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Gobierno de Agustín Pedro Justo (1932-1938)

El gobierno del General Agustín P. Justo se caracterizó por el fraude electoral, la represión, y los
escándalos por los actos de corrupción en favor de las empresas británicas.

Luego del fracaso del ensayo neocorporativista nacionalista católico de José Félix Uriburu gobernó
la Argentina una alianza política que se denominó la "Concordancia" que fue una alianza política
formada entre el Partido Demócrata Nacional (también conocido simplemente como Partido
Conservador), la Unión Cívica Radical Antipersonalista y el Partido Socialista Independiente. Esta
alianza gobernó el país entre 1932 y 1943, a través de los presidentes Agustín P. Justo (1932-
1938), Roberto M. Ortiz (1938-1940) y Ramón Castillo que debió completar el período por muerte
del presidente Ortiz (1940-1943).

Agustín P. Justo asumió como presidente el 20 de febrero de 1932. Además de la convulsión


política debida al golpe debió hacer frente a los resultados de la Gran Depresión, que había
acabado con el superávit comercial y terminado con las ventajas comparativas del intercambio
comercial por el cierre de mercados donde se colocaban los productos exportables del país.

Revoluciones radicales
Durante su mandato, la oposición radical, que había declarado la abstención electoral ante la
ilegitimidad del régimen, fue muy marcada. En 1933 se produjeron en Buenos Aires, Corrientes,
Entre Ríos y Misiones alzamientos radicales que se saldaron con más de mil detenidos. Yrigoyen,
gravemente enfermo, fue devuelto a Buenos Aires y mantenido bajo arresto domiciliario; moriría
el 3 de julio, y su entierro en el cementerio de la Recoleta sería ocasión de una manifestación
multitudinaria. En diciembre, en ocasión de la reunión de la convención nacional de la UCR, un
alzamiento conjunto de militares y políticos se desató en Santa Fe, Rosario y Paso de los Libres.
José Benjamín Ábalos, ex-ministro de Yrigoyen, y el coronel Roberto Bosch fueron detenidos por el
alzamiento, y los convencionales y dirigentes del partido encarcelados en Martín García. Alvear,
antiguo padrino de Justo, se exiliaría, mientras que otros serían retenidos en el penal de Ushuaia

Pacto Roca-Runciman
El primer ministro de Hacienda de Justo fue Alberto Hueyo; su gestión estuvo marcada por las
restricciones a todos los gastos públicos, aunque paralelamente se llevó adelante una política de
inversión pública; el área donde las inversiones se hicieron más notables fue el de transportes,
donde se creó la Dirección Nacional de Vialidad, a cuyo frente se encontraba el ingeniero
Justiniano Allende Posse. La misma, sostenida por un impuesto de dos centavos sobre litro de
nafta, construiría la red troncal de rutas nacionales, muchas de las cuales serían pavimentadas.

Invitó a Oscar Niemeyer a la Argentina, pero este prefirió pactar con el enviado presidencial, que
era el vicepresidente Julio Argentino Pascual Roca. Hueyo se enfrentó con este, que estaba
dispuesto a ceder en todo a las pretensiones de Gran Bretaña a cambio de recuperarla como
mercado para las exportaciones argentinas. En particular, se opuso a la pretensión británica de
controlar el tipo de cambio, ya que este control obligaría a la Argentina a endeudarse. También se
opuso a conceder ventajas aduaneras a Gran Bretaña sin contrapartida.39 La firma del Pacto Roca-
Runciman en mayo de 1933 empeoró las relaciones de Hueyo con el resto del gabinete, hasta que
este finalmente renunció en el mes de agosto.
Uno de los más controvertidos sucesos del mandato de Justo fue la firma del Pacto Roca-Runciman
con Gran Bretaña en 1933. Los británicos habían adoptado, en la conferencia de Ottawa de 1932,
medidas tendientes a favorecer la importación procedente de sus colonias y dominios, dañando
seriamente a los hacendados argentinos.

El tratado suscitó escándalo, pues el Reino Unido aseguró a la Argentina solo un cupo inferior al de
sus dominios, de 390.000 toneladas anuales de carne, a cambio de cuantiosas concesiones para las
empresas británicas. El 85% de la exportación debía realizarse a través de frigoríficos británicos,
las tarifas de los ferrocarriles operados por el Reino Unido no se regularían, no se fijarían derechos
aduaneros sobre el carbón, se daría tratamiento especial a las empresas británicas con inversiones
en Argentina y se reducirían los precios de la exportación. No menos problemáticas resultaron las
declaraciones del vicepresidente Roca.

La geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la
actividad de la economía de las naciones. Así ha podido decir un publicista de celosa personalidad
que la Argentina, por su interdependencia recíproca es, desde el punto de vista económico, una
parte integrante del Imperio Británico. *

Lisandro de la Torre fue llamado el Fiscal de la Patria por haber expuesto la corrupción y los
negociados en beneficio de los intereses británicos durante el «debate de las carnes».

El senador por Santa Fe Lisandro de la Torre del Partido Demócrata Progresista fue uno de los
principales opositores al tratado y denunció los delitos que bajo su amparo estaban cometiendo
las empresas frigoríficas inglesas y el gobierno, llevando a la apertura de una investigación por
parte del Senado que le ganó el apodo de "Fiscal de la Patria". La investigación tendría un
desenlace trágico el 23 de julio de 1935, cuando el senador demócrata-progresista Enzo
Bordabehere, fue asesinado de tres balazos en pleno recinto del Senado por un matón relacionado
con el oficialismo, en el intento de asesinar a de la Torre. El hecho ha sido tema de la película
Asesinato en el Senado de la Nación.

El pacto Roca-Runciman fue denunciado unilateralmente en 1936 por el Reino Unido; las tratativas
para sostenerlo desembocaron en la firma de otro tratado, el Malbrán-Edén, que fijó fuertes
aranceles a la importación de carnes argentinas en Gran Bretaña.

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