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TALLER DE

PRIMEROS AUXILIOS

CURSO:

SALUD OCUPACIONAL Y SEGURIDAD INDUSTRIAL Y MEDIO AMBIENTE

ESTUDIANTE:

MONTALVO ACOSTA RUTH MERY


LIZ MARINA SAEZ FALCO
OSCAR DE SAEZ

SENA

2018

CARTAGENA BOLÍVAR.
PRIMEROS AUXILIOS

1. Signos vitales

Los signos vitales reflejan funciones esenciales del cuerpo, incluso el ritmo cardíaco,
la frecuencia respiratoria, la temperatura y la presión arterial. Su proveedor de
atención médica puede observar, medir y vigilar sus signos vitales para evaluar su
nivel de funcionamiento físico.

Los signos vitales normales cambian con la edad, el sexo, el peso, la capacidad
para ejercitarse y la salud general.

Los signos vitales son mediciones de las funciones más básicas del cuerpo. Los
cuatro signos vitales principales que monitorizan de forma rutinaria los profesionales
médicos y proveedores de atención médica son los siguientes:

 La temperatura corporal; 97.8°F a 99.1°F (36.5°C a 37.3°C)/promedio de


98.6°F (37ºC)
 El pulso; 60 a 100 latidos por minuto
 La frecuencia respiratoria (ritmo respiratorio); 12 a 18 respiraciones por
minuto
 La presión arterial 90/60 mm Hg hasta 120/80 mm Hg (si bien no se
considera a la presión arterial como un signo vital, por lo general se la
controla junto con los signos vitales).

Los signos vitales son útiles para detectar o monitorizar problemas de salud. Los
signos vitales se pueden medir en un instituto médico, en casa, durante una
emergencia médica o en cualquier otro lugar.

¿Qué es la temperatura corporal?

La temperatura normal del cuerpo varía según el sexo, la actividad reciente, el


consumo de alimentos y líquidos, la hora del día y, en las mujeres, la etapa del ciclo
menstrual. La temperatura corporal normal puede variar entre 97.8 °F (Fahrenheit)
equivalentes a 36.5 °C (Celsius) y 99 °F equivalentes a 37.2 °C en un adulto sano.
La temperatura corporal de una persona puede medirse de cualquiera de las
siguientes maneras:

 En la boca. La temperatura se puede tomar en la boca con un termómetro


clásico o con un termómetro digital que utiliza una sonda electrónica para
medir la temperatura corporal.
 En el recto. La temperatura que se toma por vía rectal (con un termómetro
de vidrio o digital) tiende a ser entre 0,5 y 0,7 °F más alta que cuando se
toma por vía oral.
 En la axila. Se puede tomar la temperatura debajo del brazo con un
termómetro de vidrio o digital. La temperatura que se toma en esta zona suele
ser entre 0,3 y 0.4 °F más baja que la que se toma por vía oral.
 En la oreja. Un termómetro especial puede medir rápidamente la
temperatura del tímpano para reflejar la temperatura central del cuerpo (la
temperatura de los órganos internos).
 En la piel. Un termómetro especial puede medir rápidamente la temperatura
de la piel de la frente.

Cuando la temperatura es anormal puede producirse por la fiebre (temperatura alta)


o por la hipotermia (baja temperatura). Se entiende como fiebre cuando la
temperatura corporal se eleva por sobre un grado de la temperatura normal de 98,6
°F, según la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy
of Family Physicians). La hipotermia se define como un descenso de la temperatura
corporal por debajo de 95 °F.

¿Qué es el pulso?

El pulso es una medición de la frecuencia cardíaca, es decir, la cantidad de veces


que el corazón late por minuto. A medida que el corazón impulsa la sangre a través
de las arterias, las arterias se expanden y se contraen con el flujo sanguíneo. Al
tomar el pulso no solo se mide la frecuencia cardíaca, sino que también puede
indicar:
 El ritmo cardíaco
 La fuerza del pulso

El pulso normal de los adultos sanos oscila entre los 60 y 100 latidos por minuto. El
pulso puede fluctuar y aumentar con el ejercicio, las enfermedades, las lesiones y
las emociones. Las mujeres mayores de 12 años, en general, tienden a tener el
pulso más rápido que los hombres. Los deportistas, como los corredores, que
practican mucho ejercicio cardiovascular, pueden tener frecuencias cardíacas de
hasta 40 latidos por minuto sin presentar problemas de ningún tipo.

Cómo tomarse el pulso

Cuando el corazón impulsa la sangre a través de las arterias, notará sus latidos
presionando con firmeza en las arterias, que se encuentran cerca de la superficie
de la piel en ciertos lugares del cuerpo. El pulso se puede sentir en la parte lateral
del cuello, en la parte interior del codo o en la muñeca. Para la mayoría de las
personas lo más sencillo es tomarse el pulso en la muñeca. Si utiliza la parte inferior
del cuello, asegúrese de no presionar demasiado y nunca presione sobre ambos
lados del cuello al mismo tiempo para no bloquear el flujo de sangre al cerebro.
Cuando se tome el pulso:

 Con las yemas de los dedos índice y medio, presione suavemente pero con
firmeza sobre las arterias hasta que sienta el pulso;
 Comience a contar las pulsaciones cuando el segundero del reloj marque las
12;
 Cuente el pulso durante 60 segundos (o durante 15 segundos y después
multiplíquelo por cuatro para calcular los latidos por minuto);
 Al contar, no mire el reloj continuamente, más bien concéntrese en las
pulsaciones;
 Si no está seguro de los resultados, pídale a otra persona que cuente por
usted.
 Si su médico le indicó que se controle el pulso y tiene dificultades para
hallarlo, consulte a su médico o enfermera para obtener indicaciones
adicionales.

¿Qué es la frecuencia respiratoria?

La frecuencia respiratoria es la cantidad de respiraciones que una persona hace por


minuto. La frecuencia se mide por lo general cuando una persona está en reposo y
consiste simplemente en contar la cantidad de respiraciones durante un minuto cada
vez que se eleva el pecho. La frecuencia respiratoria puede aumentar con la fiebre,
las enfermedades y otras afecciones médicas. Cuando se miden las respiraciones,
es importante tener en cuenta también si la persona tiene dificultades para respirar.

La frecuencia respiratoria normal de un adulto que esté en reposo oscila entre 12 y


16 respiraciones por minuto.

¿Qué es la presión arterial?

La presión arterial, medida con un tensiómetro y un estetoscopio por una enfermera


u otro proveedor de atención médica, es la fuerza que ejerce la sangre contra las
paredes de las arterias. Cada vez que el corazón late, bombea sangre hacia las
arterias, lo que produce una presión sanguínea más alta cuando el corazón se
contrae. No puede tomarse su propia presión arterial a menos que utilice un
tensiómetro electrónico. Los tensiómetros electrónicos también pueden medir el
ritmo cardíaco o el pulso.

Cuando se mide la presión arterial se registran dos números. El número más


elevado, la presión sistólica, es la presión dentro de la arteria cuando el corazón se
contrae y bombea sangre a través del cuerpo; mientras que el número más bajo, la
presión diastólica, es la presión dentro de la arteria cuando el corazón está en
reposo y llenándose con sangre. Tanto la presión sistólica como la diastólica se
registran en "mm de Hg" (milímetros de mercurio). Este registro representa cuán
alto la presión sanguínea eleva la columna de mercurio en un tensiómetro antiguo
(como el manómetro o el esfigmomanómetro de mercurio). Hoy en día, es más
probable que el consultorio de su médico esté equipado con un simple tensiómetro
para esta medición.

La presión arterial elevada, o hipertensión, aumenta directamente el riesgo de


enfermedades coronarias (ataques cardíacos) y derrames cerebrales (ataques
cerebrovasculares). Con la presión arterial elevada, las arterias pueden tener una
mayor resistencia contra el flujo sanguíneo, lo que obliga al corazón a bombear con
mayor fuerza.

De acuerdo con el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre


("NHLBI", por sus siglas en inglés) de los Institutos Nacionales de la Salud, la
hipertensión en adultos se define de la siguiente manera:

 Presión sistólica de 140 mm Hg o más o


 Presión diastólica de 90 mm Hg o más
 Una actualización del 2003 de las pautas del NHLBI en cuanto a
hipertensión, añadió una nueva categoría de presión sanguínea
denominada pre hipertensión.
 Presión sistólica de 120 mm Hg a 139 mm Hg o
 Presión diastólica de 80 mm Hg a 89 mm Hg

Las pautas del NHLBI ahora definen a la presión sanguínea normal de la siguiente
manera:

 Presión sistólica de menos de 120 mm Hg y


 Presión diastólica de menos de 80 mm Hg

Estos números deben usarse únicamente como guía. Una única medición elevada
de presión sanguínea no necesariamente indica un problema. Su médico deseará
ver varias mediciones de presión sanguínea durante varios días o semanas para
poder llegar a un diagnóstico de hipertensión (presión sanguínea alta) e iniciar un
tratamiento. Una persona que habitualmente presenta una presión sanguínea
inferior a la normal puede considerarse hipertensa con mediciones de presión de
menos de 140/190.

2. Botiquín para qué es y que contiene.

El botiquín es un recurso básico para las personas que atienden, en un primer


momento, a una víctima de una enfermedad o accidente.

ELEMENTOS DE PRIMEROS AUXILIOS

Es necesario contar con una dotación adecuada de elementos para prestar los
primeros auxilios en caso de presentarse una emergencia por caída en alturas. A
continuación se definen de forma general los elementos necesarios para atender la
emergencia. Camilla plástica en polietileno de alta densidad, impermeable a todos
los fluidos, de fácil manejo, con arnés tipo araña con refractivos.

Un buen botiquín de primeros auxilios, guardado en un lugar de fácil acceso, es una


necesidad en todos los hogares. Tenerlo todo preparado con antelación le ayudará
a afrontar cualquier urgencia médica sin perder tiempo. Debe tener un botiquín de
primeros auxilios en casa y en cada coche. Asegúrese también de llevarlo consigo
cuando vaya de vacaciones con su familia.

Elija una bolsa o maletín para llevar los artículos sanitarios que sea espacioso,
resistente, fácil de trasportar y de fácil apertura. Las cajas de plástico duro con asas
o los recipientes que se utilizan para guardar materiales de artes plásticas son
ideales, porque son ligeros, tienen asas y son muy espaciosos.

En cada botiquín incluya los siguientes elementos:

 Un manual de primeros auxilios


 Gasa estéril
 Esparadrapo (cinta adhesiva)
 Vendas adhesivas de distintos tamaños
 Vendas elásticas
 Toallitas antisépticas
 Jabón
 Crema antibiótica (pomada de antibiótico triple)
 Solución antiséptica (como peróxido de hidrógeno)
 Crema de hidrocortisona (al 1%)
 Acetaminofén (paracetamol) (como tylenol) e ibuprofeno (como advil o
motrin)
 Los medicamentos habituales de venta con receta médica (si se va de
vacaciones con su familia)
 Unas pinzas
 Una tijeras afiladas
 Imperdibles (alfileres de gancho)
 Bolsas de frío instantáneo desechables
 Loción de calamina
 Toallitas impregnadas de alcohol
 Un termómetro
 Guantes de plástico (por lo menos 2 pares)
 Una linterna con pilas de repuesto
 Una mascarilla de reanimación cardiopulmonar (la puede obtener en la
sede local de la cruz roja)
su lista de teléfonos de emergencia
 Una sábana (guardada cerca del botiquín)
3. Que es una hemorragia que se puede hacer frente a ella

¿Qué hacer ante una hemorragia?

Una hemorragia se produce cuando la sangre brota de los vasos sanguíneos como
consecuencia de una lesión. Si la sangre se vuelca hacia el exterior del organismo,
estamos ante una hemorragia externa. Las más frecuentes ocurren en los miembros
superiores o inferiores.
¿Cómo se clasifican las Hemorragias?

Según el lugar al que va la sangre que se pierde, las hemorragias se clasifican en:

 Externas

Son aquellas en las que la sangre se vierte hacia el


exterior del organismo a través de una herida.

 Internas

Se originan en el interior del organismo, sin que se


evidencie la salida de sangre, que queda debajo de la
piel o se acumula en alguna cavidad (como el tórax, el abdomen o la pelvis).

 Exteriorizadas

Se producen en el interior del organismo, pero fluyen hacia el exterior a través de


los orificios naturales del cuerpo, la nariz, la boca, los oídos, la vagina y el ano.

Asimismo, se pueden clasificar según el tipo de vaso sanguíneo lesionado:

 Capilares: la sangre, de color rojo, sale suavemente y en escasa cantidad.


 Venosas: la sangre, de color rojo oscuro, brota de forma continua, ya sea
escasa o abundantemente.
 Arteriales: la sangre, de color rojo brillante, sale a borbotones, de forma
intermitente y en abundante cantidad.

¿Cómo actuar ante una hemorragia externa?

 Para detener una hemorragia externa, el procedimiento básico indicado es la


compresión directa.

¿Qué no debemos hacer ante una hemorragia externa?

 No debemos utilizar la compresión directa cuando el sangrado sea


consecuencia de una fractura expuesta
 Tampoco debemos aplicar un torniquete. Esta técnica, actualmente en
desuso, conlleva el riesgo de producir lesiones graves en el miembro
afectado, debidas a la compresión intensa y sostenida.

¿Qué sí debemos hacer ante una hemorragia externa?

 Usar guantes descartables. Si no hay a mano, utilizar una bolsa de plástico


limpia.
 Acostar a la persona en un lugar seguro.
 Localizar la lesión, a fin de determinar el tipo de hemorragia.
 Mantener en su lugar cualquier objeto que esté clavado.
 Presionar directamente sobre la herida con apósitos limpios y estériles. En
su reemplazo, se pueden utilizar gasas o cualquier tela limpia (pañuelos,
remeras, camisas, trozos de sabanas, etcétera)
 Colocar otro apósito sobre el primero, si fuera preciso
 Rodear la herida con una venda compresiva, sin retirar los apósitos con los
que se realizo la presión. En el caso de que continúe sangrando, colocar otra
venda más, sin quitar la anterior.
 Llamar al servicio de emergencias médicas
 Trasladar al accidentado a un centro médico, si fuera necesario.
 Recordar que si la sangre brota de forma lenta, el sangrado cederá
fácilmente cuando se presione la herida de forma abundante o a borbotones,
debe presionarse la herida con firmeza durante un lapso mayor.

¿Cómo aplicar un vendaje sobre hemorragias?

El denominado vendaje compresivo es utilizado para sujetar los apósitos que se


emplean en la detención del sangrado durante una hemorragia.

Para este tipo de vendaje se indican las vendas de rollo (en general, de algodón) de
distintos anchos, dependiendo de la zona que se deba vendar; las angostas sirven
para las manos y las muñecas; las medianas, para los brazos y los tobillos; las
anchas, para las piernas.

Las principales técnicas de vendaje aplicadas en estos casos son las siguientes:
 Vendaje Circular

Se utiliza para sujetar los apósitos en la frente o en los miembros superiores e


inferiores. En este vendaje, cada vuelta de venda cubre por completo la vuelta
anterior, de modo tal que el ancho del vendaje se corresponde con el ancho de la
venda

 Vendaje en espiral

Se usa para vendar los dedos, los brazos, las piernas. El vendaje se debe realizar
desde la parte distal (la más alejada del corazón) hacia la proximal (las mas cercana)
, colocando la venda en posición ligeramente oblicua.

Cada vuelta de la venta, paralela a la anterior, cubre parcialmente la vuelta anterior,


aproximadamente dos tercios del ancho de la venda.

¿Qué no debemos hacer al aplicar un vendaje?

 No desenrollar demasiado la venda


 No aplicar poca fuerza al vendar, si el vendaje queda flojo, seguramente se
saldrá
 No colocar la venda con demasiada fuerza, si el vendaje queda muy
apretado, puede provocar dolores y trastornos circulatorios
 No situar los extremos inicial y terminal de la venda sobre el lugar donde se
produjo la hemorragia, para mayor comodidad del herido.

¿Qué sí debemos hacer al aplicar un vendaje?

 Utilizar vendas del tamaño adecuado, según la zona que se deba vendar.
 Colocar el vendaje sobre el apósito
 Sujetar la parte enrollada de la venda con una mano la libre con la otra
 Vendar de izquierda a derecha
 Superponer por completo las primeras dos vueltas de venda, a fin de
asegurar bien el vendaje
 Mantener la misma presión durante la aplicación del vendaje, de modo que
la tensión resultante sea homogénea.
 Sujetar una vez que se termine de vendar, el extremos de la venda con un
alfiler de gancho, con tela adhesiva o con la misma venda, cortándola al
medio en su extremo y anudándola luego de dar un par de vueltas

¿Cómo actuar ante una hemorragia interna?

En las hemorragias internas, la sangre que se pierde debido a la rotura de algún


vaso sanguíneo se vuelca hacia el interior del organismo. Estas hemorragias son
difíciles de reconocer, ya que no hay evidencias visuales de sangrado. Pero se
puede sospechar de su existencia por el tipo de accidente y los síntomas del
accidentado.

Existen dos mecanismos por los que se producen hemorragias internas:

Hemorragias donde la sangre fluye hacia una cavidad interna cerrada

En este caso, estamos en presencia de hemorragias potencialmente peligrosas,


porque la víctima puede entrar en estado de shock.

¿Qué hacer ante estas hemorragias internas?

 Activar el sistema de emergencias médicas


 Tranquilizar al accidentado
 Controlar los signos vitales
 Acostar boca arriba a la víctima, con las
piernas elevadas y los brazos estirados.
 Aflojar todo aquello que comprima al
accidentado, para mejorar la circulación.
 Cubrir al accidentado con una manta
 Iniciar las maniobras de soporte vital básico,
como el RCP.

Hemorragias donde la sangre no fluye a ninguna


cavidad sino que se infiltra en tejidos
Estas hemorragias dan lugar a las equimosis y los hematomas. Los hematomas
pueden ser subcutáneos, intramusculares o periósticos.

¿Cuáles son los síntomas de las hemorragias internas?

Hay síntomas que pueden hacernos sospechar que se produjo una hemorragia en
un órgano interno, aunque muchas veces esos síntomas aparecen de manera
tardía. La existencia de síntomas depende de la cantidad de sangre que se pierda.

Si la cantidad de sangre es poca, por lo general no aparecen síntomas. En caso


contrario, pueden aparecer algunos de los siguientes síntomas:

 Palidez
 Sudoración fría
 Pulso rápido y débil
 Dificultad para respirar
 Pérdida del conocimiento
 Somnolencia
 Incoherencia
 Hipotensión
 Debilidad

¿Qué causas generan hemorragias internas?

Algunas de las causas más comunes son:

 Traumatismo de tórax. Puede producir una hemorragia en la cavidad pleural


(hemitórax) o en el pericardio (hemopericardio).
 Traumatismo en abdomen. Puede ocasionar hemorragia intraperitoneal o
extra peritoneal.
 Traumatismo de cráneo. Puede ocasionar un sangrado en el cerebro
(hemorragia intracerebral), en el espacio alrededor del cerebro (hemorragia
subaracnoidea) o un coágulo de sangre dentro del cráneo, que causa presión
(hemorragia subdural).
 Lesiones articulares. Pueden producir hemorragias en las cavidades
articulares (hemartrosis).
 Aneurismas y otros trastornos vasculares
 Heridas con armas blancas o de fuego
 Hemofilia
 Fracturas óseas

¿Cuáles son los síntomas de los hematomas?

Los principales síntomas de un hematoma son: dolor, inflamación y decoloración de


la piel, y palidez generalizada, en el caso de que la pérdida de sangre haya sido
importante. Los hematomas en la piel son de color violáceo, debido a que se
trasluce la sangre acumulada. Los óseos son más severos y dolorosos.

¿Qué causan los hematomas?

Los hematomas son generalmente ocasionados por caídas, lesiones durante la


práctica de un deporte, accidentes automovilísticos, o golpes recibidos de parte de
personas u objetos. En ocasiones, también pueden producirse espontáneamente.

¿Cómo actuar ante Hemorragias Exteriorizadas?

Las hemorragias exteriorizadas se originan en el interior del organismo, pero la


sangre fluye hacia el exterior a través de algún orificio natural. Este tipo de
hemorragias pueden manifestarse por el oído, en la orina, por la nariz, por la boca,
por el ano y por la vagina.

Hemorragias por el oído (otorragias)

Habitualmente, las otorragias no revisten gravedad. Sin embargo, cuando la pérdida


de sangre es constante y, sobre todo, si la persona ha sido víctima de un
traumatismo en la cabeza, es probable que el origen de la hemorragia sea una
fractura en la base del cráneo.

¿Qué no hacer ante otorragias?

 No debemos intentar detener la hemorragia


 Tampoco es recomendable tapar el oído

¿Qué debemos hacer ante otorragias?

 Activar el sistema de emergencias médicas


 Acostar a la víctima sobre el lado de la hemorragia a fin de facilitar la salida
de la sangre
 Controlar los signos vitales
 Garantizar la adecuada movilización de la víctima, para evitar daños en el
sistema nervioso central

Hemorragias en la orina (hematurias)

Las causas de la presencia de sangre en la orina son diversas, y se clasifican de la


siguiente manera:

 Causas renales
1 Traumáticas. Contusiones, heridas o cálculos renales.
2 Tóxicas. Anticoagulantes, antibióticos.
3 Infecciosas. Infección renal.
4 Neoplásticas. Carcinoma.
5 Intrínsecas. Patología renal.

¿Qué debemos hacer ante hematurias?

 Debemos prestar atención a este tipo de hemorragias


 Trasladar al paciente a un centro médico

Hemorragias nasales (epistaxis)

Las hemorragias nasales pueden ocurrir comúnmente por:

 Golpes o traumatismos directos que provocan la fractura del tabique nasal.


 Rotura de alguna pequeña arteriola producida por la tos, estornudos,
exposición prolongada al sol, rascado de la parte interna de la nariz,
sequedad ambiental excesiva.
 Patologías tales como la hipertensión arterial, gripe o enfermedades de la
sangre.

¿Qué no hacer ante epistaxis?

 No inclinar la cabeza hacia atrás ni presionar sobre el hueso. De hacerlo,


existe riesgo de que la sangre pase a la faringe y provoque vómitos, o de que
se formen coágulos que lleguen a las vías respiratorias.
 No sonarse ni rascarse la nariz por dos o tres días, para evitar un nuevo
sangrado.

¿Qué sí debemos hacer ante epistaxis?

 Sentar al accidentado con la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante, a


fin de evitar la posible inspiración de coágulos o de la propia sangre.
 Presionar inmediatamente por debajo del hueso de la nariz, del lado de la
narina que sangra, durante 5 minutos e ir aflojando la presión lentamente.
 Taponar la fosa nasal correspondiente con una gasa empapada en vaselina,
dejando una parte de la gasa fuera del orificio, a fin de facilitar su remoción,
si fuera necesario.
 Presionar nuevamente por debajo del hueso de la nariz. Después de 30
minutos comprobar que no haya sangrado anterior (por la nariz) ni posterior
(por la garganta) y si la hemorragia se detuvo, retirar la gasa.
 Trasladar al accidentado a un centro médico en caso de que la hemorragia
no se detenga.

Hemorragias por la boca

Dependiendo de dónde provenga la sangre que sale por la boca, se pueden


diferencias tres tipos:

 Gingivorragias: pequeñas hemorragias en las encías.


 Hemoptisis: hemorragias provenientes de los pulmones.
 Hematemesis: hemorragias originadas en el sistema digestivo alto.

¿Qué no hacer ante hemorragias por la boca?


 No debemos ofrecer comida ni bebida al paciente

¿Qué ante hemorragias por la boca?


Si se trata de una hemoptisis:

 Controlar los signos vitales del lesionado


 Colocar a la persona en posición de semi sentado
 Recolectar y guardar una muestra del sangrado
 Trasladar a la víctima a un centro médico
 Si se trata de una hematemesis:
 Controlar los signos vitales del lesionado
 Colocar a la persona en posición lateral de seguridad
 Tomar muestra del material expulsado
 Trasladar a la víctima a un centro médico

Hemorragias anales

Según el aspecto de la materia fecal, podemos determinar el origen de las


hemorragias anales.

 Melena: si la materia fecal es de consistencia pastosa, aspecto alquitranado


(brillante), de color negro y maloliente, tiene su origen en el tuvo digestivo
alto y su eliminación es lenta (se trata de sangre digerida).
 Rectorragia o proctorragia: las heces de color rojo son de origen rectal o
anal. Es característica en personas con hemorroides, pólipos o colitis
ulcerosa, entre otras patologías.

¿Qué no hacer ante hemorragias anales?

 No debemos ofrecer comida o bebida al paciente

¿Qué sí debemos hacer ante hemorragias anales?

 Colocar al paciente semisentado y con las piernas flexionadas.


 Aplicar agua fría o hielo en la zona, en los casos de hemorroides.
 Trasladar al paciente a un centro médico.
Hemorragias vaginales (metrorragias)

Se trata de hemorragias procedentes del útero que no están relacionadas con el


ciclo menstrual.

¿Qué debemos hacer?

 Colocar un apósito sobre la vagina evitando introducir nada en ella, y acostar


a la mujer con los pies cruzados.
 Conservar cualquier tejido eliminado por la vagina.
 Trasladar a la paciente al centro médico.

4. Que es fracturas tipos de fracturas

5. Quemaduras tipos de quemaduras

6. Asfixia

7. Rcp

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