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Rev. Asoc. Esp. Neuropsiquiatr[a. Vol. V. N. 0/5.

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Psicoterapia de grupo en la Unidad de


Agudos de un hospital psiquiátrico

Rafael CASAS RIVERA *

1. INTRODUCCION son: la existencia de un encuadre real­


mente estable, y la utilización de la inter­
Este trabajo está basado en mi expe­ pretación individual y grupal, como téc­
riencia personal, como terapeuta de gru­ nica terapéutica, aunque dadas las carac­
po en la Unidad de Agudos del Hospital terísticas de los pacientes y del grupo, no
Psiquiátrico de Leganés, en dos períodos es la interpretación la única, ni siquiera la
de tiempo diferentes: uno de un año (en­ más importante de las intervenciones te­
tre enero y diciembre de 1982), Y otro de rapéuticas, siendo necesario realizar mu­
cinco meses (entre marzo y julio de 1985) *. chas intervenciones explicativas o peda­
Este grupo, se ha venido realizando, gógicas, que permitan a los pacientes psi­
desde la apertura de la Unidad de Agu­ cóticos distinguir entre fantasía y realidad,
dos en noviembre de 1980, con distintos tomar conciencia de enfermedad, etc.
terapeutas y enfoques teóricos. No obs­ Por otro lado, son necesarias intervencio­
tante, se ha mantenido una continuidad nes destinadas únicamente a mantener el
en el tiempo, a lo largo de todos estos encuadre, que a veces no es respetado,
años, realizándose el grupo diariamente por las características de los pacientes
(de lunes a viernes de 12 a 13 horas) con (psicóticos en fase aguda en su mayoría)
asistencia de todos o «casi» todos los pa­ y por la variabilidad de los mismos, dada
cientes ingresados, uno o dos terapeutas la frecuencia de ingresos y altas. No obs­
pertenecientes al «staf» médico de la U.A. tante, todas estas dificultades que hacen
y varios coterapeutas y observadores imposible el mantenimiento estricto de la
(M.I.R., auxiliares y personal de grado clásica «neutralidad» terapéutica, y el en­
medio). cuadre típico de un grupo de neuróticos,
se tiene, en todo momento, por parte de
2. BASES TEORICAS los terapeutas, una visión psicodinámica
de lo que está ocurriendo en el grupo a
Desde mi punto de vista, y en los dos pesar de que la interpretación individual y
períodos en que he trabajado en la Unidad grupal no sea la intervención terapéutica
de Admisión, el grupo tiene sus bases principal, ya que las otras intervenciones
teóricas en la psicoterapia analítica de descritas (explicativas, pedagógicas, man­
grupo, en cuanto toma de esta muchos tenimiento del encuadre, etc.), pueden
de sus aspectos fundamentales, como ser mucho más eficaces si los terapeutas
(*) Médico-ayundante del Hospital Psiquiátrico
comprenden la dinámica grupal.
de Leganés.
Mi agradecimiento a todos los trabajadores de la
Unidad de Admisión que han compartido conmigo 3. CARACTERISTICAS
este trabajo en los dos períodos descritos y que han
contribuido con su trabajo y sus sugerencias a la A continuación voy a tratar de descri­
realizaci6n de este artículo. bir las características de este grupo, com­

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parándolo (a través de sus diferencias y - Cuadros de agitación psicomotriz.


semejanzas) con la psicoterapia analítica En casi año y medio de experiencia, no se
de grupo. ha dado ninguna situación de agresión fí­
Estas semejanzas y diferencias, se po­ sica dentro del propio grupo, aunque si se
drían enumerar del siguiente modo: producen (raras veces), momentos de
gran tensión con amenazas de agresión.
- Estados maníacos. Cuando no se ha­
a) Por parte de los pacientes
ya hecho correctamente la valoración del
1. o Número de pacientes, habitualmen­ apartado anterior (contraindicaciones re­
te superior al existente en otros grupos (a lativas).
veces quince o más). - Pacientes verborreicos que impiden
2. o No existe selección previa de los hablar a los demás pacientes. Todas estas
pacientes, ya que, en principio, todos los contraindicaciones serán valoradas por
pacientes ingresados en la Unidad, debe­ los propios terapeutas presentes en el
rían asistir al grupo, salvo contraindica­ grupo, intentando realizar una contención
ción previa, o incluso contraindicación sur­ de la situación en el propio grupo antes
gida en el propio grupo. En este sentido de expulsar a un paciente del mismo. Di­
no existirían indicaciones para asistir al cha contención podrá realizarse por va­
grupo, sino tan sólo contraindicaciones rios procedimientos:
que se podrían sistematizar de la siguiente - Interpretación sobre el significado
forma: de la conducta del paciente.
- Contraindicaciones absolutas: Cua­ - Intervención mixta, en la cual se com­
dos psicoorgánicos. bina una interpretación con una sugeren­
- Contraindicaciones relativas. cia directiva, recordando o incluso impo­
- Agitación psicomotriz no controla­ niendo las normas del grupo.
da, con anterioridad al comienzo del grupo.
- Cuadros maníacos. Hay que valorar En estas situaciones, puede ser fácil,
esta contraindicación muy cuidadosamen­ que surjan discrepancias entre los tera­
te, ya que muchas veces, el propio gru­ peutas, sobre el modo de actuar, aunque
po, sirve como principio de realidad que como solución práctica prevalece el crite­
contiene a manía. En todo caso, pasados rio del terapeuta que primero haya toma­
los primeros días de ingreso, y una vez do la iniciativa. Con posterioridad al gru­
que ha comenzado a sedarse el paciente po se habla de las discrepancias entre los
con el tratamiento farmacológico, hay que terapeutas, sin la presencia de los pacien­
intentar que asista al grupo. tes, con lo que se evitaría crear en los
- Situaciones en las que independien­ pacientes una imagen disociada del equi­
temente de la patología básica existente, po terapéutico.
haya un componente manipulativo, y se En contadísimas ocasiones ha sido ne­
halla valorado previamente por el equipo, cesaria la contención física por los auxi­
como negativa la asistencia al grupo, tan­ liares presentes en el grupo. Dado que
to para el propio paciente como para los dicha contención (verbal o física) se hace
demás miembros del grupo. en un contexto terapéutico, es vivida por
el conjunto de los pacientes como algo
Entiendo que estas contraindicaciones necesario que se hace para proteger al
relativas, deberían ser discutidas previa­ grupo en su conjunto, y al paciente nece­
mente en la reunión de equipo de la ma­ sitado de contención en particular. Por
ñana. otro lado, este tipo de intervención, creo
que es el que intentamos utilizar, cuando
- Contraindicaciones surgidas en el es necesario poner límites a un paciente
p'.opio grupo. '. (tanto dentro como fuera del grupo), y

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debería servir de modelo para el trata­ liares psiquiátricos, uno o dos M.I.R. y
miento de este tipo de trastornos de con­ algún miembro del estamento medio
ducta (en contraposición a la contención (A.T. S., asistente social) según lo permi­
realizada como «contraindicación proyec­ tan o no las necesidades de trabajo de la
tiva» de los «terapeutas» con la agresi­ institución, le da al grupo, en ciertos mo­
vidad del «paciente»). mentos, unas características de «grupo
institucional», que nosotros tratamos de
3. o Al no existir una selección previa, deslindar (dentro de lo posible) del aspec­
de los pacientes, no hay una homogenei­ to «terapéutico» propiamente dicho (de
dad en los diagnósticos, aunque existe ahí nuestro interés por mantener un en­
un claro predominio de los cuadros psi­ cuadre coherente y estable). Quizá la pre­
cóticos. Junto con algún caso de histeria sencia de varios terapeutas y coterapeutas,
grave, un toxicómano y, a veces, uno o permite una división de funciones (no ex­
dos alcohólicos. plicitada, pero que se da de hecho), de
4. o La estancia media de los pacien­ modo que las intervenciones de los auxi­
tes es muy variable (de unos pocos días a liares, van más dirigidas hacia los aspec­
varios meses), existiendo, por tanto, una tos de la realidad cotidiana de la vida hos­
importante movilidad, en cuanto a entra­ pitalaria (grupo institucional), mientras
da y salida de pacientes del grupo. que las intervenciones de los dos psiquia­
tras del «staf» médico se centran en los
aspectos más específicamente psicotera­
b) Por parte de los terapeutas
péuticos (interpretativos, explicativos, pe­
También existen importantes variacio­ dagógicos, etc.), permitiendo de esta for­
nes con respecto a otros grupos. ma la coexistencia del «grupo institucio­
nal» y el «grupo terapéutico». Por otro
1. o Exiten varios terapeutas que diri­ lado, aunque entre las normas del grupo
gen el grupo (miembros del «staf» médi­ está el hecho de que cualquiera de las per­
ca), y varios coterapeutas y observadores sonas presentes, puede intervenir libre­
(M.I.R., A.T.S., A.S., auxiliares). Por mente, cuando lo considere oportuno, no
otra parte, tanto los terapeutas como los suelen participar en una misma. sesión más
coterapeutas observadores, cumplen otras de tres o cuatro personas del equipo, sien­
funciones con los pacientes fuera del gru­ do los dos miembros del «staf» médico pre­
po, como son: sentes en el grupo los que realizan la ma­
- Realización de psicoterapia individual. yoría de las intervenciones. Creo que este
- Administración y control de trata­ aspecto de nuestra experiencia nos ha he­
mientos farmacológicos. cho llegar a una situación equilibrada en­
- Realización de entrevistas de infor­ tre dos extremos:
mación y/o terapeutas con los familiares De un lado la intervención en igualdad
de los pacientes. de condiciones de todos los miembros del
- Control de las entradas y salidas fue­ equipo sanante (falsa igualdad, por la di­
ra de la institución. ferente formación y preparación técnica
- Ayuda a los pacientes en su aseo per­ de cada uno de ellos). De otro lado la in­
sonal, comida, etc. tervención única de los miembros del equi­
- Participar con los pacientes en ac­ po con formación técnica en terapia gru­
tividades ludoterápicas, etc. pal, prohibiendo la intervención de los de­
En este sentido, el hecho de que ade­ más como una parte del encuadre del
más de los dos terapeutas habituales, grupo.
miembros del «staf» médico y con forma­ El primer supuesto, crearía una situa­
ción en psicoterapia analítica grupal asis­ ción confusional con imposibilidad de co­
tan, asimismo, al grupo uno o dos auxi- hesión del grupo, creando al mismo tiem­

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po en el equipo una falsa sensación de 4. TECNICA


omnipotencia terapéutica, creyendo que
«todos sirven para todo», y que basta la Entre las variaciones técnicas, introdu­
«buena voluntad, la comprensión yel hu­ cidas, habría que destacar las siguientes:
manitarismo para tratar a los enfermos
mentales» .
El segundo supuesto, sería un encua­ 4.1. Encuadre
dre demasiado rígido para una institución,
En los grupos analíticos clásicos, el te­
y crearía en el resto de los miembros del
rapeuta suele comunicar al paciente, en
equipo una sensación de que su presencia
una entrevista inicial, las normas del gru­
no sirve para nada, produciéndose, como
po (horario, asociación libre, etc.), estas
consecuencia de ello, un distanciamiento
normas suelen ser aceptadas por los pa­
(activo o pasivo) con la consiguiente pér­
cientes una vez que aceptan su inclusión
dida de los beneficios que conlleva la pre­
en un grupo. En los grupos de «psicóticos
sencia del personal auxiliar en el grupo,
estables» puede ser necesario, en alguna
como veremos más adelante.
ocasión, recordar la existencia de tales
Creo que el equilibrio a que se ha llega­
normas, aunque dado que son los mis­
do ahora, fruto de la experiencia y el tra­
mos pacientes durante un largo período
bajo en común, ha hecho que las inter­
de tiempo acaban, de manera habitual,
venciones de todos los miembros del equi­
introyectando las normas del grupo y com­
po, cuando se dan, sean, la mayoría de
portándose, en este aspecto, como un
las veces, coordinadas y coherentes con
grupo de neuróticos. En el grupo de la
la dinámica grupal, de tal forma que en el
Unidad de Admisión, puede ser necesa­
momento actual, sería inconcebible el
rio, por las características de los pacien­
grupo sin la presencia en el mismo de per­
tes, recordar con frecuencia las normas
sonas de diversos estamentos técnicos
del grupo (en ocasiones, hay que hacerlo
no sólo por el grupo en sí, sino por la pro:
varias veces durante la misma sesión).
longación (de manera directa o indirecta)
de las interacciones grupales al resto del En ocasiones, es necesario que los te­
trabajo institucional. rapeutas ejerciten su autoridad imponien­
Al mismo tiempo, las intervenciones de do a un paciente las normas grupales, o
los pacientes más antiguos o más sanos incluso expulsándolo del grupo antes de
hacia los pacientes recién ingresados o terminar la sesión, si su actitud impide el
hacia los más enfermos dan al grupo un desarrollo de la terapia. Los terapeutas
aspecto que toca tangencialmente la «co­ deben de tener una gran flexibilidad para
munidad terapéutica» al prolongarse estas poder pasar continuamente, de una acti­
interacciones más allá del grupo, dada la tud directiva de imposición de normas, a
convivencia que se da entre ellos al estar una actitud analítica de escucha e inter­
ingresados en el hospital. Todas estas va­ pretación, según lo requiera la situación
riaciones, tanto por parte de los pacientes del grupo. A veces, son convenientes in­
como por parte de los terapeutas, des­ tervenciones mixtas, en las que junto o si­
bordan el marco habitual de la psicotera­ multáneamente a actitudes directivas se
pia analítica de grupo, lo cual no impide realice una interpretación.
que se utilice el conocimiento teórico y Es importante el autocontrol de los te­
práctico de la misma como herramienta rapeutas para evitar caer en una «esca­
técnica y terapéutica para trabajar en el lada simétrica» con los pacientes, sobre
grupo, con las lógicas variaciones nece­ la conveniencia o no de seguir las normas
sarias para poder adaptarse a las condi­ del grupo (lo cual, a veces, es provocado
ciones descritas anteriormente, tan dife­ consciente o inconscientemente por los
rentes de las habituales en los grupos propios pacientes). Es necesario, por lo
analíticos de psicoterapia. tanto, tener en este punto una gran fle­

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xibilidad, evitando en lo posible las inter­ b) Intervenciones explicativas o pe­


venciones directas, pero actuando con dag6gicas.-Ayudan a discriminar, entre
firmeza cuando se haya decidido hacerlo. mundo interno y mundo externo, fantasías
La directividad debe, pues, limitarse a y realidad (por ejemplo, explicando que el
situaciones limites (que en este grupo se delirio es «como un sueño que se tiene
dan con cierta frecuencia), tratando de despierto»). En los momentos de mayor
facilitar en lo posible (fuera de estas situa­ madurez grupal, puede ser innecesaria la
ciones), la libre expresión de las fantasías intervención directa del terapeuta en este
psicóticas y la comunicación espontánea sentido, bastando una pregunta del tipo:
entre los miembros del grupo. En este «qué opina el resto del grupo de lo que ha
sentido, la presencia de varios terapeutas dicho X», para que los demás pacientes
permite que mientras uno recuerda las actúen como como «terapeutas auxilia­
normas del grupo, otro interprete la situa­ res», mucho más eficaces (puesto que
ción que ha provocado el que uno o va­ ellos mismos han pasado por situaciones
rios pacientes se salten el encuadre, rom­ similares), ayudando a un paciente deter­
piendo así la «escalada simétrica» entre minado a realizar esa discriminación abso­
pacientes y terapéutas que puede produ­ lutamente necesaria para cualquier traba­
cirse en estas situaciones. En lo tocante jo posterior de comprensión del delirio;
al encuadre y dada la relativa frecuencia ya que en los momentos en que la psico­
con que los pacientes intentan salir fuera sis invade toda la personalidad, no distin­
del grupo cuando se tratan temas que guiéndose entre mundo interno y mundo
puedan angustiarles demasiado, hace unos externo, es imposible la realización de
meses instauramos una norma básica en cualquier tipo de interpretación, siendo
el sentido de que cuando un paciente sale más eficaz la presencia de la realidad a
fuera del grupo (por cualquier causa) no través de intervenciones de este tipo, y
puede volver a entrar al mismo dentro de que, en definitiva, sirven para que los pa­
la misma sesión. De manera habitual, cuan­ cientes más graves tomen conciencia de
do ocurre esta situación, se invita al pa­ enfermedad, haciendo que los síntomas
ciente a que se siente y hable de los mo­ que hasta entonces eran egosintónicos
tivos que tiene para querer marcharse. (Ha­ comiencen a ser egodistónicos.
bitualmente dan disculpas como ir al ser­
vicio, evacuar la angustia, beber agua, et­ c) Interpretaciones.-Se refieren al
cétera). También intentamos explicitar los contenido inconsciente de lo manifestado
motivos latentes por los que pensamos por un paciente concreto, o por el grupo
que el paciente no soporta continuar en en su conjunto a través de las manifes­
la terapia. Por último, si esto no da resul­ taciones de varios pacientes. La realiza­
tado, se recuerda al paciente, que si sale, ción de interpretaciones no siempre es
no puede volver a entrar hasta el día si­ posible, por lo que es necesario realizar
guiente. otro tipo de intervenciones, descritas an­
teriormente, para que el grupo alcance el
grado de madurez necesario para la inter­
4.2. Intervenciones terapéuticas pretación. Las interpretaciones individua­
En los grupos analiticos el terapeuta se les y grupales deben hacerse únicamente
limita a hacer interpretaciones y, en todo en el momento adecuado, para poder ser
caso, señalamientos o preguntas aclara­ recibidas por el grupo, ya que el intentar
torias. En este grupo es necesario ser mu­ interpretar todo en todo momento, sería
cho más activo realizando otro tipo de in­ de escasa o nula utilidad para los pacien­
tervenciones, como son: tes y serviría, por el contrario, para psico­
tizar más al grupo al no estar capacitados
a) Mantenimiento del encuadre (ya muchos pacientes para captar el conte­
tratado en el punto anterior). nido simbólico de la interpretación, al igual

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que les ocurre con su delirio. En nuestra extiende más allá del grupo, abarcando,
experiencia es más útil (cuando se inter­ prácticamente, a la totalidad de la vida
preta) buscar la fantasía grupal común, del paciente en la institución siendo en
como base de las mismas, aunque a ve­ este sentido, el equipo de sanantes a los
ces se utilice el emergente de un paciente ojos del paciente, como un padre omni­
concreto (radar del grupo) para extender potente, que controla todos los actos de
la interpretación al resto de los miembros; su vida, estando, por lo tanto, el enfer­
siendo mayoritarias las interpretaciones re­ mo ingresado en una situación de depen­
lacionadas con las interacciones incons­ dencia infantil, hacia la institución. Este
cientes ocurridas en el «aquí ahora» del tipo de relación, se da inevitablemente
grupo, así como las referidas a aspectos cuando una persona está hospitalizada,
transferencia les de los pacientes"hacia los tanto en hospitales psiquiátricos como en
terapeutas y la institución en general. En hospitales generales para tratarse proce­
este sentido, la transferencia de los pa­ sos somáticos y quizá más en estos últi­
cientes ingresados hacia el personal de la mos, ya que muchas veces la vida del
institución, es tan compleja, que proba­ paciente depende del médico, por lo tan­
blemente podría ser objeto de otro artícu­ to, partiendo de un hecho inevitable (re­
lo dedicado, exclusivamente, a este tema. lación de dependencia infantil de los pa­
Como método práctico de manejo de este cientes con la institución) haya que tratar
fenómeno en el grupo, tratamos de en­ de utilizarlo coherentemente en beneficio
globar en las interpretaciones transferen­ del proceso terapéutico, ya que la nega­
ciales al equipo como un todo, ya que es ción del mismo, creando una sensación
frecuente que los pacientes dividan al per­ falsa de igualdad entre pacientes y tera­
sonal en buenos y malos a la hora de ex­ peutas podría ser a la larga perjudicial
presar sus reacciones transferenciales, y para todo el proceso de tratamiento. En
si no se maneja este aspecto con sumo este sentido, debido a lo anteriormente
cuidado, sería fácil caer en una «contra­ expuesto, es relativamente frecuente que
identificación proyectiva», con la trans­ los pacientes hagan en el grupo compa­
ferencia de los pacJentes, dando lugar a raciones entre unos y otros, preguntan­
una discusión entre nosotros y división do por qué unos pueden salir el fin de se­
del equipo como «contraactuación» a lo mana y otros no, o recibir visitas fami­
manifestado por los enfermos. liares, etc. La respuesta debe ser cohe­
rente, diciendo, con unas u otras palabras,
d) Intervenciones de apoyo.-Se re­ que estas decisiones se han tomado co­
fieren al apoyo explícito realizado por los mo una parte del tratamiento y que, por
terapeutas cuando se observa una clara ejemplo, al igual que no todos tienen el
mejoría en un paciente después de varias mismo tratamiento farmacológico tampo­
sesiones de grupo. co todos pueden tener el mismo tratamien­
Este tipo de intervención, sirve para to en los diversos aspectos de la vida ins­
fortalecer el yo del paciente y del grupo titucional. Quizá pueda ser útil aquí, la
en general, mejora la confianza en el tra­ comparación con una familia en la que el
tamiento y en los terapeutas y favorece padre, trata de manera desigual a un bebé
la cohesión grupal, dando con ello lugar de tres meses y a un adolescente de 15
a que el resto de las intervenciones tera­ años, ya que el primero se le dispensan
péuticas sean más eficaces. continuos cuidados y se le mantiene una
constante vigilancia por parte de los adul­
4.3. Neutralidad terapéutica tos, y al segundo se le entrega la llave de
la casa, y se le permite una total indepen­
En cuanto a la (meutralidad terapéutica)) dencia en sus entradas y salidas del domi­
es imposible de guardar en este grupo, cilio familiar. Esta situación, tomada de la
dado que la acción de los terapeutas se vida real, no es injusta, sino por el con­

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trario ajustada a las necesidades de cada greso, siempre que no considere contra­
uno, y podría ser tomada como ejemplo indicada su asistencia al mismo. Unos mi­
para compararlo con la vida de la institu­ nutos antes de comenzar el grupo, los
ción. auxiliares se lo recuerdan a los pacientes.
En cualquier caso, tampoco es conve­ En los casos de resistencias importantes,
niente «engancharse» con los pacientes puede ser necesario que uno de los tera­
en una discusión sobre este tema que po­ peutas se dirija individualmente a un de­
dría no tener fin, y boicotear el trabajo terminado paciente todos los días recor­
grupal. Por lo tanto, después de dar una dándole la conveniencia de asistir (justo
explicación de las apuntadas anteriormente, a la hora en que va a comezar). No obs­
sacamos el tema fuera del grupo con una tante, lo dicho anteriormente, habitual­
intervención del siguiente tipo: «es mejor mente hay dos o tres pacientes que se
que esto lo trate usted individualmente autoexcluyen del grupo, además de aque­
con su médico» (intervención que podría llos que son excluidos por los terapeutas
ser calificada como de «mantenimiento por la existencia de alguna contraindica­
del encuadre»). Quizá pueda ser necesa­ ción. Por otro lado, suele haber un nú­
rio también que un terapeuta haga una cleo de cuatro a seis pacientes que van
aclaración, mientras el otro interpreta lo voluntariamente sin que nadie se lo recuer­
que está ocurriendo, desde el punto de de e incluso esperan en la puerta unos
vista de la dinámica grupal. minutos antes de que se abra la sala don­
de se celebran las sesiones. En cuanto a
los pacientes cuya voluntariedad es dudo­
4.4. Voluntariedad del tratamiento sa, pero que van diariamente al grupo,
después de recordárselo, nuestra expe­
En los grupos ambulatorios de psicote­ riencia es que pasados unos días o a ve­
rapia (cualquiera que sea su técnica), se ces semanas, acaban participando y be­
parte de un hecho común: los pacientes neficiándose del tratamiento.
acuden voluntariamente y han elegido
ellos mismos al terapeuta, bien directa­
mente o a través de la recomendación de 4.5. Ingresos y altas
un amigo o conocido o de otro profesio­
nal. En el caso que nos ocupa, los pacien­ A diferencia de los grupos ambulatorios
tes están ingresados unas veces volunta­ de orientación analítica, donde la incor­
riamente y otras de manera forzosa. Tan­ poración de nuevos miembros y el alta de
to entre los ingresados voluntarios como miembros antiguos, se produce a un rit­
entre los forzosos, exiten pacientes que mo lento que como mucho llega a ser de
desean asistir al grupo y lo consideran dos o tres personas por año en este gru­
conveniente para su tratamiento, mientras po, el ritmo es de varias veces a la sema­
que otros tienen resistencia a la asistencia na y en ocasiones a diario. Los fenóme­
o participación en el grupo. La existencia nos de duelo, por el alta de miembros an­
de resistencias no depende de la volunta­ tiguos y de envidia por el nacimiento de
riedad del ingreso sino de la psicopatolo­ nuevos hermanos que en otros grupos se
gía individual, especialmente del grado de analizan de manera exhaustiva, aquí sólo
autismo y desconfianza paranoide del pa­ se interpretan cuando el grupo los acusa
ciente. muy ostensiblemente, ya que de lo con­
Nuestro modo habitual de proceder a trario sería el único tema de interpretación
este respecto, es el siguiente: de manera grupal.
habitual, el terapeuta encargado individual­ Los ingresos y las altas en la Unidad,
mente de cada paciente le indica la con­ no coinciden, en la mayor parte de los ca­
veniencia de asistir al grupo, en una de sos, con el comienzo y terminación del
las primeras entrevistas después del in- tratamiento, sino que la estancia en la U.A.

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suele ser únicamente una parte del proce­ 5. o Acción específicamente psicotera­

so terapéutico que suele comenzar en los péutica al propiciar:

diversos ambulatorios del sector y acabar


a) La expresión verbal de los conflictos.
en los mismos, por lo que el grupo de b) La comprensión de los conflictos
la Unidad, sería únicamente un momento propios y ajenos.
de reflexión dentro de una crisis que per­ c) Toma de conciencia de enfermedad,
mitiría al paciente la continuación de su y distinción entre fantasía y realidad.
vida y su tratamiento. d) La introyección de unas normas
grupales, lo que facilita la convivencia ex­
tragrupal y la distinción entre mundo in­
5. UTILIDAD DEL GRUPO terno y mundo externo.

Se podría centrar en los siguientes pun­ 6. o Espacio que permite el estableci­


tos: miento de interrelaciones «terapéuticas»
entre los pacientes, que se prolongan más
1. o Lugar de acogida y presentación allá del grupo y que dan a la Unidad de
de los nuevos pacientes, así como de des­ Agudos un aspecto similar, en cierto sen­
pedida de aquellos que se van de alta. tido, al de la «comunidad terapéutica»,
2. o Espacio donde se da una atención reforzado por la participación en el gru­
diaria a todos los pacientes hospitaliza­ po del personal auxiliar.
dos, con independencia del tratamiento in­ 7. o Lugar de formación para médicos
dividual de cada uno. residentes, personal auxiliar y de grado
3. o Elemento diagnóstico para los te­ medio, contribuyendo a darle una mayor
rapeutas que puede, a veces, servir para coherencia al trabajo en equipo dentro del
modificar las directrices terapéuticas ex­ hospital. Y, por supuesto, lugar de forma­
tragrupales (psicoterapéuticas, institucio­ ción continuada de los miembros del «staf»
nales y psicofarmacológicas). médico que participamos como terapeu­
4. o Espacio donde se facilita la comu­ tas, ya que cada día aprendemos algo
nicación de los pacientes, y la expresión nuevo sobre las psicosis y sobre la diná­
verbal de sus conflictos. mica de grupos.

RESUMEN

Se describen las características de un grupo de psicoterapia realizado diariamente


con «casi» todos los pacientes ingresados en la Unidad de Admisión de un hospital
psiquiátrico. El grupo tiene sus bases teóricas en la psicoterapia analítica de grupo,
teniendo, no obstante, muchas diferencias con la misma, por ser un grupo institu­
cional, tratarse de pacientes psicóticos agudos (con gran movilidad en cuanto a in­
gresos y altas) y por la asistencia de varios terapeutas, coterapeutas y observadores.
Se subrayan las diferencias técnicas con la psicoterapia analítica de grupo y se
habla de la utilidad del mismo para pacientes y terapeutas.

SUMMARY

The characteristics of a psychotherapy group are described. This group has been
developed daily wih «almost» all inpatients of a Psychiatric Hospital Admission Unit.
Otherwise, this group has theoretical basis on psychoanalitic group psychotherapy,

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but there are a lot of differences between them. Our group is an institutionary group,
including acute psychotic patients, and there are frequent hospitalizations and exits.
Besides the inpatients, the group is composed by several therapists, co-therapists, and
observers.
Technical differences with psychoanalitic group psychotherapy are remarked, and
the utility of our group fo both inpatients and therapists is commented.

PALABRAS CLAVE

Psicoterapia de grupo; Unidad de Agudos; Grupo institucional; Comunidad tera­


péutica; Psicoterapia analítica.

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