¿Cómo conocer la Naturaleza desde Edmund Husserl?

Brayan. A. Martinez.

Edmund Husserl

(Nació en Prossnitz, hoy Prostejov, actual República Checa, 1859 – murió en Friburgo,

Alemania, 1938). Nacido en el seno de una acomodada familia judía, estudió física,

matemáticas, astronomía y filosofía en las universidades de Leipzig, Berlín y Viena.

Fundador de la fenomenología trascendental y, a través de ella, del movimiento

fenomenológico, uno de los movimientos filosóficos más influyentes del siglo XX y aún

lleno de vitalidad en el siglo XXI. Antes de proseguir a dar respuesta a nuestro tema resulta

preciso definir que es la Fenomenología y los pasos a seguir para poder hacer una descripción

Fenomenológica.

La Fenomenología designa un movimiento dentro de la filosofía, consiste en examinar

reflexivamente los fenómenos que se presentan a nuestra conciencia para posteriormente

describir aquello que se nos presentó es crucial tener en cuenta que. Se afirma en la obra de

Husserl (2006) “No le satisface la noción de fenomenología como psicología descriptiva: las

intenciones de su pensamiento no apuntan a un método para esclarecer tales o cuales

problemas concretos del conocimiento” (p.3).

El hecho de que el objeto del análisis sean justamente las vivencias percibidas interiormente

constituye el momento psicológico. A su vez, debe tenerse en cuenta que las vivencias

intencionales se estructuran en partes y aspectos, de tal modo que la tarea fenomenológica

consiste en sacar a luz esas partes, y en describirlas; en descomponer estos objetos de la

percepción interna para así poder describirlos adecuadamente. La verdadera intención en el

pensamiento de Edmund Husserl apunta a una nueva idea de la ciencia filosófica como tal.

La fenomenología nos proporciona un enlace crucial entre nuestra comprensión filosófica y

científica del mundo.

La metodología fenomenológica se levanta sobre la tentativa de conformar una

visión reflexiva y científica de la evidencia (especialmente de la evidencia relativa

a lo a priori en las técnicas de la Lógica y las matemáticas) La fenomenología es

una ciencia, busca verdades “Objetivas” pero procura desenterrar los aspectos

“Subjetivos” de estas verdades mediante la reflexión. La fenomenología pregunta

¿cómo se sabe X? y para responder se enfoca sobre la experiencia de X y describe

su evidencia vivida (Experiencia). (Reeder, 2011, p.22)

Para poder llegar a conocer la Naturaleza, la fenomenología parte de lo que hay, de eso que

está ahí, afuera del sujeto, a estos les designaremos el término de Fenómenos. El termino

fenómeno es entendido o delimitado como lo fue por Kant, Fenómenos son todas a aquellas

cosas de las cuales puedo tener una experiencia directa. A las cosas que son independientes

de nuestra experiencia se llaman Noúmeno (Cosas en sí mismas), estas no pueden ser

discutidas Fenomenológicamente hablando puesto que de estas cosas en sí mismas, en

principio no hay evidencia de ellas. Una vez esclarecido esto se puede dar continuación a los

pasos para la descripción Fenomenológica los cuales son los siguientes:

“1 Se vive algo en la experiencia ingenua y ordinaria

2 Se decide producir una descripción fenomenología de algún objeto (dentro de 1)

 3 Se mantiene el objeto a ser descrito en retención. (Estando en el presente)

4 Se realiza el epoje. (Reducir a sus propiedades trascendentales)

5 Se mantiene el objeto en retención y se realizan las variaciones imaginativas

requeridas para confrontar los rasgos eidéticos del objeto

6 se escribe una descripción del objeto

7 se revisa su descripción escrita

8 se “re-vista” la experiencia (En realidad otra experiencia del mismo objeto) para

revisar su descripción ya revisada, y revisarla más todavía si es necesario” (Reeder,

2011, p.142).

Tiempo, cuerpo y espacio en Fenomenología

Los fenómenos físicos que se nos presentan se dan en tiempo y espacio pero los procesos

mentales parecen ocurrir en el tiempo más no en espacio. En la fenomenología existen el

tiempo Objetivo y el tiempo Subjetivo. El tiempo objetivo es aquel que denominas como

tiempo de reloj, el que “ES” independientemente de nuestras precepciones o subjetividad del

mismo. El tiempo Subjetivo es el que más nos importa poder entender, pues este es crucial

para la metodología de la reducción fenomenológica. El tiempo subjetivo tiene la

peculiaridad de poder parecer más rápido o más lento que el tiempo objetivo o de reloj, esto

debido al entusiasmo o aburrimiento que el sujeto pueda tener en determinado momento,

consecuentemente se puede afirmar que el tiempo subjetivo responde a las distintas pasiones

del individuo.

Siguiendo la línea del tiempo Fenomenológico ¿Se puede hablar pues de las vivencias

aisladas del flujo temporal? En tanto a una vivencia que dura en el tiempo, sea su duración
corta o prolongada, es siempre finita es decir, su durar cesa y el yo es consciente de su cesar.

Esto implica que no es posible que al sujeto se le dé una vivencia infinita, sino que todas y

cada una de sus vivencias tienen una duración determinada. A su vez, de lo anterior también

es posible inferir que, necesariamente, al cesar una vivencia se sucede otra, sin posibilidad

alguna de que pueda ser de otro modo; a una vivencia, de forma que esta se pueda evitar. A

una vivencia siempre la sucederá otra, así como esta fue precedida por otra vivencia. Esto se

denomina como flujo o corriente de vivencias.

Todo el enigma del espacio reside, según Husserl, en esta unidad del cuerpo y del suelo

terrestre, el cual no es una superficie empírica sobre la que puedo moverme, sino este no-

corporal, este inmóvil originario, este protoespacio que mi cuerpo puede recorrer sin jamás

distanciarse del mismo ni perderse. Contrariamente a la representación copernicana y post-

copernicana que tenemos del mundo desde la institución de la física moderna, Husserl

sostiene, paradójicamente, que en el registro más originario o más antiguo de nuestra

experiencia es la tierra, como un Arge originario e inmóvil. Esto es debido a que tanto el

reposo como el movimiento, son principios de los cuerpos físicos, no tienen sentido sino es

en relación con la tierra, pues no es un cuerpo cualquiera, no se mueve y no está en reposo

como lo estaría otro cuerpo cualquiera. Es preciso comprender la tierra como Arge del

mundo, como de toda experiencia, y mi cuerpo como cuerpo viviente originario,

irreductiblemente sujeto a la tierra y del cual todo cuerpo vivo (el mío como el de los otros)

saca una parte del sentido de su ser (Husserl, 1992)

“Diremos que este «arcaísmo», que parece ligado a lo más elemental de nuestra

condición de seres terrestres (cuerpos de pie sobre el suelo), y a nuestra experiencia

más elemental de la espacialidad, anterior a toda elaboración simbólica, es como

mínimo el rastro de lo salvaje, es decir, de la physis en nosotros, y respecto del cual

sería propio de la fenomenología ponerlo en evidencia y llevarlo por consiguiente

al análisis” (Richir, 2013, p.771).