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Universidad Católica San Antonio

CAPELLANÍA

ORACIONAL
Libro de Liturgia, oraciones, meditación,
y otros textos

OCTUBRE

Elaborado por
Magdalena Padilla García M. Id.

Murcia, 2002
Universidad Católica San Antonio

CAPELLANÍA

ORACIONAL
Libro de Liturgia, oraciones, meditación,
y otros textos

Mes de Octubre

Elaborado por
Magdalena Padilla García M. Id.

Murcia, 2002

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“Buscad momentos de silencio, de oración y de
recogimiento. Pedid al Espíritu Santo que ilumine vuestra
mente; suplicadle el don de una fe viva, que dé para
siempre sentido a vuestra vida, centrándola en Jesús, la
Palabra hecha carne.” (Juan Pablo II, Discurso de
apertura de la XV Jornada Mundial de la Juventud, Roma,
15 de agosto de 2000)

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Oración con la Liturgia

El deseo de contemplar a Dios

Ea, hombrecillo, deja un momento tus ocupaciones habituales; entra


un instante en ti mismo, lejos M tumulto de tus pensamientos. Arroja fuera
de ti las preocupaciones agobiantes; aparta de ti tus inquietudes
trabajosas. Dedícate algún rato a Dios y descansa siquiera un momento en
su presencia. Entra en el aposento de tu alma; excluye todo, excepto Dios
y lo que pueda ayudarte para buscarle; y así, cerradas todas las puertas,
ve en pos de él. Di, pues, alma mía, di a Dios: « Busco tu rostro; Señor,
anhelo ver tu rostro.»
Y ahora, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón dónde y cómo
buscarte, dónde y cómo encontrarte.
Enséñame a buscarte y muéstrate a quien te busca; porque no
puedo ir en tu busca a menos que tú me enseñes, y no puedo encontrarte si
tú no te manifiestas. Deseando te buscaré, buscando te desearé, amando te
hallaré y hallándote te amaré. (Del libro Proslógion de San Anselmo, obispo)

1 de Octubre: Sta. Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora (+1897)

Lecturas del día: Jb 3, 1-3. 11-17. 20-23 // 87, 2-8 // Lucas 9, 51-56

Lectura del Evangelio: Lucas 9, 51-56

Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén

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Cuando se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la
decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante, que fueron a una aldea de
Samaria para conseguirle alojamiento; pero no quisieron recibirlo, porque se dirigía a
Jerusalén. Al ver esto, sus discípulos Santiago y Juan le preguntaron: «Señor, ¿quieres
que mandemos a bajar fuego del cielo y acabe con ellos?» Pero Jesús se volvió hacia
ellos y los reprendió. Y se fueron a otra aldea.

Salmo:

Señor, presta oído a mi clamor.

Señor, Dios mío, de día y de noche grito hacia ti;


llegue hasta ti mi súplica,
haz caso a mi clamor.

Porque estoy harto de desdichas


y mi vida está al borde del abismo;
me cuentan ya entre los que bajan a la tumba,
soy como un inválido.

Tengo mi lecho entre los muertos,


como los que yacen en las tumbas,
de los cuales ya no te acuerdas,
porque fueron arrancados de tu mano.

Me has arrojado a lo hondo de la tumba,


a la oscuridad más profunda;
tu cólera pesa sobre mí,
me oprimes con tu furor.

Lectura- Comentario:

De la carta de san Policarpo, obispo y mártir, a los Filipenses

Cristo nos ha dejado un ejemplo en su propia persona

Que -los presbíteros tengan entrañas de misericordia y se muestren compasivos


para con todos, tratando de traer al buen camino a los que se han extraviado; que visiten
a los enfermos, que no descuiden a las viudas, a los huérfanos y a los pobres, antes bien,
que procuren el bien ante Dios y ante los hombres; que se abstengan de toda ira, de
toda acepción de personas, de todo juicio injusto; que vivan alejados del amor al dinero,
que no se precipiten creyendo fácilmente que, los otros han obrado mal, que no sean
severos en sus juicios, teniendo presente que todos estamos inclinados al pecado.

Si, pues, pedimos al Señor que perdone nuestras ofensas, también nosotros
debemos perdonar a los que nos ofenden, ya que todos estamos bajo la mirada de

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nuestro Dios y Señor y todos compareceremos ante el tribunal de Dios, y cada uno
dará cuenta a Dios de sí mismo. Sirvámosle, por tanto con temor y con gran respeto,
según nos mandaron, tanto el mismo Señor como los apóstoles, que nos predicaron el
Evangelio, y los profetas, quienes de antemano nos anunciaron la venida de nuestro
Señor; busquemos con celo el bien, eviternos los escándalos, apartemonos de los falsos
hermanos y de aquellos que llevan hipócritamente el nombre del Señor y arrastran a los
insensatos al error.

Todo el que no reconoce que Jesucristo vino en la carne es del A nticristo, y el


que no confiesa el testimonio de la cruz procede del diablo, y el que interpreta
falsamente las sentencias del Señor según sus propias concupiscencias y afirma que no
hay resurrección ni juicio, ese tal es el primogénito de Satanás. Por consiguiente,
abandonemos los vanos discursos y falsas doctrinas que muchos sustentan y volvamos a
las enseñanzas que nos fueron transmitidas desde el principio; seamos sobrios para
entregarnos a la oración, perseveremos constantes en los ayunos y supliquemos con
ruegos al Dios que todo lo ve, a fin de que no nos deje caer en la tentación, porque,
como dijo el Señor, el espíritu es decidido, pero la carne es débil.

Mantengámonos, pues, firmemente adheridos a nuestra esperanza y a Jesucristo,


prenda de nuestra justicia; él, cargado con nuestros pecados, subió al leño, y no cometió
pecado ni encontraron engaño en su boca, y por nosotros, para que vivamos en él, lo
soportó todo. Seamos imitadores de su paciencia y, si por causa de su nombre tenernos
que sufrir, glorifiquémoslo; ya que éste fue el ejemplo que nos dejó en su propia
persona, y esto es lo que nosotros hemos creído.

Para mi reflexión:
- Medita las siguientes palabras del Salmo:
Señor, Dios mío, de día y de noche grito hacia ti;
llegue hasta ti mi súplica,
haz caso a mi clamor.
Piensa que tu Padre del cielo nunca deja de oírte, pídele con confianza de hijo.

- Medita las palabras del Comentario: “Seamos imitadores de su paciencia y, si por


causa de su nombre tenernos que sufrir, glorifiquémoslo; ya que éste fue el ejemplo que
nos dejó en su propia persona, y esto es lo que nosotros hemos creído”.

2 de Octubre: Santos Angeles custodios

Lecturas del día: Ex 23, 20-23 // 90, 1-11 // Mt 18, 1-5. 10

Lectura del Evangelio: Mt 18, 1-5. 10

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Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Quién


es el más importante en el reino de los cielos?" Él llamó a un niño, lo puso en medio y
dijo: "Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los
cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el
reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están
viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial".

Salmo:

Señor, que llegue hasta ti mi súplica.

Todo el día te estoy invocando, Señor,


y extiendo mis manos hacia ti.
¿Harás maravillas en favor de los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?

¿Se proclama tu amor en la tumba,


o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen en la oscuridad tus maravillas,
o tu salvación en la tierra del olvido?

Pero yo te pido auxilio, Señor,


por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué me rechazas, Señor, y te alejas de mí?
Señor, que llegue hasta ti mi súplica.

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Lectura-Comentario:

De la carta de san Policarpo, obispo y mártir, a los Filipenses

Andemos en la fe y en la justicia

Os exhorto a todos a que obedezcáis a la palabra de la justicia y a que


perseveréis en la paciencia; con vuestros propios ojos, en efecto, habéis contemplado
una paciencia admirable no sólo en los bienaventurados Ignacio, Zósimo y Rufo, sino
también en muchos otros que eran de vuestra comunidad, en el mismo Pablo y en los
otros apóstoles; imitadlos, persuadidos de que todos ellos no corrieron en vano, sino
que anduvieron en la fe y en la justicia, y ahora están en el lugar que merecieron, cerca
del Señor, con el cual padecieron. Porque ellos no amaron este mundo presente, sino a
aquel que por nosotros murió y a Dios, también por nosotros, resucitó.
Permaneced, pues, en estos sentimientos y seguid, el ejemplo del Señor, firmes e
inquebrantables en la fe, amando a los hermanos, queriéndoos unos a otros, unidos en la
verdad, estando atentos unos al bien de los otros con la dulzura del Señor, no
despreciando a nadie. Cuando podáis hacer bien a alguien, no os echéis atrás, porque la
limosna libra de la muerte. Someteos unos a otros y procurad que vuestra conducta
entre los gentiles sea buena y así verán con sus propios ojos que os portáis
honradamente; entonces os podrán alabar y el nombre del Señor no será blasfemado a
causa de vosotros. Porque, ¡ay de aquel por cuya causa ultrajan el nombre del Señor!
Enseñad a todos la sobriedad y vivid también vosotros según ella.
Me ha contristado sobremanera el caso de Valente, que había sido durante un
tiempo presbítero de vuestra Iglesia y que ahora vive totalmente ajeno al ministerio que
se le había confiado. Os exhorto también a que os abstengáis del amor al dinero y a que
seáis castos y veraces.
Apartaos de todo mal. El que no es capaz de gobernarse a sí mismo en estas cosas
¿cómo podrá enseñarlas a los demás? Quien no se abstiene de la avaricia se verá
mancillado también por la idolatría y será contado entre los paganos que desconocen el
juicio del Señor. ¿Habéis olvidado que los santos juzgarán el universo, como dice san
Pablo?
No es que nada de esto haya observado y oído decir de vosotros, entre quienes
trabajó el bienaventurado apóstol Pablo, quien os cita al principio de su carta. De
vosotros, en efecto, se gloría ante todas las Iglesias, que entonces eran las únicas que
conocían a Dios, mientras que nosotros todavía no lo habíamos conocido.
Por ello, me he apenado mucho a causa de Valente y de su esposa; ¡ojalá el Señor
les inspire un verdadero arrepentimiento! Con ellos debéís comportaros
moderadamente: no los tratéis como a enemigos, al contrario, llamadlos de nuevo, como
miembros sufrientes y extraviados, para salvar así el cuerpo entero de todos vosotros.
Haciendo esto, os iréis edificando vosotros mismos.

Para mi reflexión:
- Medita las siguientes palabras de la lectura: “procurad que vuestra conducta
entre los gentiles sea buena y así verán con sus propios ojos que os portáis
honradamente”.
- ¿Cuál es nuestro comportamiento como cristiano? ¿Somos dignos de llevar este
nombre que nos asemeja a Cristo, nuestro Maestro?

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- Enseñad a todos la sobriedad y vivid también vosotros según ella.
- Permaneced, pues, en estos sentimientos y seguid, el ejemplo del Señor, firmes e
inquebrantables en la fe, amando a los hermanos, queriéndoos unos a otros,
unidos en la verdad, estando atentos unos al bien de los otros con la dulzura del
Señor, no despreciando a nadie. Aquí se recoge el principal mandamiento de
Dios, pidámosle a Él su gracia para cumplirlo en todo momento y con todos
nuestros hermanos los hombres.

3 de Octubre: San Francisco de Borja, presbítero (+1572)

Lecturas del día: Jb 19, 21-27 // 26, 7-14 // Lc 10, 1-12

Lectura del Evangelio: Lc 10, 1-12

Su deseo de paz se cumplirá

En aquel tiempo designó el Señor a otros setenta y dos y los mandó por delante, de
dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde él pensaba ir. Y les decía:
«La cosecha es abundante y los trabajadores pocos; rueguen, por tanto, al dueño que
envíe trabajadores a su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que los envío como
corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni morral, ni sandalias; y no se detengan a
saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta
casa”. Y si allí hay gente de paz, su paz recaerá sobre ellos; si no, regresará a ustedes.
Quédense en esa casa, y coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene
derecho a su salario. No anden de casa en casa. Si entran en un pueblo y los reciben
bien, coman lo que les den, curen a los enfermos que haya, y díganles: “Está llegando a
ustedes el Reino de Dios”. Pero si entran en un pueblo y no los reciben bien, salgan a la
plaza y digan: “Hasta el polvo de su pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo
sacudimos sobre ustedes en señal de protesta. De todos modos, sepan que el Reino de
Dios está cerca”. Les digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para
ese pueblo»

Salmo:

No me abandones, Dios mío.

Escucha, Señor mi clamor;


ten piedad de mí, atiéndeme.
Me dice el corazón; «Busca su rostro».
No me abandones, Dios mío.

Sí tu rostro, Señor, es lo que busco;


no me ocultes tu rostro,

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no rechaces irritado a tu siervo;
tú eres mi auxilio, no me desampares.

Espero gozar los bienes del Señor


en la tierra de los vivos.
Espera en el Señor, sé fuerte,
ten ánimo, espera en el Señor.

Comentario – Lectura:

Del sermón de san Agustín, obispo, sobre los pastores

Todos los buenos pastores se identifican con el único pastor

Cristo apacienta a sus ovejas debidamente, discierne a las que son suyas de las
que no lo son. Mis ovejas escuchan mi voz -dice- y me siguen.

En estas palabras descubro que todos los buenos pastores se identifican con este
único pastor. No es que falten buenos pastores, pero todos son como los miembros del
único pastor. Si hubiera muchos pastores, habría división y, porque aquí se recomienda
la unidad, se habla de un único pastor. Si se silencian los diversos pastores y se habla de
un único pastor, no es porque el Señor no encontrara a quien encomendar el cuidado de
sus ovejas, pues cuando encontró a Pedro las puso bajo su cuidado. Pero incluso en el
mismo Pedro el Señor recomendó la unidad. Eran muchos los apóstoles, pero sólo a
Pedro se le dice: Apacienta mis ovejas. Dios no quiera que falten nunca buenos
pastores, Dios no quiera que lleguemos a vernos faltos de ellos; ojalá no deje el Señor
de suscitarlos y consagrarlos.

Ciertamente que, si existen buenas ovejas, habrá también buenos pastores, pues
de entre las buenas ovejas salen los buenos pastores. Pero hay que decir que todos los
buenos pastores son, en realidad, como miembros del único pastor y forman una sola
cosa con él. Cuando ellos apacientan, es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo
no pretenden hacer oír su propia voz, sino que se complacen en que se oiga la voz del
esposo. Por esto, cuando ellos apacientan, es el Señor quien apacienta; aquel Señor que
puede decir por esta razón: « Yo mismo apaciento», porque la voz y la caridad de los
pastores son la voz y la caridad del mismo Señor. Ésta es la razón por la que quiso que
también Pedro, a quien encomendó sus propias ovejas como a un semejante, fuera una
sola cosa con él: así pudo entregarle el cuidado de su propio rebaño, siendo Cristo la
cabeza y Pedro como el símbolo de la Iglesia que es su cuerpo; de esta manera, fueron
dos en una sola carne, a semejanza de lo que son el esposo y la esposa.

Así, pues, para poder encomendar a Pedro sus ovejas, sin que con ello pareciera
que las ovejas quedaban encomendadas a otro pastor distinto de sí mismo, el Señor le
pregunta «Pedro, ¿me amas?» Él respondió: «Te amo.» Y le dice por segunda vez: «me
amas?» Y respondió: «Te amo.» Y le pregunta aun por tercera vez: «¿Me amas?» Y
respondió: «Te amo. » Quería fortalecer el amor para reforzar así la unidad. De este
modo, el que es único apacienta a través de muchos, y los que son muchos apacientan
formando parte del que es único.

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Y parece que no se habla de los pastores, pero sí se habla. Los pastores pueden
gloriarse, pero el que se gloría que se gloríe del Señor. Esto es hacer que Cristo sea el
pastor, esto es apacentar para Cristo, esto es apacentar en Cristo, y no tratar de
apacentarse a sí mismo al margen de Cristo. No fue por falta de pastores -como anuncié
el profeta que ocurriría en futuros tiempos de desgracia que el Señor dijo: Yo mismo
apacentaré a mis ovejas; como si dijera: «No tengo a quien encomendarlas.» Porque,
cuando todavía Pedro y los demás apóstoles vivían en este mundo, aquel que es el único
pastor, en el que todos los pastores son uno, dijo: Tengo otras ovejas que no son de este
redil; también a ésas las tengo que traer y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y
un solo Pastor.

Que todos se identifiquen con el único pastor y hagan oír la única voz del pastor,
para que la oigan las ovejas y sigan al único pastor, y no a éste o a aquél, sino al único.
Y que todos en él hagan oír la misma voz, y que no tenga cada uno su propia voz: Os
ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no
andéis divididos. Que las ovejas oigan esta voz, limpia de toda división y purificada de
toda herejía, y que sigan a su pastor, que les dice: Mis ovejas escuchan mi voz y me
siguen.

Para mi reflexión:
- Dice Cristo a los discípulos que no lleven ni bolsa, ni morral ni sandalias... Y es
que no nos damos cuenta, pero hay siempre en nosotros tal cantidad de “cosas”
que nos impide no solo transmitir, sino incluso vivir la Palabra de Dios y sus
enseñanzas.
- ¿Qué te impide a ti acercarte más a Cristo y hacerte su amigo y discípulo?

4 de Octubre: San Francisco de Asís, fundador (+1226)

Lecturas del día: Jb 38, 1. 12-21; 40, 3-5 // 138, 1-14 // Lc 10, 13-16

Lectura del Evangelio: Lc 10, 13-16

Quien a vosotros os rechaza, a mi me rechaza; quien me rechaza a mí, rechaza al


que me ha enviado.

Dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corazaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se


hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido,
vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro
y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al Infierno.
Quien a vosotros os escucha a mi me escucha; quien a vosotros os rechaza a mi me
rechaza; y quien me rechaza a mi rechaza al que me ha enviado".

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Salmo:

Guíame, Señor, por el camino eterno.

Señor, tú me sondeas y me conoces:


me conoces cuando me siento y me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.

¿A dónde iré lejos de tu aliento,


a dónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.

Si vuelo hasta el margen de la aurora,


si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.

Tú has creado mis entrañas,


me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras.

Comentario:
Nos presenta el Evangelio una llamada a la humildad: "Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas
escalar del cielo? Bajarás al infierno". Pensamos ciertamente, por nuestros propios
medios, escalar posiciones, ascender, pero en nuestro caminar queremos ir solos, o/y sin
la ayuda de Cristo, prescindiendo totalmente, dándole totalmente la espalda, en un
ejemplo de soberbia. Nos olvidamos que separarnos, rechazar a Dios es rechazar nuestra
propia esencia, a Aquel que nos hizo a su imagen y semejanza.

Para mi reflexión:
- ¿Cuál es mi actitud ante la Palabra de Dios y sus discípulos? ¿la acojo? ¿cómo?
Medita las palabras de San Francisco de Borja: "Jamás servir a Señor que se me pueda
morir".

5 de Octubre: San Froilán, obispo (+905)

Lecturas del día: Jb 42, 1-3. 5-6. 12-16 // 118, 66-130 // Lc 10, 17-24

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Lectura del Evangelio:

Estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo.

Los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: "Señor, hasta los
demonios se nos someten en tu nombre". Él les contestó: "Veía a Satanás caer del cielo
como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo
el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres
porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están
inscritos en el cielo". En aquel momento, lleno de la alegría del Espirita Santo, exclamó:
"Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a
los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, porque así
te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo,
sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere
revelar". Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: "¡Dichosos los ojos que ven lo
que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis
vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron".

Salmo:

Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Enséñame a gustar y a comprender,


porque me fío de tus mandatos.
Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus mandamientos.

Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,


que con razón me hiciste sufrir.
Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio.

Yo soy tu siervo: dame inteligencia,


y conoceré tus preceptos.
La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes.

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Comentario:
Regresan los discípulos de su misión cumplida y Lucas recoge las palabras de
júbilo de Jesús. Su alegría no es por los triunfos más o menos aparatosos de los
discípulos, sino porque deben estar seguros de que sus nombres están en el corazón de
Dios. Quien, en medio del alboroto del mundo, consiga llegar a esta certeza, podrá
identificarse con la alabanza de Jesús.

Para mi reflexión:
- El único camino para encontrarnos con Dios es la humildad; el reconocimiento de
la gran verdad de nuestra indigencia. Pidamos al Padre reconocer nuestras
limitaciones para que Él supla nuestras carencias.
Medita las siguientes palabras del Salmo: "Yo soy tu siervo: dame inteligencia, y
conoceré tus preceptos."

6 de Octubre: San Bruno, presbítero y fundador (+1101)

Lecturas del día: Is 5, 1-7 // 79, 9-20 // Flp 4, 6-9 // Mt 21, 33-43

Lectura del Evangelio: Mt 21, 33-43

Alquilará el viñedo a otros viñadores

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo
esta parábola: «Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una
cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos
viñadores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la cosecha, envió a sus criados para
pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados,
golpearon a uno, mataron a otro y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros
criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo. Por último,
les mandó a su propio hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán”. Pero cuando los
viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Éste es el heredero. Vamos a matarlo y
nos quedaremos con su herencia”. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora, decid: Cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?»

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Ellos le respondieron: «Dará muerte terrible a esos desalmados y alquilará el viñedo a
otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo». Entonces Jesús agregó:
«¿No habéis leído nunca la Escritura que dice: “La Piedra que desecharon los
constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio
admirable?” Por esta razón os digo que les será quitado el Reino de Dios y se le dará a
un pueblo que produzca sus frutos».

Salmo:

La viña del Señor es la casa de Israel.

Señor, tú trajiste de Egipto una vid;


arrojaste de aquí a los paganos y la plantaste;
ella extendió sus sarmientos hasta el mar
y sus brotes llegaban hasta el río.

Señor, ¿por qué has derribado su cerca,


de modo que puedan saquear tu viña los que pasan,
pisotearla los animales salvajes,
y las bestias del campo destrozarla?

Señor, Dios de los ejércitos,


vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala;
protege la planta sembrada por tu mano,
el renuevo que tú mismo cultivaste.

Ya no nos alejaremos de ti;


consérvanos la vida; alabaremos tu poder.
Restablécenos, Señor, Dios de los ejércitos;
míranos con bondad y estaremos a salvo.

Comentario – Lectura:

Del sermón de san Paciano, obispo, sobre el bautismo

¿Qué Dios como tú, que perdonas el pecado?

Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del
hombre celestial; porque el primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el segundo
hombre es del cielo. Si obramos así, hermanos, ya no moriremos. Aunque nuestro
cuerpo, se deshaga, viviremos en Cristo, como él mismo dice: El que cree en mí,
aunque haya muerto, vivirá.

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Por lo demás, tenemos certeza, por el mismo testimonio del Señor, que Abrahán,
Isaac y Jacob y que todos los santos de Dios viven. De ellos dice el Señor: Para él todos
están vivos. No es Dios de muertos, sino de vivos. Y el Apóstol dice de sí mismo: Para
mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir; deseo partir para estar con Cristo. Y
añade en otro lugar: Mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados
lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Esta es nuestra fe, queridos
hermanos. Además: Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los
hombres más desgraciados. La vida meramente natural nos es común, aunque no igual
en duración, como lo véis vosotros mismos, con los animales, las fieras y las aves. Lo
que es propio del hombre es lo que Cristo nos ha dado por su Espíritu, es decir, la vida
eterna, siempre que ya no cometamos más pecados. Pues, de la misma forma que la
muerte se adquiere con el pecado, se evita con la virtud. Porque el pecado paga con
muerte, mientras que Dios regala vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Como afirma el Apóstol, él es quien redime, perdonándonos todos los pecados. Borró
el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó
de en medio, clavándolo en la cruz, y, destituyendo por medio de Cristo a los
principados y autoridades, los ofreció en espectáculo público y los llevó cautivos en su
cortejo. Ha liberado a los cautivos y ha roto nuestras cadenas, como lo dijo David: El
Señor liberta a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que
ya se doblan. Y en otro lugar: Rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de
alabanza. Así, pues, somos liberados de las cadenas cuando, por el sacramento del
bautismo, nos reunimos bajo el estandarte del Señor, liberados por la sangre y el
nombre de Cristo.
Por lo tanto, queridos hermanos, de una vez para siempre hemos sido lavados, de
una vez para siempre hemos sido liberados y de una vez para siempre hemos sido
trasladados al reino inmortal; de una vez para siempre, dichosos los que están absueltos
de sus culpas, a quienes les han sepultado sus pecados. Mantened con fidelidad lo que
habéis recibido, conservadlo con alegría, no pequéis más. Guardaos puros e
inmaculados para el día del Señor.

Para mi reflexión:
- “Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del
hombre celestial”, pero ¿somos capaces de reflejar ya en este mundo la imagen de
Cristo?
- ¿Refleja mi vivir y mi actuar en cada momento mi filiación divina, el hecho de que
soy hijo/a de Dios?
- Medita las palabras finales del texto: “Mantened con fidelidad lo que habéis
recibido, conservadlo con alegría, no pequéis más. Guardaos puros e inmaculados
para el día del Señor”

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7 de Octubre: Ntra. Sra. del Rosario

Lecturas del día: Hch, 1, 12-14 // Lc 1, 46-55 // Lc 1, 26-38

Lectura del Evangelio: Lc 1, 26-38

He aquí a la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra

“En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de
Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la
casa de David; el nombre de la virgen era María. Y presentándose a ella le dijo: Salve,
llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras y discurría qué
podría significar aquella salutación. El ángel le dijo. No temas, María, porque has
hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien
podrás por nombre Jesús. El será grande y llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor
Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino
no tendrá fin.
Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón? El ángel le
contestó y dijo: EL Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con
su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios. E Isabel,
tu parienta, también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el mes sexto de la que
era estéril, porque para dios nada hay imposible. dijo María: He aquí a la sierva del
Señor; hágase en mí según tu palabra. Y en esto la dejó el ángel.”

Salmo:

Aquí estoy, Señor,


para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,


y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio.
Entonces yo digo: Aquí estoy.

Como está escrito en mi libro:


“Para hacer tu voluntad”

17
Dios mío, lo quiero
y llevo tu ley en las entrañas.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.

Me he guardado en el pecho tu defensa,


he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad,
ante la gran asamblea.

Comentario:
María es beso de Dios. Dios besó al Hijo y fue el Espíritu. Dios besó a la humanidad y
metió en ella la energía límpida de María que no haría sino crecer. Y María se dejó
querer. De María nacería Cristo, y ya todo se llenó del Espíritu. En María y en Cristo
por el Espíritu, el beso misericordioso del Padre nos llega a todos, nos bendice a todos,
nos penetra a todos, nos salva a todos.

Para mi reflexión:
- Medita la siguiente frase de María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí
según tu palabras" (Lc 1, 38)
- Estoy dispuesto a cumplir en mi vida las palabras que nos dirigiera María en las
bodas de Caná: "Haced lo que Él os diga" (Jn 2, 5)?

8 de Octubre: San Juan de Jesús

Lecturas del día: Ga 1, 13-24 // 138, 1-15 // Lc 10, 38-42

Lectura del Evangelio: Lc 10, 38-42

Marta lo recibió en casa. María escogió la parte mejor.

18
Entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta
tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su
palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y
dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile
que me eche una mano". Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y
nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no
se la quitarán".

Salmo:

Guíame, Señor, por el camino eterno.

Señor, tú me sondeas y me conoces:


me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.

Tú has creado mis entrañas,


me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras.

Conocías hasta el fondo de mi alma,


no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando
y entretejiendo en lo profundo.

Comentario:
Las obras del amor y la comprensión de los misterios de Dios son aspectos
complementarios de una misma vida. Ambos llevan a la oración, a encontrar descanso
en el regazo del Padre. No son dos caminos, vida activa y vida pasiva, es el entramado
del amor en el corazón del discípulo que busca seguir a su Maestro y Señor.

Para mi reflexión:
- ¿A qué dedico yo mi atención y mis anhelos?
- ¿Qué lugar tiene nuestro Padre Celestial en tu vida?

19
9 de Octubre: San Luis Beltrán, presbítero (+1581)

Lecturas del día: Ga 2, 1-2. 7-14 // 116, 1-2 // Lc 11, 1-4

Lectura del Evangelio: Lc 11, 1-4

Señor, enséñanos a orar.

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos". Él les
dijo: "Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada
día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación"

Salmo:

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Alabad al Señor todas las naciones,


aclamadlo todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros,


su fidelidad dura por siempre.

Comentario:
Jesús con su testimonio despierta el deseo de orar en sus discípulos. Primero da
el ejemplo, luego ofrece la enseñanza. Despierta el hambre y da el pan. ¡Señor, hazme
testigo de oración! Que ella sea para el hombre y la mujer de hoy el encuentro vivo,
personal, transformante y dinámico que anhelan.

Para mi reflexión:
- ¿Sabemos orar realmente?
¿Me doy cuenta que la oración es un encuentro íntimo y personal con nuestro Padre?

20
10 de Octubre: Santo Tomás de Villanueva, obispo (+1555)

Lecturas del día: Ga 3, 1-5 // Lc 1, 69-75 // Lc 11, 5-13

Lectura del Evangelio: Lc 11, 5-13

Pedid y se os dará

Dijo Jesús a los discípulos: "Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante
la medianoche para decirle: "Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha
venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle". Y, desde dentro, el otro le responde:
"No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo
levantarme para dártelos". Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y
se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto
necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis llamad y se
os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué
padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez,
le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues,
que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre
celestial dará el Espirita Santo a los que se lo piden?"

Salmo:

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,


porque ha visitado a su pueblo.

Nos ha suscitado una fuerza de salvación


en la casa de David, su siervo;
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos


y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza.

21
El juramento que juró a nuestro padre Abrahán,
para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Comentario:
Nuestras oraciones son siempre escuchadas por Dios. Tal es el amor y la bondad
del Padre superior a toda bondad y amor humano. Con esta convicción debemos
dirigirnos a Él en nuestra oración. “Ésta es la confianza que tenemos de Él: que si le
pedimos algo según su voluntad nos escucha; y si sabemos que nos escucha en lo que
pedimos, sabemos que tenemos todo lo que hemos pedido” (1Jn 5, 14-15)

Para mi reflexión:
- Medita las siguientes palabras del Evangelio: “Pedid y se os dará, buscad y
hallaréis llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al
que llama se le abre”. A veces decimos que no tenemos fe, que no crees... ¿Por qué
no pedirle a nuestro Padre del Cielo tener fe, creer en Él?

11 de Octubre: Sta. Soledad Torres Acosta, vg y fundadora (+1887)

Lecturas del día: Ga 3, 7-14 // 110, 1-6 // Lc 11, 15-26

Lectura del Evangelio: Lc 11, 15-26

Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha
llegado a vosotros.
Habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: "Si echa
los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a
prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: "Todo
reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está
en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios
con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros
hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si
yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a
vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están
seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y
reparte el botín. El que no está conmigo está contra mi; el que no recoge conmigo
desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto,
buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: "Volveré a la casa
de donde salí". Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a traer otros

22
siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta
peor que el principio".

Salmo:

El Señor recuerda siempre su alianza.

Doy gracias al Señor de todo corazón,


en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,


su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

El da alimento a sus fieles,


recordando siempre su alianza.
Mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Comentario:
Jesús pasa haciendo el bien. Pero su actividad divide la opinión de la gente en
torno a Él. Unos quedan admirados, otros atribuyen su éxito al “jefe de los demonios”.
Jesús se defiende: en modo alguno Él está coaligado con las fuerzas del mal. Sus signos
revelan una poderosa actuación de Dios en la historia humana. Llega el reino. Pero
todavía hay muchos ojos ciegos para reconocer su presencia.

Para mi reflexión:
- Que nuestra oración sea confiada y filial, es a nuestro Padre a quien nos dirigimos.
No dudes nunca en confiarte plenamente al único que puede verdaderamente
ayudarle.

12 de Octubre: Nuestra Señora del Pilar

Lecturas del día: Ga 3, 22-29 // 104, 2-7 // Lc 11, 27-28

Lectura del Evangelio: Lc 11, 27-28

23
Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío
levantó la voz diciendo: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!
Pero él repuso: Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.

Salmo:

El Señor me ha coronado,
sobre la columna me ha exaltado.

El Señor es mi luz y mi salvación;


¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida;
¿Quién me hará temblar?

Si un ejercito acampa contra mí,


mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:


habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.

El me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.

Comentario:
María tiene un corazón tan amplio como el mundo e implora ante el Señor de la
historia por todos los pueblos. Esto lo registra la fe popular, que encomienda a María,
como Reina Maternal, el destino de nuestras naciones.

Para mi reflexión:
- María es el camino que nos lleva a Dios, pidámosle pues, como Ella nos dice: "hacer
lo que Él nos diga".
- Que también nosotros, como Ella, y ayudados por la gracia de sepamos ser
columnas de fe para ayudar a nuestros hermanos.

24
13 de Octubre: San Eduardo III, rey de Inglaterra (+1066)

Lecturas del día: Is 25. 6-10ª // 22, 1-6 // Flp 4, 12-14. 19-20 // Mt 22, 1-14

Lectura del Evangelio: Mt 22, 1-14

Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará.

Algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un


signo tuyo». Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero
no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en
el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno
de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán
que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay
uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se
levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para
escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».

Salmo:

Al que sigue buen camino


le haré ver la salvación de Dios.

Congregadme a mis fieles


que sellaron mi pacto con un sacrificio.
Proclame el cielo su justicia:
Dios en persona va a juzgar.

No te reprocho tus sacrificios,


pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa
ni un cabrito de tus rebaños.

¿Por qué recitas mis preceptos


y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?

Esto hace, ¿y me voy a callar?,


¿crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
el que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.

25
Comentario:
Jesús dice que los signos pedidos pueden ser desafíos a Dios, una prueba para
ver si Él está o no a nuestra disposición. El gran milagro que los antiguos pedían para
creer era el de la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios. Y el milagro que
nosotros hoy, como los antiguos, estamos tentados a pedir, debemos provocarlo
nosotros mismos: la transformación de nuestra generación en nuevas generaciones,
nacidas de la fe en Cristo Jesús.

Para mi reflexión:
- Cuando se habla de milagros y señales se nos olvida que el mayor milagro es
nuestra plena conversión y transformación en Jesucristo; el mayor milagro de
Lourdes es la conversión, operada en las personas que allí acuden.
- ¿estoy dispuesto a colaborar con Cristo en mi conversión?

14 de Octubre: San Calixto I, Papa y mártir (+222)

Lecturas del día: Ga 4, 22-24. 26-27. 31- 5, 1 // 112, 1-7 // Lc 11, 29-32

Lectura del Evangelio: Lc 11, 29-32

A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás

La gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: "Esta generación es


una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de
Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del
hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la
reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines
de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que
Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y
harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí
hay uno que es más que Jonás".

Salmo:

Bendito sea el nombre del Señor por siempre.

Alabad , siervos, al Señor,


Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre.

26
De la salida del sol hasta el ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre el cielo.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro,


que se eleva en su trono,
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre.

Comentario:

En nuestro caminar en pos de Jesús nos cuesta el ir a cuerpo limpio y buscamos


el apoyo de las señales. Es difícil seguir a Aquél que lleva la cruz y nos invita a seguirle.
No somos capaces de ver la vida más allá de la cruz.
Otros hombres, para salvarse, siguieron a Jonás, o corrieron largos caminos para oír las
sentencias de un sabio; pero Jesús está demasiado cerca y es incómodo. El es más que
Jonás y Salomón; pero al mismo tiempo está en lo más profundo de nosotros mismos,
en nuestra mayor intimidad.
Creemos más en las transformaciones cósmicas que en transformar la vida,
preferimos que cambie el contorno a cambiar nosotros.
Todos los que a lo largo de la historia se han transformado ante la luz de una verdad nos
gritarán en el día del Juicio, pues entre nosotros ha brillado la Verdad y henos amado
más las tinieblas, hemos puesto nuestro corazón en las cosas de abajo y hemos sido
oscuridad en vez de luz.
Jesús está más allá de los profetas y reyes, pertenece a una esfera distinta; el
único camino hacia él es la fe. Todo otro camino hacia Él le empequeñece y destruye.
La Fe es un riesgo, pero el encuentro con Jesús es el único camino posible para la vida.
Los mismos milagros de Jesús son inútiles y contrarios para los que no entienden su
misión y doctrina. Jesús es una luz que rompe nuestra oscuridad para invitarnos en cada
instante a correr el camino. El es siempre novedad.
No podemos servirnos de Jesús, sólo nos ha sido dada la gracia de servirle.

Para mi reflexión:
- ¿Qué signo quieres de la existencia de Jesús, no te basta su bondad y mirar a
tu alrededor par ver toda su obra.
- Medita esta frase: "La mejor prueba de la existencia de Dios eres tú mismo"
(F. Rielo)

27
15 de Octubre: Sta. Teresa de Jesús, virgen y doctora (+1582)

Lecturas del día: Ga 5, 1-6 // 118, 41-48 // Lc 11, 37, 41

Lectura del Evangelio: Lc 11, 37, 41

Dad limosna, y lo tendréis limpio todo.

Cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y


se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes
de comer, el Señor le dijo: "Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato,
mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no
hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo".

Salmo:

Señor, que me alcance tu favor

Señor, que me alcance tu favor,


tu salvación, según tu promesa.

No quites de mi boca las palabras sinceras,


porque yo espero en tus mandamientos.

Cumpliré sin cesar tu voluntad,


por siempre jamás.

Andaré por un camino ancho,


buscando tus decretos.

Serán mi delicia tus mandatos,


que tanto amo.

Levantaré mis manos hacia ti,


recitando tus mandatos.

Comentario:
Según las prescripciones de la ley judía, los fariseos llevaban a cabo una serie de
ritos antes de comenzar a comer. Uno de ellos, lavarse las manos. Jesús insiste en que el
amor exige lavar el corazón. Lo fundamental no es poner esmero en guardar las
apariencias, sino en llevar una vida coherente, transparente, portadora de justicia y
amor.

28
Para mi reflexión:
- Nosotros no tenemos que vivir una fe sólo de ritos, sino una fe honda, profunda,
salida de nuestro íntimo diálogo con Dios.
Medita las siguientes palabras del Salmo: "No quites de mi boca las palabras
sinceras, porque yo espero en tus mandamientos."

16 de Octubre: Santa Margarita María de Alacoque, virgen (+1690)

Lecturas del día: Ga 5, 18-25 // 1, 1-6 // Lc 11, 42-46

Lectura del Evangelio: Lc 11, 42-46

¡Ay de vosotros, fariseos!

En aquel tiempo dijo Jesús: «¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis diezmo hasta
de la hierbabuena, de la ruda y de todas las verduras, pero se olvidan de la justicia y el
amor de Dios! Esto debéis practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos,
que os gusta ocupar los lugares de honor en las sinagogas y que os hagan reverencias en
las plazas! ¡Ay de vosotros, que sois como esos sepulcros que no se ven, sobre los
cuales pasa la gente sin darse cuenta!» Tomó la palabra un doctor de la ley y le dijo:
«Maestro, al hablar así nos insultas también a nosotros». Jesús le respondió: «¡Ay de
vosotros también, doctores de la ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables,
pero vosotros no las tocáis ni con la punta del dedo!»

Salmo:

Dichoso quien confía en el Señor.

Dichoso quien no se guía por mundanos criterios,


ni anda en malos pasos, ni se burla del bueno,
sino que ama la ley de Dios
y se goza en cumplir sus mandamientos.

Será como un árbol plantado junto al río:


da fruto a su tiempo y nunca se marchita;
en todo tendrá éxito.
Dichoso quien confía en el Señor.

En cambio, los malvados serán como la paja barrida por el viento,


porque el Señor protege el camino del justo,

29
pero al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso quien confía en el Señor.

Comentario – Lectura:

Del Sermón de san Agustín, obispo, sobre los pastores

Haced lo que os digan, pero no hagáis lo que hacen

Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor. ¿Pero qué es lo que tienen que
escuchar? Esto dice el Señor: «Me voy a enfrentar con los pastores; les reclamaré mis
ovejas. »
Oíd y aprended, ovejas de Dios: Dios reclama sus ovejas a los malos pastores y
los culpa de su muerte. Pues, por boca del mismo profeta, dice en otra ocasión: A ti, hijo
de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi
boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: «¡Malvado, eres reo de
muerte!», y tú no hablas poniendo en guardia al malvado para que cambie, de
conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero,
si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de
conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida,
¿Qué significa esto, hermanos? ¿Os dais cuenta lo peligroso que puede resultar
callarse? El malvado muere, y muere con razón; muere en su pecado y en su impiedad;
pero lo ha matado la negligencia, del mal pastor. Pues podría haber -encontrado al
pastor que vive y que dice: Por mi vida, oráculo del Señor; pero, como fue negligente el
que recibió el encargo de amonestarlo y no lo hizo, él morirá con razón, y con razón se
condenará el otro. En cambio, como dice el texto sagrado: «Si advirtieses al impío, al
que yo hubiese amenazado con la muerte: Eres reo de muerte, y él no se preocupa de
evitar la espada amenazadora, y viene la espada y acaba con él, él morirá en su pecado,
y tú, en cambio, habrás salvado tu alma.» Por eso precisamente, a nosotros nos toca no
callarnos; mas vosotros, en el caso de que nos callemos, no dejéis de escuchar las
palabras del Pastor en las sagradas Escrituras.
Veamos, pues, ahora, ya que así lo había yo propuesto, si va a quitarles las
ovejas a los malos pastores y a dárselas a los buenos. Y veo, efectivamente, que se las
quita a los malos. Esto es lo que dice: «Me voy a enfrentar con los pastores; les
reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas. Porque, cuando digo que
apacienten a mis ovejas, se apacientan a sí mismos, y no a mis ovejas: Los quitaré de
pastores de mis ovejas. »
¿Y cómo se las quita, para que no las apacienten? Haced lo que os digan, pero no
hagáis lo que hacen. Como si dijera: « Dicen mis cosas, pero hacen las suyas. »
Cuando no hacéis lo que hacen los malos pastores, no son ellos los que os apacientan;
cuando, en cambio, hacéis lo que os dicen, soy yo vuestro pastor.

Para mi reflexión:
- Medita las siguientes palabras del Salmo:
Dichoso quien no se guía por mundanos criterios,
ni anda en malos pasos, ni se burla del bueno,

30
sino que ama la ley de Dios
y se goza en cumplir sus mandamientos.

- ¿Cuál es tu actitud ante la ley de Dios, la amas o la rechazas aún sin conocerla?

17 de Octubre: San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir (+107)

Lecturas del día: Ef 1, 1-10 // 97, 1-6 // Lc 11, 47-54

Lectura del Evangelio:

Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, sangre de Abel hasta la de Zacarías.

Dijo el Señor: "¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después
que vuestros padres los mataron! Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y
lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis sepulcros. Por algo dijo la
sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los perseguirán y
matarán": y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas
derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías,
que pereció entre el altar y el santuario. Si, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta
generación. ¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis quedado con la llave del
saber; vosotros, que no habéis entrado y habéis cerrado el paso a los que intentaban
entrar!" Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la
lengua con muchas preguntas capciosas, para sorprenderlo en sus propias palabras.

Salmo:

El Señor da a conocer su victoria.

Cantad al Señor un cántico nuevo,


porque ha hecho maravillas:
su derecha le ha dado la victoria,
su santo brazo.

El Señor da a conocer su victoria,


revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado


la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad.

31
Tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de las trompetas
aclamad al Rey y Señor.

Comentario:
Si ya es grave no aceptar la palabra de Dios, más grave aún es haberla recibido y
guardarla sin hacerla fructificar, ofreciéndola a los demás, o por lo menos, dejando libre
el camino para que los demás puedan acceder a ella y enriquecerse. Nosotros hoy
seguimos "matando profetas" cada vez que se les impide a la gente acceder al culto,
cuando se ridiculiza a los creyentes, y se atenta contra la Iglesia. Pero lo peor de todo se
da cuando todos estos ataques proceden de los propios cristianos.

Para mi reflexión:
- Si ya es grave no aceptar la palabra de Dios, más grave aún es haberla recibido y
guardarla sin hacerla fructificar ofreciéndola a los demás ¿y yo, me guardo la
Palabra de Dios o la comparto, predicándola a los demás.

18 de Octubre: San Lucas, evangelista (siglo I)

Lecturas del día: 2 Tm 4, 10-17b // 144, 10-18 // Lc 10, 1-9

Lectura del Evangelio: Lc 10, 1-9

La mies es abundante y los obreros pocos.

Designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a
todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y
los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis
talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa,
comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis
cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan,
curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios".

32
Salmo:

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor, todas las naciones,


aclamadlo, todos los pueblos.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Comentario:
La misión de anunciar el Evangelio es hoy también un mandato para toda la Iglesia. Una
Iglesia que no predica su noticia, sino la de quien la envía. Y en su tarea camina
buscando ser coherente entre el mensaje que anuncia y el estilo de vida que vive. Irá
recogiendo los frutos maduros del reino en la medida en que mensaje y estilo de vida se
unifiquen en el testimonio concreto.

Para mi reflexión:
- El Señor tiene necesidad de nosotros para llevar su palabra a tantas personas que no
le conocen, ¿piensas tú permanecer impasible anclado en tu comodidad?

19 de Octubre: San Pablo de la Cruz, presbítero y fundador (+1775)

Lecturas del día: Ef 1, 15-23 // 8, 2-7 // Lc 12, 8-12

Lectura del Evangelio: Lc 12, 8-12

El Espíritu Santo les enseñará lo que convenga decir

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Les aseguro que todo el que esté de
mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los
ángeles de Dios; pero si uno me niega ante los hombres, también yo lo negaré ante los
ángeles de Dios. Quien hable mal del Hijo del hombre, podrá ser perdonado, pero el que
blasfeme contra el Espíritu Santo, no será perdonado. Y cuando los lleven a las

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sinagogas, ante los jueces y autoridades, no se preocupen cómo defenderse, ni de lo que
van a decir; el Espíritu Santo les enseñará en ese mismo momento lo que deben decir»

Salmo:

¡Qué admirable, Señor, es tu poder!

¡Señor, Dios nuestro,


qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Tu majestad se levanta por encima de los cielos;
de la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza.

Al ver el cielo, obra de tus dedos,


la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano para que cuides de él?

Lo hiciste apenas inferior a un dios,


coronándolo de gloria y esplendor;
le diste poder sobre la obra de tus manos,
todo lo pusiste bajo sus pies.

Comentario:

Del Diálogo de Sta. Catalina de Siena, virgen, sobre la divina providencia

Cuán bueno y cuán suave es, Señor, tu Espíritu para con todos nosotros

El Padre eterno puso, con inefable benignidad, los ojos de su amor en aquella
alma y empezó a hablarte de esta manera:
«¡Hija mía muy querida! Firmísimamente he determinado usar de misericordia para con
todo el mundo y proveer a todas las necesidades de los hombres. Pero el hombre
ignorante convierte en muerte lo que yo le doy para que tenga vida, y de este modo se
vuelve en extremo cruel para consigo mismo. Pero yo, a pesar de ello, no dejo de cuidar
de él, y quiero que sepas que todo cuanto tiene el hombre proviene de mi gran
providencia para con él.
Y así, cuando por mi suma providencia quise crearlo, al contemplarme a mí
mismo en él, quedé enamorado de mi criatura y me complací en crearlo a mi imagen y
semejanza, con suma providencia. Quise, además, darle memoria para que pudiera
recordar mis dones, y le di parte en mi poder de Padre eterno.
Lo enriquecí también al darle inteligencia, para que, en la sabiduría de mi Hijo,
comprendiera y conociera cuál es mi voluntad, pues yo, inflamado en fuego intenso de
amor paternal, creo toda gracia y distribuyo todo bien. Di también al hombre la
voluntad, para que pudiera amar, y así tuviera parte en aquel amor que es el mismo
Espíritu Santo; así le es posible amar aquello que con su inteligencia conoce y
contempla.

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Esto es lo que hizo mi inefable providencia para con el hombre, para que así el
hombre fuese capaz de entenderme, gustar de mí y llegar así al gozo inefable de mi
contemplación eterna. Pero, como ya te he dicho otras muchas veces, el cielo estaba
cerrado a causa de la desobediencia de vuestro primer padre, Adán; por esta
desobediencia, vinieron y siguen viniendo al mundo todos los males.
Pues bien, para alejar del hombre la muerte causada por su desobediencia, yo, con
gran amor, vine en vuestra ayuda, entregándoos con gran providencia a mi Hijo
unigénito, para socorrer, por medio de él, vuestra necesidad. Y a él le exigí una gran
obediencia, para que así el género humano se viera libre de aquel veneno con el cual fue
infectado el mundo a causa de la desobediencia de vuestro primer padre. Por eso, mi
Hijo unigénito, enamorado de mi voluntad, quiso ser verdadera y totalmente obediente y
se entregó, con toda prontitud, a la muerte afrentosa de la cruz, y, con esta santísima
muerte, os dio a vosotros la vida, no con la fuerza de su naturaleza humana, sino con el
poder de su divinidad. »

Para mi reflexión:
- Hombre, ¿qué tienes que no hayas recibido?
- Lee y medita con atención este fragmento del Diálogo, de Sta. Catalina de Siena, y
mejor aún: si puedes, lee el libro entero, no te arrepentirás.

20 de Octubre: Santa Juana de Arco, virgen y mártir (+1431)

Lecturas del día: Is 45, 1. 4-6 // 95, 1-10 // 1 Ts 1, 1-5b // Mt 22, 15-21

Lectura del Evangelio: Mt 22, 15-21

Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios

En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús,
con preguntas insidiosas, en algo de qué pudieran acusarlo. Le enviaron, pues, a algunos
de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran:
«Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que
nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito
o no pagar el tributo al César?» Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les
contestó: «Hipócritas, ¿por qué tratáis de sorprenderme? Enséñenme la moneda del
tributo». Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: «¿De quién es esta
imagen y esta inscripción?» Le respondieron: «Del César». Y Jesús concluyó: «Dad,
pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios».

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Salmo:

Cantemos la grandeza del Señor.

Cantemos al Señor un canto nuevo,


que le cante al Señor toda la tierra.
Su grandeza anunciemos al los pueblos;
de nación en nación sus maravillas.

Cantemos al Señor, porque él es grande,


más digno de alabanza y más tremendo
que todos los dioses paganos, que ni existen;
ha sido el Señor quien hizo el cielo.

Alaben al Señor, pueblos de orbe,


reconozcan su gloria y su poder
y tribútenle honores a su nombre.
Ofrézcanle en sus atrios sacrificios.

Caigamos en su templo de rodillas.


Tiemblen ante el Señor los atrevidos.
«Reina el Señor», digamos a los pueblos.
El gobierna a las naciones con justicia.

Comentario - Lectura:

De las homilías atribuidas a san Macario, obispo

¡Ay del alma en la que no habita Cristo!

Así como en otro tiempo Dios, irritado contra los judíos, entregó a Jerusalén a la
afrenta de sus enemigos, y sus adversarios los sometieron, de modo que ya no quedaron
en ella ni fiestas ni sacrificios, así también ahora, airado contra el alma que quebranta
sus mandatos, la entrega en poder de los mismos enemigos que la han seducido hasta
afearla.
Y, del mismo modo que una casa, si no habita en ella su dueño, se cubre de
tinieblas, de ignominia y de afrenta, y se llena de suciedad y de inmundicia, así también
el alma, privada de su Señor y de la presencia gozosa de sus ángeles, se llena de las
tinieblas del pecado, de la fealdad de las pasiones y de toda clase de ignominia.
¡Ay del camino por el que nadie transita y en el que no se oye ninguna voz
humana!, porque se convierte en asilo de animales. ¡Ay del alma por la que no transita
el Señor ni ahuyenta de ella con su voz a las bestias espirituales de la maldad! ¡Ay de la
casa en la que no habita su dueño! ¡Ay de la tierra privada de colono que la cultive! ¡Ay
de la nave privada de piloto!, porque, embestida por las olas y tempestades del mar,
acaba por naufragar. ¡Ay del alma que no lleva en sí al verdadero piloto, Cristo!,
porque, puesta en un despiadado mar de tinieblas, sacudida por las olas de sus pasiones
y embestida por los espíritus malignos como por una tempestad invernal, terminará en
el naufragio.

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¡Ay del alma privada del cultivo diligente de Cristo, que es quien le hace
producir los buenos frutos del Espíritu!, porque, hallándose abandonada, llena de
espinos y de abrojos, en vez de producir fruto, acaba en la hoguera. ¡Ay del alma en la
que no habita Cristo, su Señor!, porque, al hallarse abandonada y llena de la fetidez de
sus pasiones, se convierte en hospedaje de todos los vicios.
Del mismo modo que el colono, cuando se dispone a cultivar la tierra, necesita los
instrumentos y vestiduras apropiadas, así también Cristo, el rey celestial y verdadero
agricultor, al venir a la humanidad desolada por el pecado, habiéndose revestido de un
cuerpo humano y llevando como instrumento la cruz, cultivó el alma abandonada,
arrancó de ella los espinos y abrojos de los malos espíritus, quitó la cizaña del pecado y
arrojó al fuego toda la hierba mala; y, habiéndola así trabajado incansablemente con el
madero de la cruz, plantó en ella el huerto hermosísimo del Espíritu, huerto que produce
para Dios, su Señor, un fruto suavísimo y gratísimo.

Para mi reflexión:
- Medita las siguientes palabras: “¡Ay del alma en la que no habita Cristo, su Señor!,
porque, al hallarse abandonada y llena de la fetidez de sus pasiones, se convierte en
hospedaje de todos los vicios.”
- No olvidemos “dar a Dios lo que de Dios”, Él sólo pide que lo amemos, y nos
comportemos como verdaderos hijos suyos.
- Pidámosle a Dios la gracia de reconocer todo los bueno que en cada momento nos
regala para nuestro bien.

21 de Octubre: San Hilarión, anacoreta (+371)

Lecturas del día: Ef 2, 1-10 // 99, 2-5 // Lc 12, 13-21

Lectura del Evangelio: Lc 12, 13-21

Lo que has acumulado, ¿de quién será?

Dijo uno del público a Jesús: "Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la
herencia". Él le contestó: "Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre
vosotros?" Y dijo a la gente: "Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque
uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes". Y les propuso una parábola: "Un

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hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo
donde almacenar la cosecha". Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y
construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y
entonces me diré a mi mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años;
túmbate, come, bebe y date buena vida". Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a
exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" así será el que amasa riquezas
para si y no es rico ante Dios".

Salmo:

El Señor nos hizo y somos suyos.

Aclama al Señor, tierra entera,


servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.

Sabed que el Señor es Dios:


que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,


por sus atrios con himnos,
dándoles gracias y bendiciendo su nombre.

El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.

Comentario:
La parábola es actual. Toda la reflexión del hombre rico se orienta a la manera
de multiplicar sus riquezas. Pero, en su obsesión por el bienestar, se equivoca: lo que
Dios le va a reclamar es su propia existencia. Dios está por encima de todo, y el peor
mal es el olvidarse de Él. Todo es vanidad, diría Qohelet. Se sale de la vanidad
orientando lo que se es y se tiene hacia los hermanos.

Para mi reflexión:
- ¿Consideras que con tu actitud ante la vida y tus obras estás atesorando teso4eos
para Dios o para ti?
Las palabras del Evangelio de hoy nos recuerdan los que Ignacio de Loyola dirigiera a
Francisco Javier: ¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si se pierde él
mismo?

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22 de Octubre: Santas Nunila y Alodia

Lecturas del día: Ef 2, 12-22 // 84, 9-14 // Lc 12, 35-38

Lectura del Evangelio: Lc 12, 35-38

Dichosos los criados a quienes el Señor, al llegar, los encuentre en vela.

Dijo Jesús a sus discípulos: "Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas.
Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle
apenas venga y ¡llame.. dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre
en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega
entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos".

Salmo:

Dios anuncia la paz a su pueblo.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:


Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.
La salvación está ya cerca de sus fieles
y l gloria habitará en nuestra tierra.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,


la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra
y la injusticia mira desde el cielo.

El Señor nos dará la lluvia,


y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.

Comentario:
La vida del ser humano es breve y transitoria. Está llamado a caminar despejado
de mente y de corazón porque el Señor está cerca. Dichoso el que vela y convierte el
encuentro en una fiesta de bodas. ¿Difícil? Pidamos con el cardenal Newman: “Danos
confianza y creeremos que lo imposible en este mundo es posible para ti, porque tú eres
el Dios de nuestros padres, el Dios de las promesas que se cumplen”,

Para mi reflexión:
- No tengas pereza para realizar las coas de Dios.
- No dejes a Dios como "plato de segunda mesa".

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23 de Octubre: San Juan de Capistrano, presbítero (+1456)

Lecturas del día: Ef 3, 2-12 // Is 12, 2-6 // Lc 12, 39-48

Lectura del Evangelio: Lc 12, 39-48

A quien mucho se le dio, mucho se le exigirá.

Dijo Jesús a sus discípulos: "Comprended que si supiera el dueño de casa a qué
hora viene el ladrón, no le dejarla abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad
preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre". Pedro le
preguntó: "Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos'?" El Señor le
respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solicito a quien el amo ha puesto al frente
de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien
su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de
todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a
pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el
amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a
la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está
dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo
digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que
mucho se le confió, más se le exigirá".

Salmo:

Sacaréis aguas con gozo


de las fuentes de la salvación.

El es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré;
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.

Dad gracias al Señor,


invocad su nombre;
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,


anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
Que grande es en medio de ti
el santo de Israel.

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Comentario:
La comunidad de Lucas pertenece a la llamada segunda generación de cristianos.
Los seguidores más cercanos del Jesús histórico habían muerto. Ya no se esperaba el fin
de los tiempos como algo inminente. Estos cristianos leen la parábola y entienden
perfectamente que el amo tarde en venir y sólo algunos criados se mantengan fieles. Es
también nuestra situación. Y se nos exhorta: la vigilancia debe permanecer, porque el
amo vendrá sin avisar de su llegada.

Para mi reflexión:
Debemos estar siempre alerta en el Señor, pues no sabemos cuando llegará
nuestro fin; y no vale taparse los ojos ni tener miedo, sólo confiar en Él y vivir
en Él.

24 de Octubre: San Antonio María Claret, obispo y fundador (+1870)

Lecturas del día: Ef 3, 14-21 // 32, 1-19 // Lc 12, 49-53

Lectura del Evangelio: Lc 12, 49-53

No he venido a traer paz, sino división

Dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá
estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se
cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante,
una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres estarán divididos
el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la
madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".

Salmo:

La misericordia del Señor llena la tierra.

Aclamad, justos, al Señor,


que merece la alabanza de los buenos;
dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.

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Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

Pero el plan del Señor subsiste por siempre,


los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,


en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Comentario:
El hombre que se bautiza o el bautizado tiene fe; quiere el bautismo con todas
sus consecuencias. Si no tuviera este deseo, el bautismo no valdría para nada: resultaría
una mueca ridícula e inoperante. Tienen este catecúmeno que se bautiza una voluntad
firme de ruptura con el pasado, con el pecado. Desea ardientemente una vida nueva: la
de Cristo. Y nace a una nueva vida. Entra a formar parte de la Iglesia como un nuevo
miembro. Es, literalmente, un santo, un amigo de Dios. Como ha muerto por el
bautismo, de las aguas bautismales sale una nueva criatura: con fuego para luchar las
batallas de la fe, dispuestos a declarar la guerra sin tregua a las malas inclinaciones y
hábitos que hubiere en su pasado.
Y tendrá que luchar. Porque el bautismo que hace lo más no hace lo menos. El
bautismo borra el pecado, da nueva vida... pero no suprime la inclinación al pecado, ni
el dolor, ni la muerte de la vida vieja.
Este recién bautizado deberá estar dispuesto a seguir la guerra traída por Cristo.
La muerte y resurrección forman un todo indivisible: estamos en camino -aún no hemos
llegado-; hemos sido redimidos, pero estamos sometidos a los peligros; tenemos abierto
el camino de la vida, pero el seguir por él es obra personal de cada día.
Esta es la guerra que vino a traer Cristo. Este es el bautismo y sus compromisos.
Este es el fuego que abrasa al cristiano para luchar las batallas del Señor y para
comunicar ese fuego de manera que incendie todas las cosas.

Para mi reflexión:
- Cada día tenemos que estar bautizando algo: todo lo que en nosotros escapó a las
aguas del bautismo; todo lo que en nosotros no es cristiano.
- El bautismo de fuego, de que habla Jesús, tuvo lugar el día de Pentecostés, pero
mediante el bautismo de sangre del Viernes Santo.
- Mejor que la alegría fácil es la alegría verdadera: ésta nace generalmente del
esfuerzo en el cumplimiento del deber.

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25 de Octubre: Santos Crisanto y Daría:

Lecturas del día: Ef 4, 1-6 // 23, 1-6 // Lc 12, 54-59

Lectura del Evangelio: Lc 12, 54-59

Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo
presente?

Decía Jesús a la gente: "Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en
seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer
bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo,
¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros
mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito,
haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te
arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te
digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo".

Salmo:

Este, Señor, es el grupo que busca tu presencia.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,


el orbe y todos sus habitantes:
él al fundó sobre los mares,
él al afianzó sobre los ríos.

¿Quién puede subir al monte del Señor?


Quien puede estar en el recito sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos.

Ese recibirá la bendición del Señor,


le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

Comentario:
Dios irrumpe en la historia. Es tiempo de salvación. Pero es necesario discernir
los signos de los tiempos igual que observamos e interpretamos los signos atmosféricos.
Se nos pide valentía para ver con claridad y posturas decididas ante lo que descubrimos.
Tal vez una de las más urgentes sea la reconciliación con nuestros hermanos más
cercanos.

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Para mi reflexión:
- No digas que nadie te ha hablado o mostrado a Cristo, todos sabemos donde
encontrarlo: en nuestro interior, en la oración, en la Eucaristía.
- No hay nada más grande que Él.

26 de Octubre: San Virilio de Leyre

Lecturas del día: Ef 4, 7-16 // 121, 1-5 // Lc 13, 1-9

Lectura del Evangelio: Lc 13, 1-9

Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya


sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: "¿Pensáis
que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os
digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que
murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los
demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis
de la misma manera". Y les dijo esta parábola: "Uno tenía una higuera plantada en su
viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves:
tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para
qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este
año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas"".

Salmo:

Llenos de alegría vamos a la casa del Señor.

Qué alegría cuando me dijeron:


Vamos a al casa del Señor.
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales Jerusalén.

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Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.

Según la costumbre del Israel,


a celebrar el nombre del Señor
En ella está los tribunales de justicia
en el palacio de David.

Comentario:
Las imágenes son muy utilizadas en el Antiguo Testamento. Una de las
preferidas para hablar de Israel es la de la vid (Is 5, 1-7). Aquí se toma la imagen de la
higuera para significar la urgencia de la conversión, del dar fruto. Como diría Pablo,
todavía vivimos en el tiempo de la paciencia de Dios (Rom 3, 25-26). La respuesta a las
llamadas de Dios aún puede ser positiva.

Para mi reflexión:
- ¿Qué esperas tú para dar fruto para Dios, para llevar su palabra a tu ambiente? ¿Para
orar por todos los que te rodean?

27 de Octubre: Santos Vicente, Sabina y Cristeta

Lecturas del día: Ex 22, 20-26 // 17, 2-51 // 1Ts 1, 5c-10 // Mt 22, 34-40

Lectura del Evangelio: Mt 22, 34-40

Estos son mi madre y mis hermanos.

Estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron


fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó: «Oye, tu madre y tus hermanos están
fuera y quieren hablar contigo». Pero él contestó al que le avisaba: «¿Quién es mi madre
y quiénes son mis hermanos?» Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Éstos
son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es
mi hermano, y mi hermana, y mi madre».

45
Salmo:

Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Señor, has sido bueno con tu tierra,


has restaurado la suerte de Jacob;
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados;
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.

Restáuranos, Dios salvador nuestro,


cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?

¿No vas a devolvernos la vida,


para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.

Comentario:
Jesús no rechaza a sus parientes (llamados aquí “hermanos”). Pero ahora, en el
reino de Dios, habrá otro criterio de parentesco creador de una comunidad de vida
superior al establecido por la sangre. El discípulo es un “pariente de Jesús” que entra en
la cálida intimidad de su familia divina.

Para mi reflexión:
- Los verdaderos discípulos y familia de Jesús son los que cumplen la voluntad
de nuestro Padre del Cielo, ¿a qué espero para ser parte integrante de esa
Familia? ¿o es que no me "atrae" esa familia y esa intimidad con Cristo?

28 de Octubre: San Simón y San Judas, apóstoles (siglo I):

Lecturas del día: Ef 2, 19-22 // 18, 2-5 // Lc 6, 12-19

Lectura del Evangelio: Lc 6, 12-19

Escogió a doce y los nombró apóstoles.

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Subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de
dio, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al
que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé,
Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas
Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un
grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la
costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los
atormentados por espiritas inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo,
porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Salmo:

El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo,


resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión, por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,


cantadlo con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria


y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca:
es un honor para todos sus fieles.

Comentario:
Cristo no hace nada sin antes meditarlo, sin consultarlo con su Padre: "orando a
Dios". Escoge a doce para que le sigan, para que estén y trabajen con Él, para llevar su
palabra a todos. También nos ha llamado a nosotros, todos hemos sido constituidos
discípulos suyos por el Bautismo, pero debo pararme a pensar cual es mi actitud de
católico: si sigo a Cristo porque "cura mis enfermedades" o al mismo tiempo porque le
amo y quiero portarme como a Él le gustaría.

47
Para mi reflexión:
- Nosotros también hemos sido llamados, pues como bautizados tenemos la
obligación de predicar su palabra, ¿o es que piensas quedarte impasible ante el dolor
de una sociedad que vive en tinieblas porque no le conoce.

29 de Octubre: San Narciso

Lecturas del día: Ef 5, 21-33 // 127, 1-5 // Lc 13, 18-21

Lectura del Evangelio: Lc 13, 18-21

Creció la semilla y se convirtió en un arbusto

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿A qué lo
comparé? Es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerto; creció, se
convirtió en árbol y los pájaros anidaron en sus ramas». Y dijo de nuevo: «¿A qué
compararé el Reino de Dios? Es como la levadura que una mujer mezcla con tres
medidas de harina, hasta que fermenta todo».

Salmo

Dichosos los que respetan al Señor.

Dichoso el que respeta al Señor


y sigue sus caminos.
Comerás del trabajo de tus manos,
serás afortunado y feliz.

Tu mujer será como una vid fecunda dentro de tu casa;


tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa.

Comentario - Lectura:

48
Del sermón de san Agustín, obispo, sobre los pastores

La Iglesia, como una vid que crece y se difunde por doquier

Mis ovejas se desperdigaron y vagaron sin rumbo por montes y altos cerros; mis
ovejas se dispersaron por toda la tierra. ¿Qué quiere decir: Se dispersaron por toda la
tierra? Son las ovejas que apetecen las cosas terrenas y, porque aman y están prendadas
de las cosas que el mundo estima, se niegan a morir, para que su vida quede escondida
en Cristo. Por toda la tierra, porque se trata del amor de los bienes de la tierra, y de
ovejas que andan errantes por toda la superficie de la tierra. Se encuentran en distintos
sitios; pero la soberbia las engendró a todas como única madre, de la misma manera que
nuestra única madre, la Iglesia católica, concibió a todos los fieles cristianos esparcidos
por el mundo entero.
No tiene, por tanto, nada de sorprendente que la soberbia engendre división, del
mismo modo que la caridad engendra la unidad. Sin embargo, es la misma madre
católica y el pastor que mora en ella quienes buscan a los descarriados, fortalecen a los
débiles, curan a los enfermos y vendan a los heridos, por medio de diversos pastores,
aunque unos y otros no se conozcan entre sí. Pero ella sí que los conoce a todos, puesto
que con todos está identificada.
Efectivamente, la Iglesia es como una vid que crece y se difunde por doquier;
mientras que las ovejas descarriadas son como sarmientos inútiles, cortados a causa de
su esterilidad por la hoz del labrador, no para destruir la vid, sino para purificarla. Los
sarmientos aquellos, allí donde fueron podados, allí se quedan. La vid, en cambio, sigue
creciendo por todas partes, sin ignorar ni uno solo de los sarmientos que permanecen en
ella, de los que junto a ella quedaron podados.
Por eso, precisamente, sigue llamando a los alejados, ya que el Apóstol dice de
las ramas arrancadas: Dios tiene poder para injertarlos de nuevo. Lo mismo si te
refieres a las ovejas que se alejaron del rebaño, que si piensas en las ramas arrancadas
de la vid, Dios no es menos capaz de volver a llamar a las unas y de volver a injertar a
las otras, porque él es el supremo pastor, el verdadero labrador. Mis ovejas se
dispersaron por toda la tierra, sin que nadie, de aquellos malos pastores, las buscase
siguiendo su rastro.

Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor: ¡Lo juro por mi vida! -oráculo
del Señor-. Fijaos cómo comienza. Es como si Dios jurase con el testimonio de su vida.
¡Lo juro por mi vida! -oráculo del Señor-. Los pastores murieron, pero las ovejas están
seguras, porque el Señor vive. Por mi vida -oráculo del Señor-. ¿Y quiénes son los
pastores que han muerto? Los que buscaban su interés y no el de Cristo. ¿Pero es que
llegará a haber y se podrá encontrar pastores que no busquen su propio interés, sino el
de Cristo? Los habrá sin duda, se los encontrará con seguridad, ni faltan ni faltarán.

Para mi reflexión:

- Siguiendo el texto del comentario, “Son las ovejas que apetecen las cosas terrenas
y, porque aman y están prendadas de las cosas que el mundo estima, se niegan a
morir, para que su vida quede escondida en Cristo”, ¿te consideras una rama de
aquellas que permanecen en la vid, o por el contrario tu vida es tal que te has
cortado, te has separado del tronco de la vid?

49
- Piensa que Dios, como Padre bueno que es, puede volver a injertarnos en su viña,
sólo es necesario que se lo pidamos de corazón.

30 de Octubre: Santa Dorotea

Lecturas del día: Ef 6, 1-9 // 144, 10-14 // Lc 13, 22-30

Lectura del Evangelio: Lc 13, 22-30

Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.

Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le


preguntó: "Señor, ¿serán pocos los que se salven?" Jesús les dijo: "Esforzaos en entrar
por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el
amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta,
diciendo: "Señor, ábrenos"; y él os replicará: "No sé quiénes sois". Entonces
comenzaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras
plazas". Pero él os replicará: "No sé quiénes sois. Alejaos de mi, malvados". Entonces
será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos
los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente
y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay
últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos".

Salmo:

El Señor es fiel a sus palabras.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,


que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.

Que expliquen tus hazañas a los hombres,


la gloria y majestad de tu reinado.

50
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.

El Señor es fiel a sus palabras,


bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.

Comentario:

El evangelio de hoy, leído fuera de contexto, llega a desalentar un poco. Hay en


él un tono duro en contraste con la dulzura habitual. Se habla de "puerta estrecha", de
exclusión del reino", de "llanto y de rechinar de dientes"... Pero el Evangelio necesita
ser leído en su conjunto para entenderlo bien. La ternura de Dios Padre no puede
confundirse con debilidad; su santidad no se identifica con rigidez o dureza. Una cosa
está fuera de toda duda: la salvación es "posible" y es "asunto personal". Las lecturas
litúrgicas escalonan bien los pasos en este proceso: Dios quiere que todos se salven,
aunque el camino que lleva a la salvación es estrecho. Ser de la familia de Dios no
significa tenerlo todo hecho ni estar inmune de toda adversidad y corrección.

Para mi reflexión:
- ¿Quiénes son para ti los más cercanos a Dios?
Dios es nuestro Padre, nunca es tarde para acercarnos a Él, si lo hacemos con corazón
puro.

31 de Octubre: San Alonso Rodríguez, religioso (+1617)

Lecturas del día: Ef 6, 10-20 // 143, 1-10 // Lc 13, 31-35

Lectura del Evangelio: Lc 13, 31-35

No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: "Márchate de aquí,


porque Herodes quiere matarte". Él contestó: "Id a decirle a ese zorro: "Hoy y mañana
seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término". Pero hoy y
mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de
Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te
envían! ¡Cuántas voces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos
bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no

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me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: "Bendito el que viene en nombre del
Señor"".

Salmo:

Bendito sea el Señor, mi Roca.

Bendito el Señor, mi Roca,


que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea.

Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo;
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,


tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes
y salvas a David, tu siervo.

Comentario:
En estos momentos en los que Jesús se siente rechazado como lo fueron los
profetas y ve cercana su muerte, recuerda a los hijos de Jerusalén. Habla de su voluntad
de cobijarlos como lo hace una gallina clueca con sus polluelos, pero ellos no han
querido. Es una llamada a la conversión, también a la nuestra, poniendo nuestro destino
en manos del Padre.

Para mi reflexión:
- ¿Cuantas veces he rechazado y rechazo encontrarme con Cristo?
¿Cuántas veces hemos vuelto la cabeza para no verlo?

52
Para meditar con el
MAGISTERIO DE LA IGLESIA

San Basilio el Grande

La embriaguez (fragmentos)

Efectos de la embriaguez. El santo no tiene confianza de ser escuchado

La embriaguez, ese demonio voluntario que penetra en el alma por medio del placer;
la embriaguez madre de la maldad, enemiga de la virtud, al hombre fuerte le hace débil,
al casto lascivo; no conoce la justicia y, rebasa los límites de la prudencia. De la misma
manera que el agua es contraria al fuego, así el vino, usado en demasía, extingue la
razón. Por eso me resistía yo a hablar contra la embriaguez: no porque se tratase de un
mal poco considerable, sino porque nada había de aprovechar mis palabras.

Porque si el ebrio ha perdido el juicio, y no sabe dónde está, en vano habla quien le
reprocha, pues él no le escucha. ¿A quién pues hablaré? Ciertamente que los que tienen
necesidad de amonestaciones no oyen lo que se les dice. Los prudentes y los sobrios no
tienen necesidad de mis palabras, pues están libres de este vicio. ¿Qué partido he de
tomar en la presente condición de cosas si ni mis palabras han de ser útiles, ni mi
silencio seguro? ¿Abandonaremos la cura? Pero es peligrosa la negligencia.

¿Hablaré contra los ebrios? Pero es tronar en oídos sordos. Pero quizás, así como
cuando aparece una peste, los médicos aplican remedios aptos para prevenir el mal en
los sanos, mas no osan tocar a los que ya están infestados, así también en nuestro caso,
la palabra tiene una mediana utilidad; la de tutelar y precaver a los fieles todavía sanos,
pero no servirá para curar a los que están ya atacados por la enfermedad.

La embriaguez, fuente de daños físicos

¿En qué te diferencias, oh hombre, de los animales irracionales? ¿No es en el don de


la razón, don que recibiste del Creador, don por el cual eres constituido príncipe y señor
de todas las criaturas? Pues quien se priva a sí mismo de la razón y del juicio por la
embriaguez, "se hace semejante a las bestias irracionales y pónese a la par de ellas" 7.
Más aún: yo diría que los que están embriagados son más irracionales que los mismos
brutos, puesto que todos los cuadrúpedos, todas las bestias tienen en cierta manera
ordenada su concupiscencia; pero los entregados al vino, tienen sus cuerpos animados
por un ardor que supera al querido por la naturaleza. A todas horas y constantemente
son impelidos a los deleites impuros y torpes. Y esto no sólo los embrutece y los atonta,
sino que la privación de sus sentidos hace al embriagado el más abominable de todos.
Porque ¿qué animal pierde el sentido de la vista y del oído, como lo pierde el que se
embriaga? Pero los ebrios lo pierden, porque no conocen a sus parientes, y tratan

53
muchas veces con desconocidos creyendo que son sus amigos, allegados. ¿No pasan
muchas veces saltando por las sombras, creyendo que atraviesan arroyos y valles? Sus
oídos están continuamente percibiendo ruidos y estrépitos, como furor de mar
tempestuoso. Les parece que la tierra se levanta hacia arriba, y que los montes giran a
su alrededor. Unas veces ríen sin cesar. Otras, se lamentan y lloran sin consuelo. Ora se
muestran intrépidos y audaces, ora tímidos y temblorosos. El sueño les es pesado,
difícil de sacudir, sofocante y parecido a la muerte. En las vigilias permanecen más
estúpidos que en los mismos sueños. Su vida es una especie de sueño continuado. No
teniendo quizás ni con qué vestirse, ni qué comer para mañana, se imaginan ser reyes,
capitanean ejércitos, edifican ciudades, y reparten dinero. Es el vino el que llena sus
cabezas de semejantes locuras y visiones.

En otros, en cambio, produce efectos contrarios. Pierden el coraje, están tristes,


doloridos, llorosos, tímidos y consternados. Un mismo vino, según la distinta
constitución produce distintos y diferentes efectos en los ánimos. A los ardorosos y
llenos de sangre, les pone alegres y gozosos. A los que ya han gastado las fuerzas con
su peso, y les ha corrompido la sangre, les excita a los efectos contrarios 8. ¿Qué
necesidad hay de enumerar la turba de los demás trastornos? La pesadez de su carácter,
el irritarse con facilidad, el ser quejumbrosos, el ser de ánimo mudable, los gritos, los
tumultos, el ser inclinados a las acciones criminales, el ser incapaces de refrenar y
disimular la ira.

La embriaguez, fuente de impureza

Además, la incontinencia en los goces y placeres, tiene su origen en el vino como en su


fuente. A una con el vino, brota la enfermedad de la impureza, que es menor en los
brutos que en los embriagados. Las bestias conocen los términos de la naturaleza. Pero
los ebrios pierden todo el control de su persona. Van hasta contra la naturaleza. Mas no
es fácil decir y ponderar con palabras todos los males que se encierran en la
embriaguez. Los daños que trae la peste, afligen de tiempo en tiempo a los hombres. El
aire inyecta poco a poco su misma corrupción en los cuerpos. Pero los daños que trae el
vino lo invaden todo a un mismo tiempo. Porque pierden el alma con todo género de
vicios. Corrompen al propio cuerpo con los inmoderados placeres, a que son arrastrados
por una especie de furor. Más aún; los mismos vapores del vino hinchan de tal manera
el cuerpo qué le hace perder su vigor vital con tales excesos. Tienen los ojos, lívidos,
pálido el semblante, embotado el espíritu, atada la lengua. Sus gritos son confusos, sus
pies titubeantes como los del niño, espontáneos sus vómitos de lo superfluo que allá
tienen, como si saliesen de las bocas de unas bestias.

Son desgraciados por sus lascivias, más desgraciados aún que los que en el mar son
agitados por una tempestad. A éstos las olas, sucediéndose unas a otras, no les permiten
salir a flote. De modo semejante, las almas de aquéllos quedan ahogadas y sumergidas
en el vino. Por eso, así como a la nave muy llena de mercancías, cuando es agitada por
la tempestad, es necesario que le alivien el peso, arrojando parte de su carga al mar, así
a éstos es necesario aliviarles de lo que les hacen tan pesados. Y aún apenas con el
vómito quedan libres de sus cargas.

54
Son tanto más desgraciados que los navegantes; cuanto que aquéllos son acometidos
por los vientos, por el mar, y por fuerzas exteriores que no pueden impedir. Pero éstos
levantan voluntariamente en sí mismos la tempestad de la embriaguez.

El que es atacado por el demonio es digno de lástima. Pero el ebrio ni siquiera es


digno de compasión, pues lucha con un enemigo voluntario. Llegan al colmo de
componer ciertas medicinas, cuyo efecto no es atajar el mal que produce el vino, sino
hacer que la embriaguez, sea constante y continua.

Y por lo que hace al tiempo de la bebida, les parece pequeño el día; breve la noche, y
corto el invierno.

El ansia de beber

No tiene fin este mal. Porque el mismo vino les abre el deseo de beber más. No alivia la
necesidad, sino que una bebida induce a la necesidad de otra bebida, abrasando a los
embriagados, y despertando siempre el deseo de beber más. Cuando piensan que van a
saciar su sed insaciable, les sucede lo contrario. Porque con el continuo uso de este
placer, se embotan y languidecen sus sentidos. Y así como la excesiva luz daña a la
vista, y así como pierden sus sentidos los oídos que son heridos con golpes y estrépitos
muy grandes de manera que después ya no oyen nada; así éstos, dejándose arrastrar
imprudente e incautamente por la afición de este placer, llegan a perderle
completamente. El vino más puro dicen que es insípido, y parece agua. El frío les
parece caliente, y aunque esté helado, aunque esté como la nieve, no pueden apagar la
hoguera que en este pecho ha encendido el inmoderado uso del vino.

*****

Santa Teresa de Jesús :Las Moradas o El castillo interior

55
Moradas Primeras

CAPÍTULO 1

En que trata de la hermosura y dignidad de nuestras almas. Pone una


comparación para entenderse, y dice la ganancia que es entenderla y saber las
mercedes que recibimos de Dios. Cómo la puerta de este castillo es la oración.

1. Estando hoy suplicando a nuestro Señor hablase por mí, porque yo no atinaba a cosa
que decir ni cómo comenzar a cumplir esta obediencia, se me ofreció lo que ahora diré,
para comenzar con algún fundamento: que es considerar nuestra alma como un castillo
todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el
cielo hay muchas moradas (1). Que si bien lo consideramos, hermanas, no es otra cosa
el alma del justo sino un paraíso adonde dice El tiene sus deleites (2). Pues ¿qué tal os
parece que será el aposento adonde un Rey tan poderoso, tan sabio, tan limpio, tan lleno
de todos los bienes se deleita? No hallo yo cosa con que comparar la gran hermosura de
un alma y la gran capacidad; y verdaderamente apenas deben llegar nuestros
entendimientos, por agudos que fuesen, a comprenderla, así como no pueden llegar a
considerar a Dios, pues El mismo dice que nos crió a su imagen y semejanza (3).

Pues si esto es, como lo es, no hay para qué nos cansar en querer comprender la
hermosura de este castillo; porque puesto que hay la diferencia de él a Dios que del
Criador a la criatura, pues es criatura, basta decir Su Majestad que es hecha a su imagen
para que apenas podamos entender la gran dignidad y hermosura del ánima.

2. No es pequeña lástima y confusión que, por nuestra culpa, no entendamos a nosotros


mismos ni sepamos quién somos. ¿No sería gran ignorancia, hijas mías, que
preguntasen a uno quién es, y no se conociese ni supiese quién fue su padre ni su madre
ni de qué tierra? Pues si esto sería gran bestialidad, sin comparación es mayor la que
hay en nosotras cuando no procuramos saber qué cosa somos, sino que nos detenemos
en estos cuerpos, y así a bulto, porque lo hemos oído y porque nos lo dice la fe,
sabemos que tenemos almas. Mas qué bienes puede haber en esta alma o quién está
dentro en esta alma o el gran valor de ella, pocas veces lo consideramos; y así se tiene
en tan poco procurar con todo cuidado conservar su hermosura: todo se nos va en la
grosería del engaste o cerca de este castillo, que son estos cuerpos (4).

3. Pues consideremos que este castillo tiene como he dicho (5) muchas moradas, unas
en lo alto, otras embajo, otras a los lados; y en el centro y mitad de todas éstas tiene la
más principal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma.

Es menester que vayáis (6) advertidas a esta comparación. Quizá será Dios servido
pueda por ella daros algo a entender de las mercedes que es Dios servido hacer a las
almas y las diferencias que hay en ellas, hasta donde yo hubiere entendido que es
posible; que todas será imposible entenderlas nadie, según son muchas, cuánto más
quien es tan ruin como yo; porque os será gran consuelo, cuando el Señor os las hiciere,
saber que es posible; y a quien no, para alabar su gran bondad; que así como no nos
hace daño considerar las cosas que hay en el cielo y lo que gozan los bienaventurados,
antes nos alegramos y procuramos alcanzar lo que ellos gozan, tampoco nos hará ver

56
que es posible en este destierro comunicarse un tan gran Dios con unos gusanos tan
llenos de mal olor; y amar una bondad tan buena y una misericordia tan sin tasa. Tengo
por cierto que a quien hiciere daño entender que es posible hacer Dios esta merced en
este destierro, que estará muy falta de humildad y del amor del prójimo; porque si esto
no es, ¿cómo nos podemos dejar de holgar de que haga Dios estas mercedes a un
hermano nuestro, pues no impide para hacérnoslas a nosotras, y de que Su Majestad dé
a entender sus grandezas, sea en quien fuere? Que algunas veces será sólo por
mostrarlas, como dijo del ciego que dio vista (7), cuando le preguntaron los apóstoles si
era por sus pecados o de sus padres. Y así acaece no las hacer por ser más santos a
quien las hace que a los que no, sino porque se conozca su grandeza, como vemos en
San Pablo y la Magdalena (8), y para que nosotros le alabemos en sus criaturas.

4. Podráse decir que parecen cosas imposibles y que es bien no escandalizar los flacos.
Menos se pierde en que ellos no lo crean, que no en que se dejen de aprovechar a los
que Dios las hace; y se regalarán y despertarán a más amar a quien hace tantas
misericordias, siendo tan grande su poder y majestad; cuánto más que sé que hablo con
quien no habrá este peligro, porque saben y creen que hace Dios aun muy mayores
muestras de amor. Yo sé que quien esto no creyere no lo verá por experiencia, porque
es muy amigo de que no pongan tasa a sus obras, y así, hermanas, jamás os acaezca a
las que el Señor no llevare por este camino.

5. Pues tornando a nuestro hermoso y deleitoso castillo, hemos de ver cómo podremos
entrar en él.

Parece que digo algún disparate; porque si este castillo es el ánima claro está que no
hay para qué entrar, pues se es él mismo; (9) como parecería desatino decir a uno que
entrase en una pieza estando ya dentro. Mas habéis de entender que va mucho de estar a
estar; que hay muchas almas que se están en la ronda del castillo (10) que es adonde
están los que le guardan, y que no se les da nada de entrar dentro ni saben qué hay en
aquel tan precioso lugar ni quién está dentro ni aun qué piezas tiene. Ya habréis oído en
algunos libros de oración (11) aconsejar al alma que entre dentro de sí; pues esto mismo
es.

6. Decíame poco ha un gran letrado (12) que son las almas que no tienen oración como
un cuerpo con perlesía o tullido, que aunque tiene pies y manos no los puede mandar;
que así son, que hay almas tan enfermas y mostradas a estarse en cosas exteriores, que
no hay remedio ni parece que pueden entrar dentro de sí; porque ya la costumbre la
tiene tal de haber siempre tratado con las sabandijas y bestias que están en el cerco del
castillo, que ya casi está hecha como ellas, y con ser de natural tan rica y poder tener su
conversación no menos que con Dios (13), no hay remedio. Y si estas almas no
procuran entender y remediar su gran miseria, quedarse han hechas estatuas de sal por
no volver la cabeza hacia sí, así como lo quedó la mujer de Lot (14) por volverla.

7. Porque, a cuanto yo puedo entender, la puerta para entrar en este castillo es la


oración y consideración, no digo más mental que vocal, que como sea oración ha de ser
con consideración; porque la que no advierte con quién habla y lo que pide y quién es
quien pide y a quién, no la llamo yo oración, aunque mucho menee los labios; porque
aunque algunas veces sí será, aunque no lleve este cuidado, mas es habiéndole llevado
otras. Mas quien tuviese de costumbre hablar con la majestad de Dios como hablaría
con su esclavo, que ni mira si dice mal, sino lo que se le viene a la boca y tiene

57
deprendido por hacerlo otras veces, no la tengo por oración, ni plega a Dios que ningún
cristiano la tenga de esta suerte; que entre vosotras, hermanas, espero en Su Majestad
no lo habrá, por la costumbre que hay de tratar de cosas interiores, que es harto bueno
para no caer en semejante bestialidad (15).

8. Pues no hablemos con estas almas tullidas, que si no viene el mismo Señor a
mandarlas se levanten como al que había treinta años (16) que estaba en la piscina,
tienen harta malaventura y gran peligro, sino con otras almas que, en fin, entran en el
castillo; porque aunque están muy metidas en el mundo, tienen buenos deseos, y alguna
vez, aunque de tarde en tarde, se encomiendan a nuestro Señor y consideran quién son,
aunque no muy despacio; alguna vez en un mes rezan llenos de mil negocios, el
pensamiento casi lo ordinario en esto, porque están tan asidos a ellos, que como adonde
está su tesoro se va allá el corazón (17), ponen por sí algunas veces de desocuparse, y
es gran cosa el propio conocimiento y ver que no van bien para atinar a la puerta. En
fin, entran en las primeras piezas de las bajas; mas entran con ellos tantas sabandijas,
que ni le dejan ver la hermosura del castillo, ni sosegar; harto hacen en haber entrado.

9. Pareceros ha, hijas, que es esto impertinente, pues por la bondad del Señor no sois de
éstas. Habéis de tener paciencia, porque no sabré dar a entender, como yo tengo
entendido, algunas cosas interiores de oración si no es así, y aun plega al Señor que
atine a decir algo, porque es bien dificultoso lo que querría daros a entender, si no hay
experiencia; si la hay, veréis que no se puede hacer menos de tocar en lo que plega al
Señor no nos toque por su misericordia.

*****

Mensaje de Juan Pablo II para la Jornada del Domund

20 de octubre de 2002

“La misión es anuncio de perdón”

Queridos Hermanos y Hermanas:

1 La misión evangelizadora de la Iglesia es esencialmente anuncio del amor, de la


misericordia y del perdón de Dios, revelados a los hombres mediante la vida, la muerte
y la resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. Es la proclamación de la gozosa noticia
de que Dios nos ama y quiere que estemos todos unidos en su amor misericordioso,
perdonándonos y pidiendo perdón a los demás, incluso las ofensas más graves. Esta es
la Palabra de la reconciliación que nos ha sido confiada porque, como afirma San Pablo,
“en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las
transgresiones de los hombres, sino poniendo en nuestros labios la palabra de
reconciliación” (2 Corintios 5, 19). Estas palabras hacen eco y recuerdan el supremo
anhelo del corazón de Cristo en la cruz: “Padre, perdónales, porque no saben lo que
hacen” (Lucas 23, 34). He aquí, pues, una síntesis de los contenidos fundamentales de

58
la Jornada Misionera Mundial, que celebraremos el domingo 20 de octubre próximo,
dedicada al estimulante tema: “La misión es anuncio de perdón”. Se trata de un
acontecimiento que se repite cada año, pero que no pierde con el pasar del tiempo su
significado e importancia, porque la misión constituye nuestra respuesta al supremo
mandato de Jesús: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes... enseñándoles a
guardar todo lo que yo os he mandado” (Mateo 28, 19).

2 Al inicio del tercer milenio cristiano se impone con mayor urgencia el deber de la
misión, porque, como recordé ya en la encíclica Redemptoris missio, “el número de los
que aún no conocen a Cristo ni forman parte de la Iglesia aumenta constantemente; más
aún, desde el final del Concilio, casi se ha duplicado. Para esta humanidad inmensa, tan
amada por el Padre que por ella envió a su propio Hijo, es patente la urgencia de la
misión” (n 3). Con el gran apóstol y evangelizador San Pablo, queremos repetir:
“Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que
me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!... es una misión que se me ha
confiado” (1 Corintios 9, 16-17). Sólo el amor de Dios, capaz de hermanar a los
hombres de toda raza y cultura, podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los
contrastes ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos que
oprimen a la humanidad. Son bien conocidas las horribles guerras y revoluciones que
han ensangrentado el siglo apenas transcurrido, y los conflictos que, desgraciadamente,
continúan hoy afligiendo al mundo. Esto no hace olvidar, al mismo tiempo, el anhelo de
muchos hombres y mujeres que, aun viviendo en gran pobreza espiritual y material,
experimentan gran sed de Dios y de su amor misericordioso. La invitación del Señor a
anunciar la Buena Nueva sigue siendo válida hoy, más aún, se hace cada vez más
urgente.

3 En la carta apostólica Novo Millennio Ineunte subrayé la importancia de la


contemplación del rostro doliente y glorioso de Cristo. El corazón del mensaje cristiano
es el anuncio del misterio pascual de Cristo crucificado y resucitado. El rostro doliente
del Crucificado “nos lleva a acercarnos al aspecto más paradójico de su misterio, como
se ve en la hora extrema de su misterio” (n. 25). En la Cruz, Dios nos ha revelado todo
su amor. La Cruz es la clave que da libre acceso a “una sabiduría que no es de este
mundo, ni de los dominadores de este mundo, sino a la sabiduría divina, misteriosa , que
ha permanecido escondida” (1 Corintios 2, 6-7). La Cruz, en la que resplandece ya el
rostro glorioso del Resucitado, nos introduce en la plenitud de la vida cristiana y en la
perfección del amor, porque revela la voluntad de Dios de compartir con los hombres su
vida, su amor y su santidad. A partir de este misterio, la Iglesia, recordando las palabras
del Señor “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Cf. Mateo 5,48),
comprende cada vez mejor que su misión no tendría sentido si no condujera a la
plenitud de la existencia cristiana, es decir, a la perfección del amor y de la santidad.
En la contemplación de la Cruz aprendemos a vivir en humildad y en el perdón, en la
paz y en la comunión. Esta fue la experiencia de San Pablo, que escribía a los Efesios:
“Os ruego, pues, yo, preso por el Señor, que viváis de una manera digna de la vocación
con la que habéis sido llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia,
soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del
Espíritu con el vínculo de la paz” (Efesios 4,1-3). Y a los Colosenses añadía:
“Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia,
de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y
perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os
perdonó, perdonáos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor,

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que es el lazo de la unión perfecta. Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones,
pues a ello habéis sido llamados formando un solo Cuerpo” (Col 3, 12-15). 4
Queridísimos hermanos y hermanas: el grito de Jesús en la cruz (Cf. Mateo 27, 46) no
revela la angustia de un desesperado, sino que es la oración del Hijo que ofrece su vida
al Padre para la salvación de todos. Desde la cruz, Jesús indica a qué condiciones es
posible practicar el perdón. Al odio, con que sus perseguidores le habían clavado en la
Cruz, responde rogando por ellos. No sólo los ha perdonado, sino que continúa
amándolos, queriendo su bien y, para esto, intercede por ellos. Su muerte se convierte
en verdadera y propia realización del Amor. Ante el gran misterio de la Cruz no
podemos sino postrarnos en adoración. “Para devolver al hombre el rostro del Padre,
Jesús debió no sólo asumir el rostro del hombre, sino cargarse incluso del ‘rostro’ del
pecado. ‘Quien no conoció pecado, se hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a
ser justicia de Dios en él’ (2 Corintios 5, 21)” (Novo Millennio Ineunte, 25). Con el
perdón absoluto de Cristo incluidos sus perseguidores comienza para todos la nueva
justicia del Reino de Dios. Durante la Última Cena, el Redentor dijo a los Apóstoles:
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he
amado, así os améis también vosotros. En esto conocerán todos que sois discípulos
míos: si os tenéis amor los unos a los otros” (Juan 13, 34-35).

5 Cristo resucitado dona a sus discípulos la paz. La Iglesia, fiel al mandamiento de


su Señor, continúa proclamando y difundiendo la paz. Mediante la evangelización, los
creyentes ayudan a los hombres a reconocerse hermanos y, como peregrinos en la tierra,
aunque por caminos diversos, todos encaminados hacia la Patria común que Dios no
cesa de señalarnos, a través de caminos conocidos sólo por Él. El camino real de la
misión es el diálogo sincero (Cf. Ad gentes, 7; Nostra aetate, 2); el diálogo que “no nace
de una táctica o de un interés” (Redemptoris missio 56), ni tampoco es fin en sí mismo.

El diálogo que, más bien, hace hablar al otro con estima y comprensión, afirmando
los principios en que se cree y anunciando con amor las verdades más profundas de la
fe, que son alegría, esperanza y sentido de la existencia. En el fondo, el diálogo es la
realización de un impulso espiritual, que “tiende a la purificación y conversión interior,
que, si se alcanza con docilidad al Espíritu, será espiritualmente fructífero” (ibid. 56): El
empeño por un diálogo atento y respetuoso es una “conditio sine qua non” para un
auténtico testimonio del amor salvífico de Dios. Este diálogo está profundamente ligado
a la voluntad de perdón, porque quien perdona abre el corazón a los demás y se hace
capaz de amar, de comprender al hermano y de entrar en sintonía con él. Por otra parte,
la práctica del perdón, según el ejemplo de Jesús, desafía y abre los corazones, cura las
heridas del pecado y de la división y crea verdadera comunión.

6 Con la celebración de la Jornada Misionera Mundial se ofrece a todos la


oportunidad de medirse con las exigencias del amor infinito de Dios. Amor que
demanda fe; amor que invita a poner toda la propia confianza en Él. “Sin fe es
imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que
recompensa a los que le buscan” (Hebreos 11, 6). En esta celebración anual se nos
invita a rezar por las misiones y a colaborar con todos los medios en las actividades que
la Iglesia despliega en todo el mundo para construir el Reino de Dios, “Reino eterno y
universal: reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de
amor y de paz” (Prefacio de la fiesta de Cristo, Rey del universo). Estamos llamados
ante todo a testimoniar con la vida nuestra adhesión total a Cristo y a su Evangelio.
Sí, nunca hay que avergonzarse del Evangelio y nunca hay que tener miedo de

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proclamarse cristianos, silenciando la propia fe. Es necesario, al contrario, continuar
hablando, ensanchando los espacios del anuncio de la salvación, porque Jesús ha
prometido permanecer siempre y en toda circunstancia presente en medio de sus
discípulos.

La Jornada Misionera Mundial, verdadera y propia fiesta de la misión, nos ayuda


así a descubrir mejor el valor de nuestra vocación personal y comunitaria. Nos estimula,
asimismo, a ir en ayuda de los “hermanos más pequeños” (Cf. Mateo 25, 40) a través de
los misioneros esparcidos en todas las partes del mundo. Esta es la tarea de las Obras
Misionales Pontificias que desde siempre sirven a la Misión de la Iglesia, no haciendo
faltar a los más pequeños quien les parta el pan de la Palabra y continúe llevándoles el
don del inagotable amor, que brota del corazón mismo del Salvador.

¡Queridísimos hermanos y hermanas! Encomendemos este empeño nuestro por


el anuncio del Evangelio, así como también la entera actividad evangelizadora de la
Iglesia, a María Santísima, Reina de las Misiones. Sea Ella quien nos acompañe en
nuestro camino de descubrimiento, de anuncio y de testimonio del Amor de Dios, que
perdona y dona la paz al hombre.

Con estos sentimientos, envío de corazón la Bendición Apostólica, como prenda de


la constante protección del Señor, a todos los misioneros/as esparcidos por el mundo, a
todos los que les acompañan con la oración y la ayuda fraterna, a las comunidades
cristianas de antigua y nueva fundación.

....................................................................
Juan Pablo II
En el Vaticano, 19 de mayo del 2002,
Solemnidad de Pentecostés

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