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El PCC, pues, ni siquiera en sus comienzos, debe ser una suma inconexa
de documentos que expresen tan sólo las decisiones parciales y no
compartidas de distintos grupos o personas del centro. El primer PCC de
un centro expresará el mayor acuerdo posible para desarrollar las
finalidades educativas definidas. Un acuerdo susceptible de ser
ampliado, mejorado, revisado. Pero, desde el principio el PCC deberá ser
un documento consensuado.
En ambos casos, tanto si se sigue una estrategia más global u otra más
parcial, la labor del Equipo Técnico de Coordinación Pedagógica del
centro puede ser crucial. (Equipo compuesto por el Jefe de Estudios y
los Coordinadores de Ciclo/Departamento del centro). En el primer caso,
más como estructuradores del trabajo en equipo, garantizando su
coherencia y eficacia. En el segundo, primando su función como
dinamizadores, facilitadores de una progresiva estructuración
organizativa y curricular del centro y el conjunto de su profesorado.
Por todo ello, el proceso inicial de elaboración del PCC debe partir de la
realidad educativa del centro. De lo que se viene hacienda en él: de los
proyectos en marcha, de la descripción y el hacer explícitos los
presupuestos curriculares puestos en juego... para tratar de confluir en
intenciones más compartidas, que generen mayor participación y que,
desde el primer borrador que se realice, se tenga conciencia de su
utilidad primordial como instrumento dirigido a la mejora del centro.
Sólo puede afrontarse esta tarea con garantía de éxito, a medio y largo
plazo, si desde el principio se entiende como una labor cooperativa y
solidaria. Si desde el principio se percibe como un recurso útil para la
vida del centro.
Por todo ello, la eficacia del PCC vendrá dada por el grado de ajuste que
sea capaz de lograr, en cada momento, entre las necesidades y
expectativas de la comunidad escolar y la oferta educativa del centro.
Este contraste permanente entre necesidades y oferta educativa
constituirá el objetivo primordial del Plan de Evaluación del PCC,
garantizando su utilidad y eficacia.
Mientras el órgano decisorio que puede opinar sobre la validez del PCC,
incluido dentro de los otros documentos institucionales, es el Consejo
Escolar, la responsabilidad técnica y práctica de la elaboración y
ejecución del PCC está en los profesores y en el claustro.
Una de las posibles salidas sería que el Consejo escolar defina, con la
participación de los representantes de los profesores y su compromiso,
las finalidades y los criterios que deberían regir la secuenciación y las
prioridades del PCC, y el Claustro, como órgano formado por
profesionales de la docencia, lo elabore de acuerdo con sus
conocimientos y sus planteamientos ideológicos-pedagógicos y en
coherencia con ese compromiso adquirido respecto a la Comunidad
Educativa.
¿Qué es PCC?
9) Plan de Orientación
Este es, quizás, el gran reto de los equipos directivos en los próximos
años: la organización de los centros para desarrollar (aplicar, evaluar y
reelaborar) estos Proyectos Curriculares con la participación y el
compromiso del profesorado; y la contribución, no sólo de los directivos,
sino, sobre todo, de la Administración para posibilitar, crear y potenciar
el clima apropiado y los medios para su consecución.