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¿Es necesariamente bueno tomar como base las expectativas del paciente?
Apostar a un «rol prefijado», ¿no se contradice con otras afirmaciones del mismo
autor?
Retrato clínico
Inés es una joven de veinte años, de aspecto agradable. Su modo de expre-
sarse es acorde a su edad y a su condición universitaria. Es derivada al DEM por
el Ciclo Básico,62 ya que padece dificultades que hacen peligrar su promoción.
Examinados sus antecedentes, constatamos que presenta una muy buena escola-
ridad en primaria y en secundaria.
Le preguntamos qué piensa de sus dificultades, a qué se deben (autoteori-
zación). Remite su hipótesis a problemas personales. Y así lo explicita: «Por un
lado la ruptura de mi pareja y, por otro, alteraciones ginecológicas (dismenorrea,
náuseas, vómitos, desmayos)».
Los exámenes médicos no permiten aducir causas orgánicas.
Averiguamos cómo se manifiestan sus dificultades y las circunscribe a la
«redacción escrita», es decir, a los parciales. Agrega: «Me preguntan de qué color
y yo contesto por la forma.»
Luego menciona su actitud negativa frente al tema de investigación elegido
por la mayoría de su grupo: «Dificultades de aprendizaje en primer año».
Lo justifica diciendo: «No tengo paciencia con los niños».
Se la observa incómoda y enojada al referirse a este asunto. Por ello interro-
gamos el vínculo con sus pares que, a pesar de lo que podría suponerse, sigue
siendo bueno. Ha podido integrarse con sus compañeros, estableciendo incluso
nuevas amistades.
62 En aquella época el Ciclo Básico ocupaba las tres cuartas partes del primer año de la carrera
de medicina.
Conclusiones
Si es lícito sostener que la experiencia clínica proporciona gratificaciones a
quien la ejerce, es de rigor revelar que estas intervenciones clínicas en el campo
educativo me han nutrido generosamente.
El Psicoanálisis como herramienta para pensar lo humano y como encua-
dre interno, al decir de algunos, ha tenido siempre un lugar protagónico. Una
identidad a la que es difícil renunciar habilita al profesional que la practica a
incursionar en la intimidad del consultante, como en la viñeta presentada. Pero
es sensato añadir que los tiempos de la consulta terapéutica no son los más
propicios para el análisis de la transferencia o para ingresar en las intrincadas
comarcas del inconciente. ¿Demasiado obvio el epílogo?