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Existe una escasa presencia de artículos dedicados al género en estudios sobre CTS. Este
análisis constituye una importancia crucial que revela interesantes aspectos de las
interacciones entre la sociedad y la actividad científico-tecnológica.
Este hecho se traduce como unos de los primeros esfuerzos por reconsiderar el papel de la
mujer en la CT, se necesita la reescritura de la historia para recuperar el olvido mujeres que la
historia tradicional ha silenciado.
Mujeres olvidadas
La contribución de Rosalind Franklin con sus fotografías de difracción de rayos X que aporto a
proponer el modelo de doble hélice del ADN, no tuvo ningún reconocimiento. Cuando se habla
de mujer y ciencia, la reacción inmediata es la de indicar la ausencia de mujeres en el
desarrollo de esa actividad a lo largo de la historia. Entonces existe una distorcion histórica
presente en el hecho de que la mujer raramente aparezca como protagonista de la historia.
Tradiciones olvidadas
Un fenómeno es el que las actividades por mujeres tienden estar infravaloradas y que su
prestigio es inversamente proporcional al número de mujeres que están implicadas.
Existencia de un techo de cristal que mantiene a las mujeres alejadas de los puestos de mayor
prestigio, poder y responsabilidad en CT.
Hoy en día, la discriminación de sexo, no existe de manera explícita en las instituciones c-t.
Pero esta abolición es muy reciente. El acceso a las instituciones científicas estaba vedado para
las mujeres hasta hace poco. Tuvieron que pasar varios siglos para que como grupo las
mujeres fueran admitidas en la universidad.
Las academias científicas tardaron más aun en admitir mujeres. Esta segregación no se debe a
la falta de interés o baje nivel de calidad, sino que obedece a la condición de los valores que en
las sociedades eran política ideológicamente masculino.
La idea común es que la mujer es por naturaleza malvada, superficial, tonta…. Y poco apta para
el estudio. Diversos trabajos de la ciencia se han dedicado a rastrear la naturaleza de la mujer
que contribuyeron a fundamentar su supuesta inferioridad y mantenerlas alejadas.
En nuestros días ya no se puede hablar de exclusión explicita de las mujeres de estos campos.
Pero existen mecanismos implícitos para mantener la segregación de la mujer.
En laTerritorial se relega a las mujeres a ciertas áreas de actividad científica, áreas marcadas
por el sexo, eso se traduce como determinadas carreras son más femeninas que otras y en que
los trabajos feminizados adquieren menor valor que otros.
En la jerarquica las científicas capaces y brillantes son mantenidas en los nivels inferirores de la
escala de la comunidad o se topan con un techo de cristal.
Cabe plantearse si la mujer llega con igual de condiciones a la educación superior que un
hombre. A los niños se les da juegos de indagación tales como la química, minerales, etc.
Mientras que las mujeres se asocian más con habilidades verbales y relaciones
interpersonales.
Los estereotipos sexuales, desde que nacemos asocian a las varones con características tales
como las de racionalidad, dominación, independencia y objetividad, mientras las mujeres con
la irracionalidad, pasividad, dependencia, ternura, emotividad y subjetividad. Estas se
consideran características femeninas, opuestas a las masculinas e infravaloradas.
Educación en CT
Los estudios feministas en el campo revelan que, lejos de encontrarse en las mismas
condiciones que los niños, las niñas están en inferioridad. Las estrategias utilizadas para
alentar el estudio y trabajo en las niñas son: la selección de lecturas adecuadas o en la
necesidad de proporcionar modelos femeninos que quieran estudiar ciencia.
Los materiales escolares de ciencias se caracterizan por una ausencia casi total de imágenes de
mujeres y si hay cumplen roles decorativos o maternales.
Las interacciones profesor/estudiante muestran que los profesores de ciencias interactúan
más con sus alumnos varones y los refuerzan en mayor medida. También se tiende a valorar la
importancia de la formación científica más para los niños, y a explicar el éxito por la
inteligencia en caso de los niños y por el esfuerzo en el de las niñas.
Se trata de analizar las consecuencias negativas para las mujeres determinadas teorías
científicas. (El uso de la CT al servicio del sexismo). A menudo la CT son instrumentos para
perpetuación de problemas sociales, en vez de ayudar a su resolución.
Se observa en campos como la biología y ciencias sociales que contienen teorías de sesgos
sexistas y androcéntricos. Como el tratamiento de las diferencias sexuales como superioridad
masculina en la biología o psicología, el macho de la especie como base del camino evolutivo,
o de la división sexual del trabajo en las sociedades industriales como producto de la evolución
biológica. Las hipótesis del hombre-cazador y mujer-recolectora son claros ejemplos de
detección de sesgos sexista.
Por ejemplo, los procesos reproductivos. La pasividad del ovulo y la carrera heroica de los
espermatozoides reflejan estereotipos culturales de los comportamientos femeninos y
masculinos.
Epistemologías feministas
No es posible una teoría general del conocimiento que ignore el contexto social del sujeto
cognoscente (capaz de conocer). El sujeto del conocimiento es un individuo histórico particular
cuyo cuerpo, intereses, emociones y razón están constituidos por su contexto histórico
concreto. El conocimiento del sujeto cognoscente es siempre situado, es decir, condicionado
por el sujeto y su situación particular. Nociones como el conocimiento, justificación y
objetividad se revolucionan y transforman.
Empirismo ingenuo (feminista): Desde esta posición se sostiene que los sesgos sexistas
y androcéntricos son mala ciencia y, por tanto, eliminables con un correcto
seguimiento del método científico. No se ponen en tela de juicio las normas científicas
convencionales, solo se critica su aplicación incorrecta.
Enfoque psicodinámico: Intenta explorar las consecuencias de que la ciencia haya sido
llevada a cabo por los hombres, defienden que las diferencias entre hombres y
mujeres son consecuencia de los distintos procesos de aprendizaje emocional a los
que son sometidos en la niñez. Mientras los niños aprender a dominar, las niñas
aprenden a integrar; esos niños hechos hombres, su producto es un ciencia sometida a
una objetividad estática cuyo fin es el control de la naturaleza. Por el contrario, una
ciencia practicada por aquellas niñas hechas mujeres descansaría sobre una noción
dinámica de la objetividad y proporcionaría una imagen más compleja e interactiva del
mundo, o sea más adecuada.
Teoría feminista del punto de vista: Parte del reconocimiento del carácter socialmente
situado de las creencias. La situación de las mujeres les otorga el privilegio
epistemológico en un mundo dominado por los hombres, un privilegio derivado de
que desde su posición marginal, las mujeres pueden ver lo que a los hombres se les
escapa desde sus posiciones de poder.
Empirismos feministas contextuales: Se habla de un cambio de mirada de la
epistemología haciendo que el sujeto de la epistemología sea, no el individuo, sino la
comunidad. Las defensoras de esta postura, asumen que la adquisición de
conocimiento es una tarea social, así se evita asumir que haya algún tipo de sujeto que
ocupe una posición que permita un mejor acceso a alguna verdad dad de antemano.
Epistemologías posmodernas: La ciencia es una empresa de negociación de interés
más bien que de descubrimientos de verdades. El posmodernismo feminista se
enfrenta a multitud de contradicciones derivadas de las tensiones entre el relativismo
que parece implicar y el compromiso político feminista.
El interés feminista por las relaciones de género y tecnología tiene algunas peculiaridades
propias. La discusión central ha sido la de en qué medida el desarrollo tecnológico contribuye a
la liberación o a la opresión de las mujeres.
Mirando al futuro
Se busca dar importancia a estudios CTS para apoyar una reforma de la educación científico-
tecnológica. El análisis del género se enfrenta también a la difícil tarea de proponer
alternativas constructivas para estructuras y contenidos de conocimiento científico
insatisfactorio en las que se reconozca la ciencia como una práctica social.