umbral de la Semana santa, finalizando ya el camino de preparación a la Pascua, fiesta que nos posibilita vivir el encuentro con el Señor Resucitado. Pero antes, necesitamos comprender y asumir lo que Jesús quiere enseñarnos con la imagen del grano de trigo, que sólo cuando es sembrado en tierra y muere, llega dar fruto.
Sin embargo, todas y todos sabemos que el grano
de trigo cae en tierra y muere sin esfuerzo; por el contrario, cada una y cada uno de nosotros estamos llamados a morir a la mujer vieja, al hombre viejo que llevamos dentro y que se oculta detrás de infinitas máscaras, siendo la más sutil la del egoísmo en todas su variantes.
El evangelio de Juan nos cuestiona seriamente con
esta llamada: “Si las semillas somos cada una y cada uno de nosotros, ¿a qué debemos morir?” -Por la comunidad de Jesús, llamada a servir dando vida, para que, en cada una y cada uno de nosotros, sea portadora de esperanzas, en medio de tanta desesperanza. OREMOS.
- Para que en este tiempo de cuaresma, y confiando en el
amor compasivo de Jesús, logremos discernir y poner nombre a todas las cadenas que nos atan a una vida sin sentido, cómoda y falta de compromiso. OREMOS.
- Por la paz en el mundo, por todas las personas que viven
experiencias de sufrimiento a causa de la enfermedad, la injusticia, el hambre, la falta de trabajo, la violencia y la soledad, para que Jesús se les haga misericordiosamente cercano y les comunique fuerza y esperanza. OREMOS.
- Por nuestra sociedad, por los graves problemas que
estamos atravesando en nuestros países; por la clase política, para que se dedique a gobernar con honradez en favor de todas y de todos, especialmente en los sectores de población más castigados por la economía. OREMOS.
Por nuestras familias, por nuestras ancianas y ancianos,
por los enfermos y por quienes necesitan de nuestra compañía, para que nos encuentren cercanas y cercanos a su necesidad. OREMOS. Hoy me adhiero, Señor, al grupo quienes quieren verte