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Reporte de Lectura: características sociales y emocionales de la población


infantil, la importancia en la formación de la personalidad y el desarrollo social
en el proceso de aprendizaje y cómo debe fortalecer el maestro el desarrollo
emocional y social de sus estudiantes.

Datos de lecturas:

“Desarrollo social y emocional” de los autores Begonia Delgado Egidio y Antonio


Contreras Felipe y el artículo titulado “El desarrollo emocional en la educación
primaria (6 12 años)” del autor Pedro Bayardo Vásquez.

Objetivos Específicos

 Identificar los procesos de desarrollo social y emocional de los niños y niñas


en edad escolar.
 Reflexionar sobre contextos reales, a partir de la indagación y análisis de
situaciones y problemáticas que afectan el desarrollo integral de la población
infantil.

Reporte:

El objetivo del ser humano es dejar atrás el lado animal y convertirse en un


ser racional. Es la razón la que nos permite analizar una situación y todas sus
posibles opciones hasta el más mínimo detalle, pero para tomar una excelente
decisión, la emoción aparece. “No hay razón sin emoción”.

En la década de los 70s - 80s el estudio de las emociones cobró gran


importancia y cambió la forma de verlas. Según Davidoff y Sloman (1980) los
subsistemas relacionados con las emociones son: el Sistema Nervioso Central
(hipotálamo, amígdala cerebral, médula espinal), El Sistema Límbico y El Sistema
Nervioso Autónomo. Concluyendo que tanto el sistema endocrino como el nervioso,
son fundamentales para activar y mantener las emociones, como vemos no es sólo
paranoia humana, las emociones son una parte compleja e importante de nosotros,
seres que sentimos, percibimos y actuamos. En las lecturas se describen 2
componentes básicos de las emociones, uno subjetivo (experiencia) y otro
conductual (acción no verbal). Scherer (2001), haciendo un análisis más avanzado
recopila por su parte 5 componentes de las emociones, dándonos un concepto más
amplio, más adelante Bisquerra (2003) agrega un concepto; luego Zaccagnini
(2004) y por su parte Darder y Bach (2006) y finalmente Lang y Lazovik hablan de
unos procesos y componentes de las emociones. A continuación, resumo sus
aportes:

1. Componente cognitivo: inicialmente se hace una evaluación de lo


sucedido, ocurre un procesamiento de la información.
2. Componente neurofisiológico: luego se regulan los sistemas orgánicos, lo
hacen: S.N.C., S.N.A. y el S. Neuroendocrino, aparecen respuestas
involuntarias en nuestro organismo (sudoración, taquicardia) que son
consecuencias de emociones fuertes que, al no saber controlar y si se tienen
con frecuencia, pueden generar problemas de salud a largo plazo. De ahí
viene la importancia de la educación emocional no sólo como algo
psicológico sino de salud también.
3. Componente motivacional: Se prepara y dirige la acción, es un aspecto
perceptual.
4. Expresión motora: son las intenciones conductuales; es la acción física
como respuesta.
5. Sentimiento subjetivo: sirve para monitorizar el estado interno del
organismo y la interacción que éste ha tenido con el ambiente.

En el documento de Delgado y Contreras, Darder y Bach (2006), hacen una


aclaración sobre lo que no son las emociones, para evitar confusiones: 1) Término
emocionarse no debería existir; 2) Las emociones no se reducen a una serie de
estados, porque van más allá, configuran nuestra forma de estar n el mundo; 3)
Connotación negativa: “es malo ser una persona emocional”; 4) Las emociones no
son de carácter exclusivamente individual; 5) No hay que confundir expresar
emociones con dejarnos llevar por ellas.

Hasta aquí describí brevemente los conceptos que diversos autores han
hecho sobre emoción: nos hacen pensar, tener una reacción corporal y finalmente
tener determinadas actuaciones ante ellas, siendo las emociones más que simples
respuestas a estímulos internos o externos; entonces contaré el desarrollo
emocional y social del ser humano hasta los doce años aproximadamente. Ahora
entendamos lo importante que es educar el cuerpo y la mente. Un adecuado
desarrollo mediante la educación emocional logrará formar ciudadanos éticos,
competentes en todos los ámbitos. (Es importante impulsar el desarrollo efectivo de
este tipo de inteligencia en nuestros hijos, y en general en nuestra familia.)

Es en la familia donde se construyen las bases de las competencias


personales y sociales (autoconciencia, autocontrol, motivación y empatía), es decir,
las habilidades para relacionarnos con nuestro entorno. Todos estos elementos de
la Inteligencia Emocional ya fueron identificados por Goleman. “Desde el punto de
vista de las relaciones humanas, la familia es el núcleo central, cuyo papel primordial
en el proceso de socialización en el establecimiento de normas, reglas y sobre todo
valores éticos y morales”. Los primeros años de vida somos una plastilina,
moldeables, maleables y somos también una esponja, es decir, que absorbemos
con facilidad no sólo lo que nos enseñan de manera consciente los adultos
cuidadores sino lo que vemos y oímos de ellos. Cuando niños aprendemos
constantemente del entorno en el que vivimos y nos desarrollamos. La familia, la
escuela, la televisión, todo, influye en nuestro desarrollo intelectual y moral, es por
ello que cada uno de esos modelos deben ser constructivos.

De los 3 a los 5 años un niño sabe que una situación produce una emoción,
nada más. Luego entre los 6 y 9 años se admite que una misma situación puede
producir más de dos emociones, sólo si una precede a la otra. Y finalmente es hasta
los 11 años que se comprende la “ambivalencia emocional”, es decir, aceptar que
una situación produce varias emociones aun siendo contradictorias. Es básico saber
afrontar las emociones y es así como desde niños desarrollamos la distracción, la
reinterpretación, la selección de un contexto afín, buscar apoyo social en un adulto
ante situaciones difíciles o buscarlo en iguales (entre amigos hay cooperación,
reciprocidad, negociación, intercambio...); recordemos que a cierta edad incrementa
la necesidad de pertenecer a un grupo y es allí donde se reflejará si el niño cuenta
o no con mecanismos de integración, defensa y demostrará su conducta. Puede ser
el “popular”, “el rechazado”, el “ignorado”. Pero es importante señalar que los
amigos son un logro social significativo, indicador de competencia social y buena
salud mental (Hartup 1995).

Un niño puede optar por controlar sus emociones o darles rienda suelta
dependiendo su edad, temperamento (genética), contexto socio cultural, la
educación, los modelos sociales, su auto concepto y los recursos cognitivos que
tenga o haya tenido a disposición. La organización del auto concepto experimenta
cambios con el desarrollo, la auto-estima cobra importancia en la vida del niño;
inicialmente su valoración es muy positiva, luego su visión es más realista y se
fundamenta en sus logros pensando en el “yo ideal”, pero finalmente el auto
concepto al terminar la niñez el niño habrá elaborado ideas sólidas sobre quién es
él, cómo le gustaría ser y cómo lo ven los demás.

Los niños pequeños tienen una moral heterónoma basada en el deber y la


obligación hacia el adulto. Progresivamente se consolidará una moral autónoma que
se basa en la igualdad, donde se reflexionan, se discuten y se reelaboran las
normas. La autonomía aparece con la reciprocidad (voy a tratar a los demás como
quiero ser tratado). Según Kohlberg hay 3 niveles de moral según la edad: hasta los
9 años moral pre convencional (moral heterónoma de Piaget), hay beneficios,
obteniendo refuerzos y evitando castigos; luego está la moral convencional a partir
de los 10 años, donde hay una valoración de las normas sociales para mantener el
orden social; y finalmente la moral post convencional, que surge desde la
adolescencia, donde se contemplan los conflictos basados en justicia, equidad y la
búsqueda del bien común. Al final de la infancia se tienen bases sobre el auto
concepto, la amistad, y la justicia, por tanto, se requiere de construir esas bases
sólidas para usarlas en la vida en general.

La educación entonces debe hacer énfasis en lo emocional; la construcción


de una cultura de paz deberá estar fundamentada en un enfoque socio humanístico,
enseñando a los seres humanos a identificar, gestionar y regular sus emociones de
manera que se respeten a sí mismos y a los demás, que reverencien las vías de
derecho y no de hecho.

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