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UNESCO
Paul de Guchteneire
Antoine Pécoud y
Publicación dirigida por
diseño de la portada : andrew Esson
www.unesco.org/publishing
ISBN 978-92-3-304024-3 Antoine Pécoud
Publicación dirigida por
© UNESCO 2008
Todos los derechos reservados
ISBN 978-92-3-304024-3
Impreso en Francia
Migración sin fronteras
Ensayos sobre la libre circulación de las personas
Publicación dirigida por
Antoine Pécoud y Paul de Guchteneire
Ediciones UNESCO
Índice de materias
Lista de cuadros 7
Preámbulo 9
Pierre Sané, Director General Adjunto de Ciencias Sociales y Humanas,
UNESCO
Capítulo 1 Introducción: la hipótesis de la migración sin fronteras 13
Antoine Pécoud y Paul de Guchteneire
dores del desarrollo mundial (Banco Mundial, 2004), los Estados gastan
unos 60.000 millones de dólares en desarrollo, y se calcula que hacen
falta de 30.000 a 50.000 millones de dólares más para poner a los
países pobres en condiciones de alcanzar los Objetivos de Desarrollo
del Milenio.
especialmente a los ojos del público. Ello puede alentar la creencia de que
los gobiernos no pueden o no quieren controlar los flujos de población,
alimentando así los sentimientos contrarios a la inmigración. Es necesario
adoptar políticas coherentes y eficaces para calmar la preocupación del
público en lo referente a las cuestiones de la migración.
El segundo problema tiene que ver con la sostenibilidad de las
políticas de migración. Como no es probable que disminuya el número
de personas que se desplazan, hemos de encontrar respuestas a largo
plazo a los desafíos de la migración. Las políticas contemporáneas, más
que ofrecer una perspectiva clara del control de la migración, parecen ir
a rastras del problema y reaccionar de modo restrictivo, o pasivamente,
a los cambios en los flujos de migración. Pero “construir muros es una
labor particularmente aislante y un modo de admitir la inoperancia del
sistema” (Nett, 1971, pág. 224), y tenemos que estudiar alternativas
viables para hacer frente a los desafíos futuros.
Por último, como expone Catherine Wihtol de Wenden en el
Capítulo 3 del presente volumen, los costos humanos de los controles
fronterizos hacen que nos preguntemos si estos controles son compati-
bles con los valores básicos de la comunidad internacional. ¿Hasta qué
punto pueden coexistir las medidas severas de control fronterizo con el
funcionamiento armonioso de las democracias? Los valores liberales y
los principios de los derechos humanos que inspiran a nuestras socie-
dades no pueden detenerse en la frontera, sino que han de inspirar a los
países para que se comporten en consecuencia con los extranjeros que
llaman a su puerta (Cole, 2000). El modo en que una sociedad resuelve
el destino de los extranjeros refleja en último término los valores en que
se basa y el precio –en términos de dignidad y de derechos humanos–
que están dispuestos a pagar los países desarrollados para controlar
sus fronteras (Brochmann y Hammar, 1999; Schuster, 2004). En otras
palabras, la severidad cada vez mayor de los controles de la migración
podría ser contraproducente en último término y poner en peligro los
principios liberales y las libertades que constituyen el núcleo esencial
de las sociedades democráticas.
En este contexto, la hipótesis de MSF ofrece un medio coherente
y moralmente defendible de plantear las políticas de la migración a
largo plazo. Es una idea sugestiva que quizás no pueda aplicarse antes
de mucho tiempo. Pero, dadas las dificultades para aplicar los controles
de la migración, la libre circulación puede ser una fuente estimulante
de nuevas soluciones a los problemas existentes.
22 Migración sin fronteras
La dimensión económica
Junto con la perspectiva ética, otra perspectiva frecuente de la hipótesis
MSF es de naturaleza económica y refleja el interés de los economistas
por este problema. ¿Cuál sería el impacto económico de la libertad de
circulación en la economía mundial? Conscientes de las vastas conse-
cuencias que se derivan de la economía de la migración, en esta sección
tratamos concisamente algunos puntos pertinentes a este respecto
La globalización y la no liberalización
de los flujos migratorios
Sea cual fuere el impacto de la libre circulación en las desigualdades
mundiales, subsiste el hecho de que las restricciones a la migración
contradicen el espíritu de la globalización y la liberalización. En efecto,
“el aumento de la integración comercial a comienzos del siglo y en los
años 60 fue acompañado por un aumento de la migración, pero esto
no fue así durante la creciente integración comercial de los años 80”
(Faini et al., 1999, pág. 5). La migración internacional es una excep-
ción en el proceso de globalización. Antes las fronteras lo detenían
todo –el dinero, las mercancías, los seres humanos– pero hoy lo que
detienen sobre todo son las personas: “existe un consenso creciente en
la comunidad de los Estados para suprimir los controles fronterizos
para los flujos de capitales, información y servicios y, más ampliamente,
promover la globalización. Pero cuando se trata de inmigrantes y refu-
giados... los Estados nacionales reclaman su viejo esplendor, afirmando
su derecho soberano a controlar sus fronteras” (Sassen, 1996, pág. 59).
Como dice Nigel Harris (Capítulo 2), se da la paradoja de que la inter-
nacionalización de la economía crea un mercado mundial del trabajo
en el que algunos países tienden a especializarse en proporcionar tipos
particulares de trabajadores al resto del mundo.
30 Migración sin fronteras
La dimensión social
Aunque las dimensiones ética y económica de la hipótesis MSF han sido
analizadas detenidamente, se ha prestado poca atención a su dimensión
social. Esto se debe probablemente a que es casi imposible evaluar las
numerosas consecuencias de la libre circulación en todas las dimen-
siones de la vida social. Como veremos más adelante, es ilusorio pensar
que sabemos lo que va a pasar si se abren las fronteras. Intervienen
demasiados factores y, además, la historia reciente nos recuerda que las
políticas de inmigración suelen tener resultados impredecibles (Castles,
2004). Sin embargo, no por ello renunciaremos a esclarecer la cuestión
del impacto social de la hipótesis MSF, ya que, cualquiera que sea su
conveniencia moral o económica, el fomento de la libre circulación será
incompleto y fracasará si no se consideran todas sus consecuencias.
¿Cuántos migrarán?
Un argumento frecuente contra la hipótesis MSF es que provocaría
flujos enormes e incontrolables de migrantes hacia los países desarro
llados. Lo primero que hay que preguntarse es evidentemente: ¿cuántas
personas emigrarían de implantarse la libre circulación? Las políticas
contemporáneas tienden a limitar la movilidad de las personas y cabe
suponer que poner término a estas políticas permitiría desplazarse a
Introducción: la hipótesis de la migración sin fronteras 33
La dimensión práctica
El examen de las diferentes dimensiones de la hipótesis MSF pone
de relieve nuestra ignorancia de sus consecuencias prácticas: “Nadie
puede afirmar que sabe con detalle cuáles serán las consecuencias de
un sistema mundial de fronteras abiertas a lo largo de un cierto número
de decenios” (Barry, 1992, pág. 280). Si bien hay fuertes argumentos
morales en favor de la hipótesis MSF, no se conoce con certidumbre su
impacto en los salarios, el bienestar social, el racismo o la ciudadanía.
Es probablemente una exageración decir que la libre circulación llevará
al caos, pero también sería erróneo subestimar los problemas: como dice
Castles (2004, pág. 873), “la elegante simplicidad del lema de las fron-
teras abiertas es engañosa, porque crearía muchos problemas nuevos”.
Es necesario pues prever las dimensiones prácticas de la hipótesis MSF,
y lo que podría llamarse su gobernanza.
Conclusión
Todos los Estados del mundo proclaman su voluntad de controlar la
migración pero se enfrentan a la extremada dificultad de arbitrar polí-
ticas que estén a la altura de esta ambición. El número de personas que
circulan no va a disminuir en un futuro próximo, y cada vez se verá
más claramente que las medidas de control, por sofisticadas y costosas
que sean, no detienen verdaderamente a las personas. Los migrantes
seguirán siendo probablemente las principales víctimas de este enfoque
insatisfactorio de la migración, al quedar expuestos a riesgos cada vez
mayores en sus desplazamientos transfronterizos. Es urgente idear polí-
ticas sostenibles de migración que permitan a los Estados responder de
un modo coherente a los desafíos de este fenómeno.
Parecería ingenuo sugerir que la hipótesis MSF puede dar
respuestas a los problemas planteados. Pero es igualmente ingenuo
suponer que arreglos relativamente secundarios del sistema migratorio
contemporáneo proporcionarán las respuestas a largo plazo. La hipó-
tesis MSF tiene la ventaja de ser éticamente defendible y complementa
útilmente el derecho humano a emigrar con un derecho simétrico a la
movilidad. En un mundo globalizado, el desplazamiento de las personas
no es una anomalía que deba tolerarse excepcionalmente: es un proceso
normal incorporado a las estructuras socioeconómicas y a las vidas e
identidades transnacionales de los migrantes. Hay pruebas sobradas de
que el esquema migratorio clásico del asentamiento permanente no se
aplica a todos los casos contemporáneos de desplazamientos humanos,
y por consiguiente las políticas que se adopten deberán tener en cuenta
las nuevas prácticas en materia de circulación de personas.
No obstante, las consecuencias sociales y económicas de la hipó-
tesis MSF siguen siendo sumamente complejas, y en este análisis hemos
puesto de manifiesto las numerosas incertidumbres que las rodean. Es
necesario pues examinar los puntos fuertes y débiles de esta hipótesis,
teniendo presente que, aunque la libre circulación pueda ser una opción
deseable, también es un objetivo complejo que requiere una detenida
reflexión. La hipótesis MSF no es una medida simple y directa que
eliminaría de golpe todas las injusticias, ni una utopía irrealista. Es una
visión innovadora para el futuro de la migración y una fuente inapre-
ciable de ideas para imaginar políticas migratorias más justas.
Introducción: la hipótesis de la migración sin fronteras 47
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52 Migración sin fronteras
Introducción
El desarrollo del capitalismo industrial moderno ha ido acompañado, en
varias de sus etapas, de grandes movimientos migratorios. Los lugares
en los que se asentó históricamente la población, especialmente las
grandes cuencas fluviales de Asia, no fueron aquellos en los que se
desarrolló la economía moderna, incluidas las actividades agrícolas.
Entre los siglos XVII y XIX, no menos de 10 millones de trabaja-
dores esclavos fueron desplazados de África al continente americano,1 y
cuando finalizó este proceso, los sistemas laborales basados en contratos
de dependencia desplazaron a indios y chinos a África, Malasia, Ceilán,
Australia, América del Norte y el Caribe. Gran parte de este movi-
miento se organizó para iniciar y expandir el suministro de materias
primas, minerales y productos de plantación (o para crear los medios
de transportar esta producción), que eran necesarios para alimentar
el voraz apetito de las nuevas maquinarias industriales de los países
desarrollados. Dentro de los territorios coloniales hubo desplazamientos
de trabajadores con la misma finalidad, del África Central al África
Meridional para las minas, o de las regiones orientales de la India a los
Estados cultivadores de té del nordeste y a las minas de carbón y hierro
de Bihar y Orissa, mientras que en el interior de América del Norte
2. Como dice Papademetriou (2003, pág. 9): “Una de las (fascinantes) paradojas
que se dan en esta cuestión es la de ver cómo los principales dirigentes políticos,
que han tratado de absorber los impulsos xenófobos de una minoría adoptando
retóricas y políticas restriccionistas, harán frente al hecho, que empieza a ser
visible, de que los inmigrantes son cada vez más indispensables desde el punto
de vista demográfico y económico”.
Factores económicos y políticos de la libre circulación de las personas 67
bajas cualificaciones, y que los que salen perdiendo son los trabajadores
nativos mal pagados. Sin embargo, si reflexionamos veremos que esto no
es así. Podemos hacer dos observaciones pertinentes a este respecto:
1. Un gran número de estudios que utilizan datos de los Estados
Unidos han constatado que el aumento de la inmigración no surte
efectos, o sus efectos son insignificantes, en los niveles salariales y
de empleo de la población nativa (véase, por ejemplo, Greenwood
et al., 1997). Cuando se producen pequeños efectos negativos,
tienden a afectar a las anteriores cohortes de inmigrantes, más
que a los pobres históricos de los Estados Unidos. Esto puede
atribuirse a que los migrantes se desplazan a zonas de escasa mano
de obra donde los salarios aumentan en todo caso, de manera que
su efecto no se refleja en el movimiento general. No obstante,
hay sobradas indicaciones de que los inmigrantes no capacitados
hacen los trabajos que los nativos, aunque estén desempleados,
no quieren hacer; más que competir con la población nativa,
los nuevos inmigrantes de bajas cualificaciones compiten con los
anteriores inmigrantes de esta misma categoría. En tal caso, los
inmigrantes ocupan vacantes no porque sean mano de obra más
barata –por lo general no parece que sea así– sino porque son los
únicos trabajadores disponibles (como ocurre con los trabaja-
dores migrantes estacionales en algunos sectores de la agricultura
europea).
Por otra parte, algunos estudios han determinado el impacto
de la inmigración en el aumento del empleo de los trabajadores
nativos complementarios: la presencia de trabajadores extranjeros
no cualificados aumenta la demanda de supervisores y capataces
nativos, trabajadores cualificados y personal técnico, conductores
de camiones, etc. Aún son menos las estimaciones de los efectos
de multiplicación de los gastos de los inmigrantes en la demanda
de vivienda, mobiliario, alimentación, transporte, etc.
Borjas (1999), junto con otros autores, ha modificado la natu-
raleza de este debate al sugerir que los trabajadores nativos no
cualificados se anticipan a menudo para evitar la competencia,
abandonando los sectores de la economía o las zonas geográficas
donde es probable que se produzca (a este respecto se ha hablado
mucho del equilibrio cambiante entre la migración nacional y
extranjera de trabajadores de bajas cualificaciones en California).
Borjas afirma que los estudios locales del impacto del aumento
Factores económicos y políticos de la libre circulación de las personas 69
Soluciones
La solución más evidente a los problemas del sistema actual consiste
en aceptar la inevitable integración de los países desarrollados en un
mercado mundial de la mano de obra, y avanzar hacia un sistema de
libre migración y fronteras abiertas. En tal caso, los empleadores contra-
tarían a trabajadores en el extranjero, como lo hacen en sus propios
países, y asumirían los riesgos y los costos de los errores cometidos al
evaluar sus futuras necesidades de mano de obra. El papel del gobierno
se limitaría a hacer extensivas a los trabajadores extranjeros sus actuales
responsabilidades en materia de regulación del empleo. Por el momento,
los intermediarios y los agentes privados organizan la contratación
regular e irregular y el desplazamiento de los trabajadores, de modo
que la infraestructura social básica para este cambio existe. Este sistema
eliminaría la migración irregular y absorbería a la gran mayoría de los
solicitantes de asilo, que empezarían a trabajar de inmediato y no se
verían obligados a recurrir a la ayuda pública (esto no sería así con los
solicitantes de asilo que no estuvieran capacitados para trabajar, pero
el problema sería mucho menos grave de lo que es ahora).
¿Amenazaría la contratación directa de los empleadores el mante-
nimiento de niveles aceptables de paga y condiciones de trabajo, por la
competencia entre empleadores para disminuir los costos? En principio
estos problemas no son más graves que los que se plantean a los traba-
jadores nativos de bajas calificaciones. Es más, pueden serlo incluso
menos, ya que los trabajadores migrantes deberían trabajar con un
contrato–tipo para un determinado periodo, aprobado por el gobierno.
Estos contratos-tipo deberían verificarse y someterse al control de los
gobiernos tanto de origen como de destino, así como de los sindicatos
pertinentes y las ONG. Desde luego no hay ningún sistema absoluta-
mente seguro, ni para los trabajadores nativos ni para los extranjeros,
pero al hacer que este empleo sea completamente explícito se obtiene
una cierta base para la reglamentación, mientras que en la actualidad
con la migración irregular no existe esta posibilidad.
Con todo, las necesidades inmediatas de los países en desarrollo
respecto del regreso de sus trabajadores migrantes, junto con el temor
Factores económicos y políticos de la libre circulación de las personas 73
resolver, pero no hay que dejar que estos problemas nos devíen
de la cuestión de principio.
El trabajo temporal puede contribuir a restablecer la
igualdad de trato entre los trabajadores cualificados y los no
cualificados. Aunque se supone que la mayoría de los migrantes
desean regresar al hogar, a condición de que haya posibilidades
futuras razonables de trabajar en el extranjero, no hay que hacer
nada para debilitar su deseo de regresar sin ninguna clase de
coerción. Algunos planes actuales ofrecen incentivos adicio-
nales, como dedicar parte del sueldo a constituir una reserva
en la moneda del país de origen, que se percibiría al regreso (o
posiblemente añadir una prima y/o el reintegro de los pagos de
la seguridad social). He mencionado la posibilidad de que los
programas de ayuda financien la formación y ofrezcan fondos
para emprender negocios al regreso. Si se organiza un sistema
bien administrado de migración circulatoria, las solicitudes para
permanecer más tiempo en el país podrían considerarse con
generosidad.
2. La migración irregular es ante todo una respuesta a la demanda
de trabajadores (aunque puede verse precipitada por factores de
impulsión), de modo que, por lo general, los migrantes van a
ocupar empleos identificados previamente (o se dirigen a agentes
que controlan estos empleos), y tienen tasas muy elevadas de
participación y tasas bajas de desempleo. En consecuencia, debe
organizarse la expansión del sistema de permisos de trabajo de
modo que acabe con la migración irregular. Sin embargo, esto no
puede hacerse mediante controles gubernamentales de la contra-
tación, sobre la base de estimaciones de la demanda futura de
mano de obra. No sólo estas estimaciones serían erróneas en una
economía dinámica, sino que tampoco pueden ajustarse fácil-
mente a las predicciones del tipo de la demanda que pueden satis-
facer los migrantes irregulares. Todo sistema que desee responder
a las necesidades económicas tiene que prescindir de la idea de
fijar cuotas anuales de trabajadores y confiar en la iniciativa de
los empleadores de contratar a sus propias expensas el número
de trabajadores que necesiten, aunque esto se haga bajo la super-
visión gubernamental para asegurar que las condiciones básicas
de trabajo y de paga de esos trabajadores no perjudican la oferta
local alternativa de mano de obra y son bien conocidas por los
Factores económicos y políticos de la libre circulación de las personas 75
Conclusión
El sistema actual aplicado a todos los trabajadores, excepto los más
cualificados, es opaco y costoso en comparación con los beneficios
que reporta. Existe un mercado mundial de la mano de obra, pero
no funciona con la transparencia requerida para dar a cada trabajador
el trabajo que le corresponde. Los gobiernos operan como grandes
compradores monopsonistas, mientras que las agencias privadas
contratan y distribuyen migrantes irregulares sin someterse a la compe-
tencia abierta, que revela el costo/valor marginal del trabajo propuesto.
En estas circunstancias, la criminalización es inevitable. Un mercado
global de la mano de obra requiere un intercambio global en el cual las
escaseces reales en muchos lugares distintos puedan compensarse con
la inmensa diversidad de los que ofrecen trabajo, y en el que los niveles
salariales reflejen estas escaseces.
Si los países desarrollados no pueden establecer un orden acep-
table en materia de migración, se corre el peligro de que sus dirigentes
políticos sigan tratando de explotar el problema con fines xenófobos,
que impidan el crecimiento de los países en desarrollo (independien-
temente de los programas de ayuda que se organicen), que no dejen
entrar a los pobres, sea cual sea el costo para los derechos civiles de
sus propios ciudadanos y el número creciente de migrantes irregulares
(creciente porque la escasez de la oferta de trabajadores poco calificados
irá en aumento), y que reduzcan el bienestar social de sus ciudadanos
más pobres. En este caso, como en otros muchos, el proteccionismo
trata de obtener, estérilmente, beneficios para una minoría a expensas
del resto del mundo, y en particular de los pobres.
Factores económicos y políticos de la libre circulación de las personas 77
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78 Migración sin fronteras
Introducción
Un mundo sin fronteras: ¿es un objetivo a incluir en la lista de los prin-
cipales problemas con que se enfrenta la humanidad, o simplemente
otra meta ilusoria para el siglo XXI?
En los últimos años del siglo XX, una serie de perturbaciones
influyeron en la migración internacional, haciendo de ella una de las
cuestiones candentes de nuestro tiempo. Hace 25 años estaba muy
extendida la creencia en el fin de la era de la migración masiva; se creía
que los inmigrantes volverían a su hogar, que el desempleo haría que
la mano de obra nacional ocupara los empleos de los inmigrantes, y
que la migración iba a ser restringida. La única de estas predicciones
que se ha cumplido es la tercera. La presión migratoria ha seguido
siendo elevada, a pesar de las políticas de disuasión aplicadas en todo
el mundo; las solicitudes de asilo se han disparado, y regiones que
antes estaban rodeadas de altos muros se han vuelto a abrir con el fin
del bloque comunista. Se han creado redes transnacionales a ambos
lados de las fronteras estatales, facilitando no sólo el comercio sino
también la migración irregular. Gracias a la globalización, los pobres
han descubierto la riqueza del Norte y han comprendido que, si ésta
no viene a ellos, son ellos los que habrán de ir a buscarla (aunque pocas
veces emigran los más pobres).
La migración será sin duda alguna una cuestión vital en las nego-
ciaciones internacionales del siglo entrante. El mundo cambia muy
rápidamente, y también cambian rápidamente los flujos migratorios y las
80 Migración sin fronteras
propias fronteras. Sin embargo, tanto los gobiernos como las poblaciones
parecen ignorar la nueva situación, y justifican los controles fronterizos
estrictos con la idea de que los países ricos resultarían perjudicados
por la “invasión” de los pueblos más pobres del Sur. Mientras que la
libertad de comerciar y hacer negocios se acepta casi universalmente,
la libertad de viajar, instalarse y trabajar en otro país todavía se niega
con vehemencia, tanto en principio como en la práctica. Pero cerrar las
fronteras no es una opción realista, y abrirlas sigue siendo un ideal. La
pregunta ahora es: ¿qué restricciones pueden aplicarse al principio de la
libertad de circulación sin limitar la democracia? Este es un dilema que
pocos países occidentales han tratado de resolver hasta nuestros días.
En este capítulo explicaremos primero cómo, en los 15 últimos
años, la globalización de la migración ha planteado cuestiones acerca
de la conveniencia de cerrar las fronteras y ha fomentado el examen
del derecho a la movilidad, y consideraremos después los intercambios
transnacionales que se están produciendo, los cambios que afectan a la
soberanía de los Estados, y las nuevas barreras que se elevan a ambos
lados de las fronteras de todo el mundo. Por último, examinaremos
la idea del derecho a la movilidad, que se considera cada vez más un
elemento central de la concepción moderna de los derechos humanos
y un importante instrumento para la democracia, la ciudadanía y la
lucha contra todas las formas de discriminación. Las violaciones de los
derechos humanos causadas por el cierre de las fronteras, y el hecho de
que los migrantes pongan en peligro sus vidas para entrar en los países
democráticos, exigen una urgente consideración de este derecho a la
movilidad.
Globalización y migración
La globalización y la migración son procesos paralelos que afectan
a todos los continentes. Europa, sobre todo, se ha convertido invo-
luntaria y dolorosamente en una tierra de inmigración, mientras que
durante mucho tiempo se consideraba una tierra de emigración. Ahora
está tratando de incluir en su identidad emergente a sus residentes
no europeos, y en particular a los musulmanes. Los efectos de este
cambio de la situación son numerosos y a menudo indeseables: tensos
controles fronterizos y expulsiones forzosas, inmigrantes irregulares y
trato arbitrario de las solicitudes individuales de inmigración (Wihtol
de Wenden, 2004).
Al propio tiempo, las perspectivas demográficas para los años
2020 a 2050 apuntan a una Europa en trance de envejecimiento,
propensa a la penuria de mano de obra, a dificultades para sustituir a
las generaciones que llegan a la edad de la jubilación, al declive demo-
gráfico y al aumento del número de personas muy ancianas. Un impor-
tante estudio de las Naciones Unidas (Naciones Unidas, 2000), así
como informes de otras instituciones como la Oficina Internacional
del Trabajo o el Consejo Económico y Social de Francia, llegan más
o menos a esta misma conclusión: la inmigración debe aumentar de
nuevo para mantener la competitividad, la innovación y el dinamismo
económico, social, cultural y demográfico (Gevrey, 2003; Grinblat,
2003). Pero la opinión pública ve sin entusiasmo la inmigración y está
obsesionada por el tema de la seguridad, ya que a menudo las personas
las vinculan mentalmente con el terrorismo y la delincuencia. Sin
embargo, la opinión pública puede ser un pretexto, al estar manipu-
lada por gobiernos cuyas decisiones –sean gobiernos de derecha o de
izquierda– se basan a menudo en un consenso tácito sobre la necesidad
de controlar las fronteras, inspirado en la preocupación por proteger la
soberanía y el temor a perder el control.
En el continente americano, el Río Grande, que separa los Estados
Unidos de México, es una de las mayores líneas divisorias del mundo,
pero también un lugar de paso, mientras que, en el Sur, países que
antes eran de destino se han convertido en países de emigración (como
Argentina), o viceversa (como Venezuela). Así pues, flujos migratorios
cruzan continuamente el continente, principalmente de Sur a Norte.
86 Migración sin fronteras
África es una región que produce emigrantes, pero también recibe los
flujos generados por los conflictos, los desastres económicos y la sequía;
las estructuras de la movilidad están cambiando constantemente, del
Sur al Norte (África septentrional se ha convertido en una región de
inmigración) y del Norte al Sur (Sudáfrica atrae a numerosos migrantes
de los países vecinos). En Asia, que es el principal núcleo demográfico
del mundo, están presentes todas las clases de movilidad, algunas de
las cuales son recientes mientras que las otras han caracterizado desde
hace tiempo a las economías basadas en el movimiento clandestino y
el desplazamiento. Algunos países, como Tailandia, son países a la
vez receptores y de emigración, mientras que otros, como Filipinas,
exportan masivamente trabajadores y son sobre todo países de emigra-
ción; otros aún son países exclusivamente de inmigración como el Japón.
Australia, cuya identidad se forjó en la inmigración, es el principal país
de destino de la región, al tiempo que aplica abiertamente una política
sumamente restrictiva hacia los solicitantes de asilo y los boat people.
De resultas del cierre de las fronteras por los Estados receptores (que
tratan de “protegerse” con sistemas de visados y acuerdos de readmisión
y expulsión), las zonas grises surgen por todas partes. En estas zonas
grises hay muertes de migrantes, trata de seres humanos, subcontra-
tación de la mano de obra, empleo indocumentado y prostitución. En
consecuencia, los viajes de los migrantes se convierten a menudo en
odiseas de horror, frente a las cuales casi todo el mundo permanece
indiferente.
Sin embargo, la movilidad no es una invasión ni una conquista;
como hemos dicho antes, sólo el 3% de la población mundial parti-
cipa en la migración, ya sea como familiares, trabajadores migrantes,
estudiantes, hombres de negocios, expertos, refugiados o personas
desplazadas. Cuanto más abiertas son las fronteras, más circulan las
personas y menos se instalan, lo que da lugar a una migración de ida y
vuelta cuando la movilidad se convierte en un medio de vida. Después
de la caída del muro de Berlín, este nuevo fenómeno se observó en los
países de Europa Central y Oriental, cuando los requisitos de visados a
corto plazo (los “visados Schengen”, o visados de turistas de tres meses
de validez) fueron suprimiéndose sucesivamente, entre 1991 y 2001,
para los nuevos visitantes de los países de la Unión Europea. Cuanto
más se cierran las fronteras, más migrantes se instalan y traen a sus
familias, porque temen no poder volver a entrar en el país si regresan
a sus países de origen.
Las fronteras de la movilidad 87
Perspectivas futuras
¿Qué hacer? Se han formulado numerosas propuestas, que han tratado
de llevarse a la práctica en diferentes épocas y lugares y que ofrecen
toda una gama de opciones: suprimir los visados para estancias breves;
diversificar los visados de residencia y de trabajo; implantar cuotas o
“permisos de puntos” que tengan en cuenta las necesidades del mercado
de trabajo (como hace el Canadá, y como hizo Alemania en 2001);
regularizar los inmigrantes indocumentados para remediar la escasez
de mano de obra (como hizo Italia en 2004); firmar acuerdos bilaterales
estacionales de inmigración, a cambio de controles más severos en las
fronteras de salida; promover el desarrollo conjunto con las regiones de
emigración, y con la cooperación de los propios migrantes; concertar
acuerdos de libre comercio que sustituyan la libre circulación de las
mercancías con la libre circulación de los migrantes (como ocurre con
los acuerdos del TLC o con el Proceso de Barcelona, que fue resultado
de la Conferencia Euromediterránea de 1995); prohibir toda forma
de discriminación legal en la incorporación de extranjeros al mercado
del trabajo (como las preferencias laborales practicadas en Europa), y
reformar los procedimientos de asilo.
En vista de todas las barreras que fortalecen las fronteras y alientan
a las personas a encontrar medios alternativos de emigrar, el derecho
a la movilidad debería ser proclamado como uno de los principales
derechos humanos. El hecho de que los países de destino occidentales
–ricos, en trance de envejecimiento y necesitados de mano de obra tanto
calificada como no calificada– no podrán bloquear siempre la movilidad
humana está cada vez más claro, no sólo para las organizaciones de
derechos humanos sino también para el mundo empresarial. En todo
caso, la migración seguirá contribuyendo a redefinir la ciudadanía y la
identidad de los Estados, obligándolos a reconsiderar su idea de lo que
significa vivir juntos.
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Las fronteras de la movilidad 95
Introducción
Después de las reacciones alarmistas a lo que se veía como una amenaza
de migración masiva a comienzos de los años 90,1 el debate sobre las
políticas de la migración internacional podría estar entrando en una
nueva fase. Aunque el discurso oficial todavía se caracteriza por el
talante restrictivo, la aplicación tiende a reflejar un cierto pragmatismo
en favor de la migración “gestionada”. Existen además varias inicia-
tivas regionales e internacionales orientadas a la creación de marcos
regionales/internacionales que faciliten el manejo de la migración
internacional. El presente capítulo contribuye al debate explorando
los argumentos éticos y económicos en favor de la libre circulación,
término que incluye solamente el desplazamiento de personas en busca
de trabajo.2
1. Martin (1993, pág. 13) advierte de que “los países industriales están
experimentando niveles sin precedentes de inmigración indeseada, y no se ve
el final de esta tendencia”. En cuanto a la “segurización” de la inmigración,
véase Heisler y Layton-Henry (1993). Una reacción desde la perspectiva de los
países en desarrollo se encuentra en Matheson (1991).
2. Los solicitantes de asilo o los desplazamientos de personas en el contexto del
comercio de servicios no pertenecen al tema del presente trabajo. Ello es debido
a que estos movimientos están sujetos a normas y reglamentos ya existentes,
que se encarnan en la labor del ACNUR y en la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados, de 1951, así como en el Acuerdo
General sobre el Comercio de Servicios (AGCS).
98 Migración sin fronteras
La ética restrictiva
La perspectiva libertaria
La ética libertaria se basa en la soberanía del individuo, cuya mani-
festación más explícita es la capacidad del individuo de disfrutar de
la propiedad privada, y las asociaciones formadas con individuos que
piensan de una misma manera. Esta premisa tiene dos consecuencias
conflictivas para la libre circulación de las personas. Por una parte, ello
implica que los individuos soberanos tienen derecho a la libre circula-
ción, con sujeción a las limitaciones que pueden justificarse por razones
de seguridad y orden público. Pero por otra parte, ello implica también
que los individuos soberanos tienen derecho a oponerse a la libre circu-
lación si consideran que amenaza sus derechos de propiedad y/o los
beneficios que obtienen de asociaciones establecidas voluntariamente
con individuos que piensan igual que ellos. En la práctica, el enfoque
libertario es favorable a la inmigración si ésta es resultado de una invi-
tación de individuos soberanos, o de un contrato entre dos partes. De
no ser así, la inmigración equivale a una entrada ilegal.5
Sin embargo, los derechos de propiedad son una base muy insu-
ficiente para restringir la circulación de las personas, por tres motivos.
En primer lugar, como indicó O’Neill (1992), el derecho a poseer y
disfrutar de la propiedad privada no puede separarse del modo en que
se haya obtenido esta propiedad. Si la apropiación original se basó en la
clausura o la expropiación, las personas cuya circulación se ve limitada
podrían muy bien aducir que las desigualdades actuales de los ingresos
son resultado de esta clausura o expropiación. Este es el argumento que
probablemente alegarán los gobiernos de los países en desarrollo, que
sostendrán que la colonización practicada por los países desarrollados
entre los siglos XVII y XX fue un ejercicio de expropiación. En tal caso,
las restricciones a la inmigración basadas en los derechos de propiedad
sólo podrían justificarse si los países desarrollados compensasen a los
países en desarrollo mediante la ayuda al desarrollo.
En segundo lugar, y desde la perspectiva del derecho natural,
puede afirmarse que la propiedad privada es una concepción histórica
que no era un derecho universal hasta que apareció el capitalismo.
Por consiguiente, el argumento basado en los derechos de propiedad
puede verse negativamente como un intento de restringir un derecho
históricamente anterior (el derecho a la libre circulación), sustentando
un derecho históricamente posterior (el derecho a la propiedad). En
tercer lugar, el enfoque libertario no tiene en cuenta la posibilidad de
que surjan problemas en relación con las externalidades y la acción
colectiva, como se ha indicado anteriormente. En otras palabras, no deja
margen para los posibles conflictos entre la maximización del bienestar
individual y la del bienestar social.
Por último, la ética libertaria no tiene suficientemente en cuenta
las cuestiones inherentes a la existencia de un “espacio público” fuera
del ámbito de la propiedad privada. Por ejemplo, la prestación de servi-
cios públicos esenciales, como son los de salud, educación o atención
social, puede requerir el empleo de mano de obra extranjera aunque se
considere un peligro para los beneficios derivados de la participación en
la comunidad receptora. La ética libertaria sugiere que puede aplicarse
un “criterio de congestión” para determinar si está o no justificada la
entrada de mano de obra extranjera. No obstante, la congestión no es
un criterio sólido porque su definición varía: a veces por congestión se
entiende el nivel de desempleo en la fuerza de trabajo presente en el
país; otras veces es la presión que ejercen los extranjeros en los servi-
cios locales, y en ocasiones es la superación de un umbral arbitrario
Ética, economía y gobernanza de la libre circulación 103
La perspectiva realista
Los argumentos realistas contra la libre circulación adoptan dos formas,
que ignoran en ambos casos la interacción entre los actores a diferentes
niveles. Una variante, denominada comunitarismo, se basa en la premisa
104 Migración sin fronteras
La migración y el PIB
Brücker (2002, pág. 7) presenta resultados de simulación para la Unión
Europea utilizando un modelo de economía cerrada junto con dife-
rentes hipótesis respecto de las características del mercado del trabajo
y la composición de los migrantes. Una de sus conclusiones se basa en
las hipótesis de que el mercado del trabajo permanece en equilibrio,
los trabajadores manuales representan el 70% de los inmigrantes, y
la parte correspondiente a la mano de obra inmigrante en la fuerza
laboral total aumenta en un 1%. Con esta hipótesis, el PIB total en el
país receptor aumenta en un 0,7%. De este porcentaje, sólo el 0,006%
corresponde a los trabajadores nativos: el porcentaje restante de aumento
del PIB beneficia al capital. Borjas señala un efecto similar de distri-
bución (1987a).
Brücker (2002) considera también la hipótesis de un mercado
del trabajo que no está compensado. Con esta hipótesis, y suponiendo
que la sensibilidad de la demanda de mano de obra a los salarios sea
de –0,4 para los trabajadores manuales y de –1,0 para los trabajadores
Ética, economía y gobernanza de la libre circulación 117
7. Ejemplos de grupos con poder de veto sobre las políticas migratorias son los
siguientes: los sindicatos en los sectores del mercado del trabajo de alta densidad
de migrantes, las autoridades regionales en las regiones de alta densidad de
migrantes, los grupos que llevan a cabo campañas xenófobas en las vecindades
donde viven muchos migrantes o en las escuelas, etc. Aunque pueden aparecer
grupos opositores o individuos que denuncien a estos grupos con poder de veto,
es probable que su influencia sea menor que la de los propios grupos cuando
se espera que el Estado (que es el que decide las políticas oficiales) actúe como
un guardián que cierra el paso a los “intrusos”.
124 Migración sin fronteras
Multilateralismo
El segundo principio debería ser la aceptación del multilateralismo
como se acepta la circulación de bienes y capitales, porque no es
probable que las políticas unilaterales sean eficaces o eficientes en su
manejo de la migración. La ineficacia del unilateralismo la demuestra
el hecho de que las políticas restrictivas no han conseguido impedir la
inmigración. Por ejemplo, a finales de los años 90 se calculó que cada
año unas 400.000 personas entraban en la UE de resultas solamente
de la trata de seres humanos y el contrabando (Comisión de la UE,
2000, pág. 13). Esta cifra representa un aumento de 4 a 8 veces de las
estimaciones de comienzos de los años 90, y no incluye a las personas
que permanecen en el país cuando su visado ha caducado u otros tipos
de migrantes irregulares. Sorprendentemente, es una cifra muy superior
a la del número máximo de migrantes que, según las estimaciones, se
trasladarán de los países de Europa Central y Oriental a la UE actual
de 15 miembros de resultas de la libre circulación.
El unilateralismo tampoco es eficiente porque en un mundo
interdependiente da resultados subóptimos, como la desviación de
la migración y la multiplicación de medidas restrictivas. Además, el
unilateralismo implica un alto grado discrecional, y por consiguiente
Ética, economía y gobernanza de la libre circulación 125
8. Ugur (2000) examina las razones de que esto ocurra en el sector de la política
comercial. Su principal constatación es que el regionalismo puede socavar la
gobernanza global de los f lujos comerciales, salvo que haya una autoridad
superior que imponga sanciones a los bloques regionales.
9. Debe observarse, no obstante, que las restricciones comerciales causan una
disminución del bienestar global. Esto se debe a que las ganancias de los países
126 Migración sin fronteras
que limitan las importaciones siempre son menores que las pérdidas que sufren
los países exportadores.
10. La dinámica en este caso es la misma que la de los grupos con poder de veto
dentro del contexto nacional de la formulación de políticas oficiales. Un solo
miembro del bloque (o sea, una minoría definida) puede detener la relajación
de la política migratoria del bloque.
Ética, economía y gobernanza de la libre circulación 127
No discriminación
El tercer principio de la gobernanza de la libertad de circulación es el
de la no discriminación. Este principio es similar al principio de no
discriminación de la Organización Mundial del Comercio, que se basa
en dos disposiciones: el trato de nación más favorecida (NMF) y el trato
nacional. El régimen de NMF asegura que no se produzcan discri-
minaciones entre los interlocutores comerciales, o sea, que los países
o los bloques regionales se ven obligados a liberalizar su comercio con
todos los interlocutores comerciales. No obstante, el régimen de NMF,
que es más significativo, reduce la probabilidad de recurrir a medidas
restrictivas si estas medidas afectasen no sólo a algunos países, sino a
otros interlocutores respecto de los cuales parece apropiado aplicar una
política más liberal.
El régimen del trato nacional impide otro tipo de discriminación,
que se practica entre los nacionales y los inmigrantes. Este régimen
garantiza la igualdad de las prestaciones relacionadas con el empleo,
como los sueldos, las condiciones de trabajo, los seguros sociales, los
seguros de enfermedad y las condiciones de contratación y de despido.
El trato nacional hará que los empleadores prefieran menos la mano de
obra inmigrante y, en consecuencia, moderará el efecto de atenuación
de los salarios de la inmigración. En otras palabras, el trato nacional es
necesario no sólo para impedir la discriminación y el posible “dumping
social”, sino también para limitar los efectos de la inmigración en la
distribución.
Por último, el trato nacional contribuirá a eliminar la preferencia
de los empleadores por los trabajadores migrantes que perciben sueldos
más bajos y menores prestaciones. De resultas de ello, aumentará la
probabilidad de que la inmigración venga determinada por las vacantes
efectivas en el país receptor, y no por la expectativa de que los trabaja-
dores migrantes trabajen cobrando menos, mediante sistemas de empleo
no declarado.
Acuerdos de retorno
El quinto principio de la gobernanza de la libre circulación es que la
OMM propuesta debería elaborar un modelo de acuerdo de retorno
que todos los miembros deberían aceptar al ingresar en la Organi-
zación. Esto es necesario para garantizar que la libre circulación no
vaya en un solo sentido, y que los migrantes sean conscientes de los
riesgos inherentes al proceso. Un régimen de libre circulación sin
acuerdos de retorno se vería comprometido por la asimetría que refleja
Ética, economía y gobernanza de la libre circulación 129
Conclusiones
El análisis precedente nos conduce a una serie de conclusiones rela-
tivas a la ética, la economía y la gobernanza de la libre circulación de
personas. La primera conclusión general es que el argumento ético
contra la libre circulación de las personas no puede alegarse por dos
razones. La primera es que los argumentos éticos existentes contra la
libre circulación se basan en criterios no objetivos ni cuantificables.
La segunda es que los análisis en que se basa un argumento cual-
quiera contra la libre circulación tienden a ser de alcance limitado, y
no tienen en cuenta las interacciones entre actores a diferentes niveles
y con distintos intereses, y las consecuencias de esas interacciones para
el bienestar social. Si definimos como “éticas” todas las acciones que
dan lugar a un aumento del bienestar social (es decir, si minimizamos
la vinculación entre la ética por una parte y los intereses sectoriales
130 Migración sin fronteras
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Ética, economía y gobernanza de la libre circulación 133
El desfase de la migración y
la necesidad de cambio
Paralelamente a esta situación paradójica se está produciendo un
creciente desfase en el sistema mundial de la migración. Por una parte,
en los países de emigración van en aumento las presiones migratorias,
acentuadas por la atracción de los países de destino, incluida la poderosa
fuerza de la demanda. Las oportunidades de entrada legal, en cambio,
se reducen. Aunque se advierten algunos débiles signos de cambio,
138 Migración sin fronteras
Gestión de la migración y
regulación de la apertura
Antes de exponer nuestros argumentos en favor de una migración
gestionada, tenemos que saber mejor lo que significa realmente este
término. El elemento central de la gestión de la migración es el estable-
cimiento de un régimen capaz de garantizar que el desplazamiento de
personas sea más ordenado, predecible y productivo, y por consiguiente
se preste mejor a ser gestionado. Sobre la base del principio de una
apertura regulada y sostenida mediante una estrecha cooperación entre
las naciones, el nuevo mecanismo evitaría reacciones de temor ante la
creciente presión de la emigración, y trataría en cambio de armonizar
de un modo sostenible la presión de la emigración y las oportunidades
de entrar de modo legal y ordenado en el país. Con esta finalidad,
se equilibrarían y armonizarían las necesidades y los intereses de los
países de emigración, los países receptores y los países de tránsito, y
de los propios migrantes. Todo el sistema depende de tres condiciones
principales:
1. De conformidad con su compromiso común de alcanzar los
objetivos indicados, los países de emigración que cuentan con
una abundante mano de obra deberían tomar todas las medidas
necesarias para reducir la presión que da lugar a una migración
desordenada e indeseable. Por su parte, los ricos países receptores
de migrantes deberían tomar medidas para ayudar a los países
receptores a reducir las presiones que favorecen una migración
desordenada. Además, los primeros países deberían crear nuevas
oportunidades de entrar legalmente para satisfacer sus necesi-
152 Migración sin fronteras
Lo que no es ni ha de HACer
Para evitar toda posible confusión acerca de la naturaleza del régimen
propuesto, convendrá que expliquemos con más detalle lo que ha de
ser y lo que no ha de hacer.
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164 Migración sin fronteras
Formas de solidaridad
En los anteriores párrafos hemos formulado la hipótesis de que existe
una tensión entre la apertura propia de una sociedad de inmigrantes y
la naturaleza cerrada del Estado de bienestar. Consideremos con más
detenimiento la naturaleza de esta tensión: ¿cómo se manifiesta, cuál
es su alcance y cómo pueden controlarse sus efectos? En primer lugar,
examinaremos más a fondo el concepto de solidaridad y lo que significa
para el funcionamiento del Estado de bienestar. A continuación anali-
zaremos la medida en que la inmigración surte un impacto efectivo en
el Estado de bienestar. Veremos que, en algunas situaciones, los inmi-
grantes constituyen un factor negativo para su funcionamiento, mien-
tras que en otros pueden ser incluso un factor positivo. Trataremos de
encontrar una explicación a estas diferencias y examinaremos algunas
vías opcionales hacia la solución.
La solidaridad es un concepto esencial para entender el funcio-
namiento del Estado de bienestar. Emile Durkheim fue el primer
sociólogo moderno, hace más de un siglo, que estudió sistemáticamente
este concepto. A su juicio, la solidaridad es una importante caracte-
rística de una comunidad, que se compone de individuos que tienen
frecuentes contactos entre sí y comparten ciertos intereses (Durkheim,
1967 [primera edición, 1897]). La solidaridad es la esencia misma de
las comunidades integradas, que se caracterizan por sentimientos de
pertenencia. Sobre la base de estos sentimientos, cada miembro, a título
170 Migración sin fronteras
que muestra solidaridad hacia otra persona no espera que esta última
responda. Este es el caso, por ejemplo, de la beneficencia, pero también
de los planes de asistencia pública. Los que participan en este sistema
como contribuyentes no suelen beneficiarse de él. La solidaridad mutua
es otra cosa: si usted le hace la compra a un vecino que está enfermo,
esperará que el vecino haga lo mismo por usted en algún momento. A
nivel macroeconómico, así es como funcionan las compañías de seguros.
Las primas que usted paga a la compañía para que le proteja en caso de
necesidad guardan una relación directa con la probabilidad de que esta
necesidad se plantee. Esto permite a las personas correr riesgos que no
podrían permitirse individualmente. Por consiguiente, un sistema de
solidaridad mutua es beneficioso en principio para todos aquellos que
participan en él.
2. Algunos Estados Miembros de la UE, especialmente los del Sur, excluyen a una
gran proporción de sus poblaciones inmigrantes de los derechos de la seguridad
social por estar indocumentados. Esto afecta en particular a los trabajadores
migrantes de bajo nivel de calificaciones. Como los riesgos de desempleo son
mayores para estos trabajadores, no es probable que, como consecuencia de sus
políticas de inmigración, un número menor de inmigrantes se beneficien de la
seguridad social en los países del Sur de Europa, en comparación con los del
Norte.
178 Migración sin fronteras
regla general podríamos decir que cuanto más elevados sean sus niveles
de calificación, más probable es que los migrantes se conviertan en
contribuyentes netos al sistema, y no en beneficiarios netos. Además,
debe tenerse presente que dejar entrar a migrantes de altas calificaciones
puede ahorrar a los Estados de bienestar sumas considerables que de lo
contrario se dedicarían a la enseñanza y formación de los migrantes.
Por otra parte, muchas de estas personas podrían regresar a sus hogares
cuando se haya acabado la obra para la que fueron contratados, o cuando
se jubilen. Esto supone también un considerable ahorro de gastos de
atención sanitaria y otras formas de apoyo a la tercera edad. Cuanto
más altos son los niveles de calificación de los migrantes, más poten-
cial tienen y menos probable es que se vean obligados a depender toda
su vida de las prestaciones de la seguridad social en el país receptor,
que no consideran su hogar. Este fenómeno puede explicar también la
creciente renuencia de los países europeos a conceder la residencia legal
a los migrantes de bajo nivel de calificación. No obstante, si la demanda
de estos migrantes en algunos sectores del mercado del trabajo persiste,
seguirán viniendo. Las tensiones sociales derivadas de la denegación
de los derechos de la seguridad social a esas personas podrían trans-
formarse en tensiones sociales resultantes de una residencia irregular
en gran escala.
Aunque la situación de los inmigrantes, tal como se presenta
hoy en algunas partes de Europa, pone bajo presión la solidaridad,
podemos llegar a la conclusión de que esto no es inevitable: es más bien
el resultado de una conjunción específica de acontecimientos.3 ¿Podrían
evitarse estos acontecimientos en el futuro haciendo que los sistemas de
seguridad social fueran más resistentes a la inmigración? Veo dos tipos
de soluciones posibles, una en la esfera de la política de inmigración,
3. Paso por alto un grave problema metodológico, que es el de saber en qué medida
los efectos secundarios de la inmigración deben incluirse en un análisis del
impacto de la inmigración en las economías en general, y en el Estado de
bienestar en particular. Este es un problema que varios economistas que han
tratado de calcular los costos y los beneficios de la inmigración tampoco han
tenido muy en cuenta. Por ejemplo, ¿debemos considerar a todos los migrantes,
o sólo a ciertas categorías, de ordinario las más problemáticas? ¿Debemos incluir
los costos de educar a una segunda generación que, después de todo, son una
inversión en el futuro de la economía local? ¿Debemos incluir también los costos
y beneficios de la emigración de los ciudadanos del país? Un estudio de esta
cuestión figura, por ejemplo, en Von Loeffelholz y Thränhardt (1996).
180 Migración sin fronteras
Política de inmigración
Cambiar la política de inmigración para proteger el sistema de bienestar
social implica casi automáticamente limitar la inmigración a las personas
que poseen calificaciones necesitadas en el mercado del trabajo, ahora y
en el futuro previsible. En la situación presente en Europa, esto significa
dar prioridad a los migrantes de alto nivel de calificaciones en ciertos
sectores de la economía. Como es natural, esto plantea un problema de
tiempo. No sería prudente dejar de movilizar el potencial del mercado
local de mano de obra, aunque esto requiera habitualmente más tiempo
y esfuerzo que contratar a personal en el extranjero. En el contexto
actual, no será fácil limitar la inmigración a las personas de alto nivel de
calificaciones. La necesidad de cumplir los tratados internacionales rela-
tivos a los refugiados, el derecho a la vida familiar, etc., son otros tantos
factores que limitan claramente la libertad del Estado de seleccionar a
los inmigrantes. Además, en el mundo el número de personas con altas
calificaciones es limitado, y muchos de ellos pueden ir a América del
Norte y no a Europa, donde parece que hay menos oportunidades para
los inmigrantes capacitados. Por último, pero no en orden de impor-
tancia, está el hecho bien conocido de que Europa no puede aislarse del
resto del mundo. Independientemente de la política de inmigración que
se aplique, un alto número de migrantes conseguirán entrar en Europa
sin autorización. Dada la constante demanda de mano de obra barata,
es muy probable que la inmigración irregular aumente a medida que
las políticas relativas a la inmigración formal se vuelvan más estrictas.
Esto no hará más que intensificar la tendencia a la dicotomía de las
sociedades europeas, que es exactamente lo contrario de lo que pretende
alcanzar el Estado de bienestar.
Por otra parte, algunos afirman que Europa tiene un grave
problema: el envejecimiento de su población. Algunos propugnan
incluso una política de admisión menos restrictiva para preservar el
sistema de bienestar. Como es natural, esto sólo será posible si los
migrantes admitidos son económicamente activos y se hacen contri-
buyentes netos. No obstante, el número de migrantes necesario para
mantener la proporción entre migrantes activos y no activos más o menos
a su nivel actual es una cifra inconcebiblemente alta: la inmigración neta
debería multiplicar por ocho las cifras de los años 90 (Naciones Unidas,
Las fronteras abiertas y el Estado de bienestar 181
Conclusión
El Estado de bienestar y las fronteras abiertas no son incompatibles per
se. No obstante, en la situación actual es más probable que un Estado
de bienestar haga frente con éxito a los problemas de la inmigración
si los migrantes están en situación económicamente ventajosa y si la
población establecida muestra un grado suficiente de solidaridad hacia
los recién llegados. En gran parte de Europa no parece que estas dos
condiciones se cumplan en la actualidad. Como consecuencia de ello, la
inmigración pone bajo presión al Estado de bienestar. En este capítulo
he intentado analizar la naturaleza del proceso y he expuesto cuatro
vías posibles para responder a los desafíos que nos esperan. Dos de estas
vías nos permitirían mantener los importantes principios de la igualdad
y la solidaridad que han caracterizado el Estado de bienestar durante
todo el siglo XX. Las otras dos nos harían entrar en nuevos territorios,
de los que ahora apenas vemos los contornos. Ambos sistemas tienen
Las fronteras abiertas y el Estado de bienestar 185
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186 Migración sin fronteras
Introducción
La migración es objeto de un vivo debate en Europa.1 Por una parte, la
población de la Unión Europea (UE) está envejeciendo rápidamente,
hay un alto nivel de desempleo en muchos Estados Miembros, y faltan
profesionales expertos y personas que estén dispuestas a aceptar empleos
poco prestigiosos y mal pagados. Se dice que la migración es un instru-
mento que permitiría paliar, por lo menos a corto plazo, algunos de
estos problemas. Por otra parte, hay un temor difuso ante la posibilidad
de que las fronteras abiertas conduzcan a distorsiones del mercado del
trabajo, al colapso de los sistemas de seguridad social, a riesgos incon-
trolables de la seguridad y a la pérdida de las identidades nacionales. De
ahí que la formulación de políticas en esta esfera sea un proceso lento
y trabajoso, como se deduce de los debates sobre una política europea
común en materia de migración y asilo. Las metáforas del discurso
político que más se repiten en este contexto son “Europa sin fronteras”
y “la Fortaleza Europa”; estas metáforas no son contradictorias, aunque
lo parezcan a primera vista, sino que se refieren más bien a dos dimen-
siones distintas, la interna y la externa.
En lo relativo a la primera, “Europa sin fronteras”, la UE ha
creado oportunidades para que sus ciudadanos puedan desplazarse
sin restricciones entre sus Estados Miembros y gocen de la comple-
1. Salvo que se indique otra cosa, el término “Europa” se refiere a la Unión Europea
y sus Estados Miembros.
190 Migración sin fronteras
La migración en Europa
Solicitantes de asilo: en lo que se refiere a los solicitantes de asilo la imagen no está muy clara, porque
las tendencias dependen de los acontecimientos geopolíticos globales y las reglamentaciones.
El número de solicitudes de asilo aumentó de 397.000 en 1990 a 672.000 en 1992, disminuyendo
de nuevo en 1997 a 242.000. Cinco años después la cifra es de 352.000 (Comisión Europea, 2006c;
Eurostat, 2003, págs. 120, 179).
Lugar de residencia: en 2003 alrededor del 29% de los 23 millones de extranjeros que se encontraban
en la Unión Europea de 25 países vivían en Alemania, el 14% en Francia y el 12% en el Reino Unido.
La migración en su contexto
La decisión de una persona de irse a vivir a un país extranjero está
influida por diferentes factores, como los económicos (salarios más
altos), los sociales y culturales (amigos o familiares que viven en el país
de destino, una cultura existente de la migración), razones de trabajo
(posibilidades de carrera), razones políticas (represión en el país de
origen) o razones humanitarias (discriminación étnica o peligro de
muerte debido a conflictos en el país de origen). Desde un punto de
vista individual, la decisión de emigrar depende de la apreciación de
los costos de transacción, que van desde la probabilidad de encontrar
empleo hasta los costos de la mudanza y la vivienda, y los impuestos y
las contribuciones o el acceso a la información. Los trabajadores sola-
mente emigran si consideran que las ganancias personales del cambio
de residencia son mayores, a largo plazo, que los costos de transacción
(Tassinopoulos y Werner, 1998). Factores individuales como la edad,
la condición familiar, la educación y el conocimiento de idiomas, así
como la situación económica, desempeñan un papel importante en
este contexto (véase Kunz, 2002; Comisión Europea, 2001b). Según
la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de
Trabajo (2004), la migración en Europa está dominada por considera-
ciones financieras y de empleo, así como por la perspectiva de mejorar
las condiciones de vida.
Hay varios obstáculos que impiden la migración (véase MKW
GmbH, 2001), ante todo el hecho de que la UE no es una zona cultural
homogénea. Además de las diferentes tradiciones y religiones, una de
las barreras culturales más importantes es la gran variedad de idiomas
hablados en los 27 Estados Miembros de la UE. En segundo lugar,
existe un considerable déficit de información que puede atribuirse a
la distancia geográfica, las redes de comunicación escasean, faltan
contactos personales y los conocimientos culturales, políticos y econó-
micos son limitados. En tercer lugar, los migrantes pueden tropezar
con problemas cuando quieren que se les reconozcan sus calificaciones.
Esto coincide con las diferencias en los sistemas escolares y educativos
Europa sin fronteras: ¿retórica, realidad o utopía? 199
La migración y la ampliación de la UE
Cuando un país ingresa en la Unión Europea, sus ciudadanos gozan de
los mismos derechos que los ciudadanos de los otros Estados Miembros,
entre ellos la libre circulación de la mano de obra. Este principio, de
por sí, nunca ha planteado un problema, pero las crisis económicas y el
creciente desempleo masivo han hecho que se viese en la movilidad de la
mano de obra una amenaza para la estabilidad del mercado del trabajo.
De resultas de ello, cuando Grecia (1981), Portugal (1986) y España
(1986) ingresaron en la UE, se adoptaron acuerdos de transición, como
se ha indicado anteriormente. A título de medida precautoria, estos
acuerdos limitaron la movilidad de los trabajadores griegos, portugueses
y españoles durante un cierto tiempo.
Veinte años después, el tema de la movilidad de la mano de
obra ocupaba de nuevo un lugar destacado en el programa político,
cuando la UE debatía su ampliación a los países del Este. A diferencia
de las anteriores adhesiones, Estados de bienestar muy desarrollados
de la UE iban a compartir por primera vez sus fronteras internas con
países mucho menos desarrollados (Finlandia/Estonia, Alemania/
Polonia o Austria/Eslovaquia). Así pues, la afluencia de migrantes
parecía más probable que en el pasado (véase Kunz, 2002). Los medios
de comunicación y los gobernantes azuzaron por igual los temores
del público. La reacción política de la UE a estos temores consistió
en concertar acuerdos de transición para la mayoría de los nuevos
Estados M iembros (la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia,
Estonia, Hungría, Letonia, Lituania y Polonia), con la excepción de
Malta y Chipre, que no se tuvieron en cuenta por su reducido tamaño.
Sobre la base de la llamada “fórmula 2+3+2”, los acuerdos permitían
restringir el acceso al mercado del trabajo durante un periodo limi-
tado, en caso de que se produjeran, o se previeran, distorsiones del
mercado del trabajo.
Europa sin fronteras: ¿retórica, realidad o utopía? 203
Cuadro 7.2 Tres hipótesis futuras para las fronteras y la migración en Europa
Relación con Los migrantes son Transición al modelo Fin de los Estados
el Estado de vistos como una carga europeo del Estado de de bienestar
bienestar para el Estado de bienestar; seguridad tradicionales; todo el
bienestar; temores de social mínima para los mundo es responsable
“turismo social”; papel ciudadanos de la UE; de sí mismo (seguridad
pasivo asignado a los los migrantes de países social individual).
migrantes. no pertenecientes a
la UE son vistos como
una carga.
Conclusión
En el presente capítulo hemos tratado de determinar si la metáfora
“Europa sin fronteras” es simple retórica, una realidad, o una idea
utópica. El examen de las pautas de movilidad dentro de la Unión
212 Migración sin fronteras
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214 Migración sin fronteras
que iba del norte a las zonas costeras y las regiones agrícolas prósperas
(Zachariah y Conde, 1981).
Pero los colonialistas no tuvieron muy en cuenta las realidades
socioculturales de esos países, y en consecuencia muchos grupos étnicos
quedaron divididos entre países adyacentes (como los yoruba en Nigeria
y Benin; los ewes en Togo y Ghana; los vais y los kroos en Liberia y
Sierra Leona; los hausa-fulani en Níger y Nigeria, etc.); estos grupos
étnicos consideraban que los desplazamientos a través de las fronteras
artificiales no eran más que una extensión de la migración interna,
basada en la antigua solidaridad étnica. La libre circulación a través
de las fronteras fue facilitada por la afinidad cultural, especialmente
cuando los inmigrantes hablaban el mismo idioma y compartían
las mismas costumbres que la población indígena del país receptor
(Adepoju, 1998a). Gran parte de los migrantes eran indocumentados,
y el movimiento se vio facilitado por las extensas fronteras no vigiladas
y sin puntos físicos de referencia. En las fronteras entre Ghana y Togo,
o entre Nigeria y Benin, por ejemplo, los trabajadores fronterizos iban
todos los días de sus hogares al lugar de trabajo (Adepoju, 1998a). Los
pastores nómadas se desplazaban también clandestinamente en busca
de tierras de pastoreo para sus rebaños, cruzando las fronteras inter-
nacionales en el Sahel.
Al comienzo de la independencia, la consolidación de las fron-
teras redujo muy poco las migraciones transfronterizas. Las reglamen-
taciones aduaneras podían eludirse y la longitud de las fronteras hacía
sumamente difícil el control de la migración clandestina, aunque los
gobiernos nacionales promulgaron reglamentos y normas para controlar
la inmigración en sus países de reciente independencia, principalmente
con la intención de proteger los escasos empleos disponibles para sus
propios ciudadanos, cumpliendo sus promesas electorales. Las princi-
pales reglamentaciones de este tipo son la Ley de Inmigración (1963),
la Ley de Inmigración (enmienda) (1973) y los Manuales y Regla-
mentos de la Inmigración (1972) en Nigeria, y el sistema de cupos de
inmigración y concesión de permisos de trabajo en Sierra Leona. Estos
últimos tenían por objeto desalentar la entrada en el país de personas
no calificadas en busca de trabajo. Esta circunstancia introdujo una
distinción entre la migración interna e internacional, que en ambos
casos había implicado la libre circulación en un vasto espacio de la
subregión, y entre la inmigración regular y la inmigración irregular,
basada en el requisito de que los inmigrantes debían estar en posesión
222 Migración sin fronteras
El futuro inmediato
La migración es un instrumento esencial de integración que debe utili-
zarse de un modo efectivo para hacer desaparecer las barreras colo-
niales e idiomáticas y rectificar los errores históricos cometidos en la
subregión, que sirvieron para que su población quedase dividida en
francófonos, anglófonos y lusófonos. A este herencia colonial se debe
que los sentimientos nacionales de los ciudadanos del África Occi-
dental reflejen estas divisiones por encima de la Comunidad (Adepoju,
2005a). Deberían fomentarse estudios y programas de intercambio en
los países del África Occidental para rectificar esta herencia colonial.
Un punto de partida viable para la promoción de actitudes favorables a
la migración es el sistema formal de educación, que utiliza la estrategia
de “atrapar a los jóvenes” para poner en conocimiento de los escolares
los beneficios que reporta la migración y los deberes y obligaciones de
los migrantes. Los jóvenes deben participar en las actividades multi-
culturales, tanto más cuanto que son nuestros futuros dirigentes y los
que van a tomar el mando de la Comunidad en el futuro. De ahí que
los Estados Miembros deban abolir los derechos discriminatorios que
abonan los no nacionales en las instituciones de enseñanza superior.
Crear un África occidental sin fronteras 231
Conclusión
La especificidad de la hipótesis de MSF en el África Occidental es que
la libre circulación ya existió con anterioridad y, hasta cierto punto,
todavía existe de un modo informal. A este respecto, las iniciativas de
la CEDEAO para promover una región sin fronteras son muy sensatas y
deben verse como una reconstitución de la libre circulación, y no como
la preparación de una nueva organización regional. Estos esfuerzos
se han visto en parte coronados por el éxito, porque han facilitado
considerablemente la circulación de las personas. Sin embargo, a pesar
de estas iniciativas y de las promesas repetidas de los Estados de la
CEDEAO de promover la libre circulación, subsisten aún obstáculos
importantes. Esto hace que nos preguntemos: ¿es posible un África
Occidental desprovista completamente de fronteras? ¿Sería sostenible?
Es fundamental dar respuesta a estos interrogantes.
Se ha completado la primera fase de la libre circulación. Las fases
segunda y tercera, consistentes en el establecimiento y la residencia,
respectivamente, todavía no se han puesto en práctica. La aplicación
fragmentaria de los protocolos pone de manifiesto la necesidad de que
los gobiernos de los Estados Miembros armonicen las leyes nacionales
que contradicen los tratados regionales y subregionales y aborden la
cuestión del derecho de residencia y de establecimiento de los migrantes
y las obligaciones de los países receptores, modificando las leyes nacio-
nales y los códigos de inversión que impiden a los “extranjeros”, incluidos
los nacionales de los Estados de la Comunidad, participar en algunas
234 Migración sin fronteras
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236 Migración sin fronteras
Visitantes y turistas
El número de personas que cruzan legalmente las fronteras en la región
del África Meridional ha crecido vertiginosamente en la última década.
En Sudáfrica, por ejemplo, el número de visitantes que cruzan las fron-
teras al año pasó de un millón aproximadamente en 1990 a más de 6,5
millones en 2002.1 La abrumadora mayoría de estos visitantes eran
africanos; el número de visitantes africanos que cruzaron las fronteras
1. Obsérvese que estas cifras se refieren al número de veces que se cruza la frontera,
no al número de personas que la cruzan.
Historia, realidad y negociación de la libertad de circulación en el África meridional 241
Migrantes irregulares
El flujo de migrantes que atrae más la atención oficial y del público es la
migración “indocumentada”, “ilegal” o “no autorizada” (Waller, 2006).
Lo primero que hay que tener en cuenta es que los cruces clandestinos
de la frontera en África Meridional no son nada nuevo (Peberdy, 1998).
Y aunque el volumen ha aumentado sin duda en los dos últimos dece-
nios, no puede decirse que justifique el lenguaje a menudo inflamado
con que se describen estas corrientes. En tercer lugar, la migración
indocumentada suele obedecer a circunstancias económicas y a los regí-
menes migratorios que no aceptan los trabajadores semicalificados o no
calificados. Sectores importantes como empleadores de migrantes indo-
cumentados son la agricultura comercial, la construcción y la industria
secundaria (Rogerson, 1999; Crush et al., 2000).
Por último, en todos los países la acción de la policía tiende a
centrarse en la identificación y la deportación de los infractores, con un
mínimo de garantías procesales. En términos de volumen, Sudáfrica
es sin duda el primer país de la región en este sentido, por cuanto ha
deportado a más de un millón de personas desde 1990 (muchas de ellas
varias veces). Las deportaciones y el trato de los trabajadores indocu-
mentados han causado tensiones subterráneas entre los países de la
región (por ejemplo, entre Botswana y Zimbabwe, o entre Sudáfrica,
Zimbabwe y Mozambique). Las comisiones bilaterales han hecho poco
para detener el flujo de migrantes, o para cambiar la mentalidad de
exclusión y control.
4. Los países de la SADC son los siguientes: Angola, Botswana, Lesotho, Malawi,
Maurcio, Mozambique, Namibia, República Democrática del Congo, República
Unida de Tanzania, Sudáfrica, Swazilandia, Zambia y Zimbabwe. Seychelles
está tramitando su retirada de la SADC.
252 Migración sin fronteras
Conclusión
La UA, como su predecesora la UAO, se ha comprometido a preservar
las fronteras territoriales heredadas del reparto colonial de África a
finales del siglo XIX. Cualquier otra cosa conduciría inevitablemente
a un rápido aumento de las disputas territoriales y los conflictos entre
Estados. En el África poscolonial, las disputas territoriales casi nunca
han pasado de ser pequeñas escaramuzas, y la mayoría de las naciones-
Estado han aceptado estas fronteras y han tratado de llevar adelante los
proyectos de construcción nacional dentro de ellas, aunque con resul-
tados dispares según los países o las regiones. Las guerras civiles han
sido mucho más frecuentes en el África poscolonial que los conflictos
entre Estados. Dejando aparte los casos de Mozambique, Angola y la
RDC, los estudios sobre la identidad nacional en el África meridional
muestran que la gran mayoría de sus ciudadanos se identifican en alto
grado con sus naciones-Estado y están muy orgullosos de llamarse
ciudadanos de esos Estados.
El éxito mismo de los proyectos de construcción nacional después
de la independencia representa un importante obstáculo a la creación
de una fuerte conciencia regional. A pesar de las más de dos décadas de
cooperación e integración formal, los ciudadanos de los países del África
Meridional no se ven como miembros de una entidad regional más
amplia en ningún sentido del término. Esto quizá no sería problemá-
tico si todos los habitantes del África meridional permaneciesen en
sus países. Pero no lo hacen: son extremadamente móviles y cruzan
las fronteras por una serie de objetivos complejos, legales o no, prácti-
camente cuando lo desean. Pero, en vez de ser acogidos como miem-
bros de la SADC, se les condena al ostracismo, se les margina y son
objeto de toda clase de insultos. Se les llama “extranjeros”, “extraños”,
“makwerekwere”, ladrones de empleos, consumidores de recursos, porta-
dores de enfermedades y delincuentes. Muchos migrantes en Sudáfrica
dicen que la situación ahora es mucho peor que la de antes de 1994,
260 Migración sin fronteras
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262 Migración sin fronteras
los expertos técnicos hacia el Oriente Medio, que hasta entonces había
obtenido sus trabajadores migrantes de los países árabes vecinos. Asia
apareció como una fuente de mano de obra, primero en India y Pakistán
y después más hacia el Oriente, en la República de Corea, Tailandia
y Filipinas.
Esta primera fase, caracterizada por la migración de unos pocos
países del Asia Meridional y del Sureste Asiático en una misma direc-
ción, llegó a su culminación a comienzos de los años 80, creándose
un sistema que después se ha difundido a otras regiones. El sistema
presentaba tres características principales: la participación del sector
privado en la gestión de la contratación y la colocación de los migrantes;
la captación de migrantes con contratos breves (en su mayor parte de dos
años), y las medidas encaminadas a evitar la migración a largo plazo,
que exigían a los trabajadores migrantes que regresaran a su país de
origen antes de renovar sus contratos, y no permitían la reunificación de
las familias. Contrariamente a la experiencia de la migración de mano
de obra en Europa, en la que los acuerdos entre gobiernos sirvieron para
regular los flujos de trabajadores, el sistema asiático lo puso en manos
del sector privado, y pronto se convirtió en un negocio lucrativo. En los
diversos países de origen apareció una multitud de agencias de contra-
tación, mientras que en los países de destino la gestión de la mano de
obra corría a cargo de los patrocinadores, supuestamente en función de
las oportunidades reales de empleos disponibles.
Irregularidad tolerada
En el Asia Oriental, la migración irregular se compone principalmente
de migrantes que entraron en el país regularmente pero permanecieron
en él cuando sus permisos habían vencido y que se dedican a una acti-
vidad remunerada sin contar con la autorización pertinente. Mien-
tras que la República de Corea espera que esta cuestión se resuelva
Migración sin fronteras: un largo camino por recorrer en la región asiática 281
Conclusión
En el momento presente, un debate sobre las fronteras abiertas en Asia
quizás no ofrezca perspectivas prometedoras. Los principios de West-
falia en que se basó la creación de las naciones-Estado –control de las
fronteras, libertad de intervención externa, deslegitimación de las iden-
tidades y las lealtades subnacionales (Heisler, 2001)– deben mantenerse
en el periodo poscolonial en el que se encuentran aún varios países
de Asia, aunque los flujos migratorios parezcan privarlos de validez.
Como decíamos más arriba, la migración en Asia está estrictamente
organizada sobre la base de contratos temporales, con un mínimo de
derechos. En este contexto, el debate sobre la libertad de circulación
de los trabajadores a través de fronteras abiertas apenas tiene entidad
propia.
Sin embargo, la situación en Asia no es estática. Aunque las
políticas de migración todavía se insertan en un marco nacional, cada
vez son más frecuentes las reuniones regionales para examinar estas
cuestiones. Desde 1996 se han adoptado dos iniciativas: el Proceso de
Manila, que sirvió de plataforma para la celebración de debates infor-
males en más de una docena de países del Asia oriental y Oceanía, y
las consultas Asia-Pacífico (APEC), organizadas en cooperación con
el ACNUR, con una participación más amplia de países. Un momento
especial de la cooperación regional fue el simposio internacional titulado
“La migración: hacia la cooperación regional respecto de la migración
irregular/indocumentada”, celebrado en Bangkok en abril de 1999, que
culminó en la Declaración de Bangkok sobre la migración irregular/
indocumentada. En 2004 se organizó en Bali una iniciativa similar
para tratar del tráfico ilícito de personas y la trata de migrantes. Estas
reuniones regionales son más que nada diálogos o conversaciones y
representan un compromiso mínimo. La vía hacia la apertura de las
fronteras no será corta ni fácil. En este contexto, la experiencia de la
Unión Europea es instructiva: la libre circulación de los trabajadores de
los países miembros se proclamó en el Tratado de Roma de 1957, pero
se necesitaron 40 años para lograrla. Además, cuando fue una realidad,
los trabajadores de los países de la UE ya no eran migrantes, sino ciuda-
danos de la UE, confirmando la noción de que la libre circulación es
una prerrogativa del ciudadano, y no del migrante.
Por el momento, los países asiáticos están empezando a acostum-
brarse a la idea de que no es posible regular la migración unilateralmente.
A medida que avance el debate regional se irán considerando condi-
290 Migración sin fronteras
Bibliografía
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Migración sin fronteras: un largo camino por recorrer en la región asiática 291
Introducción
Un paseo por algunos barrios de cualquier ciudad occidental grande, como
el Raval de Barcelona, Brixton en Londres, o East Los Angeles, hará
que el visitante desprevenido sienta una extraña sensación: la mayoría de
las personas con las que se cruza pertenecen a etnias de otros lugares del
mundo, hablan idiomas ininteligibles y en algunos casos incluso llevan
vestidos pintorescos sin que parezcan ser conscientes de ello, porque
después de todo es “su” vecindad, y es el visitante el que parece fuera de
lugar. Este sentimiento no sólo lo producen las maneras de comportarse
y el aspecto de los residentes; nada en la morfología del lugar, desde la
apariencia de las tiendas y los productos que venden hasta los olores y los
colores, corresponde a lo que normalmente se considera natural del país.
Lo más sorprendente de todo es que estas zonas no son curiosidades para
turistas que buscan imágenes exóticas para sus fotografías de vacaciones
(aunque sí hay algo de eso), ni una especie de parque temático que muestre
en carne y hueso la vida cotidiana en otras partes del planeta. Aunque
los visitantes pueden tener la sensación de que han sido transportados
sin darse cuenta a otro continente, lo que están viendo en realidad es una
vecindad típica del occidente globalizado, tan auténtica como cualquier
otra pero de un tipo desconocido fuera del Primer Mundo.
En realidad, esta experiencia no es exclusiva del mundo de hoy.
Los numerosos “barrios chinos” y “pequeñas Italias” dispersos por todo
el planeta, muchos de las cuales se cuentan entre las vecindades más
antiguas y tradicionales de sus respectivas ciudades, demuestran que la
296 Migración sin fronteras
1. Para poner a prueba los lugares comunes acerca de la supuesta explosión de las
migraciones en los últimos años, Tapinos y Delaunay (2000) ponen de relieve
los factores de continuidad en la emigración internacional, alegando que la
situación actual no es sustancialmente distinta de la de anteriores periodos.
Durand y Massey (2003) hacen un análisis similar de los factores de continuidad
de la emigración mexicana a los Estados Unidos en los cien últimos años.
2. Sin intervenir en la controversia sobre el modo en que debería interpretarse
la globalización, controversia que abarca incluso el propio término, hemos
adoptado la denominación más ampliamente utilizada y aceptada en los
círculos académicos para describir un conjunto de procesos que intensifican
las relaciones sociales y la interdependencia a escala planetaria. Un estudio de
la relación entre globalización y migración internacional figura en Castles y
Miller (2003) y en Sassen (1998), en particular en el Capítulo I.
3. Término adaptado de la obra de Gunnar Myrdal (1958), que hablaba de la
causación circular acumulativa para describir el conjunto de procesos que
perpetúan el subdesarrollo.
¿Un mundo sin fronteras? 297
Diversidad cultural
El efecto más sorprendente de este proceso es que aumenta la diver-
sidad étnica, cultural y lingüística de los países receptores, que con el
tiempo asimilan algunas de las características de los países de origen de
los emigrantes. La parte oriental de Los Ángeles, que hemos mencio-
nado anteriormente, tiene la concentración más alta de habitantes de
origen mexicano de los Estados Unidos. De hecho, su población es
casi exclusivamente mexicana y el español es prácticamente el único
idioma hablado. Pero esta parte de la ciudad no es solamente un pedazo
de México insertado en los Estados Unidos; es también un tipo de
vecindad que se encuentra, con la misma composición y características,
en otras muchas ciudades del país. En otras palabras, East Los Angeles
no es sólo una vecindad mexicana, sino que ya es una vecindad típica de
los Estados Unidos. En una era de globalización, las zonas de este tipo,
¿Un mundo sin fronteras? 301
La dinámica social
Otra consecuencia de este fenómeno es que, por medio de la migra-
ción, la dinámica social de los países de origen se convierte en un
factor importante en el desarrollo de la dinámica social de los países de
destino, de modo que, en la práctica, acaban siendo factores endógenos.
Esto significa que las estructuras socioeconómicas y sociodemográ-
ficas de los países receptores de migrantes se abren más al exterior, no
sólo porque el flujo migratorio contribuye a su evolución sino también
porque, por medio de la emigración, la dinámica social de los países de
origen ejerce un impacto directo en la dinámica interna de los países
receptores. Esto es aplicable no sólo a las situaciones de urgencia, como
las devastaciones producidas por el huracán Mitch en Centroamérica
en 1998, las guerras civiles de los años 80 en esta misma región, o
el colapso de la economía mexicana en 1982 y 1994 (todas las cuales
produjeron grandes aumentos de la emigración a los Estados Unidos
en aquella época), sino también, y principalmente, a procesos de natu-
raleza estructural.
Uno de los procesos que revelan esta interdependencia estruc-
tural es la dinámica histórica de la población en los países de destino.
Análisis de la evolución demográfica demuestran que la inmigración
no sólo complementa el crecimiento orgánico sino que, para muchos
de esos países, es una parte intrínseca del sistema de reproducción de
¿Un mundo sin fronteras? 303
6. La demógrafa Anna Cabré (1999) elaboró esta tesis para Cataluña, que recibió
inmigrantes del resto de España durante un siglo y ahora los recibe de otras
partes del mundo. Cabré muestra que, de las mujeres nacidas entre 1856 y 1960,
sólo las nacidas entre 1936 y 1950 alcanzaron una tasa neta de reproducción
superior a 1. La autora calcula que, sin la inmigración, la población de Cataluña
sólo sería de 2,4 millones de habitantes, en vez de la cifra actual, que supera los
6 millones. Estrella Valenzuela et al. (1999) aplicaron un argumento similar a
la frontera septentrional de México.
7. Paul Singer (1975) desarrolló a fondo esta tesis, aunque trataba de la migración
del campo a la ciudad en un determinado país.
304 Migración sin fronteras
Comunidades transnacionales
Un tercer efecto de la migración internacional en las fronteras que
deseamos recalcar, la aparición de las comunidades transnacionales,
es de carácter más local en sus manifestaciones, aunque su impacto
empieza a ser muy considerable. Por este motivo, en la última sección
analizaremos este fenómeno con más detenimiento. En todo caso, los
dos procesos que acabamos de describir constituyen una tendencia
irreversible a la integración entre los países. Aunque la integración
hace imposible que las fronteras entre los Estados separen de un modo
efectivo a los diferentes países, las fronteras tradicionales no han desa-
parecido sino que, como veremos, la integración interregional coincide
con el fortalecimiento de las fronteras tradicionales entre los Estados y
con la imposición de mayores obstáculos a la inmigración.
8. Para la feoriá veáse Castells (2000), Sassen (1991, 1998), Piore (1979) y Beck
(2000).
¿Un mundo sin fronteras? 307
10. De Tocqueville, que escribía a comienzos del siglo XIX, hizo una aguda
observación sobre las perspectivas de empleo de los inmigrantes europeos en
los Estados Unidos: “Existe la idea errónea, bastante extendida, de que los
desiertos de América están poblados por emigrantes europeos, que todos los
años desembarcan en las costas del Nuevo Mundo, mientras que la población
americana aumenta y se multiplica en el suelo que cultivaron sus antepasados.
No es así: el colono europeo suele llegar a los Estados Unidos sin amigos, y a
veces sin recursos; para subsistir se ve obligado a realizar un trabajo asalariado,
y pocas veces va más allá del gran cinturón industrial adyacente al océano.
El desierto no puede explorarse sin capitales o créditos, y el cuerpo ha de
acostumbrarse a los rigores del nuevo clima antes de que pueda exponerse a los
riesgos de la vida montaraz. Son los propios americanos los que todos los días
abandonan los lugares en que nacieron para adquirir extensas propiedades en
países remotos. Así pues, el europeo deja su hogar y se traslada a la costa del
otro lado del Atlántico, y el americano, que ha nacido en esta misma costa, se
desplaza a su vez a los territorios agrestes del centro del continente. Esta doble
emigración es incesante; da comienzo en las partes más remotas de Europa,
cruza el Océano Atlántico y penetra en las soledades del Nuevo Mundo.
Millones de personas avanzan simultáneamente hacia un mismo horizonte;
sus idiomas, sus religiones y sus costumbres son distintas, pero su objetivo
es el mismo. Los dones de la fortuna les aguardan en el Oeste, y al Oeste se
dirigen” (De la Démocratie en Amérique 1835: véase De Tocqueville y Reeve
(trad.), 1951).
¿Un mundo sin fronteras? 309
Migración, transnacionalismo
y fronteras internas
En este contexto, las comunidades transnacionales establecidas por
los inmigrantes asumen una importancia particular. Las comunidades
transnacionales son, evidentemente, otro resultado de la migración
¿Un mundo sin fronteras? 311
decirse que los migrantes vivían en los circuitos migratorios que hemos
mencionado antes, y no en un lugar específico, y que, al mismo tiempo,
mantenían su identidad nacional mexicana. Sin embargo, a partir de los
años 80 se produjo un cambio significativo: muchos de estos circuitos
migratorios se convirtieron en comunidades transnacionales porque la
densidad de los desplazamientos y los vínculos sociales han proyectado
la comunidad de origen a todos los lugares en que se encuentran sus
migrantes.
El resultado es que la reproducción de las comunidades de origen
en México está vinculada de modo directo e inseparable a los diferentes
asentamientos de sus migrantes en las zonas urbanas y rurales de los
Estados Unidos. En otras palabras, es una única comunidad dispersa
en diferentes lugares. Esta nueva forma social y espacial de las comu-
nidades creadas por la migración hace necesario reformular las ideas
tradicionales acerca de la migración y los migrantes. Para empezar, en
esos casos la migración no entraña ya un cambio radical en el contexto
socioeconómico, sino que los migrantes se van a vivir a una sección
diferente de su propia comunidad, con las mismas formas de reproduc-
ción social. Independientemente del hecho de que dos asentamientos
pueden estar separados por miles de kilómetros y por una frontera inter-
nacional, siguen constituyendo una única comunidad, y esto permite
a sus residentes mantener no sólo su identidad nacional original, sino
también su identidad local. Así pues, a menudo ocurre que una vecindad
de inmigrantes mantenga una relación más estrecha con su comunidad
de origen que con las comunidades que la circundan.11
Las consecuencias de este fenómeno para las comunidades de
origen son considerables, aunque se discuta si sus efectos son positivos o
negativos. Hasta los años 80 se hacía hincapié en los aspectos negativos,
con el argumento de que la emigración reducía la cantidad de mano de
obra disponible, agudizaba las desigualdades sociales y causaba depen-
dencia o “síndrome de emigración”, con el célebre término de Reichert
(1981), limitando el potencial para el desarrollo local endógeno. No
obstante, más tarde surgió una tendencia a recalcar los impactos posi-
Conclusiones
Por más esfuerzos que hagamos por sistematizarla, la realidad siempre
nos llevará ventaja. En el caso de la migración internacional, la creciente
integración entre los países causada por la globalización ha hecho que
pasasen de moda muchas de las teorías y conceptos con los que se abordó
el fenómeno, ya que las migraciones han adoptado nuevas formas que
316 Migración sin fronteras
Bibliografía
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Cabré, A. 1999. El sistema català de reproducció. Barcelona, España, Proa.
¿Un mundo sin fronteras? 319
Introducción
Quizás sea ilusorio imaginar una migración sin fronteras cuando nos
encontramos en la ciudad de Tijuana, en la frontera entre México y los
Estados Unidos. Los municipios de Tijuana y San Diego County están
separados por un muro de metal oscuro, reforzado con vallas en algunas
secciones y estrechamente vigilado por centenares de agentes de las
patrullas fronterizas de los Estados Unidos que, con equipo electrónico
militar, tratan de detener a las personas que cruzan clandestinamente
desde la parte mexicana. En octubre de 2006, el Presidente George
Bush firmó la Ley de la Valla de Seguridad, que da instrucciones al
Departamento de Seguridad Interna para construir una valla de 700
millas de longitud a lo largo de la frontera entre México y los Estados
Unidos.
El origen de estos acontecimientos se remonta a más de una
década: a finales de 1993, el Gobierno estadounidense decidió reforzar
la vigilancia de su frontera con México para poner fin a la migración
de personas indocumentadas, aplicando dos importantes medidas: un
aumento sustancial del presupuesto del ahora denominado Departa-
mento de Seguridad Interna, y una concentración de recursos en la
instalación de muros y equipos de vigilancia electrónica en las rutas
Cuadro 12.1: Distribución por sexos de la población mexicana de 25 años o más con
un nivel de educación profesional o de posgrado, 2000
Número Porcentajes por sexos
Maestría o Maestría o
Profesional Total Profesional Total
doctorado doctorado
Cuadro 12.2: Inmigrantes admitidos en los Estados Unidos, por tipos y clases
de admisión, 2003
Inmigrantes preferentes
Inmigrantes patrocinados por su familia 158.894
• Hijos/hijas solteros de ciudadanos estadounidenses 21.503
• Cónyuges de residentes en el extranjero 53.229
• Hijos/hijas casados de ciudadanos estadounidenses 27.303
• Familiares de ciudadanos estadounidenses 56.859
Inmigrantes con empleo 82.137 *
• Trabajadores prioritarios/extranjeros con capacidades 14.544
excepcionales
• Profesionales con títulos universitarios superiores 15.459
• Trabajadores calificados, profesionales, otros trabajadores 46.613
• Inmigrantes especiales 5.452
• Creación de empleo 65
Familiares inmediatos de ciudadanos estadounidenses 332.657
Refugiados y solicitantes de asilo 44.927
Inmigrantes diversos 46.347
Legalización de la IRCA 39
Otros inmigrantes 40.826
Total de inmigrantes 705.827
Fuente: Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos, 2004 (Cuadro 5).
* En el Cuadro 5 original del Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos (2004) se indica un total
de 82.137 visados para personas con empleo, lo cual es erróneo. La cifra correcta es de 82.133.
Cuadro 12.3: Inmigrantes admitidos en los Estados Unidos por razón de empleo
preferencial, 2003
Porcentaje
Inmigración Empleo
de inmigración
total preferencial
total
México 115.864 3.261 2,8
India 50.372 20.560 40,8
Filipinas 45.397 9.756 21,5
China 40.659 7.511 18,5
El Salvador 28.296 752 2,6
República Dominicana 26.205 159 0,6
Viet Nam 22.133 119 0,5
Todos los países 705.827 82.137 11,6
Fuente: Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos 2004 (Cuadro 8).
El Cuadro 12.3 muestra las cifras de los siete países que aportan el
mayor número de inmigrantes admitidos en los Estados Unidos como
residentes permanentes por razón de empleo en 2003. El principal
país es México, que obtuvo el número más alto de visados de inmi-
La libre circulación de los migrantes calificados en América del Norte 331
3. Tratado de Libre Comercio en América del Norte entre el Canadá, los Estados
Unidos y México. http://tratados.sre.gob.mx/tratados/MEX-AMERICAN.
PDF
4. Véase el sitio Web del Departamento de Estado de los Estados Unidos: http://
travel.state.gov/visa/tempvisitors_types_temp_nafta.html
336 Migración sin fronteras
Conclusiones
Una de las principales conclusiones de nuestro trabajo es que la “migra-
ción sin fronteras” todavía es un proceso complicado para los migrantes
calificados de México. Aunque las políticas de inmigración de los
Estados Unidos y el Canadá alientan explícitamente la migración de
estas personas, muy pocas de ellas consiguen aprovechar la oportunidad.
Esto hace pensar que no basta con “abrir las fronteras”; lo que hace falta
es información, acceso a las redes sociales y conocimientos de idiomas,
entre otras cosas.
Teniendo en cuenta que en 2000 había unos 4 millones de mexi-
canos con cuatro años por lo menos de estudios universitarios o con
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Políticas migratorias y fronteras socioeconómicas en el Cono Sur 339
Introducción
La migración de entrada y de salida del Cono Sur de América Latina
se produce en un entorno internacional caracterizado por el cambio
económico, político y social. La universalización de la economía de
mercado y la interdependencia cada vez mayor de la economía mundial
conducen a la globalización de las actividades socioeconómicas a nivel
internacional y en América Latina, abarcando no sólo el intercambio
de mercancías, tecnología y servicios, sino también el desplazamiento
de las personas. Paralelamente, se registra un proceso de integración
económica regional: en América Latina han aparecido tres subregiones
(la subregión andina, la subregión centroamericana y la subregión del
Cono Sur), de las cuales la última –el MERCOSUR– da muestra de
un fuerte dinamismo, con la reciente incorporación de varios países.1
Cuadro 13.1: Países del Cono Sur: población total e impacto de la migración
internacional en los censos de 1980, 1990 y 2000
Nacidos en
Nacidos Nacidos en
Nacidos en el resto del
en países el resto
el extranjero continente
de la región del mundo
americano1
Censo
Población
País
total
% de nacionales
% de nacionales
% de nacionales
% de población
de otros países
de otros países
de otros países
Total
Total
Total
Total
Región2 1980 168.857.592 3.426.365 2,0 1.091.610 31,9 96.968 2,8 2.237.787 65,3
1990 205.864.159 2.837.407 1,4 1.229.845 43,3 128.018 4,5 1.479.544 52,1
20003 237.796.903 2.758.372 1,2 1.355.096 49,1 281.226 10,2 1.122.050 40,7
Argentina 1980 27.926.693 1.903.159 6,8 753.428 39,6 29.353 1,5 1.120.378 58,9
1991 31.953.140 1.615.473 5,1 841.697 52,1 37.960 2,3 735.816 45,5
20013 36.260.130 1.517.904 4,2 916.264 60,4 115.302 7,6 486.338 32,0
Bolivia 1976 4.613.486 58.070 1,3 31.834 54,8 15.963 27,5 10.273 17,7
1992 6.420.792 59.807 0,9 31.606 52,8 18.932 31,7 9.269 15,5
2001 8.274.325 95.764 1,2 51.917 54,2 29.890 31,2 13.957 14,6
Brasil 1980 119.002.606 1.110.910 0,9 96.241 8,7 29.240 2,6 985.429 88,7
1991 146.825.475 767.780 0,5 102.758 13,4 27.261 3,6 637.761 83,1
2000 169.799.170 683.830 0,4 118.612 17,3 41.120 6,0 524.098 76,6
Chile 1982 11.329.736 84.345 0,7 29.380 34,8 14.378 17,0 40.587 48,1
1992 13.348.401 114.597 0,9 49.036 42,8 24.769 21,6 40.792 35,6
2002 15.116.435 195.320 1,3 73.474 37,6 76.292 39,1 45.554 23,3
Paraguay 1982 3.029.830 166.879 5,5 145.653 87,3 5.482 3,3 15.744 9,4
1992 4.152.588 187.372 4,5 161.357 86,1 7.781 4,2 18.234 9,7
2002 5.183.080 173.176 3,3 151.438 87,4 7.307 2,0 14.431 8,3
Uruguay 1985 2.955.241 103.002 3,5 35.074 34,1 2.552 2,5 65.376 63,5
19954 3.163.763 92.378 2,9 43.391 47,0 11.315 12,2 37.672 40,8
Fuente: CEPALC/CELADE, 2004a; INDEC, 2001; DGEEC, 2002.
1. Incluyendo a personas nacidas en otros países de América Latina y el Caribe y a personas nacidas en los
Estados Unidos y el Canadá.
2. Para toda la región, la cifra de 1976 correspondiente a Bolivia se incluyó en 1980, y la cifra del censo de 1995
en el Uruguay se repitió en 2000.
3. El total de nacionales de otros países incluye a las personas nacidas en el extranjero, cuando no se conoce el
país de origen.
4. Este es el censo más reciente.
Cuadro 13.2: Países del Cono Sur: inmigrantes intrarregionales por país de
nacimiento; censos de 1990 y 2000
País de nacimiento
Inmigrantes
País de
intrar-
residencia
regionales Argentina Bolivia Brasil Chile Paraguay Uruguay
1. El total regional calculado incluye datos del censo del Uruguay, de 1995.
Primera fase
Esta fase, que se considera como una fase de transición en la formación
de un mercado común, se concluyó a finales de 1994. La cuestión de
la migración se trató en dos subgrupos de trabajo, que la plantearon
desde puntos de vista diferentes. En el subgrupo sobre cuestiones adua-
neras (Nº 2), del que formaban parte especialistas en la gestión de la
migración, se previeron medidas para aplicar mecanismos destinados a
regular y acelerar los controles en los pasos fronterizos, como la unifi-
cación gradual de de los puestos fronterizos y el uso de un formulario
común de registro para las entradas y las salidas. Además, se facilitó
el movimiento transfronterizo de las personas que viven en zonas de
frontera. En el subgrupo sobre relaciones laborales, empleo y seguridad
social (Nº 11), compuesto de ministros del Trabajo y representantes del
sector empresarial y los sindicatos, la migración se abordó como un
proceso social de alcance más amplio que los simples controles fron-
terizos.
La idea de una futura promulgación de la libre circulación de
personas estaba incluida en las directrices de trabajo del subgrupo Nº
11. Mármora y Cassarino (1999) explican este planteamiento señalando
que se partió del principio de que el 1 de enero de 1995 se habría esta-
blecido ya el mercado común, con la consiguiente libertad de circula-
ción de los factores de producción. Estos autores hablan también de
las dificultades y las discusiones a que dio lugar este tema. De resultas
de ello, se formuló una propuesta para el establecimiento gradual de la
libre circulación, pero la posterior redefinición de MERCOSUR hizo
que esta propuesta cayera en saco roto.
Segunda fase
La fase inicial de transición no cedió el paso, como se había planeado,
a la formación de un mercado común, sino de una “unión aduanera
imperfecta” –en los términos de su redefinición– establecida en virtud
del Protocolo de Ouro Preto, en diciembre de 1994. Esta decisión dejó
a la libre circulación de mercancías y capitales como tema exclusivo de
MERCOSUR. La circulación se consideró únicamente en funciones
de la migración de mano de obra, que se examinó en diversos sectores
de la nueva estructura de organización. Hubo algunos progresos limi-
352 Migración sin fronteras
Tercera fase
Los primeros años del siglo actual han presenciado varios aconteci-
mientos importantes, que reflejan un cambio en el enfoque político
del tratamiento del problema migratorio. En primer lugar, se ha avan-
zado hacia la firma de acuerdos que garanticen la libertad de resi-
dencia para los ciudadanos de los Estados Partes, lo que indirectamente
vuelve a colocar el debate sobre la libre circulación de las personas en el
programa de MERCOSUR. En segundo lugar, los controles fronterizos
han mejorado y se está procediendo a su informatización. Estos dos
acontecimientos, al parecer contradictorios, hacen pensar que no hay
todavía intención de abrir las fronteras, pero que hay una actitud más
realista respecto de la ineficacia de las políticas restrictivas para poner
freno a los movimientos migratorios. Dado que estos movimientos
siguen existiendo, a pesar de las medidas adoptadas para combatirlos,
y que a más restricciones mayor irregularidad, se está intentando faci-
litar la regularización de los inmigrantes para paliar las consecuencias
negativas de esta situación.
La iniciativa en pro del derecho a la residencia se planteó en la
reunión de ministros del Interior, en la que se adoptó el Acuerdo sobre
la Residencia de los Nacionales de los Estados Partes de MERCOSUR.
Este Acuerdo, y otro similar que incluye a Bolivia y a Chile, fue firmado
por los presidentes del MERCOSUR ampliado el 6 de diciembre de
2002. El acuerdo se aplica tanto a los que desean entrar en uno de los
Estados Partes como a los que ya residen en él, independientemente de
que entraran en el país como inmigrantes o de cualquier otra manera.
Con el único criterio de la nacionalidad, y a reserva de la presentación
de documentos de identidad del país de origen, los inmigrantes pueden
obtener un permiso temporal de residencia de dos años de duración,
que después puede hacerse permanente. El acuerdo afirma el derecho
de los inmigrantes a circular libremente dentro del país receptor y a
Políticas migratorias y fronteras socioeconómicas en el Cono Sur 353
Cuadro 13.3: Países del Cono Sur y Perú: indicadores económicos y sociales, 1990-2002
Porcentaje de
PIB per
la población Tasa de
cápita Tasa declarada Tasa de
País por debajo mortalidad
(dólares de los de desempleo1 analfabetismo2
del umbral de infantil
EE UU de 1995)
pobreza
Argentina
1990 5.545 6,3 21,2 24,3 3,7
1999 7.435 13,8 19,7 21,8 3,2
2002 6.055 17,8 41,5
Bolivia
19903 804 9,4 53,1 75,1 17,9
1999 941 7,1 48,7 66,7 14,6
2002 938 6,4 52,0
Brasil
1990 3.859 4,5 41,2 47,2 15,3
1999 4.217 11,4 32,9 42,2 13,1
2002 4.340 10,7 34,14
Chile
1990 3.779 8,7 38,4 14,0 5,1
1999 5.631 10,1 20,7 12,8 4,2
2002 5.952 10,6 20,14
Paraguay
1990 1.697 6,3 49,9 43,3 8,1
1999 1.603 10,1 49,0 39,2 6,7
2002 1.477 11,5 50,14 20,1 2,9
Perú
1990 1.879 – – 55,5 12,2
1999 2.310 7,3 36,1 42,1 10,1
2002 2.376 7,2 42,05
Uruguay
1990 4.707 8,9 17,8 17,5 2,4
1999 5.984 11,2 9,4
2002 4.946 16,9 15,4
Fuente: CEPALC, 2004b; INDEC, 2001.
Hasta comienzos del decenio de 1990, caracterizado por las bajas tasas
de desempleo, el papel de los inmigrantes era complementario, porque
hacían trabajos que la población nativa no quería hacer. Posteriormente,
358 Migración sin fronteras
con la atonía del mercado del trabajo parece que los inmigrantes han
adquirido una cierta competitividad en estos sectores y han conseguido
desplazar a los migrantes internos aceptando condiciones más preca-
rias de empleo, trabajando jornadas más largas y percibiendo sueldos
menores (Cortés y Groisman, 2004). Otro factor de atracción vino
a complicar la situación: la convertibilidad, que dió a la moneda un
valor equivalente al dólar y permitió que los migrantes compensaran la
precariedad de su empleo con la posibilidad de hacer ahorros y enviar
remesas a sus países de origen.
La crisis económica de 2001 causó una brusca contracción del
empleo y un aumento de la pobreza que afectó a vastos sectores de la
población. Esta situación desfavorable para la migración sin fronteras
se vio empeorada por el final de la convertibilidad de la moneda, que
redujo las posibilidades de los migrantes de enviar remesas a sus países
de origen. Recientes estudios indican que la crisis desalentó la llegada de
nuevos inmigrantes, pero no provocó regresos masivos. Los migrantes
de los países vecinos permanecieron en el mercado del trabajo argentino,
aceptando empleos precarios, inestables y mal pagados (Maguid y
Arruñada, 2005).
Uruguay constituye un caso aparte ya que, a pesar de condiciones
sociales similares y niveles de pobreza más bajos que la Argentina
o Chile, es un país que ha conocido una fuerte emigración durante
30 años. Pellegrino (1995) trata de explicar esta característica atípica
señalando que las aspiraciones a la mejora personal en un país tan
pequeño, con limitados proyectos nacionales, y otros factores culturales
crearon una verdadera “cultura de la emigración”, especialmente entre
los jóvenes.
En resumen, los factores socioeconómicos, reforzados por la
persistencia de las redes de migración, han desempeñado un papel
importante en la definición de las pautas migratorias en el Cono Sur.
Los indicadores relativos a 2002 muestran claramente las consecuencias
del proceso de declive registrado a comienzos del siglo actual. Chile y
el Brasil son la excepción, ya que han conseguido aumentar ligeramente
el PIB per cápita y mantienen los niveles de desempleo y pobreza. En
el otro extremo la Argentina, como consecuencia de la grave crisis
económica y financiera que se inició a finales de 2001, acusa un fuerte
desempleo que ha alcanzado el 18% y un empeoramiento de la pobreza,
que afecta a casi el 42% de su población, porcentaje aproximado al de
los países más desfavorecidos de la región. Es fundamental tener en
Políticas migratorias y fronteras socioeconómicas en el Cono Sur 359
Flujos migratorios
En lo relativo al tamaño de los flujos migratorios, es de prever que la hipó-
tesis de la migración sin fronteras tenga las siguientes consecuencias:
1. Un aumento de las formas alternativas y circulares de movilidad
entre los países de la región (como la migración temporal o el
trabajo transfronterizo) que no entrañará un cambio en la resi-
dencia permanente.
2. Un aumento de la migración a Chile de ciudadanos de los países
del Cono Sur y de otros países de América Latina, en particular
360 Migración sin fronteras
Empleo
Con respecto a las condiciones de empleo, la transparencia y la
legalidad de la migración tendrían consecuencias distintas, depen-
diendo de la situación económica y sectorial general, la evolución de
los mercados del trabajo y la observancia de la legislación laboral en
los países:
1. En una situación de mercados de trabajo dinámicos y crecimiento
económico, es probable que los niveles de empleo de los migrantes,
y también de los trabajadores nativos más desfavorecidos, mejo-
rasen. Esto se produciría al eliminarse las desventajas particulares
a que hacen frente los trabajadores migrantes no declarados, que
son necesariamente más flexibles y están más dispuestos a aceptar
condiciones de empleo que contribuyen a la contracción de los
niveles salariales y al trabajo precario.
2. Las políticas restrictivas favorecen la irregularidad y hacen que los
empleadores traten de reducir los costos contratando a migrantes
para jornadas más largas de trabajo y sueldos menores. Al abrir
las fronteras se pondría fin a la paradoja que supone mantener
las medidas de control de los migrantes al tiempo que no se
sanciona a los empleadores que contratan a trabajadores migrantes
no declarados.
3. En cambio, si a plazo medio persistiera el alto nivel de desem-
pleo, el subempleo y el trabajo ocasional, la libre circulación o la
regularización de los migrantes no tendrían estos efectos.
362 Migración sin fronteras
Conclusiones
La libre circulación de las personas en un contexto de plena integración
contribuiría a organizar mejor la producción y los niveles de produc-
tividad, y a introducir una reglamentación positiva y armoniosa de los
mercados del trabajo, a los niveles tanto regional como nacional. Sobre
todo, ello permitiría mejorar los niveles de vida y de trabajo de los
migrantes y de la población en general, promoviendo las oportunidades
de participación en el mercado del trabajo y el uso más eficiente de los
recursos humanos de la región. Estos principios son la base de las decla-
raciones “formales” de la plataforma de MERCOSUR. Sin embargo,
estamos aún muy lejos de alcanzar la migración sin fronteras, que depen-
derá de que las sociedades receptoras reconozcan sus ventajas.
Lógicamente, si se quiere gozar de los beneficios de la libre
circulación y la expansión de los mercados es necesario aminorar las
profundas disparidades existentes entre los países; pero para ello hará
falta mucho tiempo, un lapso que es difícil de estimar. En los últimos
decenios la movilidad intrarregional y extrarregional ha aumentado y
se ha difundido por toda la región, a pesar de las políticas restrictivas
y las medidas de control, lo que hace pensar una vez más que la migra-
ción está condicionada por factores estructurales que se traducen en
acusadas diferencias entre los países en las oportunidades de empleo
y las condiciones de vida. Las políticas migratorias del MERCOSUR
ampliado y del principal país receptor muestran progresos significativos
en la regularización de la entrada de los migrantes y en las condiciones
de su estancia.
El concepto de “ciudadano de MERCOSUR” es un importante
paso hacia la versión intrarregional de la hipótesis de la migración sin
fronteras, pero debe tenerse presente que, al mismo tiempo, se están
reforzando las medidas para mejorar e informatizar los controles fron-
Políticas migratorias y fronteras socioeconómicas en el Cono Sur 363
Bibliografía
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Revista de Estudios del Trabajo, N° 30, pp. 95–122.
364 Migración sin fronteras
ciudades en los países en desarrollo; sus obras más recientes son Thin-
king the Unthinkable: The Immigration Myth Exposed (Tauris, 2003) y
The Return of Cosmopolitan Capital: Globalization, the State and War
(Tauris, 2004).
Jan Kunz es jefe del equipo nacional del Proyecto ELOST financiado
por la Unión Europea, en la Universidad de Tampere y auxiliar cien-
tífico de un miembro del Parlamento Europeo en Bruselas. Es titular
de un diploma en ciencias sociales y una maestría en ciencias políticas
por la Universidad Justus-Liebig de Giessen, Alemania (1997). Su tesis
sobre el desempleo y la política de empleo a nivel local se publicó en
2004 en la Universidad de Tampere, Finlandia. Entre sus temas de
investigación figuran el desarrollo urbano sostenible, el desempleo y
el mercado del trabajo, así como la movilidad de la mano de obra y la
migración y el envejecimiento de la población y la exclusión social.
11 de septiembre 2001, 90, 138, 148,151, asilo, 22, 24, 42, 60, 72, 75, 84-87, 146,
305, 354 153, 192-195, 240, 246, 284, 329
Australia, 17, 24, 55, 56, 62, 83, 86, 118,
A 235, 240, 296, 297, 333, 334
Abuja, Tratado de, 229, 236, 248 Austria, 119, 174, 192, 196, 202, 203
ACNUR (Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los B
Refugiados), 33, 97, 128, 289 Bangladesh, 67, 83, 246, 270–272, 275,
Acta Única Europea, 191, 192 276, 278–280
AENEAS, Programa, 195 Benin, 221, 222, 223, 229, 231
África Meridional, 237-260 Berlín, caída del muro de, 82, 86, 93, 145,
África Occidental, 219-233 150
AGCS (Acuerdo General sobre el Comercio Boeri, T., 173, 176, 177, 184, 185
de Servicios), 97, 128, 158 Bolivia, 341, 343, 345, 346, 348, 352–357,
Alemania, 56, 61, 70, 82, 83, 84, 94, 108, 361
119, 120, 122, 174, 175, 176, 185, Borjas, G. J., 27, 32, 47, 50, 68, 77,
186, 192, 195, 202, 203, 331, 369, 112–118, 133, 291
370 Botswana, 30, 241, 243, 245, 246, 247, 249,
Angola, 30, 240, 241, 245, 246, 251, 256, 250, 251, 255, 256, 258, 260, 264
259 Brasil, 45, 274, 331, 341, 343–348, 353,
apartheid, 62, 63, 238, 239, 250, 251 355, 357, 358
APEC (Cooperación Económica Asia- Brochmann, Grete, 21, 47, 168, 185
Pacífico), 287, 289 Brücker, H., 116, 119, 120, 133
Arabia Saudita, 271, 274, 275, 278, 279 Burkina Faso, 222, 223, 227, 228, 229
Argentina, 45, 85, 296, 341, 343–348, Burundi, 246
353–364, 369 Bush, George W., 268, 323
Asia, 45, 57, 84, 86, 246, 267-290 Bustamante, Jorge, 309, 318, 320
374 Migración sin fronteras
F I
Filipinas, 58, 67, 86, 270, 271, 272, 276, India, 55, 58, 70, 184, 246, 270, 275, 276,
277, 290, 291, 326, 330, 332, 334, 279, 293, 326, 330–333
366 Indonesia, 270, 272, 276, 277, 280
Finlandia, 174, 193, 201, 202, 203, 216, integración, 29, 35, 143, 176-183, 197,
217, 369 206-212, 230, 287, 299, 304, 306,
311, 314-316, 350, 356, 362
Francia, 56, 61, 82, 85, 90, 135, 174, 192,
203, 297, 303, 331, 332, 371 Irán, República Islámica de, 56, 332
Irlanda, 56, 192, 196, 203, 204, 296, 311
Friedman, Milton, 34
Italia, 20, 56, 65, 82, 94, 195, 203, 296,
frontera Estados Unidos-México, 15, 30,
297, 311
82, 85, 111, 139, 268, 298-300, 305,
323
J
fuga de cerebros, 27, 31, 35, 199, 203, 243, Jamahiriya Árabe Libia, 56, 83
327 Jamaica, 333, 334
Japón, 57, 83, 84, 86, 271, 273, 277, 278,
G 281, 288, 296, 304, 316, 331, 333,
Gambia, 220, 223, 231 343
Ghana 220–229, 233
globalización, 29, 80-85, 90, 110, 159, 167, K
169, 239, 296, 299-300, 306, 310, Kant, Emmanuel, 92, 95
313-317 Kenya, 56, 249
Golfo, países del, 56, 83, 269, 274-275, 279 Kowait, 275
Goodin, R. E., 22, 24, 47, 48, 101, 105,
L
108, 132–136, 291
La Haya, Programa de, 194-195
Grecia, 67, 70, 82, 114, 174, 175, 195, 202,
Lahlou, Mehdi, 200
203
Lal, D., 101, 108, 134
guerra civil, 227, 240, 302 Lattes, A. E., 343, 363
guerra fría, 61, 82, 148 Lauterpach, H.
Guinea, 222, 223, 227, 228 Lesotho, 30, 241, 242, 244, 245, 249, 250,
Guinea-Bissau, 223, 228 251, 258, 265
Liberia, 221, 223, 227, 228, 230
H Lomé, Protocolo de, 230
Habermas, J., 200, 211, 215 Luxemburgo, 192, 203, 214, 215, 217
Hamilton, B., 28, 49, 62, 77, 141, 164
M
Hanson, G. H., 114, 133, 173, 185
Magreb 88, 297
Harris, J. R., 5, 19, 29, 41, 49, 55, 73, 77, Malasia, 55, 56, 57, 271, 272, 274, 276, 277,
112, 115, 134, 368 278, 280, 287
Hong Kong, 276, 278, 280, 288, 332, 333, Malawi, 30, 241, 243, 246, 251, 258, 263
334 Malí, 222, 223, 225, 227-229
Houphouët-Boigny, Félix, 227 Manila, Proceso de, 289
Huntington, Samuel, 150, 164, 302, 315, mercado único europeo, 191-192
320 Mármora, L., 349, 351, 353, 354, 364
376 Migración sin fronteras
Massey, D. S., 25, 50, 70, 77, 268, 292, 296, OIT (Organización Internacional del
313, 319, 320, 355, 364, 365, 366 Trabajo), 146, 159, 237
Mauritania, 228 Olson, Mancur, 100, 105, 135, 268, 292
McCormick, B., 173, 185 OMC (Organización Mundial del
Meca, la, peregrinaje, 279 Comercio), 30, 41, 98, 128, 157
medios de comunicación, 121, 201-202, Oriente Medio, 18, 57, 81, 269-271,
209, 232, 235, 243, 247, 361 275-278
Mediterráneo, países del, 87-88, 177, 297, OTAN (Organización del Tratado del
303 Atlántico Norte), 150, 201
MERCOSUR (Mercado Común del Sur), Ouro Preto, Protocolo de, 351
30, 45, 82, 341-345, 349-355, 359,
362 P
México, 16, 82, 114, 295-318, 324-338 Países Bajos, 174–177, 185, 186, 291, 293,
migración del campo a la ciudad, 25, 112, 368
222, 303-304 Pakistán, 246, 270, 276, 279, 332, 333
migración forzosa, 88, 210-211, 240, 245
panafricanismo, 44, 238, 249, 251, 260
migración temporal, 61, 63, 66, 73-75,
Paraguay, 45, 341, 343, 345–348, 353, 355,
141, 153, 192, 219, 272, 287, 311,
356, 357, 363
327-328, 333-334, 337, 359
Pellegrino, A., 50, 358, 364
migraciones de mano de obra en la región
Perú, 7, 274, 341, 347, 353, 355, 357, 360,
asiática, 269-274
361, 363
migraciones masivas, 56, 81, 151, 223, 225,
Portugal, 114, 195, 202, 203
277, 304
Mozambique, 30, 240–247, 251, 258, 259, prostitución, 86, 93, 139
264
Myanmar, 273, 276, 280 R
Myrdal, Gunnar, 167, 185, 296, 320 reagrupación familiar, 31, 59, 62, 75, 84,
178, 199, 209, 328, 330-332, 337
N Reccheni de Lattes, Z., 343, 363
Namibia, 30, 241, 242, 244–247, 249–251, refugiados, 17, 41-42, 150, 153, 156,
255, 256, 258, 262 178, 193-195, 201, 219, 227-228,
NEPAD (Nueva Alianza para el Desarrollo 235, 238-240, 245-247, 273, 284,
de África), 44, 238, 248, 257, 328-330
Nevins, J., 15, 26, 51 Reich, Robert, 324, 340
Níger, 221, 222, 223, 229 Reichert, J., 312, 320
Nigeria, 56, 149, 221–227, 229, 231, 233, Reino Unido, 14, 47–52, 56, 61, 67, 82, 84,
235, 236, 246, 365 134, 174, 175, 192, 194, 204, 215,
Noruega, 84, 192 236, 290–293, 297, 318, 319, 320,
327, 331–334, 371
O remesas, 9, 24, 27-28, 70, 83, 88, 90, 199,
OCDE (Organización para la Cooperación 243, 276, 297-298, 33, 317, 350,
y el Desarrollo Económicos), 63, 353, 358
131, 157 República Democrática del Congo, 240,
OIM (Organización Internacional para las 245, 251, 256
Migraciones), 17, 240, 278 República Dominicana, 330
ÍNDICE 377
República Unida de Tanzania, 246, 249, tráfico de seres humanos 57, 88, 139, 158,
251, 258 161, 209, 241, 277, 289, 353
Resolución de Londres sobre los terceros Tratado de Asunción, 341, 349, 350
países de asilo, 193 Tratado de Roma, 195, 289
retorno, 128-129, 153, 159, 161, 274
Rosenau, James, 90, 95 U
Rumania, 82, 332 UA (Unión Africana), 44, 238, 248, 251,
257
S UE (Unión Europea), 10, 30, 33, 43, 65,
SADC (Comunidad de Desarrollo del 82, 86-90, 111, 114, 116, 121-122,
África Meridional), 30, 238-261 189-213
Schengen, Acuerdo y Tratado, 192, 260 UEMOA (Unión Económica y Monetaria
Senegal, 220, 222, 223, 227, 228, 231, 246 del África Occidental), 225
Uganda, 249
Sierra Leona, 221-223, 228, 230
Uruguay, 45, 341, 343–346, 348, 353,
Simon, J. L., 31, 51, 264, 320
355–358, 364
Singapur, 57, 271, 272, 274, 276, 278, 287,
288
V
Somalia, 246
Venezuela, 56, 85, 341, 353, 355
Sri Lanka, 270, 275, 278
Viet Nam, 272, 276, 277, 326, 330, 331
Sudáfrica, 30, 56, 63, 67, 86, 238–247, 249,
VIH/SIDA, 240
250, 251, 253–256, 258–264, 370
Vittorino, Antonio, 200
Suecia, 65, 83, 121, 162, 175, 176, 203
Voltaire, 93, 95
Suiza, 50, 52, 118, 150, 162, 165, 192
Swazilandia, 30, 241, 242, 245–247, W
249–251, 258 Weiner, Myron, 22, 24, 40, 50, 52, 100,
104, 109, 136, 149, 165
T Whalley, J., 28, 49, 62, 77, 141
Tailandia,, 57, 86, 270–274, 276, 277, 280 Wolf, Martin, 28, 52
Taiwan, 272, 273, 276, 277, 278, 280, 288,
291, 293, 332, 334 X
terrorismo, 61, 85, 91, 194, 200, 212, 305, xenofobia, 35, 44-45, 56, 64, 75, 222, 232,
354 235, 246-247, 254, 361
TLC (Tratado de Libre Comercio en
América del Norte), 45, 82, 94, Z
325, 334-337 Zaire, 246
Tocqueville, Alexis de, 308, 319 Zambia, 30, 241, 242, 246, 248, 251, 265
Todaro, M. P., 112, 115, 134 Zimbabwe, 30, 240, 241, 242, 243, 244,
Togo, 221–223, 225, 228–231 245, 246, 247, 251, 258, 260, 265
Ediciones
UNESCO
Paul de Guchteneire
Antoine Pécoud y
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www.unesco.org/publishing
ISBN 978-92-3-304024-3 Antoine Pécoud
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