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Presentado por:
Sammy Lizeth Manzano
Erika Adriana Luna
Angela Sofia Canchala
Jennifer Angelica Gomez
Linda Dayana Ortiz
Presentado a:
Martha Isabel Alvarez
Tutora
Grupo: 442006_43
Relatoría
Los actos de violencia a los que se han visto expuestos las personas trascienden más allá
del momento puesto que dejan una huella en su memoria casi imborrable”, que afecta y cambia su
estilo de vida y su subjetividad; por otro lado, la victimización es sólo un aspecto de la vida de las
víctimas quienes tienen su propia historia y por tanto subjetividad; aspectos que van a determinar
en gran medida la forma de afrontar la victimización y los procesos de reparación. En otras
palabras el ser humano no puede desligarse de su historia y su subjetividad y esto gracias a la
memoria.
Las acciones que realiza el psicólogo en un entorno social hacen parte de lo psicosocial,
ya que a través de estas se lograr un cambio significativo en la calidad de vida de la comunidad o
grupo que está siendo afectado por un flagelo social. Logrando impactos positivos, a fin de elevar
las potencialidades y el mejoramiento de la salud física y mental. Cabe resaltar, que dichas
acciones se deben realizar durante todo el proceso de acompañamiento y rehabilitación de las
víctimas.
Es por esto que como profesionales debemos ponernos en el lugar de la víctima para poder
entenderla, debemos escucharla y no generalizar pues cada una tiene su propia historia y a cada
persona la guerra la afecta de diferente manera.
Lo psíquico de una persona siempre va a estar influenciado y moldeado por el contexto social en
el que el sujeto se desenvuelve es esta la importancia de lo psicosocial, ya que sería difícil generar
cambios sociales significativos sin observar la parte psíquica de los sujetos y viceversa
De allí la importancia de las interacciones que permitan abrir espacios no sólo colectivos,
sino también al interior del sujeto, en los cuales su participación sea activa y en pro de crear
cambios a través de las potencialidades que como seres humanos se posee, y, estas puedan
reflejarse en las decisiones que se tomen, a nivel personal, colectivo o comunitario, entendiendo
lo que somos y como nos reconocemos en el otro.
De ahí se hace necesario que el acompañamiento psicosocial debe incluir elementos que
contribuyan a la reconstrucción de la identidad, propiciar la autonomía que permita potencializar
sus capacidades de agente tanto individual como colectivo; favorecer la satisfacción de las
necesidades básicas que garanticen su subsistencia, pero más allá de satisfacer necesidades básicas
es reconocer que tanto lo psicosocial como el sujeto en sí son un acontecimiento vivo e integral y,
que así debe proyectarse el acompañamiento durante el proceso de intervención.
La intervención psicosocial debe garantizar la rehabilitación integral del ser humano a través
de la ejecución de estrategias, planes, programas y acciones de cubrimiento total a la comunidad
sin exclusión y discriminación alguna sin preferencias sin tener que los afectados hacer relación o
amistad con los actores burocráticos para ser incluidos en el Registro Único de Víctimas5 (RUV)
y acceder a los derechos estipulados en la ley.
Entonces, es fundamental que los profesionales y todo el personal que cumpla el rol de
“expertos” deben ser capacitados para entender la simbología gestual, de la palabra y del silencio
inmersa en las víctimas; de igual forma, las nuevas políticas públicas deben evitar la generalización
de la población y así poder brindar el apoyo integral que espera el otro de nosotros.
No es utopía, el tratar de humanizar lo humano que poseemos y que más allá de mirar al
otro, como ese “otro” es vernos en ellos; pues, aunque existe refiere Franco, A. (2016),
“una articulación entre la ley y los profesionales”; es de considerar, que existe desarticulación de
ellos con la realidad de los entornos y sus vivencias.
El lenguaje en todas sus expresiones, es vital para intentar medir o, mejor dicho, vislumbrar
la dimensión psicosocial que “un nosotros” posee en escenarios violentos, en los que el silencio
muchas veces, también es la forma del grito de la memoria, pero también de la reconciliación, más
no del olvido.
Puede concluirse la complejidad que el término Psicosocial encierra, y aún más cuando es
puesto en escenarios reales, donde los expertos de las diferentes disciplinas se encuentran con el
otro, ese otro que suscita vivencias a través de su historicidad, a través de la memoria y sus
representaciones, ese otro que requiere un proceso, un acompañamiento tan integral como lo es él
mismo.
Por tal razón y como se ha hablado en los párrafos anteriores, es importante tener en cuenta
la integralidad del ser en su individualidad y colectividad con todas sus diferencias, esta debe ser
la primicia para abordar los impactos psicosociales de la violencia, y el cómo va ligado a los
presupuestos de subjetividad y memoria.
Para ello la memoria debe ser libre, pues se debe evitar que la palabra, que las heridas, que
el silencio, sean abordados desde la mirada de un tercero que considere reflejar la mirada del otro
Para el buen acompañamiento psicosocial por parte delos profesionales en ciencias sociales
es necesario integrar un análisis crítico y reflexivo, el cual permita evidenciar el impacto de la
violencia a nivel individual, grupal y social con la creación de propuestas de acompañamiento y
atención partiendo por el reconocimiento de los recursos de la población afectada
El tema del conflicto armado, es un tema bastante extenso, que tiene más de dos partes,
pues no es solo las víctimas y los grupos armados, también se debe involucrar al estado como ente
que debe asegurar los derechos de los ciudadanos, pero también se involucran las entidades no
gubernamentales que se encuentran en las zonas de conflicto y que de una u otra manera buscan
minimizar los efectos negativos de la violencia. Pero lo que sí está claro es nuestro papel como
psicólogos, pues sin duda, somos nosotros los que debemos generar estrategias para sanar los
efectos negativos de la violencia en las victimas, con el único fin de que puedan recuperar su vida,
su familia, su vivir diario, pero lo mas importante que puedan recuperar la confianza y que puedan
volver a creer en el Estado y en ello mismos como personas y habitantes de un sitio. Es necesario
que dentro de las estrategias, se escuche a las personas, para poder comprender su estado y así
poder tomar decisiones para el estado con el fin de su restitución y restauración.
Cuando se logra escuchar a las personas estas pueden sacar su vivencias, y se genera
confianza, la idea es que se logre recordar sin dolor, y que se asegure que lo vivido fue parte del
pasado, y que ahora hay un nuevo mañana.
BIBLIOGRAFIA