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Mi hobby

Todo comenzó para mí en la secundaria. Estaba en tercer año, eso lo recuerdo muy
bien. La tarea era para la clase de español, por supuesto, y lo que teníamos que
hacer era leer un libro y hacer una reseña. Teníamos un mes para hacerlo. Yo nunca
antes había leído un libro, ni siquiera había pensado en ello, pero no pensé en la
tarea como una carga y decidí elegir un buen libro para leer. El libro de mi elección
se llama Eso o It en inglés, de Stephen King, y este abrió para mí las puertas de la
literatura. Lo leí y la forma en que un libro puede transportarte a otro mundo y
conocer personajes que, en su mayoría, son imaginarios, me fascino. Reí, lloré, me
sorprendí e incluso llegue a asustarme (o a sentir ansiedad por el suspenso).
Me fascinó, en la literatura, la forma en que se pueden crear mundos de la nada, y
como estos pueden parecer tan reales, tan palpables, casi como si en realidad
existieran. Me gustan los personajes que tienen sentido, con los que alguien se
puede identificar. Héroes que no son perfectos –porque nadie lo es-. Villanos
complejos, con los que hasta en algunas situaciones nos identificamos, villanos que
en algunas ocasiones comenzaron como los buenos de la historia, villanos que
tienen más sentido que el héroe de la historia. Me fascina el desarrollo de los
personajes, el crecimiento que presentan a través de una obra bien hecha. Una
historia puede comenzar en un punto común, pero solo el autor puede decidir hacia
donde irá, y aun así, en veces el autor no tiene el poder sobre su obra, sino que
simplemente la escribe como va, siendo fiel a sus personajes. Esto me encanto
también, el hecho de que las historias parezcan contarse a sí mismas a través de
los dedos de sus autores.
Me atrapó también la forma en que el autor de una historia puede proyectar tantas
emociones en los lectores. He derramado lágrimas por finales crueles. He reído por
bromas tontas. El suspenso ha hecho latir mi corazón más rápido de lo normal. He
sudado sudor frío y la piel se me ha puesto de gallina. Ha habido momentos en que
simplemente he tenido que parar de leer porque mi mundo se movió con la frase de
algún personaje, o alguna situación. He extrañado a personajes, los he extrañado
día a día, y a veces es muy difícil terminar una historia, porque sabes que ya no
sabrás más de ellos, porque sabes que su tiempo ha llegado… que se han
marchado a los Puertos Grises y han partido hacia Valinor en un bien merecido
último viaje, por una increíble aventura, y por ello algunas ocasiones me he
deprimido, como alguien se deprime cuando termina un buen libro.
He vivido y he sentido cosas que de otro modo habrían sido imposibles para mí.
Para mí la literatura es muy importante porque me ha acompañado en una etapa
muy grande de mi vida, y todavía lo hace. He aprendido infinidad de cosas, he
aprendido de otros tiempos cuando las cosas no eran como son en la actualidad,
de los tiempos en que esas historias fueron escritas, porque ese es el poder de la
literatura; su poder es el de plasmar el contexto social, cultural e histórico en su
prosa, en sus versos. En la literatura uno se puede perder en las historias que lee,
y al final vuelve, siempre vuelve, pero cuando un vuelve, uno es algo más de lo que
fue al comenzar a leer, por lo menos si se trata de un buen libro, de una buena
historia en la que se haya aprendido algo de verdad, o que nos haya afectado
profundamente, que nos haya tocado ahí, en lo más noble de nuestra alma, donde
yace nuestro corazón. De eso se trata la literatura, de alcanzar esos puntos en sus
lectores, y de causar un impacto. Se trata de que el lector no sea el mismo cuando
comenzó a leer que cuando termino, de engancharlo en la historia, de que quiera
más, siempre más, como si fuera una droga; se trata de que el lector se sienta
ofendido por lo mucho que se identifica con la historia relatada.
La literatura forma carácter, al igual que muchas otras cosas en la vida. Nos permite
aprender acerca de la humanidad misma. Nos permite viajar en el tiempo a otras
épocas y aprender sobre las creencias de nuestros antepasados, de sus formas de
hablar, de cómo vivían. Después de todo, para comprender el presente tenemos
que conocer el pasado.
He leído muchos libros que me han afectado profundamente, y aunque no los vaya
a mencionar todos, haré un intento.
En el Silmarillion, el Hobbit y el Señor de los Anillos aprendí sobre un mundo, un
mundo completamente nuevo y una historia inimaginablemente épica, llena de
hazañas legendarias y grandes travesías, grandes Odiseas y conocí a grandes
personajes.
En la Torre Oscura conocí a Roland y a su obsesión, al inmutable Roland y su
destino maldito.
En Cien años de soledad aprendí mucho sobre el espíritu humano, y conocí al
general Aureliano Buendía, personaje con el que me identifico profundamente, y al
que sé que Gabriel García Márquez le dio su propia alma.
En el Caso de Charles Dexter Ward sufrí el mayor cambio de trama que recuerde.
En Así Habló Zarathustra conocí el carácter satírico de Nietzsche y al final aprendí
mucho de cómo ser el Úbermensh que durante toda su vida busco.
En Juego de Tronos viví la fantasía en su cénit, mezclado con guerra, drama y
magia.
En Eso está mi infancia, y mis recuerdos y con el perdí mi virginidad lectora.
En Hombres sin mujeres Haruki Murakami me dio un golpe directo y sufrí por lo
identificado que me vi (y más aún a este día) con los hombres que perdieron al amor
de su vida de una u otra forma, o que simplemente no lo han conocido. En esta
exquisita pieza Murakami diseccionó para el alma de los hombres y la ofreció a sus
lectores.
En Mitología aprendí sobre los griegos y los nórdicos. Aprendí sobre aquellos
antiguos y sus creencias, y al aprender sobre estos comprendí muchas sobre la
humanidad y su naturaleza.
En El guardián entre el centeno aprendí que ser pesimista y depresivo solo tiene un
fin posible.
En todos los libros que he leído, he aprendido algo que para bien o para mal, me ha
cambiado.
Este es un hobby que no cambiaría por nada, y la verdad para mí la sola idea de
cambiar un pasatiempo que tienes, por otro es un tanto absurda. Estos son partes
de tu persona que no simplemente puedes dejar un lado por otra. Es como si no
estuvieras conforme contigo mismo. O si en verdad se quiere desarrollar un
pasatiempo ¿Por qué no simplemente lo se hace? ¿Por qué se tendría que
traicionar a esa parte tuya, que vive con ese pasatiempo/hobby?

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