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Día del Abogado.

La palabra abogado proviene del latín advocātus, que a su vez se derivó de la expresión
latina “ad auxilium vocatus” (el llamado para auxiliar). Un abogado es un profesional en
derecho que se encarga libremente de la defensa, dirección, asesoramiento y consejo
jurídico de las personas que lo requieran.

La abogacía no es una carrera, un oficio o tan solo una profesión, esta interviene más allá
de una simple aplicación de normas o derechos, es tal vez una de las actividades que tiene
mayor repercusión en la sociedad, de ahí que tengan un día para celebrarlos.

El Día del Abogado se celebra en algunos países de América y Europa, pero en diferentes
fechas. Así en Argentina se celebra, el 29 de agosto; en Perú, el 2 de abril; en Colombia,
el 22 de junio y el 23 de junio en Venezuela; en México, el 12 de julio; en Guatemala, el
24 de setiembre. A pesar de que cada país posee su propia fecha para conmemorar a sus
profesionales del derecho, se ha designado el día 3 de febrero de cada año para celebrarlos
a nivel internacional.
En Ecuador, mí amado país, la Academia de Abogados de Quito en sesión de 20 de
febrero de 1945, para celebrar el centenario del nacimiento del relevante jurista Dr. Luis
Felipe Borja (1845), sabio jurisconsulto, eminente profesor, erudito literato, publicista y
escritor, se instituyó el 20 de febrero de cada año, como el Día del Abogado para que se
rinda homenaje a las mujeres y hombres ecuatorianos, en las ciencias jurídicas y
universales.

Como olvidar a hombres y mujeres de mucho talento que dieron su aporte en la Colonia
como Eugenio de Santa Cruz y Espejo apodado por la nobleza hispana como "el indio
Chusig" (multifacético, Abogado, Médico y Periodista), José Mejía Lequerica, quien
defendió los derechos de los criollos, nativos y aborígenes de nuestra América ante las
Cortez de Cádiz (España); en las guerras de la independencia como Antonio Ante y
Quiroga; en la vida republicana, Gabriel García Moreno, Vicente Rocafuerte, Luis Felipe
Borja, Víctor Manuel Peñaherrera, Juan Isaac Lobato, Alfredo Pérez Guerrero, Juan
Larrea Olguín, Pedro Moncayo, Luis Cordero Crespo, Manuel Benigno Cueva, Manuel
Agustín Aguirre, Carlos Arroyo del Río, Obdulia Luna Luna (primera abogada del país
que lucho contra la desigualdad y discriminación de la época), Isabel Robalino (líder
sindical, activista y política ecuatoriana), Carlos Julio Arosemena, Jorge Zavala
Baquerizo, Camilo Gallegos Toledo y muchos abogados y abogadas libres ignorados por
la historia, pero que han dejado su legado y huella en el ejercicio de tan loable profesión.

En verdad la libertad de defensa solo existe plenamente cuando detrás del abogado hay
un Colegio para respaldarlo; porque el abogado digno de tal profesión en muchas
ocasiones tiene y debe defender tesis que desagradan al poder o a la llamada opinión
pública, contrariar intereses muy “poderosos” o muy agresivos y si al Abogado se le
dejase solo ante tantas presiones acabaría por ser asfixiado o claudicar al juramento que
rinde al recibir la investidura.

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