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ENSAYO SOBRE FOTOGRAFÍAS A

PARTIR DE NOCIONES DE LA
SOCIEDAD

22 DE SEPTIEMBRE DE 2015
En las imágenes se ven distintas escenas que muestran experiencias cuando se vive en
sociedad. La noción moderna que se tiene de sociedad es que los individuos se ponen de acuerdo para
un fin, y conviven con un conjunto de convenciones y normas. Convenciones y normas que forman parte
de lo que significa un imaginario social, que va mutando a lo largo del tiempo y que forma parte de la
mente humana. Las distintas vivencias que se van experimentado y que van guardándose como
recuerdos y experiencia forman parte del llamado espacio de experiencia, y estos inciden directamente
en la modificación del imaginario social y horizonte de expectativa. Que se acepte la autoridad del
profesor en la clase, que se acepte que los políticos trabajen en las leyes, o que no se acepte que una
mujer muestre partes de su cuerpo en la cultura musulmana son imaginarios sociales modernos. Por
otro lado, lo que se anhela es impactado por el espacio de experiencia, pero impacta el presente. El
horizonte de expectativa se crea en el hoy, siendo un futuro presente y se modifica por el pasado. Estas
nociones se utilizan en las imágenes a interpretar.

Una de las imágenes muestra un fenómeno importante vivido en el año 2011, llamado como “La
marcha de los paraguas”. En realidad el fenómeno apunta a una marcha ocurrida durante un día lluvioso
en las calles de Santiago de Chile. Ahora bien, eso es el hecho en sí mismo (lo que es) pero tiene
explicaciones (lo que se dice que es). Las marchas son una manifestación en la cual se reclama por
algo. El año 2011, los estudiantes reclamaron por educación gratuita, y por el descontento con el sistema
educacional chileno. El horizonte de expectativa era educación gratuita (y probablemente para muchos
hasta el día de hoy sigue siendo una expectativa), y es claro que se llegó a este anhelo por las diferentes
vivencias que tuvieron los estudiantes o experiencias que escucharon de otros. Modelos de educación
de otros países que eran viables (muy reconocido el de Finlandia), experiencias de padres que
estudiaron gratis en Chile en los años 1960, entre otras experiencias aportan al horizonte de expectativa.
Ahora bien, no todos miraron con los mismos ojos este fenómeno. Hay quienes opinaron que estas
manifestaciones eran simplemente actos vandálicos (mirando la imagen de Blanco Encalada y los
semáforos destruidos) y que no debían ocurrir, o que simplemente la educación en Chile no debía ser
gratuita y por eso no debían haber marchas. Otros podrían haber pensado que los estudiantes no debían
por qué meterse en discusiones políticas. Las distintas opiniones que puede haber en torno a las
marchas son una cuestión de espacio de experiencia. Quienes viven la misma experiencia (el mismo
fenómeno) pueden tener una opinión distinta con respecto a esta (distinta explicación del fenómeno) y
esto se da porque poseen espacios de experiencia distintos. Quizás quienes vivieron la educación
gratuita tuvieron malas experiencias y por lo tanto tienen una opinión negativa con respecto a esta.

Por otro lado, también se puede ahondar en el tema de las manifestaciones. Muchos quienes
vivieron durante los años 70-80´s les impresiona la valentía con que los estudiantes marcharon en el
2011. Estas personas tuvieron muchos miedos durante la estadía de Pinochet ya que no se podían
manifestar y arrastran esos miedos hasta el día de hoy. Su espacio de expectativa es el miedo con que
se vivió en el pasado. En cambio este miedo no fue experimentado por los estudiantes de hoy. Estos
estudiantes no presentan el miedo a marchar y tienen otro espacio de experiencia. También poseen otro
imaginario social, donde el estudiante piensa que las manifestaciones son un acto de habla (dentro del
espacio público, donde las personas se comunican libremente y crean sociedad) que espera una
respuesta del receptor.

También se puede hablar de imaginario social al mirar la imagen de la mujer musulmana que
baña a su hijo en una playa durante un día de mucho calor. Esta mujer está vestida completamente, y
muestra sólo su cara mientras que la gente de su alrededor no visten ropa o están con sus trajes de
baño. Se puede ver el contraste entre los imaginarios sociales de las distintas culturas. El mundo
musulmán no permite que la mujer muestre partes de su cuerpo, sino que debe esconderlas casi por
completo. Esto se hereda de toda una cultura religiosa que se rige por el Corán. Por otro lado, la
emancipación de la mujer en el mundo occidental es un hecho que se vive desde hace más de un siglo:
la igualdad legal, política, profesional, social, familiar, entre otros, ha sido un proceso histórico que ha
dado un espacio de experiencia muy grande que se modifica hasta el día de hoy. Llevándolo al espacio
más local, la mujer estudiante en la Facultad de Ingeniería, hace 70 años, era mal mirada en el sentido
de que una mujer no debía estudiar ingeniería porque “no tenía la capacidad” o podía bajar el nivel de
la facultad. Este es un imaginario social que ha estado en la sociedad por mucho tiempo pero que se ha
ido modificando y cada vez está menos presente en la mente de las personas. Cada día la mujer va
ganando más espacio en los distintos temas y el horizonte de expectativa va cambiando. En cambio en
el mundo musulmán, las mujeres tienen una realidad bastante diferente. La mujer no puede vestir un
bikini y andar en desnuda en una playa. Tiene menos derechos que el hombre en muchos temas
sociales, políticos, profesionales, familiares, etc. El imaginario social en la cultura musulmana está
heredado por padres y abuelos, que también vivieron el orden moral donde la mujer está más abajo que
el hombre en la jerarquización de la sociedad. En la historia de esta cultura, los hechos de emancipación
de la mujer son menos, el espacio de experiencia es bastante menor, y el horizonte de expectativa no
se modificará demasiado hasta que haya una fractura en el imaginario social del mundo musulmán.

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