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Seminario I. Anatomía Patológica Especial.

TÉCNICA DE NECROPSIA
La necropsia es un método de estudio que permite determinar, mediante el análisis de
las alteraciones observadas en el cadáver, la enfermedad del animal y/o posible causa de la
muerte. Para conseguir este objetivo es necesario recoger la mayor cantidad de información
posible, por lo que la necropsia debe realizarse de una manera ordenada, completa y
sistemática.
Debemos partir de unos conocimientos básicos previos como son la anatomía y
situación topográfica normal de los órganos, así como diferenciar las lesiones reales de otros
hallazgos que no lo son (artefactos, putrefacción, etc.).

A. PROTOCOLO DE NECROPSIA
Siempre que se realice una necropsia, debe completarse un protocolo de necropsia, en
el que reflejamos por escrito los siguientes aspectos:
1. Anamnesis: recogida de datos.
2. Descripción de las lesiones.
3. Toma de muestras para análisis complementarios.
4. Diagnóstico macroscópico presuntivo.
Este documento es muy importante y nos facilita la emisión de un diagnóstico final, al
tener reunidos todos los datos relativos a la necropsia.

1. Anamnesis.
La anamnesis tiene como finalidad el obtener todos los datos posibles, previos a la
muerte del animal, que nos puedan ayudar a orientar el diagnóstico final una vez realizada la
necropsia y los análisis complementarios. En ella debemos reflejar:
a.- Identificación del animal: Especie, raza, sexo y edad. Dependiendo de la especie, podremos
considerar el problema como una patología individual (animales de compañía y caballos) o
como una patología de colectividades (animales de abasto), en cuyo caso referiremos el
número de animales de la explotación así como el número de animales afectados y muertos.
Asimismo, preguntaremos al propietario/veterinario la fecha de la muerte del animal, si
fue natural o mediante eutanásicos, y en este último caso el tipo empleado y la vía de
administración (intracardiaca, intravenosa, etc.). También es importante reseñar si se ha
utilizado algún método de conservación del cadáver (refrigeración, congelación,...).

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b. - Antecedentes.
En patología de colectividades es imprescindible recoger datos sobre: régimen de
explotación (intensivo o extensivo), alimentación (tipo -concentrado, forraje, administración
de aditivos, complejos vitamínicos- y cambios en la alimentación), pautas de desparasitación
y vacunación; entrada de animales nuevos, presencia de focos de enfermedad anteriores,
posibles tratamientos empleados hasta el momento, etc.
Si se trata de sólo un animal, con patología individual, un cuestionario sobre hábitos
alimenticios, cambio de comportamiento, historial clínico (patologías previas, tratamientos
aplicados, desparasitaciones, vacunaciones, antecedentes familiares, hábitat, etc...)
c.- Síntomas clínicos.
Es importante recoger la información relativa a la sintomatología previa a la muerte del
animal (vómitos, diarrea, sintomatología nerviosa o respiratoria...), así como todos los datos
clínicos disponibles (analíticas, serologías, estudios radiográficos/ecográficos,...).
d. - Diagnóstico clínico
Si el caso ha sido remitido por algún veterinario es interesante disponer de un
diagnóstico clínico presuntivo, así como de posibles diagnósticos diferenciales.
2. Descripción de alteraciones macroscópicas.
En el protocolo de necropsias se debe reflejar, a medida que realizamos la necropsia,
todas las alteraciones macroscópicas observadas. Normalmente apuntamos las alteraciones en
el mismo orden en el que van apareciendo a lo largo de la necropsia.
La forma de describir las lesiones se explica de forma detallada en el apartado E
(página 9).
3. Toma de muestras.
Cuando en el curso de la necropsia sea necesario tomar muestras para análisis
complementarios, se indicará el tipo de muestras recogidas y el análisis a realizar
(histopatología, microbiología y/o toxicología). En patologías de colectividades es aconsejable
generalmente realizar pruebas bacteriológicas y/o serológicas, en el resto de los animales
afectados.
4. Diagnóstico macroscópico presuntivo.
Finalmente, a partir de todos los datos obtenidos se emitirá un diagnóstico
macroscópico, así como los posibles diagnósticos diferenciales.

B. TECNICA DE NECROPSIA

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Comenzaremos realizando una detallada inspección externa del cadáver, que
incluya:
 Condición corporal (caquéctico, delgado, buen estado de carnes, obeso)
 Grado de hidratación (deshidratado o no). Es importante examinar la cuenca orbitaria
y el pliegue de la piel.
 Presencia de lesiones cutáneas (alopecias, zonas eritematosas, heridas, abscesos, etc.)
y en los anejos (pezuñas, almohadillas).
 Exploración de mucosas de las aberturas naturales (boca, ano, pene, vagina) las cuáles
pueden mostrar una coloración pálida (sospecha de anemia), azulada (cianótica, por
problemas sépticos), enrojecida (congestiva, debido a alteraciones circulatorias) o
amarillenta (ictericia). En la cavidad bucal hay que observar encías, dientes y lengua,
procurando determinar la presencia de formaciones papulares, vesículas, bullas,
erosiones o úlceras.
 Inspección de ganglios explorables (tamaño, consistencia, etc.)
 Inspección de región umbilical y articulaciones. Tiene especial importancia en animales
jóvenes.

Para realizar una técnica de necropsia correcta, es necesario seguir los pasos
como se indican a continuación, aunque en ocasiones (por particularidades del
cadáver o del proceso patológico que presente), puede ser necesario realizar
ligeras modificaciones a esta técnica (que se indicarán durante las prácticas).
La inspección de cada órgano se realiza inmediatamente después de su
extracción (salvo el digestivo, que siempre se explora al final). En las necropsias de
prácticas, con fines didácticos, se inspeccionarán todos los órganos al final de la práctica.
Los órganos tubulares (aparato digestivo…) se exploran mediante su apertura longitudinal,
y los órganos sólidos realizando cortes paralelos en el parénquima (fileteado).

1. Una vez realizado el examen externo procederemos a realizar la necropsia (examen


interno).
2. Para ello, colocamos el animal en decúbito lateral derecho.
3. Primero se desmembra la extremidad anterior izquierda cortando los músculos y se
deja unida al tronco por la piel.

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4. Seguidamente, se desarticula la extremidad posterior izquierda, a nivel de la
articulación coxofemoral, dejando la extremidad unida al cadáver (para la exploración
posterior de articulaciones).
5. Posteriormente, se practica una incisión longitudinal de la piel desde el espacio
submandibular hasta el periné, cortando por la línea media del abdomen.
6. Se separa la piel del tejido conjuntivo subcutáneo (hasta la zona paravertebral),
apreciándose su coloración, grado de hidratación, posibles traumatismos, etc..
7. Se examina la glándula mamaria (palpación y cortes transversales) en hembras y los
testículos en machos (incisión longitudinal que afecta tanto al parénquima testicular como
al epidídimo).
8. A continuación, se procede a la apertura de la cavidad abdominal. Para ello, se corta
la musculatura de la pared abdominal izquierda por: 1ºlinea alba (apéndice xifoides-sínfisis
pubiana) / 2ºarco costal (ventral-dorsal) / 3º ingle. Debemos valorar la presencia de
contenidos anormales y la posición de las vísceras abdominales.
9. Se abre la cavidad pelviana cortando mediante sierra o costotomo el suelo óseo (pubis
e isquion).
10. Después se realiza una incisión en la zona de inserción costal del diafragma, para
comprobar si el tórax mantiene la presión negativa normal. Si es así, se produce la entrada
de aire en la cavidad, que emite un sonido característico y desplaza el diafragma
caudalmente.
11. Se procederá a la apertura de la cavidad torácica, cortando con el costotomo las
costillas a nivel dorsal. En este punto se realiza la inspección de las costillas, valorando
la consistencia y la unión costo-condral (grado de osificación y línea de crecimiento ósea).
La extracción de las costillas se completa mediante un corte ventral. Cuando se abre la
cavidad torácica, debemos evaluar la presencia de contenidos anormales y la posición de
las vísceras torácicas.
12. Se inspecciona el contenido del saco pericardio mediante una pequeña incisión en
la zona del ápex.

Después de esta inspección global de las cavidades, nos centraremos en la cavidad


abdominal.

13. Primero extraemos el tracto gastrointestinal, sin separar bazo ni cortar recto. Para
ello se realiza una ligadura en el esófago por detrás del diafragma, para evitar la salida de

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contenido. Se corta cranealmente a la ligadura y se separa el digestivo de sus inserciones
al abdomen, manteniéndolo unido al cadáver por el recto. Mientras se separa el digestivo
debe examinarse la zona hepato-pancreático-duodenal, valorando el colédoco, vasos
hepáticos y conducto pancreático.
14. Se separa el bazo del digestivo y se examina (forma, tamaño, color, consistencia y
superficie de corte).
15. Se extrae el hígado con vesícula biliar y se examina. Exploramos los ganglios
periportales y procedemos a la apertura de la vesícula biliar.
16. Se examinan in situ las glándulas adrenales, mediante un corte transversal, observando
la proporción corteza-médula-corteza (1:2:1), y se extraen.
17. Se extraen juntos el paquete genitourinario y el digestivo, cortando sus inserciones
dorso-laterales a la cavidad abdominal y pelviana y la piel de periné. Una vez extraídos, se
procede a separarlos.
18. El tracto digestivo se reserva para su apertura e inspección al final de la necropsia (para
evitar contaminación con su contenido); aunque es conveniente en este punto localizar y
valorar el páncreas y los ganglios mesentéricos.
19. Se procede a la exploración del paquete genitourinario. Los riñones deben ser
cortados longitudinalmente y decapsulados. Los uréteres deben al menos ser visualizados
y palpados. La vejiga de la orina se abre y se observa su contenido y el aspecto de la
mucosa. Se examina la uretra y glándulas anejas (próstata, bulbouretrales, vesículas
seminales) en los machos. Los ovarios deben ser seccionados longitudinalmente y explorar
la superficie. El útero se abre longitudinalmente, valorando la presencia de contenidos
anormales y el aspecto de la mucosa. Así mismo, procederemos al examen de la vagina y
vulva.
A continuación se procede a la extracción y examen de las vísceras de la parte anterior
del animal.
20. Mediante dos incisiones paralelas a ambas ramas de la mandíbula se extrae la lengua
ventralmente y se examina la cavidad oral y las amígdalas.
21. Se cortan las ramas del hioides y se extraen la lengua, laringe, tráquea y todas las vísceras
de la cavidad torácica (incluyendo aorta torácica).
22. Se localizan, examinan y extraen tiroides y paratiroides.
23. Se realiza una inspección general de las vísceras torácicas, valorando el timo,
mediastino, y los ganglios mediastínicos y bronquiales
24. Se separa el respiratorio del corazón y vasos.

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25. Se examina la lengua (mediante cortes trasversales).
26. El esófago se abre longitudinalmente para valorar contenido y mucosa, y se separa de la
tráquea para examinar la serosa.
27. Se procede a la inspección del aparato respiratorio: la laringe y la tráquea mediante
corte longitudinal; y los pulmones mediante palpación, inspección y corte del parénquima,
siguiendo el trayecto de los grandes bronquios.
28. Se explora el corazón y los grandes vasos. El corazón debemos valorarlo externamente
y abrirlo para ver sus cavidades. La apertura del corazón derecho se realiza mediante un
corte paralelo al septo interventricular, comenzando por el ventrículo a nivel del tronco de
la arteria pulmonar, hasta la aurícula. El corazón izquierdo se abre mediante un corte
longitudinal desde la aurícula al ventrículo, para posteriormente, salir por la aorta. El
miocardio se debe incidir a nivel del septo.

29. Se examinan los músculos y articulaciones. En los músculos se recomienda realizar


varias incisiones de forma aleatoria. El examen de las articulaciones incluirá la apertura de
al menos cinco de diferentes extremidades (coxo-femoral, rodillas, hombro, metacarpo,
atlanto-occipital), valorando el contenido y la superficie articular.
30. Se separa la cabeza por la articulación atlanto-occipital, retirando la piel y la musculatura
de la zona. Se abre la cavidad craneana mediante dos cortes paralelos desde el ángulo
occipital a la zona frontal, y un corte transversal perpendicular a los anteriores. Se extrae
el encéfalo y parte de la médula espinal.
31. Una vez terminada la inspección de todos los sistemas, debemos examinar el tracto
digestivo. Los pre-estómagos (en su caso) y el estómago deben ser abiertos por la
curvatura mayor, y el intestino longitudinalmente en toda su extensión.

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En ocasiones puede resultar necesario otros exámenes especiales como: Cornetes
y fosas nasales; raquis y médula ósea.

C. ALTERACIONES MACROSCÓPICAS NO SIGNIFICATIVAS.


En el curso de la necropsia pueden encontrarse en ocasiones hallazgos no
representativos que en la mayoría de los casos obedecen a alteraciones postmortem (autolisis)
o cambios en la estructura y que no deben de ser tenidas en cuenta al realizar el diagnóstico.
Existen numerosos procesos no significativos, si bien solo mencionaremos algunas de las más
frecuentes:
 Cambios fisiológicos como congestión de la mucosa gastrointestinal (rayas de tigre en
colon y recto).
 Estructuras normales:
 Las placas de Peyer del colon pueden ser “diagnosticadas” como úlceras.
 Los órganos linfoides son de mayor tamaño en animales jóvenes y puede considerarse
como hipertrofia, si bien se debe al mayor desarrollo del tejido linfoide en las primeras
etapas de la vida del animal
 Lipidosis de tensión: Los órganos sufren una degeneración grasa focal en la zona de
inserción de los ligamentos debido a una isquemia zonal que induce hipoxia.
 Fibrosis pleural: en los bóvidos la pleura es normalmente gruesa y opaca sobre todo en
el lóbulo fundamental, lo que le confiere un color blanquecino.
 Artefactos físicos o químicos, se producen después de la muerte, como por ejemplo
 la administración de pentobarbital sódico induce el depósito de sales en las serosas.
 La administración de terapia glucosada induce un rápido reblandecimiento de los
riñones (falso riñón pulposo) y presencia de burbujas en la mucosa de la vejiga de la
orina.
 La acción de animales salvajes o ratas sobre los cadáveres produce cambios externos.
 Presencia de hemorragias en el pericardio, miocardio y endocardio son producidas en
el período agónico del animal.
 Cambios postmortem, asociados a la descomposición son en muchos casos
diagnosticados como lesiones. Así:
 Salida de líquido por la nariz o boca, procedente del contenido digestivo, debido a la
relajación del cardias y a la presión de los gases procedentes de la fermentación.

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 Descarga nasal sanguinolenta debido a la congestión nasal y posterior ruptura de los
vasos de la mucosa cuando el animal muere. Es necesario hacer un diagnóstico
diferencial con hemorragias producidas por lesiones nasales (inflamaciones, tumores
etc.), o a distancia.
 Prolapsos rectales o vaginales se producen debido a la distensión de las vísceras
abdominales por el acúmulo de gas.
 Livor mortis: Después de morir se produce una irregular distribución de la sangre en el
cuerpo, de acuerdo a las leyes de la gravedad, acumulándose más en el lado que yace
el animal. De igual forma, los órganos de ese mismo lado se ven afectados,
denominándose órganos de hipóstasis.
 Pseudomelanosis: Son áreas verde negruzcas que se producen debido a la
descomposición de la sangre por bacterias que actúan formando sulfuro de hidrógeno.
Normalmente se observa en riñones, hígado o bazo en contacto con las asas
intestinales.
 Imbibición hemoglobínica: Una vez muerto el animal, la sangre en contacto con el aire
se hemoliza, produciéndose una rápida difusión de la hemoglobina que determina la
aparición de un tinte rojizo.
 Imbibición ictérica: En las zonas de contacto con la vesícula biliar se producen áreas de
color verdoso debido a la difusión de la bilis.

D. TOMA DE MUESTRAS

1. ESTUDIO HISTOPATOLOGICO
En muchas ocasiones el examen macroscópico resulta insuficiente y es necesario tomar
muestras para histopatología. Las muestras serán pequeñas piezas de 0.5-1 cm de grosor,
aproximadamente y se incluirán en formol al 4% .Tomar muestras representativas de la lesión,
a ser posible zona afectada y sana, nunca de los órganos de hipóstasis o de zonas de necrosis.
Es muy importante que las piezas sean pequeñas para que el formol penetre (2-3 cm
máximo). Se introducirán en un bote de boca ancha y de tamaño adecuado al número de
muestras, con una cantidad abundante de formol (10 veces más cantidad de formol que de
muestra). Se recomienda que el cerebro se remita entero, o en su defecto la mitad. Los botes
deberán ir adecuadamente etiquetados e identificados y junto con ellos, remitiremos un
protocolo de necropsia detallado.

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2. ESTUDIO MICROBIOLOGICO
Pueden tomarse muestras de órganos internos, hisopos estériles con o sin medio de
cultivo para aislamiento microbiológico o vírico de exudados nasales, saliva, sangre, heces u
orina, entre otros. Las muestras básicas son trozos de 5-7 cm de bazo, hígado, riñón, pulmón,
así como un asa de intestino delgado y otra de grueso ligadas por ambos extremos. En todos
los casos se deben tomar lo más rápidamente posible durante el transcurso de la necropsia en
envases estériles individualizados (cada órgano en un envase): estos deben ir a una cámara
de refrigeración, enviándose acto seguido al laboratorio de referencia (con un tiempo máximo
de 12 horas). No obstante, las muestras en numerosas ocasiones son específicas según el
agente etiológico supuesto.

3. ESTUDIO TOXICOLOGICO
Por si los estudios anteriormente realizados no han dado resultado, o el estudio
histopatológico nos orienta sobre un posible caso de intoxicación, es aconsejable tomar
muestras para la realización de estudios toxicológicos. Se recomienda la obtención de las
siguientes muestras (Gwaltney-Brant, S M: Veterinary Forensic Toxicology .Vet Path 53(3)-
1067-77, 2016).
• Hígado: 300g (metales pesados, pesticidas, medicamentos)
• Riñón: 300g (metales pesados, anticongelante, fármacos, plantas tóxicas)
• Cerebro: Un hemisferio (pesticidas, rodenticidas…)
• Grasa: 300g (organoclorados, rodenticidas …)
• Pulmón, Bazo: 100 g (organofosforados, insecticidas…)
• Ingesta, bilis, orina, sangre, leche, humor acuoso...
Las muestras se pueden refrigerar o congelar para su posterior envio al laboratorio.

E. DESCRIPCIÓN DE LESIONES
Es importante aprender a describir lesiones macro- y microscópicas puesto que
frecuentemente es necesario comunicarse entre profesionales con respecto a los hallazgos de
una cirugía exploratoria o necropsia hecha en el campo o en la clínica de la que se mandarán
muestras al laboratorio. Es importante pensar que la otra persona no está viendo la lesión y
hay que darle todos los detalles necesarios para que la visualice tal y como es, de forma precisa
y concisa. La descripción nos ayuda además a llegar a un diagnóstico, presuntivo o final, que
se formulará en función de la misma.

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No hay una única forma de describir una lesión, y dos descripciones diferentes pueden
ser válidas si incluyen todos los elementos necesarios. Siempre hay que hacer una descripción
lo más precisa posible, pero usando el menor número de palabras.
Cuando nos enfrentamos a una imagen con una lesión, lo primero es identificar el
órgano afectado. Si no se reconoce fácilmente, pensar siempre en linfonodo, aparato genital
o glándula mamaria. En las fotografías, las lesiones suelen estar en el centro de la imagen, y
si no se observan allí, buscar en la periferia. Si aun así no está claro, hay que pensar si el
problema es que falta alguna parte del tejido o está más pequeña, que sería la manifestación
de las atrofias, aplasias e hipoplasias.

1. DESCRIPCIÓN DE LESIONES MACROSCÓPICAS


En una descripción completa hay que incluir indicaciones sobre:
 Distribución/localización
 Tamaño
 Color
 Forma
 Superficie
 Bordes/límites
 Consistencia

a. Distribución y localización de las lesiones


Según la distribución en un órgano o tejido, una lesión puede ser:
- Focal: solo afecta una zona concreta del órgano.
- Focalmente extensa: afecta una única zona del órgano, pero es extensa.
- Multifocal: afecta múltiples zonas del órgano, separadas entre sí por tejido no afectado. Si
los focos están ampliamente distribuidos por el tejido se puede hablar de una lesión
diseminada (ojo¡¡¡¡¡¡, no confundir con difusa).
- Multifocal a coalescente: similar a la anterior, pero las lesiones tienden a confluir en
algunas zonas.
- Difusa: afecta a TODO el órgano
Ocasionalmente se pueden usar otros términos, según el tipo de órgano:
- Unilateral/bilateral: en órganos pares, para indicar que afecta uno o ambos.
- Transmural: para órganos tubulares (esófago, estómago, intestino, tráquea, útero, etc.),
cuando la lesión afecta a toda la pared del mismo.

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- Irregular: la lesión está poco definida, se distribuye de forma desigual en el órgano (difusa
pero a parches con mayor o menor severidad).

b. Tamaño
Hay que dar un tamaño aproximado siempre que se pueda, bien midiendo la lesión o
poniendo una regla o cinta métrica en la imagen. Para decir si un órgano está aumentado o
disminuido de tamaño, se pueden usar algunos trucos si no se dispone de regla o del peso
normal, como por ejemplo comparar el tamaño relativo del órgano respecto al resto del animal
si se dispone de la carcasa o ésta aparece en la imagen.

c. Color
Se debe intentar usar colores simples y claramente identificables (negro, marrón, gris,
verde, rojo, amarillo). Debemos evitar el uso de palabras vagas o que lleven a interpretaciones
diferentes según el interlocutor (por ejemplo, pálido). También hay que evitar comparar los
colores con los alimentos o usar descriptores demasiado rebuscados (color bermellón, camel,
marengo, etc.).

d. Forma
Descriptores que se pueden usar en este apartado incluyen: alargada, circular
(bidimensional) o esférica (tridimensional), oval, en forma de cuña, arracimado (lesiones muy
numerosas similares a un racimo de uvas), polipoide o irregular (si una lesión no se puede
catalogar dentro de ninguna forma obvia).

e. Superficie
Posibles superficies para describir incluyen: lisa (suele ser brillante), rugosa o áspera,
abombada (con bordes romos), hundida, ondulada, adoquinada, costrosa, en forma de placa,
granular, erosionada, ulcerada, umbilicada, estriada, verrugosa, etc.

f. Márgenes o límites
Los márgenes en general se describen como bien delimitados (se distingue fácilmente
el límite entre la lesión y el tejido adyacente no afectado) o poco/mal delimitados (la lesión se
funde con el tejido normal de forma más o menos imperceptible). Otros descriptores más
concretos para los márgenes incluyen: infiltrante, ondulado/sinuoso, pedunculado, papilar,
sésil (de base ancha), velloso, serrado, etc.

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g. Consistencia
La consistencia puede ser firme (sólida), blanda, dura (mineral), fluida/líquida, viscosa,
caseosa (semejante a queso de untar), arenosa, esponjosa, áspera (similar a carne seca),
gomosa, elástica o friable (el tejido se rompe fácilmente).

2. DESCRIPCIÓN DE LESIONES MICROSCÓPICAS


Idealmente, la descripción debe ser en “pirámide invertida”, detallando los hallazgos
encontrados de menor a mayor aumento, y siempre con los cambios más importantes al
principio y los menores al final.
Por norma general no describiremos aquello que es normal y no haremos comentarios
negativos (por ejemplo: no se observan neutrófilos).
Para hacer una descripción ordenada y sistemática, se puede dividir el órgano en
distintas partes histológicas, y asegurarse de que se examinan todas. Por ejemplo, en el caso
del pulmón, miraríamos las vías aéreas (bronquios y bronquiolos), espacios alveolares, septos
alveolares, pleura y septos interlobulillares y vasos.

a. Descripción histológica de lesiones no neoplásicas


 Citar el órgano o tejido, y si no se está seguro, se puede describir lo que se observa
(por ejemplo: tejido fibrovascular laxo con tejido adiposo).
 La primera frase es la más importante y debe hablar de la localización y distribución de
la lesión en el órgano y su tamaño. Para esto usaremos los aumentos más bajos del
microscopio.
 Componentes histológicos: nombrarlos todos pero de más a menos importante.
o Para los componentes celulares, nombrar dichas células y ordenarlas de más a
menos abundantes (por ejemplo, linfocitos y células plasmáticas en vez de
infiltrado mononuclear). Cuantificar estos elementos (abundantes, numerosos,
escasos, moderado, etc.).
o Componentes no celulares: fibrina, edema, hemorragia, restos celulares, etc.
 Agente causal (si procede): localización (intra- o extracelular), tamaño y forma,
interpretación (bacilos, cocos, hifas fúngicas, parásitos) y si son cuerpos de inclusión
especificar donde están (intracitoplásmicos o intranucleares) y el color (basófilos,
eosinófilos o anfofílicos).
 Cambios menores al final de la descripción.

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b. Descripción histológica de lesiones neoplásicas
 Citar el órgano o tejido.
 Descripción a pocos aumentos: la frase más importante, incluye la localización del tumor
dentro del tejido, límites (delimitado o poco delimitado, incluyendo la cápsula), la
celularidad (alta, media, baja), patrón de crecimiento (expansivo o infiltrativo).
 Organización/disposición de las células y cantidad y tipo de estroma:
o Tumores epiteliales: papilas, nidos, agregados, túbulos o acinis.
o Tumores mesenquimatosos: haces, ondas, huellas.
o Tumores de células redondas: sábanas, monocapas.
o Estroma: cantidad (escaso, abundante, etc.) y tipo (fibroso, fibrovascular).
 Características citológicas: forma de las células (oval, redonda, cilíndrica, poligonal),
tamaño, contorno (bien o mal definido), citoplasma (cantidad, color, aspecto), núcleo
(forma, tamaño, localización en la célula, aspecto de la cromatina, nucléolo).
 Variaciones en tamaño y forma de las células: anisocitosis, anisocariosis, cariomegalia,
multinucleación, etc.
 Actividad mitótica.
 Evidencias de malignidad: necrosis, invasión de la cápsula, invasión vascular.
 Miscelánea: otras características, como inflamación, mineralización o hemorragia.

3. DIAGNÓSTICO MORFOLÓGICO
El diagnóstico morfológico es una frase corta que resume e interpreta la lesión. En el caso de
lesiones no neoplásicas, se compone de:
 Órgano/tejido.
 Lesión: inflamación (nefritis, dermatitis, bronconeumonía), o bien otro tipo de procesos:
infarto, edema, atrofia.
 Distribución: focal, focalmente extenso, multifocal, multifocal a coalescente, difuso.
 Curso: peragudo, agudo, subagudo, crónico.
 Gravedad: leve, moderado, marcado, severo.
En el caso de lesiones neoplásicas:
 Órgano/tejido.
 Tipo de neoplasia:
o Epitelial: adenoma/papiloma o carcinoma/adenocarcinoma.
o Mesenquimatoso o células redondas: -oma o –sarcoma.

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Otras preguntas que pueden surgir después del diagnóstico incluyen:
 Etiología/causa:
o Infeccioso o parasitario, el nombre del agente.
o Genético: nombre del gen afectado.
o Nutricional: tipo de deficiencia o exceso, etc.
 Nombre de la enfermedad: nombre por el que se conoce una enfermedad en concreto.

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