Professional Documents
Culture Documents
Modelo Humanista-Existencial
El objetivo de este modelo de trabajo grupal es la de negar la polarización que a
menudo existe entre el terapeuta y el cliente (en este modelo se sustituye la palabra
paciente por la del cliente).
En esencia se asume que la relación de reciprocidad con el terapeuta es la auténtica
experiencia grupal. (9)
Escribió acerca de un momento decisivo que cambia la vida de una persona, pero la
persona debe querer ese momento decisivo. Kierkegaard era pesimista y escéptico
sobre la condición humana.
Destacaba que toda la vida es incierta. (9)
Los pacientes más susceptibles de un abordaje existencial son los que expresan su
falta de sentido de la vida y que arrastran una larga historia de tropiezos en su
búsqueda de objetivos. Si se trabaja con personas mayores de treinta años –cuando
hay que aceptar la propia finitud, cuando hay que encarar la realidad del
envejecimiento y la muerte, cuando ya no sirve la rebelión violenta como forma de
negación- el terapeuta se encuentra ante pacientes susceptibles del abordaje
humanista-existencial. (9)
El terapeuta puede estructurar al grupo en base a temas existenciales como la
libertad, la responsabilidad, la ansiedad, culpabilidad, los integrantes son
responsables de lo explorado.
Desde el primer encuentro grupal, este tipo de terapia pone el énfasis en la condición
humana. El terapeuta tiene su visión personal de la vida, pero anima a que cada
miembro del grupo encare su irrepetible individualidad. El terapeuta estimula la
autenticidad y alienta a los pacientes a arriesgarse en sus vidas. (9)
El terapeuta de grupo existencial acepta que las personas necesitan ayuda para
superar los efectos emocionales de acontecimientos traumáticos, pero cada quien
dispone de una vía propia y exclusiva para recuperarse después de un shock
emocional. La relación terapéutica existencial debe ser de colaboración, (9) dirigida a
dar acompañamiento, pero no consejo, puesto que cada persona es dueña de su
propio destino y por lo tanto puede tomar decisiones y recuperarse por si misma
cuando esté lista.
Fundamentos.
Este enfoque descansa primariamente en la cualidad de la relación entre terapeuta y
persona que consulta (Mearns & Thorne, 1988).
A. La Relación Terapéutica.
Concede una importancia mayor a los elementos emocionales, al sentimiento, más que
a los intelectuales, en una situación concreta. La mayoría de las inadaptaciones no son
debidas a razones intelectuales, sino que el conocimiento es ineficaz porque queda
bloqueado por las satisfacciones emocionales que la persona encuentra en su
inadaptación del momento. Todas nuestras expresiones verbales van siempre
acompañadas de una carga emocional. Debido a ello, cuando el orientador responde a
nivel intelectual a las ideas expresadas por el cliente, bloquea la manifestación y
actitudes con carga emocional y tiende a definir y a resolver los problemas desde él,
inútilmente, ya que con frecuencia no son la verdadera respuesta para el cliente. Por
otro lado, cuando el terapeuta se mantiene alerta constantemente, y responde al nivel
afectivo, le da al cliente la sensación de ser profundamente comprendido, lo capacita
para expresar nuevos sentimientos y lo conduce eficazmente a las raíces emocionales
de su problema de adaptación (Rogers, 1978).
Otorga una importancia mayor a la situación inmediata que al pasado de un sujeto, los
modelos de comportamiento emocional de una persona, se manifiestan igualmente en
su adaptación presente e incluso durante el tiempo de la entrevista. Es curioso que
cuando no existe una exploración de los hechos históricos, surge una imagen más
adecuada del desarrollo dinámico de la persona, a través de los contactos terapéuticos
(Rogers, 1978).
El terapeuta.
Entre las cualidades facilitadoras para los terapeutas efectivos que propone Rothstein
(1988), están en primer término la empatia, la consideración positiva incondicional y la
congruencia, a las cuales me referí anteriormente; entre las otras habilidades figuran:
- Concreción.- Insistir en lo preciso, lo personal. Ayudar a entrar en áreas sensibles y
a entregarse profundamente a la naturaleza de los sentimientos, lo cual evoca fuertes
catarsis y lleva a revelaciones profundas.
- Confrontatividad.- Significa desafiar a los clientes con sus discrepancias (lo verbal/
lo no verbal, las distorsiones, las conductas evitativas), haciéndolo con franqueza pero
con calidez, para facilitar el autoanálisis.
El Proceso de la Terapia.
¿Qué ocurre durante él? ¿Qué sucede mientras duran las entrevistas? ¿Qué hace el
terapeuta? ¿Y el cliente?. Los pasos que caracterizan el proceso terapéutico no son
hechos aislados, los procesos se mezclan y superponen unos con otros (Rogers, 1978):
I. El sujeto llega para recibir ayuda.- La persona ha hecho una decisión responsable de
mucha importancia. Si es el mismo cliente quien se responsabiliza de la visita, también
aceptará la responsabilidad de enfrentarse con sus problemas (Rogers, 1978).
IX. La iniciación a acciones positivas pequeñas pero altamente significativas.- Una vez
que se consigue la captación intuitiva, las medidas que se toman generalmente suelen
ser muy adecuadas a la nueva comprensión. La captación intuitiva lleva consigo la
elección entre metas que proporcionan una satisfacción inmediata y temporal y las que
la ofrecen a largo plazo pero que son más duraderas (Rogers, 1978).
XI. Existe una acción positiva e integradora cada vez mayor por parte del cliente.-
Menos miedo para tomar decisiones y mayor confianza para tomar posturas por sí
mismo. El terapeuta y el cliente trabajan juntos, ya no queda dependencia.
XII. Existe una posibilidad cada vez menor de recibir ayuda y un reconocimiento por
parte del cliente de que la relación debe terminar.- El terapeuta le ayuda a clarificar
esta sensación, aceptando y reconociendo el hecho de que es él mismo quien ahora se
hace cargo de su propia situación con mayor confianza, y que ya no se ve la necesidad
de prolongar las visitas por más tiempo (Rogers, 1978).
Por todo lo mencionado anteriormente en la revisión teórica, pienso que la Terapia
Centrada en la Persona es una postura que demuestra originalidad frente a las demás
terapias.
PSICOTERAPIA INFANTIL
4.2. Fase de tratamiento
4.2.1. ¿Por qué hacer psicoterapia a niños?
Cuando esta terapia tiene éxito se debe a que el terapeuta ha sido capaz de guiar a los miembros
de la pareja o de la familia a cambiar la forma en la cual se comportan unos con otros. En términos
conductuales o del aprendizaje podemos decir que "formas de comportarse unos con otros" quiere
decir consecuencias del comportamiento o contingencias de refuerzo. En lugar de premiar el
comportamiento no adaptativo por medio de la atención y la preocupación, la familia aprende a
darse reconocimiento y aprobación por el comportamiento de tipo más adaptativo. Como la familia
es un sistema de red, un sistema de comportamientos recíproco (incluyendo el comportamiento
afectivo), la terapia familiar funciona mejor cuando cada uno de los miembros aprende cómo
cambiar su responsabilidad ante los otros miembros de la familia.
Concede una importancia mayor a los elementos emocionales, al sentimiento, más que
a los intelectuales, en una situación concreta. La mayoría de las inadaptaciones no son
debidas a razones intelectuales, sino que el conocimiento es ineficaz porque queda
bloqueado por las satisfacciones emocionales que la persona encuentra en su
inadaptación del momento. Todas nuestras expresiones verbales van siempre
acompañadas de una carga emocional. Debido a ello, cuando el orientador responde a
nivel intelectual a las ideas expresadas por el cliente, bloquea la manifestación y
actitudes con carga emocional y tiende a definir y a resolver los problemas desde él,
inútilmente, ya que con frecuencia no son la verdadera respuesta para el cliente. Por
otro lado, cuando el terapeuta se mantiene alerta constantemente, y responde al nivel
afectivo, le da al cliente la sensación de ser profundamente comprendido, lo capacita
para expresar nuevos sentimientos y lo conduce eficazmente a las raíces emocionales
de su problema de adaptación (Rogers, 1978).
Otorga una importancia mayor a la situación inmediata que al pasado de un sujeto, los
modelos de comportamiento emocional de una persona, se manifiestan igualmente en
su adaptación presente e incluso durante el tiempo de la entrevista. Es curioso que
cuando no existe una exploración de los hechos históricos, surge una imagen más
adecuada del desarrollo dinámico de la persona, a través de los contactos terapéuticos
(Rogers, 1978).
El terapeuta.
Si la terapia fuera inmejorable, intensiva y totalizadora, ello significaría que el
terapeuta ha sido capaz de iniciar una relación subjetiva e intensamente personal con
su cliente y que se ha relacionado con él como una persona con otra persona. En el
ámbito clínico se desarrollan diagnósticos elaborados en los que se considera a la
persona un objeto. Para el enfoque centrado en la persona no es útil ni satisfactorio
interferir en la experiencia del cliente con explicaciones diagnósticas, interpretaciones,
sugerencias o consejos. Si se considera a la persona como alguien estático, ya
diagnosticado y clasificado, ya modelado por su pasado, se contribuye a confirmar esta
hipótesis limitada. Si en cambio, se lo acepta como un proceso de transformación se lo
ayuda a confirmar y realizar sus potencialidades (Rogers, 1961).
Entre las cualidades facilitadoras para los terapeutas efectivos que propone Rothstein
(1988), están en primer término la empatia, la consideración positiva incondicional y la
congruencia, a las cuales me referí anteriormente; entre las otras habilidades figuran:
- Confrontatividad.- Significa desafiar a los clientes con sus discrepancias (lo verbal/
lo no verbal, las distorsiones, las conductas evitativas), haciéndolo con franqueza pero
con calidez, para facilitar el autoanálisis.
El Proceso de la Terapia.
¿Qué ocurre durante él? ¿Qué sucede mientras duran las entrevistas? ¿Qué hace el
terapeuta? ¿Y el cliente?. Los pasos que caracterizan el proceso terapéutico no son
hechos aislados, los procesos se mezclan y superponen unos con otros (Rogers, 1978):
I. El sujeto llega para recibir ayuda.- La persona ha hecho una decisión responsable de
mucha importancia. Si es el mismo cliente quien se responsabiliza de la visita, también
aceptará la responsabilidad de enfrentarse con sus problemas (Rogers, 1978).
IX. La iniciación a acciones positivas pequeñas pero altamente significativas.- Una vez
que se consigue la captación intuitiva, las medidas que se toman generalmente suelen
ser muy adecuadas a la nueva comprensión. La captación intuitiva lleva consigo la
elección entre metas que proporcionan una satisfacción inmediata y temporal y las que
la ofrecen a largo plazo pero que son más duraderas (Rogers, 1978).
XI. Existe una acción positiva e integradora cada vez mayor por parte del cliente.-
Menos miedo para tomar decisiones y mayor confianza para tomar posturas por sí
mismo. El terapeuta y el cliente trabajan juntos, ya no queda dependencia.
XII. Existe una posibilidad cada vez menor de recibir ayuda y un reconocimiento por
parte del cliente de que la relación debe terminar.- El terapeuta le ayuda a clarificar
esta sensación, aceptando y reconociendo el hecho de que es él mismo quien ahora se
hace cargo de su propia situación con mayor confianza, y que ya no se ve la necesidad
de prolongar las visitas por más tiempo (Rogers, 1978).
Concede una importancia mayor a los elementos emocionales, al sentimiento, más que
a los intelectuales, en una situación concreta. La mayoría de las inadaptaciones no son
debidas a razones intelectuales, sino que el conocimiento es ineficaz porque queda
bloqueado por las satisfacciones emocionales que la persona encuentra en su
inadaptación del momento. Todas nuestras expresiones verbales van siempre
acompañadas de una carga emocional. Debido a ello, cuando el orientador responde a
nivel intelectual a las ideas expresadas por el cliente, bloquea la manifestación y
actitudes con carga emocional y tiende a definir y a resolver los problemas desde él,
inútilmente, ya que con frecuencia no son la verdadera respuesta para el cliente. Por
otro lado, cuando el terapeuta se mantiene alerta constantemente, y responde al nivel
afectivo, le da al cliente la sensación de ser profundamente comprendido, lo capacita
para expresar nuevos sentimientos y lo conduce eficazmente a las raíces emocionales
de su problema de adaptación (Rogers, 1978).
Otorga una importancia mayor a la situación inmediata que al pasado de un sujeto, los
modelos de comportamiento emocional de una persona, se manifiestan igualmente en
su adaptación presente e incluso durante el tiempo de la entrevista. Es curioso que
cuando no existe una exploración de los hechos históricos, surge una imagen más
adecuada del desarrollo dinámico de la persona, a través de los contactos terapéuticos
(Rogers, 1978).
El terapeuta.
Entre las cualidades facilitadoras para los terapeutas efectivos que propone Rothstein
(1988), están en primer término la empatia, la consideración positiva incondicional y la
congruencia, a las cuales me referí anteriormente; entre las otras habilidades figuran:
- Confrontatividad.- Significa desafiar a los clientes con sus discrepancias (lo verbal/
lo no verbal, las distorsiones, las conductas evitativas), haciéndolo con franqueza pero
con calidez, para facilitar el autoanálisis.
El Proceso de la Terapia.
¿Qué ocurre durante él? ¿Qué sucede mientras duran las entrevistas? ¿Qué hace el
terapeuta? ¿Y el cliente?. Los pasos que caracterizan el proceso terapéutico no son
hechos aislados, los procesos se mezclan y superponen unos con otros (Rogers, 1978):
I. El sujeto llega para recibir ayuda.- La persona ha hecho una decisión responsable de
mucha importancia. Si es el mismo cliente quien se responsabiliza de la visita, también
aceptará la responsabilidad de enfrentarse con sus problemas (Rogers, 1978).
IX. La iniciación a acciones positivas pequeñas pero altamente significativas.- Una vez
que se consigue la captación intuitiva, las medidas que se toman generalmente suelen
ser muy adecuadas a la nueva comprensión. La captación intuitiva lleva consigo la
elección entre metas que proporcionan una satisfacción inmediata y temporal y las que
la ofrecen a largo plazo pero que son más duraderas (Rogers, 1978).
XI. Existe una acción positiva e integradora cada vez mayor por parte del cliente.-
Menos miedo para tomar decisiones y mayor confianza para tomar posturas por sí
mismo. El terapeuta y el cliente trabajan juntos, ya no queda dependencia.
XII. Existe una posibilidad cada vez menor de recibir ayuda y un reconocimiento por
parte del cliente de que la relación debe terminar.- El terapeuta le ayuda a clarificar
esta sensación, aceptando y reconociendo el hecho de que es él mismo quien ahora se
hace cargo de su propia situación con mayor confianza, y que ya no se ve la necesidad
de prolongar las visitas por más tiempo (Rogers, 1978).
(2) Elegir metas razonables que sean comportamientos alternos, de carácter adaptativo.
(3) Dirigir Y guiar la familia para que cambie las contingencias de sus patrones de refuerzo social, de
la conducta no adaptativa a la conducta adaptativa. Otro principio de aprendizaje que toma parte
en la terapia familiar que tiene éxito es el seguir modelos, también denominado imitación o
identificación.
El modelo, que algunas veces es el terapeuta pero en otros casos son los otros miembros de la
familia, presenta el comportamiento deseado, adaptativo, que después el paciente imita. La
imitación o identificación ocurre cuando el modelo es una persona a quien se estima (el terapeuta,
un miembro de la familia a quien se admira) y cuando el modelo recibe refuerzo positivo
(aprobación) por su comportamiento por parte de los demás (Bandura y Walters, 1963).
INTERVENCION EN CRISIS
A continuación propongo una propuesta metodológica de intervención en crisis, basada en
elementos comunes de diversos modelos de intervención como los de Mathilde du Ranquet,
Malcolm Payne, A. Fernández Liria y B Rodríguez Vega, Daniel Benveniste, Ph., D. Juan
Carlos García Ramos o Judith Herman.
“Tres factores modulan el impacto de la exposición a un desastre: El soporte social, las
atribuciones de control interno y la percepción de amenaza” (Solomon i Green,1992).
En toda situación de crisis, aparecen tres áreas como fundamentales en el proceso de
recuperación y adaptación:
Factores estresantes y reacción de estrés. Afectan la conducta dependiendo del tipo del evento
traumático, la percepción y significado para su supervivencia más las consecuencias de cambio
en su entorno.
Estilos de conducta de afrontamiento. Capacidad del individuo de afrontar los cambios
personales producidos por el desastre y el de su entorno, de manera apropiada y saludable.
Sistemas de conducta y apoyo social. Ayuda y redes de soporte que ayudan de manera
específica, apropiada y eficiente al sobreviviente.
Es posible que existan pequeñas lagunas de memoria, en que no recuerde bien lo sucedido en
algún momento, o que el tiempo transcurrido no sea muy preciso. Tomaremos nota de estos
aspectos y en qué punto de la historia ocurre. Más adelante podremos ayudarle a pensar sobre
estos hechos.
Valoraremos en este punto la fase en la que se encuentra en este momento el paciente:
Es posible que continúe en un cierto estado de shock, en una fase aguda. En este caso el relato
será de una gran intensidad emocional, costándole mucho separar del relato la
26
parte cognitiva de la emocional. Dejaremos que se desahogue emocionalmente, e iremos
dirigiendo el relato de una forma más directiva.
Tomamos nota de los hitos más relevantes de la narración y anotaremos aquellos indicadores
que nos den pistas del estado de ánimo de la persona, en el momento de los hechos y su posible
repercusión actualmente.
Asimismo incidiremos sobre aquellos momentos en los que la persona haya realizado las
conductas apropiadas para usarlo como reforzador y hacerle ver las actuaciones y
conductas apropiadas que realizó y por ende su capacidad y resistencia.
Hay que tener presente que las personas que han padecido una situación traumática suelen verla
de una forma global y califican su actuación durante la misma de forma integral, normalmente
dura, autoexigente y descalificadora (no fui capaz de.., quería haber hecho pero…, tenía que
haber…, pero si yo… etc.) y no son consientes, hasta que uno se lo hace ver, que en ciertos
momentos actuaron de la forma apropiada. Puede que solo sea el hecho de haberse apartado lo
suficiente del foco de peligro, pero esto ya es algo positivo que concluir de su actuación. Es
posible que se sorprendan con este comentario e intenten quitarle importancia para reafirmar su
criterio global descalificador, pero habrán tomado nota de ello y será un primer paso para ir
encontrando sus propias fortalezas.