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Breve Historia Intercultural de GUATEMALA

Mario Roberto Morales

LAS GRANDES CULTURAS PRECOLOMBINAS: EL ESPLENDO Y


LA CAIDA

EL POBLAMIENTO DE AMÉRICA

Una de la teorías más plausibles sobre los orígenes del ser humano en nuestra
parte del mundo, indica que lo que hoy conocemos como el Continente Americano
empezó a ser poblado paulatinamente por oleadas de inmigrantes asiáticos que
pasaron de Siberia a Alaska caminando por la región de Behring, la cual entonces
no era un estrecho sino un istmo de hielo. Más tarde, estas comunidades fueron
dando lugar a cacicazgos, es decir, a sociedades con una organización política y
militar que ya tenía jefes o caciques, que era los que organizaban y dirigían el
trabajo social y se rodeaban de individuos que les eran leales y que los ayudaban
en la tarea de ejercer el poder.

Esta organización de poder constituyó la primera forma de estado. Las altas


culturas de América son la maya (en el sur de México, en Guatemala y en parte de
Honduras), la azteca (en el centro de México) y la inca (en lo que es hoy Perú y
los países que lo rodean: una hasta región conocida como Tahuantinsuyo).

Hay que entender que tanto los cazadores-recolectores como los agricultores
incipientes, los cacicazgos y las altas culturas, indican una línea evolutiva en las
sociedades, pero también describen los diferentes estados en que las sociedades
conviven. Como es fácil suponer, durante esta época la descendencia era posible
trazarla sólo en forma matrilineal. Es decir, todos sabían quién era su madre y a
nadie le importaba quien podía ser su padre, pues esto carecía de importancia
económica, política o afectiva.
Así, la capital de los aztecas, Tenochtitlan, era una esplendorosa ciudad de 200
mil habitantes, más grande que Londres, París y Roma, cuando en 1519 los
españoles la contemplan maravillados por primera vez. La segunda se ubicó en el
Valle de México, y la primera en la península de Yucatán, Guatemala y parte de
Honduras. Pero el área mesoamericana también albergó a otros pueblos con
culturas diferentes, los cuales mantenían relaciones comerciales, militares y, en
general culturales entre sí y con los pueblos hegemónicos de alta cultura. El caso
de la cultura maya es excepcional. Pero durante este siglo la gran unidad maya de
ciudades-Estado se desmoronó; las grandes capitales fueron abandonadas y
cubiertas por la selva y los diferentes pueblos de origen maya se dispersaron por
el territorio, dando lugar a las naciones diferenciadas de quichés, los cakchiqueles,
los zutuhiles, los mames, los quekchíes y otros, en Guatemala; y los tzeltales, los
tojolabales y otros, en México.

Las causas posibles del colapso de la gran unidad maya —que como dijimos
jamás fue un imperio pues su economía no se basó nunca en la esclavitud ni en la
conquista—, pueden ser económicas, políticas, religiosas o militares. Las
invasiones mexicanas fueron constantes y dejaron su huella en Guatemala. Por
eso gran cantidad de palabras y voces nahuas forman parte del idioma quiché y
de otras lenguas de origen maya desde antes de la conquista española, la cual fue
realizada por lo soldadescas provenientes de México, las cuales, como veremos,
son responsables de muchos de nuestros toponímicos.

Pero unidad a las posibles causas económicas las políticas del colapso de la gran
unidad maya, están también algunas posibles razones religiosas del mismo. Esta
era una práctica común en estas sociedades religiosas, y el objetivo de las
mismas era evitar que los hombres se envanecieran ante la belleza y el esplendor
del producto salido de sus propias manos.

Los mayas como tales se acaban, pues, en el siglo X, y nacen los pueblos que
desciende de ellos y que son lo que existen todavía en territorio mexicano y
guatemalteco.
Del siglo X al XVI, estos pueblos acusaron una intensa dinámica militar.
Guerreaban entre ellos por territorio, prisioneros y control político y económico. En
esta dinámica, los quichés estaban conquistando a los otros pueblos,
particularmente a los cakchiqueles y zutuhiles, en una evidente tendencia hacia el
imperio. Fue así como los cakchiqueles y otros pueblos, incluyendo a los
tlaxcaltecas de México (que habían ayudado a los españoles en la conquista de
los aztecas), contribuyeron a la rápida derrota de los quichés, frustrando de esta
manera su trazada ruta hacia el imperio.

Los aztecas habían evolucionada de ser una sociedad tributaria, a ser un imperio,
es decir una sociedad cuya economía se basaba en gran parte en el trabajo
forzado o esclavizado de los pueblos conquistados. Consecuentemente, los
aztecas eran odiados por los pueblos vecinos, con los cuales a menudo formaban
alianzas forzadas para guerrear contra otros pueblos vecinos.

Así las cosas, cuando los españoles llegan a México en 1519, se encuentran con
que el imperio azteca y su emperador, el gran Moctezuma, dominaban a los otros
pueblos de la región. Por ello, los españoles, al mando de Hernán Cortés, se
aliaron con estos pueblos, los cuales marcharon contra los aztecas y, como se
dijo, facilitaron a los españoles la conquista de México. Similar cosa habría de
ocurrir con los pueblos de Guatemala.

ORGANIZACIÓN SOCIAL, ECONÓMICA, POLÍTICA Y RELIGIOSA


DE LAS CULTURA MESOAMERICANAS

Las altas culturas mesoamericanas estaban complejamente organizadas en los


económico, lo político y lo religioso. El jefe del calpul era un individuo poderoso
que intermediaba entre los miembros de su grupo y los recaudadores de
impuestos de tributo. Tal fue el caso de los mayas en el siglo X.

Además de las tierras comunales, había tierras del Estado que eran trabajadas por
lo miembros de diferentes calpules como una forma de tributo. El tributo era muy
variado: se podía pagar en animales, plumas, gemas, artesanías, víveres, de todo
tipo, oro, plata, jade, etc. Es decir que una deuda podía ser saldada mediante el
trabajo esclavizado del deudor en favor del acreedor; por un periodo determinado
que podía ser un año, dos o tres.

La nobleza se adquiría de nacimiento pero algunos comunes podían ser


nombrados nobles, ya fuera por servicios militares distinguidos o por matrimonios
por conveniencia, etc. De hecho, cuando los españoles llegaron a Tenochtitlan,
contabilizaron unos diez mil sacrificios humanos al año en esa ciudad.

Los nobles tenían diversos dioses para la guerra, la paz, la muerte, la vida. 21 En
cuanto a la vida social de las masas, el intercambio mercantil era una actividad
fundamental de la vida mesoamericana precolombina, de modo que en ciudades
como Tikal, el mercado era una institución intensamente activa, colorida y muy
productiva. Como era un dios, Serpiente

Emplumada ignoraba que tenía un rostro humano, una identidad, y cuando la


descubrió quedo fascinado con ella. En este caso, el nombre de Kukulkán
simboliza a ese ser humano.

También se puede decir que es posible imaginar una sociedad inca y la de los
pueblos descendientes de ellos según estas mismas formas de organización
social, de la religiosidad y de la filosofía, ya que se trataba de sociedades muy
similares en las que la religión era el centro de la vida social, económica y política.

Si el siglo III A.C. al X D.C. podemos hablar de una Guatemala maya, del XII al
XVI, podemos hablar de una Guatemala quiché.
LA DINÁMICA INICIAL DE LOS PUEBLOS DESCENDIENTE DE
LOS MAYAS. ORÍGENES DE LOS QUICHÉS

Después del colapso de la unidad maya, sin lugar a dudas fueron lo quichés el
pueblo que dominó a los demás pueblos precolombinos de Guatemala. Esto se
debió a que el reino quiché, cuya capital fue Gumarcaj (llamada Utatlán en idioma
nahua), fue conformado originalmente por invasores militares provenientes del
Golfo de México, los cuales poseían una cultura tolteca que valoraba la
dominación imperial y los sacrificios humanos. Primero se impusieron sobre la
población quiché que ya existía y luego la movilización par sojuzgar a las otras
naciones.

Sin embargo, su dominación militar hizo que los nativos perdieran su especial tipo
de organización social y su cultura, y que asumieran formas culturales propias de
los pueblos del México antiguo. El pueblo quiché se forma, entonces, sobre el
sustrato de una cultura aplastada y la imposición de otra, militarista, imperial y
extranjera. Esta es la epopeya que narra el Popol Vuh, aunque dice poco sobre la
condición de sirvientes y vasallos a la que fueron sometidos los nativos quichés
originales y sobre las guerras de los nuevos quichés en contra de cakchiqueles y
zutuhiles.

El mestizaje cultural que se encuentra en la base del pueblo quiché fue, por lo
tanto, intenso, igual que el biológico. Y estos tres (pueblos) quichés no
desaparecerán, una, misma es nuestra suerte, dijeron cuando designaron sus
nombres. En seguida dieron su nombre a los cakchiqueles: Gagchequeleb fue su
nombre. Estos son los nombres que se dieron entre sí”.

Una de las tantas historias que ilustran esta violenta época de guerras, es la que
da contenido a la obra de teatro Rabinal Achí, en la que el dramático
enfrentamiento entre dos jefes militares ocurre en el marco de las guerras entre
quichés y rabinales, las cuales tuvieron lugar entre 1275 y 1300 y culminaron con
las conquista del Rabinal por los quichés. El sojuzgamiento de los pueblos vecinos
por parte de los quichés fue a veces pacífico, cuando algunas comunidades se
rendían ofreciendo ser tributarias de los conquistadores. Como podemos ver, las
tácticas políticomilitares de los quichés fueron similares a los de otras culturas
imperiales, como es el caso de los romanos, quienes subyugaron a los pueblos
enteros incorporando a sus jefes al esfuerzo de control político y económico de un
gran territorio.

El hijo de Gucumatz era Quikab, y él fue el siguiente rey de los quichés. Como era
usual, los cakchiqueles fueron de nuevo usados como combatientes por los
quichés en las guerras fratricidas que Quikab emprendió contra Tecún Sicóm, a
quien sus hombres mataron y a cuyo hijo tomaron prisionero. El proceso de
mestizaje entre los pueblos dispersos que descendían de los mayas fue intenso
entre ellos mismos y con los pueblos que llegaban a México, y se hizo mayor con
la reorganización que Quikab hizo del reino quiché, el cual ocupaba ya todo el
territorio de Guatemala, en donde, por estas razones, se vivía una violenta
interculturalidad que producía cada vez más variantes de un mestizaje ya de suyo
profusamente diverso. Pero los quichés fueron derrotados, Tepepul tomado
prisionero y gran cantidad de oficiales nobles masacrados. Esta dinámica militar
entre linajes nobles y vasallos y entre pueblos constituidos fue la norma durante
esta época. En estas guerras, las vitorias de los quichés contra los zutuhiles
fueron muchas, así como las complicadas alianzas entre diferentes pueblos para
lograr el control territorial y poblacional que les confiriera más poder sobre los
demás. La complicada dinámica militar generalizó las rebeliones contra los
quichés en todo el territorio, a lo cual se vino a sumar el hecho de que, al entrar
los quichés a Chiapas y Soconusco, se encontraron con que otro pueblo estaba
conquistando territorios: el pueblo mexica, que le arrebataba a los quichés el
control del área de Ayutla y Mazatlán. Pero Moctezuma había ordenado a todos
los pueblos tributarios pelear contra los invasores, y los quichés se prepararon
para la guerra. De este nombre se deriva el de Guatemala, impuesto por los
españoles).
LOS ESPAÑOLES EN MESOAMÉRICA

Como todos sabemos, en 1492 Cristóbal Colón había llegado a América creyendo
que llegaba a India. Precisamente por su equivocación, Colón llamo “indios” a los
habitantes de las tierras que “descubrió”. Dos procesos expedicionarios tuvieron
lugar después del arribo de Colón a América, uno desde México hacia Guatemala,
El Salvador y Honduras, y el otro desde Panamá hacia el norte (Costa Rica,
Nicaragua, Honduras) y también hacia el sur (Ecuador, Bolivia, Perú). Pero este
proceso implicó antes una guerra llamada por los invasores “de conquista”, la cual
empezó en las islas del Caribe, en donde la población indígena fue exterminada
tanto por la violencia que generó la resistencia militar de los lugareños, como las
enfermedades que los llamados conquistadores traían ante las cuales los
indígenas no tenían defensa biológica. A su paso conquista pueblos que eran
enemigos de los aztecas, aliándose a algunos de ellos. Su apellido era
Xicoténcatl. Ella lo acompañara en sus campañas militares en México y
Guatemala, le servirá de traductora (como la Malinche a Cortés), y le dará dos
hijos: Pedro, quien nace en México y muer a temprana edad, y Leonor, quien nace
en el campamento español de Utatlán durante el sitio a la capital de los quichés, el
22 de marzo de 1524, para convertirse en la primera Mestiza en Guatemala.

La información española básica acerca de la conquista de México y Guatemala se


encuentra contenida en las Cartas de Cortés, las Cartas de Alvarado y el libro de
Bernal Días del Castillo, un soldado que participó en las campañas de México y
Guatemala, titulado Verdadera y notable relación dela conquista de la Nueva
España y Guatemala. De parte de los indígenas existen también documentos que
predicen la guerra de conquista y la colonización, y que relatan los hechos
sangrientos y el fin de su civilización. Lo cierto es que la superioridad militar (no
numérica) de los españoles, las armas de fuego, los caballos y las tácticas de
guerra diferentes a las usuales entre los indígenas americanos, determinaron la
victoria española, no sin una fiera resistencia por parte de los nativos americanos.

El grueso de la fuerza de choque contra los aztecas lo constituyeron tropas


tlaxcaltecas y de otros pueblos vecinos, hartos de ser hostigados por el imperio.
Esta fue una constante en toda la conquista de América: el aproximamiento
español de las guerras intestinas. El caso de Guatemala es similar, como veremos
adelante.

A la superioridad del armamento español debe agregarse también un concepto de


guerra basado en el engaño, para explicarnos su rápida victoria sobre los nativos.
En efecto, tanto en México como en Guatemala y el Perú, los españoles entraron
a las ciudades en son de paz y, una vez dentro, procedieron a matar a los jefes y a
hacer prisioneros a sus subordinados. Prosiguieron su guerra sobre los pueblos
del valle de México y empezaron a destruir pirámides para construir en su cúspide
iglesias católicas, catequizando a quienes ellos llamaban “indios”, para “salvarlos”
de lo que veían como “pecado” y “paganismo” e “idolatría” y que no era sino una
religión diferente cuya complejidad ellos no podían comprender y menos valorar.

LA CONQUISTA DE GUATEMALA

Como dijimos, los mexicas mantenían informados a los quichés de lo que hacían
los españoles en México. Los quichés, sin embargo, rechazaron la oferta española
de ser vasallos y rendirse y, por el contrario, intentaron unir a todos los pueblos
para presentar una resistencia única al invasor. Los pueblos estaban resentidos
con ellos y los consideraban sus enemigos. Era algo similar a lo que había
ocurrido en México con los aztecas y los pueblos por ellos sojuzgados. A pesar de
esto, algunas comunidades apoyaron a los quichés y se prepararon para la
guerra.

Después de la conquista de México en 1521, Cortés le ordena a Pedro de


Alvarado explorar y apaciguar a los indios del territorio al sur del dominio azteca. Y
fue así que Alvarado parte hacia Guatemala en 1523 con 153 jinetes, 120
soldados de infantería, 400 mexicas, tlaxcaltecas y cholutecas, y cuatro cañones.
El avance español fue entonces ordenado y Alvarado pidió a los reyes de Utatlán,
Oxib Quej y Belejep Tzi, que se rindieran. Los españoles derrotaron
sucesivamente a ejércitos indígenas de 3,000, 5,000 y entre 10,000 y 30,000
guerreros, arrollándolos con su caballería en la planicie del valle. Después de sus
varias derrotas militares, los reyes de Utatlán enviaron mensajeros a Alvarado
pidiendo perdón y declarándose vasallos de los españoles, a quienes invitaron a
llegar a su ciudad, hecho que ocurrió en 1524. Los guerreros quetzaltecos que
ahora colaboraban con Alvarado, le informaron que los quichés pensaban quemar
vivos a los españoles una vez estuvieron dentro de su capital. La ciudad de
Utatlán fue quemada y después, al ser poblada de nuevo, se llamó Santa Cruz.

El resto del área de Utatlán o Gumarcaj debía ser sometidas, según los intereses
de Alvarado, y para el efecto solicitó 4,000 hombres cakchiqueles. Alvarado pudo
ser visto como una transfiguración de Corazón del Cielo (el sol), convertido en su
aspecto negativo. Es por eso que, pocos años después, el hermano de Pedro de
Alvarado, Jorge, ingresa desde México a territorio guatemalteco al mando de
varios miles cuauhquecholtecas, y con ellos realiza la definitiva conquista militar
de Guatemala, dejando estructuras de poder en cada ciudad conquistada. La
visión de mundo de cualquier pueblo vencido se encuentra registrada en la
producción literaria y estética. Sobre el hecho histórico de la conquista que
sufrieron los pueblos mesoamericanos y su visión sobre el mismo, tenemos, en el
caso de los textos mayas, los contenidos en el Chilam Balam. Pero vinieron los
dzules (extranjeros, españoles) y todo lo deshicieron. El lamento de ser ahora
todos “iguales” se refiere a que, aunque los españoles respetaron la división
clasista precolombina con el fin de que los nobles les administraran el poder sobre
él los pueblos, ahora todos — nobles y comunes— jugaban el papel de siervos y
eran llamados “indios”. Era una igualdad ignominiosa.
LA COLONIA ESPAÑOLA Y LOS PUEBLOS INDIGENAS:
IMPOSICIÓN CULTURAL Y TRAICIONES POPULARES.

UN MUNDO SE IMPONE SOBRE OTRO MUNDO: LA


ORGANIZACIÓN COLONIAL

La conquista española se desarrolló en todo el territorio americano entre 1519 y


1580, y significó el fin del mundo para los pueblos precolombinos.

En Guatemala, algunos grupos de nativos, como los itzaes, no fueron


conquistados nunca. Durante el enfrentamiento militar, los nativos organizaron
guerras de guerrillas y resistencia. Las guerrillas son formas populares de
organización militar para defenderse de un ejército invasor o de ocupación
debidamente pertrechado, y las ha habido a lo largo de toda la historia. Un intenso
proceso de mestizaje se desarrolló entre los conquistadores y las mujeres
indígenas. De modo que la vida en España en la época de su descubrimiento de
América, era una vida en la que convivían a la vez pacífica y conflictivamente
judíos, musulmanes, y cristianos, envueltos en abiertos proceso de mestizaje
biológico y cultural. Es de suponer que, para un español, mestizarse no era algo
muy conflictivo. Los españoles, en cambio, los usaron en un proyecto económico
vasto, y originaron un nuevo tipo de población: la población mestiza, que vino a
sumar a la clases sociales que convivieron durante la época colonial y que fueron:
los peninsulares o españoles, los criollos (o hijos de españoles nacidos en
América) y los indios. Los indios trabajaban la tierra, los negros eran esclavos en
las plantaciones del Caribe, los mestizos de tierra firme hacían trabajos
intermedios como artesanías y servicios, y los criollos y peninsulares tenían a su
cargo la política, la religión y el ejército; es decir, el poder.

La Capitanía General o Reino de Guatemala (que comprendía el sur de México y


toda Centroamérica) dependía del Virreinato de la Nueva España (que era el
nombre de México entonces). Las capitanías generales fueron: Guatemala, las
Antillas, Venezuela y Chile. Estas instituciones fueron: el Sistema de Encomienda,
el Sistema de Repartimiento, la Republica o Pueblo de Indios, el Gobierno
Indirecto, el Tributo, a fundación de los pueblos y ciudades, y la conversión y
catequización de los indios. El sistema de Encomienda consistió en la división de
la tierra en unidades productivas llamadas Encomiendas, las cuales comprendían
tierras e indios para trabajarlas. El territorio era, pues un conjunto de unidades
productivas en las que familias enteras de indios trabajaban la tierra para el
encomendero, quien exportaba una parte de los productos a España y
comercializaba localmente otra parte, pagando impuestos a la Corona. Los indios
trabajaban en calidad de siervos.

El sistema de encomienda fue abolido por la ley 1670, pero de hecho siguió
funcionando porque los españoles no tenían otra forma de sobrevivencia y
enriquecimiento en América.

Este sistema de rotación de mano de obra incrementó el mestizaje entre indígenas


de varios grupos y culturas, y también entre indígenas y españoles, quienes —por
fuerza o consentimiento— procrearon constantemente con las mujeres del Nuevo
Mundo, al extremo de que en el siglo XVIII no había ya indios “puros” en
Mesoamérica.

El Gobierno Indirecto es el sistema por medio del cual los españoles controlaron a
la población instrumentalizando a la nobleza indígena, la cual era catequizada por
los curas y puesta a ejercer los cargos civiles dentro de los pueblos de indios,
logrando con todo que las comunidades permanecieran cohesionadas alrededor
de su clase dirigente y de la religión católica. Fue en este marco de articulación del
poder que varios nobles indígenas se casaron con mujeres españolas y algunos
viajaron a España. Las noblezas indígenas sobrevivieron ejerciendo el poder
sobre sus pueblos y sirviendo a los españoles. Los soldados, recibían unos 300
indios y alguna aldea. Es el caso de Bernal Días del Castillo, quien escribe su
monumental libro, Verdades y notable relación de la conquista con la Nueva
España y Guatemala, para denunciar este hecho reclamar su derecho a ser
encomendero.
La fundación de pueblos y ciudades fue el mecanismo principal de los españoles
para ejercer el control territorial y poblacional del Nuevo Mundo. Los pueblos y
ciudades eran los centros administrativos de la explotación económica y del poder
político y militar. Alrededor de las ciudades se ubicaban los pueblos de indios, en
cuyas cercanías estaban las encomiendas adonde sus habitantes iban a trabajar
la tierra. Las ciudades coloniales que existen en toda América Latina dan
testimonio de esta organización urbana. 7. La conversión y catequización de los
indios fue la más importante de las instituciones españolas destinadas a ejercer el
poder sobre las poblaciones americanas. Fue el principal objetivo de la conquista
que se realizó al interior de los pueblos de indios. En el siglo XVII, los frailes
mendicantes dejan el cuidado de los pueblos de indios en manos de curas
seglares: eso determinó el descuido de los pueblos de indios. Desde inicios del
siglo XVIII, la vida de la mayoría de los indígenas comunitarios era ya como se les
conoce hoy.

Por ejemplo: a menudo los indígenas solicitaban a sus patrones españoles ser
padrinos de bautismo de sus hijos para cambiar de estatus social antes los ojos de
la comunidad.

VIVIENDO LA DERROTA

Después de la derrota de los quichés en 1524, los pueblos españoles al mando


del Alvarado dividieron Utatlán en pueblos de indios que fueron asignados, en
calidad de encomiendas, a diversos conquistadores para que recibieran de ellos
tributo. Fue precisamente por las rebeliones cakchiqueles —contra las cuales los
jefes quichés arremetieron, ayudando a los españoles a fin de vengarse de la
contribución que aquéllos habían hecho para lograr su derrota—, que la capital
que Alvarado había fundado en Iximché tuvo que ser trasladada en 1527 al Valle
de Almolonga. Las instituciones coloniales fueron impuestas sobre todos los
indígenas de Guatemala. Al final del siglo XVI, el sistema colonial estaba
firmemente impuesto, los jefes de linajes nobles fueron bautizados con nombres
castellanos y se les encargó gobernar los pueblos de indios, organizar festividades
religiosas y el trabajo servil, administrar justicia y cobrar el tributo para los
encomenderos. Por ejemplo, Juan Rojas y Juan de Cortés pretendieron que los
españoles les dieran los mismo poderes que tenían los reyes de Utatlán antes de
la conquista incluyendo el control sobre linajes esclavos y vasallos que
sobrevivieron la guerra y que habían sido liberados de la esclavitud. Entonces, las
Verapaces ya no se diferenciaron del resto de Guatemala cuanto a la forma de
sojuzgamiento.

La Corona temía que los encomenderos declararse independientes de la


monarquía española, de modo que Las Casas denunció sus atrocidades para
justificar medidas drásticas oficiales de reorganización política de los nuevos
territorios. No olvidemos que la iglesia era una institución muy poderosa en la
época y que poseía inmensas extensiones de tierra, encomiendas, indios y
riquezas en metal precioso. Aunque fue llamado “defensor de los indios”, la
actuación política de Las Casas reforzó y no debilitó, el orden colonial.

LA CULTURA Y EL PODER ESPAÑOLES SE CONSOLIDAN Y


GENERALIZAN

La cultura española en la colonia se expandió por medio de sus instituciones


educativas. Sólo la religión católica era legalmente permitida, de modo que no era
raro que en manos del clero estuviera la educación de los intelectuales llamados a
dirigir la sociedad, los cuales eran todos españoles y criollos.

No olvidemos que la Capitanía General de Guatemala era parte del Virreinato de


México; de ahí el título del libro de Landívar, quien escribe fundamentalmente
sobre el territorio guatemalteco. Después, cuando los españoles empezaron a
traer esposas y tuvieron hijos, estos, llamados criollos, ocuparon el segundo lugar
después de los españoles en la pirámide social. A medida que el mestizaje
avanzaba, los mestizos, llamados en Guatemala ladinos, ocuparon el tercer lugar
en la pirámide. Al principio, como dijimos, los mestizos o ladinos se ubicaban
debajo de los indios porque eran considerados despreciables por los indios
mismos y por lo españoles, al extremo de que había “pueblo de ladinos” que eran
mucho más miserables que los peores pueblos de indios. Los ladinos eran indios
que hablaban español y por eso se les despreciaba en sus comunidades de
origen, por desarraigados y traidores a los valores culturales comunitarios. Los
peninsulares se dedicaban a la burocracia real, los criollos eran profesionales o
hacendados y los indios trabajaban la tierra. Es interesante saber que el apelativo
ladino se le aplicaba, al principio de la Colonia, a los indios que habían aprendido
a hablar español, que se habían cristianizado y que eran versados en las
costumbres españolas. A esta clase de indios se les llamaba “indios ladinos”, de
modo que los primeros ladinos fueron indios. La razón por las que muchos indios
empezaron a autoindetificarse como ladinos fue que los indios eran personas
ligadas al trabajo de la tierra y a la cultura comunitaria, y así se identificaba. Si se
era un indio ladino se podía acceder a más oportunidades laborales fuera de la
comunidad y de la ligazón forzada a la tierra. Por eso, la ladinidad empezó a
crecer y a mestizarse biológica y culturalmente, hasta llegar a ser un
conglomerado cuya cultura mestiza caracterizo al reino de Guatemala en el siglo
XIX.

Esto, porque un judío converso era aquel que hablaba un idioma latino (castellano)
y profesaba una religión latina o romana (el cristianismo), y era un judío latino o
latinizado. Y para un soldado español que sabía que un judío converso se le
llamaba en España judío ladino, no fue difícil adjudicarle a un indio converso, en
América, el apelativo de indio ladino.

LA ECONOMÍA Y LA POLÍTICA COLONIALES

La economía en el reino de Guatemala fue minera, sobre todo en la región de


Honduras; y ganadera, principalmente en las áreas de El Salvador, Nicaragua y el
norte de Costa Rica, a donde los españoles importaron ovejas, caballos y mulas.
Sin embargo era el tributo indígena la fuente de mayor riqueza española, al
extremo de que a lo largo del siglo XVII este ingreso produjo el setenta por ciento
de los recursos fiscales. Al principio, Guatemala sólo podía comerciar con España.
En esa época, las ideas de la Ilustración y hechos históricos como la victoriosa
Guerra de Independencia de los Estados Unidos, así como su Constitución
política, y la triunfante revolución Francesa con sus principios modernos,
inspiraban a los intelectuales y militares criollos de las Américas, los cuales
soñaban con instaurar gobiernos republicanos en los territorios que ellos veían,
con ojos patrióticos propios.

Una nueva era política se avecinaba para los criollos. Si del siglo XVI hasta la
primera mitad del siglo XVII podemos hablar de una Guatemala española, de
mediados del siglo XVII hasta principios del XX, lo pertinente como veremos,
hablar de una Guatemala criolla, pues el poder de los criollos se consolida con su
proyecto político de la Independencia, y después se desarrolla mediante su
llamada Revolución Liberal.

ANTECEDENTES Y CAUSAS DE LA INDEPENDENCIA

Las estructuras económicas coloniales, basadas en la gran propiedad española y


criolla de la tierra y en el trabajo indígena forzado, se prolongaron hasta el siglo
XIX. Entre 1810 y 1830, sin embargo, se producen en América Latina una serie de
movimientos patrióticos que al final dan al traste con la dominación española,
declarando la independencia política y económica de nuestros países. La gran
excepción fue Cuba y Puerto Rico, que lograron su independencia de España
hasta 1898, gracias a la intervención de Estados Unidos, hecho que expresa un
conflicto permanente en la región: el intervencionismo estadounidense en los
asuntos internos de los países latinoamericanos.

De aquí se sigue que los criollos, al ver en los españoles un obstáculo para el
irrestricto usufructo de la riqueza de las tierras americanas, vieron asimismo
estimulado su sentido patriótico americanista frente a Europa y a la cultura
española. En América, estas dos fuerzas políticas se convirtieron en partidos que
protagonizaron luchas encarnizadas por el poder. Los liberales buscando la
independencia de España, y los conservadores buscando preservar la monarquía,
incluso después de la Independencia. Los españoles, ya se sabe, querían
preservar América como colonia, los mestizos no tenían oportunidad de participar
en política, y los negro e indios mucho menos. El grupo social hegemónico de este
periodo es el de los criollos o hijos de españoles nacidos en América, quienes ya
se consideran americanos. Por esta razón querían fundar naciones —o países
nuevos— en los territorios de su propiedad. Países de ellos. En medio de estas
luchas, a los liberales españoles convocaron a Cortes (Cortes de Cádiz) para
elaborar leyes que restringirían el poder del monarca.

LAS LUCHAS, LAS VICTORIAS Y DERROTAS

Fue en este contexto que los criollos manipularon a mestizos e indios en


levantamientos y rebeliones como parte de una guerra (que no era suya) en contra
de los españoles, formando ejércitos populares que desafiaron a las tropas de la
monarquía. Al morir fusilado Hidalgo, en México, toma el liderazgo del movimiento
José María y Pavón. Luego se une a la lucha Agustín de Iturbide, quien, triunfante,
quiere seguir con el gobierno monárquico después de la Independencia y se
corona emperador en 1822, pero es derrocado y la República se proclama en
1823.

En Sudamérica las guerras que suceden rápidamente entre criollos y españoles, y


Bolívar (que era criollo) libera lo que hoy día son Venezuela, Colombia, Ecuador,
Perú y Bolivia. Bolívar soñaba con que América Latina fuera un solo y poderoso
país, frente al emergente gigante del norte, los Estados Unidos, al cual se le veía
como un peligro para la América española. Habíamos dicho antes que los
mestizos eran, durante la Colonia, un grupo discriminado por españoles, criollos e
indios porque se les consideraba ilegítimos y sin pertenencia a ningunos de los
grupos sociales constituidos. Cuando se logran las independencia de México y
Sudamérica, los países ahora independientes y en camino de fundarse como
nuevas naciones, organizan ejércitos regulares de los cuales se encargaran los
mestizos en calidad de jefes al servicio de los criollos, quienes por su parte se
manejaran la economía dejando la política también en manos de los mestizos,
ahora ya convertidos en caudillos militares. Y para explicarse la cultura autoritaria
que rige la conducta de nuestros pueblos hasta la actualidad.

El caudillo típico es por lo general un jefe militar mestizo que comanda tropas
indígenas y obedece a intereses de los criollos. Los criollos les han dejado a los
caudillos la administración política y militar de sus países, los cuales ven como
fincas. Hubo también caudillos criollos. Esta cultura autoritaria excluyó de los
derechos ciudadanos a los grupos étnicos no criollos: indios, negros, mulatos,
mestizos. En México y Sudamérica el pueblo había participado militarmente en las
guerras independentistas, pero en Guatemala no ocurrió así. La Independencia del
Reino de Guatemala no fue una gesta popular; al contrario, fue un pacto entre las
élites de poder española y criolla, encaminada a evitar la temida participación del
pueblo. El Artículo 1 del Acta de Independencia, redactada por el brillante
intelectual conservador José Cecilio del Valle, es elocuente al respecto:

“1. Que siendo la independencia del gobierno español la voluntad general del
pueblo de Guatemala, y sin prejuicio de lo que determine sobre ella el congreso
que debe formarse, el Señor Jefe Político la mande publicar para prevenir las
consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el
mismo pueblo”.

Los criollos instrumentalizaron a muchos mestizos e indígenas para presionar a


los españoles a fin de que aceptaran la Independencia, de modo que hubo
rebeliones indígenas a favor de ella. Se sabe que hubo pueblos de indios ladinos
que eran aún más miserables que los pueblos de indios. Cuando México declaro
su independencia de España, el General Agustín de Iturbide envió una expedición
a Guatemala con el pretexto de ayudar a los liberales centroamericanos en la
lucha común de consolidar el republicanismo, pero lo que en realidad quería
Iturbide era aprovechar la situación de caos político existente para ensanchar el
territorio mexicano. Pero Iturbide fue derrocado en 1823, como vimos, y
Guatemala siguió siendo un territorio aparte, aunque ya con Chiapas anexada a
México.

Una Asamblea Presidencial Constituyente instauró un triunvirato de Gobierno con


Pedro Molina, Juan Vicente Villacorta y Antonio Rivera potenciados por la
ambición de ser autónomos y controlar el poder al interior de cada provincia, en
1824 declaró la Capitanía General de Guatemala como una federación de
repúblicas llamada Provincias Unidas de Centroamérica, con su capital en la
ciudad de Guatemala y con el salvadoreño Manuel José Arce como su primer
presidente. Pero la organización y la experiencia política de la región no
favorecían un estado federal: el aislamiento de los diferentes Estados y su difícil
comunicación, así como la concentración del 50 por ciento de la población —que
era de poco más de un millón de personas— en Guatemala, lo impedían. En el
caso del Estado de los Altos, en Guatemala, ilustra muy bien esto: las comarcas
de Quetzaltenango, Suchitepéquez, Sololá y Totonicapán (de unos 200,000
habitantes) querían convertirse en un

Estado más de la Federación y no pertenecer a Guatemala. En Guatemala,


Carrera es nombrado presidente en 1844 y el 21 de marzo de 1847 el Estado de
Guatemala se declara independiente de la Federación y surge como república
autónoma. Pero las guerras entre los partidos siguieron, al extremo de que, en
1851, El Salvador, Honduras y Nicaragua invadieron Guatemala.

Los intereses pequeños de los criollos y caudillos habían triunfado sobre la


posibilidad de construir un gran país centroamericano, único. Walker tomó
Nicaragua con su ejército de mercenarios e instauró un gobierno espurio que
Estados Unidos reconoció como legítimo el año siguiente, pues sabían que Walker
quería anexar Nicaragua a su país. El resto de los países centroamericanos se
alarman, y también los ingleses. Estos liberales eran criollos y hacendados que
querían modernizar la economía del país para insertarla en el mercado mundial
produciendo y exportando café, ya que ese producto tenía gran demanda
internacional debido a que era un estimulante adecuado a la nuevas relaciones de
producción que en el primer mundo había instaurado la revolución industrial. Para
hacer realidad el proyecto tenían que modificar la tenencia de tierra, de modo que
las propiedades de la iglesia y de las comunidades indígenas, así como las tierras
ociosas de los mismos criollos, habrían de dar lugar a una nueva distribución de la
propiedad terrateniente. Lo liberales gobernaron autoritariamente con ideología
“democrática”. Este fue un fenómeno generalizado en toda América Latina: la gran
paradoja de tener gobiernos liberales que adoptaron la forma política de
dictaduras para poder mantener la base feudal del latifundio. La historia de la
región era ahora un conjunto de historias de diminutos países que veían a sí
mismos como naciones diferenciadas.

Los gobiernos liberales se suceden pero no el autoritarismo militarista como forma


de gobierno. El problema descrito puede generalizarse en toda América Latina en
esta época.

Así entró a Guatemala “la frutera”. A partir de 1920 quizá se pueda hablar, pues,
del final de la Guatemala criolla y el principio de la Guatemala ladina. El
descontento que generaba en la población este estado de cosas, empató con los
procesos de modernización política de otros países, los cual hizo estallar la
conciencia ciudadana en contra de la dictadura militar a favor de un régimen civil y
democrático. El primer gran intento de modernización política y económica de
América Latina se había dado en México en 1910 y 1920.

La revolución mexicana había sido un movimiento en contra de una dictadura


militar que mantenía relaciones cuasi coloniales en la economía y que, al mismo
tiempo, se daba aires de aristocracia y de tener ideas liberales. La semejanza con
Guatemala eran muy grandes. Otros esfuerzos democráticos tendentes a
modernizar el Estado mediante la democracia, y la economía por medio de un
capitalismo más ágil y menos dependiente de Estados Unidos, exacerbaron los
ánimos en Guatemala. Guatemala se convirtió en la meca de todos los
intelectuales y artistas democráticos de la época y en el país más progresista de
América Latina.
Arbenz se propuso una reforma agrafia que consistía en distribuir parte de las
tierras ociosas que uno de los mayores propietario de las tierras ociosas en
Guatemala era la United Fruit Company (UFCO), que se dedicaba al cultivo y al
exportación de banano en varias regiones del país. El entusiasmo popular era
inmenso, y el prestigio internacional de Guatemala estaba en la cúspide.

Era el año de 1954, y la “guerra fría” —es decir, la guerra de espionaje entre la
Unión Soviética y Estados Unidos— estaba en su apogeo. En el lado soviético, la
ideología de esta guerra fue el antiimperialismo. La humanidad aún no encuentra
un sistema económico y político justo, que pueda elevar el nivel de vida de las
mayorías nacionales sin empobrecer a otros países, a otros pueblos.

El antiimperialismo era una visión inculpadora de Estados Unidos como autor de


todos los males del mundo. El anticomunismo era una versión fantasmagórica del
socialismo, en la que se pintaba como amenaza a la “libertad”, y en su nombre el
Gobierno estadounidense avanzaba su política exterior, que no se diferenciaba en
sus mecanismos de las políticas que el socialismo al interior de sus países.
Estados Unidos intervenía, con tropas o sin ellas, en la política interna de otros
países para preservar sus intereses (como los de la UFCO), e igual mataba
disidentes por medio de los dictadores de turno. El mejor ejemplo de esto es
Guatemala.

Este fu el pretexto perfecto para que los hermanos Dulles y Estados Unidos
acusaran al gobierno de Arbenz de comunista, justificando así una intervención
que, por no poder ser abiertamente militar, estuvo encubierta por un mecanismo
típico de la inteligencia de la guerra fría: el golpe de Estado.

En vista de que había instituido una serie de prebendas a los militares (en cuenta
el Comisariato, la colonia militar, instalaciones recreativas, etc.), Y a partir de
entonces, Estados Unidos inauguró una serie de gobiernos militares favorables a
la UFCO y a sus intereses en general, sembrando así la semilla de lo que habría
de ser el
Estado Militar en Guatemala. Es decir, un capitalismo moderno e independiente,
que era lo único que quería Arbenz. Tal era el temor que infundía por el apoyo
popular con que contaba.

En su empresa de modernización económica de la isla que era su refugio, fue


apoyado por Estados Unidos y Asia, mientras en Guatemala procedió a abortarlo
derrocando a Arbenz y truncando la posibilidad de modernización nacional? La
respuesta es: porque el ajedrez mundial de la “guerra fría” convertía a Taiwán en
un escaparate estadounidense frente a la China continental comunista, mientras
que el ejemplo de Guatemala resultaba ser una osadía dentro del área de
influencia “natural” de Estado Unidos, es decir, dentro de su “traspatio”, la América
Latina. Cierto es sin duda que la terrible situación actual de Guatemala la tiene su
origen moderno en el golpe de Estadocontra Arbenz en 1954, un hecho atroz por
lo que Bill Clinton, en un gesto tardío y meramente forma —reconociendo que
aquello había sido un error en política exterior estadounidense—, pidió perdón a
los guatemaltecos durante su visita a nuestro país cuando era presidente de

Estados Unidos. Siendo la Revolución del 20 de Octubre de 1944 una gesta


ladina, es explicable que su política cultural hacia los indígenas fuera la
asimilacionismo o ladinización, como sinónimo de modernización de la vida
económica y social de los indígenas y sus comunidades. Nunca el pueblo se sintió
con la autoestima tan alta, ni el nombre del país brilló tanto por su prestigio político
internacional y por sus manifestaciones artísticas y culturales.

EL PRIMER ESTADO MILITAR Y EL PRIMER CICLO ARMADO


GUERRILLERO

Decepcionado de lo que había pasado en Guatemala, en donde Estados Unidos


había impedido la modernización política y económica, Guevara ve en la aventura
cubana una oportunidad de no cometer los mismos errores, y se embarca con
Fidel Castro para desatar la guerra de guerrillas en la Sierra Maestra, en Cuba, la
cual termina exitosamente, después de 18 meses de lucha, con la huida del tirano
Fulgencio Batista el 1 de enero de 1959.

En Guatemala, Castillo Armas había sido asesinado y lo había sucedido, después


de un corto periodo de caos político, otro militar, el general Miguel Ydígoras
Fuentes, quien, a petición de Estados Unidos, presta el territorio nacional para que
mercenarios cubanos y de otras nacionalidades entrenaran para atacar a Cuba de
Castro. Fue apoyada incluso por Estados Unidos. Estados Unidos, que ahora se
veía amenazado por un pequeño país socialista a 90 millas de sus costas,
exacerba su anticomunismo y lo exporta a los países con gobiernos que le eran
leales, como el de Guatemala, a fin de evitar el surgimiento de otra Cuba.

En nuestro país eso tuvo efecto de militarizar el Estado, y fue por ello que el
Ejército tomo el control de la económica. Cuba empieza a ser para muchos —
como para los oficiales del 13 de Noviembre escondidos en las montañas—, un
ejemplo de soberanía y libertad nacionales frente a Estados Unidos. Por eso, en
Guatemala se empieza a imita el método de la guerra de guerrillas empleado por
Castro y el Che exitosamente para derrocar a un militar tirano. Los primeros
guerrilleros fueron, pues, militares. Esto implica a su vez, definirse como enemigos
de los ricos, el Ejército nacional y de Estados Unidos, en vista de la “guerra fría” y
de la denominación oligárquica y militar en Guatemala. La justicia social fue la
bandera de estos movimientos, en un país en el que la dictadura militar no dejaba
espacios políticos a los partidos que no fueran de derecha. De esa cuenta, para
1968, las guerrillas estaban prácticamente derrotadas y muchos de sus miembros
salían huyendo del país.

Esto funcionó en Cuba pero no en Guatemala, debido a las distintas idiosincrasias


populares de ambos países. En Guatemala, el foco guerrillero no creó condiciones
subjetivas generales para una insurrección, como ingenuamente esperaban los
guerrilleros. Debido a sus exitosas campañas militares en contra de la población
civil que apoyaba a las guerrillas, Arana llega a presidente en 1970 y se dedicaba
a combatir a todas las expresiones de izquierda (socialista) y a lo que quedaba de
la guerrilla, la cual empezaba a reorganizarse en Cuba, México y Guatemala bajo
otros nombres y, en ciertos casos, bajo nuevas dirigencias. Durante los gobiernos
siguientes, cuyos presidentes llegaron fraudulentamente al poder (como parte de
la dictadura del Estado militar), la guerrilla siguió reorganizándose, evidenciando
serias diferencias entre los distintos grupos armados, lo cual causaba
divisionismos y competencias desleales entre ellos. Algunos dirigentes habían
fundado en Cuba el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), que fue la
organización que prematuramente lanzó a provocar al Ejército para involucrarlo en
una guerra popular prolongada. El EGP había iniciado la provocación del Ejército
en la zona de Ixcán, matando comisionados militares y finqueros e involucrando a
la población indígena. A cambio, el Ejército daba a la población indígena comida,
vivienda e ideologización.

De 1982 hasta fines del 1996, la militarmente derrotada guerrilla y el triunfante


Ejército nacional se enfrascaron en escaramuzas sin fin, que dieron la impresión
de que en el país se desarrollaba una guerra civil formal. No era así. Al Ejército le
convenía, para justificar altos presupuestos y violaciones de la ley, que se pensara
que la guerrilla era fuerte. El origen de la situación de los actuales países
subdesarrollados se encuentra en el proceso de colonización que los países
europeos impusieron sobre Asia, África, Oceanía y América Latina, regiones sobre
las que recayó la tarea de contribuir con metal precioso y materia prima al proceso
de acumulación originaria de capital que sirvió de base para el desarrollo industrial
de aquellos países. Este conjunto de realidades es lo que conforma la
dependencia económica y política del tercer mundo.

En la jerga del grupo de países ricos, el mundo se divide en tres mundos: el primer
mundo, que es el más rico e industrializado; el segundo mundo, que era el mundo
socialista desarrollado, el cual tenía un grado de industrialización menor y dejo de
existir como tal en 1989; el segundo mundo ahora está conformado por países
capitalistas con un grado de industrialización que el primer mundo cataloga como
de segunda importancia. Por eso se dice que los países del tercer mundo son
subdesarrollados: porque no han alcanzado el desarrollo del primer mundo. Pero
como ya vimos que esto es imposible en sí mismo porque el desarrollo del primer
mundo se debe en gran parte al subdesarrollo del tercero, conceptos como
“países en vías de desarrollo” resultan ser mentirosos, y el sueño de América
Latina dellegar a ser autónoma y autosuficiente parece agotarse en eso, en un
sueño con despertares amargos.

Esto consiste en que las fábricas del primer mundo se trasladaron al tercero, de
modo que las plantas industriales que estaban en Estados Unidos, por ejemplo,
aparecieron en países como Bangladesh, Honduras, Tailandia o Guatemala. Este
operativo desnacionalizo las economías del tercer mundo porque para que el
capital corporativo transnacional ingrese a un país, este tiene que vender las
empresas públicas a las corporaciones. Este modelo económico transnacional
entró en crisis en el 2008 con el descalabro financiero de Estados Unidos.

GUATEMALA SUBDESARROLLADA

El principal rasgo del subdesarrollo es la pobreza. Naciones Unidas mide la


pobreza humana por medio del llamado índice de exclusión social de la población,
es decir, estableciendo hasta qué punto la ciudadanía no participa en los
beneficios de ser ciudadano de un país que le garantiza a sus habitantes, según la
ley, ciertas prerrogativas a cambio de los impuestos que paga.
Consecuentemente, el 39.1 por ciento de los extremadamente pobres son
indígenas (porque la mayoría de ellos está ligada a la tierra) y el 15.4 son ladinos,
lo que nos expresa el hecho de que la marginación económica determina la
marginación etnocultural.

Las cifras que el país arroja en materia de salud y educación son,


consecuentemente, espeluznantes.
GUATEMALA MESTIZA

Como vimos antes, Guatemala es un territorio en el que dese la Colonia se opera


un profundo y conflictivo mestizaje que tiene una enorme diversidad etnocultural.
Si por un lado han sobrevivido comunidades indígenas que rigen su vida por los
valores comunitarios la cultura campesina ligada a su ancestralidad quiché,
cakchiquel, zutuhil, mam o quekchí, por el otro, infinidad de miembros de
comunidades se ha mestizado biológicamente y culturalmente con los ladinos,
quienes desarrollan su cultura híbrida dese la época colonial, es decir, cuando,
siendo indios, adoptaron el castellano y las costumbres culturales españolas y
fueron llamados “indios ladinos”. Esta ladinidad se fue ampliando y diferenciando
paulatinamente respecto de los indígenas comunitarios y se constituyó en la etnia
hegemónica del país a partir de principios del siglo XX, con lo cual los indígenas
comunitarios interactúan originando mestizajes diversos que son los que
caracterizan al país en su totalidad. Sin embargo, la persistencia de culturas
indígenas es muy fuerte. Y esto no quiere decir que las culturas indígenas
comunitarias sean a su vez mestizas. Guatemala es, pues, una Guatemala
mestiza.

GUATEMALA INTERCULTURAL

La multiculturalidad es un concepto que expresa la coexistencia de varias culturas


en un mismo espacio político, pero no alude a las relaciones que se operan entre
esas culturas. Pero en sociedades multiculturales como la estadounidense, el
fenómeno puede estudiarse en compartimientos estancos pues los mestizajes son
excepcionales.

Sí lo son. Pero no de la misma manera como lo son en las sociedades


multiculturales. Y aunque estas nociones han sido exportadas al tercer mundo, las
soluciones al problema intercultural son diferentes en éste y en Estados Unidos.
Es obvio que para Guatemala, el criterio de las luchas debe ser interculturalista,
pues de lo que se trata es de democratizar nuestra interculturalidad injusta,
nuestro mestizaje conflictivo. porque si la ley democrática legislara sobre las
especificidades de un sujeto, tendría que haber una democracia para cada cultura,
para cada etnia y para cada individuo con su particular forma de mestizaje. La ley
y el sistema democrático solamente pueden operar sobre un sujeto abstracto: el
ciudadano. Y éste sólo puede ser igual ante la ley si es despojado de su
especificidad individual y diferenciadora.

Esta debe de ser nuestra meta, y hacia eso debemos encaminar nuestros
esfuerzos ciudadanos.

GUATEMALA ACTUAL

Desde los años ochenta el país se encuentra en un proceso de democratización


general. Ya no hay productos nacionales sino sólo productos globales. Unido a
todo esto, la cooperación internacional incursionó en todos los países, financiado a
estos nuevos movimientos que brotaban de una sociedad civil igualmente
costeada desde el exterior por organismos internacionales, los cuales sufragaron
asimismo proyectos de la sociedad política, es decir, del Estado, logrando, con
todo, el control político de los gobiernos. La dirigencia de la izquierda (URNG) por
su parte, apoyó este estado de cosas porque eso era parte de lo pactado con los
militares en los acuerdos de paz de 1996 y porque sus miembros buscaban el
poder presidencial. Los índices de desarrollo humano con los que Guatemala
cierra el siglo viejo y abre el nuevo son terribles. A mejorar esto es a lo que la
juventud consciente debe abocarse: a una lucha cívica constante por democratizar
la política, la economía y la cultura de nuestro país.

En Guatemala todos somos mestizos: los son los ladinos, los indígenas, los
“mayas” e incluso quienes dicen que son “blancos”. De ese mestizaje
complejísimo es que nuestra cultura extrae su riqueza y esplendor. Si nos
sentimos orgullosos de nuestra cultura, estaremos orgullosos de nuestro
mestizaje. Fin de la Breve Historia Intercultural de Guatemala.

Bibliografía
Morales, M. R. (2013). Breve Historia Intercultural de Guatemala. Guatemala:
Editorial Cultura.

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