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Artículo publicado en la revista “YOGA” de la Asociación Española de Practicantes de

Yoga. Marzo del 2014

SVÂDHYÂYA, RECITACIÓN DE MANTRAS VÉDICOS

Por Núria Vinyals

Profesora de Yoga y de Canto Védico

Âdi Shankara, en el Siglo VIII, compuso una


bella plegaria de agradecimiento al maestro.
En ella dice que puedes tener todas las
riquezas, todo el bienestar, conocimientos
comparables al monte Meru, etc. pero si eres
incapaz de reconocer la gracia en el maestro
que te lo ha enseñado todo, ¿de qué te
sirven?

El vínculo con el maestro

El Yoga proviene de la India. Parece obvio, pero es necesario


recordarlo.

Hay en la India un tipo de conocimiento, o de realidad emocional, que


no se da en occidente. Es desde este particular ámbito emocional,
desde este conocimiento que no está filtrado por la mente, que ha
tenido lugar la enseñanza del Yoga.

Esta enseñanza incluye, de manera muy especial, la recitación y el


estudio de textos sagrados, que se conoce con el nombre de
svâdhyâya.

Svâdhyâya tiene múltiples significados. Significa también el estudio,


la observación y el conocimiento de uno mismo. Literalmente, es un
viaje –adhyâya- hacia sva.
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Yoga. Marzo del 2014

Sva, es el sí mismo. Hay un sí mismo, o sentido del yo, pequeño, y


un sí mismo mucho más grande. Svâdhyâya es un viaje de sva hacia
SVA. Este SVA con mayúsculas es sinónimo de purusha.

La palabra svâdhyâya se utiliza también como sinónimo de Canto


Védico, es decir, de la recitación de los mantras que aparecen en los
Veda-s. Concretamente, el Taittirîya Upanishat presenta la práctica
de svâdhyâya, es decir de canto, como el más elevado tapas.

Según la tradición, svâdhyâya, la recitación de los Veda-s, tiene lugar


dentro de este particular nivel emocional. Es una comunicación
profunda e inmediata que ocurre entre dos personas que se
encuentran.

Estas dos personas dan vida a un instante de entrega en el cual una


de ellas asume la función de maestro y, la otra, de alumno.

Es dentro de este marco, svâdhyâya, que podemos afirmar que en el


contexto del Yoga la transformación se produce a través de la
relación con el maestro.

Este maestro no es solamente una persona o una forma determinada.


Cada maestro individual es un vehículo a través del cual se difunde la
gracia del Maestro Primero. Esto es lo que pertenece a la mentalidad
de la India y que nos es difícil de entender aquí: la gracia del Guru.

Es decir, desde el punto de vista del Yoga, tal y como se entiende en


la India, cuando todo va bien, en el instante de transmisión de la
enseñanza, lo que está sucediendo es algo muy especial.

¿Qué quiere decir cuando todo va bien? Significa que el alumno ha


hecho el trabajo necesario para alcanzar un estado en el cual le es
posible escuchar. Desde esta capacidad de escucha el alumno puede
estar en situación de recibir, de permitir que algo totalmente nuevo
ocurra, y es en ese estado que la gracia actúa. Es entonces cuando la
verdadera transformación tiene lugar.

La transformación no depende de nuestra voluntad, lo único que


podemos hacer es eliminar los obstáculos que la impiden.

Para mayor claridad podemos dar a todo esto que hemos dicho un
formato de aforismo. Entonces lo resumimos así:

Situando el Yoga en su fuente, que es la India, podemos afirmar que:


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1. La transformación llega a través de la relación con el maestro.


Se trata de una relación de corazón a corazón.
2. La relación entre ambos hace que al alumno le sea posible
escuchar y ser escuchado: svâdhyâya.
3. Esta buena conexión del alumno permite que la gracia actúe en
él.
4. Normalmente este estado de apertura y de receptividad no es
posible.

El ámbito en el que la transformación tiene lugar nos lo describen las


frases 3 y 4. Todo el trabajo que plantea el Yoga, todo lo que
propondrá hacer cada maestro, será para ayudar al alumno a pasar
del estado 4 al 3.

Yoga-Sûtra

El Sutra número 4 del cuarto capítulo habla de esta transformación


que puede ocurrir a partir de un vínculo especial que se crea entre
dos personas.

Para la traducción y la explicación de este sûtra me baso en el libro


publicado por Frans Moors, Liberating Isolation, Media Garuda, 2012.

IV.4 nirmâna cittâni asmitâ mâtrât

A la psique se la modela únicamente a través de la fuerza de una


conexión íntima.

La palabra asmitâ, que aparece en otros capítulos, significa aquí la


fuerza de una conexión especial que une a dos energías: una es
radiante y emite luz; la otra la recibe, la absorbe, y se ve
transformada por la intensidad del intercambio.

En el contexto de la transformación individual, es a menudo un


vínculo fuerte con una persona especial, o con una entidad, la que
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desencadena el cambio. Puede tratarse de un profesor, un terapeuta,


una filosofía… Esta fuerza desencadenante del cambio transforma y
modela la mente de uno o de varios individuos.

Canto Védico

¿Qué tiene que ver el Canto Védico con todo esto que hemos dicho?
Para empezar a explicarlo podemos recorrer de nuevo al Yoga-Sûtra.

Patañjali transmite concepciones muy valiosas. Una de ellas hace


referencia al objeto de meditación y es la siguiente:

Cuando estamos en contacto prolongado con el objeto elegido


adquirimos sus cualidades.

La primera aplicación de esto la encontramos en el capítulo primero


en el cual Patañjali propone una meditación sobre Îshvara en la que
introduce la recitación pranava, OM.

El sûtra 1.24 nos dice que Îshvara es purusha vishesha, un purusha


muy especial. Îshvara es un Principio Espiritual especial porque no
está limitado por las fuentes de aflicción, klesha, ni por sus
consecuencias.

El 1.25 describe a Îshvara como sarvajña bîjam, impregnado por la


inigualable semilla de todo conocimiento.

El 1.26 nos dice que Îshvara es kâlena anavacchedât, es decir, no


está constreñido por las limitaciones del tiempo, es el Maestro,
incluso para los antiguos sabios.

En el 1.27 Patañjali propone el uso de la sílaba sagrada, o pranava,


como fórmula mágica con la que podemos dirigirnos a Îshvara.
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Aparece en este sûtra el concepto de mantra-yoga, la posibilidad de


comunicarnos con algo superior a través del canto, plegaria, o
fórmulas místicas.

OM es el mantra primordial, el origen de todos los mantra-s.

El sûtra 1.28 nos dice que la recitación sistemática del pranava OM


tiene que ser hecha cuidadosamente y con un enfoque total,
permitiendo que el significado penetre.

Es decir, la recitación del mantra OM es una meditación en la cual


mantenemos un contacto prolongado con un objeto muy especial que
nos transmitirá sus cualidades. El efecto de esta práctica es el
siguiente:

Los obstáculos se reducen y la conciencia pura se revela, 1.29.

Los obstáculos se reducen porque mediante la práctica regular hemos


desarrollado samskâras positivos que han ido desplazando a los
samskâras negativos que estaban ocupando todo el espacio. Entonces
lo que ocurre es que,

Algo desaparece y algo nuevo aparece

Esto que aparece y que es el fruto de la práctica y/o del contacto


prolongado con el objeto de meditación es algo radicalmente
diferente y siempre positivo, porque es algo obtenido a partir de la
relación con un objeto que es puro y que tiene la capacidad de
transformarnos.

Japa, la recitación de un mantra

Podemos cantar y aplicar todo lo que hemos dicho. Tomamos como


ejemplo un mantra corto que podemos usar para hacer japa, es decir
recitarlo un número elevado de veces:
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om shrîm shrâddhâyai namah||

Analizando cada una de las palabras de este mantra encontramos lo


siguiente:

om, es la sílaba sagrada, el origen, la primera manifestación de


Brahma.

shrîm, es una energía resplandeciente, creativa, que lleva a todos


los seres hacia su realización plena.

shrâddhâyai, es confianza, un claro sentido de dirección, fuerza.

nama×h, literalmente significa no-mío, es un acto de toma de


conciencia del sentido profundo del mantra en el cual mi yo, mi ego,
no interviene.

Por lo tanto, cuando hacemos japa con este mantra:

a) Conectamos con las cualidades positivas que representa y nos


vamos impregnando de ellas. Intentamos recitar
correctamente, con cuidado y atención, respirando bien y, lo
más importante, cantamos con convicción y con entrega. Esta
entrega es muy importante, nos aleja de la mente y su control
y nos acerca al espacio del corazón, a nuestro centro. Es por
esta razón que el mantra tendrá un efecto. En el caso de este
mantra un posible resultado sería hacer crecer la confianza.

b) Con la recitación del mantra, hacemos crecer samskäras


positivos que irán desplazando a los hábitos viejos y nocivos.
Para que esto ocurra la práctica tiene que ser regular, adecuada
y hecha con cuidado y calidad.

Hay un tercer ingrediente que es esencial para que A y B funcionen.


Se trata de svâdhyâya, la recitación realizada dentro de la relación
maestro-alumno. Será la fuerza del vínculo que se crea entre estas
dos personas la que hará que sea posible pasar de sva a SVA.
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A través de la relación, el mantra se convierte en un espejo. El


alumno escucha y, sobre todo, es escuchado. En la voz y en la
calidad de la escucha se reflejan obstáculos, tensiones y miedos que
hay que reconocer y aceptar como algo valioso, porque son verdad,
nuestra verdad.

Cuando cantamos desde sva, cometemos errores y el esfuerzo que


hacemos en la emisión de voz está lleno de tensión. Cuando logramos
cantar desde SVA, todo esto desaparece y en la voz hay espacio,
libertad y pureza. Necesitamos un maestro que nos conduzca y nos
ayude a iluminar y a fortalecer esos pequeños instantes en los que
aparece algo nuevo.

Esto nuevo que aparece es la esencia del Veda. Veda significa


conocimiento, un conocimiento adquirido desde un proceso de
meditación. Esta meditación nos conecta con la fuerza y la luz de
todo un linaje de maestros que se hacen presentes en la intimidad de
cada mantra.

Es por esta razón, que este artículo empieza con las palabras de Âdi
Shankara: ¿de qué te sirve todo lo que puedas lograr si eres incapaz
de sentir agradecimiento hacia la persona que te lo ha enseñado
todo?
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Yoga. Marzo del 2014

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