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Primer Capítulo.
Segundo Capítulo.
El alcalde del Idilio era un hombre obeso que sudaba mucho, que siempre traía con él un
pañuelo para secarse la transpiración del cuello y la frente, por eso se había ganado el
apodo de “La Babosa”, estaba casado con una indígena a la que golpeaba acusándola de
haberle embrujado, hace siete años que “La Babosa” había llegado al lugar ganándose el
odio de todos los lugareños por las obligaciones que impuso. El alcalde llegó al muelle
obligando subir el cadáver del desgraciado gringo, la Babosa miró la herida del difunto
dándose cuenta que era un desgarro que comenzaba del mentón hasta el hombro
derecho, la autoridad acusó a los Shuar de haberlo matado con un machete y a uno de
ellos le propinó un golpe con un arma al haberse negado. Antonio José Bolívar entró en
escena diciéndole al alcalde que estaba equivocado ya que la herida era de cuatro tajos
abiertos en fila, o sea que no pudieron haberlo matado los Shuar porque no existen
machetes de cuatro hojas, además el muerto tenía orina de tigre hembra así que un tigre
fue lo que lo habría matado. Rubicundo Loachamín revisó el bolso del cadáver y encontró
cinco pieles de cachorros de tigre, o sea, la hembra lo mató por haber cazado a sus crías.
El alcalde no respondió nada y se fue a escribir un parte en el puesto policial de El
Dorado. El viejo y el dentista se fueron a sentar frente al río mientras Loachamín le
entregaba dos libros de amor, de sufrimiento, tristes y con finales felices, ya que esas
eran las preferencias del vejete. Las campanadas del “Sucre” anunciaba la partida del
dentista. El anciano permaneció en el muelle mientras apretaba los libros contra su pecho,
al desaparecer el barco tragado por una curva del río, este se dirigió hacia su choza.
Tercer Capítulo.
Antonio José Bolívar Proaño sabía leer a duras penas con la ayuda de una lupa, la
segunda cosa más querida para él, después de la dentadura, pero no sabía escribir.
Habitaba una Choza de cañas donde ordenaba su escaso mobiliario, en un muro colgaba
el retrato de él junto a su mujer Dolores Encarnación Del Santísimo Sacramento
Estupiñán Otavalo, se conocieron desde niños en San Luis, tenían trece años cuando los
comprometieron, el matrimonio vivió en la casa del padre de la mujer, al morir el viejo,
heredaron unos pocos metros de tierra y escasos animales, pasaron los años, vivían
apenas con lo básico y nunca pudieron tener hijos, Antonio José Bolívar intentaba
consolar a su mujer llevándola donde curanderos para dar solución a su problema.
Decidieron dejar su casa, llegaron al puerto de El Dorado, luego viajaron en bus, camión o
caminando, luego navegando en canoa arribaron a un recodo del río. Allí vivían en una
choza que servía de vivienda a los recién llegados colonos, eso era El Idilio. Al llegar el
invierno, aislados por el ventarrón se consumían en la desesperación a esperar un
milagro. Ya, sin esperanza de vida les llegó la salvación, eran los Shuar que se acercaban
a echarles una mano, de ellos aprendieron a cazar, pescar, levantar chozas estables y
resistentes, etc., y sobre todo a vivir en armonía con la selva, Dolores del Santísimo
Sacramento Estupiñán Otavalo no resistió más de dos años consumida por la malaria.
Antonio José Bolívar aprendió el idioma de los Shuar y con ellos aprendió a perder el
pudor, andaba semidesnudo y evitaba el contacto con los colonos que lo miraban como
un loco, de los Shuar aprendió a desplazarse por la selva atento a todos los murmullos y
sin dejar de balancear el machete, en un instante de descuido lo clavó en el suelo y al
quererlo tomar de nuevo sintió unos colmillos enterrándose en su muñeca derecha, mató
a la serpiente a machetazos y tambaleándose se dirigió donde los shuar. Despertó
después de varios días de inconciencia, los Shuar al verlo totalmente repuesto se le
acercaron con obsequios, le pintaron todo el cuerpo ya que al ser un sobreviviente de una
mordedura celebraron la Fiesta de la Serpiente, ahí bebió por primera vez la natema un
dulce licor alucinógeno, compartió la bebida con su compadre Nushiño, llegó un día con
una herida de bala en la espalda. Nushiño era fuerte, de cintura estrecha, de hombros
anchos y siempre estaba de buen humor. La vida en la selva de José Antonio Bolívar lo
hizo parecerse a un shuar, por eso debía irse cada cierto tiempo, los Shuar le explicaban
que era bueno que no fuera uno de ellos. Conoció los ritos y secretos de aquel pueblo, los
homenajes a las cabezas reducidas de sus enemigos y los anents, poemas cantos de
gratitud por el valor transmitido y deseos de paz, los ritos funerarios de los viejos que
debían “marcharse”, adormeciéndose bajo los efectos de la chicha y de la natema, luego
eran llevados a una choza cubriéndolos con miel de chonta, al día siguiente se les
entonaba unos anents de saludos a esas nuevas vidas en forma de peces, mariposas o
animales sabios. Pasó el tiempo y cada vez llegaban más colonos ocupando las riberas
del Nangaritza, con sus enormes máquinas abriendo caminos, los Shuar se dirigían hacia
el oriente buscando la intimidad de la selva. Un día Antonio José Bolívar descubrió que
era hora de marcharse y tomó la decisión de irse a vivir a El Idilio y vivir de la caza.
Cuarto Capítulo.
Luego de cinco días de navegación llegó a El Idilio, navegó hasta que el cansancio lo hizo
detenerse donde levantó su choza, al comienzo lo lugareños lo miraban como un salvaje
pero al tiempo después se dieron cuenta del valor de tenerlo cerca. Los colonos y
buscadores de oro cometían errores en la selva que hacía que los animales se volvieran
más feroces. Por ganar metros de terreno talaban árboles, los gringos portando armas de
toda clase se internaban en la selva cazando tigrillos pequeños y hembras preñadas,
luego se fotografiaban victoriosos junto a las pieles que luego abandonaban. Antonio José
Bolívar descubrió que sabía leer y también que se le pudrían sus dientes, concurrió donde
el doctor Rubicundo Loachamín que le calmó un poco su dolor, en esa misma ocasión
desembarco de el “Sucre” dos funcionarios encargados de recaudar los votos para las
elecciones presidenciales.
Antonio José Bolívar llegó hasta la mesa y le preguntaron si sabía leer, el contesto “No me
acuerdo”, pero el hombre lo hizo leer una frase, Antonio José Bolívar juntó las sílabas y
pudo leer “se-ñor-señor-can-di-da-to-candidato”, fue el descubrimiento más grande de su
vida. Como no tenía que leer fue donde el alcalde y este le facilitó unos periódicos que al
tiempo después no le interesaban. Un día se bajó del Sucre un fraile que tenía la misión
de bautizar niños y terminar con las concubinas, sin que nadie se le acercara el cura se
sentó en el muelle a esperar a la embarcación, sacó un libro de su manta y se puso a leer
hasta que el calor lo hizo dormir dejando caer el libro al suelo. Antonio José Bolívar tomó
el libro muy cuidadosamente y empezó a leer, juntando las sílabas, la biografía de San
Francisco, el religioso despertó y miraba entretenido a Antonio José Bolívar metido en el
libro, Bolívar le pidió disculpas y le hizo una serie de preguntas como de qué tratan otros
libros a parte de ese que estaba leyendo, el monje le respondió de temas como ciencia,
historia, amor.., esto le interesó, de amor sabía sólo por las canciones de Julito Jaramillo,
José Antonio Bolívar le preguntó al Fraile de qué trataban.
El Sucre, con su campanada, avisó la ida del fraile, no le dejó el libro, pero sí la obsesión
de leer. Para hacerse de la lectura tomó rumbo a El Dorado para conseguirse unos libros,
abandonó la choza y se adentró al monte donde hizo unas trampas de calabazas con
guijarros en su interior, para que los micos introduzcan sus manitos y se peleasen por su
contenido, luego subió aun papayo alto, lo sacudió e hizo caer dos frutos de pulpa
fragante, con ellos se encaminó hacia la región de loros, papagayos y tucanes, con lianas
y bejucos fabricó dos jaulas, luego desmenuzó las papayas y las mezcló con el zumo de
las raíces de yahuasca, luego se alejó hacia un riachuelo. Al día siguiente se dirigió hacia
la región de los micos fatigados por el esfuerzo que hicieron por tratar de sacar los
guijarros de las calabazas, seleccionó una pareja y a los otros los liberó, luego fue donde
los papagayos y embriagados por la mezcla de papayas, metió en una jaula a un apareja
de papagayos y en la otra unos loritos. Regresó con su botín a El Idilio, se dirigió al Sucre
y le pagó al patrón del barco con los dos loritos el viaje de ida y de vuelta a El Dorado,
durante la travesía charló con el doctor Rubicundo Loachamín que lo puso al tanto de la
razón de su viaje, este le dijo que por qué no le encargó a él unos libros.
En El Dorado el doctor le presentó a una maestra de escuela, la cual le dijo a Bolívar que
se quedara a alojar en el establecimiento con todas las comodidades a cambio de hacer
las tareas domésticas. La maestra le enseñó su biblioteca que durante cinco meses José
Antonio Bolívar aprovechó, los textos de geometría lo hicieron pensar si valía la pena
saber leer, los de historia le parecieron una gran mentira, Edmundo D' Amicis y Corazón,
lo mantuvieron ocupado la mitad de su estadía pero al leer tanta desgracia en ese libro no
le encontró mucha veracidad. Por fin encontrón lo que buscaba tanto, El Rosario, de
Florence Barclay contenía amor por todas partes que lo emocionaba, la maestra le
permitió llevarse el libro y volvió a El Idilio para que lo leyera todas las veces que quisiera
tal y como lo iba a hacer ahora con los dos libros que Rubicundo Loachamín le había
traído.
Quinto Capítulo.
El viejo se tendió en la hamaca con el sonoro caer del agua, Antonio José Bolívar dormía
poco, unas cinco horas, el resto lo dedicaba a las novelas e imaginándose los lugares
donde acontecían las historias, tales como Londres, París, Ginebra, también le gustaba
imaginar la nieve, cuando no llovía, bajaba al río a bañarse, luego cocinaba. Para él, lo
mejor de la estación de lluvias era bajar al río, mover una piedras y capturar unos ricos
camarones gordos para el desayuno, y así lo hizo esa mañana, justo cuando iba a salir
del agua con sus camarones en la mano escuchó unos gritos -¡Una canoa!, ¡Viene una
canoa!-, salió del agua y tapando a sus camarones bajo un tarro se dirigió al muelle donde
se encontraba una canoa con el cuerpo de un buscador de oro, con la garganta
destrozada y los brazos desgarrados, se trataba de Napoleón Salinas. El alcalde llegó al
sitio y ordenó subir el cuerpo, Antonio José Bolívar examinó el cadáver y dijo que se
trataba de la tigrilla que andaba suelta por allí, que se encontraba por ese lado, el alcalde
no dijo nada, además tampoco Antonio José Bolívar esperaba respuesta de él y se fue a
su choza pensando en cómo comería sus camarones, si fritos o cocidos.
Sexto Capítulo.
Luego de comer los camarones y de guardar su placa dental, comenzó a leer una novela
con el ruido de la lluvia, le gustó el comienzo y trataba de entender palabras difíciles para
él, concentrado en la lectura escuchó un griterío que lo distrajo obligándolo a mirar al
aguacero, vio que un asno corría aterrorizado por el sendero, tras el esfuerzo de un grupo
de hombres lograron tumbarlo pudiendo ser visibles las profundas heridas a los costados
y el desgarro que comenzaba desde la cabeza hacia el pecho, -es el burro de Alkasetzer
Miranda- dijo un lugareño, la babosa llegó al sitio y terminó con el sufrimiento del animal
propinándole un disparo, faenaron al animal y el alcalde repartió los pedazos entre los
presentes, Antonio José Bolívar se dirigió hacia el alcalde pidiéndole el hígado del pobre
animal. Mientras freía el pedazo de carne pensaba en la mala voluntad que el alcalde
tenía hacia él y más todavía con el incidente de los Shuar y el gringo muerto. Mientras
comía recordaba que hace varios años en el muelle arribó una embarcación a motor de
lujo donde viajaban cuatro estadounidenses con cámaras fotográficas y whisky, el alcalde
permaneció con ellos varios días y se dirigió con los norteamericanos hacia la choza de
Bolívar, señalándolo como el mejor conocedor de la amazonía.
Sin pedir permiso entraron a la choza fotografiando todo, uno de ellos descolgó el cuadro
de Antonio José Bolívar y Dolores Encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñán, para
comprárselo, Bolívar amenazó al alcalde diciéndole que sino devolvía el cuadro les
dispararía a todos, los intrusos entendían castellano y se alejaron del lugar, en cambio, el
alcalde le reprochó su rebeldía y lo amenazó con echarlo de su choza ya que el terreno le
pertenecía al Estado y él era el Estado en ese lugar.
Al otro día la lancha de lujo se internó en la selva con los cuatro norteamericanos, un
colono y un jíbaro como conocedores de la selva, el alcalde no volvió a la choza pero
Onecén Salmudio si, un anciano de aprox. 80 años quién lo puso al tanto de las
intenciones del alcalde para echarlo del lugar. En las noches siguientes no logró dormir
pero una semana después sí, porque vio llegar la embarcación chocando contra los
pilares del muelle y bajándose solo tres norteamericanos que salieron disparados en
busca del alcalde. Al rato fue a visitarlo el alcalde en son de paz ya que le contó que en la
selva a los estadounidenses se les escapó el jíbaro con el wiski, y que el colono y uno de
ellos habían muerto a causa de los monos y no podía creerlo, el viejo le señaló que era
posible.
El alcalde le pidió al vejete que vaya a recoger los cuerpos de los fallecidos ya que le
pagaban una buena suma de dinero y la compartiría. Antonio José Bolívar le dijo que se
quedara con la plata, que a cambio lo dejara en paz. Se dirigió al lugar y encontró los dos
cuerpos comidos por las hormigas que sólo habían dejado el esqueleto, metió los huesos
en un costal y le entregó los restos al alcalde, que desde ese momento lo dejó en paz,
esa paz que podría tambalear ya que el alcalde lo obligaría a participar en la expedición
en busca de la Tigrilla.
Séptimo Capítulo.
El grupo de hombres se reunió al amanecer con los pantalones subidos hasta las rodillas
y descalzos, el alcalde les repartió cartuchos para las escopetas, un atado de cigarros,
cerillas y una botella de Frontera para cada uno. Lo único que sabía el Alcalde era que
primero se internarían en la selva hasta la choza de Miranda. La Babosa se puso un traje
de hule azul y unas botas, un hombre le dijo que las botas lo iban a estorbar, pero el
alcalde no hizo caso y emprendieron su partida. Dentro de la selva llovía menos gracias al
“techo” de hojas que los cubría pero si caían chorros más gruesos. Se separaron para
avanzar mejor y más rápido, dos adelantes con el machete, el alcalde en el medio y
Antonio José Bolívar atrás con el otro hombre.
En cinco horas avanzaron como un kilómetro, pero se detenían cada vez que la Babosa
se enterraba en el lodo, en una de esas escenas la Babosa perdió una bota, trató de
buscarla pero ya era inútil, siguió caminando descalzo y se hizo más fácil la ruta. Llegó la
tarde y la oscuridad y no pudieron seguir más, encontraron un suelo plano en dónde pasar
la noche, Antonio José Bolívar hizo de guardia. El relevo se despertó y trató de hacer a
Bolívar descansar, cuando un ruido se escuchó en el agua, el alcalde se despertó y con
su linterna encendida se acercó hacia ellos, le hicieron apagar esa linterna, mientras oían
les llovió excremento del cielo ya que los murciélagos estaban sobre ellos y gracias a los
gritos y la linterna del alcalde los animales se espantaron, botaron todo lo que tenían en
su interior para hacerse más livianos y poder escapar más rápido. Abandonaron el lugar, y
caminaron tres horas hacia el oriente donde reunieron alimentos y donde el alcalde
aprovechó para hacer sus necesidades cuando el grupo de hombres escuchó los gritos
del alcalde y unos disparos, los hombres corrieron donde estaba la autoridad y se dieron
cuenta que había matado a un oso mielero, al animal más inofensivo de toda la selva.
Pasado el mediodía los hombres llegaron hasta el puesto de Miranda dónde lo
encontraron con dos zarpazos que comenzaban desde el omoplato hasta la cintura, con el
cuello destrozado y otro cuerpo que correspondía a Plascenio Puñán, un hombre que no
se dejaba ver mucho y que comía junto a Alkasetzer Miranda.
Octavo Capítulo.
El viejo escuchó un cuerpo moviéndose allá afuera, el alcalde disparó pero no le dio. Al
amanecer, el alcalde se sintió incapacitado frente a Antonio José Bolívar, y le sugirió un
trato, que él solo matara al bicho y los demás se fueran a El Idilio a proteger el pueblo, el
anciano aceptó, el grupo se despidió del veterano. Llegó la noche y no podía concentrarse
en su lectura, se empezó a hablar a sí mismo, a lo mejor tenía miedo se decía, no era la
primera vez que se enfrentaba a una bestia enloquecida, qué plan podía tramar la hembra
para matarlo, no le advirtió al alcalde ni a los hombres los peligros de separarse, él no era
un cazador, ya que los cazadores matan para vencer un miedo que los enloquece y no
tratan con animales tan grandes como este. José Antonio Bolívar mataba animales en
actos de justicia, como por ejemplo a la anaconda que devoró al hijo de un colono, la
segunda un homenaje de honor al brujo shuar que le salvó la vida, los tigres tampoco le
eran extraños, pero nunca había matado aun cachorrito, cuando mató a un gato moteado
que atacaba al ganado de los colonos. Los Shuar no cazan tigres y pensaba en su
compadre Nushiño, deseando que él esté ahí. Imaginaba que su amigo le decía que los
Shuar sólo cazaban tzanzas perezosos ya que un jefe Shuar, Tñaupi, se volvió malo y al
verse acorralado se convirtió en un tzanza perezoso, por eso los mataban a todos. El viejo
se preguntaba que por qué recordaba todo esto.
José Antonio Bolívar se preparó, comprobó el filo del machete y trazó un radio de
doscientos metros en dirección a oriente. Encontró un lote de plantas aplastadas donde
estuvo el animal. Se alejó de la choza y caminando más allá dejó de llover, maldijo al sol
ya que el agua se evaporaría y habría una neblina muy espesa que no dejaría ver,
entonces la vio. El animal desapareció y luego se dejó ver, Bolívar conocía ese truco y ahí
se quedó. Luego comenzó a llover. La miraba moverse de norte-sur, las horas pasaron y
se acercaba la noche, Bolívar no podía seguir en el sitio entonces en un momento de
descuido del bicho se echó a correr hacia el río, el río estaba cerca, y justo iba a bajar una
pendiente cuando el animal atacó. Rodó por la ladera pero la hembra no atacaba, se echó
y rugió, el viejo se dio cuenta que se trataba del macho, tenía el muslo casi arrancado del
cuerpo por un disparo. Se acercó al macho y le palmoteó la cabeza, le dio el tiro de gracia
para que dejase de sufrir. No veía a la hembra. Llegó hasta un puesto abandonado de
buscadores de oro y se introdujo debajo de una canoa sobre la playa. Se quedó dormido y
soñó que frente a él, en el follaje, sobre el agua, algo aparecía transformándose en un
papagayo, o un brage guacamayo saltando con la boca abierta y tragándose la luna y
cayendo ferozmente al agua con la forma de un quebrantahuesos aplastando a un
hombre.
El Shuar que estaba con él le decía que se trataba de su propia muerte, disfrazada para
sorprenderlo, pero que todavía no era la hora de marcharse, tenía que cazarla, el raro
animal se alejaba y los pájaros volaban con sus mensajes de bienestar y plenitud, él
quería llegar a su choza y meterse en el cuadro que aparecía con Dolores Encarnación
del Santísimo Sacramento Estupiñán Otavalo, pero unos ojos amarillos se encontraban en
todas partes cortándole el camino al mismo tiempo que sentía que algo caminaba sobre la
canoa. Ya no estaba durmiendo, era la tigrilla que empezaba a marcarlo con su orina que
escurría en los agujeros de la canoa. Así pasaron las horas cuando al mediodía el animal
se bajo y empezó a escarbar con sus patas que se metían dentro del a canoa, el hombre
pescó su escopeta y le disparó, la escuchó alejarse, y entonces levantó la canoa un poco
para verla unos cien metros más allá para verla lamiéndose su pata.
Dio vuelta la canoa y la vio corriendo hacia la playa, el anciano se hincó y el animal saltó,
entonces Antonio José Bolívar Proaño apretó el gatillo y le dio en el pecho. La tigrilla cayó
al suelo muerta, el viejo se le acercó y la acarició llorando avergonzado, la arrastró hacia
el río donde la corriente se la llevó, enseguida arrojó con furia la escopeta al agua.
Antonio José Bolívar se sacó la dentadura, y maldiciendo al gringo inaugurador de todo
esto, al alcalde, a los buscadores de oro que violaban la virginidad de su amazonía se
dirigió hacia El Idilio, a su choza, a leer sus novelas de amor que lo hacían olvidar por un
momento la crueldad humana.
PERSONAJES:
Rubicundo Loachamín: dentista y amigo de Antonio José Bolívar.
Alcalde: También apodado “La Babosa”, hombreo obeso y sudoroso, única autoridad de
El Idilio. Era un hombre gordo, que le decían “Babosa”, porque desde que había llegado al
pueblo no paraba de sudar. Todo el pueblo lo odiaba porque desde que había llegado no
hacia otra cosa más que cobrar impuestos, y vender permisos de pesca y caza.
Antonio José Bolívar Proaño: Protagonista, viejo de aprox. 70 años que vivió por algún
tiempo con los Shuar. Era un viejo, que sabía leer, pero no escribir, estaba casado con
Dolores Encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñán Otavalo. Luego los dos
deciden irse a vivir a El Idilio, como colonos, ya que les ofrecían tierras para poder
trabajarlas. Allí conocen a Los Shuar, un grupo indígena que a lo largo del tiempo le
enseñaría, los secretos de la selva, y como se vivía allí. Al segundo año, la mujer muere a
consecuencia de una fiebre muy alta, y a la malaria que había en el lugar. Más tarde
Antonio José Bolívar Proaño, fue expulsado de Los Shuar, por un hecho penoso que
había pasado con uno de ellos. Debido a la soledad que sufría, se dedica a leer novelas
de amor, hasta aprendérselas de memoria. Era un viejo solitario, que amaba las novelas
de amor, pero a la vez valiente por animarse a vivir solo en la selva.
La tigrilla: (Yo diría que principal): Una tigrilla que empieza a matar a los aldeanos de El
Idilio debido a que los gringos le mataron al macho y a las crias, al final lucha contra
Antonio José Bolivar Proaño, este le vence gracias a su astucia que aprendió de los
indígenas Shuar.
Los Shuar: Indígenas de la amazonía. Eran la Tribu indígena de la selva, eran excelentes
cazadores, tomaban aguardiente, y fumaban cigarrillos de hoja dura. Conocían todos los
secretos de la selva, no eran agresivos con la gente. Y solo mataban a los animales para
alimentarse.
Rabicundo Loachamin (secundario): Era un dentista que iba dos veces al año a El
Idilio, a arreglar la dentadura de los indígenas, es un hombre que odiaba al Gobierno,
tenía un trato muy poco amable con sus pacientes. Era el único amigo de José Bolívar
Proaño, él era el que le traía los libros cada vez que podía.
Los jibaros: Indígenas rechazados por su propio pueblo, los Shuar. Indígenas Shuar
rechazados, se dedicaban a buscar oro.
La mujer del alcalde: Una indígena a la que el alcalde maltrataba y acusaba de haberlo
embrujado, todos pensaban que ella algún día lo mataría a él
2.- Según Antonio José Bolívar, quién mató al gringo que transportaba los
Shuar:
a) Los soldados del país vecino
b) Los buscadores de oro
c) Un tigrillo
II.- Reorganiza las siguientes frases extraídas de los ocho capítulos del libro.
Pon el mismo número en cada columna para hacerlas coincidir. (8 puntos)
|1_______que comenzaba en el mentón... |
|5_______mostraban... |
|7_______a prestarle...
4. La primera vez que le muerde un reptil sobrevive gracias a los cuidados de los
shuar.
7. Trabajando del alba al anochecer arrancan plantas que vuelven a crecer al día
siguiente.
9. Los shuar, compadecidos del matrimonio, les enseñaron como adaptarse a vivir
en la selva.
-El Idilio:
Lo atravesaba un río, al comienzo había una bodega de semillas y herramientas y
viviendas para los recién llegados. Pero después se convirtió en una veintena de
casas ordenadas que formaban una calle frente al río, y al final una construcción
más grande que en la entrada decía ALCALDÍA.
-La Selva:
Habitaban muchos animales salvajes, era un sitio peligroso incluso para los shuar,
después de una lluvia si salía el sol, todo se llenaba de una neblina muy espesa
que no dejaba ver ni respirar por causa de la evaporación. |
VII.- Según las siguientes palabras claves, explica en qué momento del libro
se evidencian, comenta la situación en cada caso. (9 puntos)
El Alcalde:
Era un gordo odiado por todos, porque llego al Idilio a cobrar impuestos y vender
permisos de pesca y muchas otras cosas solo para ganar dinero, era ignorante en
cuanto a las “leyes” de la selva, se cree el dueño de la verdad absoluta y que solo
él tiene la razón. Los lugareños lo apodaban la Babosa, porque desde que llego a
la ciudad no paraba de sudar, también era una persona muy violenta, porque
golpeaba a su mujer. Era corrupto y prepotente.
Antonio José Bolívar: Viejo de casi unos setenta años, casado .Después conoce
a los shuar y su esposa muere, se siente muy solo, pero con sus nuevos amigos
disfruta de la verdadera libertad de la cual siempre había soñado, se dedica a leer
novelas de amor, repetidas veces, hasta aprendérselas de memoria, se convierte
en un viejo bastante solitario de pocas amistades, amante de las novelas de amor
pero de espíritu valiente y aventurero.
Capítulo I
1. Quién era Rubicundo Loachamín:
a. El alcalde de El Idilio
b. El dentista que viajaba en barco por el río para atender a sus pacientes
c. El protagonista de una novela de amor
Capítulo II
3. El alcalde era la máxima autoridad de El Idilio y:
a. Era odiado por los lugareños
b. Tenía fama de buen conversador
c. Por su gran amabilidad era respetado por toda la comunidad
4. Según Antonio José Bolívar ¿quién mató al gringo que transportaban los
shuar?
a. Los soldados del país vecino
b. Los buscadores de oro
c. Un tigrillo
6. Quién facilitaba a Antonio José Bolívar las novelas de amor que leía:
a. El alcalde
b. El médico
c. El dentista
Capítulo III
7. El matrimonio Bolívar tenía grandes dificultades para adaptarse a la vida
en la selva. Lo consiguieron gracias a la ayuda de:
a. La mujer y las hijas del cacique
b. Los representantes del gobierno
c. Los indios shuar
12. Quién despertó el interés del viejo por la lectura de novelas de amor:
a. El dentista que viajaba en el Sucre
b. El fraile que leía la biografía de san Francisco
c. El capitán del barco fluvial
Capítulo V
14. Qué transportaba la canoa que viajaba por el río en medio de un fuerte
aguacero:
a. El cadáver de un buscador de oro
b. El médico que había de atender al alcalde
c. Un cargamento de pieles de tigre
Capítulo VI
15. El nombre del octogenario Onecén era de origen:
a. Indio y significa "valiente"
b. Norteamericano, ya que en las monedas figura One Cent
c. Italiano, el nombre del protagonista de una novela de amor
Capítulo VII
17. Al llegar cerca de la choza de Alkasetzer Miranda encontraron:
a. El cadáver de éste y el de un colono
b. Un buque que descargaba provisiones
c. A varios buscadores de oro que regresaban a sus chozas
Capítulo VIII
18. Cómo se entretenía el viejo durante las horas de guardia nocturna:
a. Rememorando su vida en la jungla
b. Limpiando y preparando su escopeta
c. Leyendo una novela de amor
1.__ El babosa había llegado 7 años atrás al Idilio, designado por el gobierno.
2.__ Bolívar y su esposa se conocieron en el pueblo de San Pedro, cerca de
Quito.
3.__ La esposa del alcalde era una indígena que acumulaba odio para matarlo.
4.__ Un cura enseñó a leer a Bolívar Proaño.
5.__ El dentista y el correo visitaba El Idilio sólo tres veces al año.
6.__ Para el viejo, la tigrilla era un animal soberbio, una obra maestra de gallardía.
7.__ El Sucre era el ferrocarril que proveía de mercancías al Idilio.
8.__ Los jíbaros eran indígenas viciosos rechazados por su pueblo, los Shuar.
9.__ Para el viejo, los textos de historia decían la verdad de los hechos ocurridos.
10.__ La tigrilla muere con el dardo que los Shuar ocupaban para cazar.
11.__ Las novelas de amor hacían al viejo olvidar, a veces, la barbarie humana.
12.__ El viejo termina maldiciendo a todos aquellos que han deshonrado a la
selva.
13.__ Una equis muerde el tobillo de Bolívar y lo deja al borde de la muerte.
14.__ Los Shuar cuidaban la selva y el medio ambiente, no así el hombre blanco.
15.__ En la fiesta de San Luís se le recomienda a Dolores Estupiñán embarazarse
16.__ La Fiesta de la Serpiente era una celebración por la llegada de la primavera.
17.__ Napoleón Salinas quería tener una placa similar a la del viejo.
18.__ Proaño llega a la selva por un programa del gobierno para poblar la frontera.
19.__ Para Rubicundo Loachamín, el gobierno tenía la culpa de todo lo malo.
20.__ Peter era el protagonista de la novela que leía el viejo.
Columna A Columna B
a.- I – II.
b.- I – II – III.
c.- II – III –IV.
D.- Todas las anteriores.
a.- I – II.
b.- I – II – III.
c.- II – III –IV.
D.- T.A.
a.- I – II.
b.- II – III.
c.- II – III –IV.
D.- N.A.
a.- I – II.
b.- I – II – III.
c.- II – III –IV.
D.- T.A.
1.- Explique y comente el periodo que Bolívar Proaño vive con los Shuar.
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III. Desarrollo.
Explique la visión de mundo del autor, presentada a través del relato. (6 pts.)
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PRUEBA
1. Fue el descubrimiento más importante de toda su vida. Sabía leer. Era poseedor
del antídoto contra el ponzoñoso veneno de la vejez.
Antídoto
a. Líquido
b. Consuelo
c. Tranquilizante
d. Remedio
5. Para matar las horas de canícula sacó un viejo libro de su talego e intentó
leer
hasta que la voluntad del sopor fuese mayor que la suya.
Intentó.
a. Probó
b. Consiguió
c. Logró
d. Trató
Embelesado
a. Concentrado
b. Atontado
c. Inmóvil
d. Quieto
Murmullo
a. Secreteo
b. Interacción
c. Conversación
d. Susurro
Lodazal
a. Basural
b. Barro
c. Lago
d. Charco
7. Una vez, requerido por los colonos, pudiste medir la astucia del gran gato
moteado.
Astucia
a. Agudeza
b. Concentración
c. Rapidez
d. Sabiduría
4. Alertado por un ruido de agua caída de improviso, se volvió, y pudo verla
moviéndose hacia el sur, a unos cincuenta metros de distancia.
Alertado
a. Despabilado
b. Atento
c. Despierto
d. Pendiente
Desafío
a. Duelo
b. Enfrentamiento
c. Pelea
d. Reto
15. ¿Por qué Nusiño señaló que andaría como un triste pájaro ciego?
a. Porque se había deshonrado.
b. Porque había hecho algo indebido.
c. Porque estaba con una maldición.
d. Porque los jíbaros lo odiaban.
11. En relación a la esposa de José Bolívar, ¿qué idea se puede concluir del
siguiente párrafo?
“Le proponían llevarla a los festejos de junio, obligarla a participar del baile y de la
gran borrachera colectiva que ocurría apenas se marchara el cura. Entonces,
todos continuarían bebiendo tirados en el piso de la iglesia, hasta que el
aguardiente de caña, el puro salido y generoso de los trapiches ocasionaría una
confusión de cuerpos.”
a. El matrimonio se consumaba en la ceremonia.
b. Cualquier persona fecundaría a su esposa.
c. El cura sería un potencial padre en la fiesta.
d. Todos rezarían para fecundar a su esposa.
17. ¿Qué significaba para José Bolívar que el muerto NO venía del todo tieso
y NO apestaba?
a. El animal que lo mató estaba cerca.
b. Su cuerpo era inmune a los gusanos.
c. Los gringos eran respetados por la selva.
d. El animal se preocupó de NO destrozarlo.
Columna A Columna B
5.______El empleado de correos sólo visitaba el Idilio dos veces al año junto con
el dentista.
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