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PLAN DE EVANGELISMO

“LO QUE
DEBEMOS DECIR
AL MUNDO”
Introducción
Día uno…
“Mi testimonio”
Luego de presentarse, en esta primera visita usted
compartirá su testimonio, ¿quien eras y como
Dios te cambio la vida?…
Día dos…
¡El único Dios!
Día tres…
“Separados de Dios”
Romanos 3:23
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios…

El pecado es descrito en la Biblia como la trasgresión a la ley de Dios


(1 Juan 3:4) y rebelión contra Dios (Deuteronomio 9:7; Josué 1:18).

La biblia dice en Santiago 2:10: “Porque el que cumple con toda la ley
pero falla en un solo punto ya es culpable de haberla quebrantado
toda.” Por lo tanto todos somos culpables, todos en algún momento
hemos pensado, hemos dicho y hemos hecho cosas que no le agradan a
Dios, Romanos 3:10."Como está escrito: No hay justo, ni aun uno".

El pecado tuvo su origen con Lucifer, el “Lucero, hijo de la mañana”, el


más hermoso y poderoso de los ángeles. No contento con ser todo esto,
el deseó ser semejante al Dios altísimo, y esa fue su caída y el inicio del
pecado (Isaías 14:12-15). Cambiado su nombre a Satanás, él trajo el
pecado a la raza humana en el Jardín del Edén, donde tentó a Adán y
Eva con la misma seducción “...seréis como Dios...” Génesis 3 describe
su rebelión contra Dios y contra Sus mandamientos. A partir de ese
momento, el pecado ha pasado a través de todas las generaciones de la
raza humana, y nosotros como descendientes de Adán, hemos
heredado el pecado de él. Romanos 5:12 nos dice que a través de Adán,
el pecado entró al mundo, así que la muerte pasó a todos los hombres,
porque “la paga del pecado es muerte...” (Romanos 6:23).

El pecado nos separa de Dios, puesto que El es Santo y no tolera el


pecado. El es Justo y debe castigar todo pecado y no hay nada que el
hombre pueda hacer por si mismo para reconciliarse con Dios. Todas
sus obras son inútiles.
Día cuatro…

“La única solución”


Romanos 5:8
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros.

Dios odia el pecado, pero ama a su creación. En Su misericordia, envió


a Su hijo, para de reconciliar consigo mismo al hombre.

Jesús vino a morir en la cruz para limpiarnos de toda maldad y darnos


vida. Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Cristo, solo Cristo y únicamente Cristo, quien fue Dios encarnado


(Filipenses 2:5-11), fue lo suficientemente digno como para pagar por
completo el precio requerido para que seamos liberados de nuestra
deuda de pecado.

Por medio del pago sustituto que hizo Cristo por nuestros pecados con
su muerte, Dios pudo continuar siendo justo (en requerir el pago
completo por los errores que hemos cometido) y al mismo tiempo
extender su amor y misericordia a nosotros.

Cuando aceptamos el pago que Jesús hizo por nosotros, Dios nos
concede inmediatamente el perdón por los agravios que hemos
cometido (pasados, presentes y futuros) y nos hace espiritualmente
limpios y aceptables ante Él, por medio de la sangre expiatoria de
Cristo y a través de la obra renovadora del Espíritu Santo.
La biblia nos enseña que Jesús no solo murió sino que resucitó
1 Corintios 15:3-4 Porque primeramente os he enseñado lo que
asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a
las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras; Garantizado con esto el regalo de la vida
eterna ofrecido “gratuitamente” a todo aquel que le recibe.
Romanos 8:1 “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los
que están unidos a Cristo Jesús.”

Romanos 10:9-11, 13: “que si confesares con tu boca que Jesús es el


Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la
boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel
que en él creyere, no será avergonzado. … porque todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo.”

Juan 1:12 Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

No importa cuan grande sea tu pecado, dice la palabra:

Isaías 1:18…si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve


serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana.

2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura


es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

1 Juan 4:10En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos


amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros, y envió a su Hijo
en propiciación por nuestros pecados.

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.
Día cinco…

“Dos caminos, una sola ruta”


Mateo 7:13-14
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso
el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por
ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la
vida, y pocos son los que la hallan”.

A pesar de lo que aprendimos el día anterior muchos rechazan el amor


puro de Dios y el regalo suyo que es la vida eterna por medio de la fe
en el Señor Jesucristo.

El mismo Dios que dice, "Él que cree en el Hijo tiene vida eterna," es Él
que dice también "él que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino
que la ira de Dios está sobre él." (Juan 3:36)

Jesús deja claro que hay un solo camino. Aquí se nos habla de dos
puertas y dos caminos.

El camino ancho es ciertamente más fácil, amplio, sin limitaciones ni


freno alguno; hay tolerancia para el pecado, religiosidad o cualquier
cosa que desee hacer, Es el camino que al hombre parece derecho y al
final es camino de muerte (Proverbios 16: 25).

El camino de Dios es una senda angosta, un paso estrecho que lleva a


la vida. Aquí no hay espacio para ninguna desviación. Jesús no busca
multitudes. Busca y salva a los individuos que reconocer que están
perdidos, no busca seguidores casuales, sino personas dispuestas a dar
la vida por él.

Lucas 14:25-27, 33 “Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les


dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e
hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no
puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí,
no puede ser mi discípulo; Así, pues, cualquiera de vosotros que no
renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”.

El Señor hace que el camino estrecho sea lo más duro posible,


demandando que quienes de verdad desean seguirle salgan de la
multitud y tomen una cruz, un instrumento de tortura y muerte. Jesús
nunca presentó el cristianismo como una opción blanda para almas
ignorantes o débiles. Seguir a Cristo le puede costar a uno la misma
vida, le cuesta sin duda la vida en un sentido espiritual. No es para
cobardes.

Pero que el camino sea duro, no implica que sea desagradable u


horrible de transitar. Jesucristo es quien guía y da fuerza, su yugo es
fácil y ligera su carga (Mateo 11: 30). Conocerle cada día alivia
cualquier temor y hace placentero un camino difícil.

Filipenses 4:12-13 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en


todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener
hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece”.

La elección que uno hace entre las dos puertas y los dos caminos es
una decisión para la eternidad. El camino ancho que comienza tan fácil
se hace duro justo al final, termina en el infierno. Lo que parece tan
atractivo al inicio lleva a la destrucción.
La puerta estrecha que da al camino angosto puede no parecer muy
atractiva, pero es el camino de la vida. El camino de principio difícil se
abre por completo en la gloria eterna del cielo.

DOS MULTITUDES

Hay dos grupos de personas viajando por cada camino.


Lamentablemente la mayoría transitan por el camino ancho, y sólo un
remanente, una manada pequeña por el angosto. Unas pocas almas
caminan en el poder de Dios, reconociendo su incapacidad humana,
pero dispuestas a pagar el precio.

El camino ancho es la elección natural del ser humano, por eso es fácil
caer o permanecer en este error, alentado por que en comparación que
muchos se está bien. El problema es que este camino natural termina
en destrucción y condenación.

Tengamos cuidado con el mensaje evangelístico moderno que presenta


a Cristo cómo el camino, la verdad y la vida, pero no dice nada de la
puerta estrecha y el camino angosto, olvidando así el tomar
diariamente la cruz. No se exhorta al arrepentimiento, no se advierte
del juicio, no evidencia el pecado como Dios lo ve. Es el mensaje de
una salvación fácil, un llamamiento a una decisión precipitada
acompañada de falsas promesas de felicidad y bendiciones materiales.
Este no es el evangelio según Jesucristo.

El color amarillo nos recuerda del oro. La Biblia dice que en el cielo hay calles de oro.
(Apocalipsis 21:21-3). Cuando confiamos en Jesús como nuestro Salvador, entonces
podremos vivir en ese maravilloso lugar como hijos de Dios para siempre.

1 Corintios 2:9Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han
subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Juan 14: 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera
dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Salmos 16: 11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo;


Delicias a tu diestra para siempre.

“El llamado”

Dios en su gracia y amor te ofrece libertad de la muerte y del pecado.


Si tú aceptas sinceramente lo que Dios te ofrece, serás salvo; pero si
rechazas al Señor Jesucristo, sellarás tu destino eterno para siempre.
¿Te has arrepentido y creído por fe en el Señor Jesucristo? Si no, Dios te
manda que te arrepientas hoy y creas en el Señor Jesucristo para ser
salvo del pecado y de la muerte y para tener vida eterna.

Oración de conversión (modelo).

Señor, me has soportado todos estos años con mis pecados, pero a pesar de ello
has tenido compasión de mí.

Me he descarriado en todos los aspectos,


pero ahora no quiero pecar más.
Te he agraviado y he sido injusto.
Ya no lo seré nunca más.
Renuncio al pecado, renuncio al Demonio,
renuncio a la iniquidad que ensucia mi alma.
Libera mi alma de todo lo que es contrario a Tu santidad.

Te suplico, Señor, que me salves de todo mal.


Ven ahora, Jesús.
Ven ahora a habitar en mi corazón.

Perdóname, Señor, y permíteme descansar en Ti.


Porque Tú eres mi Escudo, mi Redentor y mi Luz,
y en Ti confío.

Desde hoy, Señor, Te bendeciré en todo momento.

Repudio el mal y a todos los demás dioses e ídolos,


porque Tú eres el Altísimo sobre el mundo entero,
trascendiendo de lejos a todos los demás dioses.

Con Tu poderoso brazo, sálvame de la mala salud,


sálvame de estar cautivo,
sálvame de los conflictos
y derrota a mi enemigo el Demonio.
¡Ven pronto en mi ayuda, oh Salvador!

Amén.

¿Qué necesitan para crecer las plantas ?--agua y sol. De la misma forma
tu relación con Dios es como una semillita que necesita de cuidados
para que crezca, debes hablar con Él diariamente (orar), leer tu Biblia,
el decir a otros las buenas nuevas de salvación.

Debes crece en el conocimiento de Dios, busca una iglesia, con líderes


de testimonio, donde se predique fielmente la palabra de Dios.
”El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que
no creyere, será condenado.”
Marcos 16:16 (RVR1960)

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