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¿Qué es la psicología?

Historia
Enfoques
Psicología social
Rol del epesista de Psicología en las comunidades

La diferencia entre Psicología Clínica y Psicología Social es que el objeto de estudio de la primera es el individuo y sus problemas
internos, mientras que la segunda trata fundamentalmente el tema de la dinámica grupal, de los vínculos, las comunicaciones, las
interrelaciónes que se generan entre los individuos cuando se agrupan con un objetivo común; también estudia lo que acontece en
el ámbito individual, pero no con el énfasis que le da la Psicología Clínica. Los conocimientos de Psicología Clínica son necesarios
para la Psicología Social, pues lo que ocurre en el individuo es fundamental, pero el enfoque apunta a lo grupal y a su relación con lo
social.
La Sociología estudia lo que sucede a nivel de la sociedad, de las comunidades. La Psicología lo que sucede a nivel individual, es
decir, los problemas, dificultades, traumas y vivencias de una persona. Lo que hace la Psicología Social es estudiar ese nivel
intermedio entre ambas especialidades, es decir: problemáticas grupales, vinculares y comunicacionales a nivel del grupo de trabajo,
familia, escuela, o cualquier ámbito donde aparezcan los grupos.
Psicología social: definición
La psicología social es una rama dentro de la psicología que analiza los procesos de índole psicológica que influencian al modo en
que funciona una sociedad, así como la forma en que se llevan a cabo las interacciones sociales. En suma, son los procesos sociales
los que modulan la personalidad y las características de cada persona.
También se suele describir a la psicología social como la ciencia que inquiere acerca de los fenómenos sociales, tratando de
desentrañar las leyes y principios por los que se rige la convivencia entre humanos. Así pues, esta rama de la psicología se encarga
de investigar las distintas organizaciones sociales, intentando extraer patrones de conducta de las personas que conforman el grupo,
sus roles y el conjunto de situaciones que modulan su comportamiento.
¿Qué estudia exactamente la psicología social?
El objeto de estudio de la psicología social son, como hemos dicho, la influencia de las relaciones sociales sobre la conducta y los
estados mentales de las personas. A este efecto, uno de las teorías clave en esta disciplina es la del interaccionismo simbólico. Uno
de sus antecesores, George H. Mead, desarrolló un profundo estudio sobre lenguaje, gestos y conducta, como productos de las
relaciones interpersonales que permiten la vida en comunidad y, concretamente, sus interacciones personales cara a cara.
Obviamente, en nuestras sociedades existen organizaciones e instituciones constituidas alrededor de ciertos condicionantes
socioculturales que son un producto de la interacción entre personas. Siendo así, no es difícil imaginar que existe una conciencia
colectiva que nos facilita la comprensión de estas articulaciones sociales.
La psicología social, pues, estudia los procesos psicológicos y sociales observables, cosa que nos ayuda a entender cómo actuamos
los individuos cuando formamos parte de grupos o sociedades. La psicología social también engloba el estudio de las actitudes
personales y la influencia (bidireccional) con el pensamiento social.

AUTOEFICACIA:
Para dar una deficinición, diremos que la autoeficacia es la creencia en las propias capacidades para hacer frente a diversas
situaciones. De este modo, la autoeficacia puede desempeñar un papel importante no sólo en cómo te sientes contigo mismo, sino
en tu actitud y posibilidades para alcanzar con éxito tus objetivos en la vida.
El papel de la autoeficacia
Prácticamente todas las personas puedan identificar las metas que quieren lograr, las cosas que les gustaría cambiar y aquellas que
les gustaría conseguir. Sin embargo, la mayoría de las personas también se dan cuenta de que poner estos planes en acción no es
tan simple. Bandura y otros han encontrado que la autoeficacia de un individuo desempeña un papel importante en cómo se
abordan los objetivos, las tareas y los desafíos.

INTRODUCCIÓN. Nuestro conocimiento a lo largo de la historia nos hace saber de las capacidades que el ser humano tiene para
sobreponerse a los daños en general y por lo tanto saber de las capacidades que ha desarrollado este. La expresión de este potencial
nos ha generado bienes tanto físicos como materiales, culturales, intelectuales y tecnológicos, esto se va dando por cúmulo sucesivo
en cada una de las culturas, desarrollando así aquello que será nuestro tema de interés y estudio: LA RESILIENCIA. En el presente
trabajo se dan a conocer algunos antecedentes, la definición, el fomento de la resiliencia en la sociedad así como el desarrollo de
ésta en las personas que son susceptibles al maltrato, las condiciones de desarrollo y los factores que nos ayudan a generar la
resiliencia, aunque también es importante mantenerla y para esto se tocará el tema de las estrategias para construir y mantener la
resiliencia y por ultimo pero no menos importante la intervención y desarrollo de la resiliencia en niños. Hay que tener por bien
sabido que la resiliencia no solo nos sirve para poder resolver problemas y vivir bien tiene aun un significado más amplio con una
perspectiva diferente de la vida. A lo largo de este trabajo se darán a conocer algunos ejemplos de resiliencia ante situaciones
difíciles como lo fueron el Huracán Katrina y Rita y la forma en que las personas logran superar, afrontar o crear una barrera que los
haga sentir protegidos de los sucesos desagradables. El objetivo del presente trabajo es dar a conocer algunos de los aspectos de
mayor interés para la reacción de sobreponerse a las situaciones difíciles. Para poder entender el fenómeno de la resiliencia es
necesario tener el concepto claro y definido por lo cual iniciaremos nuestro primer apartado con este tema. ANTECEDENTES Y
DEFINICIÓN Antes de abordar de lleno el tema de la resiliencia, tenemos que conocer algunos antecedentes de esta, por ejemplo en
la Biblia Job se sobrepone a la pérdida de todos sus bienes materiales, por ejemplo, la joven Ana Frank, logra continuar su desarrollo
como adolescente durante la guerra nazi hasta que la asesinan (Ángeles y Morales 1995). A mediados del siglo pasado , las ciencias
humanas comenzaron a utilizar el término para referirse a las pautas que permiten a las personas sobreponerse a las situaciones
adversas y sacar provecho de ellas(Sánchez, 2003). Los hallazgos de Rutter en 1990 han descubierto el desarrollo y funcionamiento
del cerebro a apartir de las bases biológicas del fenómeno de la resiliencia , así como su contribución con los procesos de desarrollo
psicofisiológico Debe tenerse por entendido que la resiliencia no es algo que se adquiera o no se adquiera, sino que conlleva a
conductas que cualquier persona puede desarrollar y aprender. La resiliencia como concepto ,es un término que proviene de la física
y se refiere a la capacidad de un material para recobrar su forma después de haber estado sometido a altas presiones (López, 1996).
Por lo tanto en las ciencias sociales podemos deducir que una persona es resiliente cuando logra sobresalir de presiones y
dificultades que en su lugar otra persona no podría desarrollar. La introducción al concepto de resiliencia en las ciencias sociales nos
ha abierto nuevos caminos para poder afrontar los problemas más comunes como los que nos proporcionan el aprendizaje y el
desarrollo infantil. Existen diversas definiciones del termino resiliencia , estas dependen de cada autor y su enfoque teórico, la
resiliencia seria una capacidad global de la persona para mantener un funcionamiento efectivo frente a las adversidades del entorno
o para recuperarlo en otras condiciones (Aracena , Castillo y Román). Por otra parte la resiliencia describiría una buena adaptación
en las tareas del desarrollo social de una persona como resultado de la interacción del sujeto con su medio ambiente. Para
Domínguez, (2005) , la resiliencia es el proceso de adaptarse bien ante situaciones adversas o aun ante fuentes significativas como el
estrés . Significa rebotar de las experiencias difíciles. Hay que tomar en cuenta que la resiliencia no es algo que se adopte o no si no
que cada individuo va desarrollándola de acuerdo a sus necesidades. El concepto de la resiliencia o facultad de recuperación implica
dos factores la resiliencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la vida propia y la integridad ante las presiones
deformantes y la otra es la capacidad para construir conductas vitales positivas esto pese a las circunstancias difíciles (González
,2005). FOMENTO DE LA RESILIENCIA La resiliencia podría definirse como algo nuevo en la historia .La introducción al concepto de
resiliencia en las ciencias sociales nos ha abierto nuevos caminos para poder afrontar los problemas más comunes como los que nos
proporcionan el aprendizaje y el desarrollo infantil. Invertir en la resiliencia seria mucho más barato y seguramente se lograra a
mediano plazo la reducción de algunos efectos adversos como la delincuencia, la prostitución, la violencia, drogadicción, (Ángeles, R.
y Morales, J. 1995) pero queda una gran duda al aire donde queda la justicia social y el desarrollo humano para cada uno como
individuo no uno más generalizado que por lo común hace que las personas vayan perdiendo la seguridad de lo que son y lo que
valen. La resiliencia nos indica, la necesidad de focalizar nuestra búsqueda en los recursos personales y ambientales de que disponen
los individuos, sus familias y la comunidad. Y se cambia, desde una intervención en el beneficiario directo a una intervención que
incorpora a la familia y a la comunidad durante todo el proceso de cambio. Se incorporan actividades educativas que abordan las
distintas dimensiones de la resiliencia. (González, 2005). Se deben impulsar acciones para favorecer a la inclusión social de la
resiliencia, para que se aproveche la vitalidad, la capacidad y la energía para participar activamente en el presente y construir con el
apoyo un proyecto de vida, tenemos que considerar acciones y características que promuevan la resiliencia y que este tema debiese
ser prioritario no solo para los profesionales de la salud sino para todas aquellas personas que estén en contacto directo con niños y
adolescentes. Este mecanismo defensivo menciona Kolb (1973) , produce una oposición profundamente asentada, a que los datos
reprimidos (inconscientes) se vuelvan conscientes. Por medio de la resistencia el individuo trata de evitar los recuerdos y los insights
que provocarían angustia y serían dolorosos, si se encararan de manera consciente. La resistencia también se presenta durante el
tratamiento psicoanalítico, cuando el psiquiatra alienta al paciente para que haga perceptible el material reprimido por la libre
asociación. Freud estructuró su concepto de la represión al encontrarse con las dificultades y las obstrucciones en la asociación libre
: el bloque, la turbación, los silencios y las angustias del paciente a los que les dio el nombre de resistencia. Ésta da una clave de la
naturaleza del material reprimido. DESARRROLLO DE LA RESILIENCIA La resiliencia no es un rasgo que las personas tienen o no
tienen. Conlleva conductas, pensamientos y acciones que cualquier persona puede aprender y desarrollar. Se trata de una nueva
mirada de la manera en que los diferentes seres humanos afrontan posibles causas de estrés: malas condiciones y vejaciones en la
familia, reclusión en campos de prisioneros, situaciones de crisis como las causadas por viudez o el divorcio, las grandes pérdidas
económicas o de cualquier otra índole. (García, Rodríguez y Zamora). En lugar de preguntarse por las causas de la patología física o
espiritual que esas catástrofes generan, el nuevo punto de vista supone indagar de qué condiciones está dotada esa minoría; por
qué y de qué manera logra escapar a los males propios de los llamados “grupos de riesgo”. El hecho de que la adversidad no deriva
irrevocablemente en individuos dañados, se ha mostrado que la conformación de éstos ,depende, no simplemente de factores
condicionantes como, por ejemplo, los recursos económicos, la alimentación, el nivel educativo de los padres, la estimulación
materna o la disponibilidad de material lúdico, sino, fundamentalmente, de los mecanismos y las dinámicas que ordenan el modo
cómo ellos se relacionan (Rutter 1985). Los individuos “resilientes” se destacan por poseer un alto nivel de competencia en distintas
áreas, ya sea intelectual, emocional, buenos estilos de enfrentamiento, motivación al logro autosugestionado ,autoestima elevada,
sentimientos de esperanza, autonomía e independencia, entre otras. Y esto ha podido ser así incluso cuando el área afectada es tan
básica para la vida, como la nutrición. Para esclarecer el fenómeno de la resiliencia, los estudiosos han apuntado a las características
del ambiente en que se han desarrollado los sujetos resilientes: han tenido corta edad al ocurrir algún evento traumático; han
provenido de familias conducidas por padres competentes, integrados en redes sociales de apoyo, que les han brindado relaciones
cálidas. Respecto al funcionamiento psicológico que protege del estrés a las personas resilientes, señalaremos: a) Mayor coeficiente
intelectual y mejores habilidades de resolución de problemas. b) Mejores estilos de afrontamiento. c) Empatía, conocimiento y
manejo adecuado de las relaciones interpersonales. d) Sentido del humor positivo. Lo que hace que un individuo desarrolle la
capacidad de ser resiliente es la formación de personas socialmente competentes que tengan la capacidad de tener una identidad
propia y útil, que sepan tomar decisiones, establecer metas y esto involucra lugares sociales que implican a la familia a los amigos y
las instituciones de gobierno de cada país ( Ramírez, 1995). Entre los mecanismos protectores por excelencia esta la relación de un
adulo significativo, que reafirme la confianza en sí mismo del individuo, que lo motive , y por sobre todo le demuestre su cariño y
aceptación incondicional(Sánchez ,2003). CONDICIONES DE DESARROLLO Muchos estudios demuestran que un factor primario para
en la resiliencia es tener relaciones que ofrezcan cuidados y apoyo dentro y fuera de la familia. Las relaciones que crean apoyo y
confianza, proveen modelaje y ofrecen estímulo y reafirmación además contribuyen a afirmar la resiliencia en una
persona(Domínguez , 2005). Para esclarecer el fenómeno de la resiliencia, los estudiosos han apuntado a las características del
ambiente en que se han desarrollado los sujetos resilientes: han tenido corta edad al ocurrir algún evento traumático; han
provenido de familias conducidas por padres competentes, integrados en redes sociales de apoyo, que les han brindado relaciones
cálidas(Kotliarenco , y Pardo ) . Si nos detenemos a observar la realidad en que viven nuestros jóvenes actualmente podemos ver
cómo ciertas condiciones influyen negativamente en su desarrollo: carencia de redes de apoyo social para enfrentar las dificultades,
incorporación prematura al empleo, desempeño de trabajos marginales o contractualmente precarios, falta de protección de su
salud y derechos laborales, desocupación prolongada, fracaso y abandono escolar, adicción a las drogas y al alcohol etc. Todo esto se
traduce en una baja autoestima, ausencia de un proyecto de futuro y dificultad para darle sentido al presente (López , 1996). Fonagy
y colaboradores ,señalaron que las personas resilientes presentaron en su infancia los siguientes atributos: a) Nivel socioeconómico
más alto. b) Ausencia de déficit orgánico. d) Temperamento fácil. Como características del medio social inmediato señalan las
siguientes: a) Padres percibidos como competentes. b) Mejor red informal de apoyo (amigos, familiares, compañeros). La presencia
de relaciones afectuosas es vital para fortalecer la resiliencia a través del ejemplo común como lo dicen las voces “hechos y no
palabras”.Las oportunidades de participación son significativas para poder sentirse importante y querido. La resiliencia es una
característica que se puede aprender como producto de una interacción positiva entre el componente personal y ambiental de un
individuo(Sánchez, 2003).El vinculo afectivo que se establece en los primeros años de vida es vital para el desarrollo de un individuo
capaz y seguro en una entidad. MALTRATO FISICO Y FACTORES DE RESILIENCIA La definición de maltrato que se usa se refiere a
conductas que tengan un potencial de daño para un individuo (Aracena , Castillo y Román ) El término maltrato infantil abarca una
amplia gama de acciones que causan daño físico, emocional o mental en niños de cualquier edad. Sin embargo, el tipo de maltrato
infligido varía con la edad del niño. Tal vez el tipo más común de malos tratos es el abandono, es decir, el daño físico o emocional a
causa de deficiencias en la alimentación, el vestido, el alojamiento, la asistencia médica o la educación por parte de los padres o
tutores. Una forma común de abandono entre los niños es la subalimentación, que conlleva un desarrollo deficiente e incluso a
veces la muerte. Los eventos traumáticos o adversos sean psicológicos o físicos (nutrición pobre ,permanentes niveles elevados de
estrés y violencia) elevan los niveles de cortisol y a su vez este afecta al metabolismo el sistema inmune y al cerebro. Es de especial
importancia que lo descrito no ocurre en los niños que reciben un cuidado especial , afectuoso y enriquecedor en el primer año de
vida, estos son menos propensos a responder a la tensión produciendo otras reacciones diferentes en los niños que no tienen estos
cuidados .De modo que si un niño es abandonado o descuidado a muy temprana edad las funciones cerebrales se ven dañadas
severamente como la capacidad de aprendizaje y la resolución de problemas . Hay algunos factores asociados para que se desarrolle
la resiliencia por medio de los cuales nos podemos apoyar y ser menos susceptibles a los daños ocasionados por el medio en que
vivimos. La combinación de estos factores nos lleva a tener éxito (Domínguez, 2005). Debemos de tener la capacidad para hacer
planes realistas los cuales llevaremos a cabo, tener una visión positiva de sí mismo y confiar en nuestras fortalezas y habilidades,
destreza y comunicación para la solución de problemas , la capacidad de manejar sentimientos e impulsos muy fuertes. Debemos de
asociar alternativas para vislumbrar la esperanza en situaciones que asociamos generalmente con un cúmulo de carencias(González,
2005). ESTRATEGIAS DE LA RESILIENCIA Las personas no reaccionan de la misma forma a los mismos eventos de vida traumáticos y
estresantes. Un enfoque para construir resiliencia que le funciona a una persona puede no funcionarle a otra. Las personas utilizan
una gran variedad de estrategias. Algunas variaciones pueden reflejar diferencias culturales. La cultura de una persona puede tener
un impacto en la forma en la cual comunica sus sentimientos y trabaja con la adversidad . Por ejemplo el impacto del Huracán
Katrina y Rita fue tan enorme que dejó sentir su impacto en personas de diferentes culturas. Las buenas noticias sobre la resiliencia
son que puede construirse a través de diversos enfoques que tienen sentido en diversas culturas. Haga conexiones. Buenas
relaciones con la familia y amistades cercanas y otras personas relevantes. Algunas personas encuentran que, a pesar de que han
sufrido pérdidas ayudar a otras personas les hace sentir bien sobre sí mismas. Evitar ver las crisis como problemas insuperables.
puede cambiar la forma en que cada individuo interpreta el “huracán”. Tratar de ver más allá de la crisis actual y cómo las
circunstancias futuras pueden ser un poco mejores. Moverse hacia las metas hacen que las estrategias desarrollen la capacidad de
ser exitoso y ser un individuo resiliente que se integra en una comunidad. Reconocer la propia fortaleza y recursos para tratar con
situaciones difíciles puede ayudar a desarrollar confianza en sí mismo. Prestar atención a sus necesidades y sentimientos. Otras
formas de fortalecer la resiliencia pueden ayudar, la clave es identificar formas que podrían resultar bien como parte de una
estrategia personal para desarrollar resiliencia(Domínguez, 2005). Trabajar en el campo de lo resiliente en un individuo implica un
cambio paradigmático en el sentido de hacer hincapié en la fortaleza innata y ver las cosas como algo positivo y no como riesgo total
las cosas se han creado para mejorar su entorno no para dañar su salud. Una adecuada estimulación en los primeros años de vida
tendrá un gran beneficio para el futuro puesto que el apoyo familiar y la integración hacen que una persona desarrolle confianza en
si mismo y esto en un futuro se verá reflejado en los proyectos y el éxito o fracaso que se obtenga de éstos (Sánchez, 2003).

Resiliencia (psicología)
Para otros usos de este término, véase Resiliencia.
La resiliencia se define como la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas.
Sin embargo, el concepto ha experimentado importantes cambios desde la década de los 60. En un principio, se
interpretó como una condición innata, luego se enfocó en los factores no sólo individuales, sino que también familiares,
comunitarios y, actualmente, culturales. Los investigadores del siglo 21 entienden la resiliencia como un proceso
comunitario y cultural, que responde a tres modelos que la explican: un modelo «compensatorio», otro «de protección» y
por último uno «de desafío».1

Etimología
Resiliencia viene del término latín resilio, «volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar». El término se adaptó al uso
en psicología y otras ciencias sociales para referirse a las personas que a pesar de sufrir situaciones estresantes no son
afectadas psicológicamente por ellas.2

Historia
El término resiliencia se ha utilizado de formas diversas. Entre los psicólogos, Emmy Werner, en 1995 se refiere a tres
usos generales del término resiliencia: buen desarrollo a pesar de alto riesgo social; mantención de las competencias
pese al estrés continuo; y recuperación después del trauma.1 3
Emily Hunter, en 1999, conceptualiza la resiliencia como un continuo entre dos polos: «resiliencia menos que óptima» y
«resiliencia óptima». En el caso de adolescentes sometidos a riesgo psicosocial que responden en forma menos que
óptima, este tipo de respuesta incluye «tácticas violentas de supervivencia, comportamientos de alto riesgo y abandono
social y emocional», y que el pronóstico más probable es que sean adultos mal adaptados.1
Michael Rutter, entre 1999 y 2000, define resiliencia como la resistencia relativa al riesgo psicosocial, sin necesariamente
esperar un resultado positivo, sino más bien enfocado en la forma o proceso en que la persona enfrenta el riesgo. Rutter
desarrolló sus estudios a partir de tres áreas de investigación: el estudio de poblaciones de alto riesgo como la de los
hijos de padres con enfermedades mentales; los estudios sobre temperamento realizados en la década de los 60 y el
estudio de las diferencias a nivel individual para enfrentar las distintas situaciones de vida. 124
Suniya Luthar, entre el 2000 y el 2006, define resiliencia como una adaptación positiva pese a la adversidad, enfatizando
los dos elementos que la constituyen: la adversidad significativa y la adaptación positiva, lo cual lleva a la conclusión de
que la resiliencia sólo se mide indirectamente a través de estos elementos. Esta idea es compartida por varios
investigadores.15
El psiquiatra y psicoanalista Boris Cyrulnik divulgó este concepto que extrajo de los escritos de John Bowlby. Es un
término que se toma de la resistencia de los materiales que se doblan sin romperse para recuperar la situación o forma
original. Por ejemplo un arco que se dobla para lanzar una flecha, o los juncos bajo la fuerza del viento. Cuando un sujeto
o grupo es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada y puede sobreponerse a contratiempos o incluso
resultar fortalecido por estos. Actualmente, la resiliencia se aborda desde la psicología positiva, la cual se centra en las
capacidades, valores y atributos positivos de los seres humanos, y no en sus debilidades y patologías, como lo hace la
psicología tradicional. El concepto de resiliencia se corresponde aproximadamente con el término «entereza». 6 Es
superar algo y salir fortalecido y mejor que antes.
La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad. Desde la Neurociencia se considera que las personas más
resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les
permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos (Instituto Español
de Resiliencia).
Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de
un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, a prolongadas enfermedades temporales, al abandono afectivo, al
fracaso, a las catástrofes naturales y a las pobrezas extremas.
Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo
adverso.

 Procesos resilientes: Gracias a la experiencia y aprendizaje de las personas hemos podido ver y experimentar el
cambio de la palabra resiliencia a procesos resilientes. Esto es debido a que no es considerada como capacidad sino
como proceso que engloba multitud de factores. Cuando una persona está pasando por una situación extrema o
delicada influye familia, entorno, situación económica, amistades y, como no, la misma persona. Es por esto que
nunca hablamos de la capacidad de una persona sino de una consecución de sucesos en el cual intervienen varias
personas y elementos para conseguir salir reforzado de esa situación y, por lo tanto, aprender de ello. Esa persona
ha llevado a cabo un proceso resiliente.

Yendo en dirección a Chartres,


Péguy ve en un costado de la carretera a un hombre
que parte piedras golpeándolas con un mazo.
Su rostro expresa desdicha y sus gestos rabia.
Péguy se detiene y pregunta:
¿Señor que hace?,
"Ya ve usted" , le responde el hombre,
"no he encontrado más que este oficio estúpido y doloroso"

Un poco más adelante,


Péguy ve a otro hombre que también se dedica a partir piedras,
pero su rostro está sereno y sus gestos son armoniosos.
¿que hace usted? Señor, le pregunta Péguy.
"Pues ya ve, me gano la vida gracias a este cansado oficio
pero cuento con la ventaja de estar al aire libre", le responde el hombre.

Algo más lejos, un tercer picapedrero aparece radiante de felicidad.


Sonríe al demoler la masa pétra y mira placenteramente las lascas de piedra.
¿Qué hace usted?; le interrogra Péguy.
¿Yo?, responde el hombre,
¡Construyo una catedral!

Expone Boris Cyrulnik en su Libro El Amor que nos Cura lo siguiente:

La piedra desprovista de sentido somete al desdichado a lo real, a lo inmediato, que no permite comprender otra cosa más que el
peso del mazo y el dolor del golpe. Por el contrario, quien tiene una catedral en la cabeza transfigura la piedra y experimenta la
sensación de elevación y de belleza que provoca la imagén de la catedral, de la que se siente orgulloso.

Sin embargo, se esconde un misterio en el mundo íntimo de los picapedreros:

¿Por qué algunos tienen una cátedral en la cabeza mientras otros no ven más que piedras?

No deseo por el momento, exponer mis cavilaciones sino invitarles a todos y todas ustedes a compartir las suyas en la
presente entrada.

Ya compartiré en una proxima entrada o una segunda edición de la presente mis pensamientos al respecto

 ¿Cómo se desarrolla esa habilidad que tienen algunas personas para sobreponerse o incluso salir fortalecidos de las
situaciones difíciles? Se llama resiliencia y en ella podría encontrarse el secreto de la felicidad.
Eso que conocemos como"crecerse ante la adversidad"... Sí, eso, justamente eso es la resiliencia, una palabra que define
la RAE como la "capacidad para asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas". Y aún más, pues tal como recuerda
Elisa Agudo, coach empresarial de '¿Quién dijo imposible?', el término hace alusión también (en mecánica) a la capacidad de un
material elástico para absorber y almacenar energía de deformación. Curioso, ¿verdad? "Eso es, sí señor, soportar la presión y
permitirla de modo que podamos volver al estado y forma originales. O no, porque quizá alcancemos una naturaleza mejorada
respecto a la inicial. Podríamos decir que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia", precisa Agudo.

El refranero español o el acervo común está plagado de expresiones que, aunque no nos hayamos dado cuenta, hablan en realidad
de resiliencia. No en vano todos parecemos tener claro que se aprende de los errores aunque en realidad pensemos, como comenta
la coach de '¿Quién dijo imposible?', que no es la mejor forma de aprender algo, por resultarnos árida y dolorosa. Después de un
episodio difícil en nuestras vidas la mejor lección es que ese dolor o experiencia traumática han de servir, como recuerda Elisa
Agudo, para fortalecernos interiormente. Y eso va a depender de nuestra actitud. "El gran Borja Vilaseca me enseñó que el dolor es
inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Depende de nosotros decidir cómo tomarnos esa circunstancia insoportable, ese
momento asfixiante, esa relación insufrible o lo que sea que nos esté atrapando en cada etapa de nuestra historia personal",
argumenta.
Cómo saber si tienes resiliencia
Comportarse como el protagonista de su propia existencia es una de las principales cualidades de una persona resiliente, en
opinión de Elisa Agudo.
La persona resiliente posee las siguientes características que hacen que se sienta cómoda con la forma con la que afronta retos o
situaciones complejas negativas que afectan a su vida y a su vez fomentan el hábito resiliente en ella, según revela Javier González,
CEO del Instituto Superior Magna Coaching:
1. Tiene confianza en sus capacidades; se conoce y sabe cuáles son sus fortalezas y puntos de mejora.
2. Posee capacidad analítica y dimensiona los problemas de forma adecuada; mantiene los pies en la tierra y evalúa el entorno en
el que se encuentra, asignando a cada circunstancia la debida prioridad.
3. Desarrolla su iniciativa y se fija objetivos alcanzables. Establece metas a las que quiere llegar, tiene una misión y visión en su vida.
4. Establece relaciones sociales constructivas sobre la base de los límites que quiere establecer y la comunicación asertiva.
5. En lugar de encerrarse en sí misma, esta persona sale al exterior, conociendo y aceptando la situación que está viviendo, pero
desarrollando iniciativas para cambiarla.

Por su parte, Laura Gutiérrez, coach ejecutivo y personal y también instructora de mindfulness, incide en estos otros aspectos,
algunos complementarios, otros similares; para definir cómo actúa una persona resiliente:
1. Desarrollan la capacidad de adaptación a los cambios con flexibilidad, tolerancia y manteniendo la calma en las dificultades.
2. Si una situación no funciona de la manera prevista, saben dar alternativas con creatividady proponen nuevas opciones
ventajosas.
3. No ponen el foco en el área del problema sino que analizan los porqués y enfocan en el área de influencia personal y en la actitud
con la que se afronta esa situación límite. Así conectan con una actitud positiva y la empatía para iniciar nuevas acciones.
4. Evitan las fugas energéticas y no pierden un minuto en colocarse en una situación de víctima o quejarse, sino que toman las
riendas de los retos desde el centro vital, desde la esencia de su ser más auténtico y honesto con la situación que viven.
5. Tomar distancia con sentido del humor y vitalidad. Reírnos y ver lo cómico de la situación nos ayuda a relativizar y dejar de ver el
problema desde la gravedad como si viviéramos una tragedia y evita reaccionar desde emociones tóxicas.
6. Ven los problemas no como errores o equivocaciones sino como aprendizajes y experiencias, por lo que no hay una pérdida de
confianza, seguridad y autoestima, que es el motor para generar empoderamiento personal y crear nuevas vías de solución.

En resumen, como destaca el coach Enrique Jurado, creador del BrandCoaching, las claves de la forma de ser de una persona
resiliente las perfila Donald Meichenbaum, psicólogo y cofundador de la terapia cognitivo-conductural, en 'Hoja de ruta para la
resiliencia'.

- Son positivas. Tienden a fomentar las emociones positivas más que las negativas. Ven la vida con optimismo y esperanza. Tienen
un fuerte sentido del humor y se ríen de sí mismas.

- Son proactivas. En lugar de esperar pasiva y reactivamente a ver qué pasa en sus vidas, son personas activas y proactivas. Y cuando
algo no se puede cambiar, aprenden a aceptarlo y sacarle el maximo partido.

- Son flexibles. Saben adaptarse a las distintas situaciones, manteniendo una apertura mental a nuevas ideas y no necesitan llevar la
razón.

- Son saludables. Un aspecto importante de la resiliencia es una salud física adecuada, ejercicio regular, una alimentación adecuada
y eliminar el uso de alcohol, tabaco y cafeína.

Técnicas para desarrollar y aumentar la resiliencia

El primer paso es, según explica Laura Gutiérrez, permitirse a uno mismo ver la realidad tal cual es sin evadir la dificultad, para
después normalizar el problema que no se espera y aceptar que lo que sucede es temporal. Así, la experta aconseja no responder
rápidamente, sino tomar distancia para tener una visión amplia que nos permita regularnos emocionalmente y no reaccionar
actuando con el "piloto automático" de modo que empeoremos la situación. Otros recursos útiles son, a su juicio, permanecer en
calma, mantener una coherencia interna entre lo que piensas, sientes y haces y escuchar asertivamente diferentes puntos de vista,
estableciendo vínculos y relaciones sinceras.

Otras técnicas, detalladas por el coach Javier González son:


- Hablar de forma positiva. Si observamos nuestro lenguaje, tendemos a generalizar, a hablar con el no por delante en nuestras
frases. Todo ello tiene un reflejo en nuestro inconsciente al ponernos barreras que cada vez se hacen más grandes y evitan que
podamos escapar de la prisión que nos hemos creado. Hablar en positivo hace que percibamos nuestro entorno como algo abierto y
del que podemos obtener un aprendizaje continuo que nos impulse a mejorar en lo que hacemos, en cómo lo hacemos y en qué
podemos hacer diferente.
- Arraigar el sentido de la esperanza. Si no pensamos que podemos cambiar y que se puede salir de las arenas movedizas en las que
nos encontramos. Si no pensamos que hay esperanza, no podremos ver un camino que se abre paso a través del tortuoso sendero
del cambio.
- Adecuar nuestra postura y movimiento, a la hora de andar y de establecer contacto con otras personas de forma que no nos
achantemos, que no parezcamos inferiores a nosotros mismos ni a nuestros iguales. La forma de caminar que tengamos expresa el
cómo nos sentimos; cambiemos el caminar y cambiaremos nuestros pensamientos.

Como hábito para potenciar la resiliencia, Elisa Agudo sugiere escribir a mano, sin autocensurarse, de modo que la escritura fluya
libremente y dejemos brotar las palabras sin restringirlas con juicios de valor. "Contarse un relato sobre lo que nos ha pasado
puede convertirse en un factor de resiliencia impresionante", comenta la coach, quien avisa, eso sí, que la única condición es que
alcancemos a darle un sentido en nuestra vida a eso que nos ocurrió, ordenando nuestros pensamientos al respecto y gestionando
las emociones surgidas a partir de ello. Después, puede releerse lo escrito o bien puedes deshacerte de ello sin más, pues lo
importante es que has liberado esas palabras y les has dado otros significante en tu historia personal. Como dice Boris Cyrulnik,
autor del libro 'El amor que nos cura', "el relato extrae el acontecimiento del interior de uno mismo", lo que, comenta Agudo, "nos
permitirá abrir las ventanas para sacudir esas alfombras llenas de pena y entre un soplo de aire fresco".

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