, digamos, ‘moldavo, un argentino— tendrfa que sentir algin dolor oi ppacién o ligera molestia por el hecho de que —un suponer— algunos mi- anos se hayan matado con tanta tozudez, sigan ast, vivan suerte treinta 0 cuarenta anos? ,Por esa palabr fan poco cla- mnbres Jes importa lo que les pasa a ‘ocurtié que tenia que importarles? Entre ‘esas dos preguntas — ja quién se le ocurrié que sucedia, a quién que de- jer? se enrosca butena parte de la historia. si alguien cree que ‘bres les importa lo que les pasa a otros hombres, que se venga a ia, O que vaya a Florencio Varela (56- Mejor, distinto: ja quién se Eso que no sorprende en escritores de otras latitudes (pienso, por ‘ejemplo, en el notable What is the Whar de Dave Eggers [2006], que cuen- ino Achak Deng, uno de los lost boys de la guerra dicalmente extrafo en la literatura argentina de tiltimas cuatro décadas. Caparrds elabora la biograffa traumdtica del eriano Richard Allen (sobreviviente de la guerra civil de su pais, y de los campos de refugiados de Costa de Marfil, y de condiciones de pobreza ‘extrema en Ghana) para subrayar el modo en que Africa pone en eviden- cia, como mera abstraccién bienpensante, las demandas de emancipa- versal del cosm: smo liberal cldsico. Se trata de la pregun- ta africana enunciada en ¥ Wn un contexto global, una pregunta desprovista, en su universalidad critica y negativa, de argen- nnidad —porque la inchusién de Florencio Va- rransformsndolo en un significante del fraca~ ral, cuyo significado puede ser Monrovia, Gran periferia de las capitales europeas que ocupan un espaci ie entre occidente y el Maghreb. {Ea crénica, desde su marginalidad y minoridad, interroga y se deja interpelar por estos espacios, problemas y sujetos de los que la novela se desentiende (legitimamente, por cierto) en su afin argentino. Y el con- traste entre ambas da forma a dos modos diferentes de habitar el pre- sente, o mejor, vuelve visible la complejidad de un presente de espacios y temporalidades heterogéncas. El presente de la nacién que la novela argentina afirma, atin cuando repara en sus grietas y su dimensién trau- ‘matica, y el presente inhabitable del mundo global al que apuntan algu- 1 La Sc RATEMEAD a TERATURA ARERTN 197 nas novelas escritas en Brasil y algunas crénicas publicadas en Argentina. Dos presents, supongo, entte muchos ottos, que la literatura se Ocupa le figurar. Referencias Althusser, Loui Appadurai, Arjun (1 ty at Large. Cultural Dimensions of Globalization, Min- in University of Minnesota Press. Avelar, Idelber (1999): The Untimely Present. Postdictatorial Latin American Fic- ton and the Task of Mourning, Durham and London, Duke University Press Bhabha, Homi (1994): The Location of Culture, London and New York, Routled- Be. Borges, Jorge Luis (1931) Buarque, Chico (2003) tras, (2009): 0 Fitho da Mae, $0 Paulo, Companhia das Letras. Chejfec, Sergio (1999); Les planetas, Buenos Aires, Alfaguara. ¥y Guattati, Félix (2004): A Thousand Plateaus, London and New yatinuum. 2006): What is the What. The Autobiography of Valentino Achak terary History 39, pp. 375-387. Kohan, Martin (2000): Dos veces junio, Buenos Aires, Sudamericana, 5, Buenos Aires, Perfil Libros. irbol de Saussure, Buenos Aires, Adriana Hidalgo. Buenos Aires, Santiago Arcos. Buenos Aires; Alfagy

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