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Cámaras agrarias
Concepto

¿Dónde se regula?

Para saber más…

I. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LAS CÁMARAS AGRARIAS

Las Cámaras Agrarias se han configurado históricamente


como entidades creadas por el poder público para la ÍNDICE

consecución de fines de interés general relacionados con


> I. LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE
el mundo agrario y representación de los intereses
LAS CÁMARAS AGRARIAS
agrarios y en las que destaca su carácter público, que se
traduce en su misma conceptuación, primero como > II. RÉGIMEN JURÍDICO
establecimientos públicos y posteriormente, como > III. NATURALEZA JURÍDICA
Corporaciones de Derecho Público, así como en su
> IV. FUNCIONES
creación y supresión ex lege y en la regulación por los
poderes públicos de su estructura, funciones y régimen de > V. ORGANIZACIÓN
recursos > VI. RECURSOS ECONÓMICOS
Si bien en su origen (Real Decreto de 14 de noviembre de
> VII. PROCESO ELECTORAL
1890) se regularon como asociaciones de carácter
voluntario, constituidas al amparo de la libertad de > VIII. ÁMBITO TERRITORIAL
asociaciones que reconocía la Constitución de 1876 con el
objeto de "defender y fomentar los intereses de la agricultura, de la propiedad rústica, de los
cultivos y de las industrias rurales, cualesquiera que sean los procedimientos o métodos que
dentro de la Ley hayan adoptado o adopten para la realización de estos fines", pierden ese
carácter voluntario con el Real Decreto de 2 de septiembre de 1919 que ordena constituir en
cada capital de provincia una "Cámara Oficial Agrícola", dependiente del Ministerio
correspondiente y a la que debían pertenecer con carácter obligatorio todos los contribuyentes
por rústica o pecuaria que superasen una determinada cuota.
Tras la Guerra Civil, el Decreto de 18 de abril de 1947 creó las llamadas "Cámaras Oficiales
Sindicales Agrícolas (COSA)", con el carácter de Corporaciones de Derecho Público, que se
configuraban como los órganos que en el nivel provincial iban a constituir, integrados en la
Organización Sindical, el "primer escalafón consultivo de la Administración Pública", y a
encargarse de la ejecución de la política agraria. A partir de entonces, la representación de los
intereses agrarios quedó en manos de la Hermandad Nacional de Labradores y Ganaderos en el
plano nacional, de las Cámaras Oficiales Sindicales Agrarias en el ámbito provincial, y de las
Hermandades Sindicales locales en el ámbito local.
En la transición, el Real Decreto-Ley de 2 de junio de 1977 suprimió la sindicación obligatoria y
el pago obligatorio de la antigua "cuota sindical" y mediante el Real Decreto 1336/1977, de 2 de
junio, se crearon Cámaras Agrarias en todo el territorio nacional, ya sea a nivel municipal,
provincial o estatal. Esta disposición tenía su razón legal en la autorización contenida en el Real
Decreto-Ley de igual fecha, y especialmente en su disposición adicional segunda, b), mediante
la que se facultaba al Gobierno para la creación y reconocimiento de Entidades de Derecho
Público en el sector agrario.
El Decreto 1336/1977, de 2 de junio, de Cámaras Agrarias, las define como Corporaciones de
derecho público, constituidas para la consulta y colaboración con la Administración en temas
de interés general agrario, y relacionadas orgánicamente con el Ministerio de Agricultura,
cuidándose de aclarar que sus competencias no limitarían la libertad sindical ni los derechos
de organización de empresarios y trabajadores del campo y que sus funciones, aparte de esa
genérica de consulta y colaboración, se centrarían en la prestación de servicios o la gestión de
asuntos de interés general para las comunidades agrarias, y aunque no expresamente, sí
indirectamente establecía la adscripción obligatoria al prever la posibilidad de establecer
cuotas de carácter obligatorio. Las Cámaras se subrogaron en la titularidad de los bienes y
derechos de las anteriores Hermandades Sindicales y COSA, y venían a reproducir su estructura:
a nivel nacional, la Confederación Nacional de Cámaras Agrarias, CONCA, heredera de la antigua
Hermandad Sindical Nacional; a nivel provincial, las Cámaras Provinciales, herederas de las
antiguas COSA y un nivel local o comarcal, las Cámaras locales o comarcales, heredera de las
antiguas Hermandades Sindicales locales y comarcales.
La regulación post-constitucional supone una profunda innovación, ya que los Estatutos de
Autonomía que se han ido aprobando han implicado la atribución competencial por las
Comunidades Autónomas en agricultura y ganadería, de acuerdo con la ordenación general de
la economía (artículo 148.1.7ª de la Constitución Española) y consecuentemente, la asunción de
competencias en Cámaras Agrarias en diversos grados y maneras, dando lugar a una regulación
autonómica de las Cámaras Agrarias, habiéndose traspasado a las distintas Comunidades
Autónomas las funciones que, en materia de Cámaras Agrarias, venía desempeñando la
Administración General del Estado en el ámbito territorial de cada Comunidad.
Inicialmente y sobre el apoyo competencial que supone el artículo 149.1.18 CE, por el que el
Estado se reserva la competencia para regular las bases del régimen jurídico de las
Administraciones Públicas, se consideró oportuno elaborar una norma estatal que, sin
menoscabo del bloque competencial, regulase los aspectos esenciales de la materia y
permitiera a las Comunidades Autónomas que lo tengan previsto en sus Estatutos desarrollar
este tipo de competencias. Ello tuvo lugar mediante la Ley 23/1986, de 24 de diciembre, por la
que se establecen las bases del régimen jurídico de las Cámaras Agrarias, que representó una
radical separación del modelo tradicional al suprimir la adscripción obligatoria que podría
vulnerar los derechos de libre asociación y libre sindicación, recogidos en los artículos 22 y 28
CE, como así vino a decir el Tribunal Constitucional en la Sentencia 132/1989, de 18 de julio en
la que no estimó adecuado a lo dispuesto en el artículo 22.1 CE el sistema tradicional de
adscripción obligatoria establecido por la Ley catalana 18/1985.
No obstante, dicha Ley 23/1986, de 24 de diciembre ha sido derogada por la Ley 18/2005, de 30
de septiembre dirigida a eliminar la regulación estatal, pero que no implica la supresión de las
Cámaras, cuestión que corresponde al marco de decisión de las Comunidades Autónomas, que
serán las que adopten la decisión sobre su supresión o mantenimiento, su régimen jurídico y,
en su caso, la disolución y liquidación de acuerdo con los procesos regulados en la norma
autonómica correspondiente.
La derogación de la normativa estatal obedece, según la Exposición de Motivos, por una parte, a
la pérdida de funciones de las Cámaras Agrarias, que se limitan a las de actuar como órganos
consultivos de las Administraciones Públicas, la administración de sus recursos propios y de su
patrimonio y aquellas que la Administración Pública competente pueda delegarles, sin que
asuman "funciones de representación, reivindicación y negociación en defensa de intereses
profesionales y socioeconómicos de los agricultores y ganaderos", cuestiones que
corresponden a las organizaciones profesionales constituidas libremente y de otra parte, a que
la norma de 1986 venía constriñendo la capacidad de las Comunidades Autónomas para regular
las Cámaras Agrarias en la forma que mejor se adecuen y puedan servir a los intereses del
sector agrario en sus respectivos territorios
En este proceso y con arreglo a la libertad que se ha conferido a cada Autonomía, se observa
como algunas de ellas has optado por la supresión de esta clase de Corporación Publica, como
es el caso del País Vasco, La Rioja, Galicia, Principado de Asturias, Extremadura y Murcia

• La primera mediante la Ley 13/2007, de 27 de diciembre, declara extinguidas la Cámara


Agraria Territorial de Álava, la Cámara Agraria Territorial de Bizkaia, y la Cámara Agraria
Territorial de Gipuzkoa y deroga la Ley 6/1990, de 15 de junio, de Cámaras Agrarias.

• Por su parte, La Rioja, a través de la Disposición Derogatoria 1ª.1 de Ley 11/2006, de 27


diciembre deroga la Ley 4/1997, de 27 de mayo, de la Cámara Agraria de La Rioja.

• Galicia, con la Ley 1/2006 del Consejo Agrario Gallego, quedan disueltas las cámaras agrarias
provinciales, que justifica por su inoperancia y la necesidad de dotarse de un nuevo órgano
eficaz de participación institucional de las organizaciones profesionales agrarias, y que sea
acorde con la evolución de otros órganos de participación social basados en estructuras
funcionales más ágiles en la toma de decisiones, creando el Consejo Agrario Gallego como
órgano que asume y articula las relaciones de la Administración gallega con las
organizaciones profesionales agrarias.

• La Ley 3/1997, de 24 noviembre del Principado de Asturias, reguladora de la Cámara Agraria


del Principado, extinguida por Ley del Principado de Asturias 5/2014, de 6 de junio, de
extinción de la Cámara Agraria del Principado de Asturias.

• Ley 12/1997, de 23 de diciembre de la Asamblea de Extremadura, de Elecciones al Campo, que


asimismo regula la naturaleza y el régimen jurídico de las Cámaras Agrarias de la Comunidad
Autónoma de Extremadura, extinguidas por Ley 3/1997, de 20 de marzo, de extinción de las
Cámaras Agrarias Locales.

• Ley 10/1997, de 18 de noviembre de la Asamblea Regional de Murcia, de la Cámara Agraria de


la Región de Murcia, extinguida por Ley 5/2008, de 13 de noviembre, por la que se extingue la
Cámara Agraria de la Región de Murcia.
La disolución de las Cámaras conlleva la previsión de reglas sobre el destino de su personal y
patrimonio, y transitoriamente en tanto no se celebrase un nuevo proceso electoral, la
consideración de organizaciones profesionales agrarias más representativas a aquellas que
concurrieron a las elecciones a las Cámaras Agrarias y obtuvieron un determinado porcentaje.
En definitiva, en su evolución histórica, las Cámaras Agrarias si bien han conservado su carácter
público, actualmente como Corporaciones de Derecho Público de función consultiva, han
perdido la nota de la incorporación obligatoria de los profesionales agrarios, así como la de su
implantación a nivel provincial, hasta el punto de su extinción en algunas Comunidades
Autónomas.

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II. RÉGIMEN JURÍDICO

Tras la Ley 18/2005, el régimen jurídico de las Cámaras Agrarias viene determinado por la
legislación autonómica en aquellas que no hayan optado por su extinción, entre las que se
pueden citar: Ley 3/1998, de 2 marzo de Cantabria, de regulación de las Cámara Agraria de
Cantabria; Ley 17/1993, de 28 diciembre del Parlament de Catalunya, de Cámaras Agrarias; Ley
2/1996, de 14 mayo de las Cortes de Aragón, de Cámaras Agrarias; Ley 1/1996, de 27 junio, de las
Cortes de Castilla-La Mancha, de regulación de las Cámaras Agrarias; Ley 1/1995, de 6 de abril,
de las Cortes de Castilla-León, que regula las Cámaras Agrarias de Castilla y León; Ley 6/1998,
de 28 de mayo, de régimen jurídico de Cámara Agraria de la Comunidad de Madrid; Ley Foral
4/1998, de 6 de abril, que crea y regula la Cámara Agraria de Navarra (derogada por DD Única
Ley Foral 21/2008, de 24 de diciembre, de Presupuestos Generales de Navarra para el año
2009), y Ley 5/1995, de 20 de marzo, de Consejos Agrarios Municipales Valencianos. Normativa
autonómica a completar con las previsiones puntuales de la citada Ley estatal 18/2005
relativas al mantenimiento transitorio de la representatividad de las organizaciones
profesionales agrarias y acerca del patrimonio de las Cámaras agrarias en caso de extinción,
que con arreglo a lo dispuesto en el artículo 39 del Código Civil, deberá destinarse a fines y
servicios de interés general agrario.
De esta normativa se desprenden las siguientes notas esenciales:

III. NATURALEZA JURÍDICA


Se definen como corporaciones de Derecho Público, dotadas de personalidad jurídica propia y
capacidad de obrar para el cumplimiento de sus fines, que gozan de autonomía para la gestión
de sus intereses y de los recursos que le son propios, ejerciendo las funciones y prestando los
servicios que determina las leyes que las crean y reconocen, esencialmente consultivas y de
colaboración con las Administraciones Públicas en asuntos agrarios, pero no las reivindicativas
o de negociación, al ser función expresamente reservada a las organizaciones profesionales
agrarias.
Como dice el Tribunal Constitucional en la sentencia 132/1989 "nos hallamos ante entidades
que no han sido fruto de la libre decisión u opción de los afectados, para la obtención de fines
autónomamente elegidos, sino fundamentalmente (y sin excluir forzosamente este último
aspecto), de una decisión de los poderes públicos, sin que exista por tanto un "pactum
associationis" original, que se ve sustituido por un acto de creación estatal; y tampoco habría
una opción en favor de la persecución defines o defensa de intereses libremente determinados,
ya que el objeto de esas agrupaciones vendría definido por los intereses públicos para cuya
defensa fueron creadas, y que son también fijados por el poder público. En el tipo de
agrupaciones de que se trata que han recibido la denominación genérica de Corporaciones
públicas, con una mayor o menor amplitud- si bien cabe estimar la presencia de un cierto
elemento o base asociativa (ya que sus integrantes no se encuentran sometidos a un régimen
de tipo estatutario funcionarial, ni integrados en relaciones de jerarquía y subordinación, sino
en posición de paridad), sólo en términos muy latos puede hablarse de que exista una
asociación, en cuanto que ésta supone una agrupación libre para la obtención defines,
determinados, también libremente, por los miembros que la integran.
Como consecuencia de ello, estas agrupaciones de tipo corporativo y de creación legal no
pueden incardinarse (pese a contar con una "base asociativa" en el sentido señalado), sin
profundas modulaciones, en el ámbito de los artículos 22 y 28 CE ".
Dado que las Cámaras Agrarias son entidades de Derecho Público a efectos de su constitución y
organización, así como cuando actúen desarrollando potestades públicas bajo la tutela
administrativa, como ocurre con otras Corporaciones Públicas, los actos y resoluciones dictados
por sus órganos, que según las leyes tengan la consideración de actos administrativos, estarán
sometidos al Derecho Administrativo, siendo susceptibles de recurso en la forma que
establezca la legislación de procedimiento administrativo, y de control jurisdiccional ante los
tribunales del orden contencioso administrativo, en tanto que las cuestiones de naturaleza
jurídica distinta se regirán por las normas que les sean aplicables, con sometimiento al órgano
jurisdiccional (civil o social) correspondiente.

IV. FUNCIONES

La función fundamental de la Cámara Agraria es la de órgano consultivo y de colaboración con


las Administraciones Públicas en asuntos agrarios, emitiendo informes o realizando estudios, o
cualesquiera otras funciones de colaboración referentes a intereses agrarios.
Además le corresponde administrar sus recursos y patrimonio, dar información a sus miembros
acerca de la normativa agraria, programas de actuación, ayudas, subvenciones y demás
acciones de interés para el sector y ejercer aquellas funciones que les delegue el órgano
administrativo autonómico correspondiente.
La libertad sindical y el derecho de asociación empresarial implica que las Cámaras Agrarias no
puedan asumir funciones de representación, negociación y reivindicación, en nombre y defensa
de los intereses económicos, sociales, profesionales y sindicales de los profesionales del sector
agrario, ya que estas funciones corresponden exclusivamente a las organizaciones sindicales y
a las organizaciones profesionales agrarias legalmente constituidas.
Tampoco pueden realizar actividad mercantil.

V. ORGANIZACIÓN

Su estructura y funcionamiento interno han de ser democráticos, y aun con variación en su


denominación, como regla general, las Cámaras Agrarias se organizan a través de una asamblea
general o pleno, una comisión ejecutiva o de gobierno y el presidente, aunque este último en
algún caso, como en la ley catalana, no aparece.
La primera es el órgano soberano, constituido por un número variable de miembros elegidos
mediante sufragio igual, libre, directo y secreto, con criterios de representación proporcional
por profesionales del sector agrario y le corresponde las decisiones de mayor calado (por
ejemplo aprobar los estatutos de la Cámara y sus modificaciones; elegir y revocar al presidente
de la Cámara y a los miembros de la Comisión Ejecutiva; aprobar la memoria anual de
actividades, el presupuesto anual y la liquidación de éste, etc. ) regulándose con detalle el
régimen de convocatoria, constitución y mayoría para la adopción de acuerdos.
El segundo es el órgano de gestión y administración ordinaria compuesto por el presidente de
la Cámara Agraria, y un número más reducido de vocales.
Finalmente, el presidente ostenta la representación legal de la Cámara, coordina e impulsa el
gobierno y la actuación de la Corporación, convoca, preside, suspende y levanta las sesiones de
los otros órganos, entre otras funciones.

VI. RECURSOS ECONÓMICOS

Declarada inconstitucional la obligatoriedad de la inscripción, las cuotas y derramas aprobados


por las Cámaras no podrán ser exigidas con carácter general de todos los profesionales del
sector agrario, de manera que con carácter general, las cámaras agrarias para el cumplimiento
de sus fines se nutren de las aportaciones que puedan establecerse en los presupuestos
generales del Estado, de la Comunidad Autónoma correspondiente y de las Entidades Locales;
de los rendimientos y productos derivados de los bienes y derechos que constituyan su
patrimonio; de las donaciones, herencias, legados o ayudas que puedan recibir y de los
rendimientos por la prestación de servicios tanto propios como delegados por otras
Administraciones Públicas, o convenidos o concertados con ella.
La memoria anual de sus actividades y presupuesto de cada ejercicio se remiten a la Consejería
o departamento autonómico correspondiente, a fin de que la Administración analice su grado
de adecuación a las disposiciones normativas aplicables y está sujeto a la realización de
auditorías en orden a determinar la correcta aplicación de los fondos públicos percibidos por
la Cámara.
Las Cámaras Agrarias gozan del beneficio de justicia gratuita y de inembargabilidad, en los
términos establecidos en la legislación vigente.

VII. PROCESO ELECTORAL


Se regula minuciosamente el proceso electoral para elección de los miembros de la Cámara,
según las pautas de un proceso democrático-representativo (sufragio libre, igual, directo y
secreto) mediante listas cerradas, y se prevé con detalle la condición de electores, que sin
perjuicio de su examen a la luz de cada una de las distintas regulaciones autonómicas, con
carácter general se reconoce a la persona física, mayor de edad, que siendo profesional de la
agricultura como propietario, arrendatario, aparcero o en cualquier otro concepto análogo
reconocido por la Ley, ejerza actividades agrícolas, ganaderas o forestales de modo directo y
personal, y como consecuencia de estas actividades, esté afiliado bien al Régimen Especial
Agrario de la Seguridad Social o bien al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, en
función de su actividad agraria; sus familiares hasta el segundo grado por consanguinidad o
afinidad, mayores de edad, que trabajen de modo directo y preferente en la explotación
familiar, dados de alta en iguales regímenes de la Seguridad Social; la persona natural que haya
obtenido, en virtud de resolución administrativa, la consideración de titular de una explotación
familiar agraria o asimiladas, y las personas jurídicas que tengan por objeto exclusivo,
conforme a sus estatutos y efectivamente ejerzan, la explotación agrícola, ganadera o forestal,
que ejercitarán su derecho a sufragio a través de su representante legal, siendo elegibles como
miembros de las Cámaras Agrarias aquellas personas físicas que reúnan los requisitos para ser
elector y no estén incursos en ninguna de las causas de inelegibilidad establecidas con
carácter general en la legislación reguladora del régimen electoral general.

VIII. ÁMBITO TERRITORIAL

El artículo 6 de la Ley de bases de 1986 imponía que en cada provincia la existencia de una
Cámara Agraria con ese ámbito territorial, si bien el articulo siguiente permitía a las
Comunidades Autónomas regular la creación, fusión y extinción de Cámaras Agrarias de distinto
ámbito territoriales.
Con la derogación de la Ley de 1986 desaparece esa exigencia de una cámara de ámbito
provincial, por lo que la libertad a la hora de definir su ámbito territorial (local, comarcal o
autonómico) es total para las Comunidades Autónomas.

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hace 2 horas

¡Buenos días! El TS ha dictado


sentencia resolviendo el tema que
consideraba de interés casacional.
Fija el criterio siguiente: la pena
accesoria de "inhabilitación
especial para el ejercicio de
profesión relacionada con la
educación de menores", impuesta
en sentencia penal a un funcionario
de carrera del Cuerpo de Maestros,
no puede ser interpretada en el
sentido de que conlleva como
efecto jurídico la inhabilitación
especial para dicho empleo o cargo
público".
Para saber más...

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