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pareja
Amorortu Editores. Clifford SagrAmorortu Editores.
1. El concepto de contrato
matrimonial y sus aplicaciones en
terapia
Contratos legales
* Para las referencias bibliográficas, Sager indica en cada caso los autores y
año de edición, remitiendo a! lector a la bibliografía, dividida por capítulos,
que se incluye al final de la obra. [N. de ¡a TI
1 Noto que aquí falta un punto que trate de métodos conciliatorios para
aquellos casos que los cónyuges sean incapaces de resolver por sí mismos.
Sería importante, al parecer, fijar algún sistema de arbitraje o ayuda de terceros
a un nivel igualitario, o bien de ayuda profesional.
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2. El contrato individual
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Causas de dificultades contractuales
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3- El contrato de interacción
h n e l ca p í tu l o a n t er i or d es c r ib im o s la s á r ea s \ n iv e l es d e co nc i e nc ia
d e lo s co n tra t os i nd iv id ua l es . A ho ra tra ta r em os d e c om p r end e r
c óm o d o s ind iv id u os s e c o nv ie r te n e n u n s i st em a m a r it a l , y d e qué
m od o lo s dos co n tra t os i nd e pe nd i en t es se m a n i f ie s ta n
o p era t iv a m en t e e n e l co n tra t o d e i n f era c c ió n d e la pa r e ja .
ti sistema marital
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E1 contrato de interacció
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El vínculo
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Elección d e pa reja \
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Doble vínculo
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dos, dos personas que han mantenido una relación formal tienen
la obligación de tomarse su tiempo para separarse y para extraer
enseñanzas de dicha relación.
Puede ocurrir que sólo uno de los cónyuges esté dispuesto a
escribir un contrato. La mayoría de las veces, el que se rehúsa es
el que menos motivos tiene para mantener la relación, pero aun
así el hecho de que no traiga su contrato escrito no debe tomarse
como evidencia de que desea separarse, o trabar el mejoramiento
del sistema marital. Aunque escribir el contrato parezca una
tarea formidable, quienes lo hicieron se han sentido bien
recompensados (con la posible excepción de la pareja a que nos
referimos párrafos atrás). Las renuencias son comprensibles.
Muchos son reacios a examinar su relación adulta más
importante; para la mayoría constituye una amenaza hurgar en su
propio rol y el del compañero, investigar si su matrimonio les
brinda o no lo que desean. Además, en ciertos casos, algunos
terapeutas pueden apoyar esta resistencia o renuencia porque a
ellos mismos les disgusta examinar su propia situación.
A medida que avanza el tratamiento, van recogiéndose más datos
en las entrevistas individuales o conjuntas, durante las cuales el
terapeuta le pregunta a cada esposo «qué desea, necesita, espera
o supone que sería lo ideal» y otras cuestiones por el estilo, con
referencia a diversos aspectos de su relación. También da
resultado interrogar a cada uno sobre los deseos y expectativas
del compañero, pues esto provoca un intercambio de opiniones y
una corroboración o desacuerdo, además de revelar las
desinteligencias.
Naturalmente, los datos más difíciles de obtener son los del
tercer nivel (cláusulas contractuales no concientes); son,
asimismo, los más controvertidos porque a menudo dependen de
elaboraciones o supuestos teóricos. Lo primero que hay que
hacer es obtener una breve reseña de cada esposo, procurando
reconstruir el contenido latente partiendo de las interacciones
concientes; también puede solicitarse y examinarse material
onírico. Otros datos útiles son la interpretación de cada uno con
respecto a la relación entre sus propios progenitores, así como
sus conjeturas acerca de los contratos de aquellos. j En
comprensión de las necesidades mutuas, aun entre pacientes que
no han estado
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mismo, sino como una ayuda para alcanzar los objetivos y lines
conyugales. Desde un punto de vista operativo, todas las parejas
tienen contratos. Nuestra tarea como terapeutas es procurar
traerlos a un nivel de plena conciencia y darles un uso cor
structivo.
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