Alumna: Ana Clara Cabral

Consigna del 1° Encuentro:

5) La atmósfera de la tierra; ¿siempre fue igual? (Realice una síntesis de su evolución)

La atmosfera de la Tierra no ha sido siempre igual. Esto es así ya que su

composición no ha sido siempre la misma, ha ido variando con el tiempo. En un inicio,
cuando el planeta se formó hace 4600 millones de años, se podía hablar de una
atmósfera primitiva. La intensa actividad volcánica que lo caracterizaba en los
primeros tiempos, liberó enorme cantidad de gases que favorecieron la formación de
dicha atmósfera. Se cree que estaba constituida principalmente por hidrógeno y helio,
además de porcentajes menores de metano, amoníaco, vapor de agua y gases
nobles, es decir, de los residuos de la nebulosa gaseosa a partir de la cual se
originaron el Sol y los demás planetas del sistema solar. En ese entonces, carecía de
oxígeno. Resumiendo, podemos decir que en un inicio la Tierra poseía una atmósfera
que presentaba una serie de características que hacían imposible el desarrollo de la
vida: un alto contenido de dióxido de carbono; la carencia de oxígeno; una elevada
presión atmosférica; y temperaturas extremadamente altas. Vale aclarar que, cuando
el planeta se fue enfriando, las partículas de mayo peso se situaron en el centro y los
gases en las zonas más externas formando la atmósfera. Más tarde, los fenómenos de
impacto meteorítico y el descenso del hierro fundido hacia el centro del planeta
liberaron una gran cantidad de energía en forma de calor, que provocó el escape hacia
la atmósfera de los gases atrapados en el interior de la Tierra (en las mismas rocas).
De hecho, los elementos más volátiles primero se fundieron y después se vaporizaron.
Esto provocó la presencia de cantidades importantes de óxido de carbono, sulfuro de
hidrógeno, hidrógeno y nitrógeno en la atmósfera primitiva.

De forma paulatina, los gases que constituían la atmósfera primitiva comenzaron a

reaccionar químicamente con los elementos presentes en la corteza terrestre, sobre
todo hierro metálico. Algunos gases, en particular los más ligeros, huyeron de la
atracción gravitatoria del planeta, como el helio y el hidrógeno, y se volvieron menos
abundantes, aunque, especialmente el hidrógeno, se generaba continuamente con las
reacciones de descomposición del amoníaco y del metano. Entonces, la atmósfera
actual, compuesta sobre todo por nitrógeno, oxígeno, argón y dióxido de carbono,
comenzó a generarse alrededor del primer millardo de años de vida del planeta, como
consecuencia de la lenta solidificación del manto terrestre que provocó una posterior
liberación de gas, principalmente gracias a la actividad volcánica.
 En cuanto al oxígeno, aparece entre los 3500 y 2900 millones de años. El cambio
se explica por la aparición de la vida en los fondos marinos: aunque los organismos
más primitivos eran unicelulares, sin núcleo y no respiraban, estos evolucionaron y
entre los 3500 y 2900 millones de años, se desarrollaron nuevas especies que
comienzan a producir oxígeno por medio de la fotosíntesis. La acción de los nuevos
organismos -a lo largo de millones de años- saturó la capacidad de disolución de
oxígeno en el mar, el cual comenzó a emanar hacia la atmósfera, permitiendo el
desarrollo de especies sobre la superficie seca de la tierra. Por otra parte, el nuevo
gas omnipresente, actúo como un veneno tóxico para las formas de vida más
primitivas –anaeróbicas- que comenzaron a extinguirse. Por otra parte, la luz
ultravioleta solar también promovió la evolución atmosférica: los fotones UV solares
rompen el oxígeno molecular (O2) para producir ozono (O3).

La composición de gases de la atmósfera en la actualidad es la siguiente:

Los principales gases que componen la atmósfera son:

- Nitrógeno (N2): 78 % total del aire.

- Oxígeno (O2): 21 % del total.
- Dióxido de carbono (CO2): 0,033 % del total. Producido por la
combustión de los combustibles fósiles y la respiración de las plantas.
- Otros gases presentes son: los Gases nobles como: Argón (Ar) 0,93 %;
Kriptón (Kr) 0,000114 %; Neón (Ne) 0,00182 %; Helio (He) 0,000524 %; y
Hidrógeno y metano.
 CONSIGNA 2° ENCUENTRO

1) ¿En qué radica la importancia de los polos al clima general?

El clima y la circulación oceánica están muy influenciados por lo que ocurre en los
polos. Por ejemplo, en el caso de la Argentina, en invierno, la situación climática de
parte de su territorio depende de lo que pase en el polo y en los océanos alrededor de
éste. Allí se definen la meteorología y el clima, y ahí es donde se generan todos los
frentes fríos que llegan hasta Buenos Aires y más al norte. Por otro lado, el Ártico y el
Antártico son los lugares donde en el invierno se pierde buena parte de la radiación de
energía térmica hacia el espacio. Son los sumideros de energía solar que la Tierra
absorbe en distintos grados y latitudes, y en menor escala hacia los polos, pero cuyo
excedente se emite hacia el espacio durante la noche polar. Los cambios en esa
pérdida de energía, o los cambios en verano por disminución de los hielos, van a
afectar el clima. Entonces, es fundamental entender cómo funciona ese balance de
radiación entre lo que emite la Tierra y lo que viene del sol.

Información académica:

Profesora de Geografía desde 2013. Actualmente ejerciendo la docencia en dos

Instituciones educativas del nivel medio, en los cursos de 4° y 5° año.