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La parte III comprende los artículo que van del 6 al 27 y constituye la parte sustantiva del mismo, por

cuanto en ella se especifican y precisan los derechos civiles y políticos que los Estados partes se
comprometen a garantizar.

Artículo 6: señala que “el derecho a la vida es inherente a la persona humana” y estará protegido por la
ley, y nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente.

Artículo 7: Se prohíben las torturas y los tratos crueles, inhumanos y degradantes.

Artículo 8: Se prohíbe la esclavitud, la trata de esclavos, la servidumbre y el trabajo forzoso u


obligatorio.

Artículo 9: Se garantiza el derecho a la libertad y a la seguridad personal, prohibiéndose la detención o


prisión arbitrarias.

Artículo 10: Toda persona privada de libertad será tratada humanamente.

Artículo 11: Nadie será encarcelado por el solo hecho de no poder cumplir con una obligación
contractual.

Artículo 12: Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tendrá derecho a
circular libremente por él y a escoger libremente en él su residencia y nadie podré ser arbitrariamente
privado del derecho a entrar en su propio país.

Artículo 14: Garantiza la igualdad ante los tribunales y cortes de justicia, así como el derecho a ser
oídas públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial
en los procedimientos civiles y penales.

Artículo 15: Se prohíbe la legislación penal retroactiva.

Artículo 16: Se estipula el derecho de todo ser humano, en todas partes, al reconocimiento de su
personalidad jurídica.

Artículo 17: Prohíbe las injerencias arbitrarias o ilegales en la vida privada, en la familia, en el domicilio
o en la correspondencia y los ataques ilegales a la honra y a la reputación.

Artículo 18: Se establece el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

Artículo 19: Se establece el derecho a la libertad de opinión y expresión.

Artículo 20: Toda propaganda a favor de la guerra o toda apología del odio nacional, racial o religioso
que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o a la violencia está prohibida por la ley.

Artículo 21: Reconoce el derecho de reunión pacífica.

Artículo 22: Reconoce el derecho a asociarse libremente con otras personas incluso el derecho a
formar sindicatos y afiliarse a ellos para la protección de sus intereses.

Artículo 23: Se reconoce que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, el derecho
del hombre y la mujer a contraer matrimonio y la obligación de los Estados Partes de tomar “las
medidas apropiadas para asegurar la igualdad de ambos esposos en cuanto al matrimonio y en caso de
disolución”.

Artículo 24: El niño tiene derecho a medidas de protección que su condición de menor requiere, tanto
por parte de su familia como de la sociedad y del Estado.
Artículo 25: Todos los ciudadanos gozarán del derecho y de la oportunidad de “participar en la
dirección de los asuntos públicos”, “de votar y ser elegido en elecciones periódicas auténticas y
realizadas por sufragio universal, igual y secreto”.

Artículo 26: Dispone, que todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación
a igual protección ante la ley.

Artículo 27: El último derecho que se establece es el concerniente a las minorías, no podrá negarse a
las personas que pertenezcan a las minorías étnicas, religiosas o lingüísticas “el derecho que les
corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida, a profesar y
practicar su propia religión y a emplear su propio idioma”.

Este último derecho no pudo recogerse en la Declaración Universal debido a que cuando esta fue
elaborada no se pudo obtener una solución uniforme.

De los derechos civiles y políticos que enuncia la Declaración Universal, este Pacto no protege el
Derecho de Asilo que establece el art. 14, ni el derecho de toda persona a una nacionalidad a que se
refiere el art. 15. Igualmente este Pacto no menciona el Derecho de Propiedad, que tampoco ha sido
considerado por el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, quedando sin amparo en
ambos pactos.

Las partes IV y V del Pacto están referidas a las medidas de aplicación y la parte VI contiene las seis
clausulas finales que son similares a las de Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

a) Medidas de aplicación o garantías de ejecución: Comité de Derechos Humanos


(Competencias para examinar los informes sometidos por los Estados y para recibir y
tramitar denuncias de un Estado contra otro)

Tal como se ha dicho la parte IV (art. 28-45) y la parte V (art. 46-47) tratan de la medida de aplicación
del Pacto.

El art. 28 dispone la creación de un Comité de Derechos Humanos, compuesto de 18 miembros


nacionales de los Estados Partes, que deberán ser personas de gran integridad y reconocida
competencia en materia de Derechos Humanos, que serán elegidos y ejercerán sus funciones a título
personal. Son elegidos por votación secreta. Los Estados Partes pueden proponer hasta dos personas
que sean nacionales de dicho Estado. El mandato de cada miembro es 4 años, pudiendo ser reelegido.

La elección se celebra en reunión de los Estados Partes convocada por el Secretario General de la
ONU en la sede de la organización. No podrá elegirse más de un nacional del mismo Estado y debe
tenerse en cuenta una distribución geográfica equitativa de los miembros y la representación de
diferentes formas de civilización y principales sistemas jurídicos.

Los miembros percibirán emolumentos de los fondos de las Naciones Unidas, en la forma que la
Asamblea General determine. Está previsto que el Comité se reunirá en la Sede de la ONU o en la
Oficina de la ONU en Ginebra.

El Pacto prevé dos funciones diferentes que el Comité debe ejercer: Una es la de examinar los informes
que le presentan los Estados tal como lo dispone el artículo 40, y otra, que está prevista en los artículos
41 y 43, es la de recibir y examinar las comunicaciones o denuncias que un Estado presente contra otro
alegando que éste infringe las obligaciones contraídas en el Pacto. La tercera función asignada al
Comité, es la que le otorga el Protocolo Facultativo para poder recibir y examinar denuncias
(comunicaciones) de individuos.

La primera de las funciones que el Pacto le asigna, es el sistema de presentación de informes sobre las
disposiciones que hayan adoptado los Estados Partes para dar efectos a los derechos reconocidos en
el Pacto y sobre el progreso que hayan realizado en cuanto al goce de esos derechos. Estos informes
de acuerdo al art. 40 se presentarán al Secretario General de la ONU, señalando los factores y las
dificultades, si los hubiere, que afecten la aplicación del Pacto.

El Comité estudiará los informes que le presenten y transmitirá sus comentarios a los Estados Partes.
También podrá transmitir dichos comentarios al Consejo Económico y Social. Igualmente los Estados
Partes podrán presentar al Comité las observaciones que puedan merecerle sus comentarios.

Con relación a esta función del Comité, la Comisión Internacional de Juristas, hace el siguiente
comentario:

“Uno de los asuntos más importantes a que se enfrenta el Comité es el de clarificar su tarea de acuerdo
con el Pacto. El art. 40 describe un solo deber para los estados: el de presentar informes. Se interpreta
como que se le concede al Comité un papel mínimo”.

El Dr. Graefraeth, (R.D. Alemana), sostiene que los Estados Partes aceptan “un procedimiento de
información y no un procedimiento de investigación”, es decir, una vez que presentan su informe, no
tienen obligación futura de cooperar con el Comité.

Otros miembros han resaltado las 3 características que el art. 40 atribuye a los informes de los Estados:
que describan las disposiciones que hayan adoptado para dar efecto a los derechos reconocidos en el
Pacto; el progreso realizado en cuanto al goce de esos derechos; y “los factores y dificultades, si los
hubiere”, que afecten la aplicación del Pacto.

La segunda de las funciones que le asigna este Pacto al Comité está contenida en los artículos 41 y 42,
y se refiere a la competencia que tiene el Comité para recibir y examinar las comunicaciones o
denuncias mediante los cuales un Estado alegue que otro Estado Parte no cumple con las obligaciones
asumidas en el Pacto.

Para que el Comité tenga competencia en los asuntos de algún Estado, este deberá previamente hacer
una declaración, de conformidad con el art. 41, por la cual reconozca con respecto a sí mismo la
competencia del Comité. El pacto exigía que diez Estados Partes verifiquen estas declaraciones para
que el Comité tenga dicha competencia, cosa que ya ha sucedido, por lo que entró en vigor el 28 de
marzo de 1979. El procedimiento que señala el Pacto responde a un criterio cuasi judicial.

Primeramente, si un Estado Parte considera que otro Estado no cumple las disposiciones del presente
Pacto, podrá señalar el asunto a la atención de dicho Estado mediante una comunicación escrita. Se fija
un plazo de 3 meses para que el Estado destinatario proporcione al Estado que envió la comunicación
una explicación que aclare el asunto.

El Comité conocerá el asunto después de haberse cerciorado de que se han interpuesto y agotado
todos los recursos de la jurisdicción interna de que disponga, aunque esta regla no se aplicará cuando
la tramitación de los mencionados recursos se prolongue injustificadamente. Dentro de los 12 meses
siguientes en que el Comité haya conocido del asunto, presentará un informe haciendo una breve
exposición de los hechos y de la solución alcanzada.

Si el asunto no se resolviese a satisfacción de los Estados Partes interesados, el Comité con el previo
consentimiento de ellos, podrá designar una Comisión Especial de Conciliación, que viene a constituir
una última instancia, adicional, con el objeto de llegar a una solución amistosa del asunto. Estará
integrada por 5 personas que sean aceptadas por los Estados Partes interesados.

Tal como se puede apreciar, el Comité tiene funciones de investigación y de conciliación, pero en
ningún caso de carácter judicial, ni menos aún coactivo.
Al 15 de junio de 1980 el número de Estados ratificantes y/o adherentes del Pacto de Derechos
Políticos y Civiles ascendía a 63.

En el Perú, este Pacto fue aprobado por Decreto Ley N° 22128 de 28 de marzo de 1978. El
instrumento de Adhesión fue remitido el 12 de abril de 1978 y depositado el 28 de abril de 1978,
habiendo entrado en vigor tres meses después, es decir, el 28 de julio de 1978.

2.5 PROTOCOLO FACULTATIVO DEL PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y


POLÍTICOS

El Protocolo Facultativo entró en vigor el 23 de marzo de 1976 y tiene todas las características de un
convenio independiente, pero referido al Pacto de Derechos Civiles y Políticos. Crea un método
adicional para la aplicación de dicho Pacto, al establecer un procedimiento especial para las “denuncias”
de los individuos las que en el lenguaje técnico de las Naciones Unidas son denominadas
“comunicaciones”.

La comisión de Derechos Humanos en primera instancia consideró la posibilidad de incluir el derecho


de petición individual dentro del Pacto; idea que estuvo sujeta a diversas reacciones:
 Quienes apoyaron su inclusión lo hicieron argumentando que una disposición de esa naturaleza
cumpliría con la necesidad fundamental del Pacto que era justamente la de proteger los
derechos de los individuos, además que ya existían precedentes internacionales, como era la
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
Racial de 1965.
 Por otro lado quienes se oponían argumentaban que el principio de soberanía se vería
gravemente comprometido si se permitía a una persona impugnar ante un órgano internacional
las resoluciones de los órganos jurisdiccionales de su Estado (ya sea nacional o residente en
dicho Estado).

A pesar de la oposición que existió, finalmente prosperó la idea de poner en marcha un mecanismo de
peticiones individuales y la discusión se concentró en determinar si el Pacto debía contener dicho
mecanismo o si sería preferible establecerlo en un protocolo separado, por tal motivo la Tercera
Comisión de la Asamblea General, aprobó incluir el mecanismo de peticiones individuales en un
protocolo separado, que aunque tuviese plena independencia tuviese necesariamente referido al Pacto
de Derechos Civiles y Políticos.

Al 15 de junio de 1980 han ratificado y/o adherido el Pacto un total de 63 Estados, el Protocolo
contaba hasta esa misma fecha con 23 ratificaciones y/o adhesiones.

En el Perú, la nueva Constitución Política (entró en vigor el 28 de julio de 1980), ratificó


constitucionalmente, en todas sus cláusulas, el Protocolo. El Instrumento de Ratificación fue remitido el
9 de setiembre de 1980, por lo que, entrará en vigor tres meses después, es decir, el 3 de enero de
1981.

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