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inversionistas
Junio 29, 2008
China sigue siendo el destino más popular para la inversión industrial extranjera del
mundo, al atraer casi 83.000 millones de dólares el año pasado. Sin embargo, un
número creciente de corporaciones multinacionales persigue una estrategia que
compañías y analistas llaman “China más uno”, es decir, establecer o ampliar bases
asiáticas fuera de China, particularmente en Vietnam.
La tendencia está alimentada por una larga lista de preocupaciones con respecto a
China: inflación, escasez de trabajadores y energéticos, una moneda cada vez más
fuerte, políticas gubernamentales cambiantes, incluso la posibilidad de disturbios
civiles.
Sin embargo, lo más importante es que los salarios se incrementan 25% anual en
muchas industrias, en términos de dólares, y China ya no es una ganga. Cuando se eleva
el costo de fabricar artículos en Asia, los consumidores mundiales inevitablemente lo
resienten.
Las compañías utilizan la estrategia “China más uno” para reducir los riesgos de la
sobredependencia en las fábricas de un solo país.
Para limitar los costos laborales, Hanesbrands construye una fábrica más automatizada,
en Nanjing. Aunque también construye una fábrica en Vietnam, además de la que
compró en Hanoi, y dos más en Tailandia.
Gerald Evans, presidente de cadena de suministro global en Hanesbrands, declaró que
en comparación con China, encuentran “una disponibilidad más expedita, tanto de
terrenos como de mano de obra, en Vietnam y Tailandia”. Hanesbrands reubicará parte
de la manufactura de México y Centroamérica a Asia.
En China, donde los pueblos rurales tienen escasez de trabajadores jóvenes para enviar a
las fábricas, los salarios aumentan más de 10% anual para muchos empleados de líneas
de ensamblado.
Sin embargo, Vietnam tiene sólo una dieciseisava parte de la población de China y
Camboya tiene una quinta parte de la de Vietnam. Al tiempo que los inversionistas se
lanzan a nuevos países, incrementan costos de mano de obra y mercancías.
Se espera que India rebase a China en población en unas dos décadas. Sin embargo,
muchas compañías se muestran recelosas de sus malas carreteras y congestionados
puertos.
Eso ha preocupado sobre la competitividad a largo plazo de India, aún para quienes
invierten en ese país, como Ford Motor, que planea gastar 500 millones de dólares en la
expansión de sus fábricas.