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Introducción
1. Cuestiones Preliminares
Se realiza una diferencia entre la escala del ser humano y la del animal haciendo
referencia que el ser humano no es librado a la vida sino que el ser humano y
especialmente en el momento de nacer es alumbrado. Además la aspiración del bien
corresponde a la naturaleza específicamente humana, hay errores que también comete
la psicología infantil es en formular teorías relativas a la naturaleza del niño que se
basan en observaciones científico-experimentales. Se olvidan que el principio
fundamental es que de todas las disposiciones naturales que adquirimos, siendo primero
la capacidad y luego la ejecución de actividades.
En este capítulo se desarrolla la importancia del principio vital del ser humano, el cual
es el principio que constituye y conforma su naturaleza, es el alma intelectiva o racional.
Pero hay que resaltar que significa que el alma no solamente es cuerpo sino que es lo
que le da el ser al cuerpo vivo, su vida, es incorruptible. Todo estudio sobre la educación
moral debe considerar también las potencias o facultades para obrar que corresponden
al alma humana por su grado de participación del ser.
Cuando vamos adquirir y aumentar los hábitos buenos, de las virtudes, es fruto de la
delectación y del placer que va experimentar la voluntad de las personas que obran de
buena manera; entre las características de un comportamiento procedente del hábito
lograremos encontrar la estabilidad, espontaneidad y facilidad para actuar. El hábito es
difícil de cambiar porque se parece a una segunda naturaleza, es una disposición
estable que está en nosotros. Mencionando a Santo tomas esto es un arte por el cual la
persona repara el impedimento y el desorden en las facultades causadas por el pecado
original
El amor y la amistad principios activos de la educación
El amor y la amistad vienen a ser los principios activos para la educación, se hace
evidente que el lugar natural y original de la educación es la familia; la educación solo
es posible en un ambiente de amistad, la amistad es el principio activo de la educación
para la virtud.
Existe un amor propiamente humano, lo cual es un amor racional que parte desde el
alma hacia la realidad externa, y que es el afecto de la voluntad que sigue a la forma de
bien aprendida por la razón. El amor de concupiscencia o de cosa, le asigna el nombre
de amor de dominio para indicar su impulso hacia las cosas o bienes no personales. En
el amor de amistad, la aspiración propia del amante es unirse con el amigo en comunión
de vida. Nombrando también a Bofill, el amor de concupiscencia o de cosa, le asigna
el nombre de amor de dominio para indicar su impulso hacia las cosas o bienes no
personales y en el amor de amistad, la aspiración propia del amante es unirse con el
amigo en comunión de vida.
Lograremos distinguir tres causas del amor que son el bien, la aprehensión del bien
amado y la semejanza. Santo Tomas distingue dos modos; una semejanza imperfecta
(causa el amor de concupiscencia) y la semejanza perfecta (entre dos cosas porque una
y otra poseen la misma forma). Ambos tipos de semejanza causan una dinámica de
unión.
El bien se ama en cuanto es comunicable, es un bien para ambos, por ello mientras más
intenso es el amor, es más intenso también el trabajo por el bien del otro. El amor y la
perfección son el motivo y el objeto del amor no un utilitarismo ni un placer egoísta.
El primer lugar natural en el que el ser humano va poder realizar la experiencia perfectiva
del amor de amistad es la familia, lo que le corresponde por naturaleza es ser hijo de un
padre y una madre. La familia es una participación comunitaria de las virtudes, entonces
aprendemos a ser seres personales dados a otros seres personales. El amor de los
padres dispone el corazón del hijo para la recepción del bien y de la verdad.
Hay dos cosas que hacen que los hombres tengan interés y afecto: la pertenencia y la
estimación y esto se nutre con el obrar bueno de los padres.
No debemos estudiar al niño sólo para comprenderlo sino también porque el desarrollo
temprano afecta la conducta ulterior. Diferentes corrientes han distinguido estas etapas
por su desarrollo ya sea cognoscitivo, emocional o por su actuar. Preescolares, de 3 a
6-7años; niñez intermedia, de 7 a 11-12 años; pubertad, 12 a 14años; adolescencia, de
14 a 24-25.Segun Santo Tomas se divide en: infancia hasta los 7, puericia hasta los 14,
adolescencia hasta los 25, juventud hasta los 50, senectud hasta los 70 y vejez en
adelante. La familia, es por ende lugar natural de crecimiento de la persona, es
necesario observar de modo primordial las etapas vitales de los primeros años de vida
y esto se da necesariamente en la familia.
Periodos de educación
La educación debe realizarse antes por los hábitos que por la razón y en el proceso de
la adquisición de la virtud siempre tiene que ver la elección. La voluntad humana desde
el mismo nacimiento necesita ser ordenada al bien.
Si se desea hacer que los niños tengan un crecimiento adecuado para llevar una vida
virtuosa se ha de asegurar un temprano ambiente lleno de apoyo y amor. La salud
anímica del adulto depende en gran medida entre otras cosas de si sus primeras
necesidades vitales fueran adecuadamente satisfechas. Mientras se encuentra en el
útero de la madre no se distingue corporalmente de sus padres, después salido del útero
materno está bajo el cuidado de sus padres como contenido en un útero espiritual.
El amor que brinda el padre a su hijo es bastante parecido al amor con que se ama
a sí mismo y este amor natural de pertenencia no se debe confundir con nociones
egoístas, es incompatible con el deseo de realizar los propios sueños insatisfechos.
A quien ama le incumbe obrar ya que quiere y procura el bien para el amado dado
que con la experiencia del amor y de bien que el niño realiza en el seno de la familia
constituyen la fuente que capacita las potencias del niño. A sí mismo en el actuar
mismo de los padres que es inmediato de su amor por el hijo debe desarrollarse el
perfeccionamiento moral del niño por medio de la educación. Con su vida moral,
tanto de palabra como de obra, los padres se convierten en ejemplos vivos de lo que
quieren para sus hijos y estos adquirirán de la virtud no un conocimiento racional
sino uno experimental y práctico. Cuando el padre y la madre aman al hijo que han
recibido y se alegran en él y lo quieren, efectúan un acto volitivo, ya que están
tomando una decisión concreta y con ese mismo amor la sustentan dándole vida, es
por esto que de ese acto voluntario del amor de los padres, de ese querer al hijo,
toma toda fuerza el punto de arranque de la existencia del niño
3. El despertar de la vida
La comunidad de amor entre madre e hijo viene a ser la relación madre-hijo ya que
constituyen una relación principalísima y de carácter muy especial, porque incluye una
serie de interacciones en un marco social. Este amor primero constitutivo de la memoria
inicial de la vida del niño es el lugar recóndito y sereno al que todo ser humano acudiría
tras una experiencia refrescante en la vida. Madre e hijo son una comunidad de amor y
vida, no solo físicamente, sino también hasta en lo más profundo del alma sintiente y
formante, ya que puede experimentar la seguridad, la protección y la armonía que
conformarán, empapándole, toda su capacidad de perfección, porque el ser humano en
esta fase embrionaria, tiene una vida propia con un programa determinado de su
desarrollo.
Desde el primer momento de su existir fuera del seno de la madre, el recién nacido está
fundamentalmente necesitado de la atención y cuidado de los padres, ya que es un ser
absolutamente necesitado y dependiente .Así pues el niño se convierte en experiencia
de amor y de bien ambos son la causa metafísica para el conocimiento esencial de que
el ser humano engendra al ser humano, incluso en su vida espíritu anímica, y que en
esencia el niño es una respuesta del corazón a la llamada del amor.
El conocimiento infantil
La experiencia del amor y del bien: Capacitadora de las potencias del niño
Esta etapa comprende entro los 2 y 5 años y es muy importante ya que está determinada
por el crecimiento de las capacidades cognoscitivas y del lenguaje, comienzo de la
tipificación sexual, identificación con los modelos de los padres, la aparición de la
conciencia y el establecimiento inicial de las conductas defensivas, esta crianza debe
darse en casa.
Sapienta Cordis
Respeto y Veneración
Docilidad y obediencia
Estos dos aspectos ante la voluntad de los padres como el primer fruto afectivo y
práctico del obrar infantil, el núcleo de la estructura moral del comportamiento es el
hogar, no solo porque ahí es el lugar donde el niño realiza su experiencia fundamental
del bien sino también porque ante la experiencia del poder de la actuación de los padres
el niño responde con una actitud vital de contemplación y admiración. Mediante la
capacidad de observación el niño logra experimentar y reconoce muchos muchos de
los beneficios que recibió de los padres , es por eso que el niño en el afán de
agradecimiento necesita dar testimonio de su gratitud y de su deuda y lo manifiesta
siendo sometido aceptando la superioridad y grandeza de los padres, es por ello que la
docilidad es un acto fundamental de la vida infantil
Emisión de lenguaje
La memoria infantil
El actuar de los padres forman parte de los recuerdos de la memoria infantil, por ello es
necesario que desde que el niño empieza a hablar y razonar los padres cuiden el
introducir un actuar moral y consciente de forma suave en la memoria del niño ya que
cuando empieza a hablar y razonar también empieza a tomar conciencia de sí mismo,
del mismo modo su función existencial.
Los padres son el modelo de actuación en el que el niño centra toda su atención y
observación, Santo Tomas enseña que ante los ojos del niño la actuación de los padres
es una meta a alcanzar desde un aspecto teórico si no también práctico (ejemplo a
imitar).El comportamiento imitativo del niño es un comportamiento inteligente, se causa
por la fuerza de atracción del ideal de la actuación paterna y materna que se convierte
en origen y la fuente de la actividad del niño.
El fin educativo en la primera edad del razonamiento :La ordenación del apetito
sensible y el cuidado del amor
El aprendizaje creciente en saber aplazar la satisfacción inmediata de los deseos es un
punto de especial importancia en el desarrollo del yo, porque ya se sabe que el niño a
esa edad aprenda a tener que inhibir algunas acciones prohibidas y aplazar la
realización de alguno de sus deseos o aprender que la satisfacción de estos deseos se
tiene que aplazar hasta que encuentre lugar o momento adecuado. Debemos considerar
que un acontecimiento sólo se considera frustrado si perturba al niño y debemos saber
que a esa edad suelen pasar por esos momentos ya que normalmente no reúnen las
condiciones suficientes ni necesarias para producir un estado de perturbación en el niño.
Comprende de los siete años hasta la pubertad ,durante esta etapa de desarrollo, el
niño sigue desarrollándose tanto a nivel físico como cognitivo, donde la última cambia
notablemente, es más compleja y más diferenciada.
Debemos de tener en cuenta que también su desarrollo se da gracias a que ya asisten
a la escuela, donde ya hay contacto con otros adultos, incluidos los padres. En la
escuela, el niño va ampliando sus horizontes y está en contacto a un sinfín de
influencias.
Es aquí donde también y comienzan las exigencias para el niño como: rendir bien, y
tener disciplina intelectual, aprende a escribir y aprende operaciones matemáticas.
Podemos entender que el niño generaliza y transporta a la escuela lo que aprendió en
casa., lo que será fundamental, para el adecuado desarrollo moral del niño y la
adecuada adquisición de hábitos.
Esta etapa por la que pasa el infante como ya se mencionó, se caracteriza por el
desarrollo intelectual y cognoscitivo, el que es designado por Piaget como el periodo de
las operaciones concretas. Las diferencias más importantes que se observan son la
representación mental de una serie de acciones o a lo que Piaget denomina seriación y
de clasificación. En esta etapa el niño ya hace uso de la lógica, pero poco usado en el
aspecto verbal más si sobre los objetos manipulables del niño.
La etapa de la vida infantil, es conocida como la etapa del primer razonamiento, ya que
comienza a pensar, pasando de un concepto a otro. Pero el inicio de este ejercicio, no
solo supone comparaciones con cierto grado de abstracción.
Cuando el niño inicia su consideración acerca del fin de sus acciones propias, la
voluntad pasa a formar parte esencial en el conjunto de su obrar. A la vez sabemos que
la voluntad se extiende al obrar. Con el uso de la razón el niño ya es capaz de realizas
sus primeras consideraciones respecto del objeto y la finalidad de su comportamiento,
como realizar ciertos actos para conseguir metas. A la vez supone que el niño reflexione
sobre la ordenación y finalidad de sus actos, sobre todo de su propia conducta. En este
momento, donde el infante ya tiene la respectiva deliberación del fin de sus acciones,
es donde también entra lo moralmente inculcado por los padres, lo que proporciona al
niño el objetivo de su propia conducta.
Las emociones y pasiones humanas en cuanto están ordenadas por la razón pertenecen
a la virtud, y por ello pertenece a la perfección del bien humano que aun las mismas
pasiones sean moderadas por la razón. Por ello, el dominio y control de las pasiones,
es un elemento indispensable de la educación de hábitos buenos.
El objeto de la voluntad, es el bien universal en tanto esta es movida por la razón
universal. A la vez el ato de la voluntad es doble, pues no se limita al querer sino que se
extiende al mandato, por el que la razón ordena. Considerando los actos de la voluntad
humana, surge de inmediato un problema intrínseco a la naturaleza humana.
Aquí los padres deben de tener muy presente en la educación del niño, para los buenos
hábitos, es que el niño y en especial a esta edad, empieza a ser capaz de razonar y de
ejercitar su voluntad, aunque aún no puede poner en práctica todas las posibilidades de
sus potencias racionales, pero sin duda alguna posee razón y voluntad, las cuales son
deben ser corrompidas.
El aprendizaje de lo “Trascendente”
Para que el niño, aprenda a ver más allá de los muchos estímulos y motivos que
provocan sus deseos y sus temores es imprescindible que los padres eviten que el niño
viva sumergido en la inmediatez de sus emociones. Son los padres los que ayudan al
niño a comprender la escena en el modo adecuado, es decir, que los padres deben de
persuadir al niño a que el aprenda lo que es bueno o malo.
Los padres, razón del niño: El cuidado del autodominio implica el cuidado de
la razón infantil
Los padres tienen que aprender a prestar atención a la propia conducta como el ser
orientado e informado sobre la trascendencia de los propios actos son tareas educativas
con las que los padres educan las emociones. El objetivo principal de la educación es
conseguir que el ser humano en su actuar pueda vivir en buenas ocupaciones y no hacer
ni voluntaria ni involuntariamente lo que es malo. Santo Tomas nos dice que vivir bien
consiste en obrar bien.
Todo acto bueno y por lo mismo moral implica el ejercicio de libertad pero nadie quiere
una cosa si primero no la conoce. La educación de los hábitos buenos que ha de llevar
al niño a que tome conciencia de su propio actuar, para que pueda efectuar elecciones
libres requiere en su fundamento.
La presencia del afecto y del amor de los padres en el proceso de la adquisición de los
hábitos mediante el cultivo del autodominio infantil, los padres alcanzan un doble
objetivo, por una parte fomentan el inicio del ejercicio de la razón práctica y por otra
parte configuran la conciencia infantil.
El joven sufre muchos cambios muy profundos, es un hecho que los psiquiatrías y
psicoanalistas reciben cada vez más pacientes que padecen trastornos psíquicos
relacionados con la significación que deben dar a sus vidas, la dificultad de activar
determinados procesos psíquicos y a una cierta desorientación moral y espiritual.
no es la tristeza sino la esperanza la pasión mas característica de la juventud y para que
una cosa pueda ser objeto de la esperanza tiene que reunir cuatro condiciones, que
sean un bien, que sea un bien futuro, que sea un bien arduo que se consigue con
dificultad y que ese objeto arduo sea posible de conseguir, la perdida de esperanza ha
sido definida como vacío existencial y un sentimiento de falta de sentido de la propia
existencia.