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Ejército espartano

El ejército espartano era la fuerza militar de la ciudad estado de Esparta, una de las más
importantes en la historia de la antigua Grecia. El ejército constituía el pilar principal del estado
espartano, en el cual la primera y principal obligación de sus ciudadanos era convertirse en
buenos guerreros.1
Sometidos al entrenamiento militar desde su infancia, los soldados espartanos eran los más
disciplinados, entrenados y temidos de la antigua Grecia. En los momentos de mayor apogeo
de Esparta, entre los siglos VI y IV a. C., estaba aceptado comúnmente en Grecia el hecho de
que "un soldado espartano valía lo que varios hombres de cualquier otro estado".1

Historia
El ejército en la época micénica
La primera referencia que nos ha llegado sobre los espartanos en la guerra se remonta a
la Ilíada, en la que se relata cómo los espartanos participaron junto con otros contingentes
griegos. Al igual que el resto de ejércitos de la civilización micénica, el ejército espartano
estaba compuesto principalmente por infantería, la cual iba equipada
con lanzas cortas, espadas y el característico escudo griego (dyplon).

Las reformas de la Época Arcaica y la expansión


La Esparta micénica, al igual que gran parte de Grecia, pronto se vio envuelta por
las invasiones dorias, que finalizaron en la civilización micénica y provocaron la conocida
como «Edad Oscura de Grecia». Durante esta época, Esparta (o Lacedemón) era un mero
pueblo dórico a la ribera del río Eurotas, en Laconia.

Guerras contra Persia y Guerras del Peloponeso


A finales del siglo VI a. C., Esparta era reconocida como la ciudad estado preeminente de
Grecia. El rey Creso, de Lidia, firmó con ellos una alianza y, más tarde, las ciudades griegas
de Asia Menor apelaron a también a Esparta en busca de ayuda en la revuelta jónica.11
En la segunda invasión persa, liderada por Jerjes I, Esparta recibió el liderazgo general de las
fuerzas griegas en tierra y mar. Debido a esto, los espartanos jugaron un papel crucial en la
expulsión de los invasores, principalmente en la batalla de las Termópilas y la batalla de
Platea.
Organización del ejército
Estructura social
Los ciudadanos de Esparta (también conocidos como los «lacedemonios») estaban divididos
en tres clases. La primera de ellas estaba formada por los ciudadanos plenos, conocidos
como espartiatas u homoioi («iguales»), que recibían una cantidad de tierra (kleros) a cambio
de su servicio militar. La segunda clase eran los periecos, no ciudadanos de condición libre,
generalmente mercaderes, artesanos y marineros. Esta clase, dentro del ejército, constituía la
infantería ligera y llevaba a cabo trabajos militares auxiliares.10

Estructura táctica
La principal fuente para el conocimiento de la organización del ejército espartano son los
escritos de Jenofonte, que admiraba a los espartanos. Su obra La Constitución de los
lacedemonios17 ofrece una visión detallada del Estado y la sociedad espartana a comienzos
del siglo IV a. C. Otros autores, como Tucídides, también ofrecen información al respecto,
aunque no tan confiable como la de los relatos de Jenofonte, cuya información fue obtenida de
primera mano.18

El ejército en campaña
Tácticas
Al igual que otros estados griegos, el ejército espartano estaba basado en la infantería, y
luchaba mediante el empleo de la formación de falange. Los espartanos no introdujeron
ninguna innovación táctica o cambios significativos en la guerra de soldados hoplitas. Por el
contrario, su ventaja fundamental frente a otros estados se basaba en que el continuo
entrenamiento y superior disciplina hacía que su falange estuviese mucho mejor cohesionada
y fuese más efectiva en el campo de batalla. Utilizaban la falange al estilo clásico, en una línea
única con una profundidad uniforme de entre 8 y 12 hombres. Cuando luchaban junto con sus
aliados, los espartanos normalmente ocupaban el flanco honorario, que era el derecho. Si,
como solía ocurrir, los espartanos lograban la victoria en su flanco, entonces giraban hacia la
izquierda para arrollar la formación enemiga desde el flanco.41
Ejército ateniense
El ejército ateniense era la fuerza militar de Atenas, una de las ciudades más importantes de
la antigua Grecia.
Se decía que los atenienses estaban tan enamorados de los placeres de la vida pacífica que
preferían pagar tropas mercenarias en lugar de servir ellos mismos en las expediciones
lejanas, y lo cierto era que había muchos arcadios, tracios, y muchos otros, de las naciones
que suministran la mayor parte de los mercenarios, siempre en pago a Atenas en las
guarniciones distantes.

Caballería y peltastas
Además de los hoplitas y de la infantería ligera, había un cuerpo de caballería6 de 1000
hombres. Los jóvenes aristócratas atenienses estaban orgullosos de ser voluntarios en él, ya
que era un signo de riqueza poder proporcionar un caballo de guerra. La caballería también
tenía un lugar de honor en las grandes procesiones religiosas, y tenía muchas posibilidades
de servir en una emocionante exploración en las campañas. El servicio de caballería era
mucho más seguro que servir en la infantería.

Organización del ejército ateniense


Después de que un joven "efebo" terminaba sus dos años de servicio en los cuarteles, volvía a
casa con la condición de regresar en los momentos de necesidad. Cuando no había
suficientes hombres para formar un ejército, los hombres en reserva eran llamados para
cumplir con el número necesario y no más. Así, una pequeña fuerza de sólo veinte y
veinticuatro años de edad sería desmembrada, pero en una crisis todos los ciudadanos eran
convocados hasta los de barbas muy grises. Las levas eran llevadas a cabo por los
diez estrategos (a la vez por los “generales”, “almirantes", y “ministros de la guerra"),2 quienes
poseían todo el poder armado de Atenas. Los reclutas tenían que venir con raciones para tres
días,3 por lo general los hombres jóvenes debían estar listos para el servicio duros sobre los
mares.
La flota de guerra ateniense
En el mar es donde Atenas era más poderosa porque en el siglo V a. C. ejercía una
verdadera talasocracia. Y sin embargo, en el 490 a. C., el año de la batalla de Maratón,
todavía no poseía una flota digna de ese nombre, como tampoco tenía caballería.
Fue Temístocles quien impulsó el poder naval de Atenas. Comprendió, sin esperar a que el
oráculo de la Pitia dijera que «sólo sería inexpugnable una muralla de madera», que la ciudad
necesitaba muchos barcos de guerra para defenderse contra la flota de Egina y sobre todo
contra la flota de Jerjes.

Los enfrentamientos en batalla


El hoplita avanzaba siempre en formación cerrada, hileras densas erizadas de lanzas y
protegidas con escudos, una verdadera muralla en movimiento buscando el choque frontal. No
existía nada más alejado al modelo homérico de combatiente que el hoplita. Si Homero había
exaltado al héroe aislado que lucha en solitario y vence o muere, la falange hoplítica es una
tarea colectiva. No se concibe el combate como exhibición individual de heroísmo, sino como
evolución colectiva. No se pide al hoplita que tenga iniciativa personal, sino que se comporte
con disciplina, evite que la formación se rompa y evolucione colectivamente con precisión
milimétrica.

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