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“Año del Buen Servicio al Ciudadano”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE HUANCAVELICA

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES


ESCUELA PROFESIONAL: ADMINISTRACIÓN

TEMA:
CIENCIA POLÍTICA
CONTEMPORÁNEA

CÁTEDRA : CIENCIA POLÍTICA

DOCENTE : NORMA ZORRILLA QUISPE

PRESENTADO POR:

QUISPE GUERRA, FLOR INES

CICLO : II

HUANCAVELICA – PERÚ

2017

1
A mi querida familia por su apoyo
incondicional y por otorgarme la confianza suficiente
con sus consejos para poder continuar y alcanzar
mis metas

2
ÍNDICE

CARÁTULA.......................................................................................................1
DEDICATORIA.................................................................................................2
ÍNDICE..............................................................................................................3
INTRODUCCIÓN..............................................................................................4
CAPÍTULO I
CIENCIA POLÍTICA
1.1 DEFINICIÓN............................................................................................5
1.2 ANTECEDENTES....................................................................................6
1.3 ENFOQUES.............................................................................................7
CAPÍTULO II
CIENCIA POLÍTICA CONTEMPORANEA
2.1 EL ESCENARIO Y LOS ACTORES.........................................................9
2.2 TIC-TAC O LATIDOS...............................................................................11
2.3 EL DISCURSO Y LOS MEDIOS..............................................................12
2.4 LA CIENCIA POLÍTICA EN SU LABERINTO EPISTEMOLÓGICO.........13
2.5 EL ANIQUILAMIENTO DE LO POLÍTICO...............................................14
2.6 DE LA CRÍTICA DE LA CIENCIA POLÍTICA A LA CIENCIA POLÍTICA
CRÍTICA...................................................................................................16
2.7 LAS FALLAS DE "NO MERCADO".........................................................17
2.8 LA CRÍTICA A LA DEMOCRACIA............................................................18
2.9 LA TDI Y LA FILOSOFÍA POLÍTICA........................................................19
CONCLUSIONES.............................................................................................21
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................22
ANEXOS...........................................................................................................23

3
INTRODUCCIÓN

política y la ciencia política; la necesidad de reflexionar, continuando la


inveterada costumbre griega con su polis, es una invitación a encontrarse con
viejas y nuevas preguntas.
La pregunta, inquietud tan esencialmente humana, implica duda, un
no-conformismo y curiosidad. Y también un deseo de avanzar; de comprender
el hilo conductor de los hechos, de nuestro derrotero como individuos y como
sociedad. Qué, cómo, cuándo, dónde, por qué, quién, para qué, son aristas del
instrumento que nos posibilita conocer y comprender; desatando los nudos de
los problemas, disminuyendo nuestra ignorancia y afirmando la certidumbre.
Este instrumento es especialmente importante en materia política, en
ella influyen en gran forma: la inteligencia, el honor, la lealtad, los principios, y,
a su vez, la sin razón, las pasiones, el olvido, los intereses y el desconcierto. La
naturaleza humana con todas sus virtudes y sus vicios, no hay sociedad que no
se beneficie ni sufra por lo mismo. Como dijo Plauto, y solía repetir Hobbes,
homo homini lupus; pero también como señaló Mario Justo López: homo res
sacra hominis . Sea en un sentido u en otro, la política es determinante, de allí
que sea objeto de reflexión.
Ciencia política, teoría política, doctrinas políticas y politología son
distintas denominaciones de una ciencia social que estudia la teoría y práctica
de la política, los sistemas y comportamientos políticos. Su objetivo es
establecer, a partir de la observación de hechos de la realidad política,
principios generales acerca de su funcionamiento. Interactúa con otras muchas
ciencias sociales, como la economía, la sociología, etc.
Emplea como herramientas metodológicas las propias de las ciencias
sociales. Entre los diferentes acercamientos posibles a la disciplina están el
institucionalismo o la teoría de la elección racional.
Históricamente ha tenido su origen en la filosofía política, la cual está
formada por las distintas teorías políticas normativas, desarrollando en los
siglos recientes ramas de carácter empírico (Ciencia política empírica) y no
meramente prescriptivo. El poder, entendido como capacidad de un actor social
de influir sobre otros, se encuentra presente en todas las interacciones
humanas, siempre que existan al menos dos actores que se interrelacionen.

4
CAPÍTULO I
CIENCIA POLÍTICA

1.1 DEFINICIÓN
Ciencia política o politología son distintas denominaciones de una
ciencia social que estudia la teoría y práctica de la política, los sistemas
y comportamientos políticos en la sociedad. Su objetivo es establecer, a
partir de la observación de hechos de la realidad política, explicaciones
lo más certeras posibles acerca de su funcionamiento. Interactúa con
otras ciencias sociales, como la economía o la sociología, entre otras. 1
Emplea una multiplicidad de herramientas metodológicas propias
de las ciencias sociales. Entre los diferentes acercamientos posibles a la
disciplina están el institucionalismo o la teoría de la elección racional.
Históricamente ha tenido su origen en la filosofía política, pero es
imprescindible distinguirla de ella.
Según Marcel Prélot desde los griegos se ha desarrollado como
conocimiento científico (objetividad, método y comunicabilidad), con
mayor o menor suerte. Pero desde la segunda mitad del siglo XVIII, su
reino comienza a desmoronarse, surge la economía política que pronto
reclamará autonomía tanto en el orden práctico como en el intelectual.
Otro cisma será el que separará lo político de lo social, surgiendo la
sociología en el s. XIX. Hacia fines de éste mismo siglo, será el derecho

1 LÓPEZ, Mario Justo; Introducción a los estudios políticos. Vol. I- Teoría Política. (Buenos Aires, Ed.
Kapelusz, 1970), pág. 29.

5
público a través de su hegemonía en el estudio de la teoría general del
Estado. El contenido tradicional de la ciencia política disminuyó hasta
desaparecer casi por completo. La Segunda Guerra Mundial y sus
consecuencias brindaron las circunstancias propicias para el
renacimiento politológico. “En un mundo extremadamente politizado, la
convicción de que la ciencia política no puede ser ignorada oficialmente
surge pronto y se extiende de un modo irresistible” 2.

1.2 ANTECEDENTES
Durante la Revolución industrial y las revoluciones liberales del
siglo XIX, se creó la necesidad de efectuar una crítica social a fin de
evaluar los cambios sociales y políticos que sucedían, así como su
impacto en la sociedad y los motivos que los habían producido. La
preocupación por el cambio social, combinada con el avance que las
ciencias naturales estaban logrando gracias al desarrollo del método
científico, impulsó la fusión de ambas, dando lugar a las ciencias
sociales. Así surgiría la sociología, y más adelante la ciencia política,
asociada al estudio de la jurisprudencia y de la filosofía política.
Así pues, la ciencia política es una disciplina relativamente
reciente, cuyo nacimiento (al menos en lo que concierne a la ciencia
política moderna) algunos sitúan en el siglo XV con Nicolás Maquiavelo
(separación de la moral y de la política). Sin embargo, ya en la
Antigüedad existen formas de organización política: la polis (donde nació
la palabra 'política', y que significa ciudad) en la democracia griega, la
Res publica (cosa pública) que instauró la igualdad en cuanto a los
derechos políticos en la Antigua Roma, a excepción de los esclavos. En
el Pensamiento chino de Marcel Granet 3, el arte político databa de las
«escuelas confucianas». La administración pública china es la más
antigua, comenzando el «mandarinato» en esta época.
Aunque su verdadero desarrollo como disciplina científica es
posterior a la Segunda Guerra Mundial, antes de dicho periodo se

2 PRÉLOT, Marcel, La ciencia política. (Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1979),
pág.53.
3 REPETTO BELLONI, Julio C., Algunas problemáticas y enfoques científicos de la política, (Mendoza, Ed.
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNC, 2001), pág. 28.

6
asociaba al estudio de la y el término «ciencia política» tenía algún uso,
lo que hace que la cuestión de a qué autor atribuírselo pueda ser un
tema discutible. Para algunos autores fue acuñado Herbert Baxter
Adams, profesor de historia de la Universidad Johns Hopkins en 1880.
Otros autores afirman que el término Ciencia Política es propuesto por
Paul Janet, quien lo utiliza por primera vez en su obra Historia de la
Ciencia Política y sus relaciones con la Moral escrita a mediados del
siglo XIX.

1.3 ENFOQUES
Se denomina institucionalismo al enfoque de las Ciencias
Sociales, particularmente de la ciencia política, que estudia la sociedad a
partir de sus instituciones formales, y de cuán efectivo es su
funcionamiento.
Cada sistema social desempeña una serie de funciones sociales,
políticas, económicas y culturales. Para realizar cada una de estas
funciones básicas las sociedades se han dotado de un conjunto de
instituciones sociales específicas a tráves de las cuales regulan los
comportamientos de los individuos.
El conductismo es una rama de la sicología que estudia la
conducta animal. Según su fundador B. F. Skinner se trata de la filosofía
de la ciencia de la conducta. Este objeto es entendido de diversos
modos, según el enfoque conductista del cual se parte. Otro reconocido
autor de esta corriente en su modalidad interconductual, J. R. Kantor
(1963/1990), lo define como: una renuncia a las doctrinas del alma, la
mente y la [[consciencia], para ocuparse del estudio de los organismos
en interacción con sus ambientes (p. 573).
El neo institucionalismo al igual que el institucionalismo le
concede una importancia central a las instituciones y estructuras, junto a
ello a las reglas, procedimientos, organizaciones y los diferentes
componentes que forman un sistema político, los cuales tienen influencia
en las relaciones, conductas, comportamiento, estabilidad e inestabilidad
de los gobiernos y de la existencia y reproducción del sistema social.

7
Teoría de la elección racional.- La teoría de la elección racional
es un enfoque teórico usado en ciencias políticas que interpreta los
fenómenos políticos a partir de supuestos básicos que derivan de
principios de la economía: el comportamiento de los individuos en el
sistema político es similar al de los agentes en el mercado, siempre
tienden a maximizar su utilidad o beneficio y tienden a reducir los costos
o riesgos. Los individuos prefieren más de lo bueno y menos de lo que
les cause mal. Esta racionalidad tiene que ver con una cierta intuición
que lleva a los individuos a optimizar y mejorar sus condiciones.
La teoría general de sistemas (TGS) o teoría de sistemas.- o
enfoque sistémico es un esfuerzo de estudio interdisciplinario que trata
de encontrar las propiedades comunes a entidades llamadas sistemas.
Éstos se presentan en todos los niveles de la realidad, pero que
tradicionalmente son objetivos de disciplinas académicas diferentes. Su
puesta en marcha se atribuye al biólogo austriaco Ludwig von
Bertalanffy, quien acuñó la denominación a mediados del siglo XX.
El marxismo.- es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas
derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo y periodista revolucionario
alemán, quien contribuyó en campos como la sociología, la economía y
la historia, y de su amigo Friedrich Engels, quien le ayudó en muchas de
sus teorías. Para distinguir la doctrina inicial de las corrientes derivadas,
al marxismo propuesto por Marx y Engels se ha denominado
históricamente como socialismo científico.
El Feminismo es una ideología y un conjunto de movimientos
políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad
de derechos entre hombres y mujeres.123 Con este objetivo, el
movimiento feminista, crea un amplio conjunto de teorías sociales, una
Teoría feminista que ha dado lugar a la aparición de disciplinas como la
geografía feminista, historia feminista o la crítica literaria feminista, entre
otras muchas disciplinas.
El estructuralismo.- En términos amplios y básicos el
estructuralismo busca las estructuras a través de las cuales se produce
el significado dentro de una cultura. De acuerdo con esta teoría, dentro
de una cultura el significado es producido y reproducido a través de

8
varias prácticas, fenómenos y actividades que sirven como sistemas de
significación.

CAPÍTULO II
CIENCIA POLÍTICA CONTEMPORANEA

2.1 EL ESCENARIO Y LOS ACTORES


La respuesta al ámbito en dónde se desarrolla la política se ha
ampliado. El lugar de la interacción política ya no es exclusivamente el
territorio del Estado-Nación ni las relaciones entre Estados, la política es
más compleja, más rica. Se ha evolucionado hacia el interior y el
exterior; abarcando desde el revalorizado ámbito local (el municipio), los
estados provinciales, las regiones y el Estado Nacional; pero también el
internacional, y un no-espacio físico: Internet y sus comunidades
virtuales. Estos ámbitos internos y externos al Estado se relacionan e
ínter influyen con el Estado. La modificación del espacio no habría tenido
lugar sin una modificación de los actores. El Estado como expresión de
la comunidad política mayor esta cediendo espacio a nuevas formas
políticas. Por lo que la respuesta al quién, también ha sufrido un proceso
inflacionario; organismos multilaterales como la ONU, FMI, BM,
desarrollan cada vez más influencias y acciones, también los regionales
como la OEA, BID; los procesos de integración han obtenido un alto
grado en el caso de la Unión Europea, y fracasos y éxitos en el caso del

9
MERCOSUR; las organizaciones públicas no estatales (ONG) se han
multiplicado.
El Estado como la típica organización política de la Edad
Moderna, caracterizado por la concentración de poder, exhibe síntomas
de debilitamiento. Su historia comenzó cuando los reyes conformaron
una burocracia para organizar el ejercicio cotidiano del poder, un ejército
para su defensa, imponiendo las normas jurídicas que los rigieron y un
sistema impositivo para solventarse, dando por terminado al feudalismo.
Hoy la crisis del Estado-soberano se muestra en muchos
aspectos, p.ej. en la capacidad de manejar la moneda, expresión neta
del poder estatal. Sin embargo la organización estatal es necesaria; por
un lado, la infraestructura que posibilita la movilidad del capital financiero
internacional se encuentra en territorios nacionales, y por otro lado, los
mismos brindan la estructura jurídica de los contratos y del derecho de
propiedad4.
El poder del dinero ha influido en las decisiones nacionales, en las
más importantes y también en las más diversas, como un actor más. En
gran medida, la influencia se debe a la misma evolución de los mercados
internacionales, fundamentalmente el financiero. “El mercado de divisas
muestra, quizás más claramente que ningún otro mercado financiero, el
vertiginoso crecimiento de las operaciones y su progresiva
desvinculación de las operaciones de intercambio real. En el año 1960
se calcula que se registraban diariamente operaciones por valor de 15
mil millones de dólares, en 1980 por valor de 60 mil y en 1995 por 1,5
billones; una cantidad que contrasta con los alrededor de 650 mil
millones de dólares que en este último año que representaban las
reservas en divisas de los países industriales, y que muestra así mismo
el grado de desestatización de las operaciones, así como su
desvinculación de las operaciones de intercambio de bienes o
servicios”5.
Ha disminuido el poder de los Bancos Centrales como oferentes y
reguladores del crédito, ante nuevas formas de financiación y del
4 WEBER, Max, El trabajo intelectual como profesión, traducción de Adam Kovacsics Meszaros, (Barcelona, Ed. Bruguera S.A.,
1983), pág. 43.
5 MAQUIAVELO, El príncipe y otros escritos, versión, prólogo y notas de Esteban Molist Pol, (Barcelona, Ed. Iberia, 1962), pág. 19.

10
mercado global, han aparecido los inversores institucionales y los más
diversos tipos de fondos de inversión. La conexión entre las diversas
bolsas de valores, la creación de mercados a futuros, el fácil acceso de
inversores de todo tamaño, la información a tiempo real, hacen difícil
cualquier control. Hoy un jubilado italiano puede por Internet leer el
Financial Times, consultar un broker neoyorquino, contratar un préstamo
con garantía hipotecaria en el mercado europeo (que el acreedor a su
vez negociará), comprar bonos argentinos y negociarlos en Hong Kong y
terminar comprando en otro mercado su propia garantía.
Este proceso “...ha implicado un nuevo tipo de poder, una forma
diferente de gobernar las relaciones económicas, nuevos sujetos
decisores, nuevas valores vinculados a él y consecuencias no sólo
económicos financiera sino puramente políticas en tanto que cualquiera
de las dimensiones del poder, como es la monetaria, condiciona la
manera en que se plantean y resuelven todos y cada uno de los
problemas sociales, que es lo que de forma más elemental se entiende
por política”6.

2.2 TIC-TAC O LATIDOS


Los tic-tac o latidos podrían ser la síntesis simplificadora de una
clásica controversia de la ciencia política. La discusión entre los
mecanicistas y los organicistas, con todas sus variantes, sobre la
concepción de la naturaleza de la sociedad y las instituciones políticas.
Para los primeros está es el producto de la razón humana, la ven
como una máquina, como un mecanismo que no funciona
automáticamente, que necesita del individuo.
Para los organicistas, en cambio, es el desarrollo orgánico y
natural de la vida social; el gobierno es el producto de hábitos,
necesidades y deseos inconscientes, es un ser vivo, que funciona por sí
mismo, como sociedad.
La influencia ideológica ha teñido las dos concepciones. El
mecanicismo (fuerte en los s. XVII-XVIII), es sostenido por los

6 REPETTO BELLONI, Julio C., Algunas problemáticas y enfoques científicos de la política, (Mendoza, Ed. Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales, UNC, 2001), pág. 28.

11
contractualistas que ven en el contrato, el mecanismo para formar la
comunidad política; protegiendo al individuo y la libertad, constituyendo
una ideología del liberalismo. La concepción organicista ha constituido
una ideología de tendencias totalitarias, acentuando los puntos de vista
en lo social y lo necesario (voz cantante en los s. XIX y XX); ve en la
sociedad las etapas de infancia, juventud, madurez y vejez u origen,
desarrollo, organización y actividad. Sin embargo, la correspondencia no
ha sido total, Hobbes empleo el mecanismo del contrato social para
justificar el absolutismo.
Lo cierto es que ambas teorías presentan unilateralidades. El
politólogo no solo tiene que ver al individuo o al grupo social, tiene que
ver a ambos, ubicar la realidad social en la justa relación. Según el
contenido de la mochila de ideas que cargue, se influirá por una de las
concepciones en su aventura de conocer, pero no debe excluir ab initio a
la otra (y a los elementos que cada una conlleva). Si la mochila es una
carga pesada será más bien un obstáculo, no cumplirá su objetivo de
llevar los elementos necesarios para avanzar en el conocimiento, y
terminará siendo más importante ella que la realidad que se pretende
aprehender.
Ambas concepciones seguirán siendo ricas canteras que brindan
elementos para la formulación de teorías que permitan comprender la
realidad, por ejemplo, un esbozo mínimo de teoría sería: si partimos de
que la sociedad como todo otro organismo vivo, nace, se desarrolla y
llega a su término; teniendo en cuenta la crisis del hombre moderno y su
cultura, la sensación de fracaso de la democracia representativa, la
necesidad de burocracias más técnicas y eficientes, los anhelos de
mandatos imperativos a las autoridades y de una mayor participación,
podríamos decir que está en simientes una nueva forma de democracia
(con sistemas semi y directos de participación y a su vez, aunque
parezca paradójico, con sistemas delegativos en aspectos técnicos
específicos), que modificará a la actual representativa, tal como la
entendemos hoy, que llega a su vejez y desaparición.

2.3 EL DISCURSO Y LOS MEDIOS

12
En Grecia, el discurso político y el efecto buscado se desarrollo en
la ágora, en los romanos fue el foro. Hoy los medios de comunicación
son el campo de batalla, en una sociedad cada vez más masificada, con
ellos se gana el poder. “Con lo cual la política tiene que adaptarse a un
lenguaje mediático, que tiene tres reglas: simplificación del mensaje,
personalización de la política y predominio de los mensajes negativos de
desprestigio del adversario sobre los positivos que tienen poca
credibilidad”7.
La política del escándalo ha mostrado ser tremendamente
efectiva. El nazismo y el fascismo habían sido maestros en el uso de la
propaganda por los medios masivos. En Argentina se destacó Perón en
su uso y abuso. En las democracias más establecidas su empleo como
arma decisiva para acceder al poder tuvo su primer momento
descollante en 1960, en Estados Unidos, cuando los aparatos de TV
mostraron una imagen moderna, vital y joven de Kennedy sobre la
descuidada de Nixon. La telecracia mostraba sus lecciones, desde
entonces todo político, que se aprecie, tiene en cuenta las técnicas
escénicas y estéticas, aun sobre el mismo discurso.
La TV, en menor lugar la radio, solucionan a los políticos la
necesidad de audiencia, ya no necesitan que los vallan a ver y escuchar,
se les aparece en los hogares. En una seudo intimidad, la pretendida
confidencialidad, familiaridad y cercanía del discurso no existe. Todo
está preparado por asesores de imagen: gestos, miradas, ropa, el pelo,
las frases ha destacar, los rostros no envejecidos.
Importa más la forma que el contenido. La adaptación se produce
en forma casi brutal, así como el cine sonoro termino con muchos
artistas, hoy sucede lo mismo con los políticos; un ataúd, un discurso
excesivamente acalorado de Herminio Iglesias y el fuego, significó la
quema de la carrera política del candidato presidencial del Partido
Justicialista en 1983 y la perdida de las elecciones para el peronismo.
Quien no sabe manejarse frente a las cámaras y los micrófonos pierde.

7 SANTANA RABELL, Leonardo y NEGRON PORTILLO, M. “Reinventing Gobermment: nueva retórica, viejos problemas”. (En línea),
Caracas, Revista del CLAD, Reforma y Democracia, nº 6 (julio 1996).

13
2.4 LA CIENCIA POLÍTICA EN SU LABERINTO EPISTEMOLÓGICO
El ensayo de Sartori nos da pie para otro capítulo más del —
demasiadas veces desdeñado— debate epistemológico en la ciencia
política. En este aspecto, el sólo preguntarnos qué entiende por ciencia
la ciencia política o, mejor aún, qué entienden por ciencia quienes hacen
ciencia política en el paradigma dominante, supone una molestia en el
corazón del enfoque hegemónico en la disciplina. Para comprender el
origen de la posición dominante y su lastre actual en este plano,
podemos evocar el trabajo de Danilo Zolo (2006), quien —siguiendo a
Jüngen Falter— identifica cinco características del programa originario
de la ciencia política, a saber: primero, la búsqueda de explicación
causal y previsión con base en un modelo nomológico, lo que implica la
búsqueda de comportamientos regulares tanto de los actores como del
sistema político; segundo, la concepción de verificabilidad empírica a
partir de la observación del comportamiento de los actores políticos;
tercero, la búsqueda de la cuantificación y la medición como objetivo del
proceso científico riguroso; cuarto, una preocupación por la
sistematicidad y acumulación de evidencia empírica que, mediante
procedimientos inductivos, permiten el progreso de la disciplina;
finalmente, en quinto lugar, la avaloratividad, esto es, el intento de
estudiar los fenómenos políticos por fuera de las valoraciones o
posiciones éticas, procurando así alcanzar el ideal de objetividad
científica.8
Esta posición, que podría pensarse en desuso, emerge más o
menos explícitamente en un considerable número de trabajos actuales.
Basta leer alguna de las más encendidas defensas de la ciencia política
y sus caminos tortuosos para advertir la presencia de gran parte de
estos imperativos. Como alguna vez escribiera Marx: "La tradición de
todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro
de los vivos". No es factible aquí revisar todos los matices de la
definición de ciencia en la ciencia política, pero podemos tomar (por un
principio de simplicidad), para avanzar en nuestro recorrido, los cuatro

8 Ragin, C., Berg–Schlosser D. y Gisele de Meur (2001), "La metodología en ciencia política: métodos cualitativos", en Robert
Goodin y Hans–Dieters Klingemann, Nuevo Manual de Ciencia Política. Madrid: Istmo.

14
postulados o niveles que, según Josep Colomer —en su respuesta a
Sartori— hacen a una ciencia completa "1) definiciones y clasificaciones;
2) mediciones cuantitativas; 3) hipótesis causales; 4) teoría explicativa".
(Colomer, 2004: 366–367).

2.5 EL ANIQUILAMIENTO DE LO POLÍTICO


Hasta aquí hemos expuesto que la ciencia de la ciencia política
evidencia las huellas de la "miopía positivista" (Molina, 2006). En esta
sección argumentaremos que la concepción del campo de estudio que
tiene la ciencia política de la que venimos hablando es —para hacer un
juego de palabras— segado, cegado y sesgado. Esto se debe tanto a
que deja por fuera el estudio de importantes procesos políticos
vinculados con lo político, como porque presenta una visión sumamente
acotada de la política. La consecuencia de esto es la conversión de la
ciencia política en una restringida disciplina de las instituciones políticas,
cuando no directamente una ciencia de la administración o la gestión.
Como enunció hace varias décadas Marcos Kaplan: "la Political Science
se vuelve 'Policy Science'" (Kaplan, 1970; también Vallespín, 2000: 24).
Desde esta perspectiva, podemos reparar en que la noción de
política dominante en la ciencia política estadounidense desatiende
desarrollos de suma importancia para la teoría política. Especialmente,
soslaya la distinción entre lo político y la política para pensar los asuntos
concernientes a la construcción, administración y gestión del orden
socio–político. Claude Le fort es un referente ineludible en esta cuestión
por profundizar tal distinción, especialmente al establecer el carácter
instituyente y simbólico de lo político, y reservar la idea de la política
para remitir a la esfera de lo instituido a "un sector particular de
actividades, relaciones, instituciones" (Lefort, 1991: 187) que
encontramos en la sociedad junto a otros campos como lo económico, lo
cultural, lo jurídico. Esta distinción no sugiere la existencia de momentos
cronológicos diferentes en la constitución del orden socio–político, sino
fundamentalmente es una distinción analítica de características,
funciones y racionalidades. En esta perspectiva lo político posee un
carácter sustantivo y una función instituyente, mientras que la política

15
supone una lógica instrumental de administración de lo instituido
(Lechner, 1986; Laclau, 1998: 121; Zizek, 2001). Como argumenta
Chantal Mouffe (2007: 15)9: mientras la política se refiere a un nivel
óntico (la multiplicidad de prácticas de la política convencional), lo
político se relaciona con el plano ontológico (la dimensión instituyente)
(Marchart, 2008: 91).
La incorporación de lo político como una dimensión fundamental
de análisis no puede realizarse con los moldes positivistas con que la
ciencia política ha problematizado el campo temático. Esto, porque el
movimiento conceptual de considerar lo político como instituyente
supone admitir la indeterminación constitutiva del orden político y la
contingencia última, algo que se da de bruces con el intento nomológico
deductivo como andamiaje para producir conocimiento. No obstante, si
nos interrogamos por el orden político contemporáneo (su constitución,
reproducción y cambio) irremediablemente debemos buscar en el lugar
de "lo político" que instituye la sociedad (Lefort, 1991: 239). La
indagación en la esfera instituyente nos orienta en la centralidad de los
sentidos y de la dimensión simbólica, algo notablemente descuidado por
la ciencia política que tiene problemas para interrogarse por la
construcción del orden y su cambio. Esta desatención es de suma
relevancia en tanto que lo político se convierte en un momento
imprescindible para la posibilidad y el funcionamiento de la política.

2.6 DE LA CRÍTICA DE LA CIENCIA POLÍTICA A LA CIENCIA POLÍTICA


CRÍTICA
Aceptar una concepción epistemológica pluralista implica
reconocer distintas formas de hacer ciencia, incluida la llamada ciencia
política estadounidense (Oxhorn, 2006). Esto no supone necesariamente
un todo vale, pero tampoco podrán erigirse como jueces quienes
pretenden decidir qué es ciencia política y qué no es ciencia política. El
debate riguroso y argumentado, la explicitación de los puntos de partida
y el trasfondo de intersubjetividad de una comunidad epistémica amplia

9 Molina, E. (1997), "Indeterminación democrática y totalitarismo: la filosofía política de Claude Lefort", en Metapolítica, núm. 4.
México: CEPCOM, pp. 593–615.

16
son buenos recursos para el sinceramiento de las posiciones, los
acuerdos y los desacuerdos explícitos. Cada uno argumentará las
virtudes de su forma de entender la ciencia, pero el pluralismo obliga a
aceptar el disenso y por eso es democrático. Concebir la pluralidad de
enfoques en ciencia política permite comprender mejor que la polisemia
de términos como democracia o ciudadanía está originada en la
diferencia de visiones que conviven en el campo 10 y en una disputa por
la verdad. En muchos casos sus definiciones particulares tienen relación
con la posición ideológico–política de los investigadores. De este modo,
la disputa por monopolizar ciertas definiciones implicadas en el debate
normativo (democracia es un claro ejemplo) es una lucha política interior
del campo en cuestión. El enfoque epistemológico pluralista supone la
posibilidad de poner en cuestión y rechazar ciertas definiciones y
clasificaciones sin por ello ser desterrado del campo epistémico
(Covarrubias, 2006). En todo caso, pueden indagarse las fortalezas y
debilidades, supuestos y consecuencias de las definiciones aceptadas
por cada paradigma desde un siempre problemático espacio de
traducciones interparadigmático.
No podemos entrar de lleno al debate epistemológico; sin
embargo, hay dos elementos estrechamente vinculados en los que
quisiéramos reparar a la hora de asumir una posición epistemológica.
Ambas se relacionan con una recolocación epistémica, una ético–política
y otra gnoseológica.
La recolocación ético–política a la que nos referimos se vincula
con el proyecto de la construcción de las ciencias sociales críticas.
Enrique Dussel (2001)11 se ha ocupado del tema a través de lo que
denomina la búsqueda del tercer criterio de demarcación. Es decir, aun
superando el problema del primer criterio (ciencia/no ciencia) y del
segundo criterio (ciencias naturales/ciencias sociales o del espíritu),
tarea en modo alguno menor, queda por avanzar en la distinción entre
las ciencias sociales funcionales y las ciencias sociales críticas. En este
aspecto, podemos argumentar que la ciencia política, más allá, y aun

10 Jerez, M. (1999), Ciencia Política, un balance de fin de siglo. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
11 Pinto, J. (1999), Introducción a la Ciencia Política. Buenos Aires: Eudeba.

17
resolviendo sus entuertos epistemológicos, quedaría atrapada en el
ámbito de las ciencias sociales funcionales.

2.7 LAS FALLAS DE "NO MERCADO"


La irrupción de los economistas y sus métodos en territorios
ajenos fue calificada de "imperialismo económico" (Sweedberg, 1990).
Más tarde, estos estudios se agruparon con el nombre de teoría de la
elección colectiva (social choices), generalizando el teorema de
Condorcet. La agregación de preferencias de individuos racionales
(egoístas) provoca con frecuencia que se adopten decisiones
irracionales. Las fallas de los mecanismos políticos se denominaron
genéricamente —con gran falta de imaginación—fallas de no mercado o
fallas de gobierno (Wolf, 1993; Mueller, 2003). De hecho, puede
presentarse una codificación de estas "fallas". Las fallas de no mercado
son una respuesta a una cuestión práctica. Sugiere, y a veces
demuestra que el Estado como regulador puede ser peor que el
mercado con todo y fallas, la cual es una afirmación altamente polémica.
Las fallas de mercado y de "no mercado" son claramente
comprendidas por TDI. Ciertamente, en cada caso se puede adoptar una
postura ideológica diferente. Así, la crítica de Riker y sus discípulos a los
procesos democráticos es benévola con las fallas del mercado, pero
intransigente con las del gobierno democrático. Pero ese impairment no
es o inherente a la estructura analítica de TDI.10 El argumento de Arrow
puede aplicarse al problema de la agregación de preferencias de los
consumidores.

2.8 LA CRÍTICA A LA DEMOCRACIA


La existencia probabilística de los ciclos de preferencias
colectivas intransitivas. Existe la probabilidad, de hecho calculable, de
que alguien —los políticos avezados— manipule estos ciclos a su favor.
Esto no lo dice Arrow, sino fue la aportación particular de Riker. Las
elecciones en los regímenes democráticos son su razón de ser, y tienen
las mismas características que demostró previamente Kenneth Arrow.
Las preferencias individuales son, generalmente, racionales, porque

18
saben que prefieren entre dos opciones (cuando no lo saben, o no
importa, es que son indiferentes). Pero a la hora de agregar las
preferencias, surgen de nuevo los ciclos. En un libro que causó una
revolución intelectual en el medio de la ciencia política, Riker estableció
sus puntos matemáticamente, y además los adornó con ejemplos
críticos de la historia estadounidense. Riker estaba en lo cierto en las
matemáticas, pero no en su precisión como observador empírico. Gerry
Mackie, un crítico muy enérgico de los argumentos de William H. Riker,
lo sumarió diciendo que los ciclos son probabilidades matemáticas, pero
no ocurren en la realidad de la política (Mackie, 2003: 95). Pero el daño
estaba hecho. Riker había echado ácido en un pilar de la teoría
democrática como nadie antes. Aún concediendo que los ciclos
electorales fueran imaginería matemática, Riker había advertido la
inconsistencia en la formación de criterios de mayoría y de agregación
de preferencias, y que estas vulnerabilidades eran campo fértil para la
manipulación política. Esa era de hecho la proposición central de Riker:
la existencia de actores (la clase política) heréticos dedicados a
manipular las preferencias de los ciudadanos y crear mayorías a modo
de sus intereses egoístas (McLean, 2002). Dado que las elecciones no
eran mecanismos de control sobre los rascals (pillos) profesionales de la
política, era un imperativo político derivado de argumentos lógicos la
superioridad del liberalismo, es decir, mecanismos de regulación,
vigilancia, rendición de cuentas y limitación de los periodos, junto a un
sistema de checks and balances federalista, sobre la creencia de que la
ciudadanía podía dictar el interés público. A lo más, sólo podemos
mantener bajo cierto control a las sanguijuelas que forman el gobierno
por vía de las elecciones. Este papel pasivo concedido al electorado es
acorde con el american view of life, y no aporta mucho al credo político,
pero introduce una justificación "científica", es decir, lógica y matemática.
Refutarla requiere usar las mismas armas y reconocer que hay nuevas
reglas del juego para las ciencias sociales en el siglo XXI.

2.9 LA TDI Y LA FILOSOFÍA POLÍTICA

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Más allá de la noción de que la ciencia política estudia sólo
comportamientos e instituciones, elecciones y restricciones, la TDI se ha
adentrado en la filosofía política, y en particular en la teoría de la justicia,
acercándola a los terrenos del mundo práctico, revolucionando este
campo. Especialmente a partir de la aparición de la obra de John Rawls
(1979), quien ofreció una argumentación según la cual extirpaba la
metafísica de la filosofía moral. Usó sin temor metáforas tomadas de la
teoría de juegos, y recurrió al criterio de maximin (definido originalmente
por Von Neumann y Morgestern) para sustentar su noció de "posición
original". Rawls volvió los ojos a los métodos contemporáneos de la
teoría de juegos en un intento de abandonar la metafísica kantiana como
fundamento de las normas morales. La posición original es un
experimento mental particularmente provocativo; existe en la mente del
filósofo como un ejercicio del tipo "si... entonces" usado frecuentemente
por los economistas. La posición originaria justificaría la decisión
colectiva de empezar el juego o contrato social con reglas justas. Nadie
quiere ser víctima de un juego con dados cargados, si no sabe cuál será
el resultado. Así que la noción de justicia se asocia a la de jugar
limpiamente (fairness). Llevando este argumento más lejos, esta
condición se asocia a la de equidad. Esta noción ha estado ausente
durante muchos años en la filosofía anglosajona, y con Rawls retornó
por la puerta grande, por decirlo coloquialmente. Rawls no usó
argumentos matemáticos, sino el puro razonamiento lógico. Pero de éste
al primero, hay un paso muy pequeño, y pronto fue dado por otros
pensadores que abordaron el problema de la justicia como el centro de
su atención.

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CONCLUSIONES

 La cuestión de la cientificidad de la ciencia política implica preguntarse por la


de las ciencias sociales in toto. Después de todo, la ciencia política es la
primera ciencia social de los tiempos modernos y la que analiza los
fenómenos de mayor complejidad. Más particularmente, implica la cuestión
de si la ciencia política de las primeras décadas del siglo XXI representa un
progreso frente a las ciencias políticas del siglo pasado, especialmente las
establecidas en la segunda mitad del siglo bajo la hegemonía académica —y
político–militar— estadounidense.
 A diferencia de las teorías precedentes o competidoras, la TDI es una teoría
decididamente basada en el agente. Postula que el criterio de elección es el
punto de partida, pero el de restricciones el antídoto a cualquier acusación
de voluntarismo individualista.
 Un elemento que ayuda a entender el avance teórico está en la refundación
del principio de racionalidad que une ambos criterios (elección bajo
restricciones). Inicialmente, la teoría se sustentó en el principio de escasez
de la economía.
 En segundo lugar, en la modificación del ámbito de análisis, que incluyó no
sólo al mercado.
 En tercer lugar, el que la noción de preferencias endógenas dejó de ser
meramente hipotética y conjetural, y se adentró en factores históricos,
institucionales y políticos, culturales, sociológicos y biológicos para formular

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hipótesis probables, como formular la existencia de preferencias sociales, y
a la vez factibles de ser modeladas en términos experimentales.
 En cuarto lugar, el viejo problema de la dinámica fue abordado por una visión
evolucionista.
 Estas transformaciones del modelo inicial de la teoría de la elección racional
justifican el cambio de denominación por el de teoría de las decisiones
interdependientes, pero hacen tremendamente tentadora la visión de una
conexión o línea de continuidad entre todas las ciencias del comportamiento.

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ANEXOS
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